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Corazón con Fecha de Expiración: Capitulo 16


Corazón con Fecha de Expiración

Tal vez el mar se enamoró de la luna

Capitulo Dieciséis

Dos días después Changmin estaba en la clase de matemática, singularmente sombrío y más callado de lo habitual, Sunny trataba de no hacerlo tan notable, pero ni el miércoles, ni el jueves Shim se había presentado en el Colegio, la mayoría no había mostrado gran interés en aquello, suponía que la huida de casa se había mantenido a raya. Movía un poco el lápiz en su mano y cada tanto lo miraba, como si pudiera encontrar las respuesta en su perfil inamovible; A simple vista Changmin parecía concentrado en la clase, pero no era así, él miraba constantemente el reloj en su muñeca, en realidad no era constante, era sutil, ella que lo miraba cada tanto podía notar el movimiento.

No habían hablado, Changmin había llegado inusualmente tarde, había pedido permiso y luego se había sentado a su lado como de costumbre, cuando él había llegado la maestra de matemática ya tenía unos quince minutos explicando la clase y Sunny no pudo realmente conversar con él, menos escuchar su voz más que en aquel saludo escueto desde la puerta del salón.

—Deja de mirarme.

No había sonado molesto o apático, pero había logrado que ella se enderezara tensa al verse descubierta y quizá por ser tan evidente, bajó un poco la mirada a sus inentendibles notas y murmuró — ¿Está todo bien?

—Ahora lo está.

Changmin no volvió a hablar, y tampoco le dirigió la mirada en algún momento de su corta frase pero Sunny por algún motivo se sintió un poco más aliviada. Notó que su rostro no se veía tenso ni exasperado, más bien parecía relajado y levemente descansado.

—Sunny.

Dejo de mirarlo pero sonrió levemente cuando notó la pequeña comisura en los labios del otro y la manera en la que negaba casualmente y tomaba notas, cosas que por cierto ella no estaba haciendo, cuando finalmente se decidió hacerlo y tomó el bolígrafo entre sus manos la maestra habló.

—Bien clase, me alegra que les haya quedado claro.

Sunny abrió los ojos pasmada: ¿qué?

Suspiró derrotada, tendría que copiarle los apuntes a Changmin en el receso y rezar a todos los dioses porque pudiera explicarle y contarle todo lo sucedido en estos dos caóticos días. Bueno él podía, ella esperaba poder entender la clase de hoy sin distraerse con las anécdotas de su mejor amigo.

—Entonces enloqueció por completo.

—Enloquecer es poco.

Changmin tomó un poco del jugo en sus manos y Sunny continuó copiando velozmente de sus apuntes, tratando de al menos llevar el cuaderno completo y ya luego ver como se reunían para poder equiparar lo que no escuchó de la clase, que honestamente no era nada nuevo en ella.

—Pero ¿iba en serio lo de mandarte a uno de esos “centros de rehabilitación”?

—Obviamente si. Escucha, la noche anterior me dijo de todo. Bueno, más bien nos dijimos de todo. Pero cuando Yunho me llevo al departamento de mi madre, los dos estaban ahí y ella se puso histérica, gritaba y me amenazaba con encerrarme si era necesario.

Sunny parpadeó un par de veces, dudando si decirle que honestamente su madre le dio bastante miedo desde el interrogatorio en dirección, pero prefirió que no. Rara vez Changmin era así de comunicativo, así que decidió dejarlo ser y escuchar atentamente.

—¿Y tu papá?

—Pues él… se portó bastante bien —repentinamente Changmin había bajado un poco su tono mirando la botella que sostenía entre sus manos— Me sorprendió honestamente.

—¿Te apoya?

—Si, hablamos mucho ayer y me dijo que no le hiciera caso a las locuras que estaba soltando mi madre. Que seguramente era por el calor del momento, pero honestamente el calor del momento no es la expresión exacta para lo que tiene.

—¿Hmm?

¿Entonces lo apoyas? ¿Te has vuelto loco Hyunsik?

Deja la histeria de una buena vez, es tu hijo. Por dios, ¿por qué te tiene que importar si es hombre o mujer? Deja la hipocresía.

Changmin solamente bajó la cabeza un poco, los había escuchado discutir de pequeño y esto solo revolvía recuerdos que no tenía la intención de mover de su lugar. Las manos de Yunho se posaron sobre sus hombros, y él sentado como se encontraba elevó un poco la mirada, solo para encontrarlo mirando preocupado a sus padres. Era diferente verlos discutir y sentirse al menos un poco menos solo.

Claro mete a dios para defender su porquería.

La voz repleta de desprecio de Yonhee le revolvió el estómago.

Se acabo, yo no tengo porque seguir discutiendo contigo. Es la razón principal por la que me divorcié de ti. Y mientras no cambies de opinión, Changmin se irá conmigo.

Esta bajo mi custodia.

La voz de ambos se había vuelto fría, a través de miradas desafiantes.

¿Iba a ser así? ¿Siempre iba a ser así?

Tiene más de dieciséis años. Puede decidir con quien irse.

Frente a un juez, mientras tanto, él se queda conmigo.

Changmin se preguntó si así habían sido las discusiones de sus padres, aquellas que él no había alcanzado a escuchar. Indagó en sus pensamientos por si recordaba algo así, se cuestionó seriamente por si así había sido de peleada la custodia. ¿Cuál era la razón de su madre por mantenerlo junto a él? ¿Porqué si lo despreciaba tanto y lo había ignorado por más tiempo incluso, se empeñaba en retenerlo a su lado?

Debía admitir, desde la parte más profundo de su interior, que lo lastimaba.

Sus palabras, su ausencia, su falta de cariño. Todo en ella lo hería, todo de ella lo hacía sentirse vacío. Inútil, mal querido, abandonado. No importa cuan fuerte fuera la coraza que había creado con los años, ella ya lo había herido bastante. Lo suficientemente hondo como para sentir que no había vuelta atrás. Y no importa lo mucho que se repitiera así mismo que no necesitaba su cariño, eran incontables las noches que había pasado abrazado a su almohada llorando.

Tenía catorce años cuando dejó de llorar. Aún puede recordarlo con claridad. Decidió no permitirle dejar que lo siguiera hiriendo, pero muchas veces solo se hundía y fingía que nada pasaba. ¿Sabía ella lo mucho que lo había lastimado? ¿Le preocupaba acaso?

Miró a su padre gritaba todavía, sus expresiones lucían desgatadas, como si realmente empezara a desesperarse, mientras que su madre estoica, cruzada de brazos respondía con toda la frialdad del mundo, y a ratos volvía perder la presencia y sus gritos eran aún más fuertes.

Respiró hondo, y se levantó. Harto de todo esto, harto de ella.

Me iré con papá.

¡No te..!

Evitalo y ventilaré toda tu vida privada en el juicio, todos tus amantes, todas las veces que me dejaste a solas con completos desconocidos que ni tu conocías bien ¿sabes siquiera lo peligroso que es eso para un niño pequeño?

Jamás te paso algo.

¿Y tenía que pasarme para que tomaras medidas de prevención? —Changmin esta vez volvió a agarrar la maleta sobre su hombro y la miró con más frialdad de la que estaba acostumbrado —Grita, patalea has lo que quieras. Pero me encargaré personalmente de que quedes como lo peor en el juicio y que cada persona en esta ciudad te conozca tal y como eres.

Era de esperarse —Yonhee lo miró una vez más con repudio, arrugando mucho la cara— Tenías que heredarlo, ¿no es así? Ni porque evité su presencia en tu vida, pude evitar que heredaras lo peor de él —Changmin estaba francamente confundido, no podía terminar de entender lo que sucedía, pero antes que pudiera hacer algo, Yonhee emprendió camino a su habitación — ¡Está bien! ¡Si quieres marcharte, vete! Yo personalmente te ayudaré a empacar, cariño.

Los tres hombres en la sala se miraron confundidos, la mujer hablaba llena de ironía, y Bomul había aparecido corriendo directo a sus piernas asustado, fueron hasta la habitación del menor y la mujer había abierto el ventanal del pequeño balcón.

¡Así es como me pagas que haya intentado hacerte alguien decente! ¡Pues lárgate! ¡Pero no te llevas nada de aquí!

Era impresionante la manera en que llena de ira, Yonhee simplemente lanzaba por el balcón las pertenencias de su único hijo, la guitarra, su ropa, su computadora. Hyunsik quiso acercarse a detenerla, pero Changmin a punto de echarse a llorar, solo tragó duro y respiró hondo.

Déjala.

Changmin fue el primero en salir de la habitación, agarró a Bomul fuertemente y se concentró en salir de ahí sin mirar atrás. El perro hacía pequeños sonidos entre sus brazos, aparentemente asustado por tanto escándalo, pero Changmin solo lo abrazó fuerte y empezó a picarle con fuerza al botón del ascensor, necesitaba salir de ahí, o sentía que se ahogaría en cualquier momento.

Había cosas que Changmin prefería guardarse, esta era una de ellas. Observó a Sunny copiar de sus apuntes, no había notado que por un momento se había perdido en sus pensamientos y fue mejor así. Necesitaba pasar página a ese episodio cuántos antes para sentir que al menos ya no lo hería cada que lo repasaba en su memoria. Y que el abandono de su madre iba a ser cómo lo había sido siempre, solo que ahora ella tenía la oportunidad y justificación para no verlo más.

Entre las muchas cosas que pensó durante la primera noche en casa de su padre, fue que probablemente la razón por la que luchó por quedarse con él, fue para lastimar a Hyunsik. Sin embargo y aunque su padre no había querido hablar mucho del tema, parecía haber estado equivocado acerca que ninguno de los dos quiso su custodia, más bien fue una batalla bastante intensa en la que Yonhee salió victoriosa. Y luego los viajes constantes de negocios de su padre no lo beneficiaron demasiado.

Otra cosa que le quedo dando vueltas constantemente en la cabeza había sido aquello que su madre había mencionado como lo heredado, no podía hacerse una idea concreta de a lo que se refería, pero tampoco había querido darle demasiadas vueltas al asunto.

Miró su celular apenas sonó en el bolsillo de su pantalón y notó que Sunny, mordiendo la parte superior de su lápiz, tratando de comprender las fórmulas, ni siquiera lo había notado.

¿Almorzamos?”

Sonrió, porque había pasado los dos días, últimamente solo en conversas a través del celular con Yoochun y hoy no había tenido clases con él. Así que escribió un breve “Si” y volvió a guardar el celular. Yoochun debería saber que sería en la terraza, al menos no veía conveniente que se vieran en algún salón o en la sala de profesores, siendo que Junsu parecía ignorar su presencia por completo y aún no se sentía muy a gusto con él por ahí.

—Tengo que ir a hablar con los profesores sobre mis días de ausencia, y tareas para complementar las notas que me faltan.

—¿Eh? Creí que pasaríamos el receso juntos.

Sunny levantó un poco el rostro y lo miró un tanto desanimada.

—Puedes ir a mi nueva casa y te explicaré lo que haga falta.

Ella sonrió emocionada, sabiendo lo mucho que le encantaba sentirse parte de su vida.

—Está bien, pero más te vale cumplir.

Changmin solo agitó su mano en señal de despedida, apresurando un poco el paso a pesar que no era necesario. Sunny sonrió divertida. Era bueno verlo más tranquilo, aunque estaba segura que no le había contado todo, una parte de ella se sentía mucho más aliviada al verlo un poco más suelto con ella, incluso mucho más desde la primera vez que habló con él o le tuvo algún tipo de confianza. Y esperaba que siguiera siendo así.

Los dos últimos días los había aprovechado para hablar con su padre, mucho en realidad. La relación con Hyunsik siempre había sido algo distante y luego de haberlo dejado a solas durante un buen rato, Hyunsik había decidido entrar en su habitación el jueves en la mañana y lo había invitado a desayunar fuera. El miércoles entero había sido un caos y su padre parecía haberse tomado el día libre, rara vez lo hacía, es más Changmin no tenía muchos recuerdos de aquello, por lo que recostado en su cama, había suspirado y accedido a los intentos de su padre por crear algún tipo de relación que no tenían.

Pero Changmin se sentía agradecido por dos situaciones: la primera haberlo sacado de ese infierno, el cual había empeorado en cuestión de horas tan solo y segundo por al menos intentarlo. Intentaba algo que no había hecho antes y quería hablar con él, resumir cosas de su vida que no existían, pero Changmin se lo iba a permitir, Yoochun había dicho que la virtud de las personas está en el resarcir sus errores. Si en el fondo sentía que lo merecía, Changmin podría al menos darle la oportunidad, después de todo, su padre se la había ganado.

Las siguientes horas, su padre había evadido el tema gentilmente, no quiso hablar demasiado de Yonhee pero también era cierto que en algún momento lo había abrazado por los hombros y le había pedido perdón, no lo había mirado a los ojos, parecía realmente incómodo diciendo aquello, como si no estuviera acostumbrado a hacerlo. Y Changmin sonrió, porque finalmente su padre y él se parecían demasiado.

No esperó demasiado y tampoco exigió de más, porque sabía por experiencia propia lo difícil que era, pero Hyunsik parecía dispuesto a intentarlo y Changmin se descubrió queriendo aprender cosas de él. Hyunsik es un hombre inteligente y exitoso. Había cosas buenas que él podía aprender su padre y dejó que le hablara de su trabajo, de sus viajes, que le preguntara por sus clases y que por primera vez en mucho tiempo hablaran de verdad sobre un tema que no se quedaba a medias solo porque su madre estaba por llegar y prefería evitarla.

Changmin nunca criticó esa actitud de su padre, pero hoy más que nunca la entendía.

Cuando abrió la puerta, Yoochun estaba cerca de la reja con un pequeño paquete de galletas saladas, esas que tanto le gustaban a Kyuhyun. Se acercó tranquilo, con una pequeña sensación tonta en el pecho, así que al llegar tomó una de las galletas y Yoochun giró en su dirección.

—Hola.

Changmin sonrió, mirándolo de regreso. —Hola.

Ambos volvieron a mirar hacía el patio donde varios estudiantes caminaban de un lado a otro, fueron largos segundos de silencio y en alguno de ellos Yoochun regresó a mirarlo, su perfil tranquilo y relajado, la manera en la que no parecía inquieto por mantener algún tipo de conversación o contacto. Yoochun descubrió que esa madurez de Changmin era quizá lo que más admiraba en él. Saber que no era el lugar y que aún así podía disfrutar junto a él simplemente con su compañía.

Yoochun se lo reprochó así mismo por un instante, el sentirse tan terriblemente expuesto al notar que tan solo su presencia podía provocar escalofríos en su cuerpo entero y que definitivamente era muy tarde para dar un paso atrás.

—Cuando Dolores Veintimilla escribió Quejas, con un dolor tan intenso, muchas personas dijeron que hablaba desde el dolor que la traición de Galindo le provocó. Yo siempre he creído que más bien era el dolor de un amor herido, de haber amado tan profundamente y sentir que a pesar de todo, a pesar del coraje por la traición, de la rabia y el amor profundo que profesa, ella estaba herida, el amor que ella había sentido de pronto era nada.

Cuando Changmin giró hacía él, el mayor miraba una vez más entre las rejas y Shim entonces susurró.

—No lo he leído.

—Deberías, es uno de los poemas de amor que más se me han quedado en la memoria. Describe de la mejor manera lo que es empezar a estar enamorado, estarlo y luego ser simplemente abandonado.

—Ella es la poetiza que se suicidó ¿verdad?

—Si.

—¿Fue…?

—Fueron muchas otras cosas también.

Yoochun giró, le sonrió y Changmin sintió que asentir era lo adecuado, no estaba seguro de lo que debía hacer en ese instante. Yoochun había querido simplemente pasar un rato con él, y Changmin sentía que a pesar de ser solo dos días, lo había extrañado. Que aunque había hablado con él estos dos días, lo había extrañado. Que incluso si se marcharan ahora, dentro de un par de horas, lo extrañaría.

Esta sensación amarga y difusa que se le acrecentaba en el pecho cuando no estaba ¿era amor?

Sunny había dicho siempre cosas hermosas del amor, la poesía hablaba de amores dolorosos o intensos. La forma de amar que tenían en la literatura era siempre profunda y sistemática. Su madre no le había enseñado nada al respecto y a su padre sentía que apenas lo estaba conociendo.

—¿Qué es el amor para ti Yoochun?

Changmin no dejó de mirar su mano, quería tomarla al menos unos segundos. Aunque internamente se quisiera ahorcar por tener esos pensamientos tan desgastantes y esas emociones tan cursis.

—¿El amor?— Yoochun sonó dudoso, miró a Changmin y sonrió al notar su mirada, así que aprovechó para estirar su manos hasta él y apretar su mano entre la suya, el menor lo miró a los ojos entonces y continuó esperando su respuesta— Lee Quejas, y podremos discutir lo que es el amor.

—No me gustan los poemas de amor —Yoochun entonces lo miró curioso— Siempre he creído que sobre dimensionan el amor.

Esta vez Yoochun rió divertido, apretó un poco más su mano e incluso se acercó un poco más.

—Léelo, y mañana si gustas podremos pasar el día entero juntos ¿te parece?

Changmin no quiso emocionarse, mucho menos demostrarlo y de hecho no pasó. Simplemente asintió y con un susurro tranquilo le contestó que “Si” , por lo que Yoochun volvió a sonreírle y comiendo la ultima galleta del paquete empezó a caminar hasta la puerta de la terraza.

—Volvamos, pronto sonará la campana y tengo que preparar la siguiente clase.

—¿Ya? —Changmin se sorprendió así mismo cruzándose de brazos y frunciendo el ceño— Pensé que estaríamos un rato más.

—Has sido tú el que se distrajo, sabes que el receso no dura demasiado.

Yoochun no lo hizo sonar como un reproche, es más lucía divertido. Abrió la puerta esperando que Changmin saliera y el otro solo rodó los ojos, empezando a caminar, sin embargo cuando estuvo cerca de la puerta Yoochun la cerró de nuevo y jaló de su corbata hasta dejarlo muy cerca de él.

—Perdió mi pobre corazón su calma, desde el fatal instante en que te hallé.

Changmin abrió los ojos y pronto la boca de Yoochun estuvo sobre la suya, reaccionó dos segundos después, con las palabras de Yoochun todavía dándole vueltas en la cabeza. Su corazón se agitaba mal intencionado, dándole la espalda a la razón, que buscaba controlarse y no alborotar sus sentidos tan solo con palabras bonitas y besos lentos que sabían a despedida. Quería aferrarse a él para siempre y por eso deslizó sus brazos por encima de los hombros y se apegó un poco más a él.

Yoochun fue el primero que se separó. —Vamos— Y actuó como si el beso no le hubiera quitado un poco del alma mientras Changmin solo rodó los ojos y empezó a bajar los escalones, decidió que sería una costumbre que tan solo verlo caminar le revolvía el alma, que su cabello moviéndose en el viento no lo hacían sentirse como en una película de amor antigua y que sus instintos no gritaban de vez en cuando por que viviera aferrado a sus brazos.

Cerca de las dos de la tarde, Yoochun se topó con Junsu. Su ropa no era la habitual que llevaba para dar clases y llevaba incluso una pequeña maleta en la espalda, muchas veces pensó que cuando aquello pasaba en las series que solía ver por la tarde era algo un poco ilógico, dos personas no se podían paralizar por segundos enteros sin decir palabra alguna y mirándose el uno al otro sin parar, hasta que le pasó.

Junsu fue el primero en respirar profundo y continuar caminando, desviando por completo la mirada.

—Junsu…

—Déjalo ser Yoochun.

Por un instante Yoochun pensó que Junsu diría algo, pero Kim parecía molesto incluso consigo mismo, probablemente por no haber podido decir nada en contra suyo, quiso decir algo más, pero no estuvo muy seguro de hacerlo. Sin embargo luego de un par de pasos, Junsu giró, y lo volvió a mirar, de una forma más determinada.

—¿Sabes cuál es el problema? Que a pesar que sé que todo lo que haces está mal, que debería denunciarte sin miramiento alguno, que estoy renunciando a ser el remplazo de Minhee porque no tolero la idea de estar en el mismo sitio porque evidentemente no es correcto, aún así lo estoy ocultando. Prefiero irme, que delatarte.

Quiso tener las palabras correctas en ese momento, ¿un gracias serviría de algo? ¿sería lo correcto? Junsu no lo entendía, quizá no lo iba a entender jamás, pero aún así lo cubría. Entonces, ¿qué esperaba escuchar de él? Trató de analizar un poco lo que le pasaba. Lo que los ojos y la actitud aprehensiva de Junsu le exigían, pero no pudo y Junsu solo sonrió, aún levemente estirado hacía él y hablando en susurros.

—Lo suponía. — ¿Suponía? ¿Suponer qué? Yoochun no pudo terminar de aclararse, porque Junsu volvió a respirar hondo y pasó una mano por su cabello — Ese niño está enamorado y es evidente que tú de él. La diferencia es que tu eres ¿el primero? Podrá cambiarte cuando le de la gana como dice Jaejoong, pero yo lo veo más bien, debido a que Changmin no es como lo demás, que tu tuviste la oportunidad de aprender y amar a muchos más, él está comprometido con algo que no termina de comprender. Y pasará, porque en algún momento querrá vivir, me pasó a mí, te pasó a ti, nos pasa a todos. Y eso del primer y único amor, no existe. Porque la gente se encuentra y se reencuentra una y otra vez.

Lo escuchó, por primera vez lo escuchó como si sus palabras fueran algo dulce, como si unicamente buscaran su bien. No dijo nada porque no había nada más que decir, porque en el fondo, era algo que él también había pensado.

—Al final es tu decisión. Pero a veces no morimos por esperar un poco más y que las cosas fluyan como debe ser, finalmente cuando algo tiene que ser escondido, le resta todo lo bueno que le puede ser ofrecido. — Yoochun por primera vez bajó la miada y Junsu sonrió amargamente – Mírame a mi, soy todo un idiota. Dándote consejos, por favor… — Junsu exhaló una última vez y mordió su labio inferior un poco, intentando tomar valor – Al final… creo que si me habías empezado a gustar.

Regresó a sus ojos, sorprendido ante sus palabras, pero el menor ya le daba la espalda y había empezado a caminar.

—Adiós Yoochun.

Aquella sería la última vez que vería a Kim Junsu.

Y algo en su interior le dijo, que podría haber hecho las cosas mejor.

Circles sonaba dentro del departamento, y Changmin dejó que Kyuhyun le subiera el volumen a los parlantes mientras terminaba de poner los snacks uno sobre otro para llevarlos a la sala, Kyuhyun tenía un cierto tipo de obsesión con la canción y Changmin había aprendido que era mejor dejarlo ser hasta que se le pasara que presionarlo para que lo superar porque sino se pondría más intenso.

Minho empujaba a Kyuhuyn mientras sostenía el mando de la consola y el otro lo empujaba de regreso, Changmin fue luego por las bebidas y las dejó sobre la mesita de centro. Cuando por fin se pudo sentar en el sillón diagonal a ellos revisó su celular, dudaba entre escribirle o no a Yoochun puesto que ya habían quedado de pasar el sábado en el departamento de él viendo películas y cocinando. Extrañamente aquel plan tan pasivo, era del total agrado de Changmin y seguramente se quedaría a dormir con él.

Sunny le había escrito en la tarde para ir cerca de las seis, pero al tener a sus amigos sin intenciones de abandonar el lugar decidió que mejor se vieran el domingo. Por obvias razones era mejor que por el momento Kyuhyun y ella no se toparan. Volvió a entrar a la mensajería de su celular y bebió de la botella en su mano, quería escribirle, pero no quería ser intenso como muchas de las novias que había tenido Kyuhyun, pero quería escribirle. Y se sintió estúpido una vez más. Dignamente, guardaría el celular en su bolsillo y continuaría con su tarde.

—Bueno ya, ¿al final que pasó con tu mamá Minho?

—¿Eh? — Choi lo miró de reojo, negándose a dejar que Kyuhyun ganará la partida – Bueno, pues… hablamos, fue bastante comprensiva la verdad. Me hablaba con tanta delicadeza como si fuera a salir corriendo de ahí en cualquier momento. De hecho quería hacerlo, digo, moría de vergüenza – Los tres rieron ante sus palabras y Minho miraba de vez en cuando de reojo a Changmin para que no notara que realmente estaba más concentrado en vencer al mayor – Y pues luego me preguntó si estaba o había tenido con alguno de ustedes.

—¡Les dije que estar siempre juntos hacía a la gente sospechar de nuestra joteria!

Changmin rió divertido, Kyuhyun ni siquiera había despegado sus ojos de la pantalla.

—¡Gané! —Minho levantó uno de sus brazos y Kyuhyun solo bufó, empezando a comer un poco de papas que Changmin había traído – Y bueno, luego vino lo más traumatizante de todo. Ya saben que mamá es enfermera. Así que empezó a hablarme de enfermedades sexuales, protección y presión social.

Los tres habían dirigido su mirada hacía él y Minho había abierto uno de los refrescos.

—Me dijo que iba a ser duro, porque había mucha gente idiota en el mundo. Pero que siempre podía contar con ella y que el resto de estúpidos se jodiera.

—¿Literal?

—¡SI! — Minho incluso lucía entusiasmado – Jamás la había escuchado decir groserías. La amé.

Changmin sonrió, Minho tenía mucha suerte.

—Bueno, deberías sentirte afortunado Minho – Kyuhyun había pasado un brazo por los brazos del menor – La madre Changmin enloqueció y mi padre seguramente me mata a golpes, pero al menos uno de nosotros nos brindará refugio si nos llegan a botar. Bueno, de hecho sería solo yo. A Changmin más que sea su padre lo apoya. ¡Que viva el divorcio!

Changmin negó divertido ante las palabras de su amigo y agradeció que al menos hoy no estuvieran tan interesados en saber de su relación con Yoochun, porque le resultaba extraño estar contando todo lo que pasaba a su alrededor. Suponía que una gran parte de eso se debía a que ya lo conocían, y eso aplacaba un poco su curiosidad.

No había notado que Kyuhyun había bajado un poco el volumen a la música. Y cuando Kyuhyun lo retó a una partida, Changmin empezó a olvidar por completo el caos que era su vida desde hace unos días atrás. Su padre le había permitido sin problema que estuvieran en la sala mientras él trabajaba en el estudio. Se sentía en libertad, pero a la vez sutilmente vigilado. Y era extraño, no estaba acostumbrado a ello, pero se sentía de alguna manera agradecido.

La gente valoraba cosas cotidianas, cuando jamás había tenido acceso a ellas.

Yoochun caminó hasta su puerta en cuanto escuchó el timbre, extrañado porque usualmente solía llamar por el intercomunicador cuando llegaba alguien al edificio, y no habían demasiadas personas que pudiera pasar así de fácil por orden de él. Así que cuando la abrió no se sorprendió demasiado de ver a Jaejoong ahí.

—¿Podemos hablar?

Jaejoong no había necesitado decir algo más, Yoochun le había abierto la puerta de su departamento y ambos se habían sentado en los sillones de su sala de estar. Jaejoong lucía un poco incómodo, sin embargo era obvio que entre ambos no solía ser así, por lo que se sacó la chaqueta que llevaba y suspiró.

—Tenías razón. He estado pensando mucho en ello, y es cierto, aun tengo la espina de Yunho clavada en el interior, nunca ha dejado de ser – Yoochun quiso disculparse por lo de aquella vez, pero Jaejoong solo levantó su mano derecha y él calló – Escúchame primero. A pesar de lo que acabo de decir, sigo creyendo por múltiples razones que ya ni siquiera vale la pena discutir, porque tú ya las tienes que haber analizado, que todo lo que estás haciendo es un gran error. Sigo firme en que no deberías hacerlo. No me pidas que te escuche o que te de consejos, porque eso no va a pasar. Pero puedes contar conmigo, siempre has podido, aunque a veces me haya comportado como un idiota, lo hecho por tu bien. Sin embargo entiendo que tampoco puedo obligarte a hacer lo que yo creo correcto.

La voz de Jaejoong se vio un poco amortiguada en sus últimas palabras ante el abrazo repentino y fuerte de Yoochun, se relajó entre sus brazos y suspiró hondamente antes de devolver el gesto como tal. Su cabeza y sus ideas aún daban demasiadas vueltas, pero sabía y comprendía que a pesar de todo, no podía estar lejos de él.

—Gracias. Sabía que volverías a mí.

—Eres un estúpido.

Jaejoong sonrió ante el tonito burlón de Yoochun, pero se sintió aliviado por igual.

Tenía muchos miedos alrededor de toda esta situación, pero al mismo tiempo temía por lo que podría ocurrir, si él no se encontraba cerca, para poder acudir hasta él. Y aún así, tenían una larga charla pendiente.

Alrededor de las nueve de la noche, luego de que padre comprara pizza para todos y sus amigos finalmente se marcharan , Changmin aprovechó para tomar una ducha rápida y poder investigar el dichoso poema del que tanto le había hablado Yoochun. Tomó la tablet y se sentó en el pequeño mueble bajo la ventana de su habitación. Bomul no tardó en sentarse sobre sus piernas y afortunadamente se quedó quieto.

Estaba por empezar, cuando su padre golpeó bajamente la puerta y se asomó.

—¿Ya vas a dormir?

—En realidad pensaba leer un poco.

—Me alegra. — Hyunsik se sentó cerca de sus pies en el sillón y le sonrió – Y me alegra aún más que tus amigos vengan a divertirse, alguno de ellos…

Changmin sonrió, divertido al recordar las palabras de Minho y Kyuhuyn.

—No, papá. Ninguno de ellos. Algún día si es algo más serio te lo contaré.

Hyunsik no quiso insistir, quizá para darle un poco de intimidad. Changmin prefirió que fuera así, no quería mentirle, no a él. No ahora que se estaba comportando tan bien con él, que intentaba una buena relación entre ambos. Y eso en el fondo, le dejó un sabor amargo en la boca. No podía querer a Yoochun como quería, pero aún así lo quería. Y tenía miedo que en algún punto aquello los llegara a cansar.

—Bien, ¿tienes planes para mañana?

—De hecho… bueno, pensaba pasar el sábado con él.

Changmin se sintió un poco tímido, extrañamente tímido porque era la primera vez que hablaba de Yoochun con alguien más a parte de sus amigos e incluso el estómago entero parecía revolverse.

—Ya veo. Entonces ¿agenda ocupada?

—Creo, ¿por qué?

—Pensaba que saliéramos a cenar, quiero presentarte a alguien.

Por un momento creyó que estaría bien. Su padre quería involucrarlo en su vida, quería ir despacio y por eso se lo avisaba con antelación e incluso no se lo había mencionado de inmediato.

—El domingo estaría bien, quedé con Sunny en la mañana, pero podemos salir a cenar en la noche.

—¡Perfecto! —Su padre le mostró una amplia sonrisa —Entonces haré la reservación. No te desveles mucho. Aunque mañana es sábado, así que se libre de amanecerte si te da la gana – Hyunsik tomó su rostro y besó rápidamente su frente, fue un gesto pequeño y aún así Changmin lo sintió tan cálido – Todo va a estar bien, hijo. Lo prometo.

Changmin asintió, mirando como su padre abandonaba la habitación y Bomul apenas y se había movido un poco cuando su padre en señal de despedida lo acarició suave. Regresó su mirada a la pantalla y encontró el poema con facilidad. Recuerda que en algún momento de la noche empezó a llover, quizá fue cuando su padre entró en la habitación, quizá antes, tal vez después.

Pero en algún punto mientras leía, sintió que el pecho se llenaba de una sensación cálida, el estómago volvió a revolverse y se sintió terriblemente atacado. Como si quisiera apretar fuertemente sus manos o tapar su rostro con ellas y ocultarse por completo. Abrazó a su pecho la tablet y se encogió levemente.

Yoochun idiota…

Abrumado y avergonzado por igual.

Mil veces sorprendiste, madre amada,

en mi boca un suspiro abrasador;

y era él quien lo arrancaba de mi pecho;

él, la fascinación de mis sentidos;

él, ideal de mis sueños más queridos;

él, mi primero, mi ferviente amor.

Faltan 51 días.

6 comentarios sobre “Corazón con Fecha de Expiración: Capitulo 16

  1. Ayyyy mi Momo Min!!! Que vida mi niño, pero al parecer nace una nueva esperanza y todo mejorará, al menos eso deseo!! Por favor!!! 🙏

    Junsu, ay mi Junsu, por eso me gusta más el YooMin, porque en todo YooMin también sufre el condenado del Tucho, en cambio en los YooSus siempre sufres tu solito!!

    Mi soulmate, los extraño un buen!!! 😭

    Mil gracias por el capítulo!! Amo la historia, a pesar de que me hace chillar, la amo un buen!! Tanto que tal vez no recuerdes que a mi perro lo nombré Bomul!!! 😊❤ tú dirás si me he olvidado de la historia 😛

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