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Prisma de inocencia: cuarta parte


Prisma de Inocencia

Tantos juguetes en el mundo, y la gente elige los sentimientos para jugar.

Cuarta Parte

Luego de que Yunho vomitara, muchas cosas no quedaban entre ellos, al menos no lo suficientemente decentes como para que Yunho las recordara. Donghae había empezado a reír e incluso había caído sentado por la borrachera que llevaba encima. Al siguiente día, por supuesto y cómo era de esperarse Donghae se quejaba a morir por el dolor de cabeza y no recordaba absolutamente nada. Recuerda que Changmin le dijo algo antes de que llegaran sus amigos y lo llevaran a la casa de Hyukjae a pocas casas de ahí.

Era impresionante como a pesar de haber pasado un día por medio, aún sentía un poco de estragos en el cuerpo y había justificado aquello con que le había sentado mal alguna comida. A estas alturas, ciertamente le importaba muy poco muchas cosas, y sin embargo seguía pensando en que contra todo pronostico Changmin realmente se había presentado ahí. La mesa ese día, durante la hora del almuerzo era inusualmente callada, la mayoría parecía haberse pasado demasiado con el licor, probablemente porque había sido una de las últimas fiestas antes del final del ciclo escolar.

Yoochun junto a él en cambio lucía como si nada, tranquilamente mascando una manzana verde mientras miraba distraídamente el celular. Por su cabeza pasaron muchas cosas, entre ellas el porque Park parecía la gran parte del tiempo tan lleno de misterios.

—Suéltalo.

—¿Hmm?

Yoochun no lo miraba, pero efectivamente le hablaba a él.

—Lo que me quieres preguntar. Suéltalo.

—¿Cómo es que no tienes resaca?

Esta vez, Park giró, lo miró con una ceja levantada y luego de unos segundos le sonrió, negando sutilmente con la cabeza. Ignorándolo por completo volvió a su celular y Yunho aún pensaba en si seria demasiado invasivo preguntar si era cierto lo de que había salido con una profesora en su antiguo instituto. Pero llegó a la resolución que si, además no era tanta su curiosidad, ahora simplemente quería ver a Changmin.

Cerca de la hora de salida finalmente lo pudo encontrar. Shim guardaba un par de libros en el casillero y mientras caminaba hacía él, contempló brevemente sus pequeñas orejas y la cola moviéndose parsimoniosamente. Fuera de ello Changmin era realmente atractivo, era algo fácil de notar y faltando tan poco para terminar el ciclo escolar, Yunho sintió que moriría sino podía besarlo de nuevo, hasta quedarse sin aire, hasta el último día que le quedara en ese lugar.

Cerró la puerta del casillero del menor y este lo miró con sorpresa. Yunho se acercó, lo suficiente como para que Changmin lo alejara, pero no lo hizo y él no sabía muchas veces como funcionaba aquello, que tan sano era. Si realmente había algo, muchas veces dudaba incluso de lo que él mismo sentía ¿cómo podía entonces pedirle explicaciones por lo que el menor sentía por él?

—No hagas eso.

Changmin alejó un poco la cabeza, pero no la cercanía de sus cuerpos.

—La fiesta fue un desastre.

—No tenía ni quince minutos ahí cuando empezaste a vomitar.

El menor sonrió burlón y él se sintió terriblemente avergonzado. Tanto que cerró los ojos, con una mueca entre divertida y azorada, pegando su frente a la de él. ¿Por qué actuaban así?

Esto que crecía dentro de él, era culpa tanto de Changmin como de él.

—¿Puedes venir a mi casa? ¿A las seis?

—¿Por qué? ¿Necesitas clases de matemáticas? — Changmin bromeó un poco, pero luego recordó y sonrió —Ah, no. Cierto que al final no tienes un maní ahí dentro. — Tocó su cabello un poco y lo miró – Señor beca de primer nivel.

Yunho se sintió regocijado. Changmin reconocía algo que para él parecía ser digno de nombrar, era la segunda vez que lo hacía y sentirse orgulloso frente a sus ojos, lo hizo sonreír.

—¿Vendrás?

—¿Estarán tus padres?

—No.

Changmin dudó un poco, lo miró fijamente y entonces la campana de finalización de clases dio anuncio a que en pocos segundos los estudiantes empezarían a salir de sus aulas. Yunho se alejó y Changmin mordió su labio inferior, como si luchara por responder veloz. Pero cuando las puertas empezaron a abrirse, Shim asintió. Yunho sonrió y en algún momento se perdió entre los estudiantes que anhelaban salir cuanto antes de ahí.

Yoochun fue hasta su casa esa tarde, tenían una tarea de química pendiente y Park decidió que sería buena idea terminarla ese mismo día, por alguna razón Yunho no se pudo negar, quizá principalmente porque le había dicho que se tendría que ir cerca de las cinco y media. Sin embargo la tarea la habían terminado cerca de la cinco de la tarde y Yoochun tenía que quemar tiempo hasta las cinco y media por lo que ahora se encontraban por alguna razón, recostados en la alfombra de la habitación de Yunho mirando el techo sin mirarlo en realidad.

Yunho tenía la cabeza en otro lugar y Yoochun no hablaba demasiado, parecía pensar en sus cosas también. Le resultaba curioso la facilidad con la que podían estar en silencio sin una pizca de incomodidad, algo que en el inicio de su ¿amistad? Fue algo difícil de sobrellevar. El olor del cigarrillo se esparcía entre las paredes, Yoochun fumaba cada tanto y seguía mirando el techo, como si estuviera realmente relajado y la música lo relajara un poco más.

De fondo sonaba Strange, muy bajo, pero la música le hizo pensar a Yunho que era relajante estar así, incluso aunque la compañía fuera inesperada. La imagen de Changmin llegaba frecuentemente a su cabeza, lo que el menor quería, lo que el menor pensaba de él. Le daba tantas vueltas en la cabeza su nombre que se sintió terriblemente atacado por aquello.

—¿Alguna vez te has enamorado?

—No creí que fueras del tipo romántico.

Yunho casi pudo adivinar la sonrisa en el rostro de Yoochun.

—No lo soy, pero es curioso como uno pierde la cabeza de la noche a la mañana y de pronto pierde el norte por completo. Sentirse así de desubicado, perdido, es horrible y aún así la gente siempre habla maravillas del amor.

Colocó las manos en su estómago, nuevamente había sentido la presión de la imagen de Changmin en sus recuerdos.

—Quizá ellos lo viven de manera distinta.

—Yo una vez lo estuve. — Yunho en realidad no esperaba aquella confesión – Se llamaba Junsu.

—Creí que no salías con chicos.

—No lo hago, él ha sido mi única excepción. Teníamos quince, él era terriblemente hermoso y dulce. Su sonrisa era todo lo que estaba bien en el mundo y por alguna razón coincidimos en esta vida. Tenía muchos sueños y esperanzas, quería hacer tantas cosas y era bueno en todo lo que te puedas imaginar, en los deportes, cantando, en los estudios. Literalmente podía hacer lo que le diera la jodida gana.

El tono de voz de Yoochun era amargo, no sonaba dulce o emocionado. Ni siquiera ligeramente nostálgico.

Yunho supuso que las cosas no salieron bien, y lo dejó seguir.

—Comenzamos a salir a escondidas, sus padres jamás le hubieran permitido estar con alguien como yo, muchos menos siendo hombre. Pero él era maravilloso. Dios, me gustaba tanto. — Esta vez lo miró de reojo sonreír amargamente mientras ponía una mano sobre su frente – Un día estábamos en su habitación, nos besábamos con tranquilidad cuando su padre entró en la habitación. Se suponía que no estarían ahí esa tarde. El hombre enloqueció y Junsu… Él me echó la culpa de todo, dijo que yo lo había besado a traición y no había tenido tiempo a reaccionar.

—Pero que… — Yunho se sentó, mirando a Yoochun quien continuaba con la mirada en el techo de su habitación, con continuas pero lentas caladas entre su historia — ¿qué hiciste?

—Estaba tan sorprendido que no pude decir nada, su padre me dio un golpe y me sacó a empujones de ahí. Junsu me bloqueó de todos lados y cuando por fin pudimos hablar al día siguiente en la escuela simplemente me pidió que lo dejara en paz, todo se había acabado, él jamás arriesgaría su futuro por alguien como yo y solo fui su experimento de salir con el chico malo. Nadie se debía enterar jamás.

El cigarrillo se había terminado, por lo que Yoochun se levantó, para poder terminar de pagarlo y echarlo al tacho de basura. Yunho lo seguía con la mirada, esperando que terminara de hablar.

—Así de dulce e inteligente fue capaz de darme la puñalada por la espalda. Iba a dejarlo así, no quería lucir realmente herido o imbécil, lo iba a dejar pasar. Pero el muy cabrón comenzó a escribirse con otros tipos, su papá lo descubrió en conversaciones impertinentes y con fotografiás indecentes que otros le mandaban y dijo que era yo, que yo lo acosaba. Su padre armó todo un escándalo en la secundaria y yo pues era el “chico malo” y él, probablemente el mejor estudiante de nuestra generación, ni siquiera se tomaron la molestia de ver si el de las fotos era realmente yo, aunque claro no se les veía la cara a los de las fotos, pero ni siquiera las miraron ¿entiendes? — Yoochun masajeó un poco su sien – Como si se les fueran a caer los ojos por ver a otro hombre desnudo.

—Entonces te expulsaron.

Yoochun asintió, para ese momento Yunho se había sentado sobre su cama y Yoochun decidió sentarse en la silla junto al escritorio, había empezado a alterarse ante el recuerdo y ahora buscaba la calma de nuevo, volvió a respirar hondo y lo miró.

—Pegué con algunos amigos cientos de fotos de él junto a mi, todas aquellas que nos habíamos tomado en citas, en la parte trasera del colegio y en su habitación. Fuimos una pareja después de todo, él al menos nos “permitía” tener fotos, si no podíamos hacerlo publico, al menos me dejaba tener eso – Dijo con ironía – Me contaron que su padre casi estalla del coraje y finalmente lo mandó a un colegio militar. Le conté todo a mamá, fui honesto con ella respecto a lo mío con Junsu y su traición, nunca le dije lo de las fotos pero se enteró, se que sabe que fui yo el que pegó las fotos, pero esa noche solo llegó con pizza y helado, vimos una película y me abrazó. Creo, que por esta vez lo dejó pasar.

—¿Vives solo con ella?

Yoochun asintió. — Jamás conocía a mi padre. Ella ha sabido criarnos sin problema a Yoohwan y a mí.

—¿Y no peleó porque no te expulsaran? Digo, fue injusto.

—El director en esos momentos estaba cerrado a que era yo y punto. Mi madre lo mandó literalmente a la mierda – En esta ocasión Park sonrió divertido – Y le dijo que le pondría una demanda. En medio de todo el caos le ofrecieron a mamá un traslado a esta ciudad en su trabajo y con un mejor sueldo, por lo que simplemente hicimos el traslado.

Yoochun lucía más calmado, Yunho lo miró directamente a los ojos.

—¿Por qué me has contado todo eso?

—Por que quiero que sepas, que el primer amor no es el último. Ten cuidado con las personas que piensan demasiado, suelen tener el control desde el inicio, incluso sin que te des cuenta. A la gente por naturaleza, le gusta herir. Además se notaba que morías por saber si era verdad lo de la profesora.

Park había empezado a recoger sus pertenencias, Yunho lo siguió, bajando las escaleras. Ni siquiera se había podido percatar que eran más de las cinco y media.

—Nos vemos mañana.

Yoochun le sonrió y Yunho asintió, un poco más tranquilo y sintiendo que de algún modo empezaban a crear algún tipo de lazo. Yoochun bajó los cortos escalones al salir de su casa y Yunho alzó un poco la voz.

—¿Entonces no es cierto lo de la profesora?

Esta vez Yoochun rió fuerte, continuando con su camino y alzando la mano a la distancia.

—No, idiota.

A Yunho realmente empezaba a agradarle Yoochun.

Changmin había llegado ligeramente tarde, Yunho no sabía si había sido apropósito o era habitualmente impuntual, pero cuando llegó, desde el minuto uno Changmin lucía tenso. Ingresó con pasos lentos, sin mirar demasiado alrededor y Yunho sintió una abismal distancia a cómo se había sentido minutos atrás. Changmin logró transmitirle un poco de su inseguridad y desconfianza.

—¿Quieres beber algo?

Shim negó, sentado en el sillón de su casa, con la mirada en la pequeña mesita de centro, pensando en algo que parecía tratar de acomodar con las palabras adecuadas.

—¿Para qué querías que viniera?

—Me atraes – Fue directo, sentándose junto a él y por primera vez en un rato, los ojos de Changmin se posaron en él – Y sé que al menos un poco, yo te gusto también.

—¿Y que quieres que hagamos con eso?

—No lo sé, dímelo tú. Yo más o menos se lo que quiero, tú, eres un completo misterio para mí.

Changmin lo miró fijamente, como si pudiera atravesar su mente y leerla por completo.

—¿Y qués es lo que quieres?

—Sé que quiero besarte cada vez que te tengo enfrente.— La brutal sinceridad de Yunho, provocó que el menor se pegara al brazo del mueble, aturdido y con una expresión que Yunho no podía descifrar del todo — ¿Qué es lo que tú quieres de mi?

Esta vez, Changmin no se alejó, se acercó despacio. Su mano sobre el rostro de Yunho y un leve titubeo entre los labios, con su mirada pasando de sus ojos a su boca en pestañeos breves.

—Quiero que me beses, quiero estar contigo. Y quiero quedarme la noche entera si me dejas.

Yunho miró sus ojos, sabía que había algo en medio de sus palabras que no lo hacían sentirse seguro, aún así lo besó. Porque no mintió cuando le dijo que ansiaba fuertemente besarlo, que sus sentimientos se alborotaban cuando estaba cerca de él no se lo dijo, pero sintió que ya tendrían tiempo para eso. Acercó el cuerpo de Changmin y lo besó. Quería besar sus labios hasta sentirse saciado de él, quería sus manos tocando el cuerpo entero del menor.

Y quería, más que todo que al menos por un momento Changmin dejara de mirarlo con esos ojos fríos y devastadores.

Quería un poco de la calidez que Yoochun le transmitió tan solo en minutos, con tan sola una conversa.

Porque Changmin seguía sin derrumbar del todo sus paredes ante él, incluso si lo besaba y le arrancaba el alma entera.

Fin de la Cuarta Parte.

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Corazón con Fecha de Expiración: Capitulo 16


Corazón con Fecha de Expiración

Tal vez el mar se enamoró de la luna

Capitulo Dieciséis

Dos días después Changmin estaba en la clase de matemática, singularmente sombrío y más callado de lo habitual, Sunny trataba de no hacerlo tan notable, pero ni el miércoles, ni el jueves Shim se había presentado en el Colegio, la mayoría no había mostrado gran interés en aquello, suponía que la huida de casa se había mantenido a raya. Movía un poco el lápiz en su mano y cada tanto lo miraba, como si pudiera encontrar las respuesta en su perfil inamovible; A simple vista Changmin parecía concentrado en la clase, pero no era así, él miraba constantemente el reloj en su muñeca, en realidad no era constante, era sutil, ella que lo miraba cada tanto podía notar el movimiento.

No habían hablado, Changmin había llegado inusualmente tarde, había pedido permiso y luego se había sentado a su lado como de costumbre, cuando él había llegado la maestra de matemática ya tenía unos quince minutos explicando la clase y Sunny no pudo realmente conversar con él, menos escuchar su voz más que en aquel saludo escueto desde la puerta del salón.

—Deja de mirarme.

No había sonado molesto o apático, pero había logrado que ella se enderezara tensa al verse descubierta y quizá por ser tan evidente, bajó un poco la mirada a sus inentendibles notas y murmuró — ¿Está todo bien?

—Ahora lo está.

Changmin no volvió a hablar, y tampoco le dirigió la mirada en algún momento de su corta frase pero Sunny por algún motivo se sintió un poco más aliviada. Notó que su rostro no se veía tenso ni exasperado, más bien parecía relajado y levemente descansado.

—Sunny.

Dejo de mirarlo pero sonrió levemente cuando notó la pequeña comisura en los labios del otro y la manera en la que negaba casualmente y tomaba notas, cosas que por cierto ella no estaba haciendo, cuando finalmente se decidió hacerlo y tomó el bolígrafo entre sus manos la maestra habló.

—Bien clase, me alegra que les haya quedado claro.

Sunny abrió los ojos pasmada: ¿qué?

Suspiró derrotada, tendría que copiarle los apuntes a Changmin en el receso y rezar a todos los dioses porque pudiera explicarle y contarle todo lo sucedido en estos dos caóticos días. Bueno él podía, ella esperaba poder entender la clase de hoy sin distraerse con las anécdotas de su mejor amigo.

—Entonces enloqueció por completo.

—Enloquecer es poco.

Changmin tomó un poco del jugo en sus manos y Sunny continuó copiando velozmente de sus apuntes, tratando de al menos llevar el cuaderno completo y ya luego ver como se reunían para poder equiparar lo que no escuchó de la clase, que honestamente no era nada nuevo en ella.

—Pero ¿iba en serio lo de mandarte a uno de esos “centros de rehabilitación”?

—Obviamente si. Escucha, la noche anterior me dijo de todo. Bueno, más bien nos dijimos de todo. Pero cuando Yunho me llevo al departamento de mi madre, los dos estaban ahí y ella se puso histérica, gritaba y me amenazaba con encerrarme si era necesario.

Sunny parpadeó un par de veces, dudando si decirle que honestamente su madre le dio bastante miedo desde el interrogatorio en dirección, pero prefirió que no. Rara vez Changmin era así de comunicativo, así que decidió dejarlo ser y escuchar atentamente.

—¿Y tu papá?

—Pues él… se portó bastante bien —repentinamente Changmin había bajado un poco su tono mirando la botella que sostenía entre sus manos— Me sorprendió honestamente.

—¿Te apoya?

—Si, hablamos mucho ayer y me dijo que no le hiciera caso a las locuras que estaba soltando mi madre. Que seguramente era por el calor del momento, pero honestamente el calor del momento no es la expresión exacta para lo que tiene.

—¿Hmm?

¿Entonces lo apoyas? ¿Te has vuelto loco Hyunsik?

Deja la histeria de una buena vez, es tu hijo. Por dios, ¿por qué te tiene que importar si es hombre o mujer? Deja la hipocresía.

Changmin solamente bajó la cabeza un poco, los había escuchado discutir de pequeño y esto solo revolvía recuerdos que no tenía la intención de mover de su lugar. Las manos de Yunho se posaron sobre sus hombros, y él sentado como se encontraba elevó un poco la mirada, solo para encontrarlo mirando preocupado a sus padres. Era diferente verlos discutir y sentirse al menos un poco menos solo.

Claro mete a dios para defender su porquería.

La voz repleta de desprecio de Yonhee le revolvió el estómago.

Se acabo, yo no tengo porque seguir discutiendo contigo. Es la razón principal por la que me divorcié de ti. Y mientras no cambies de opinión, Changmin se irá conmigo.

Esta bajo mi custodia.

La voz de ambos se había vuelto fría, a través de miradas desafiantes.

¿Iba a ser así? ¿Siempre iba a ser así?

Tiene más de dieciséis años. Puede decidir con quien irse.

Frente a un juez, mientras tanto, él se queda conmigo.

Changmin se preguntó si así habían sido las discusiones de sus padres, aquellas que él no había alcanzado a escuchar. Indagó en sus pensamientos por si recordaba algo así, se cuestionó seriamente por si así había sido de peleada la custodia. ¿Cuál era la razón de su madre por mantenerlo junto a él? ¿Porqué si lo despreciaba tanto y lo había ignorado por más tiempo incluso, se empeñaba en retenerlo a su lado?

Debía admitir, desde la parte más profundo de su interior, que lo lastimaba.

Sus palabras, su ausencia, su falta de cariño. Todo en ella lo hería, todo de ella lo hacía sentirse vacío. Inútil, mal querido, abandonado. No importa cuan fuerte fuera la coraza que había creado con los años, ella ya lo había herido bastante. Lo suficientemente hondo como para sentir que no había vuelta atrás. Y no importa lo mucho que se repitiera así mismo que no necesitaba su cariño, eran incontables las noches que había pasado abrazado a su almohada llorando.

Tenía catorce años cuando dejó de llorar. Aún puede recordarlo con claridad. Decidió no permitirle dejar que lo siguiera hiriendo, pero muchas veces solo se hundía y fingía que nada pasaba. ¿Sabía ella lo mucho que lo había lastimado? ¿Le preocupaba acaso?

Miró a su padre gritaba todavía, sus expresiones lucían desgatadas, como si realmente empezara a desesperarse, mientras que su madre estoica, cruzada de brazos respondía con toda la frialdad del mundo, y a ratos volvía perder la presencia y sus gritos eran aún más fuertes.

Respiró hondo, y se levantó. Harto de todo esto, harto de ella.

Me iré con papá.

¡No te..!

Evitalo y ventilaré toda tu vida privada en el juicio, todos tus amantes, todas las veces que me dejaste a solas con completos desconocidos que ni tu conocías bien ¿sabes siquiera lo peligroso que es eso para un niño pequeño?

Jamás te paso algo.

¿Y tenía que pasarme para que tomaras medidas de prevención? —Changmin esta vez volvió a agarrar la maleta sobre su hombro y la miró con más frialdad de la que estaba acostumbrado —Grita, patalea has lo que quieras. Pero me encargaré personalmente de que quedes como lo peor en el juicio y que cada persona en esta ciudad te conozca tal y como eres.

Era de esperarse —Yonhee lo miró una vez más con repudio, arrugando mucho la cara— Tenías que heredarlo, ¿no es así? Ni porque evité su presencia en tu vida, pude evitar que heredaras lo peor de él —Changmin estaba francamente confundido, no podía terminar de entender lo que sucedía, pero antes que pudiera hacer algo, Yonhee emprendió camino a su habitación — ¡Está bien! ¡Si quieres marcharte, vete! Yo personalmente te ayudaré a empacar, cariño.

Los tres hombres en la sala se miraron confundidos, la mujer hablaba llena de ironía, y Bomul había aparecido corriendo directo a sus piernas asustado, fueron hasta la habitación del menor y la mujer había abierto el ventanal del pequeño balcón.

¡Así es como me pagas que haya intentado hacerte alguien decente! ¡Pues lárgate! ¡Pero no te llevas nada de aquí!

Era impresionante la manera en que llena de ira, Yonhee simplemente lanzaba por el balcón las pertenencias de su único hijo, la guitarra, su ropa, su computadora. Hyunsik quiso acercarse a detenerla, pero Changmin a punto de echarse a llorar, solo tragó duro y respiró hondo.

Déjala.

Changmin fue el primero en salir de la habitación, agarró a Bomul fuertemente y se concentró en salir de ahí sin mirar atrás. El perro hacía pequeños sonidos entre sus brazos, aparentemente asustado por tanto escándalo, pero Changmin solo lo abrazó fuerte y empezó a picarle con fuerza al botón del ascensor, necesitaba salir de ahí, o sentía que se ahogaría en cualquier momento.

Había cosas que Changmin prefería guardarse, esta era una de ellas. Observó a Sunny copiar de sus apuntes, no había notado que por un momento se había perdido en sus pensamientos y fue mejor así. Necesitaba pasar página a ese episodio cuántos antes para sentir que al menos ya no lo hería cada que lo repasaba en su memoria. Y que el abandono de su madre iba a ser cómo lo había sido siempre, solo que ahora ella tenía la oportunidad y justificación para no verlo más.

Entre las muchas cosas que pensó durante la primera noche en casa de su padre, fue que probablemente la razón por la que luchó por quedarse con él, fue para lastimar a Hyunsik. Sin embargo y aunque su padre no había querido hablar mucho del tema, parecía haber estado equivocado acerca que ninguno de los dos quiso su custodia, más bien fue una batalla bastante intensa en la que Yonhee salió victoriosa. Y luego los viajes constantes de negocios de su padre no lo beneficiaron demasiado.

Otra cosa que le quedo dando vueltas constantemente en la cabeza había sido aquello que su madre había mencionado como lo heredado, no podía hacerse una idea concreta de a lo que se refería, pero tampoco había querido darle demasiadas vueltas al asunto.

Miró su celular apenas sonó en el bolsillo de su pantalón y notó que Sunny, mordiendo la parte superior de su lápiz, tratando de comprender las fórmulas, ni siquiera lo había notado.

¿Almorzamos?”

Sonrió, porque había pasado los dos días, últimamente solo en conversas a través del celular con Yoochun y hoy no había tenido clases con él. Así que escribió un breve “Si” y volvió a guardar el celular. Yoochun debería saber que sería en la terraza, al menos no veía conveniente que se vieran en algún salón o en la sala de profesores, siendo que Junsu parecía ignorar su presencia por completo y aún no se sentía muy a gusto con él por ahí.

—Tengo que ir a hablar con los profesores sobre mis días de ausencia, y tareas para complementar las notas que me faltan.

—¿Eh? Creí que pasaríamos el receso juntos.

Sunny levantó un poco el rostro y lo miró un tanto desanimada.

—Puedes ir a mi nueva casa y te explicaré lo que haga falta.

Ella sonrió emocionada, sabiendo lo mucho que le encantaba sentirse parte de su vida.

—Está bien, pero más te vale cumplir.

Changmin solo agitó su mano en señal de despedida, apresurando un poco el paso a pesar que no era necesario. Sunny sonrió divertida. Era bueno verlo más tranquilo, aunque estaba segura que no le había contado todo, una parte de ella se sentía mucho más aliviada al verlo un poco más suelto con ella, incluso mucho más desde la primera vez que habló con él o le tuvo algún tipo de confianza. Y esperaba que siguiera siendo así.

Los dos últimos días los había aprovechado para hablar con su padre, mucho en realidad. La relación con Hyunsik siempre había sido algo distante y luego de haberlo dejado a solas durante un buen rato, Hyunsik había decidido entrar en su habitación el jueves en la mañana y lo había invitado a desayunar fuera. El miércoles entero había sido un caos y su padre parecía haberse tomado el día libre, rara vez lo hacía, es más Changmin no tenía muchos recuerdos de aquello, por lo que recostado en su cama, había suspirado y accedido a los intentos de su padre por crear algún tipo de relación que no tenían.

Pero Changmin se sentía agradecido por dos situaciones: la primera haberlo sacado de ese infierno, el cual había empeorado en cuestión de horas tan solo y segundo por al menos intentarlo. Intentaba algo que no había hecho antes y quería hablar con él, resumir cosas de su vida que no existían, pero Changmin se lo iba a permitir, Yoochun había dicho que la virtud de las personas está en el resarcir sus errores. Si en el fondo sentía que lo merecía, Changmin podría al menos darle la oportunidad, después de todo, su padre se la había ganado.

Las siguientes horas, su padre había evadido el tema gentilmente, no quiso hablar demasiado de Yonhee pero también era cierto que en algún momento lo había abrazado por los hombros y le había pedido perdón, no lo había mirado a los ojos, parecía realmente incómodo diciendo aquello, como si no estuviera acostumbrado a hacerlo. Y Changmin sonrió, porque finalmente su padre y él se parecían demasiado.

No esperó demasiado y tampoco exigió de más, porque sabía por experiencia propia lo difícil que era, pero Hyunsik parecía dispuesto a intentarlo y Changmin se descubrió queriendo aprender cosas de él. Hyunsik es un hombre inteligente y exitoso. Había cosas buenas que él podía aprender su padre y dejó que le hablara de su trabajo, de sus viajes, que le preguntara por sus clases y que por primera vez en mucho tiempo hablaran de verdad sobre un tema que no se quedaba a medias solo porque su madre estaba por llegar y prefería evitarla.

Changmin nunca criticó esa actitud de su padre, pero hoy más que nunca la entendía.

Cuando abrió la puerta, Yoochun estaba cerca de la reja con un pequeño paquete de galletas saladas, esas que tanto le gustaban a Kyuhyun. Se acercó tranquilo, con una pequeña sensación tonta en el pecho, así que al llegar tomó una de las galletas y Yoochun giró en su dirección.

—Hola.

Changmin sonrió, mirándolo de regreso. —Hola.

Ambos volvieron a mirar hacía el patio donde varios estudiantes caminaban de un lado a otro, fueron largos segundos de silencio y en alguno de ellos Yoochun regresó a mirarlo, su perfil tranquilo y relajado, la manera en la que no parecía inquieto por mantener algún tipo de conversación o contacto. Yoochun descubrió que esa madurez de Changmin era quizá lo que más admiraba en él. Saber que no era el lugar y que aún así podía disfrutar junto a él simplemente con su compañía.

Yoochun se lo reprochó así mismo por un instante, el sentirse tan terriblemente expuesto al notar que tan solo su presencia podía provocar escalofríos en su cuerpo entero y que definitivamente era muy tarde para dar un paso atrás.

—Cuando Dolores Veintimilla escribió Quejas, con un dolor tan intenso, muchas personas dijeron que hablaba desde el dolor que la traición de Galindo le provocó. Yo siempre he creído que más bien era el dolor de un amor herido, de haber amado tan profundamente y sentir que a pesar de todo, a pesar del coraje por la traición, de la rabia y el amor profundo que profesa, ella estaba herida, el amor que ella había sentido de pronto era nada.

Cuando Changmin giró hacía él, el mayor miraba una vez más entre las rejas y Shim entonces susurró.

—No lo he leído.

—Deberías, es uno de los poemas de amor que más se me han quedado en la memoria. Describe de la mejor manera lo que es empezar a estar enamorado, estarlo y luego ser simplemente abandonado.

—Ella es la poetiza que se suicidó ¿verdad?

—Si.

—¿Fue…?

—Fueron muchas otras cosas también.

Yoochun giró, le sonrió y Changmin sintió que asentir era lo adecuado, no estaba seguro de lo que debía hacer en ese instante. Yoochun había querido simplemente pasar un rato con él, y Changmin sentía que a pesar de ser solo dos días, lo había extrañado. Que aunque había hablado con él estos dos días, lo había extrañado. Que incluso si se marcharan ahora, dentro de un par de horas, lo extrañaría.

Esta sensación amarga y difusa que se le acrecentaba en el pecho cuando no estaba ¿era amor?

Sunny había dicho siempre cosas hermosas del amor, la poesía hablaba de amores dolorosos o intensos. La forma de amar que tenían en la literatura era siempre profunda y sistemática. Su madre no le había enseñado nada al respecto y a su padre sentía que apenas lo estaba conociendo.

—¿Qué es el amor para ti Yoochun?

Changmin no dejó de mirar su mano, quería tomarla al menos unos segundos. Aunque internamente se quisiera ahorcar por tener esos pensamientos tan desgastantes y esas emociones tan cursis.

—¿El amor?— Yoochun sonó dudoso, miró a Changmin y sonrió al notar su mirada, así que aprovechó para estirar su manos hasta él y apretar su mano entre la suya, el menor lo miró a los ojos entonces y continuó esperando su respuesta— Lee Quejas, y podremos discutir lo que es el amor.

—No me gustan los poemas de amor —Yoochun entonces lo miró curioso— Siempre he creído que sobre dimensionan el amor.

Esta vez Yoochun rió divertido, apretó un poco más su mano e incluso se acercó un poco más.

—Léelo, y mañana si gustas podremos pasar el día entero juntos ¿te parece?

Changmin no quiso emocionarse, mucho menos demostrarlo y de hecho no pasó. Simplemente asintió y con un susurro tranquilo le contestó que “Si” , por lo que Yoochun volvió a sonreírle y comiendo la ultima galleta del paquete empezó a caminar hasta la puerta de la terraza.

—Volvamos, pronto sonará la campana y tengo que preparar la siguiente clase.

—¿Ya? —Changmin se sorprendió así mismo cruzándose de brazos y frunciendo el ceño— Pensé que estaríamos un rato más.

—Has sido tú el que se distrajo, sabes que el receso no dura demasiado.

Yoochun no lo hizo sonar como un reproche, es más lucía divertido. Abrió la puerta esperando que Changmin saliera y el otro solo rodó los ojos, empezando a caminar, sin embargo cuando estuvo cerca de la puerta Yoochun la cerró de nuevo y jaló de su corbata hasta dejarlo muy cerca de él.

—Perdió mi pobre corazón su calma, desde el fatal instante en que te hallé.

Changmin abrió los ojos y pronto la boca de Yoochun estuvo sobre la suya, reaccionó dos segundos después, con las palabras de Yoochun todavía dándole vueltas en la cabeza. Su corazón se agitaba mal intencionado, dándole la espalda a la razón, que buscaba controlarse y no alborotar sus sentidos tan solo con palabras bonitas y besos lentos que sabían a despedida. Quería aferrarse a él para siempre y por eso deslizó sus brazos por encima de los hombros y se apegó un poco más a él.

Yoochun fue el primero que se separó. —Vamos— Y actuó como si el beso no le hubiera quitado un poco del alma mientras Changmin solo rodó los ojos y empezó a bajar los escalones, decidió que sería una costumbre que tan solo verlo caminar le revolvía el alma, que su cabello moviéndose en el viento no lo hacían sentirse como en una película de amor antigua y que sus instintos no gritaban de vez en cuando por que viviera aferrado a sus brazos.

Cerca de las dos de la tarde, Yoochun se topó con Junsu. Su ropa no era la habitual que llevaba para dar clases y llevaba incluso una pequeña maleta en la espalda, muchas veces pensó que cuando aquello pasaba en las series que solía ver por la tarde era algo un poco ilógico, dos personas no se podían paralizar por segundos enteros sin decir palabra alguna y mirándose el uno al otro sin parar, hasta que le pasó.

Junsu fue el primero en respirar profundo y continuar caminando, desviando por completo la mirada.

—Junsu…

—Déjalo ser Yoochun.

Por un instante Yoochun pensó que Junsu diría algo, pero Kim parecía molesto incluso consigo mismo, probablemente por no haber podido decir nada en contra suyo, quiso decir algo más, pero no estuvo muy seguro de hacerlo. Sin embargo luego de un par de pasos, Junsu giró, y lo volvió a mirar, de una forma más determinada.

—¿Sabes cuál es el problema? Que a pesar que sé que todo lo que haces está mal, que debería denunciarte sin miramiento alguno, que estoy renunciando a ser el remplazo de Minhee porque no tolero la idea de estar en el mismo sitio porque evidentemente no es correcto, aún así lo estoy ocultando. Prefiero irme, que delatarte.

Quiso tener las palabras correctas en ese momento, ¿un gracias serviría de algo? ¿sería lo correcto? Junsu no lo entendía, quizá no lo iba a entender jamás, pero aún así lo cubría. Entonces, ¿qué esperaba escuchar de él? Trató de analizar un poco lo que le pasaba. Lo que los ojos y la actitud aprehensiva de Junsu le exigían, pero no pudo y Junsu solo sonrió, aún levemente estirado hacía él y hablando en susurros.

—Lo suponía. — ¿Suponía? ¿Suponer qué? Yoochun no pudo terminar de aclararse, porque Junsu volvió a respirar hondo y pasó una mano por su cabello — Ese niño está enamorado y es evidente que tú de él. La diferencia es que tu eres ¿el primero? Podrá cambiarte cuando le de la gana como dice Jaejoong, pero yo lo veo más bien, debido a que Changmin no es como lo demás, que tu tuviste la oportunidad de aprender y amar a muchos más, él está comprometido con algo que no termina de comprender. Y pasará, porque en algún momento querrá vivir, me pasó a mí, te pasó a ti, nos pasa a todos. Y eso del primer y único amor, no existe. Porque la gente se encuentra y se reencuentra una y otra vez.

Lo escuchó, por primera vez lo escuchó como si sus palabras fueran algo dulce, como si unicamente buscaran su bien. No dijo nada porque no había nada más que decir, porque en el fondo, era algo que él también había pensado.

—Al final es tu decisión. Pero a veces no morimos por esperar un poco más y que las cosas fluyan como debe ser, finalmente cuando algo tiene que ser escondido, le resta todo lo bueno que le puede ser ofrecido. — Yoochun por primera vez bajó la miada y Junsu sonrió amargamente – Mírame a mi, soy todo un idiota. Dándote consejos, por favor… — Junsu exhaló una última vez y mordió su labio inferior un poco, intentando tomar valor – Al final… creo que si me habías empezado a gustar.

Regresó a sus ojos, sorprendido ante sus palabras, pero el menor ya le daba la espalda y había empezado a caminar.

—Adiós Yoochun.

Aquella sería la última vez que vería a Kim Junsu.

Y algo en su interior le dijo, que podría haber hecho las cosas mejor.

Circles sonaba dentro del departamento, y Changmin dejó que Kyuhyun le subiera el volumen a los parlantes mientras terminaba de poner los snacks uno sobre otro para llevarlos a la sala, Kyuhyun tenía un cierto tipo de obsesión con la canción y Changmin había aprendido que era mejor dejarlo ser hasta que se le pasara que presionarlo para que lo superar porque sino se pondría más intenso.

Minho empujaba a Kyuhuyn mientras sostenía el mando de la consola y el otro lo empujaba de regreso, Changmin fue luego por las bebidas y las dejó sobre la mesita de centro. Cuando por fin se pudo sentar en el sillón diagonal a ellos revisó su celular, dudaba entre escribirle o no a Yoochun puesto que ya habían quedado de pasar el sábado en el departamento de él viendo películas y cocinando. Extrañamente aquel plan tan pasivo, era del total agrado de Changmin y seguramente se quedaría a dormir con él.

Sunny le había escrito en la tarde para ir cerca de las seis, pero al tener a sus amigos sin intenciones de abandonar el lugar decidió que mejor se vieran el domingo. Por obvias razones era mejor que por el momento Kyuhyun y ella no se toparan. Volvió a entrar a la mensajería de su celular y bebió de la botella en su mano, quería escribirle, pero no quería ser intenso como muchas de las novias que había tenido Kyuhyun, pero quería escribirle. Y se sintió estúpido una vez más. Dignamente, guardaría el celular en su bolsillo y continuaría con su tarde.

—Bueno ya, ¿al final que pasó con tu mamá Minho?

—¿Eh? — Choi lo miró de reojo, negándose a dejar que Kyuhyun ganará la partida – Bueno, pues… hablamos, fue bastante comprensiva la verdad. Me hablaba con tanta delicadeza como si fuera a salir corriendo de ahí en cualquier momento. De hecho quería hacerlo, digo, moría de vergüenza – Los tres rieron ante sus palabras y Minho miraba de vez en cuando de reojo a Changmin para que no notara que realmente estaba más concentrado en vencer al mayor – Y pues luego me preguntó si estaba o había tenido con alguno de ustedes.

—¡Les dije que estar siempre juntos hacía a la gente sospechar de nuestra joteria!

Changmin rió divertido, Kyuhyun ni siquiera había despegado sus ojos de la pantalla.

—¡Gané! —Minho levantó uno de sus brazos y Kyuhyun solo bufó, empezando a comer un poco de papas que Changmin había traído – Y bueno, luego vino lo más traumatizante de todo. Ya saben que mamá es enfermera. Así que empezó a hablarme de enfermedades sexuales, protección y presión social.

Los tres habían dirigido su mirada hacía él y Minho había abierto uno de los refrescos.

—Me dijo que iba a ser duro, porque había mucha gente idiota en el mundo. Pero que siempre podía contar con ella y que el resto de estúpidos se jodiera.

—¿Literal?

—¡SI! — Minho incluso lucía entusiasmado – Jamás la había escuchado decir groserías. La amé.

Changmin sonrió, Minho tenía mucha suerte.

—Bueno, deberías sentirte afortunado Minho – Kyuhyun había pasado un brazo por los brazos del menor – La madre Changmin enloqueció y mi padre seguramente me mata a golpes, pero al menos uno de nosotros nos brindará refugio si nos llegan a botar. Bueno, de hecho sería solo yo. A Changmin más que sea su padre lo apoya. ¡Que viva el divorcio!

Changmin negó divertido ante las palabras de su amigo y agradeció que al menos hoy no estuvieran tan interesados en saber de su relación con Yoochun, porque le resultaba extraño estar contando todo lo que pasaba a su alrededor. Suponía que una gran parte de eso se debía a que ya lo conocían, y eso aplacaba un poco su curiosidad.

No había notado que Kyuhyun había bajado un poco el volumen a la música. Y cuando Kyuhyun lo retó a una partida, Changmin empezó a olvidar por completo el caos que era su vida desde hace unos días atrás. Su padre le había permitido sin problema que estuvieran en la sala mientras él trabajaba en el estudio. Se sentía en libertad, pero a la vez sutilmente vigilado. Y era extraño, no estaba acostumbrado a ello, pero se sentía de alguna manera agradecido.

La gente valoraba cosas cotidianas, cuando jamás había tenido acceso a ellas.

Yoochun caminó hasta su puerta en cuanto escuchó el timbre, extrañado porque usualmente solía llamar por el intercomunicador cuando llegaba alguien al edificio, y no habían demasiadas personas que pudiera pasar así de fácil por orden de él. Así que cuando la abrió no se sorprendió demasiado de ver a Jaejoong ahí.

—¿Podemos hablar?

Jaejoong no había necesitado decir algo más, Yoochun le había abierto la puerta de su departamento y ambos se habían sentado en los sillones de su sala de estar. Jaejoong lucía un poco incómodo, sin embargo era obvio que entre ambos no solía ser así, por lo que se sacó la chaqueta que llevaba y suspiró.

—Tenías razón. He estado pensando mucho en ello, y es cierto, aun tengo la espina de Yunho clavada en el interior, nunca ha dejado de ser – Yoochun quiso disculparse por lo de aquella vez, pero Jaejoong solo levantó su mano derecha y él calló – Escúchame primero. A pesar de lo que acabo de decir, sigo creyendo por múltiples razones que ya ni siquiera vale la pena discutir, porque tú ya las tienes que haber analizado, que todo lo que estás haciendo es un gran error. Sigo firme en que no deberías hacerlo. No me pidas que te escuche o que te de consejos, porque eso no va a pasar. Pero puedes contar conmigo, siempre has podido, aunque a veces me haya comportado como un idiota, lo hecho por tu bien. Sin embargo entiendo que tampoco puedo obligarte a hacer lo que yo creo correcto.

La voz de Jaejoong se vio un poco amortiguada en sus últimas palabras ante el abrazo repentino y fuerte de Yoochun, se relajó entre sus brazos y suspiró hondamente antes de devolver el gesto como tal. Su cabeza y sus ideas aún daban demasiadas vueltas, pero sabía y comprendía que a pesar de todo, no podía estar lejos de él.

—Gracias. Sabía que volverías a mí.

—Eres un estúpido.

Jaejoong sonrió ante el tonito burlón de Yoochun, pero se sintió aliviado por igual.

Tenía muchos miedos alrededor de toda esta situación, pero al mismo tiempo temía por lo que podría ocurrir, si él no se encontraba cerca, para poder acudir hasta él. Y aún así, tenían una larga charla pendiente.

Alrededor de las nueve de la noche, luego de que padre comprara pizza para todos y sus amigos finalmente se marcharan , Changmin aprovechó para tomar una ducha rápida y poder investigar el dichoso poema del que tanto le había hablado Yoochun. Tomó la tablet y se sentó en el pequeño mueble bajo la ventana de su habitación. Bomul no tardó en sentarse sobre sus piernas y afortunadamente se quedó quieto.

Estaba por empezar, cuando su padre golpeó bajamente la puerta y se asomó.

—¿Ya vas a dormir?

—En realidad pensaba leer un poco.

—Me alegra. — Hyunsik se sentó cerca de sus pies en el sillón y le sonrió – Y me alegra aún más que tus amigos vengan a divertirse, alguno de ellos…

Changmin sonrió, divertido al recordar las palabras de Minho y Kyuhuyn.

—No, papá. Ninguno de ellos. Algún día si es algo más serio te lo contaré.

Hyunsik no quiso insistir, quizá para darle un poco de intimidad. Changmin prefirió que fuera así, no quería mentirle, no a él. No ahora que se estaba comportando tan bien con él, que intentaba una buena relación entre ambos. Y eso en el fondo, le dejó un sabor amargo en la boca. No podía querer a Yoochun como quería, pero aún así lo quería. Y tenía miedo que en algún punto aquello los llegara a cansar.

—Bien, ¿tienes planes para mañana?

—De hecho… bueno, pensaba pasar el sábado con él.

Changmin se sintió un poco tímido, extrañamente tímido porque era la primera vez que hablaba de Yoochun con alguien más a parte de sus amigos e incluso el estómago entero parecía revolverse.

—Ya veo. Entonces ¿agenda ocupada?

—Creo, ¿por qué?

—Pensaba que saliéramos a cenar, quiero presentarte a alguien.

Por un momento creyó que estaría bien. Su padre quería involucrarlo en su vida, quería ir despacio y por eso se lo avisaba con antelación e incluso no se lo había mencionado de inmediato.

—El domingo estaría bien, quedé con Sunny en la mañana, pero podemos salir a cenar en la noche.

—¡Perfecto! —Su padre le mostró una amplia sonrisa —Entonces haré la reservación. No te desveles mucho. Aunque mañana es sábado, así que se libre de amanecerte si te da la gana – Hyunsik tomó su rostro y besó rápidamente su frente, fue un gesto pequeño y aún así Changmin lo sintió tan cálido – Todo va a estar bien, hijo. Lo prometo.

Changmin asintió, mirando como su padre abandonaba la habitación y Bomul apenas y se había movido un poco cuando su padre en señal de despedida lo acarició suave. Regresó su mirada a la pantalla y encontró el poema con facilidad. Recuerda que en algún momento de la noche empezó a llover, quizá fue cuando su padre entró en la habitación, quizá antes, tal vez después.

Pero en algún punto mientras leía, sintió que el pecho se llenaba de una sensación cálida, el estómago volvió a revolverse y se sintió terriblemente atacado. Como si quisiera apretar fuertemente sus manos o tapar su rostro con ellas y ocultarse por completo. Abrazó a su pecho la tablet y se encogió levemente.

Yoochun idiota…

Abrumado y avergonzado por igual.

Mil veces sorprendiste, madre amada,

en mi boca un suspiro abrasador;

y era él quien lo arrancaba de mi pecho;

él, la fascinación de mis sentidos;

él, ideal de mis sueños más queridos;

él, mi primero, mi ferviente amor.

Faltan 51 días.

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Prisma de Inocencia: Tercera Parte


Prisma de Inocencia

En la vida he aprendido que el demonio se viste de cosas bellas.

Tercera Parte

Alguna vez cuando era muy joven, a los nueve años, aunque muy prematuramente, Yunho comprendió que cuando sus padres hablaban sobre una cena formar con sus socios, donde él debía ser educado y amable, realmente debía serlo era importante y únicamente debía comportarse, era como estar y no estar al mismo tiempo. Su presencia pasaba casi inadvertida porque muchas veces los adultos se enfrascaban en sus conversas y apenas lo miraban para decir lo bonito que era, luego de eso, Yunho era un mueble más en la estancia.

Cuando cumplió los quince, comprendió que ciertos negocios de sus padres se manejaban a través de las apariencias, el negociante o el negocio dependían de que su madre luciera amorosa y dulce, cuando pocas veces incluso lo abrazaba, y que su padre fuera cálido y orgulloso de él, cuando ciertamente rara vez lo veía en casa. Así que Yunho era cordial y afable, bueno en la escuela, bueno en los deportes, atractivo, cuando en realidad en ocasiones odiara serlo. Pero era lo que sus padres querían de él y se había acostumbrado a recibir buenas recompensas por su actuar de acuerdo a la ocasión.


A veces, solo a veces parecían sentirse orgulloso de él.

Por eso es que la conversación de hace unas horas lo hizo sentir casualmente incómodo, pero cuando su madre mencionó la cena, lo entendió todo.

Así que cuando Changmin atravesó la puerta de su casa, con una expresión estoica y algo molesta; luego de una mirada de su madre, suspiró y lo saludo cordialmente, no como si fueran amigos, Yunho sabía que jamás lo serían pero Changmin parecía adecuado a obedecer incluso aunque se viera un poco más reticente, su madre había aparecido unos segundos después y todos se habían saludado con afabilidad, como si el negocio estuviera casi cerrado y esto fuera meramente cortesía.

Ahora podía escuchar la conversa lejana de los adultos mientras cortaba la carne y Changmin frente a él parecía completamente ajeno a todo lo que sucedía en la mesa, las palabras de su madre por un momento estuvieron a punto de enloquecerlo “Cada uno recibe al amor a su ritmo” pero no había posibilidad alguna que algo así le pasara con alguien como él. Aunque algo en él le atrajera, sabía que jamás pasaría algo más que sexo entre ellos.

—¿Qué?

La voz desganada de Shim por un momento logró sorprenderlo, honestamente no sabía cuanto tiempo llevaba mirándolo que incluso el menor parecía hastiado.

—¿Disculpa?

Changmin viró los ojos, molesto, cansado y a punto de explotar.

—Llevas mirándome como si fuera un mono de circo, y de paso actuás como un lindo monito educado.

—Entonces, quizá siendo de la misma especie ¿deberíamos conocernos mejor?

Atacó sabiendo lo mucho que le molestaba al otro que coqueteara con él. Y de hecho, resultó como esperaba. Resopló molesto y volvió a su comida, dejándolo solo con sus pensamientos de nuevo. Empezaba a temerle un poco, porque quizá su madre tenía un poco de razón.

Cerca de las nueve de la noche sus padres se metieron en una conversación que parecía seria, ese era el momento silencioso en que los menores debían ir por ahí. Así que se acercó a Changmin en frente de sus padres y le ofreció ir al conversar al jardín. Entonces al menor no le quedó de otra que aceptar.

— Te puedes ir.

Changmin apenas había atravesado la puerta corrediza sacó un pequeño cigarrillo y lo encendió a una velocidad impresionan, el humo salió de sus labios y Yunho sintió un doloroso retortijón en el estómago. Maldición así era más que imposible ignorarlo.

No estuvo seguro de cómo ni porqué Changmin lo permitió pero se acercó a él, quitándole el cigarrillo de las manos hasta ponerlo de espalda a la pared, lo suficientemente cerca como para que no pudiera escapar con facilidad. Miró sus labios porque siempre le habían parecido demasiado agradables de mirar y notó como el menor miraba aún el cigarrillo en sus manos y de repente lo miraba de nuevo a él.

Changmin era apenas de su porte, incluso aunque él llevara un año de ventaja.

—¿Por qué no me alejas?

—¿Por qué no lo haces tú?

Fue un breve momento, él miró sus labios también y luego regresó a sus ojos, como si con esa pequeña acción lograra frenarlo. Yunho nunca entendió ese tire y afloja que ambos tenían. Changmin parecía despreciarlo por algunas de las múltiples razones que merecía, era válida su actitud. Su reputación ampliamente reconocida lo validaba. Aún así Changmin jamás lo distanciaba por completo.

Jamás soltaba esa pequeña cuerda de la que jalaba de él.

Y cuando él lograba distraerse con alguien más, los ojos de Shim lo seguían, Yunho lo sabía bien, lo sentía el tiempo entero. Un paso más, el cigarrillo se consumaba en sus manos y su cuerpo ya rozaba el otro.

—No lo hagas.

—Vete entonces.

Podía sentir su aliento cerca y si se inclinaba un poco más rozaría su boca. Sin embargo las manos de Changmin fueron más veloces, lo tomaron de la quijada y con un inspiración profunda hizo que su cuerpo se sintiera sin fuerzas. Sus labios apenas se posaron sobre los suyos, tiró el cigarrillo y lo jaló del pantalón hasta él, abrió la boca para poder sentirlo intensamente, Changmin no se negó, no lo evitó e incluso sus manos rozaron su cuello.

Había un sentimiento embriagante en medio del beso, Yunho en el fondo sabía que algo así pasaría y sin embargo por dentro sentía que debía detenerse. Pero su cuerpo rozaba el de Changmin y las voces en su cabeza desaparecieron, Changmin lo atrajo a su cuerpo con fuerza, y su boca buscó el cuello del menor como si pudiera devorarlo entero , Changmin gimió bajito porque sus entrepiernas se rozaron y cuando su pierna logró colarse entre las de Changmin sintió como el otro suspiró apoyando la quijada en su hombro.

—Vamos a mi habitación.

Changmin no respondió, pero volvió a halarlo con fuerza. Esta vez lo besó diferente, fue muy diferente. Fue con hambre, con premura y como si planeara dejarlo sin aire. Yunho no fue diferente y en algún momento con las manos en la espalda de él, sus cuerpos no pudieron estar más cerca.

—¿Yunho?

Ambos se alejaron, Yunho lamió sus labios un poco, lo miró arreglarse un poco la puerta y su madre apareció entre ambos, confundida y un poco confusa.

—¿Todo bien?

—Si, madre. ¿Me buscabas?

—Por supuesto, los señores Shim ya se van.

Se miraron brevemente y Changmin solo tragó despacio.

—Bueno, entonces es hora de que me vaya. Ha sido un gusto conocerla señora Jung.

—Por supuesto, para mi también.

Changmin asintió, se despidió brevemente. Su madre lo miró y alzó una ceja, pero Yunho prefirió sonreírle tranquilamente. Y regresar a la sala común donde aún se encontraba su padre, conversando con el padre de Changmin, él no volvió a mirarlo a los ojos hasta que se fueron de ahí, y mientras caminaban hasta su auto le dirigió una breve mirada como si le sorprendiera que él aún lo siguiera con la mirada.

Yunho se despidió con una sonrisa, y Changmin solo se irguió un poco más y lo ignoró.

Los días siguientes a eso, fueron bastante extraños. El primer día lo evitó por completo, Yunho suponía que algo así estaba a punto de pasar. Changmin a veces, muy pocas, podía ser predecible, por lo que se entretuvo con sus amistades y los planes de fin de semana que incluían la fiesta en casa de Soohae. Yoochun de alguna manera se había integrado en su grupo era algo que suponía pasaría, por alguna razón le agradaba a Park y evidentemente la gente la popularidad de Yoochun tan solo crecía.

No estaba muy seguro el tipo de persona que era Yoochun, era bastante misterioso, hablaba poco de su vida pasada. Y tampoco conversaba mucho de si, no parecía realmente cercano a nadie y él tampoco hacía esfuerzos por averiguar sobre él. Quizá esa era una de las razones por las que Yoochun se sentía cómodo a su lado. Aunque incluso los rumores que viajaban por todos lados, decían que Park había sido transferido por meterse con una profesora, casada y todo lo demás. Él no le preguntaba y Yoochun jamás lo mencionaba. Pero todo el mundo hablaba de él.

El día después a ese, descubrió a Changmin mirando a Park disimuladamente, se encontraba guardando unas cosas en el casillero, pero de vez en cuando, en especial cuando Park reía, Changmin giraba apenas su rostro y lo observaba. Yoochun estaba unos pasos más allá, conversando con Donghae y Hyukjae. Él apenas iba llegando ese día, entretenido como estaba por haber sorprendido a Shim en eso, que el llamado de Donghae lo tomó de sorpresa.

—¡Hey, Yunho! —Sonrió hacía ellos y Yoochun tenía por primera vez una sonrisa en el rostro, producto seguramente de su risa anterior, parecía de buen ánimo ese día— Hyukjae tiene que contarte lo que le pasó con Yuri el día de ayer. Es la mejor historia del año.

Donghae pasó su brazo por encima de sus hombros en tanto Hyukjae empezaba a relatar su impresionante historia que incluía a la policía y los padres de Yuri. Los cuatros se dirigieron al salón, y pudo sentir la mirada de Changmin esta vez sobre él. Eso, no quitó el sabor amargo en su boca.

No estaba muy seguro cómo era ahora su relación, pero luego de aquello se lo topó en uno de los pasillos y lo ignoró, cuando lo enviaron a pedirle a la secretaria que fuera por un informe y que le sacara copia para cada uno de sus compañeros quiso hacer lo mismo. En la sala de profesores había una fotocopiadora, de libre uso para ellos. Solían enviar a estudiantes de confianza a sacar copias ahí, así que no le sorprendió encontrar a Changmin contando las copias que muy probablemente acababa de sacar.

No había nadie más.

Pero Yunho no le habló, no estaba muy seguro de cómo se sentía todavía, pero había decidido dejar de enfrentarlo y evitarlo, en unos meses se iría de ahí, viajaría al extranjero gracias a su beca, presionó la cantidad de copias que necesitaba y la máquina empezó a hacer su trabajo. Changmin ordenó las copias en su mano, terminando de contar aparentemente y el silencio de pronto fue demasiado incluso para él.

—Vi el tablón de anuncios.

Yunho unicamente giró un poco el rostro, Changmin estaba de espaldas a él, con las copias en los brazos.

—No sabía que tenías cerebro, una beca en el extranjero es bastante impresionante.

De repente, Yunho en verdad temió cuando lo vio sonreír sardónicamente y su cuerpo se movió solo, porque le quitó los papeles de la mano y Changmin abrió bastante los ojos, pero lo dejó hacer, siguiendo con sus ojos cada uno de sus movimientos, incluso cuando se acercó a él, solo retrocedió hasta quedar sentado sobre la mesa a su espalda. Yunho ni siquiera pronunció palabra alguna y con una mano que acarició su cuello empezó a besarlo profundamente.

Él se puso entre sus piernas y con su otra mano lo atrajo a su cuerpo, nuevamente demasiado cerca el uno del otro y él completamente expuesto de nuevo. Dejándose hacer.

Yunho percibió que algo muy malo pasaba entre ambos cuando sus reacciones eran completamente físicas el tiempo entero, haló de su labio inferior cuando el beso estuvo por terminar y Changmin únicamente inclinó la cabeza hacía atrás.

¿Qué se suponía estaba haciendo?

Lo contempló un rato y miró su cola moverse cadenciosamente, un poco mas alto que su cabeza.

—Nos vemos en la fiesta de Soohae.

—No iré.

Yunho giró, para tomar las copias que se encontraban listas. Y decidió salir de ahí cuanto antes. Así que antes de salir de ahí lo miró, todavía un poco agitado , mirándolo de pie del lado contrario de la mesa.

—Irás.

Y luego no quiso volver a mirar hacía atrás.

—¿Es cierto?

Yoochun lo miró de reojo mientras comía la manzana entre sus manos y dejaba el libro por un instante.

—¿El qué?

—Que no andas con chicos vírgenes.

—No ando con chicos en general.

Fue algo que salió tan natural de su boca, que Yunho se sintió un poco abrumado. Durante la hora del almuerzo usualmente se encontraban rodeados de gente, pero Hyukjae había perdido una apuesta con él y le tocaba comprarle el almuerzo mientras que Yoochun rara vez solía comer en el almuerzo, así que esos primeros minutos mientras el resto hacía fila en la cafetería había sido el momento adecuado que había encontrado para preguntar.

Yoochun había regresado su mirada al libro en sus manos. Y Yunho trató de buscar con la mirada a Changmin, sin embargo no lo encontró por ninguna parte. La vida era bastante curiosa, aún más cuando el no movía pieza alguna para que las cosas estuvieran en su favor.

Cerca de las ocho de la noche llegó a la casa de Soohae, ella se encontraba verdaderamente hermosa y con una sonrisa grande lo recibió con los brazos abiertos. Conversó con ella un rato, el suficiente para que su presencia no resultara incómoda, en especial porque ni el mismo sabía porqué estaba ahí, se quería ir. De alguna forma sabía que estaba a punto de cometer un grave error.

Cuando dieron las once, el lugar había enloquecido un poco.

Tal vez un poco, no eran las palabras adecuadas, había enloquecido demasiado. Yunho bailaba con una muchacha, de un internado o algo así le había dicho ella, la música estaba a todo lo que daba y él estaba en la etapa de recuperar su vida anterior y exterminar sus deseos fuera de lugar. Changmin jamás apareció y se descubrió así mismo deseando que apareciera. Era una absoluta desgracia su cabeza para ese instante, así que decidió matar las voces en su cabeza con mucho licor.

Probablemente de la misma forma que lo había hecho Yoochun, él no estaba muy seguro porque Park había accedido a ir, finalmente unos días atrás le había dicho que las fiestas ya no eran lo suyo. Yoochun lucía un poco abrumado hasta que se cargó el solo media botella de vodka y entonces todo fueron sonrisas y bailar, había cambiado de chica siquiera cuatro veces, como si ninguna le convenciera porque pasaba de ellas luego de bailar.

A Yunho le consternaba que se parecieran tanto y él estuviera tan al pendiente de ello.

—Hey… — la chica con la que bailaba posó su suave mano en su mejilla y lo regreso a la realidad, ni siquiera se había percatado que había estado mirando durante un largo rato a Yoochun, riendo en uno de los sillones en medio de dos chicas más – que tal si… — ella acarició su estomago lentamente y le sonrió – ¿Vamos arriba?

Debía estar loco. Mucho.

Porque volvió a perderse cuando lo vio entrar por la puerta principal, algunos de los amigos del menor celebraron el que realmente hubiera llegado y fue como si realmente supiera donde se encontraba. Changmin lo miró directamente, y Yunho dejó de escuchar la música a su alrededor.

—¡Oye!

La chica esta vez ¿Junhee? ¿Kahee? Gritó molesta, y su cuerpo un poco mareado llego al punto en que se odio por haberse emborrachado a pesar de la des inhibición que sentía ahora.

—Si no te interesa, solo dilo. — Esta vez ella se cruzó de brazos, con un pequeño puchero en la boca – Es humillante que simplemente te pierdas completo de vez en cuando ¿estás drogado o algo así?

—Laehee…

—¡Sohee!

—Perdón, Sohee, creo que deberías ir a bailar con alguien más.

Ella abrió mucho los ojos, pero Yunho solo le sonrió y trató de ubicar al menor quien parecía haber desaparecido de repente, en apenas unos segundos. Decidió ir a la cocina, por algo que le bajara un poco el licor. Cuando entró Changmin estaba con un vaso en las manos y volvió a mirarlo directamente a los ojos, haciendo que le doliera el estómago de nuevo.

—Haces que me queme el estómago… — habló con honestidad, pero Changmin solo sonrió – En la vida he aprendido que el demonio se viste de las cosas más bellas.

—¿Por eso estabas con ella? Porque tan bonita no me pareció…

Le quitó el vaso y lo dejó el mesón, volvió a besarlo, como si lo necesitara luego de horas enteras deseándolo. Beso con su lengua recorriendo la boca entera de Changmin, quien le permitió todo el acceso que quiso y luego finalmente capturó su último aliento antes de separarse.

—Sabes perfectamente que hablo de ti.

Changmin de pronto alzó la mirada. Los ojos de Donghae, abiertos de par en par los observaba desde la entrada de la cocina. Y Yunho de repente sintió ganas de vomitar.

Fin de la Tercera Parte.

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Corazón con Fecha de Expiración: Capitulo 15


Corazón con Fecha de Expiración

Explosión de Corazón

Capitulo Quince

Changmin tenía un sonrisa impregnada en los labios, la más hermosa de las sonrisas.

Porque sonreía de esa manera juguetona y afable que lo hacía sentir fuertes escalofríos en el cuerpo entero. Lo besaba entre ratos mientras se encontraba sobre él, con el cuerpo balanseándose sobre el suyo y su piel desnuda. Yoochun acarició su espalda, levemente sudorosa y masculina. Tenía un sentimiento atrapado entre el pecho y la garganta, unas palabras que no terminaban de salir y lo hacían ocultarse de la realidad a través de sus ojos.

—Deja de pensar.

Changmin acarició su sien, sutilmente tratando de despejara su mente.

—No pienso, te siento.

Shim volvió a sonreír, sus labios atrapando su boca y su alma con tan solo otro gesto. Es como si Changmin viviera a través de sus palabras. Como si no supiera lo peligrosas que son las personas que leen, como si no supiera lo bien que saben usar sus palabras. Y extrañamente Yoochun sentía que a pesar de todo, las usaría todas con tal de verlo sonreír otra vez.

Sostuvo con fuerza su cadera y lo giró con firmeza, logrando que quedara boca arriba, sobre la cama. El pequeño gemido que Changmin ahogó con esfuerzo se esparció dentro de su habitación. Y volvió a entrar lentamente en él, lentamente buscando que no pudiera callar más. Changmin arqueó su espalda y echó la cabeza hacia atrás. Dolía, ardía, escocía. Pero quemaba más dentro de su pecho, sostuvo sus manos sobre los hombros de Yoochun, sin detenerlo, solo para poder respirar entre embestidas, escuchando los graves jadeos del mayor.

Cuando la lengua de Yoochun pasó por la extensión de su cuello, Changmin abrió los ojos. Fue electrizante y prácticamente tembló.

—¡Espera!

Su voz sonó casi como un grito, pero no tuvo cabeza para la vergüenza en ese momento.

Su cuerpo se movía por si solo, y tragaba con dificultad.

—Necesito que entres más… Yo…

—Voltea.

Changmin apenas pudo levantarse poco, la mano de Yoochun atrapó su quijada y besó su boca con hambre una vez más. Nunca lo había besado así, ni siquiera él sabía que podía besar así. Pero quería besarlo así la vida entera. Respiro hondamente y giró, la cara contra la cama y Yoochun tocando sus piernas, abriéndolas despacio. Exasperandolo una vez más.

—¿Me sientes?

Volvió a sentirlo dentro, despacio, sus piernas podían sentirlo, y cuando sintió el leve cojín siendo colocado bajo su ombligo las manos de Yoochun rozando su piel lo hicieron estremecerse. Lo sintió como nunca antes y apretó las sábanas con sus manos. Quería gritarle que se moviera más rápido, más hondo, pero esa pequeña parte racional no se lo permitía, estaba tan expuesto, tan entregado a él. Que aún quería algo para él.

—¡Maldita sea! ¡Claro que si, muévete carajo!

Escuchó la pequeña risa de Yoochun y la forma que mordía su oreja. Las manos del mayor se posaron en su cadera y pudo sentir el vaivén de su cuerpo masculino rozando una y otra vez el suyo. Sintió las malditas mariposas en el cuerpo entero, quería dejar de gemir tan fuerte, quería no verse tan virgen en su primera vez, y aun así todo se fue al demonio cuando su cabeza se levantó con fuerza y sintió la efervescente sensación del orgasmo, degollando su parte racional y haciéndolo estremecerse por completo.

Cree haber gritado, no gemido. Pero ya no lo recuerda bien. Solo quedó débil, un poco suelto y con los gemidos de Yoochun trayéndolo a la realidad poco a poco. Sentía su cuerpo como si fuera gelatina, sin una minúscula prueba de que hubieran huesos dentro de él, pero cuando Yoochun gimió con fuerza, él solo sonrió una vez más. Los recuerdos luego de aquello son esporádicos y un poco discontinuos porque recuerda haberlo tenido sobre él unos segundos y luego a su lado, poniendo un poco de cabello tras su oreja, diciéndole algo que no escuchó y él solo contestó con una sonrisa. Maldito cuerpo virgen que no aguantó más de una ronda.

—Señorita Lee, necesitamos que entienda la gravedad del asunto.

Sunny miró de un lado a otro, frente a ella el director la miraba fijamente, como si pudiera leer su mente o algo parecido. La madre de Changmin se veía absolutamente imponente ante sus ojos, y tenía el ceño fruncido, cruzada de brazos, intimidándola más si fuera posible. Había llegado esa mañana con la preocupación de que aquello pasara. Changmin no aparecía desde la madrugada, y jamás le contestó a ella o a sus amigos.

Entonces, cerca de culminar la primera hora había sido llamada a dirección. Interrogada sobre la ubicación de Shim o sus amistades y ella había dicho lo que sabía, Minho y Kyuhyun eran sus amigos más cercanos, los únicos a parte de ella, puesto que en el Instituto no se llevaba bien con nadie más. Y evidentemente y por lo que había medio escuchado la mujer ya había estado en la casa de los dos muy temprano en la mañana para verificar que no estuviera ahí.

—Lo entiendo, director. Pero no puedo decirle más, porque no sé donde se encuentra.

—De acuerdo —el hombre sonó parsimonioso— Entonces podría decirnos de algún otro compañero que pudiera ayudarnos.

—Changmin no le habla a nadie más que a mi o al profesor Park.

—¿El profesor que le da las tutorías?

—Si, el profesor Park.

La mujer la miró adustamente, y luego reclinó su mirada sobre el hombre —¿Podríamos hablar con él? Quizá haya notado algo fuera de lo común en Changmin.

—El profesor Park está ausente desde el día de ayer por enfermedad, y hoy tampoco se ha presentado.

La mujer bajó los hombros, como si se le agotaran las oportunidades y Sunny se preguntó si ya habría hablado con Yunho, el primo de Changmin. Sin embargo no quiso darle más información de la necesaria puesto que Minho le había dicho que seguramente estaba con su pareja. Le pidió ser cuidadosa con la información que daba, y que sino se comunicaban con él hasta el medio día ellos mismos hablarían con la madre.

—Corazón… —Sunny sintió aquella palabra tan llena de hipocresía, no logró explicar porqué, pero la sintió tan falsa en cuanto salió de su boca— Yo sé que ustedes a esta edad creen en el amor y todas esas cursilerias, pero tienes que entender que Changmin es menor de edad todavía. Y no puede fugarse de casa simplemente porque no acepto que este con… esa persona. Es algo que tenemos que hablarlo.

—Yo… —La mujer la miró con astucia— Ni siquiera sabía que estaba saliendo con alguien.

La mujer afiló su mirada y sus facciones cambiaron de afabilidad a molestia casi de inmediato.

—No mientas, tu y sus otros dos amigos deben saber de quien se trata.

—No. No lo sé, señora. Y francamente me está incomodando. ¿Puedo ya irme a clase, director?

Miró expectante al hombre quien miraba a la mujer como si no entendiera su cambio de actitud y luego suspiro.

—Por supuesto estudiante Lee. Y disculpe si la señora Kim la hizo sentirse incómoda.

—No se preocupe, yo la entiendo. —Sunny se levantó tranquila, alizando un poco su falda y luego mirando a la mujer— Pero ahora también entiendo a Changmin.

En cuanto la menor abandonó la oficina Yonhee miró exasperada al hombre.

—¡Esta mintiendo!

—Le ruego que se calme señora Kim —El hombre volvió a sentarse tras su escritorio y suspiró— Mi recomendación es que vaya a poner una denuncia a la fiscalía. La policía sabrá a quien y cómo interrogar apropiadamente. No puedo hacer más, o el día de mañana tendré a los padres de la señorita con una demanda por acoso, que usted no va a enfrentar evidentemente.

Yonhee tomó su bolso con fiereza y miró instintivamente al hombre —Gracias por su gran ayuda— Su voz repleta de sarcasmo fue lo último que el director escuchó antes de que masajeara su sien. Y llamara a su secretaria, la mujer entró veloz a la oficina, sospechando gradualmente que las cosas no se habían solucionado, fueran lo que fueran, luego que la representante de uno de los estudiantes más privilegiados de la Institución abandonara la oficina azotando la puerta.

—Yuri, por favor comunicate con el profesor Park, a cómo de lugar y me pasas la llamada.

—Enseguida director.

La mujer abandonó la oficina y Sungki pensó que no le pagaban lo suficiente por afrontar estos problemas.

Yunho decidió esconderse un momento al ver a la mamá de Changmin, en el parqueadero, la mujer sostenía su pequeña cartera bajo el brazo mientras fumaba hondamente del pequeño cigarrillo en sus manos. Pensó por un momento en lo poco adecuado que era aquello estando dentro de una unidad educativa, pero aquello se esfumó de sus pensamientos en cuanto pudo escuchar su voz profunda y molesta. Como si le molestara masticar cada palabra.

¿Hyunsik? ¿Estás en el país?… Tenemos que hablar, pero antes que eso seré breve, ¿Changmin está contigo?… Si, si mira deja tus golpes de pecho y acusaciones, que no es el momento. El niño se ha fugado de casa ayer en la madrugada. Ya agoté mis recursos por eso me vi en la necesidad de llamarte… —Yonhee repentinamente arrojó el cigarrillo al cemento y lo pisó— Mira anda llamar loca al engendro que tienes por amante, Changmin no tiene porque distraerse con estúpidas relaciones, solo debe centrarse en estudiar y mucho estando con quien está… Si, si lo que sea. Nos vemos en treinta minutos en tu oficina. Es serio… ¡Si, si! Carajo, es más serio que el que este desaparecido. Jamás le voy a permitir que arruine su vida de esa manera.

Yunho tragó pesado, sintió un hueco en el estómago y se cuestionó seriamente si Yonhee sabía toda la verdady por eso se encontraba en el instituto en este momento, casi de inmediato mientras aún se encontraba interiorizado en sus cavilaciones, la llamada de Hyunsik apareció en su pantalla de celular y dejando pasar la primera llamada trató de encontrar las soluciones debidas para todo aquello.

Pensó de repente que en la actitud que se encontraba no era lo mejor para Yonhee saber donde posiblemente se encontraba, aunque siendo honesto consigo mismo si en realidad supiera que tenía algo con Yoochun, Yonhee estaría saliendo de aquí con policías directo al departamento de Park. Y aparentemente desconocía su paradero, quizá solamente había venido por información al colegio.

Cuando la segunda llamada de Hyunsik entró, Yunho apagó el teléfono.

No sabía porque estaba haciendo esto, pero no le quería mentir a Hyunsik y no le debía nada a Yonhee.

Trataría de hablar civilizadamente con Yoochun y Changmin y luego vería como afrontar todo aquello.

Jaejoong condujo con prisa y molesto.

Sabía por consciencia propia que no era el estado ideal para afrontar las cosas, pero tuvo que dejar el trabajo abandonado bajo una excusa barata al recibir la llamada de Yunho, con toda la historia de por medio. Yoochun definitivamente estaba perdiendo la cabeza. No sabia si estaba pensando sin dar una pizca de confianza en Changmin pero ese niño solo le traería problemas a su amigo. No podía verlo de otra manera. Y no valía la pena.

Cuando llegó al edificio, Yunho ya estaba ahí esperándolo frente al carro y con el rostro más que preocupado.

—¿Esperaste demasiado?

—Tres, a los sumo 5 minutos.

— De acuerdo, vamos. Tengo una llave de emergencia. Tampoco me contesta el celular.

Mientras utilizaba la llave de emergencia, pensó en lo incorrecto que era inmiscuirse en su vida de aquella manera. Sin embargo también pensó en que un menor estaba desaparecido y Yoochun podría joderse la vida en tan solo un minuto y salir esposado de aquel lugar.

Cuando entraron, sus miradas se dirigieron de inmediato a la pequeña mesita cerca de la cocina. Había un poco de frutas y unas cuantas tostadas sobre la mesa. Yoochun estaba leyendo un diario y Changmin en pantaloneta y una camisa sin mangas que obviamente no le pertenecían, frunció el ceño y el silencio se esparció por largos segundos que más bien parecieron minutos.

—Esa llave es para emergencias Jaejoong.

—Créeme, esto es una emergencia.

Changmin dejó los cubiertos sobre la mesa, respirando hondo y rascando un poco la base de su nariz. Yoochun parecía apunto de iniciar una discusión ante la actitud agria con la que Jaejoong se había acercado, pero decidió poner un brazo en medio de los dos y Jaejoong detuvo su camino. Yoochun y Changmin ni siquiera se habían movido.

—Primero permitanme calmar a los padres de Changmin y luego los cuatro necesitamos hablar. Por favor.

En el pequeño balcón Jaejoong agitaba brevemente sus brazos y Yoochun, con los brazos cruzados, negaba vagamente, parecía más bien cansado, y desde su perspectiva, Jaejoong parecía ser el único que hablaba. Changmin no podía entender el actuar de Kim, era sumamente invasivo con la vida de Yoochun y aquello le dejaba un sabor amargo en la boca, porque a pesar de todo Yoochun no lo alejaba y Jaejoong tampoco se iba.

No había un punto final, porque ninguno de los dos quería.

Al otro lado de la habitación, cerca del mesón de la cocina Yunho continuaba hablando por teléfono. A Changmin le hubiera gustado pasar más tiempo junto a Yoochun, continuar viviendo en esa estúpida nube lejos de la realidad donde luego de haber dormido a su lado, él lo levantaba a desayunar y platicaban de cualquier cosa que el mayor viera en el diario y él orgullosamente pudiera argumentar a su lado. Sin sentirse un niño estúpido, repentinamente tenía la necesidad de mostrarle que podía ser igual de interesante y culto como Yoochun lo era.

—Lo sé tío, debí llamarte. Pero todo pasó tan rápido… Tu exmujer tiene que haberte contado la situación. Fue una pelea horrible y Changmin no aguantó más… En realidad no creo que sea cómodo que lo vean ahora, ¿te parece en la tarde o noche? Creo que tanto ella como Changmin necesitan calmarse… Si, se está quedando conmigo, no te preocupes. Ok, adiós.

Yunho pasó una mano por su rostro y suspiró. Changmin seguía sentado en la mesa, pero ya no estaba desayunando. Miraba brevemente la pequeña discusión que Yoochun y Jaejoong mantenía y mientras ellos estuvieran en eso, pensó que sería el momento ideal para hablar con él.

—Acabo de mentir inconmensurablemente y sin saber del todo lo que ha pasado, ¿me podrías explicar que…?

En cuanto se sentó frente a él, notó que su pequeño primo no era más el niño pequeño que corría tras de él pidiéndole que le enseñara a jugar al futbol o volar cometas. Changmin había crecido, estaba a un paso de empezar la vida adulta y terminar el colegio. No era un hombre hecho y derecho, pero si un adolescente bastante maduro, siempre lo había sido. Y sin embargo, aún tenía esos dejes de inseguridad propia de la edad, y lo notaba en su pequeño rostro contraído y preocupado al ver a Jaejoong como una presencia perenne en la vida de Park.

—Changmin… —Puso sus manos sobre la mesa, para tratar de transmitirle un poco de paz— No voy a juzgarte, ¿de acuerdo? Quiero que hablemos, quiero escucharte ¿si? Dime por favor ¿qué es lo que está pasando aquí? Cuéntame tu historia, porque voy a enloquecer después de toda esta travesía.

Se soltó el nudo de la corbata y por fin sintió la completa atención del menor sobre él.

—Es que no lo puedo entender, Yoochun. No puedo. ¿Sabes lo que va a pasar en cinco años, cuando él tenga qué? ¿veintitrés, veinticuatro? Y Tú veintinueve. Que se va a conseguir un compañero de la universidad o uno del trabajo, que de repente se le haga más atractivo, más interesante y entonces tú dejaras de ser todo y pasaras a ser nada. Y todo el sacrificio, tu carrera se irá por el caño, y él no le va a importar ¿sabes por qué? ¡Porque tendrá veinticuatro años y a esa edad todo te viene a importar una reverenda mierda!

Yoochun bufó exasperado, Jaejoong bajó los brazos molesto y creyó al fin tener la oportunidad de hablar.

—Jaejoong —habló mirándolo directo a los ojos— Eso pasa en todas las parejas, no importa la edad que tengas. Hombres y mujeres de cuarenta años abandonan a sus parejas de años y les importa una mierda todo. Así que no me vengas con esas estupideces. ¿Crees que no sé que esto está mal? Que debería agarrar el primer vuelo a China y ver si por lo menos con kilómetros de distancia me lo quitó de la cabeza. Pero ¿sabes por qué no lo hago? ¡Porque sé que eso no va a pasar!

—¿Y qué? Ahora me vas a decir que estás enamorado de él, por favor.

Jaejoong dejó escapar una pequeña risa burlona mientras sacudía su propio cabello.

—Bueno sino fuera así ¿crees que estaría arriesgando mi vida entera solo por sexo?

Jaejoong esta vez lo miró fijamente.

—No vale la pena, Yoochun. Es solo un chico más. Se te va a pasar, siempre pasa.

Yoochun sintió un ardor en el estómago. Él se sentía mal, sabía que estaba mal; Pero Jaejoong ni siquiera hacía el esfuerzo por al menos comprenderlo. Se sentía solo, abandonado sin su apoyo. Quería al menos un poco de estabilidad y no sentirse desesperanzado la mayor parte del día, incluso sino se lo merecía. Y quizá la acumulación de todos esos sentimientos negativos fue lo que hizo que hablara.

—¿Sabes que es lo que pasa Jaejoong? Que el que tu no te hayas arriesgado no quiere decir que vivas sin pena. — Jaejoong en ese momento levanto impulsivamente la mirada directo hasta sus ojos— Lo único que haces es vivir pensando en los hubiera que pudiste haber tenido con Yunho si al menos te hubieras arriesgado. Entonces ¿por qué me pides que viva bajo los mismos estándares que tú?

Jaejoong se quedó impávido, Yoochun instantáneamente evitó sus ojos y se sintió horrible luego de haber dado en el punto débil de su mejor amigo.

—Todo mal con esta conversación, Yoochun. Todo mal.

Jaejoong abrió la puerta de cristal del balcón y salió velozmente de ahí, directo al lugar donde Yunho y Changmin hablaban.

Sunny miró por veinteava vez su celular, incapaz de encontrar un solo segundo de calma luego de saber por Minho que Changmin le había escrito un escueto mensaje diciendo que todo estaba bien y luego hablarian, se preguntó porque no había recibido un mensaje también pero supuso que Kyuhyun tampoco lo había recibido y ese más bien era un mensaje único que Minho había distribuido entre los tres.

Pensó en Kyuhyun y de inmediato se le revolvieron las entrañas.

Guardó el celular y colocó una mueca de disgusto en su boca.

Unos pocos metros más allá, observó su figura. Apoyado en una pequeña pared, en su uniforme que lo hacía ver aún mas atractivo, allí se encontraba Sungmin, haciendo latir su corazón dolorosamente. En cuanto la miró, ella todavía paralizada se culpó así misma por su propia estupidez y reaccionó, pensaba pasar de largo y evitarlo por completo, pero él sonrió y ella sin un gramo de dignidad se detuvo.

—Sunny, ayer no pudimos hablar. Pero me gustaría que me dejaras al menos tener una última charla.

“Dile que no” “Que se vayan al carajo, él y sus excusas estúpidas”

Le hubiera encantado decirle eso, pero al parecer su cerebro no tiene conexión con su boca.

—Que sea rápido, de camino a casa. Luego no te quiero ver mas.

—Muchas gracias, Sunny. En serio.

Realmente empezaba a odiarse.

—Nunca creí que alguno de nosotros haría algo como eso. Y si alguien lo hacía, juro que jamás pensé que sería Changmin.

Miró la pantalla de su celular, Kyuhyun a través de ella únicamente hacía un gesto de afirmación mientras terminaba lo que parecía ser una maqueta.

De hecho… ¿qué te ha dicho tu madre luego que la loca de Yonhee se apareciera casi que en la madrugada por ahí?

Minho entonces rió.

—De todo, trato de hablarme de buena manera, de mala manera, me castigo sin estar castigado. Ya sabes, no puedes salir porque presiento que vas a ir dejarle comida a tu amigo escondido debajo del puente. Pero aun así no estas castigado, solo quiero que digas la verdad.

Kyuhyun rió, finalmente mirándolo a través de la videollamada y sentándose un rato.

—Yo dije la verdad tipo “madre no sé que está pasando, me vine a enterar por su madre que se ha fugado y finalmente hace un rato le comenté que dio señales de vida y que ya se lo comenté a su madre” pero hasta ahí.

—¿Le dijiste a Yonhee lo del mensaje?

—Obvio que no, pero si se comunico con nosotros es porque algo debe estar solucionando con ellos. Además no ha vuelto a acosarme con sus llamadas histéricas, así que seguramente también sabe que está con vida.

Minho masajeó nerviosamente sus manos y finalmente suspiró.

—Ella… estaba más enloquecida porque Changmin aceptó ser gay, que por el hecho de que estaba desaparecido —de repente hubo un largo silencio entre ambos y Minho seguía sin mirarlo, concentrado en sus propias manos— ¿Tú… crees que mi madre reaccionaría igual? Yo no quiero que ella me desprecie ¿sabes? Ella y ustedes son las únicas personas que realmente me importan.

—Y Jinki hyung.

—¿Eh?

Minho esta vez lo miró, alzando su rostro sonrojado y nervioso.

—Jinki hyung te gusta no te hagas el estúpido. Así que entra en la lista de personas importantes supongo.— Kyuhyun rió divertido ante el repentino estado avergonzado de su amigo y suspiró con la mirada un poco perdida— Ah, eres afortunado, si me lo preguntas no creo que tu mamá enloquecería. Mi padre en cambio es otra historia, me mataría a golpes te lo aseguro.

Kyuhyun lo dijo bromeando, pero a Minho no le gustó que lo dijera tan despreocupadamente.

—Minho…

Repentinamente el mundo entero de Minho se paralizó, levantó la cabeza, mirando un punto fijo en la pared, temeroso de girar a su derecha y observar a su madre en la puerta. Sin embargo luego de unos segundos giró despacio, con mil dudas en la cabeza ¿habría escuchado? ¿qué tanto había escuchado?

Todas sus dudas se fueron aclarando poco a poco cuando notó el rostro afligido de la mujer, sosteniendo todavía el pomo de la puerta. Definitivamente lo había escuchado todo.

—Cuelga la llamada por favor, tenemos que hablar. —La miró hablar despacio, con toda esa femineidad y calma que siempre la habían caracterizado, aunque luciera más bien un poco desorientada sin saber que hacer en esos momentos.— Te espero en mi habitación.

Regresó su mirada a Kyuhyun quien lucía preocupado y algo angustiado, trató de regalarle una pequeña sonrisa y luego susurro “no te preocupes, luego te hablo” y finalmente cortó la llamada.

Jaejoong tenía minutos sin objetar palabra, sencillamente se había sentado en una de las sillas a escuchar el largo discurso de Yunho acerca de que lo mejor era que por el momento Changmin se regresará con él a casa de su madre, no podía aún entender esa relación turbia que ambos tenían, no podía incluso a pesar de los veinticuatro años de Yoochun y la personalidad madura de Changmin. Sin embargo él planteó una posibilidad que hasta ahora no había sido puesta sobre la mesa con claridad.

Changmin en unas pocas semanas cumpliría los dieciocho. Terminaría el colegio y empezaría la universidad, no quería darles alas pero existía la posibilidad de hacer las cosas medianamente bien. Aún no estaba del lado de nadie, más que del bienestar de Changmin y conociéndolo como lo conocía, impedirle estar con Yoochun solo acarrearía más problemas. Yunho siempre bromeó con que Changmin era un anciano el cuerpo de un adolescente por sus pensamientos profundos, conocimientos vastos y personalidad reservada y tranquila. Pero nunca lo creyó capaz de involucrarse en una relación tan profundamente arraigada. Porque básicamente jamás lo había visto realmente interesado por otro ser humano.

Y eso, honestamente le sumaba puntos a Yoochun. Muy bajamente, pero lo hacía.

Y del mismo modo, algo en su interior lo hacía derrumbarse ante ellos cuando notaba ciertos gestos y miradas en Yoochun que no eran de un simple romance. Había una conexión entre ellos, una que particularmente le asustaba porque no podía medir hasta donde eran capaces de llegar, aún más que él jamás la había sentido.

Curiosamente Jaejoong parecía metido en sus pensamientos, no había levantado la mirada de algún punto en concreto sobre la mesa. Y no interrumpió o contradijo alguna palabra de Yoochun o Changmin, aun más cuando Changmin se negó rotundamente a volver donde su madre. Aún había muchas cosas que hablar y sinceramente él ya se sentía exhausto, pero tenía que llevar a Changmin con sus padres.

Yoochun luego de un rato propuso convencer a Changmin y ayudarlo a recoger sus cosas. Lo cual en realidad era obviamente una excusa para poder conversarlo en privado, ambos se perdieron por el pasillo aún con las quejas de Changmin en su oído, y cuando estuvieron solos, Yunho tocó levemente la mano de Jaejoong quien prácticamente pareció despertar de su letargo y lo miró.

—¿Todo bien?

—Si, disculpa. Yo solo… discutí con Yoochun. —Jaejoong esta vez suspiró, poniéndose de pie de repente— Creo que me iré primero. Dile a Yoochun que… No, mejor no le digas nada.

—Hey… —Sostuvo su brazo— ¿Seguro que estás bien?

—Si, no te preocupes.

Le dio una sonrisa breve, y luego simplemente se marchó.

—Changmin escucha…

—No, escuchame tú. Si vuelvo a ese lugar será únicamente por Bomul. Luego saldré para no volver jamás.

Yoochun lo tomó por los hombros, mirándolo directamente a los ojos a pesar de la reacción estoica en el menor.

—¿Confías en mí?

—No vayas por ese lado, Yoochun.

Changmin desvió la mirada, con una expresión rendida.

—Hagamos las cosas bien ¿de acuerdo?

—¿Qué es hacer las cosas bien para ti?

Yoochun pudo identificar claramente la ironía en su tono de voz.

—Quiero que me demuestres un poco de esa madurez de la que tanto haces gala y confíes en mí. Dejame pensar bien las cosas y te prometo. Te aseguro que tendremos más mañanas como las de hoy.

Changmin se sintió repentinamente nervioso, ¿tan transparente había sido esa mañana?

Él quería más mañanas así, quería muchas más, las quería todas. Junto a él y su café amargo. Comentando las noticias del día y planeando una salida a alguna exposición de arte.

Changmin se había hecho tantas ideas en la cabeza, que era hasta vergonzoso.

…Pero, aún así las querías todas. Cumplidas a su lado.

—¿Vas a confiar en mí?

—Siempre lo termino haciendo —Comentó con desgano.

Yoochun rió, besando sus labios lentamente y a gusto con que Changmin empezará a devolverle el beso con entusiasmo.

—Recuerdalo, mañana, hoy, ayer; esto iba a pasar.

—Y seguirá pasando.

Changmin esta vez lo abrazó. Suspirando despacio.

—Empiezan a disgustarme estos abrazos.

—¿Por qué? —Preguntó Yoochun, afianzado a su cuerpo todavía.

—Porque siempre me saben a despedida.

Yoochun no dijo algo más, únicamente lo miró recoger su mochila y finalmente caminar hasta la puerta de la habitación, abriéndola de nuevo. Changmin de repente giró brevemente hacía él y lo miró divertido —Oye…

—¿Hmm?

—Creo que me estoy enamorando mucho de ti.

Y eso fue todo, Changmin le regaló la más bella de las sonrisas y luego simplemente salió.

—¿Listo?

En la sala, Yunho lo esperaba ya de pie. No registró presencia alguna de Jaejoong pero para ese momento poco le importó. Justo en ese instante el corazón le latía apresurado. ¿Cómo se había atrevido a decir tamaña tontería? Por dios, que horror, eso jamás se lo contaría a sus amigos, o tendrían para burlarse de él la vida entera.

—Vamos, pero te advierto que si esa mujer insiste con lo del tratamiento, no habrá poder humano que evite que me fugue diez mil veces si es necesario.

—No va a pasar ¿me oyes? Estas enamorado de un chico, no de una vaca. Quien es el chico esa es otra historia, pero Yonhee no va a satanizarte por estar enamorado.

—¿Sabes? —Sonrió Changmin— A veces me caes bien, primo.

—Niño idiota.

Yunho sacudió sus cabellos y al ver a Yoochun salir tras de ellos únicamente inclinó su cabeza en señal de despido. Yoochun hizo lo mismo y luego vio la mirada que ambos compartieron. Yoochun agitó un poco su mano y Changmin solo volvió a sonreir.

En el pasillo camino al ascensor, el celular de Changmin recibió dos mensaje.

Oye” leyó el menor con una sonrisa en el rostro sin notar la mirada de Yunho quien intrigado lo veía de reojo ante lo feliz y avergonzado que lucía de repente. “Creo que yo también” no quiso preguntar, pero Jung ya suponía de quien se trataba, y odiaba aceptarlo, pero nunca antes lo había visto sonreír así. Y esperaba realmente no estarse equivocando, al darle tantas alas y que llegara a volar demasiado cerca del sol.

Faltan 53 días.

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Corazón con fecha de expiración: capitulo 13


Corazón con fecha de expiración

Esos recuerdos de amarnos con locura pronto empezarán a fluir

Capitulo Trece

Yoochun no esperó demasiado antes de que sintiera la cabeza de Changmin apoyada en su hombro, con esa suave respiración que le indicaba que el menor había quedado dormido casi de inmediato al instante de subir al taxi. Pensó y trato de recordar: ¿cuántas horas había pasado el menor sin dormir? ¿Cuánto había incomodado al otro al punto de sentirlo tan cansado? Y lo miró como si lo reconociera por vez primera.

Yo debería ser quien cuide de ti…

Pero mientras el carro avanzaba y el kilometraje aumentaba Yoochun se percató que el camino a casa era un poco largo, que no sabía nada de la vida en general que desde haberse levantado apenas y había podido encontrar un mensaje en su celular proveniente de Dasom, y aquello le recordó la llamada de Junsu. Y su inevitable visita junto a Jaejoong. Y aquello fue como sentir las palabras del mayor detrás de su cabeza de nuevo.

Miró su reloj, aún era lo suficientemente temprano como para poder huir lejos de ahí, porque no importaba que llamara a Junsu, sabría que Jaejoong de todas formas iría. Suspiró cansado mirando a Bomul jadear contento mientras asomaba su pequeña cabeza por la ventana. Acarició la cabeza del can y este agitó aún más su cola, ladrando cada tanto y regresando a dar un par de vueltas sobre sus piernas antes de volver a la ventana.

¿Qué es lo que estoy haciendo realmente mal?

—Llegamos.

El hombre se estacionó, Yoochun sacó un par de billetes y movió a Changmin apenas un poco. Los ojos del menor se abrieron lentamente apenas mirando el lugar y saliendo en pasos torpe del auto. Estirando su cuerpo un poco, acomodando la maleta a su espalda. Y con Bomul atado a la correa revoloteando de un lado a otro. Cuando el auto arrancó, Yoochun respiró hondo, habían llegado y él aún no se había decidido por hacer algo.

—Vamos.

Changmin reaccionó ante sus palabras, siguiendo sus pasos y un poco intimidado. Dentro el lugar parecía un poco frío y sobrio. Mucho más de lo normal. El guardia de la entrada saludo pero Changmin apenas pudo asentir, sintió ese hueco en el estómago, ese horrible y molesto dolor que lo descolocaba un instante mientras el silencio de Yoochun taladraba esos pensamientos revoltosos que él cargaba en la cabeza.

Entonces recordó no dejarlo pensar demasiado a Yoochun; no dejarlo temer.

Así que mientras subían en el ascensor tomó su mano y cuando este lo miró. Changmin únicamente sonrió.  Mirando hacia adelante y sintiendo la mirada de Park durante un par de segundos justo antes de que la puerta del ascensor se abriera.

—Tengo un poco de hambre. Sería bueno que me cocinaras un poco.

—¿Ah, sí? —Yoochun sonrió divertido— ¿Y que se le apetece al joven?

—No sé… cualquier cosa está bien.

—¿En serio? Pues yo no tengo apetito, así que será ramen.

Changmin sonrió débilmente, Yoochun casi nunca tenía apetito últimamente. Si bien haber estado alejados lo mantenía al margen de la situación, eso no cambiaba el hecho de que el mayor a diferencia de meses atrás cuando comía sin falta en cada receso junto a él, ahora simplemente no lo hacía. Y él lo había notado. Changmin no había dejado de mirarlo, de notarlo, de percatarse lo veloz que el mayor estaba bajando de peso.

—Pero comerás un poco al menos.

—¿Ah? —Yoochun parecía repentinamente sorprendido— No me apetece la verdad.

Buscó las llaves en el bolsillo de su pantalón. Pero parecían repentinamente haber desaparecido, noto incluso mientras miraba de reojo al menor que Changmin arrugaba un poco el entrecejo y bufaba ligeramente desviando la mirada. Cuando finalmente las encontró. Una sonrisa emanó de sus labios al igual que sus palabras suaves y relajadas.

—De acuerdo comeré algo.

Cedió tranquilo y pareció que Changmin esperaba lograr algo con el pequeño gesto sutil que había soltado y que ahora hacía sonreír a Yoochun quien inevitablemente pasó una mano por encima de los hombros del menor en tanto abría la puerta del departamento.

—A veces pareces un niño ¿sabías?

—No me despeines —se quejó Changmin mientras se removía dentro del pequeño abrazo— ¡Yoochun!

La voz de Changmin que sonaba animada se cortó de inmediato en cuanto miró en la misma dirección que el mayor, el cuerpo de Yoochun se había tensado mientras miraba al hombre de cabellos castaños, quien parado junto al gran ventanal de su departamento parecía haberlos estado esperando.

—No creí que demorarías. Aunque en un primer instante pensé que te encontraría aquí realmente.

La voz de Jaejoong áspera pero controlada hizo a Yoochun sentir demasiadas cosas a la vez sin que pudiera razonar concienzudamente sobre como sentirse al respecto realmente. Sentía que Jaejoong estaba traspasando los límites, sentía que Jaejoong tenía un poder sobre él indescriptible y sin embargo su indignación se disparó en el momento que escuchó el susurro de Changmin a su lado y el menor terminó con cualquier tipo de contacto entre ambos.

—Hyung…

Yunho estaba ahí, sentado en uno de los sillones, con su mirada seria y adusta atravesándole la garganta.

Junsu recogió sus pertenencias esa tarde con un poco de velocidad, las clases terminaron con total tranquilidad e incluso los salones vacíos ante la ausencia de Yoochun no habían provocado problema alguno. Sin embargo en el trascurso de la mañana el mensaje de Jaejoong lo había tomado de sorpresa, le había pedido que se encontraran mejor en el departamento de Yoochun que él tendría que hacer algo antes. Junsu parecía haberse llevado bien con Jaejoong desde un primer instante pero en ocasiones el mayor le resultaba un reto por sus actitudes espontaneas y en ocasiones extrañas.

Pero sin problema alguno Junsu había accedido, y ahora se encontraba conduciendo con cuidado hacía el departamento de Park un tanto lejos del Instituto. Sunny se había acercado a él en la mañana muy preocupada por la ausencia de Changmin ese día a clases y luego al no poder acercarse al único profesor que mantenía contacto con Changmin, dígase Yoochun, la muchacha no había tenido otra salida que recurrir a él.

Que Yoochun supiera el porqué de la ausencia de Shim era casi improbable, Park se encontraba delicado de salud. Y seguramente sus prioridades en ese instante eran otras, pero la muchacha simplemente había asentido con cuidado y se había alejado un poco cabizbaja y preocupada, con sus amigas abrazándola y pidiéndole que no se preocupara de más, y que sonriera puesto que hoy era el cumpleaños de su novio y debía verse realmente hermosa.

Junsu aún recordaba esa época en la que la vida parecía tan sencilla y el mundo era tan pequeño.

Todo era tan tranquilo entonces.

Giró en alguna esquina y pronto recordó que Yoochun tenía algunos días sin comer como es debido y quizá esta pequeña recaída le serviría al mayor para poder concienciar sobre comer más adecuadamente. Así que en cuanto encontró una pequeña tienda se detuvo. Y decidió que llevaría unas cuantas frutas al departamento de Yoochun.

—¡Hyung, espera!

Changmin alcanzó a sostener los brazos de Yunho unos centímetros antes de que alcanzaran a Yoochun quien un poco aturdido aún miraba a Jaejoong con algo que empezaba a transformarse en enojo. Pero Kim únicamente mostraba su rostro imparcial y sin emoción alguna, con los brazos cruzados y mirando todo a la distancia.

—¡¿Te has vuelto loco Park Yoochun?! —la voz de Yunho se alzó con fuerza y toda la agresividad que parecía haber estado albergando en su espera— Le llevas ocho años ¡demonios! ¡Es tu maldito estudiante! ¿Tienes mierda en la cabeza?

Jung se sacudía con fuerza, y Yoochun aún hundido por el sentimiento de traición y los estragos de la resaca, apenas sacudió un poco su cabeza y luego llevó una mano a su cabeza antes de respirar profundo. Y fue entonces cuando Changmin perdió la fuerza que sostenía al mayor y Yunho sin reparo alguno se había lanzado sobre Park. Asestando un doloroso puño en la mejilla de Yoochun quien solo soltó un quejido lastimero ante el mareo instantáneo que había sufrido.

—¡Yunho basta!

Pero su voz por más que intentaba sonar molesta no logró su cometido. Yunho ya se encontraba sobre Yoochun agarrándolo por el cuello de la camisa, exigiendo respuestas que no llegaban y golpeándolo por cada instante que más tardaba en responder. Sin saber que hacer giró hasta Jaejoong quien se había mantenido inmune hasta entonces y lo miró con desesperación.

—¿Esto es lo que querías? ¡¿Qué clase de amigo eres?! —Gritó sin el menor sentimiento de respeto y apretó sus puños con fuerza— ¡Detenlo! Sé que Yunho hyung te va a escuchar… —suplicó—  ¡Haz algo maldición!

Pero Jaejoong únicamente suspiró y se giró, con sus ojos puestos en las calles de la ciudad, dándole la espalda a aquella penosa situación. Los ladridos de Bomul taladrando los oídos de cada uno de ellos ahí. Changmin sin embargo lo agarró por el hombro y lo hizo girarse, atravesándolo con aquella cortante mirada.

—¡¿No me estás escuchando?!

—Si han decidido estar juntos, esta es la primera prueba que deben afrontar ¿no? —Jaejoong aún no parecía dispuesto a mostrar emoción alguna, y Changmin únicamente abrió sus ojos sorprendido y asustado por igual— Aunque sinceramente no sé qué clase de poder de decisión podría tener un niño como tú. ¿O cómo piensas que será cuando tus padres se enteren?

Y aquello había sido como una estaca invisible atravesando su pecho. Estático, Changmin solo había escuchado a Junsu gritar alterado que se detuvieran. Aunque el único activo en esa pelea fuera Yunho, finalmente había logrado separarlos y Yunho quien continuaba alterado solo atinó a mirar molesto la manera en que Changmin se colocaba de rodillas en el suelo dispuesto a ayudar a Yoochun, mientras Jaejoong parecía entretenido en preparar algo de café. Junsu, quien sin entender se había sentado entre ambos para evitar una disputa nuevamente, miraba extrañado a todos los presentes; empezando por Changmin.

Bomul ladraba a ratos, mirando de manera agresiva a Yunho y gruñendo por lo bajo cuando el mayor hacía algún tipo de movimiento. Pronto el aroma del café había inundado el departamento. Y Jaejoong quien caminaba por el piso como si nada estuviera ocurriendo en realidad, fue el encargado de cerrar la puerta y repartir una taza de café para Yunho, Junsu, Yoochun y otra para él.

—Supongo que los niños no beben café. Así que te traje una soda.

La lata fue depositada con poco cuidado ante Changmin, en la pequeña mesita frente al sillón, donde él y Yoochun se encontraban sentados.

—Jaejoong… —la voz de Yoochun no había sonado precisamente suave en ese instante, pero a Jaejoong pareció importarle poco, bebió de su taza, y Changmin únicamente continuó limpiando la sangre en el rostro del mayor. Tragándose el orgullo y evitando mirar al mayor de todos. Analizando la situación, lo mejor en esos instantes era hablar poco, conocía sus propios impulsos y justo ahora no era el mejor momento para sus deslices irrespetuosos.

—¿Alguien me puede explicar lo que está sucediendo aquí?

Junsu había alzado un poco la voz, sentía que Yunho a su lado era un volcán a punto de hacer erupción, y que si dejaba de mirarlo un instante volvería a atacar a Yoochun.

—Pues que Yoochun sea el primero en hablar. Creo que aquí todos lo queremos escuchar atentamente.

Jaejoong miraba a Yoochun desde su lugar, atenta y directamente a sus ojos.

Changmin únicamente sentía ese terrible hueco en el estómago. Ni siquiera le habían permitido aclarar algo junto al mayor.

Entonces… ¿qué eran realmente?

—Creo que lo que has hecho es la cosa más imprudente y repugnante que has podido hacer Jaejoong.

—Pues estamos iguales Yoochun.

Jaejoong levantó en alto la taza en sus manos, con ese aire desafiante que estaba haciendo perder la paciencia a Yoochun.

—Jaejoong basta —Junsu en esta ocasión, más serio de lo normal levantó una mano hacía el mayor— Yoochun habla de una vez.

—¿Minho oppa?

Sunny había sonreído en cuanto el más alto había girado a su llamada, Choi se acercó con esa expresión tranquila y alzó su mano en señal de saludo mientras la muchacha le devolvía la sonrisa de igual forma y asentía  a modo de saludo.

—¿Qué haces por aquí Sunny?

—Pues iba camino a casa, pero me distraje porque pensé en tomar un poco de té y te encontré.

—Oh, qué buena coincidencia.

Minho volvió a sonreír, repleto de ese deje tan suyo por complacer a la gente y hacerla sentir conforme, pero Sunny de pronto bajo un poco la mirada y parecía que los segundos se movían lentamente.

—Minho… ¿tú sabes que ocurre últimamente con Changmin?

—¿Changmin? ¿Por qué?

Las alertas de Choi se habían disparado de inmediato.

—Por ejemplo hoy no fue a clases… y no sé qué pasa con él sinceramente. Es como si algo suyo se estuviera perdiendo en el camino.

Las palabras de Minho se quedaron atoradas en su garganta.

Sí… él lo sabía muy bien, conocía ese sentimiento y odiaba tener que callar ante la evidente preocupación de la muchacha que arrugaba el entrecejo y lo miraba como si se tratara de la última esperanza. Minho entonces solo acarició su cabello y sonrió.

—Él solo está pasando por unos problemas un poco complicados, pero tú tranquila. Él los resolverá. Es Changmin de todas formas ¿no?

Aunque las palabras de Minho sonaban lindas, Sunny no pareció tomar aquello con calma.

—Bueno ¿qué te parece si vamos a tomar algo? —ofreció Minho, con esa sonrisa amable y ese tono de voz que hizo a Sunny suspirar resignada mientras asentía y se dejaba guiar por el más alto— Conozco una cafetería cerca de aquí, es muy buena. Tienen unos dulces deliciosos aunque a Kyuhyun y a Changmin no les gusta tanto lo dulce, ya sabes, con lo amargados que son…

Minho rió y Sunny encontró irresistible esa risa por la que también se sintió contagiada.

—Por cierto, Sunny… —Un poco ya más relajado, Minho había apretado un poco sus propias manos y parecía repentinamente avergonzado— Yo quería pedirte disculpas por lo de la noche pasada. Tú querías presentarnos a tu novio y sus amigos, y Changmin nos estaba presentando ante ti y esa noche debió ser amena y divertida, pero la arruiné. Así que me disculpo por eso.

Lo cierto es que a pesar del inconveniente de esa noche, Sunny la había pasado bien.

Quería conocer a los amigos de Changmin, esos a los que no podía evitar mencionar de vez en cuando y quienes les había parecido bastante agradables incluso a pesar de la pelea que se había armado entre Minho y dos de los amigos de Sungmin esa noche. Bueno, eso aunque Kyuhyun no hubiera hablado demasiado.

—No te preocupes. Tus motivos debiste tener y no quiero involucrarme en algo seguramente es un asunto entre Jinki, Jonghyun y tú.

Minho se preguntó por un instante si Changmin le habría contado a la muchacha acerca de la situación de Jinki y él.

Pero lo descartó casi de inmediato.

—Bien, aquí es —anunció Minho, un poco más relajado ahora que se había disculpado mientras la muchacha sonreía abiertamente y parecía entretenida en mirar el menú frente a ellos sobre la cabeza de los que se encontraban en caja— Yo invito ¿qué quieres pedir?

—Un té helado estaría bien.

—¿No quieres algún postre?

—No sé… es que… —Sunny parecía ligeramente tímida de repente— Es extraño, no nos conocemos y…

—Tranquila —Minho palmeó la espalda de la rubia— Eres amiga de mi mejor amigo, considerame un amigo también. No tengas vergüenza. ¿Un dulce de tres leches estaría bien?

Sunny asintió de inmediato, con una sonrisa amplia y parecía que incluso le brillaban los ojos.

Minho sonrió y se acercó a la caja con la billetera ahora en sus manos.

—Buenas dos té helado, un dulce de tres leches y una tartaleta de espinacas.

—De acuerdo, ¿algo más?

—No, eso es todo.

—Bien, entonces por favor esperen en una mesa. Enseguida le llevarán su orden.

La mujer de ojos pequeños le hablaba con una sonrisa en el rostro, mientras se escuchaba el sonido de la pequeña maquina soltando la factura de su pedido, Sunny parecía entretenida mirando los pasteles e incluso parecía brillar con aquello.

—Te gustan los dulce ¿cierto?

—Sí, quisiera estudiar algo de pastelería después de graduarme.

—Y serías una pastelera muy bella.

Sunny rió divertida, encaminándose junto a él hacía una de las mesas. No se sentía como un coqueteo, más bien como sutiles bromas entre ellos que la hacía sentir un poquito más en confianza. No se sentía como un coqueteo porque además de todo ella sabía que Minho sentía cosas por Jinki, después de todo lo había besado en plena reunión y había arrancado el gran y bullicioso problema de esa noche. Y por sobre todo: estaba Sungmin. Ella… casi estaba enamorada de él.

—¿Y a Sungmin le gustan los pasteles?

—¡Por supuesto! —Ella ni siquiera pudo ocultar la emoción al revelar aquello— Le fascinan al igual que mí, quizá por eso somos tan compatibles —sonrió abiertamente y suspiró— Hemos hablado y sería lindo montar una pastelería entre los dos ¿no crees?

—Supongo que… —Los ojos de Minho se habían ido abriendo lentamente ante la imagen que habían encontrado en una de las mesas al fondo del sitio, justo a unas pocas mesas de la única vacía que habían logrado encontrar esa tarde— ¿Kyuhyun?

Apenas lo había identificado, a él y su acompañante, Minho había girado hacía Sunny quien parecía ligeramente estupefacta.

En realidad no habría importado…

Pero es que ellos no eran realmente amigos, no se conocían de antes. Se habían visto por primera vez en aquella reunión desastrosa en la que Minho terminó siendo golpeado por Jonghyun y entonces apenas se habían podido medio presentar y apenas charlar un rato. De eso tan solo habían pasado semanas.

No habría importado…

Si no fuera porque Kyuhyun tomaba la mano de Sungmin y este se alejaba renuente, aunque al mirarlo a la cara pareciera ceder y no se podían escuchar sus voces. No se podía saber de lo que hablaban.

Minho sabía que había algo.

Y ese algo para Kyuhyun no parecía tan inalcanzable.

—Va…vamos a saludarlos.

Quiso dar un paso hacia adelante, con su sonrisa nerviosa, poner en alerta a Kyuhyun. Pero Sunny lo había agarrado de la camisa con esa expresión indescifrable en el rostro y su voz en esta ocasión apagada.

—No… quiero verlos. Déjame verlos.

Supo entonces que eso terminaría peor que lo suyo aquella noche.

Estúpido Kyuhyun. Nunca dijo algo. Jamás los puso en alerta.

—¿…Qué?

Una vez la frase circuló por sus oídos, Junsu no pudo más que sentir escalofríos, sintió que no sabía quién era el hombre que tenía en frente porque sencillamente Park Yoochun no podía estar diciéndole que “tenía una relación con Changmin” era inconcebible. Sin embargo Jaejoong permaneció tomando su café de manera impasible y Yunho fruncía aún más el ceño, parecía más enojado incluso, pero no descontrolado como al inicio. Lo cual lo hizo suponer lo obvio, ellos ya sabían aquello.

—¿Es una broma? ¿Qué es todo esto?

Escandalizado se puso de pie y miró al hombre directamente a los ojos. Yoochun apenas tardó unos segundos antes de suspirar lentamente y bajar la cabeza.

—No me mires de esa manera Junsu…

—¡¿Y de qué otra manera quieres que te mire?!

Casi por inercia su mirada se deslizó hacía Shim quien parecía ahora más impasible que antes, sentado junto a Yoochun en aquel sillón ante la impasible mirada de todos los adultos en esa sala. Excepto Yoochun. Yoochun no lo había vuelto a mirar a la cara una sola vez.

—Es una locura… no puedo concebir que realmente sientas cosas lo suficientemente fuertes por un niño como este como para arriesgar tu carrera y por ende tu vida entera así como así. —Junsu profundizó aún más su mirada en Changmin— Y sinceramente si sientes algo, no creo que pase más allá de un ataque alocado de pasión, sexo o algo por el estilo.

—Junsu…

La voz de Yunho sonó con un ligero tinte de advertencia, pero Junsu sencillamente levantó un poco su mano, pidiéndole continuar, a pesar de la mirada cruda que ahora le devolvía Changmin ante sus palabras.

—Disculpame Yunho pero si tu primo se metió a jugar con cosas de adultos, es mejor que escuche las cosas como son… ¿Entonces?

Changmin solo necesitó deslizar su mirada hacía Yoochun para sentir que las cosas no iban realmente bien. El mayor parecía darle muchas vueltas a diferentes cosas en su cabeza. Ellos apenas habían empezado a solucionar las cosas. Y ahora estaban los tres presionándolo y agobiándolo. Era como verlo venir. Yoochun dándole la espalda nuevamente. Yoochun alejándose otra vez. Y por primera vez decidió tragarse el orgullo e impedir que eso ocurriera. Hacer algo diferente a esperar que las decisiones de Yoochun dirigieran el camino entero entre ellos.

—Se acabó. —Logró ponerse de pie mientras apretaba los puños y esta vez la mirada adusta de los tres adultos se tensaban sobre su cuerpo— Ustedes no están realmente dispuestos a escuchar, únicamente quieren que Yoochun se aleje. En el momento en que estén dispuestos a abrir la mente más allá de lo que consideran correcto entonces podremos hablar.

Entonces se produjo ese mortal silencio que hizo el corazón de Changmin saltar acelerado.

Finalmente era como un bicho pequeño entre los cuatro, un intruso al fin y al cabo.

—¿Qué has dicho? —Jaejoong fue el primero en reaccionar, poniéndose de pie junto a Junsu. Y en esta ocasión finalmente mostrando una expresión. Una ruda y molesta mientras fruncía el ceño y lo miraba como si fuera muy capaz de aplastarlo contra el suelo por aquella falta de respeto con la que se había dirigido ante todos— ¿Cómo te atreves a exigir algo en un lugar que no te pertenece?

—Especialmente tú, fuera de aquí —Nuevamente el silencio se hizo entre ellos pero ninguno se movió— ¿no me oyeron? ¡Fuera de aquí, no quiero verlos más!

En ese momento las cosas empezaron a ponerse a otro nivel.

Changmin empezaba a enojarse realmente y Yoochun levantó la mirada hacía los presentes. Jaejoong lo miraba exigiéndole que pusiera algo de orden en SU departamento, pero para el caso, Yoochun  pensó que si Jaejoong lo había traicionado tan vilmente entonces él también podía hacerlo. Colocó la espalda contra el sillón y miró fijamente el mayor de todos en ese lugar.

—Ya lo oíste. No te quiere aquí.

Esta vez fue diferente. Los ojos de Jaejoong se ampliaron y su expresión entera cambió a una de incredulidad.

—¿Cómo te atreves? —Jaejoong dirigió su mirada al menor quien afrontaba su mirada sin problemas —¡¿Te has vuelto loco?!

Antes de que Yoochun pudiera responder, a pesar de que careciera de entusiasmo para darle explicaciones, Yunho se puso de pie, aún con esa expresión agria en su rostro y agarrando a Changmin del brazo.

—Perfecto, no vamos. Este es tu departamento al fin y al cabo, pero Changmin se va conmigo. —En el momento en que el menor intentó forcejear su agarre. Yunho siseó despacio y con su mirada fija en él— Recuerda que eres menor de edad.

—Obligame y juro que cortaré todo lazo contigo. —Yunho pareció sorprendido por aquello, por el dulce niño que toda la vida había tratado como su hermano menor— Así que no hagas las cosas más difíciles para ambos.

Changmin se zafó y Junsu dejó escapar una corta risa mientras veía a Yoochun fijamente.

—¿Te das cuenta? Es como un niño al que le quieren quitar la paleta. —Junsu tomó velozmente su bolso y miró por última vez a Park— Date cuenta que lo de él es solo un berrinche.

Ante la salida molesta y veloz de Junsu, por un instante Yunho se quedó desubicado. Aún miraba a Changmin cerca de él sin saber que hacer realmente y Jaejoong entonces había tomado su brazo. —Vámonos de aquí.

—No puedo dejarlo aquí.

—Yunho ellos no tienen tres días con esto, ¿qué quieres evitar exactamente?

Jaejoong envío otra de sus fulminantes miradas a Yoochun y jaló a Jung hacía la salida de aquel lugar. Con un portazo como último sonido Changmin pudo sentir su estómago pesado otra vez y logró sentarse nuevamente en el sillón antes de que la imagen de Yoochun pasando las manos por su rostro le golpeara duramente.

—¿Estás preocupado?

—Esto no debió pasar así.

—Pues tu amigo no ayudó demasiado…

Yoochun asintió, levantando una de sus manos para que parara de hablar, Changmin entendió que Jaejoong era más importante de lo que él pensaba. Yoochun no estaba preocupado. Yoochun estaba herido. Y probablemente solo. Tan solo como él.

Y extrañamente ese escalofrió que lo recorrió, fue satisfactorio.

No importaba, porque él estaría siempre ahí para Yoochun y quería hacérselo entender.

Se acercó, despacio y con cuidado. Hasta que pudo cerrar su abrazo y cubrirlo por completo. Tal y como quería que sus sentimientos lo rodearan. Yoochun en algún momento bajó la guardia y pronto estuvo estirando sus brazos hacía él. Changmin siempre había estado solo, tan solo que a pesar de todo realmente se encontraba fuera de lugar. Pero con Yoochun todo tomaba forma. Changmin sentía que tenía un lugar junto a él.

…Y quería que Yoochun se sintiera igual que él.

—Lo lamento todo.

—No fue tu culpa.

—Pero seguramente tus padres se enteraran y eso será tan…

Yoochun se alejó un poco y pasó una mano por su rostro otra vez.

—¿Estás más preocupado por mí que por tu trabajo?

—Yo puedo intentar buscar otro lugar, tú tendrás a tu familia siempre y dudo que esto les haga mucha gracia.

Changmin buscó su mirada otra vez, agachando un poco la cabeza para que esos ojos alicaídos se fijaran en él y entonces le sonrió.

—No me importa. —Tomó el rostro del mayor y se acercó a sus labios, se aferró a él. Todo lo que quiso, todo lo que pudo. Tan cerca que sus labios se rozaban y de alguna manera quedó encima de él.— Nunca me ha importado menos, con tal que no te vuelvas a ir —Le dio paso a su beso, a sus labios húmedos y a la suave resistencia de Yoochun que seguramente tenía demasiadas palabras dándole vueltas en la cabeza. Pero Changmin fue paciente y esperó. Besó sus labios despacio y dejó que fuera Yoochun quien decidiera el momento oportuno.

Llegó luego de unos segundos cuando las manos del mayor se pusieron en su espalda y lo acercaron un poco más a él. Changmin le permitió entrar en su boca, en su vida, en su alma. No era un simple beso más. Era la última oportunidad que Changmin tomaría junto a él. Su orgullo lastimado se la estaba dejando pasar y su estúpido corazón saltaba lleno de felicidad en su interior. Cuando Yoochun se alejó, acariciando su rostro con la misma parsimonia de siempre Changmin solamente se apoyó un poco en aquella mano que se paseaba por su mejilla.

—Sonará horrible, pero en serio siento que no hay rostro más perfecto que el tuyo. Y no lo habrá.

—Tienes razón, sonó horrible —Changmin rió suavemente y suspiró— Esas cosas mejor déjaselas a las chicas. Ellas necesitan por alguna razón que les digan todo el tiempo lo hermosas que son.

Yoochun sonrió, besando sus labios esta vez por un periodo corto de tiempo.

Despacio y tranquilo.

Yoochun paró, y Changmin decidió ponerse de pie jalando por una mano al mayor. Resulta que no había palabras entre los dos, no fueron necesarias porque sus miradas se conectaron y eso de repente pareció ser suficiente. Changmin se encaminó como si de repente conociera a la perfección el lugar.

La habitación del mayor los recibió entre las luces naturales de la ciudad que empezaban a apagarse y Changmin se detuvo a unos centímetros de la cama, tomando la camisa de Yoochun por los bordes y levantándola por su cabeza. Los cabellos de Yoochun se alborotaron un poco apenas y antes de que pudiera decirle algo. Yoochun volvió a su boca como si un imán los estuviera llamando. Luego sintió los dedos de Yoochun traveseando con los botones de su camisa. Y en el momento en el que mayor lo fue venciendo con su peso contra la cama para cuando estuvo encima de ella, fue cuando sintió la camisa completamente abierta.

—No recordaba este tatuaje.

Changmin pasó su mano por el pecho de Yoochun. Y miró las letras, acariciando sus formas con lentitud.

—Ese era yo en mis años de universidad.

Yoochun estaba sobre su cuerpo, sin tocarlo demasiado, con las rodillas y manos sobre el colchón, con su rostro cerca.

Con Yoochun invadiendo su espacio, Changmin sonrió.

—Creí que los maestros odiaban los piercings, tatuajes y demás en sus estudiantes.

—Bueno, somos una nueva generación supongo.

El mayor le dejó un beso nuevo en los labios y subió un poco más. Changmin sintió ese retorcijó en el estómago otra vez. Incluso se estremeció un poco cuando los labios de Yoochun llegaron a su cuello. Quiso pronunciar un “Espera” pero prefirió morder sus labios, en especial cuando las manos de Yoochun habían pasado a su cintura y subían despacio, acariciaban su piel con su tacto tibio y él apoyaba la cabeza hacía atrás, porque ahora la boca de Yoochun se paseaba libremente cerca de su manzana de adán.

Y ya no era el estómago, ahora era su pecho, vibraba al parecer.

Pero cuando la boca de Yoochun descendió velozmente por su pecho y se quedó cerca de su ombligo, su cuerpo entero lo traicionó. Su cadera se adjudicó ese movimiento molesto, elevándose ante la presión de su nerviosismo acicalado por la excitación.

—¿Nervioso?

—Tal vez…

Changmin decidió ser sincero, y Yoochun sonrió por ello. Volviendo a su rostro, volviendo a su boca.

—Entonces déjame complacerte solo a ti por primera vez.

Shim frunció el ceño confundido, pero antes de que pudiera notarlo, Yoochun había vuelto a su boca, lo besa diferente, lo besaba con más pasión. Ya no había movimientos suaves y lentos. Eran decididos y penetrantes. Lo dejaban más fácilmente sin respiración y mientras aquello sucedía, las manos de Yoochun había logrado soltar los botones de su pantalón, descender la cremallera y Changmin sintió esa presión en el pecho otra vez.

Su cuerpo dejándose llevar por la excitación, respondió.

Y sintió entonces el tacto tibio de nuevo, ahora sobre el inicio de sus muslos, los pantalones habían desaparecido de sus piernas. Yoochun a diferencia de su beso tocaba despacio, y su piel sentía el frío desaparecer en cada lugar que el otro tocaba. Y cuando Yoochun hizo el primer movimiento, intentando levantar una de sus piernas, Changmin tuvo por su cabeza todas las cosas que ocurrirían a partir de ahí.

—Lo siento es que nunca he estado con un hombre y es extraño, no sé… ser quien… yo solo…

Changmin habló rápido, pero logró trabarse y Yoochun sonrió otra vez. Aunque Changmin hubiera bajado su pierna de inmediato y ahora se viera incluso descontento, con esos pocos índice de valentía que había empezado a mostrar.

—Lo sé, es diferente. Está bien.

—Maldita sea parezco una estúpida chica virgen.

Esta vez Yoochun rió abiertamente.

—No importa. Dije que te iba a complacer ¿no?

Changmin asintió, viendo como Yoochun volvía a bajar por su pecho y llegaba a su estómago velozmente. Entonces sintió ese retorcijón nuevamente y aún más cuando la boca del mayor llegó a su glande, sin espera, sin darle la oportunidad de reaccionar. Apenas su miembro se encontró dentro de la boca de él, un gemido salió abiertamente por su boca, y sus manos en inercia agarraron el cabello de Yoochun.

Ese cabello sedoso y ligeramente largo dejó de serlo. Porque no sintió nada en las palmas de sus manos.

Todo se concentró en la parte baja de su cuerpo. Y su cabeza parecía estremecida por el placer. Abultada de sensaciones que no lo dejaban conectar adecuadamente sus pensamientos. Apenas y mirar cuando podía levantar la cabeza y lo único que distinguía era el cabello de Yoochun, en ese movimiento desquiciante que obnubilaba nuevamente su cabeza y la respiración. Esa maldita respiración que no parecía hacer un completo viaje hasta sus pulmones.

—Es..espera…

Pero Yoochun hizo oídos sordos, apretó sus muslos repentinamente. Y a partir de ahí los ojos de Changmin se abrieron por completo y miraron el techo en toda su extensión, su cuerpo perdió las fuerzas y agradeció tanto estar sobre aquella cama, incluso por un par de segundos todo sonido desapareció, incluso el de la voz de Yoochun. Llegó a ese delicioso orgasmo que lo acarició durante varios segundos.

—¿Bien?

En cuanto lo escuchó, se apoyó sobre los codos, con la respiración agitada y una sonrisa en los labios.

—Idiota… —murmuró bajo— sabes que sí.

Yoochun volvió a acariciar su rostro y ahí fue cuando el celular de Changmin empezó a sonar.

—Ah… no pienso contestar.

Changmin volvió a acostarse sobre la cama, un poco agotado y relajado a la vez, pero el celular volvió a sonar y esta vez Yoochun suspiró. —Iré a darme una ducha, tú contesta. Parece importante.

Cuando Yoochun se levantó, Changmin suspiró. Buscó el pantalón por el suelo y anduvo entre los bolsillos buscando el celular. Finalmente pudo ver el nombre de Minho, juntos con cuatro llamadas perdidas más. ¿Cuánto llevaba llamándolo que no habían escuchado las anteriores?

—¡Minho! No es un buen momento ¿qué…?

¡Changmin, por dios! Finalmente contestas ¿dónde diablos estás?

 

—¿Qué pasó?

Larga historia, primero ábrenos la puerta que tenemos media hora golpeándote y no das señales de vida. Kyuhyun necesita ayuda.

 

—No estoy en mi casa, ¿qué pasó?

¿Cómo que no estás? Hyung necesito un lugar donde llevar a Kyuhyun y sus padres no lo pueden ver así y mis padres a esta hora ya están en la casa.

Changmin en esta ocasión frunció el ceño, sentándose en la cama y tratando de pensar velozmente. Minho se escuchaba alterado y o escuchaba la voz de Kyuhyun por ningún lado. Lo cual quería decir que seguramente no estaba demasiado bien.

—No es buena idea que estén en mi casa, mejor salgan de allí antes que mi madre los vea y los llene de un gran momento incómodo. ¿Es realmente importante? ¿Necesitan una casa? Puedo llamar a Sunny y…

¡No, ella no! Dios… ¿dónde estás metido? Esto es serio, necesitamos un lugar privado.

En ese instante pensó en Yunho, realmente descartado para ese instante.

Y se dio cuenta lo que era estar realmente solo.

—Minho ¿Kyuhyun está herido? ¿O algo por el estilo?

Un poco, sí.

—Cerca de mi casa hay un dispensario, los veo ahí en media hora. No te pudo decir donde estoy. Ya luego buscaremos un lugar donde ir.

De acuerdo, trata de no demorar.

Cuando la llamada llegó a su final, Changmin no está muy seguro de cuánto tiempo pasó mirando la pantalla de su celular, hubiera sido fácil darle la dirección de Yoochun y pedirles que vinieran. Pero aún no se sentía en confianza y eso lo hacía desestabilizarse incluso un poco más de lo normal.

—¿Pasó algo? ¿Eran tus padres?

—No, un amigo.

—Pues tienes una cara… —Yoochun salió envuelto en una toalla y se sentó junto a él— ¿qué pasó?

—Tengo que salir, ocurrió algo con uno de mis amigos y…

—Ve a bañarte. Te prepararé algo de ropa y te llevo hasta donde están ¿vale?

Para ese instante Changmin agarró a Yoochun por el brazo y bajó la mirada.

—En serio… Minho nunca se había escuchado así y…

—Está bien. Lo entiendo. Pero ese no es el problema ¿verdad?

—Después de lo de hoy, no quiero que… Ellos quieren conocerte y sé que si te ven ahí tú no…

Yoochun suspiró, acariciando la mano de Yoochun que sostenía templadamente su brazo.

—Tú ya soportaste lo peor de mis amigos esta tarde. No creo que pueda ser peor, además por lo que me dices no parece que tengan cabeza para otra cosa que el problema en el que están metidos.

—Si… —Changmin se levantó velozmente— Iré a ducharme, salgo enseguida.

Por un instante Yoochun pensó que todo sucedía muy rápido.

Que se estaban introduciendo en una vorágine donde todos les indicaban que a pesar de todo, iban cayendo más y más. Por varios instantes. Yoochun se preguntó cuánto más podía bajar.

Faltan 54  días