CAPITULO DOCE
La calidez de sus manos es cualquier cosa, menos justa
Jeonghan en el fondo sabía que todo estaba mal, muy mal. Que sus caricias pausadas eran la perdición de su cordura y buenas costumbres, todas las que su madre había luchado por inculcarle, pero Joshua esa era espinita adustamente clavada en su piel, nadie más la puede ver, pero lastima con cada minuto que pase, y aunque su cicatriz no quede a la vista, él la recordara por siempre, para no volver a cometer el mismo error.
Pero a veces ni siquiera de eso se sentía seguro.
¿Qué otra oportunidad para equivocarse iba a tener si solo lo quería a él, y a nadie más que a él?
Había jalado de él hasta la salida del edificio donde vivían y una vez en la calle Jisoo había reaccionado, soltándose con fuerza de él, como si todo este tiempo hubiera estado en otro mundo ajeno y justo en ese momento sintiera que no pertenecía ahí, junto a él. Jeonghan descubrió en sus ojos que quería volver con Jihoon, como si un imán lo estuviera arrastrando de regreso y él no pudiera retenerlo.
-¿Qué crees que estás haciendo, Han? –Jisoo todavía lucía confundido, quizá aún se mantenía un poco ebrio y el viento de esa noche no estaba ayudando- Atacar a Jihoon… de esa manera, ¿qué sucede contigo?
Jeonghan se paralizó, no estaba listo para esa pregunta, y por ello mismo. Su voz salió quebrada y lastimera.
-Él te estaba besando…
Jisoo lo miró, atravesó su corazón con esa sola mirada, como si sus palabras no fueran excusa suficiente.
Como si él no tuviera la razón.
-Nos estábamos besando Hannie, yo también lo besaba, ¿qué está pasando contigo hoy…?
Joshua planeaba continuar hablando, hasta que Jeonghan agarró los costados de su rostro y se acercó impulsivamente a su boca, él mantuvo sus ojos abiertos, mientras veía la piel de Jeonghan más cerca que nunca, sus ojos fuertemente cerrados y sus pestañas adornando esos ojos ocultos que le estaban estrujando el alma en ese instante.
Sintió frío en todo el cuerpo. Joshua esperó que se tratara del fuerte invierno que estaba por caer en Corea para esas fechas, pero reaccionó a tiempo, se alejó despacio, con cuidado de no ser brusco, replanteándose la posibilidad que probablemente estaba tan ebrio que todo esto más bien era parte de su loca imaginación.
Pero Jeonghan siguió ahí, frente a él, mirándolo firmemente a los ojos, Jisoo apretó un poco sus hombros, los hombros pequeños de Jeonghan quien se había quedado igual de paralizado que él, Yoon caminó un par de pasos hasta él, unos pocos hasta quedar verdaderamente cerca el uno del otro, tanto que Jisoo podía sentir el aliento de Jeonghan en su rostro.
-¿Acaso sus besos son mejores que los míos?
-¿Qué? Jeonghan… ¿qué…?
Entonces se volvió a acercar a sus labios, pero esta vez el beso fue suave, lento y profundo, tanto que en algún momento sintió que su objetivo era robarle todo el aire posible de sus pulmones, Jeonghan pasó las manos por su cuello y se aferró a él con fuerza, pegó su cuerpo al suyo, movió su boca contra la suya con tanta majestuosidad que Jisoo no puede recordar en que momento cerró los ojos y comenzó a seguirle el ritmo sin premura.
Una de sus manos acarició la mejilla del mayor y la otra se aferró a su cintura.
Jeonghan tenía esa especie de magia, de lograr que él hiciera lo que el otro quisiera.
Repentinamente, en el momento en el que más entregado se sentía a ese beso Jeonghan se alejó levemente, con sus narices aun rozándose y sus ojos un poco abiertos.
-Jisoo… ¿tú me quieres? –Jisoo sintió esa cercanía tan tortuosa, porque los labios de Jeonghan prácticamente rozaban los suyos en cada palabra que pronunciaba. Intentó acercarse a su boca pero Jeonghan se alejó entonces- Responde.
-Si, te quiero Hannie. Lo sabes bien, siempre lo he dicho.
Jeonghan sonrió, lo besó un poco y volvió a robarle el aliento.
-¿Más que a él? ¿Me quieres más que a él?
Volvió a quedarse tan cerca que era un martirio, Jisoo colocó sus dos manos en la espalda de Jeonghan y lo acercó un poco más a él. Pero Jeonghan resistió que sus bocas se unieran.
-¿Más que a quién?
Jeonghan lo miró un poco incrédulo, como si recién notara lo ebrio que Jisoo se encontraba. Joshua entonces sonrió divertido. Con su voz un poco más gruesa de lo normal.
-Tan de cerca… te ves muy extraño Hannie.
Yoon suspiró. Jisoo comenzó a reír, alejándose un poco y tapando su boca.
-Vamos Jisoo, es mejor que busquemos un lugar donde dormir.
-¿Eh? ¿Y por qué no volvemos al dormitorio?
Jeonghan había empezado a jalarlo del brazo una vez más, Jisoo solo parecía confundido.
-No… -susurró despacio- hoy no quiero que vuelvas a estar cerca de él.
Así que sin un lugar seguro donde llegar, finalmente habían terminado en su casa. Su madre no había hecho muchas preguntas sobre el estado demasiado sonriente y feliz de Jisoo y como él lucía más abatido y cansado que otra cosa, aparentemente su madre solamente le había enviado una mirada de advertencia antes de brindarle cobijas y almohadas para el menor. Jeonghan descubrió esa noche, que, a pesar de jamás haberle dado un nombre a su madre, ella sabía que se trataba de él. Todo siempre era sobre Jisoo.
Finalmente había tendido un pequeño edredón en el suelo y había colocado unas almohadas para que Jisoo se acostara. Hong salió del baño con un pijama de él y Jeonghan prefirió ignorar el pequeño cosquilleo que recorrió su cuerpo entero al verlo tan vulnerable y cansado vistiendo ropa suya en medio de la noche.
-Buenas noches, Jisoo.
Jeonghan le dio la espalda al lugar donde Jisoo descansaba y al no escuchar respuesta alguna empezó a suponer que el otro había caído profundamente rendido ante el sueño y el alcohol de esa noche. Pero no esperó que repentinamente Jisoo se subiera su cama, se metiera entre sus sabanas y lo abrazara por la espalda.
-Jisoo…
-Te quiero mucho, Hannie…
Esto era justamente lo que su madre no quería que pasara. Incluso sus manos repentinamente temblaban. Con Jisoo siempre era como algo nuevo pasando en su cuerpo a cada instante. Giró lentamente, hasta quedar frente a su rostro mientras el menor lo abrazaba con más fuerza.
-Jisoo es mejor que bajes. No es correcto que estés aquí porque yo… Tú haces que yo…
Jisoo cobró su venganza interrumpiendo las palabras de Jeonghan con un beso. Uno suave y pausado.
-Acabo de descubrir que me gusta besarte Hannie.
Jeonghan acarició el rostro frente a él, apenas había luz en la habitación, pero él podía ver perfectamente sus ojos, podía acariciar su rostro y lo sintió refugiarse en sus manos cuando acarició sus mejillas.
-Me gustas mucho, Joshua… en serio me gustas mucho. ¿Podrías quererme igual?
Jisoo lo miró por un largo rato, Jeonghan suponía que Hong no recordaría mucho a la mañana siguiente, pero su cuerpo entero se sintió más liviano al soltar aquellas palabras. Incluso llegó a un punto de relajación en que ya no le importaba si Jisoo recordaba o no sus besos y sus palabras.
Acercó el rostro de Jisoo al suyo y volvió a besarlo, pero esta vez con mucha más audacia que las veces anteriores, sintió los jadeos de Jisoo en su boca, sintió sus manos presionando fuerte en su cintura. Entonces estiró una de sus piernas por encima del cuerpo de Jisoo y se sentó sobre él, incluso su respiración propia estaba siendo inconstante, tantas sensaciones en un solo instante en un solo beso.
Cuando se separó de él, los ojos de Jisoo lo atravesaron por completo. Y fue más por impulso, que porque realmente lo estuviera pensando a conciencia. Jeonghan se quitó la camisa de su pijama y sus cabellos se alborotaron un poco ante el movimiento de la camisa pasando por su cabeza. Jisoo decidió apoyarse en sus codos y levantarse un poco hasta quedar sentado con Jeonghan todavía sobre sus piernas. Lo miraba como si lo estuviera observando por vez primera. Su piel tan blanca, tan tersa.
Jeonghan había llevado sus dedos cuidadosamente hasta el borde de la camisa de Jisoo y en cuanto vio a Hong levantar los brazos, Jeonghan entendió de inmediato el mensaje. Le quitó la camisa sin prisa y siguieron mirándose a los ojos fijamente, con sus pechos subiendo y bajando agitadamente por el beso que les había irregularizado la respiración.
Pero fue un espasmo violento y repentino. Ambos se lanzaron hasta el otro con hambre en los labios del contrario, agarraron el cuello del otro, mientras su respiración era pesada y brusca. El contacto con la piel desnuda del otro de repente quemaba y el resto de la ropa estorbaba. En algún momento Jisoo había empezado a recostarlo en la cama y él iba cayendo contra el colchón, sintió incluso las manos de Jisoo jalando del elástico de su pantalón, tuvo espasmos en su cuerpo ante el toque de sus manos y sintió espinas en el vientre.
-Jeonghan… -escuchó dos pequeños golpes en la puerta de su habitación, acompañados de la suave voz de su madre- Hijo, Seungcheol está al teléfono. Parece preocupado.
Yoon maldijo bajó, Jisoo lo miró agitado, pero velozmente Jeonghan salió de la cama y le tiró la camisa a Joshua antes de ponerse la suya.
-Póntela, vuelvo pronto… Por favor, solo… Ya vuelvo.
Trató de calmarse hasta que llegó a la puerta para intentar no levantar sospechas en su madre, quien sin mucho disimulo trato de ver lo que había estado ocurriendo en la habitación segundos antes, pero Jeonghan cerró la puerta antes de que ella pudiera notar algo.
-¿Qué pasó?
-Oh, si –en cuanto vio a su hijo aparentemente adormilado y tranquilo recordó el porqué de su visita nocturna –Es Seungcheol, quiere hablar contigo.
-Claro. Gracias mamá –bajó velozmente las escaleras hasta el teléfono que reposaba en la sala de estar y tratando de no sonar nervioso o agitado levantó el auricular- ¿Cheol?
–¡Han! ¡Por dios! ¿Cómo se les ocurre irse de esa manera en la mitad de la noche? ¡Y de paso ambos dejaron sus celulares aquí! Estábamos muy preocupados.
Era extraño, porque Seungcheol se escuchaba más molesto que preocupado.
–¡Dile a ese desgraciado que traiga a Joshua en este instante!
Y cuando escuchó la voz de Jihoon, supo el porqué de su molestia.
–No le hagas caso, Han. Jihoon ha bebido mucho el día de hoy al parecer.
Jeonghan hasta pudo imaginarse la mirada molesta de Seungcheol sobre Jihoon, incluso la manera en que seguramente Jihoon rodaba los ojos restándole importancia a lo que él dijera.
-Lo lamento Seungcheol, entenderás que no fue un buen día para Jihoon y para mí. No quería estar ahí, así que vine a casa de mis padres.
–De acuerdo, solo digo que una llamada hubiera sido necesaria. Él… ¿cómo está?
-Bien.
En cuanto se tocó el tema de Joshua, ambos fueron bastante cortantes. Seungcheol no quería saber mucho sobre él en ese instante, no con Jihoon seguramente reclamando su presencia cada dos minutos. Así que con saber que estaba bien le era suficiente por el momento. Y Jeonghan no se sentía con la suficiente fuerza como para hablar como si nada de Jisoo siendo que aún sentía el calor de sus manos en su pecho.
–Vengan mañana temprano, tenemos que hablar de esto.
-Estaremos ahí al medio día.
–Jeonghan….
-Adiós Seungcheol.
No le dio tiempo a que le reclamara por algo más. Y cortó la llamada, masajeó un poco la zona alta de su nariz y suspiró hondamente. Cuando giró su madre estaba apoyada en la pared, de brazos cruzados y con su mirada acusadora.
-¿Qué está pasando Hannie?
-Nada, mamá… Solo discutí con Jihoon, es todo. Ya mañana arreglaremos las cosas y…
-No me refiero a eso, Han. Ese muchacho está allá arriba, ebrio y tú un poco también. Y estoy cien por ciento segura que esos labiecitos rojos e hinchados no están así por el alcohol.
Jeonghan sintió una oleada de vergüenza azotarle el cuerpo entero, tanto que miró directamente al suelo y abrió y cerró la boca varias veces sin poder pronunciar palabra alguna.
-Sé que eres un muchacho joven y sé que estás enamorado de alguien por ahí. Pero quiero creer que sabrás hacer bien las cosas, ¿verdad Han? Te he dado mis mejores consejos, he sido tu hombro para llorar y te he dicho lo que está bien y lo que está mal. Sé, y confío en que sabrás hacer siempre lo correcto y todo a su debido tiempo.
Ella puso las manos sobre sus hombros y le sonrió. Él la miró a los ojos y sonrió asintiendo suavemente.
-Sí, mamá. Confía en mí.
Y en el fondo supo, que se iba a ir al infierno. Si creyera en él.
Porque le estaba mintiendo descaradamente, y porque, aunque no deseara siquiera pensarlo, estaba dispuesto a jugar sucio con tal que Jisoo no se fuera con él. Pero al mismo tiempo se prometió, que su madre jamás se enteraría de todas las cosas que estaba dispuesto a hacer por Jisoo.
Le dio un abrazo breve y cuando volvió a ingresar en su habitación se encontró con Jisoo sentado en su cama, la camisa del pijama colgaba en uno de sus hombros y la hermosa sonrisa de Jisoo se mostró ampliamente ante él y su llegada. Jeonghan volvió a ponerle seguro a la puerta y caminó velozmente hacía él. Pasó los manos alrededor de su cuello y lo besó hasta quedarse dormido.
Toda la excitación previa había desaparecido, pero las ganas de besarse seguían ahí. Y Jisoo incluso se veía realmente cansado y adormilado. Así que cuando el menor fue bajando la intensidad de sus besos hasta quedarse dormido, Jeonghan sonrió y lo miró de cerca unos segundos más antes de cerrar los ojos y dormir entre sus brazos como solían hacerlo casi siempre, antes de que todo se arruinara por su absurda relación con Seungcheol y los desarreglados sentimientos de Jisoo hacía Jihoon.
…
…
-Me voy a morir, Jun hyung…
Junhui sonrió una vez más en cuanto vio a Chan quejarse repetidamente. Secó su cabello luego de la larga ducha que habían tomado para que el menor no luciera tan terriblemente mal como había despertado. Aunque internamente a Jun le había resultado adorable abrir los ojos en la mañana y ver a Chan firmemente aferrado a su brazo, lo que lo hizo sentir pena por el menor fue cuando este abrió los ojos, se quedaron viendo fijamente por unos cuantos segundos antes que el cuerpo del menor sintiera espasmos en todos lados y finalmente saliera corriendo directo al baño a vomitar.
-Pues si sigues en la cama sin comer algo y tomar un poco de medicina entonces si lo harás. Anda, levanta.
-No, Seungcheol hyung y Jeonghan hyung me van a matar, no debí haber bebido.
Jun suspiró, realmente dudaba que Jeonghan tuviera cabeza para algo esta mañana. Al menos cuando llegara.
-Vamos, Chan. Hoy cuidaré de ti.
-¿Lo promete?
Asintió con una sonrisa en el rostro y el menos suspiró despacio antes de acceder a levantarse de la cama, con sus cabellos sutilmente húmedos por la ducha reciente. Cuando salieron por el pasillo poco a poco se escuchaba la presencia de unos cuantos en la cocina, aunque era un ruido inquietantemente bajo. Y cuando finalmente llegaron descubrieron el porqué.
Jihoon se encontraba desayunando una sopa de algas que Mingyu había preparado con poco entusiasmo debido a que él también se sentía acabado, pero sabía que al menos personalmente la necesitaba para poder recuperarse. Jihoon estaba sentado con cara de pocos amigos entre Soonyoung y Seungcheol, quien cada cierto tiempo le enviaba miradas acusadoras, seguramente por su comportamiento de la noche anterior. Pero Jihoon quien seguramente no quería embarcarse en una pelea verbal con el mayor, prefería ignorarlo.
El resto de los integrantes, a excepción de Jeonghan y Jisoo quienes no estaban ni siquiera en el departamento, trataban de hacer el menor ruido posible, incluso evitando conversar o hacer bulla con las cucharas o platos.
-Buen día.
-¡Tú enano del demonio!
Seungcheol saltó de inmediato de su asiento señalando con fuerza a Chan quien se escondió de inmediato tras su cuerpo.
-Seungcheol… por amor a lo que sea, ¿puedes bajarle el volumen a tu escandalo?
-Pues no me da la gana –espetó Choi mirando directamente a Jihoon quien frunció el ceño- Y a ver si con esto escarmientas y aprendes a controlarte a la próxima.
Y como a Choi parecía no pasársele del todo el enojo, dejó la servilleta sobre la mesa y con su plato a medio comer finalmente decidió encerrarse en su habitación. Jihoon solo tapó sus oídos en cuanto escuchó la puerta azotarse con fuerza desde el pasillo.
Doyoon sin embargo lucía bastante relajado, con el placer infame de saber que había tenido la razón.
-Se los dije, una fiesta y con alcohol no era buena idea. Ustedes no saben controlarse –Wonwoo lo codeó levemente y el otro solo lo miró incrédulo- ¿Qué? Yo se los advertí, pero claro… Como aquí nadie me hace caso…
Llevó un pequeño bocado de comida a su boca y alzó los hombros despreocupadamente, desde una de las esquinas de la mesa Soonyoung solo rodó los ojos. Doyoon a veces podía ser tan infantil.
-Hyungs… -Dongjin trató de no alzar demasiado la voz mientras miraba el celular sobre la mesa- Mingming hyung dice que hoy llegara en la noche.
-¿Mingming no está en el departamento?
Seungkwan había hecho la pregunta que logró que la mirada de todos se posara sobre Junhui que se sintió repentinamente incómodo por ello. No lo sabía, simplemente no lo sabía. Había pasado la noche entera cuidando de Chan. Doyoon había exhalado con fuerza, lucía molesto, y el entrecejo fruncido en su cara no le permitía disimularlo. Dejó la servilleta sobre la mesa y dejando su desayuno a medio comer decidió ir a ponerse los zapatos y un abrigo.
-Hyung, ¿dónde vas? –Seokmin lucía preocupado, Doyoon lucía verdaderamente enojado en mucho tiempo, él solía “enojarse” pero en realidad eso era cosas de minutos sencillamente porque era uno de los mayores y tenía que ayudar a poner orden, pero en esta ocasión Doyoon parecía verdaderamente enojado- Hyung…
Intentó levantarse al ver el mutismo del otro, pero Hansol lo había sostenido del hombro, negando levemente.
-¡Todo esto es tu culpa, Junhui! –Doyoon había explotado inesperadamente, señalando al miembro chino que aún permanecía parado detrás de Chan- ¿No sabes que lo que haces cada día lo está lastimando más y más o lo haces apropósito?
Jun sin embargo prefirió permanecer callado. Doyoon bufó y ajustó el abrigo a su cuerpo.
-Iré por Mingming si puedo lo traeré antes, sino nos vemos en la noche.
La puerta volvió a cerrarse con fuerza. Jihoon volvió a encogerse y esta vez fueron Chan y Seungkwan quienes se estremecieron ante el repentino dolor de cabeza y fastidio que el sonido brusco les provocó.
-Vamos Kwan, será mejor que te recuestes un rato… -Hansol se había acercado suavemente a Boo, agarrándolo por los hombros para encaminarlo hasta la habitación.
-Pero no he comido casi nada…
-Y no creo que tengas muchas ganas tampoco, has vomitado como diez veces ya…
-Agh, ni lo menciones que si lo recuerdo me dan las náuseas de nuevo.
Hansol sonrió ante la mueca de asco del mayor y prefirió seguir empujándolo para que pudiera descansar. En la cocina todo era un abrumador silencio quedando atrás, acompasada únicamente por el suspiro largo de Mingyu.
…
…
Cerca de las once de la mañana Seokmin sintió que su divertido hogar ya no era tan divertido, luego de que la incómoda hora del desayuno hubiera concluido, él junto a Soonyoung habían tenido que lavar los platos. Wonwoo se había escapado de su turno con la excusa de sentirse con jaqueca al igual que Mingyu. Soonyoung le había reprochado poniendo a Mingyu de ejemplo, quien con todo y dolor de cabeza había hecho el desayuno; pero como siempre, Mingyu se había puesto del lado de Wonwoo y había terminado imponiéndose y arrastrando al otro hasta su habitación.
La situación es que entre muchas cosas que habían estado sucediendo, la mayoría ya no tenía tiempo para pensar en la razón por la que todo comenzó a tensarse entre ellos.
-¿Aún piensas en él?
Soonyoung había hablado bajito, con la mirada en los platos mientras lavaba con cuidado los platos que Mingyu y Doyoon con tanto esmero cuidaban que él no rompiera.
-¿Eh?
-En Samuel, ¿aún piensas en él?
Seokmin suspiró, levantó un poco la mirada hacía la pared y se encogió de hombros, empezando a secar los platos que se le habían estado acumulando.
-No lo sé… A veces pienso más en las razones por las que no pudo esperar, que en su ausencia.
-Yo también pienso en él –confesó Soonyoung, mirándolo con una sonrisa en el rostro- pero pienso en las razones que lo llevaron a irse sin despedirse, sin decir adiós, como si nosotros…
-Nosotros somos importantes para él, igual que él lo es para nosotros. Él solo…
-No lo sé. A veces solo prefiero no pensar mucho en eso.
Seokmin lo miró un instante, a pesar de la constante energía que Soonyoung demostraba la mayoría del tiempo, justo en este momento, Kwon le había permitido ver otra faceta de él, una en la que estaba un poco herido aún y se sentía ligeramente triste y abandonado.
-Chicos… -Seungcheol había entrado en la cocina, con la mirada aún en el celular mientras apoyaba una de sus manos en la entrada de la cocina- Creo que tenemos que hacer una reunión de emergencia.
-¿Pasó algo?
Seungcheol respiró hondo y levantó la mirada.
-Sinceramente no estoy seguro –Soonyoung secó sus manos velozmente y se acercó hasta Seungcheol para poder leer lo que tenía al mayor consternado-. Creo que era de esperarse algo así, pero me ha tomado por sorpresa.
-¿Qué es?
Seokmin parecía ahora positivamente intrigado. Y fue Soonyoung quien soltó la bomba repentinamente.
-Es el CEO, han reclutado a un nuevo integrante.
-¿Qué?
Seokmin entonces se acercó al celular, curioso por el mensaje tan repentino por parte del dueño de la compañía.
-Dicen que vive en China, por lo que se unirá a nosotros en dos semanas más.
Seokmin sintió un pequeño escalofrío que prefirió no mencionar, a pesar que no lo era, por su cabeza pasó aquella molesta palabra que lo ancló a la realidad. El otro miembro que llegaría en unas semanas sería el reemplazo de Samuel. Samuel se había ido definitivamente ahora. Y el espacio vacío de su ausencia lo hizo sentirse terriblemente melancólico.
…
…