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Corazón con Fecha de Expiración: Capitulo 17


Corazón con Fecha de Expiración

Y si tienes suerte, la mayor suerte del mundo, entonces la persona que amas, te amará de regreso también

Capitulo Diecisiete

—Entonces pasaste el fin de semana entero ocupado.

Minho había comentado tranquilo aquello, jugando un poco con su bebida mientras Kyuhyun miraba distraídamente el celular y él, tan solo asentía.

—Es curioso pero no soy de salir tanto y mucho menos de hacer vida sociable, pero le había dicho a Sunny que la ayudaría con algunas cosas de la escuela el domingo en la mañana y quedé de cenar con papá en la noche. Me sentí tan cansado al iniciar este lunes.

—Eso es porque eres un vago, ¿qué hiciste el sábado?

—Estuve con Yoochun.

Se esparció un silencio, breve y tranquilo. Changmin miró a sus amigo y giró los ojos.

—Pregunten.

—¿Nos vas a contestar con sinceridad?

—Ya decidiré yo eso.

Kyuhyun sonrió y se acercó un poco más a Shim.

—¿Qué hicieron el día entero?

—Salimos a desayunar, luego vimos una película en su casa, preparamos el almuerzo, dormimos gran parte de la tarde, pedimos comida para la cena y luego me fue a dejar a casa. Nada fuera de lo normal.

A pesar que su voz había sonado calmada y tranquila, Kyuhyun lo miraba directamente a la cara, con los ojos entrecerrados mientras Minho pasaba su mirada del uno al otro, como esperando que algo más pasara.

—¿Tu vida sexual no aumenta ni porque estás emparejado?

—Uno, no es asunto tuyo y dos ¿emparejado? ¿vives en los ochenta?

Changmin regresó a su bebida, desviando la mirada como si terminara la conversación en ese instante.

Nada más le importaba. Pero Kyuhyun continuaba observándolo, analizándolo con toda y su molesta presencia.

—Yo tengo una duda distinta a la de Kyuhyun – Changmin entonces levantó su mirada hasta Minho y este se apoyó un poco más en la mesa, sentado frente a él todavía – He tenido citas y pues… ¿no sé? Hyung, esas cosas son de adultos ¿no te aburren?

Changmin sonrió, Yoochun le había hecho la misma pregunta durante la tarde.

—Soy un adolescente aburrido Minho. Sabes perfectamente que no me siento cómodo en todas esas actividades que a ti tanto te gustan. Quizá por eso Yoochun y yo logramos entendernos bien.

—Porque eres un viejo en cuerpo de adolescente.

Changmin codeó con dureza a Kyuhyun, quien de inmediato se quejó exageradamente.

—La cuestión es que me siento más cómodo viendo una película junto a él. Saliendo de vez en cuando al cine. Paseando en las noches sin destino fijo o simplemente leyendo un libro o platicando de él. Es cuestión de gustos afines, supongo. Me siento bien con él, porque puedo ser yo. Puedo ser todo aburrido que quiera, porque a él le gustan las mismas cosas que a mí, porque puedo pasar horas escuchándolo hablar y él a mí.

—Y eso mi querido, Minho: Es amor.

Changmin a estas alturas no está seguro si Kyuhyun lo dijo en tono de burla o no, pero para ese momento él solo negó sutilmente y continuó bebiendo mientras Minho sonreía y lo miraba como si esperara que continuara hablando un poco más.

—¿Entonces no tuvieron sexo en todo el día?

—Si, Kyuhyun. Si. Tres veces ¿contento?

Minho tosió impulsivamente y Kyuhyun sonrió complacido.

—En todo caso, eso no es lo más relevante de mi fin de semana – Ambos amigos lo miraron con curiosidad y Changmin suspiró – Por cierto, Kyuhyun… Sunny te sigue odiando. Por si te lo estabas preguntando. — El mencionado solo suspiró y Changmin decidió continuar – Mi papá aprovechó la cena para presentarme a su pareja.

—¿Y?

Changmin mordió un poco su labio inferior.

—Es un hombre

—¡¿Qué?!

Minho volvió a toser y Kyuhyun abrió sus ojos como nunca antes.

—En resumen. Mis padres salían, ella quedó embarazada sin que aquello estuviera planeado. Cuando se enteraron que ella estaba esperando un hijo fue un escándalo. Sus padres no la dejaron abortar y evidentemente la hicieron casarse con papá. La noche antes de la boda papá bebió hasta más no poder y terminó yendo a confesarle a mamá que era gay y no se podría casar con ella.

—¡Espera, espera! — Minho esta vez colocó sus manos en alto — ¿Y se acostaba con ella?

—Era su tapadera supongo. No lo sé, eran otros tiempos. La cuestión es que mamá lo mandó al carajo, no la iba a hacer pasar tremenda vergüenza cancelando la boda, dejándola embarazada y además siendo gay. Se casaron, se soportaron y todo explotó en algún momento. Mamá nunca superó el hecho de que él no la volviera a tocar, por eso no se pueden ni ver, por eso se quedó con mi custodia.

—Y por eso enloqueció cuando se enteró que eras gay.

Changmin alzó los hombros y bebió lo que le quedaba de su bebida.

—Fue extraño ¿saben? Aún creo que no termino de procesar toda la información, pero papá se veía aliviado de al fin poder contármelo todo. Supongo que si no supiera que estoy saliendo con un chico, seguramente me lo confesaba todo en unos diez años más.

Bromeó suave, pero sintió la mirada de ambos.

—¿Qué?

—¿Todo bien entre tu papá y tú?

—Si, supongo… Es que no quiero juzgarlo ¿saben? — Suspiró, sentándose un poco más relajado en su lugar – Eran otros tiempos. Y la verdad estoy bastante cansado de pelear con las inseguridades de Yoochun, con las mías, estoy agotado de las peleas con mamá, que tener algún resentimiento con papá ya sería demasiado para mí. Estoy en un buen momento de mi vida justo ahora. Y quiero seguir así, estar en paz.

—Me asusta tu nivel de madurez.

Changmin sonrió. Y por un momento recordó la breve charla con Yoochun durante el receso de ese día. Lo había mirado largamente mientras le contaba mucho más extensamente todo acerca de la cena. Como curiosamente el novio de su padre le pareció alguien agradable, como durante las partes más duras de confesar Taegu había sostenido la mano de su padre en apoyo.

Resultaba curioso como había hablado casi veinte minutos sin parar y Yoochun solamente lo había mirado atentamente, luego inconscientemente hizo lo mismo, sostuvo sus manos y le habló suave. Preguntándole en primera instancia como se sentía él con todo y luego dándole su punto de vista, y mientras arreglaba su cabello le susurraba lo orgulloso que se sentía de él por ser tan comprensible y maduro con su padre.

Fue un breve instante, pero Changmin se preguntó hondamente si en verdad se podría llegar a volver a sentir así otra vez. Mirar a Yoochun y sentir que sus palabras y sus gestos lo eran todo, sentir como su pecho se agitaba y todo desaparecía.

¿Podría volver a sentirse así con otra persona alguna vez?

No es como si Changmin pensara en enamorarse de alguien más, pero la gente a su alrededor siempre hablaba sobre que los amores de adolescencia no duraban, que siempre acabábamos con alguien más. Que los primeros amores eran bonitas ilusiones que no jamás se volvían a sentir igual, porque todo ese cúmulo de emociones y sensaciones nos tomaban desprevenidos al estar en constante descubrimiento y lleno de primeras veces.

Pero él no quería sentirse así con nadie más.

Yoochun era el inicio de todo y quería que fuera su final.

—¡Changmin! — Giró sorprendido por haberse perdido quien sabe cuantos minutos en sus recuerdos y trató de mirar a sus amigos con atención – Que te perdimos por un instante.

—Solo recordé algo, ¿qué pasó?

—Estábamos hablando de que haremos en tu cumpleaños. ¿Quieres que salgamos o la pasaras con Yoochun?

—Aún no se lo he dicho… — Jugó un poco con sus dedos sobre la mesa y luego levantó su mirada mucho más confiado que antes – Pero quiero pedirles un gran favor.

Kyuhyun y Minho solo pudieron mirarse confundidos.

A Changmin le gustaba besarse con Yoochun en el sofá, sentía su cuerpo acomodarse de manera fácil cuando lograba que finalmente Yoochun de distrajera de su trabajo instante y finalmente se rindiera ante él y accediera a besarlo por largos minutos en los que enredaba sus manos en el cabello del contrario y sentía su cuerpo cerca y sus manos acariciando lentamente su espalda. No solían besarse con intención de avanzar demasiado, a veces solo querían besarse hasta que sus labios se sintieran cansados y eso era curiosamente satisfactorio.

—¿Quieres beber algo?

—No, estoy bien.

Yoochun le dio un corto beso en los labios y le acomodó la camisa con tranquilidad. En cuanto lo observó volver a la laptop mientras se sentaba en el suelo para poder estar a la altura de la pequeña mesa de centro, Changmin optó por sentarse tras de él y apoyar su quijada en los hombros del mayor.

—¿Tienes algo que hacer este sábado?

—No en realidad.

—Salgamos.

—Claro ¿qué quieres hacer? — Yoochun tecleaba, aparentemente concentrado a pesar de poder llevarle la conversación con facilidad .

—Quiero ir a una disco.

Yoochun entonces si se enderezó, sacudió un poco su cabeza hasta que giró lo suficiente como para poder mirarlo a la cara. — Tú ¿qué?

—Quiero intentarlo. Nunca he ido a una y tú dijiste alguna vez que solías ir mucho en la universidad.

—Exacto, en la universidad. Cuando ya es legal entrar y beber.

—Oh, por favor ¿me vas a decir que jamás entraste antes de tener los veinte?

Yoochun se acomodó mejor, aún con los brazos de Changmin rodeándolo un poco.

—Dime la verdad, ¿a qué viene todo esto?

Changmin suspiró, dejándose caer en el suelo junto a él, mirándolo por primera vez con una cara un tanto dulce, un tanto avergonzada. ¡Lo estaba manipulando! Changmin por primera vez estaba usando un poco de su encanto para convencerlo de algo. Honestamente Yoochun no sabía si sentirse halagado, feliz o desconcertado.

Así que mejor lo abrazó con fuerza.

—Dios, te amo tanto – Se apoyó en su hombro y casi podía sentir a Changmin sonreír en medio de su abrazo – Ahora dime ¿qué fuerza extraña del universo te ha motivado a querer hacer cosas tan mundanas?

—El viernes será mi cumpleaños. Y he pensado que no me guste, no quiere decir que no pueda intentarlo al menos una vez y decidir si en verdad no me gusta, o puedo empezar a descubrirlo.

—¿Y qué tal si lo descubres cuando tengas veinte? Edad legal para beber y entrar a bares.

—Te recuerdo que para la fiesta de bienvenida de mi primo estuve en una.

—Fue alquilada para esa reunión, así que con invitación entraba cualquiera. Además no debiste beber ese día.

—Ajá, me lo dice el que se caía de ebrio.

En esta ocasión Yoochun se alejó un poco y lo miró entrecerrando los ojos, sin intentar mostrarse demasiado serio, como para que notara la ligereza en sus palabras.

—Eran tiempos difíciles.

—Bueno, el caso es que quiero bailar contigo, quiero besarte y emborracharme.

—¿Entonces quieres que sea tu niñera?

Changmin arrugó el entrecejo y torció un poco los labios.

—Asco, Yoochun.

—Sigo sin entender este repentino interés tuyo.

—Cumpliré dieciocho. Quiero hacer todas las cosas que no he hecho hasta ahora. Y quiero hacerlas contigo.

—¿Así que quieres jugar a ser un adolescente común y corriente?

—Por un día, creo que sería interesante. Nunca me había sentido tan seguro con alguien como contigo. No hay nada de mí que no aceptes, y me agrada todo de ti. Creo que sería interesante vivir cosas que no he vivido, a lado de la persona con la que más seguro me siento.

Yoochun colocó uno de los mechones de Changmin tras su oreja, le sonrió ampliamente y asintió.

—Pero en mi cumpleaños iremos de viaje a la montaña. Quiero acampar y dormir en el suelo.

—¿Ese es tu lado aventurero?

—Nunca lo hice ¿sabes? No es lo mío — Changmin pudo apreciar una pequeña sonrisa emocionada en el mayor, casi imperceptible – Pero oírte hablar de compartir experiencias, de entregarte mis buenos y malos momentos, he decidido que quiero hacerlo contigo.

—Quiero que nos regalemos todas las primeras veces. De eso se trata en realidad. — Changmin se acercó un poco más a él, con sus piernas casi sobre las del otro y hablando muy cerca del otro – No hablo del plano sexual, sino de descubrir cosas buenas o malas, de toda la emoción que involucra descubrir algo por primera vez. Las cosas no las vuelves a sentir otra vez igual. Y esas experiencias nuevas y primerizas las quiero descubrir contigo.

—Todo menos emborracharte hasta la inconsciencia, al menos no este sábado. Eso sería demasiado hasta para mí.

Changmin rodó los ojos.

—Está bien, me emborracharé en casa de Kyuhyun.

Yoochun entonces rió divertido.

Listo, ya le dije a mamá que se quedarían a dormir el sábado por tu cumpleaños. No le gustó mucho la idea porque le toca turno en la madrugada así que estaremos en casa solos. Pero como los conoce les dio su voto de confianza. Mamá regresa a las ocho de la mañana, así que si pregunta le diré que te fuiste muy temprano en la mañana.

Minho, del otro lado del teléfono le explicaba todo y por supuesto se quejaba sobre la idea de que mientras él estaría sabrá dios en que discoteca, él y Kyuhyun se tendría que pasar la noche entera jugando videojuegos para cubrirle la espalda. Changmin solo podía sonreía ante las quejas constantes de su mejor amigo.

Le he dicho a Kyuhyun que ni se atreva a dejarme solo esa noche también y mucho menos traer a Sungmin. Por amor a lo que sea Changmin amenazalo para que cumpla con su palabra. O el castigo de todos los dioses caerá sobre ti.

Para la segunda hora de clase, hora que habían tenido libre ante la ausencia de la profesora de matemática Changmin había podido mensajear a Minho y este había ido a hablar al baño. Lo cual le hacía preguntarse si en realidad no se metería en problemas por el rato que llevaba ausente de la clase.

—Escuché por ahí que tu cumpleaños será este viernes.

Sunny habló repentinamente junto a él, y Changmin la miró de inmediato.

Ella se encontraba sonriendo abiertamente y él solo pudo hacer un pequeño gesto pidiéndole que esperara un rato.

—Hablaré con Kyuhyun y relájate, que si planeas demasiadas cosas tu madre empezará a sospechar.

Soy un niño bien, estúpido. Jamás le he mentido a mi madre.

Changmin rodó los ojos. — Si, claro. Solo cálmate un poco ¿si?

De acuerdo, y ya te dejo porque en cualquier momento me vienen a buscar creyendo que me he desmayado o algo así.

—Bien, nos vemos.

Apenas colgó, Sunny lo miraba con sus ojos brillantes y expectantes.

—¿Entonces?

—Es cierto.

Sunny aplaudió discretamente, emocionada ante la confirmación.

—Bien, tienes que darme al menos un momento del día. Ya sabes, no necesito pasar tiempo de calidad con tu amigo. — Sunny solamente sacudió un poco una de sus manos y Changmin asintió.

—Lo sé, de hecho la tarde la pasaré con los chicos, y en la noche papá me pidió que saliéramos a cenar.

—¿Y tu novio?

Changmin aún se sentía extraño con toda la confianza que le había brindado a la chica.

—Bueno… saldremos el sábado. Ya hablamos sobre eso.

—Entonces pido al menos una hora después de clases. Te invitaré el postre más costoso de la cafetería del centro.

Shim asintió, era curiosa la manera en que a Sunny le entusiasmaba más que a él poder celebrar su cumpleaños. Repentinamente la menor miró de un lado a otro y su voz se deslizó como un pequeño susurro.

—¿Has hablado con tu mamá?

Se removió un poco en su lugar – Dudo que recuerde mi cumpleaños. No espero nada de ella la verdad. Además, desde ese día no ha intentando contactar conmigo para nada. — Notó la preocupación en el rostro de Sunny y suspiró – Está todo bien, Sunny. Sé como es ella, sé también que la he liberado de una carga y en serio estoy bien.

Ella asintió, sin saber que más agregar. Changmin agradeció internamente que finalmente fuera el cambio de hora, pero agradeció aún más que Yoochun apareciera por la puerta y poder verlo un rato hablar de literatura.

Para el día viernes las cosas se habían puesto un poco interesantes, Changmin no solía celebrar demasiado su cumpleaños. Usualmente su madre le daba algún regalo medianamente interesante que en los últimos tres años se traducía a un tarjeta de regalo para que él realmente comprara lo que deseara. Sin embargo este año había sido diferente. Su padre lo había levantado un poco antes de lo usual, le había preparado el desayuno y le había regalado un celular nuevo, Taegu lo había felicitado a través de una video llamada breve y así había empezado su día.

Minho y Kyuhyun ya habían dejado mensajes quien sabe desde que hora en la madrugada y Sunny había dejado uno cerca de las siete de la mañana. Yoochun por supuesto había dejado un escueto “Feliz cumpleaños”, Changmin sabía que si fuera al revés, él incluso le habría mandado un simple “Felicidades”, así que el que Yoochun jugara de esa manera lo había hecho sonreír.

Yunho lo había recogido aquella mañana con la excusa de felicitarlo y darle un pequeño obsequio, realmente la relación tensa con su primo a raíz que estuviera enterado de lo suyo con Yoochun, se había estado suavizando poco a poco, este año se perfilaba un poco más ameno de lo normal y en el fondo incluso aunque no le gustara admitirlo, Changmin lo agradecía.

—Felicidades cumpleañero.

Changmin agradecía enormemente que Sunny no haya hecho todo un evento de su cumpleaños, aquella mañana sencillamente se había acercado a él y le había ofrecido un pequeño chocolate, felicitándolo sin demasiado escándalo, lo suficiente para que él escuchara y nadie más se enterara.

—Gracias.

Le sonrió brevemente y pensó que necesitaba saber el cumpleaños de Sunny para retribuir de alguna manera lo bien que se había estado portando con él todo este tiempo. Alcanzó a ver a lo lejos a Yoochun, conversaba con uno de los profesores cerca del pasillo general. En momentos como ese, ansiaba poder terminar sus estudios cuanto antes y obligar a Yoochun a que se tomara el día libre al menos ese día y lo pasaran sin hacer nada en especial más que estar echados en cama todo el día, viendo películas, comiendo algo delicioso.

Si, aquello sonaba como un buen plan.

—Es sorprendente como al final de todo, el que Shim Changmin estuviera en nuestra institución no ayudó en nada.

—El niño vino a estudiar, no a arreglarte el prestigio como profesor.

—Pero el que hubiera participado al menos en una actividad académica nacional hubiera ayudado.

—Quizá por eso lo cambiaron de ese colegio tan exageradamente elitista y privilegiado.

—No es como que Shim sea alguien problemático.

—No lo es, pero bastantes problemas intra familiares tiene, ¿no recuerdan todo el escándalo con la madre de hace unos días? Muy seguramente el que se haya fugado de casa no es algo nuevo.

—¿Tendría problemas en su anterior colegio?

—Probablemente…

—La verdad nunca supimos porque se había cambiado a mitad de año.

Yoochun entonces se puso de pie, suspiró largamente y lucho contra todos sus impulsos que le pedían mandar a la mierda a todos los profesores durante la junta de profesores que el director había organizado intempestivamente para resolver un asunto disciplinario. El hombre aún no ingresaba a la sala de juntas y por tanto el tiempo lo ocupaban conversando de cualquier cosa que fuera medio relevante, el día de hoy el tema era Changmin.

Todo había comenzado con un comentario sutil de la profesora de matemáticas, quien había dicho que Changmin se había negado por completo a participar en la decatlón interescolar en nombre del colegio y como en su mayoría parecía odiar participar en las actividades extra curriculares, a pesar de ser reconocido casi como un genio a nivel nacional por sus participaciones escolares en años anteriores y los montones de premios que había acumulado.

Seguramente es la edad, etapa de rebeldía y esas cosas” había comentado el profesor de historia, y a partir de ahí todos parecían tener algo que comentar, criticar o incluso inventar sobre la vida de Changmin y lo decepcionados que estaban porque el chico no hubiera hecho algo por la institución. Como si fuera una obligación férrea que el menor tuviera devolver, como si les debiera algo.

—¿Park?

Se había quedado en silencio, apenas se alcanzó a poner de pie y calmó todos sus demonios para no terminar gritando sabrá dios que cosas que lo pusieran en evidencia.

—Creo que no deberían expresarse de esa manera de un estudiante, menor de edad, quien evidentemente no está pasando por su mejor momento familiar.

El lugar se mantuvo en silencio un rato, e incluso la profesora de física, quien había soltado algunos comentarios fuera de lugar se movió incómoda sobre su asiento. Yoochun trató de justificar su acción yendo por un poco de café mientras la sensación de incomodidad se esparcía en el lugar.

Al final, Yuri, la secretaría general tuvo que aclarar un poco su garganta e intentar que la animosidad volviera poco a poco a la sala – El director Sungki ya está despidiendo a los padres del joven Lee de primero, en unos minutos estará aquí.

—Bueno, tampoco se comporten como si hubieran recibido el peor de los regaños – El profesor de biología tomó la palabra – ¿Que se lo tenían merecido? Por supuesto. Pero también recuerden que Shim es el protegido del profesor Park, finalmente solo ha trabajado con él para el festival de Participación estudiantil ¿No es así? — Desde su lugar Yoochun solo atinó a apoyarse en la pequeña mesa, mientras bebía su café y miraba al resto de sus compañeros. — Además seguramente es el único que se sabe completo el chisme de la familia Shim, a parte del director por supuesto.

Todos los profesores lo miraron con curiosidad, pero Yoochun solo alzó un poco los hombros, restándole importancia y evitando afirmar o negar algo.

Cuando el director finalmente ingresó, los profesores se encontraban en pequeños grupos platicando sobre cualquier otra cosa, cuando se sentó el profesor de química se acercó un poco a él y le susurró un ligero —Gracias, la verdad es que me tenían harto con sus suposiciones absurdas y molestas. Ese pobre niño no molesta a nadie y su vida privada no nos incumbe a ninguno de nosotros.

Yoochun se sintió complacido de saber que no habían sido solo sus impulsos los que habían visto todo mal en ese cruce de chismes en el que Shim se había visto envuelto.

—¡Profesor Park!

Apenas había terminado la junta, cada profesor había caminado hacía su salón respectivo, Yoochun intentaba por todos los medios encontrar un pequeño momento en el que poder hablar con Changmin, puesto que su plan de verlo durante el receso se había arruinado por culpa de la reunión imprevista. Sin embargo Sooin, la consejera estudiantil, había dicho su nombre mientras se acercaba con pequeños pasos hasta él.

—Dígame.

—¿Tiene un momento? Me gustaría platicar con usted de algo.

Apenas había asentido, sabiendo que esta era su hora libre y podría darle un poco de tiempo a la mujer quien le sonrió agradablemente y lo condujo hasta su oficina. La verdad no había tenido la oportunidad de estar ahí antes, el lugar era agradable y los tonos pasteles lo hacían ver como un lugar muy diferente al de toda la institución, no era infantil, era más bien pacífico y agradable.

A veces le sorprendía lo poco que conocía de espacios en los que habitaba normalmente.

—He estado todo este tiempo intentando saber como llegar hasta alguien como Shim – empezó a hablar la mujer – Pero la verdad es un joven un poco difícil. ¿Sabía que durante la pequeña prueba de carrera que le hago a los estudiantes de último año donde busco que reflejen su opinión personal más que todo, para saber como guiarlos de acuerdo a sus calificaciones, gustos y potencialidades sobre las carreras y universidades a las que pueden acceder, el señor Shim únicamente dejó la prueba en blanco?

La mujer había estado rebuscando algo entre unos cajones altos y finalmente le extendió una carpeta blanca, con el nombre de Changmin y varias hojas con el reporte de sus excelentes calificaciones y la prueba de aptitudes de la que la mujer le había estado hablando.

—No es una prueba de nivelación de conocimientos o aptitudes. Esa la hicimos hace mucho tiempo, mucho antes que Shim entrara al Colegio incluso. Esta era una más bien de preferencias personales, lo que le gustaría estudiar, con que materia se siente más cómodo, que le gustaría hacer en el futuro. Cosas simples como esas, que me ayudarían a guiarlo de acuerdo a otros parámetros más para recomendarle carreras y universidades. Sin embargo él solo la dejó en blanco.

—Filosofía…

—¿Hmm?

Reaccionó repentinamente, se había concentrado en mirar los papeles de Changmin que aquello había salido inintencional de sus labios. Junto con un recuerdo breve de aquellos días en el mar y sus largas pláticas soleadas.

—En algún momento… él dijo que le gustaría estudiar filosofía.

Sooin esta vez sonrió levemente, aparentemente complacida.

—¿Lo ve? Usted es la persona adecuada para ayudarme. — La mujer se acomodó mejor en su asiento – Cuando lo llamé a mi oficina me dijo muy parcamente que le complacía que intentara hacer mi trabajo con tanto ahínco, pero que con él no me esforzara. Que no le interesaba nada y que estaba bien así. Luego no quiso hablar más sobre el asunto.

—¿Eso hace cuanto?

—Hace un par de semanas.

Yoochun miró por un momento todos los panfletos de distintas universidades que la mujer tenía sobre el escritorio. No había hablado con Changmin sobre eso de manera profunda realmente.

—Entonces ¿en qué desea que la ayude?

—Quizá podría ayudarme con algunas características importantes en los que se desempeñe con verdadero gusto Shim, o mejor aún convencerlo de que me visite para que podamos hablar de sus oportunidades. Con el promedio que tiene y todas las actividades extra curriculares que ha acumulado además de su reputación y reconocimiento prácticamente puede hacer lo que quiera, ir donde quiera. Y deseo que él también pueda ver eso. Tiene todo un mundo de posibilidades.

Yoochun se sintió súbitamente desorientado.

Como si las cosas de un momento a otro estuvieran ocurriendo a una velocidad muy diferente y todas sus inseguridades se avivaran de manera agresiva. Yoochun quería lo mejor para Changmin, quería que viviera, que viajara, que conociera todo lo que pudiera antes de decidir que realmente quería quedarse solo entre sus brazos. Era algo que venía pensando desde hace mucho.

Su etapa en la universidad había sido la mejor de todas, Yoochun quería que Changmin la tuviera también.

E incluso a pesar de salir perjudicado, él aún no creía demasiado en aquello del primer y único amor.

—¿Entonces?

—Haré lo posible.

Habló casi sin pensarlo, quizá era su lado racional a flote que solo quería que Changmin tuviera siempre las mejores oportunidades. Pero esos panfletos de universidades en el extranjero continuaban taladrando sus buenas intenciones.

Changmin jugó con el permiso en sus manos mientras se dirigía sin problemas al salón de profesores, en su otra mano llevaba el juego de copias que su profesora de física le había pedido que sacara y en realidad se sorprendió al ver a Yoochun ahí, con un libro en las manos y aparentemente almorzando tan solo un paquete de galletas.

Sabía que no se habían podido ver culpa de la reunión de profesores e incluso estaba resignado a no verlo hasta la salida como habían quedado a través de mensajes, pero encontrárselo ahí había logrado que una sonrisa tonta saliera de sus labios. Yoochun lo miró con un poco de sorpresa también y Changmin optó por actuar tranquilo y distante a pesar que estuvieran completamente solos en la sala.

—Pensé que estarías dando clases.

—Tengo dos horas libres seguidas.

—Ya veo…

Empezó a digitar el número de copias que necesitaba y volvió a sonreír, casi imperceptiblemente cuando lo escuchó levantarse y colocarse detrás de él. Los brazos de Yoochun rodearon su cintura y sintió aquel abrazo tan cálido y satisfactorio.

—Feliz cumpleaños.

Lo susurró muy cerca de su oído, luego solo dejó un corto beso en su cuello antes de alejarse de nuevo, y aunque fue bastante breve, Changmin aún siente corrientes eléctricas por su toque y el sonido susurrante de su voz. Cuando giró Yoochun buscaba algo en su pequeño maletín y lo extendía ante él.

—Ten.

La pequeña caja azul era más oscuro de lo normal, lo suficiente como para confundirlo de negro si se lo veía rápidamente. Dentro había un reloj plateado, pesado y justamente del tipo que solía usar él.

—Tiene tu nombre – Comentó Yoochun, notando lo sumergido que estaba Changmin en sus pensamientos mientras miraba el objeto entre sus manos. —Cuando estés lejos de mí, mirarás ese reloj y pensarás “Oh, no ¿porqué dejé escapar a un espécimen como Park Yoochun?”

—¿Quien dijo que alguna vez te iba a dejar, eh? — Changmin lo abrazó, con el suficiente impulso para que Yoochun retrocediera y se apoyara en la mesa de juntas tras de él. — Y si me llegas a terminar de lanzaré el reloj a la cabeza.

—Tan maduro…

Changmin esta vez solo lo miró a los ojos y dejó un corto beso en sus labios antes de alejarse.

Ambos sabían que no era el lugar y que en cualquier momento eso podría pasar de romántico a un infierno.

Cuando se alejó, Yoochun le quitó la caja de las manos y empezó a colocar el reloj en la muñeca. Changmin intercaló su mirada de la acción del mayor a su rostro. Los ojos de Yoochun lo miraban con un aire extraño, muy parecido a la nostalgia.

—Te amo, mocoso engreído. — En el momento en que cerró el reloj, Yoochun lo miró fijamente, sujetado sus manos, reforzando sus palabras.

—Hmm, creo que to también.

Yoochun alzó una ceja, con una sonrisa divertida en el rostro.

—¿Ah? ¿Cómo que creo?

—No lo sé… es que a veces no me siento muy convencido.

Changmin jugueteó un poco con el tema, podía notar por las expresiones de Yoochun que él también sabía que era un juego y se sintió a gusto con que el mayor ya aceptara sus sentimientos y no los desestimara por ser demasiado joven.

—¿Irás mañana al departamento?

—Iré temprano. Cerca de las nueve de la mañana.

—¿Pasarás el día entero?

—Si, hasta el domingo en la noche.

Yoochun apretó un poco más sus manos y sonrió.

—Bien, ahora ve a clases que hace rato terminaron de salir esas copias.

Changmin asintió, sintiendo el espacio de vacío que Yoochun dejó en cuanto empezó a soltarlo.

Yoochun había vuelto a sentarse, concentrado en el libro que se encontraba leyendo cuando el llegó. Prefirió tomar las copias entre sus manos y se agachó un poco, hasta quedar al nivel de su rostro aunque se encontrara tras él.

—Gracias por todo, Yoochun.

El mayor giró sorprendido y Changmin aprovechó para chocar un poco sus labios y luego le sonrió ampliamente, como pocas veces solía hacerlo y luego solo salió con paso tranquilo de ahí. Yoochun dejó escapar una pequeña sonrisa y suspiró. Tratando de evitar el tema de las becas, al menos por este fin de semana.

—Envidia… Siento mucha envidia.

Kyuhyun lo miró con los ojos entrecerrados y luego los tres rieron divertidos.

El nuevo reloj de Changmin había sido el tema de la conversación cuando salió con Sunny y ahora lo era con sus amigos. Con Sunny había sido un poco difícil distraer la atención de cómo lo había obtenido repentinamente. Pero un par de mentiras aquí y allá lo habían solucionado.

Mientras tanto Minho y Kyuhyun habían invitado el cine y la comida como parte de su festejo y ahora comían un par de hamburguesas en el centro comercial. La verdad es que no había hecho nada por mencionar el regalo de Yoochun, sin embargo le había sorprendido que ambos notaran que era un reloj nuevo.

Changmin, no muy acostumbrado a hablar de lo suyo con Yoochun había optado por hablar poco de tema y pronto sus amigos y él se habían enfrascado en una conversación diferente. Kyuhyun había mencionado que su padre les había conseguido unas entradas para ver el partido de baseball este domingo al medio día y Changmin se encontró haciendo un cambio de planes con Yoochun. Se iría mucho más temprano y pasaría el resto de la tarde con ellos.

Cuando llegó a casa, su padre le pidió que descansara un rato y luego se duchara para salir. Pensó que Taegu estaría en la cena, pero su padre había dicho que sería una noche solo para los dos. Cenaron, se divirtieron y su padre incluso le permitió conducir el carro un poco antes de llegar al restaurante. Se percató entonces que realmente no conocía a su padre y apenas empezaba a hacerlo.

Taegu aún no dejaba una gran impresión en él por el poco, casi escaso tiempo que llevaba conociéndolo, pero le agradaba que padre no intentara imponerle su presencia como le había pasado tantas veces con su madre. Cuando llegó a casa eran casi las once y media de la noche, se lanzó en su cama con un suspiro en la cama y por un momento observando el techo de su habitación se percató que su madre durante todo el día jamás había dado señales de vida.

Ni siquiera un simple mensaje.

Observó su celular y no se molestó siquiera en revisar su buzón de mensajes o llamadas, porque sabía que sencillamente no había nada para él ahí, por lo menos no por parte de su madre. No sabía si estaba bien sentirse así de vacío con respecto a ella, pero se había acostumbrado tanto a simplemente fingir que no le importaba, que no sabía si estaba fingiendo o realmente ya había dejado de doler.

El celular empezó a sonar, las letras de PYC se iluminaron y Changmin contestó con tranquilidad.

¿Puedes hablar o aún estás ocupado?

—Ya estoy en casa – Continuó mirando el techo de la habitación, esta vez con una sensación completamente agradable en el pecho — ¿Cómo sabes cuando llamar en el momento exacto?

¿Hmm? ¿Pasó algo?

—No, solo que a veces es bueno escuchar tu voz.

¿Has bebido? — Yoochun le habló con un poco de diversión y Changmin solo cerró los ojos, con un suspiró en sus labios — ¿Changmin? ¿Está todo bien?

—Que sí… Solo te extrañé hoy. Me hubiera gustado pasar el día contigo.

Lo harás mañana.

—Yoochun…

¿Hmm?

—Durante la cena le dije a papá que jamás había bebido y me dejó tomar varias copas de vino. Se reía mucho de mí. — Pudo escuchar la pequeña risa de Yoochun al otro lado y él solo continuó mirando el techo, esta vez incluso había estirado un poco su brazo y dejaba que la palma de su mano tapara la luz de su habitación — Quizá si estoy un poco bebido… Pero si no lo digo ahora de seguro no lo diré sobrio.

—Ok, empezaré a grabar esta llamada.

Idiota…

Changmin lo escuchó reír de nuevo y sonrió.

—Me gusta oír tu risa.

¿En serio? ¿Qué más te gusta de mi?

—¡Hey! Te estás aprovechando de mí.

Un poco. Pero es agradable escucharte decirme cosas dulces.

—¿Quieres que te diga cosas dulces?

Solo si realmente quieres hacerlo. Me gustas tal y como eres Changmin. Con toda y tu amargura.

Hubo un silencio, que ninguno de los dos luchó por romper pero que al mismo tiempo tampoco fue incómodo. Changmin se acomodó mejor en la cama, esta vez recostándose de lado mientras veía a Bomul dormir tranquilamente en su pequeña cama cerca del ventanal de su habitación.

—Bomul te extraña.

Podrías traerlo mañana. Yo también lo extraño.

—Ok, eso haré.

La verdad es que le gustaba hablar de nada y de todo a la vez, le gustaba que podían pasar al teléfono incluso sin hablar por largos segundos y aún así iniciar de la nada una conversación sin sentido. No habían momentos extraños en los que el otro quisiera colgar y no sabía como. Era simplemente como pasar tiempo juntos aunque hubieran millas de distancia ahora.

—Me gusta escuchar tu voz. ¿Podrías hablarme hasta quedarme dormido?

¿Y que quieres que diga?

—Cualquier cosa, podrías ponerte a contar ovejas y me daría por bien servido.

Changmin casi pudo imaginar la sonrisa en el rostro de Yoochun apenas lo escuchara decir aquello, y fue gratificante escucharlo hablar sobre la reciente película que acababa de ver. Su voz… quizá era la casa más absorbente que tenía Yoochun. Se acurrucó mejor en su cama y abrazó ligeramente una de las almohadas, en el intermedio de estar despierto y dormido casi sintió como si el mayor estuviera ahí. Hablándole de cualquier cosa aleatoria mientras él se quedaba profundamente dormido por el cansancio entre sus brazos.

Faltan 44 días.

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