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Imprevistos {Oneshot}


 

Imprevistos

 

 

Está marcado y puede ser una realidad.

Cuando deseas algo con tanta intensidad.

Cuando hay incluso muchas más personas deseando lo mismo por ti.

Ese ‘algo’ en algún momento se puede llegar a cumplir.

En mayor o menor medida, un deseo siempre es escuchado y expresado en sus diferentes formas.

Ese cielo azul que un día vieron juntos, que un día los separó. Está otra vez ahí.

…Y ellos están de la mano otra vez…

Los milagros en navidad, tienen más probabilidades de ser.

 …

~ DB5K ~

Imprevistos

Capítulo Único

~ DB5K ~

 

 

 

 

La gente se acumuló un poco más.

 

Y Junsu temió por su propia seguridad, cuando entre la multitud se sintió solo un poco más apretado. La gente se exasperaba, gritaba, y eso que se encontraba en la sección a la que ni la prensa tenía acceso. Las salidas de los aviones privados había sido paralizado.

 

Rodeado por ejecutivos, gente de dinero que planeaba viajar a unas horas de que navidad empezara. Entre esa pequeña multitud, enojada y bulliciosa Junsu dudaba que a alguien le importara que el fuera el famoso integrante de JYJ como para prestarle atención, al menos no cuando todo el mundo empezaba a alterarse.

 

La pequeña multitud se reducía a personas adultas, incluso funcionarios de distintos países. Y si, en un principio algunos lo habían reconocido, incluso tomado fotos con él, pero luego cuando el desastre llegó. El dejó de ser famoso, por que todo el mundo se ocupó en pensar en sus familias, y en que no estarían en casa para navidad.

 

Se abrió paso entre la multitud que había, y logró llegar hasta donde Jaejoong y Yoochun se encontraban, apoyados en una de las paredes, con sus bolsos de manos en el piso. Jaejoong de inmediato se quitó las gafas y se acercó a él.

 

—¿Y? ¿Qué sucede? ¿Por qué no podemos tomar el avión?

—Hay un problema, al parecer hay una tormenta muy fuerte y han suspendido todos los vuelos, incluso los de aviones privados.

 

Yoochun abrió los ojos, soltando los brazos que hasta hace un momento se mantenían cruzados.

 

—Es decir, ¿qué no vamos a poder viajar?

—Creo que no… no lo sé.

 

Antes de que Junsu pudiera siquiera agarrarlo por el brazo, Yoochun caminó hasta esa pequeña multitud, abriéndose paso como podía, y llegando hasta el sujeto que intentaba calmar a esa gente.

 

—Oh, por Dios… ¡Jaejoong hyung detenlo!

—Ahg, maldición. ¡Yoochun ven acá!

 

Pero Yoochun ya se había parado junto al hombre, con el entrecejo arrugado y visiblemente molesto.

 

—Oiga, llevamos horas esperando, ¿cómo es eso de que no va a salir ningún vuelo desde aquí? Nosotros debimos viajar hace dos días, y llamamos para preguntar si no iba a haber inconvenientes con que viniéramos hoy. Incluyendo el factor clima. Y nos dijeron que no había problema. ¡Necesito ir con mi familia! Nos están esperando en Corea.

 

—Señor, lo sé y créame que lo entendemos, pero no podemos hacer nada, afuera el clima es terrible. Y en este momento ningún vuelo está saliendo desde Japón.

 

La gente alrededor volvió a llenarse de quejas y gritos, Jaejoong llegó a tiempo como para jalar a Yoochun del brazo y evitar que siguiera armando escándalo e incitando a la gente alrededor a seguir haciendo bulla. Suspiró frustrado, una vez estuvieron lejos del resto de personas una vez más.

 

—Vuelve a hacer eso Yoochun, y te dejo botado en la torre de Tokio.

 

Yoochun bufó molesto, cruzándose de brazos y desviando la mirada.

 

—Al parecer no podemos hacer nada… Creo que llamaré a Junho y a mamá.

 

Jaejoong pasó una mano por su rostro, mientras veía a Junsu alejarse. Él en realidad había deseado pasar esta navidad en compañía de su familia. No siempre tenía el privilegio de pasar fechas importantes con ellos. Y parecía ser, que este año, una vez más no podría.

 

 

 

 

Lee levantó la mirada, escrutiñador y fingidamente calmado.

 

El hombre frente a él, retrocedió un paso, encogido y nervioso, con sus manos un poco temblorosas. A expensas de saber que todo eso no era su culpa. Pero al mismo tiempo de saber que eso por ningún motivo podía ser una endeble posibilidad.

 

—¿Qué me estás queriendo decir exactamente, Hankyun?

 

La voz del presidente sonó grave, incluso intimidante, mientras sus ojos se posaban en el menor que logró encogerse un poco más si eso era posible.

 

—…Señor, es que… bueno. No sé que pasó exactamente. Pero al parecer el vuelo que Yunho y Changmin debían tomar tuvo inconvenientes y pues tuvo que retrasarse unas horas mientras hacían una pequeña revisión… pero luego se reportó lo de la tormenta y…

 

—¡Y ellos tienen un avión privado! Jamás hemos tenido ese tipo de inconvenientes en Japón.

—Lo sé señor, pero… ellos están en el aeropuerto ahora… y…

 

Lee golpeó el escritorio a su disposición con fuerza. Con el ceño fruncido. Pensando en todas las fechas que serían retrasadas por culpa de esa ineficiente aerolínea. Apretó inconscientemente los puños, recordando un pequeño punto que había olvidado comprobar.

 

Una espina en su pecho y supo que debía asegurarse.

 

Él se valía mucho de sus instintos. Necesitaba confirmar algo que amenazaba su estabilidad.

 

—Esos tres, debieron tomar un vuelo hacía acá hace dos días. ¿Ya están aquí? Según entendí querían pasar tiempo de ‘calidad’ en familia.

 

La voz del hombre estuvo repleta de sarcasmo e ironía, Hankyun solo suspiró, otra mala noticia que lamentaba ser él quien tenía que darla.

 

—No, señor. Tuvieron un par de acontecimientos en Japón y cambiaron la fecha de su viaje.

—¿Para cuando?

 

Lee volvió a mirar a su trabajador fijamente, todavía apoyado en el escritorio. Y ese mutismo en él, lo hizo acrecentar el enojo que pugnaba ya por destruir lo primero que encontrara en su camino.

 

—¡¡Te he preguntado algo!! ¡¿Para cuando tenían planeado esos tres regresar a Seúl?!

—…Para hoy, en la noche.

 

 

 

 

 

Changmin suspiró por octava ocasión.

 

Jugando con el cordón que colgaba de la sudadera de Yunho, viendo distraídamente el tiempo pasar. Ambos sentados en la sala de espera. Y Yunho, con su quijada apoyada en una de sus manos, empezaba a cerrar los ojos.  A ratos. Changmin entonces se acomodó en su asiento y Yunho pareció despertar.

 

—Esto es un asco hyung. Estoy acostumbrado a pasar fechas importantes contigo, lejos de mi familia. Pero esto es ridículo. Mira que pasar noche buena en la sala de espera de un aeropuerto por que nuestro avión tuvo inconvenientes y ahora esa estúpida tormenta.

 

Yunho sonrió, confortantemente. Sacudiendo un poco los cabellos de Shim.

 

—Lo siento, Min. Me gustaría que al menos pudiéramos estar en Corea, para escaparnos y que estuvieras con tu familia.

—Deja de disculparte hyung, esto es algo que se te sale de las manos, ¿por qué siempre te tienes que andar disculpando conmigo?

 

El pequeño tono de fastidio con que salieron las palabras de Changmin hizo a Yunho sonreír, contemplarlo por unos segundos y callar la respuesta a esa deliberada pregunta con tanto significado que el menor había soltado. Sabiendo que no solo a él quería pedirle disculpas, pero las otras tres personas estaban ahora tan lejos.

 

Un suspiró salió de Yunho y Changmin creyó que era debido al cansancio.

 

—¿Dónde crees que estén ahora?

 

De pronto Changmin miró por los grandes ventanales. Esa oscura noche, en aquel casi solitario lugar. Donde solo ellos debían esperar. Por que la tormenta se detuviera y ellos pudieran viajar. Algunos habían optado por retirarse y según tenían entendido en otra sección incluso había escándalo por los vuelos cancelados.

 

—No lo sé… me pareció escuchar en televisión, que pasarían en Corea con sus familias.

—Dichosos ellos que ahora pueden hacerlo.

 

Yunho asintió, ahorrándose el pequeño pensamiento de  ‘Les ha costado demasiado’ Changmin volvió a suspirar. Apoyándose descuidadamente sobre el hombro de Yunho.

 

—Al menos no pasaré la navidad completamente solo.

—¿Estás diciendo que yo soy mejor que nada?

 

Changmin rió ante la fingida indignación por parte del mayor, y solo negó levemente. Recogiendo un poco las piernas y mirando distraídamente la pared frente a ellos. Hacía frío. Y de repente ni siquiera tenía sueño.

 

 

 

 

 

Jaejoong miraba su celular, mordiendo su labio inferior, indeciso todavía.

 

Yoochun levantó una ceja.

 

—¿Qué haces? ¿Viendo fotos de alguien desnudo?

 

Jaejoong se sonrojó violentamente.

 

—¡No seas imbécil!

 

Sacudió un poco sus cabellos y decidió guardar el celular, pero antes de que pudiera hacerlo, Yoochun se lo arrebató. Y Junsu, quien tomaba un poco de agua, estuvo a punto de atorarse cuando tuvo que retroceder inesperadamente ante Yoochun que pasó corriendo frente a él.

 

—¡Devuélveme el celular!

—¡No me da la gana!

 

Junsu rodó los ojos.  Jaejoong perseguía a Yoochun, quien ya había empezado a registrar el pequeño aparato tecnológico. Y de repente se detuvo, abruptamente. Logrando que el cuerpo de Jaejoong se estrellará contra el suyo.

 

—¿Otra vez con lo de sus números?

 

Jaejoong frunció el ceño.

 

—Esta vez si es seguro.

—¿Cómo sabes? Has tenido siquiera ochenta ‘seguros’ números de Yunho y ochenta ‘seguros’ números de Changmin. Esperanzado de que esta vez si se trata de sus nuevos celulares.

 

Junsu miró al mayor de los tres. Brevemente Kim agachó un poco la cabeza, desviando la mirada. Pero luego pareció llenarse de valor incluso ante lo ligeramente molesto que se veía Yoochun.

 

—Me lo dio Heechul, unas semanas antes de irse a la militarizada.

—¿Y hasta ahora no has comprobado si son sus números o no?

 

Jaejoong apretó  los puños. Callando la obvia razón, de no tener que afrontar una vez más que se trataba de un número erróneo. Pero quería creer en Heechul, en esa pequeña y discreta forma en que se encontraron, y la forma encarecida en la que le pidió que manejara con discreción aquel número. Él se iba a la militarizada por dos años, así que el resto no importaba para él mucho que digamos. Pero Yunho y Changmin seguirían allí.

 

—Yoochun ya basta, creo que todos estamos un poco alterados por lo de los vuelos.

 

Junsu intentó mediar, por el mutismo de Jaejoong y por la manera en que las facciones de Yoochun empezaron a relajarse. Evidenciando que estaba entendiendo que había cometido un error. Sin embargo Yoochun siempre era así de renuente.

 

—Entonces, si no lo intentas tú, lo haré yo.

 

Jaejoong levantó la mirada, observando con una pasmosa lentitud como Yoochun empezaba a presionar el botón rojo en el táctil entre sus dedos, y llevaba el celular a su oído. Fue como si el tiempo se detuviera y existiera un gran silencio de repente.

 

Junsu y Jaejoong miraban a Yoochun. El esperar calmado mientras Yoochun miraba el techo esperando por que finalmente le contestaran. Luego del quinto tono, finalmente hubo un atisbo de respuesta. Y esa voz algo grave sonó tan cerca, que heló por completo todo su ser.

 

—¿Si? ¿Quién habla?

 

Yoochun movió sus labios no terminando de saber que podía decir, por que esa voz la reconoció de inmediato. Aquel muchacho, el menor de todos ellos. Quien siempre lo acompañaba cuando tenía ganas de fastidiar a Junsu.

 

—…¿Quién es?

—No lo sé, creo que un mudo.

 

Cuando la voz de Yunho llegó a sus oídos también. Yoochun esbozó una sonrisa, una grande, que hizo que Jaejoong diera un paso hacía él, repleto de expectativas, Junsu sin embargo solo llevó las manos a su boca. Atento a que algo pasara y definiera la situación.

 

—¿Changmin?

 

Hubo un corto silencio, uno de un par de segundos, antes de que la voz del menor sonara menos segura que antes.

 

—Yoochun… ¿eres tú?

—¿Yoochun? ¿Estás hablando con él? ¿Cómo tiene tú número?

 

—¡Hyung cálmate! Ni siquiera me ha respondido… Habla imbécil, ¿eres o no el idiota de Park Yoochun?

—Que linda manera de responder, mocoso. Que hubiera pasado si se tratara de una fan loca enamorada. Te le caías del pedestal, ¿sabías?

 

Changmin soltó una sonora carcajada. De esas intensas que te contagiaban de inmediato. Y Yoochun se descubrió extrañando aquello. Hubo un pequeño forcejeó y finalmente la voz de Yunho dejó de escucharse tan lejana.

 

¡Yoochun! ¿Cómo están? ¿Están en Corea, cierto? Mándale saludos a tu familia. Espero que todos estén bien.

—Yunho, se nota que no has perdido esa mala costumbre de preguntar demasiado rápido las cosas.

 

Yunho rió, y Yoochun no pudo evitar sonreír ante eso. Imaginó que el primero en quitarle el celular sería Jaejoong, pero él más bien parecía paralizado ante la evidencia de que en realidad si estaban hablando con ellos. Sin embargo Junsu corrió hasta él y le arrebató el celular de las manos.

 

—¡Hyung! Dios… no sabes cuanto extrañaba poder hablar con ustedes. Te extraño mucho, hyung. Dile a Changmin que es un idiota, ah… como extrañaba insultarlo. ¡Hyung, hyung! Tienes que ver a mis gatos tenemos muchos. Bueno, más que antes, por cierto…

 

—¡Junsu! Déjalo respirar. Que seguramente no te entendió nada.

 

Yoochun volvió a apoderarse del celular, e inconscientemente Junsu dio un pequeño saltito cuando Park puso el celular en alto para alejarlo de sus manos.

 

—¡Chun! Devuélveme el celular quiero hablar con Yunho y Changmin.

— ¡Yo estaba hablando primero!

 

Justo antes de que la pelea continuara. Jaejoong le quitó el celular a Yoochun, lo sostuvo con fuerza en sus manos y lo llevó a su oído derecho. Alejándose de ellos, dándoles la espalda de inmediato.

 

—¿Yunho? ¿Cómo has estado? ¿Estás bien de salud? ¿Y Changmin, se está alimentando bien? ¿Se están alimentando bien los dos?

Jae, tranquilo. Que estamos perfectamente bien. ¿Ustedes como están?

 

—Algo mal, queríamos pasar navidad en Corea, pero nos fue imposible.

—¿Cómo así, no están en Corea?

 

Jaejoong arregló un mechón de su cabello y suspiró.

 

—Tuvimos inconvenientes y tuvimos que atrasar dos días nuestro vuelo, por un par de asuntos pendientes y ahora que íbamos a tomar el vuelo hubo una tormenta.

 

De pronto hubo un poco de silencio. Jaejoong incluso escuchó los susurros de Yunho y Changmin. Aunque no podía entenderlos, podía identificar esa otra voz que le pertenecía a Changmin. Y deseó tanto hablar con él.

 

—Jaejoong, ¿ustedes están en Japón?

—Si, claro… ¿puedes pasarme a Changmin?

—Por supuesto.

 

Nuevamente escuchó un poco de silencio, incluso unos pasos, pero no le tomó mucha importancia, mientras esperaba por la voz del menor, escuchando algo a lo lejos la pelea de Yoochun y Junsu.

 

¿Hyung?

—¡Min! ¿Cómo te encuentras? ¿Te estás tomando lo que te recomendé para el cansancio?

 

¿Quieres dejar de comportarte como una madre, hyung? A veces eres insoportable.

¡Oye! ¿Hace tanto que hablamos y eso es lo único que se te ocurre decirme?

 

Jaejoong sintió la mano de uno de sus amigos, empezar a jalar de su camisa. Giró tranquilo, con esa sonrisa en el rostro que era indescriptible y descubrió a Junsu, junto a él, mirando hacía el pasillo. Y unos pasos más adelante a Yoochun. Mirando hacía el mismo lugar.

 

Yunho estaba a unos metros de ellos. Mirando de un lado a otro. Buscándolos, Changmin estaba unos pasos más atrás, con el celular en la mano, siguiendo los pasos del mayor.

 

—¡Yunho!

 

Yoochun levantó un poco su mano y de inmediato logró llamar su atención. El corazón de Jaejoong se agitó, ahí estaban los dos. Sus dos compañeros, hermanos, amigos del alma. Y lo vio correr, como hace mucho no lo hacía. Yunho en dirección hacía Yoochun quien solo avanzó un par de pasos.

 

El impacto de sus cuerpos fue algo levemente sonoro, la ropa junta que se apegaba a través del abrazo. Jaejoong cortó la llamada. Changmin venía unos pasos más atrás. Y la manera en la que Yunho se aferraba a Yoochun le hizo recordar lo mucho que había esperado por este momento.

 

Y antes de que pudieran darse cuenta, los cinco ya estaban juntos. Uno junto al otro.

 

En un abrazo profundo que los encerraba ahí, a los cinco por igual.

 

 

 

 

—Siento como si hubieran pasado años, como si Yoochun hubiera dejado de ser un idiota, Jaejoong un cursi de lo peor y Junsu un insoportable. Ahora todos somos unos adultos.

 

La voz de Changmin mientras pestañeaba y sonreía hizo reír a Yunho. Pero Yoochun solo levantó el rostro.

 

—Si, claro y tú has dejado de ser un ente desagradable y Yunho un maldito perfeccionista, ¿no?

 

En esta ocasión Jaejoong sonrió. Pero Junsu levantó un poco las manos. Sentándose junto a Yunho y sonriendo abiertamente.

 

—De acuerdo, ya basta. No vamos a pelear. Que este es un momento especial.

—…Del cual lamentablemente nadie más se debe enterar.

 

Jaejoong habló pausado, un poco desanimado al mismo tiempo. Pero Yoochun agitó sus cabellos regalándole una sonrisa.

 

—Mejora el ánimo, Jae. Que por algo nos hemos escondido de toda esa gente.

—Me jode que tengamos que escondernos como si estuviéramos cometiendo un delito.

 

Changmin hizo un puchero. Uno de esos que no hacía desde hace mucho. Y Yunho se llenó de nostalgia. Para cuando se dio cuenta. Todos se encontraban sentados en el sillón. Jaejoong junto a Yoochun. Sentado en el brazo del mueble y Changmin entre Yoochun y él. En medio del sillón. Cuando Junsu puso una mano en su hombro, sonrió. Saliendo de sus pensamientos.

 

—Hace un buen tiempo que no pasamos juntos la navidad, ¿por qué no jugamos al santa secreto?

—¿Comenzaste?— Changmin miró fijamente a Junsu. —¿De dónde quieres que saque un regalo decente?

 

—¡No es necesario que sea un mega regalo, inconsciente! Basta con que sea algo significativo.

—…Y comenzaste con las cursilerías de navidad.

 

Yunho cerró los ojos negando suavemente, mientras escuchaba la pelea entre Junsu y Changmin. Cuanod abrió los ojos. Yoochun y Jaejoong lo miraban con una sonrisa en el rostro.

 

—…Y eso es algo que no había extrañado en absoluto.

—¡¡Hyung!!

 

El grito al unísono por parte de Junsu y Changmin. Lo hizo sonreír divertido. Mientras se levantaba de su lugar y arreglaba su ropa.

 

—Está bien, Junsu tiene razón. Juguemos al santa secreto y cada uno regalara lo mejor que pueda.

—Todas las tiendas están cerradas. Estamos en la parte privada, ni siquiera en la zona de tiendas.

 

—¿Puedes dejar de ser tan malditamente negativo por una vez Changmin?

—NO me da la gana.

 

Yoochun entrecerró los ojos, dándole un golpe al menor en la cabeza. Por lo que Jaejoong pateó a Yoochun y otra vez se armó el escándalo. Entonces, Yunho volvió a suspirar.

 

—¡Bien, se callan!

 

El silencio se hizo afortunadamente. Y Jaejoong se levantó también, sonriente.

 

—Yo tengo una libreta en mi bolso. Y tu siempre cargas un bolígrafo, ¿no, Yunho? Con eso podemos empezar con el sorteo de los regalos.

 

Yunho asintió, y Jaejoong de inmediato empezó a buscar la dichosa libreta.

 

 

 

 

Changmin arrugó el entrecejo.

 

Moviendo un poco la boca y jugando con las llaves entre sus manos, con el bolso con el que viajaba entre las manos. Y observando un montón de cosas inútiles que no le servían para nada. Mucho menos para un regalo. Encontró incluso su último álbum en Japón. Llevaba el Tone y aquello le recordó a la época en la que por alguna inexplicable razón Junsu también hacía lo mismo.

 

Pensó en llamar a Eunhyuk pero luego recordó el hecho de que supuestamente ese encuentro no debió suceder. Vio a Yunho caminar hacía él. Tenía el celular en las manos y parecía ligeramente preocupado.

 

—¿Hyung?

—Es el presidente.

 

Changmin alzó las cejas, un poco preocupado.

 

—¿Le vas a contestar?

—No lo sé. Seguramente ya se enteró, que Jaejoong, Junsu y Yoochun también están en Japón. Nos pedirá que abandonemos el aeropuerto. Y vayamos a algún hotel.

 

—¿Qué vas a hacer?

—Nada.

 

Yunho apagó el celular, tan rápido que Changmin apenas pudo reaccionar cuando finalmente lo vio desarmar el pequeño artilugio para luego guardarlo en su bolsillo. Y cuando Yunho le sonrió, todo supo un poco mejor.

 

—Estaremos bien.

 

Changmin asintió. Imitando las acciones de Yunho y guardando el celular en su bolso. Mordió su labio inferior y suspiró.

 

—Iré a ver como hago con mi regalo.

—Hyung, espera…

 

Se levantó, apretando el CD entre sus manos. –Antes que te vayas, quiero pedirte un favor…

 

 

 

 

—Ya sé por que Changmin dice que eres un cursi de lo peor.

 

Jaejoong tapó de inmediato el trabajo que estaba haciendo cuando escuchó la voz de Yoochun a su espalda.

 

—No fastidies, Chun. Ve hacer tu regalo.

—Ya lo hice.

 

Yoochun levantó su cámara. Y sonrió un poco. –Ahora solo necesito un minuto de tu tiempo.

 

 

 

 

—¡Bien, cálmense!

 

Yunho volvió a gritar, respirando profundo antes de pasar una mano por su rostro y mirar severamente a los cuatro enfrente de él. Cada uno con diferentes presentes en las manos. Exceptuándolo a él.

 

—Quien dijo que Leeteuk era un súper líder por manejar a trece muchachos. Nunca conoció de cerca a los Dong Bang Shin Ki. Es decir, ustedes.

 

Yoochun rió disimuladamente. Mientras Junsu se levantaba de su lugar con una sonrisa en el rostro.

 

—Bien, yo comienzo.

—¿No se supone que debe comenzar el menor?

—Pero quiero comenzar yo.

 

Changmin rodó los ojos, sacudiendo un poco su mano. –Déjenlo, que viva su infancia no completa.

 

Junsu rodó los ojos, retomando la palabra y mirando a sus amigos.

 

—Bueno, como estaba diciendo. Antes de ser interrumpido. Como ya saben no tuvimos oportunidad de ir a comprar nada, así que decidimos poner a prueba nuestra imaginación. Mi regalo es para uno de mis mejores amigos.  Aunque siempre se unía a una jirafa molestosa para fastidiarme. Ese ratón sabe que lo quiero igual de lo que quiero a esa molesta jirafa.

 

Yoochun sonrió y se levantó. Abrazando con fuerza a Junsu, balanceando un poco sus cuerpos antes de abrir la pequeña caja que sabrá Dios de donde sacó el menor.

 

—Lo había comprado para dártelo en navidad. Pero ya que todo esto sucedió, pensé que sería lindo dártelo con un pequeño agregado.

 

Yoochun sacó el sombrero un poco intrigado y Junsu fue quien le dio la vuelta al sombrero. En el interior en la parte que rodeaba la cabeza de Yoochun, estaban escritos los nombres de los cinco. Con la letra de cada uno de ellos, excepto la de él.

 

—Gracias, Su.

 

Junsu asintió regresando a su asiento. Y Yoochun odió lo sensible que podía ser en ocasiones. Se colocó el sombrero, y respiró profundo, limpiando sin vergüenza la lágrima que se le había escapado descaradamente.

 

—Bueno mi regalo es para una de las personas que mejor me entiende. Y te voy a pedir algo, no veas el video hasta que estés en tu casa y puedas abrazar a tu gato y llorar con él. Por que no quiero que hagas escenitas aquí, ¿entendido Soulmate?

 

Jaejoong miró de un lado a otro, sorprendido y levantándose. Antes de prácticamente saltar a los brazos de Yoochun y abrazarlo hasta casi dejarlo sin aire.

 

—Puedes quedarte con la cámara.

 

Asintió tranquilo, y mientras Yoochun se sentaba, ojeaba tranquilo los videos que había dentro. Mostrando los rostros de los cinco. Con pequeños minutos de grabación en los que decían algún mensaje importante. Jaejoong decidió obedecer a Yoochun y verlo luego, cuando no estuviera tan sensible como ahora.

 

—De acuerdo. El mío es sencillo.— Jaejoong suspiró. Bajando un poco la mirada y mirando la libreta en sus manos. –El único líder que he reconocido como tal. El único que merece ese título. Feliz navidad, Yunho.

 

Como si de pronto todos recordaran que no habían dicho esas palabras todos compartieron breves miradas y Yunho abrazó a Jaejoong con un suspiró de por medio, un abrazo medianamente más largo que los dos anteriores.

 

—Gracias, Jae.

 

Cuando abrió la libreta. Había varias anotaciones de Jaejoong, su letra inconfundible. Cenas, citas, presentaciones, incluso un par de frases de las canciones que ahora todo mundo escuchaba estaban ahí, pero fue Jaejoong el encargado de llevarlo a la página donde estaba diciembre.

 

Y ahí, había dos páginas repletas de fotos de los cinco. Recortes de revistas, fotos que hubieran sido captadas en cualquier momento, que de pronto formaban un hermoso collage como si el tiempo no hubiera pasado y los cinco pudieran ocupar una página entera sin polémica de por medio. Solo estaban los cinco. Con sonrisas, con esperanzas en los ojos.

 

Respiró hondo. Y sonrió.

 

—Para mi regalo debemos pararnos, así que muevan el trasero.

 

Yunho empezó a caminar, seguido por los cuatro. Hasta llegar a uno de los grandes ventanales. Justo detrás de uno de los pilares. Donde las cámaras difícilmente podían captarlos en la parte inferior al ventanal, donde ya había solo cemento. Discretamente escrito, con letras extremadamente pequeñas. Todos pudieron observar las iniciales de los cinco. Esculpidas por la letra de Jung.

 

—Al muchachito que siempre cuidé, desde que llegó siendo casi un niño a nosotros. Con sus miedos e inseguridades. A ese niño que un día me demostró que creció y se hizo más fuerte que yo. Que me arrastró hasta que logré levantarme. Feliz navidad, Changmin.

 

Shim miraba el pequeño lugar, se agachó para rozarlo suavemente con sus manos. Y sonrió con esfuerzo, por evitar esa debilidad expresada en lágrimas. Levantó la cabeza con una sonrisa un poco más suelta y abrazó a Yunho.

 

—Gracias, hyung…— Changmin suspiró, sacando del bolsillo de su chaqueta el CD. –El mío ya es obvio. Delfín insoportable. En serio se te extraña, aunque sea para joderte la existencia.

 

Junsu rió divertido. Tomando el CD entre sus manos y abriéndolo. Dentro estaban las firmas de Yunho y Changmin, pero dentro del cancionero, en cada página había pequeños mensajes de la mano de Changmin.

 

‘NO hagas tanto ejercicio, que si ese trasero sigue mejorando un día de estos las fans te van a violar’

‘No comas todo lo que Jaejoong hyung prepare, no es precisamente un chef como las fans creen’

‘Yoochun es un pervertido, siempre lo ha sido, y siempre lo será. Que no se te peguen sus malas costumbres’

 

Abrazó a Changmin por la espalda, cerrando los ojos y tratando de respirar profundo. Apretando con fuerza el CD, procurando no olvidar esas pequeñas horas.

 

 

 

 

—Ahora si, ¡finjan que son dioses!

—Somos dioses, los dioses del este.

 

—Sabes a lo que me refiero Jaejoong.

—¿Pueden dejar de pelear el flash está a punto de… salir?

 

Todos miraron hacía la cámara que acababa de tomar la foto, todos sentados en una de las bancas de la sala de espera del aeropuerto. Junsu corrió a ver la foto y rió divertido, por lo que pronto todos se acomodaron para poder ver mejor.

 

En la foto Jaejoong y Yoochun discutían, Changmin rodaba los ojos, Junsu se rascaba la frente y Yunho con una mano en el rostro negaba levemente.

 

—Otra, por favor.

 

Todos asintieron. Pero esta vez Jaejoong sostuvo la cámara. Todos se acercaron y el flash salió una vez más. Hubo una nostalgia tremenda cuando pudieron comprobar lo bien que había quedado. Todos demasiado juntos para poder salir, con Yoochun y Yunho que iban a los extremos uniéndose todo lo que podían para salir completos en la imagen.

 

Una sonrisa cómplice y un suspiro fue el resultado de aquella acción.

 

 

 

 

—¿Creen que este sea nuestro regalo de navidad por parte del destino?

—Supongo que si, nos hemos portado bien.

 

Junsu sonrió ante la respuesta de Yunho. Y recién notó, que los cinco se habían acomodado en el asiento. Mirando el gran ventanal y la noche oscura, la nieve que aún caía. El viento fuerte y lo cálido que se sentían en ese preciso instante. Como si nada más faltara.

 

—Ya es navidad.

 

Jaejoong miraba su reloj, levantándolo un poco para que todos lo pudieran comprobar y todos se pegaron un poco más. Escuchando el débil susurro de Changmin, antes de hundir el rostro en el hombro de Yoochun para ocultar sus evidentes lágrimas.

 

—…Feliz navidad.

 

 

 

 

Cerca de las cuatro de la mañana. Jaejoong vio con pesar que aparentemente los llamados empezaban a hacerse una vez más. Que debían volver a su sala de espera y que debían separarse una vez más. Poco a poco agarraron sus maletas. Y Yoochun fue el primero en hablar.

 

—Cuídense mucho.

—Ustedes también.

 

La barrera se había vuelto a imponer. Se encontraban los tres separados por unos pasos de sus otros dos amigos. Con miradas leves y suspiros escondidos. Pero fue esta vez Yunho quien decidió avanzar un paso más.

 

—Para año nuevo, Changmin y yo debemos viajar para Estados Unidos.

—Nosotros viajaremos el dos de enero para China.

 

Changmin se acercó también, apoyándose un poco en Yunho.

 

—Tal vez nosotros podamos perder el vuelo.

—Y tal vez nosotros podamos adelantar el viaje.

 

Hubo una sonrisa cómplice en ese momento. El lugar iba a empezar a llenarse, en cualquier momento. Personas pidiendo y avisando la reanudación de los vuelos. Compartieron una última mirada. Debían marcharse antes de que los vieran juntos.

 

Yunho y Changmin fueron los primeros en girar. Luego Yoochun, Junsu y Jaejoong. Esas cortas horas que habían sido un regalo de navidad. Que compensaba la ausencia y los planes no realizados. Esa promesa implícita de un mañana a escondidas.

 

Y de esa nieve blanca que limpiaba todo lo demás.

 

Por que mientras tanto, sus vidas debían seguir.

 

 

Fin

 

 

 

 

 

Nota 1: Santa secreto, o amigo secreto, como lo denominen en su país. O si es que no lo conocen es un juego tradicional en Navidad, en el que una familia, o grupo de amigos se reúne. Pone los nombres de todos los integrantes en una bolsa, y sortean uno a uno para que vayan escogiendo un papel a la suerte. Y el nombre que te tocó es a quien le debes dar un presente en navidad.

 

Como podrán darse cuenta no tiene nada que ver con parejas, o algo de romanticismo entre solo dos personajes, es sobre los cinco. Sobre su amistad y sobre algo que recónditamente sería lindo que pasara. La idea vino de la nada. Y planeaba publicarla en navidad, y todavía estoy a tiempo por que son las cinco y media en mi país.

 

No estoy muy segura de si es posible que puedan refugiarse en algún lado del aeropuerto, pero para algunas cosas que pueden parecer incongruentes, o falta de realidad  digamos y finjamos que  que pueden  ser así. Solo para propósitos del fic. Después de todo, es precisamente eso, un fanfic. Cuando lo leí pensé que iba muy rápido en la secuencia y tal vez si, pero particularmente me pareció, después de que lo releí, que estaba bien.

 

Espero que les haya gustado. No quise darle prioridad a ninguna pareja. Quise darle prioridad a los cinco. Y a un deseo de navidad que seguramente todas las Cassiopeia tenemos. Espero que tengan unas felices fiestas y disfruten de estos pequeños días de tranquilidad y paz. 

 

 

 

 

28 comentarios sobre “Imprevistos {Oneshot}

  1. Leerlo en diciembre del 2012, después de enterarte ke la batalla legal terminó, es aún más triste y aún mas esperanzador, kisiera ke fuera tan sencillo cómo en un fic, pero, se vale soñar ke no? waa!!! muchas GRACIAS por mi presente de navidad adelantado T^T

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  2. no se cuanto tiempo más estaré con las lágrimas eo los ojos fue muy hermoso una historia que quisiera que fuera real y como dijiste es el mayor deseo de toda cassiopeia que los 5 estén juntos pa no separarse nunca más gracias por está historia

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  3. Ay por dios no tienes idea de lo mucho que me ha gustado tu fic aun estoy llorando. Francamente duele mucho inaginarlos sepatados y extrañandose de esa forma. Me encanta que en cada uno de tus fics ellos tiene la misma personalidad y la idea que tienea de Yoochun y Chang min es en definitiva mi favoriata. Gracias y ojala y te animes a continuar «»ser Feliz»» no dudo que nuevamente haras maravillas si lo retomas.

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  4. Tengo lagrimas en los ojos no fue un yunjae ni un yoosu.. ni un jaemin, hosu, u2 , minsu etc… pero fue un DBSK hermoso …
    me fascino graxias ,,,, siendo sincera yo tengo esperanzas de que ellos se sigan viendo.. no puedo creer que por esa demanda se hayan dejado de hablar y de ver on que sea a escondidas.. espero que sea asi… ❤

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  5. Algo se ha movido en mi, no importa que pasen mil años, ese deseo de que los cinco aún se frecuenten o que simplemente no exista rencor en sus corazones.

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