Corazón con fecha de expiración
Esos recuerdos de amarnos con locura pronto empezarán a fluir
Capitulo Trece
Yoochun no esperó demasiado antes de que sintiera la cabeza de Changmin apoyada en su hombro, con esa suave respiración que le indicaba que el menor había quedado dormido casi de inmediato al instante de subir al taxi. Pensó y trato de recordar: ¿cuántas horas había pasado el menor sin dormir? ¿Cuánto había incomodado al otro al punto de sentirlo tan cansado? Y lo miró como si lo reconociera por vez primera.
Yo debería ser quien cuide de ti…
Pero mientras el carro avanzaba y el kilometraje aumentaba Yoochun se percató que el camino a casa era un poco largo, que no sabía nada de la vida en general que desde haberse levantado apenas y había podido encontrar un mensaje en su celular proveniente de Dasom, y aquello le recordó la llamada de Junsu. Y su inevitable visita junto a Jaejoong. Y aquello fue como sentir las palabras del mayor detrás de su cabeza de nuevo.
Miró su reloj, aún era lo suficientemente temprano como para poder huir lejos de ahí, porque no importaba que llamara a Junsu, sabría que Jaejoong de todas formas iría. Suspiró cansado mirando a Bomul jadear contento mientras asomaba su pequeña cabeza por la ventana. Acarició la cabeza del can y este agitó aún más su cola, ladrando cada tanto y regresando a dar un par de vueltas sobre sus piernas antes de volver a la ventana.
¿Qué es lo que estoy haciendo realmente mal?
—Llegamos.
El hombre se estacionó, Yoochun sacó un par de billetes y movió a Changmin apenas un poco. Los ojos del menor se abrieron lentamente apenas mirando el lugar y saliendo en pasos torpe del auto. Estirando su cuerpo un poco, acomodando la maleta a su espalda. Y con Bomul atado a la correa revoloteando de un lado a otro. Cuando el auto arrancó, Yoochun respiró hondo, habían llegado y él aún no se había decidido por hacer algo.
—Vamos.
Changmin reaccionó ante sus palabras, siguiendo sus pasos y un poco intimidado. Dentro el lugar parecía un poco frío y sobrio. Mucho más de lo normal. El guardia de la entrada saludo pero Changmin apenas pudo asentir, sintió ese hueco en el estómago, ese horrible y molesto dolor que lo descolocaba un instante mientras el silencio de Yoochun taladraba esos pensamientos revoltosos que él cargaba en la cabeza.
Entonces recordó no dejarlo pensar demasiado a Yoochun; no dejarlo temer.
Así que mientras subían en el ascensor tomó su mano y cuando este lo miró. Changmin únicamente sonrió. Mirando hacia adelante y sintiendo la mirada de Park durante un par de segundos justo antes de que la puerta del ascensor se abriera.
—Tengo un poco de hambre. Sería bueno que me cocinaras un poco.
—¿Ah, sí? —Yoochun sonrió divertido— ¿Y que se le apetece al joven?
—No sé… cualquier cosa está bien.
—¿En serio? Pues yo no tengo apetito, así que será ramen.
Changmin sonrió débilmente, Yoochun casi nunca tenía apetito últimamente. Si bien haber estado alejados lo mantenía al margen de la situación, eso no cambiaba el hecho de que el mayor a diferencia de meses atrás cuando comía sin falta en cada receso junto a él, ahora simplemente no lo hacía. Y él lo había notado. Changmin no había dejado de mirarlo, de notarlo, de percatarse lo veloz que el mayor estaba bajando de peso.
—Pero comerás un poco al menos.
—¿Ah? —Yoochun parecía repentinamente sorprendido— No me apetece la verdad.
Buscó las llaves en el bolsillo de su pantalón. Pero parecían repentinamente haber desaparecido, noto incluso mientras miraba de reojo al menor que Changmin arrugaba un poco el entrecejo y bufaba ligeramente desviando la mirada. Cuando finalmente las encontró. Una sonrisa emanó de sus labios al igual que sus palabras suaves y relajadas.
—De acuerdo comeré algo.
Cedió tranquilo y pareció que Changmin esperaba lograr algo con el pequeño gesto sutil que había soltado y que ahora hacía sonreír a Yoochun quien inevitablemente pasó una mano por encima de los hombros del menor en tanto abría la puerta del departamento.
—A veces pareces un niño ¿sabías?
—No me despeines —se quejó Changmin mientras se removía dentro del pequeño abrazo— ¡Yoochun!
La voz de Changmin que sonaba animada se cortó de inmediato en cuanto miró en la misma dirección que el mayor, el cuerpo de Yoochun se había tensado mientras miraba al hombre de cabellos castaños, quien parado junto al gran ventanal de su departamento parecía haberlos estado esperando.
—No creí que demorarías. Aunque en un primer instante pensé que te encontraría aquí realmente.
La voz de Jaejoong áspera pero controlada hizo a Yoochun sentir demasiadas cosas a la vez sin que pudiera razonar concienzudamente sobre como sentirse al respecto realmente. Sentía que Jaejoong estaba traspasando los límites, sentía que Jaejoong tenía un poder sobre él indescriptible y sin embargo su indignación se disparó en el momento que escuchó el susurro de Changmin a su lado y el menor terminó con cualquier tipo de contacto entre ambos.
—Hyung…
Yunho estaba ahí, sentado en uno de los sillones, con su mirada seria y adusta atravesándole la garganta.
…
…
Junsu recogió sus pertenencias esa tarde con un poco de velocidad, las clases terminaron con total tranquilidad e incluso los salones vacíos ante la ausencia de Yoochun no habían provocado problema alguno. Sin embargo en el trascurso de la mañana el mensaje de Jaejoong lo había tomado de sorpresa, le había pedido que se encontraran mejor en el departamento de Yoochun que él tendría que hacer algo antes. Junsu parecía haberse llevado bien con Jaejoong desde un primer instante pero en ocasiones el mayor le resultaba un reto por sus actitudes espontaneas y en ocasiones extrañas.
Pero sin problema alguno Junsu había accedido, y ahora se encontraba conduciendo con cuidado hacía el departamento de Park un tanto lejos del Instituto. Sunny se había acercado a él en la mañana muy preocupada por la ausencia de Changmin ese día a clases y luego al no poder acercarse al único profesor que mantenía contacto con Changmin, dígase Yoochun, la muchacha no había tenido otra salida que recurrir a él.
Que Yoochun supiera el porqué de la ausencia de Shim era casi improbable, Park se encontraba delicado de salud. Y seguramente sus prioridades en ese instante eran otras, pero la muchacha simplemente había asentido con cuidado y se había alejado un poco cabizbaja y preocupada, con sus amigas abrazándola y pidiéndole que no se preocupara de más, y que sonriera puesto que hoy era el cumpleaños de su novio y debía verse realmente hermosa.
Junsu aún recordaba esa época en la que la vida parecía tan sencilla y el mundo era tan pequeño.
Todo era tan tranquilo entonces.
Giró en alguna esquina y pronto recordó que Yoochun tenía algunos días sin comer como es debido y quizá esta pequeña recaída le serviría al mayor para poder concienciar sobre comer más adecuadamente. Así que en cuanto encontró una pequeña tienda se detuvo. Y decidió que llevaría unas cuantas frutas al departamento de Yoochun.
…
…
—¡Hyung, espera!
Changmin alcanzó a sostener los brazos de Yunho unos centímetros antes de que alcanzaran a Yoochun quien un poco aturdido aún miraba a Jaejoong con algo que empezaba a transformarse en enojo. Pero Kim únicamente mostraba su rostro imparcial y sin emoción alguna, con los brazos cruzados y mirando todo a la distancia.
—¡¿Te has vuelto loco Park Yoochun?! —la voz de Yunho se alzó con fuerza y toda la agresividad que parecía haber estado albergando en su espera— Le llevas ocho años ¡demonios! ¡Es tu maldito estudiante! ¿Tienes mierda en la cabeza?
Jung se sacudía con fuerza, y Yoochun aún hundido por el sentimiento de traición y los estragos de la resaca, apenas sacudió un poco su cabeza y luego llevó una mano a su cabeza antes de respirar profundo. Y fue entonces cuando Changmin perdió la fuerza que sostenía al mayor y Yunho sin reparo alguno se había lanzado sobre Park. Asestando un doloroso puño en la mejilla de Yoochun quien solo soltó un quejido lastimero ante el mareo instantáneo que había sufrido.
—¡Yunho basta!
Pero su voz por más que intentaba sonar molesta no logró su cometido. Yunho ya se encontraba sobre Yoochun agarrándolo por el cuello de la camisa, exigiendo respuestas que no llegaban y golpeándolo por cada instante que más tardaba en responder. Sin saber que hacer giró hasta Jaejoong quien se había mantenido inmune hasta entonces y lo miró con desesperación.
—¿Esto es lo que querías? ¡¿Qué clase de amigo eres?! —Gritó sin el menor sentimiento de respeto y apretó sus puños con fuerza— ¡Detenlo! Sé que Yunho hyung te va a escuchar… —suplicó— ¡Haz algo maldición!
Pero Jaejoong únicamente suspiró y se giró, con sus ojos puestos en las calles de la ciudad, dándole la espalda a aquella penosa situación. Los ladridos de Bomul taladrando los oídos de cada uno de ellos ahí. Changmin sin embargo lo agarró por el hombro y lo hizo girarse, atravesándolo con aquella cortante mirada.
—¡¿No me estás escuchando?!
—Si han decidido estar juntos, esta es la primera prueba que deben afrontar ¿no? —Jaejoong aún no parecía dispuesto a mostrar emoción alguna, y Changmin únicamente abrió sus ojos sorprendido y asustado por igual— Aunque sinceramente no sé qué clase de poder de decisión podría tener un niño como tú. ¿O cómo piensas que será cuando tus padres se enteren?
Y aquello había sido como una estaca invisible atravesando su pecho. Estático, Changmin solo había escuchado a Junsu gritar alterado que se detuvieran. Aunque el único activo en esa pelea fuera Yunho, finalmente había logrado separarlos y Yunho quien continuaba alterado solo atinó a mirar molesto la manera en que Changmin se colocaba de rodillas en el suelo dispuesto a ayudar a Yoochun, mientras Jaejoong parecía entretenido en preparar algo de café. Junsu, quien sin entender se había sentado entre ambos para evitar una disputa nuevamente, miraba extrañado a todos los presentes; empezando por Changmin.
Bomul ladraba a ratos, mirando de manera agresiva a Yunho y gruñendo por lo bajo cuando el mayor hacía algún tipo de movimiento. Pronto el aroma del café había inundado el departamento. Y Jaejoong quien caminaba por el piso como si nada estuviera ocurriendo en realidad, fue el encargado de cerrar la puerta y repartir una taza de café para Yunho, Junsu, Yoochun y otra para él.
—Supongo que los niños no beben café. Así que te traje una soda.
La lata fue depositada con poco cuidado ante Changmin, en la pequeña mesita frente al sillón, donde él y Yoochun se encontraban sentados.
—Jaejoong… —la voz de Yoochun no había sonado precisamente suave en ese instante, pero a Jaejoong pareció importarle poco, bebió de su taza, y Changmin únicamente continuó limpiando la sangre en el rostro del mayor. Tragándose el orgullo y evitando mirar al mayor de todos. Analizando la situación, lo mejor en esos instantes era hablar poco, conocía sus propios impulsos y justo ahora no era el mejor momento para sus deslices irrespetuosos.
—¿Alguien me puede explicar lo que está sucediendo aquí?
Junsu había alzado un poco la voz, sentía que Yunho a su lado era un volcán a punto de hacer erupción, y que si dejaba de mirarlo un instante volvería a atacar a Yoochun.
—Pues que Yoochun sea el primero en hablar. Creo que aquí todos lo queremos escuchar atentamente.
Jaejoong miraba a Yoochun desde su lugar, atenta y directamente a sus ojos.
Changmin únicamente sentía ese terrible hueco en el estómago. Ni siquiera le habían permitido aclarar algo junto al mayor.
Entonces… ¿qué eran realmente?
—Creo que lo que has hecho es la cosa más imprudente y repugnante que has podido hacer Jaejoong.
—Pues estamos iguales Yoochun.
Jaejoong levantó en alto la taza en sus manos, con ese aire desafiante que estaba haciendo perder la paciencia a Yoochun.
—Jaejoong basta —Junsu en esta ocasión, más serio de lo normal levantó una mano hacía el mayor— Yoochun habla de una vez.
…
…
—¿Minho oppa?
Sunny había sonreído en cuanto el más alto había girado a su llamada, Choi se acercó con esa expresión tranquila y alzó su mano en señal de saludo mientras la muchacha le devolvía la sonrisa de igual forma y asentía a modo de saludo.
—¿Qué haces por aquí Sunny?
—Pues iba camino a casa, pero me distraje porque pensé en tomar un poco de té y te encontré.
—Oh, qué buena coincidencia.
Minho volvió a sonreír, repleto de ese deje tan suyo por complacer a la gente y hacerla sentir conforme, pero Sunny de pronto bajo un poco la mirada y parecía que los segundos se movían lentamente.
—Minho… ¿tú sabes que ocurre últimamente con Changmin?
—¿Changmin? ¿Por qué?
Las alertas de Choi se habían disparado de inmediato.
—Por ejemplo hoy no fue a clases… y no sé qué pasa con él sinceramente. Es como si algo suyo se estuviera perdiendo en el camino.
Las palabras de Minho se quedaron atoradas en su garganta.
Sí… él lo sabía muy bien, conocía ese sentimiento y odiaba tener que callar ante la evidente preocupación de la muchacha que arrugaba el entrecejo y lo miraba como si se tratara de la última esperanza. Minho entonces solo acarició su cabello y sonrió.
—Él solo está pasando por unos problemas un poco complicados, pero tú tranquila. Él los resolverá. Es Changmin de todas formas ¿no?
Aunque las palabras de Minho sonaban lindas, Sunny no pareció tomar aquello con calma.
—Bueno ¿qué te parece si vamos a tomar algo? —ofreció Minho, con esa sonrisa amable y ese tono de voz que hizo a Sunny suspirar resignada mientras asentía y se dejaba guiar por el más alto— Conozco una cafetería cerca de aquí, es muy buena. Tienen unos dulces deliciosos aunque a Kyuhyun y a Changmin no les gusta tanto lo dulce, ya sabes, con lo amargados que son…
Minho rió y Sunny encontró irresistible esa risa por la que también se sintió contagiada.
—Por cierto, Sunny… —Un poco ya más relajado, Minho había apretado un poco sus propias manos y parecía repentinamente avergonzado— Yo quería pedirte disculpas por lo de la noche pasada. Tú querías presentarnos a tu novio y sus amigos, y Changmin nos estaba presentando ante ti y esa noche debió ser amena y divertida, pero la arruiné. Así que me disculpo por eso.
Lo cierto es que a pesar del inconveniente de esa noche, Sunny la había pasado bien.
Quería conocer a los amigos de Changmin, esos a los que no podía evitar mencionar de vez en cuando y quienes les había parecido bastante agradables incluso a pesar de la pelea que se había armado entre Minho y dos de los amigos de Sungmin esa noche. Bueno, eso aunque Kyuhyun no hubiera hablado demasiado.
—No te preocupes. Tus motivos debiste tener y no quiero involucrarme en algo seguramente es un asunto entre Jinki, Jonghyun y tú.
Minho se preguntó por un instante si Changmin le habría contado a la muchacha acerca de la situación de Jinki y él.
Pero lo descartó casi de inmediato.
—Bien, aquí es —anunció Minho, un poco más relajado ahora que se había disculpado mientras la muchacha sonreía abiertamente y parecía entretenida en mirar el menú frente a ellos sobre la cabeza de los que se encontraban en caja— Yo invito ¿qué quieres pedir?
—Un té helado estaría bien.
—¿No quieres algún postre?
—No sé… es que… —Sunny parecía ligeramente tímida de repente— Es extraño, no nos conocemos y…
—Tranquila —Minho palmeó la espalda de la rubia— Eres amiga de mi mejor amigo, considerame un amigo también. No tengas vergüenza. ¿Un dulce de tres leches estaría bien?
Sunny asintió de inmediato, con una sonrisa amplia y parecía que incluso le brillaban los ojos.
Minho sonrió y se acercó a la caja con la billetera ahora en sus manos.
—Buenas dos té helado, un dulce de tres leches y una tartaleta de espinacas.
—De acuerdo, ¿algo más?
—No, eso es todo.
—Bien, entonces por favor esperen en una mesa. Enseguida le llevarán su orden.
La mujer de ojos pequeños le hablaba con una sonrisa en el rostro, mientras se escuchaba el sonido de la pequeña maquina soltando la factura de su pedido, Sunny parecía entretenida mirando los pasteles e incluso parecía brillar con aquello.
—Te gustan los dulce ¿cierto?
—Sí, quisiera estudiar algo de pastelería después de graduarme.
—Y serías una pastelera muy bella.
Sunny rió divertida, encaminándose junto a él hacía una de las mesas. No se sentía como un coqueteo, más bien como sutiles bromas entre ellos que la hacía sentir un poquito más en confianza. No se sentía como un coqueteo porque además de todo ella sabía que Minho sentía cosas por Jinki, después de todo lo había besado en plena reunión y había arrancado el gran y bullicioso problema de esa noche. Y por sobre todo: estaba Sungmin. Ella… casi estaba enamorada de él.
—¿Y a Sungmin le gustan los pasteles?
—¡Por supuesto! —Ella ni siquiera pudo ocultar la emoción al revelar aquello— Le fascinan al igual que mí, quizá por eso somos tan compatibles —sonrió abiertamente y suspiró— Hemos hablado y sería lindo montar una pastelería entre los dos ¿no crees?
—Supongo que… —Los ojos de Minho se habían ido abriendo lentamente ante la imagen que habían encontrado en una de las mesas al fondo del sitio, justo a unas pocas mesas de la única vacía que habían logrado encontrar esa tarde— ¿Kyuhyun?
Apenas lo había identificado, a él y su acompañante, Minho había girado hacía Sunny quien parecía ligeramente estupefacta.
En realidad no habría importado…
Pero es que ellos no eran realmente amigos, no se conocían de antes. Se habían visto por primera vez en aquella reunión desastrosa en la que Minho terminó siendo golpeado por Jonghyun y entonces apenas se habían podido medio presentar y apenas charlar un rato. De eso tan solo habían pasado semanas.
No habría importado…
Si no fuera porque Kyuhyun tomaba la mano de Sungmin y este se alejaba renuente, aunque al mirarlo a la cara pareciera ceder y no se podían escuchar sus voces. No se podía saber de lo que hablaban.
Minho sabía que había algo.
Y ese algo para Kyuhyun no parecía tan inalcanzable.
—Va…vamos a saludarlos.
Quiso dar un paso hacia adelante, con su sonrisa nerviosa, poner en alerta a Kyuhyun. Pero Sunny lo había agarrado de la camisa con esa expresión indescifrable en el rostro y su voz en esta ocasión apagada.
—No… quiero verlos. Déjame verlos.
Supo entonces que eso terminaría peor que lo suyo aquella noche.
Estúpido Kyuhyun. Nunca dijo algo. Jamás los puso en alerta.
…
…
—¿…Qué?
Una vez la frase circuló por sus oídos, Junsu no pudo más que sentir escalofríos, sintió que no sabía quién era el hombre que tenía en frente porque sencillamente Park Yoochun no podía estar diciéndole que “tenía una relación con Changmin” era inconcebible. Sin embargo Jaejoong permaneció tomando su café de manera impasible y Yunho fruncía aún más el ceño, parecía más enojado incluso, pero no descontrolado como al inicio. Lo cual lo hizo suponer lo obvio, ellos ya sabían aquello.
—¿Es una broma? ¿Qué es todo esto?
Escandalizado se puso de pie y miró al hombre directamente a los ojos. Yoochun apenas tardó unos segundos antes de suspirar lentamente y bajar la cabeza.
—No me mires de esa manera Junsu…
—¡¿Y de qué otra manera quieres que te mire?!
Casi por inercia su mirada se deslizó hacía Shim quien parecía ahora más impasible que antes, sentado junto a Yoochun en aquel sillón ante la impasible mirada de todos los adultos en esa sala. Excepto Yoochun. Yoochun no lo había vuelto a mirar a la cara una sola vez.
—Es una locura… no puedo concebir que realmente sientas cosas lo suficientemente fuertes por un niño como este como para arriesgar tu carrera y por ende tu vida entera así como así. —Junsu profundizó aún más su mirada en Changmin— Y sinceramente si sientes algo, no creo que pase más allá de un ataque alocado de pasión, sexo o algo por el estilo.
—Junsu…
La voz de Yunho sonó con un ligero tinte de advertencia, pero Junsu sencillamente levantó un poco su mano, pidiéndole continuar, a pesar de la mirada cruda que ahora le devolvía Changmin ante sus palabras.
—Disculpame Yunho pero si tu primo se metió a jugar con cosas de adultos, es mejor que escuche las cosas como son… ¿Entonces?
Changmin solo necesitó deslizar su mirada hacía Yoochun para sentir que las cosas no iban realmente bien. El mayor parecía darle muchas vueltas a diferentes cosas en su cabeza. Ellos apenas habían empezado a solucionar las cosas. Y ahora estaban los tres presionándolo y agobiándolo. Era como verlo venir. Yoochun dándole la espalda nuevamente. Yoochun alejándose otra vez. Y por primera vez decidió tragarse el orgullo e impedir que eso ocurriera. Hacer algo diferente a esperar que las decisiones de Yoochun dirigieran el camino entero entre ellos.
—Se acabó. —Logró ponerse de pie mientras apretaba los puños y esta vez la mirada adusta de los tres adultos se tensaban sobre su cuerpo— Ustedes no están realmente dispuestos a escuchar, únicamente quieren que Yoochun se aleje. En el momento en que estén dispuestos a abrir la mente más allá de lo que consideran correcto entonces podremos hablar.
Entonces se produjo ese mortal silencio que hizo el corazón de Changmin saltar acelerado.
Finalmente era como un bicho pequeño entre los cuatro, un intruso al fin y al cabo.
—¿Qué has dicho? —Jaejoong fue el primero en reaccionar, poniéndose de pie junto a Junsu. Y en esta ocasión finalmente mostrando una expresión. Una ruda y molesta mientras fruncía el ceño y lo miraba como si fuera muy capaz de aplastarlo contra el suelo por aquella falta de respeto con la que se había dirigido ante todos— ¿Cómo te atreves a exigir algo en un lugar que no te pertenece?
—Especialmente tú, fuera de aquí —Nuevamente el silencio se hizo entre ellos pero ninguno se movió— ¿no me oyeron? ¡Fuera de aquí, no quiero verlos más!
En ese momento las cosas empezaron a ponerse a otro nivel.
Changmin empezaba a enojarse realmente y Yoochun levantó la mirada hacía los presentes. Jaejoong lo miraba exigiéndole que pusiera algo de orden en SU departamento, pero para el caso, Yoochun pensó que si Jaejoong lo había traicionado tan vilmente entonces él también podía hacerlo. Colocó la espalda contra el sillón y miró fijamente el mayor de todos en ese lugar.
—Ya lo oíste. No te quiere aquí.
Esta vez fue diferente. Los ojos de Jaejoong se ampliaron y su expresión entera cambió a una de incredulidad.
—¿Cómo te atreves? —Jaejoong dirigió su mirada al menor quien afrontaba su mirada sin problemas —¡¿Te has vuelto loco?!
Antes de que Yoochun pudiera responder, a pesar de que careciera de entusiasmo para darle explicaciones, Yunho se puso de pie, aún con esa expresión agria en su rostro y agarrando a Changmin del brazo.
—Perfecto, no vamos. Este es tu departamento al fin y al cabo, pero Changmin se va conmigo. —En el momento en que el menor intentó forcejear su agarre. Yunho siseó despacio y con su mirada fija en él— Recuerda que eres menor de edad.
—Obligame y juro que cortaré todo lazo contigo. —Yunho pareció sorprendido por aquello, por el dulce niño que toda la vida había tratado como su hermano menor— Así que no hagas las cosas más difíciles para ambos.
Changmin se zafó y Junsu dejó escapar una corta risa mientras veía a Yoochun fijamente.
—¿Te das cuenta? Es como un niño al que le quieren quitar la paleta. —Junsu tomó velozmente su bolso y miró por última vez a Park— Date cuenta que lo de él es solo un berrinche.
Ante la salida molesta y veloz de Junsu, por un instante Yunho se quedó desubicado. Aún miraba a Changmin cerca de él sin saber que hacer realmente y Jaejoong entonces había tomado su brazo. —Vámonos de aquí.
—No puedo dejarlo aquí.
—Yunho ellos no tienen tres días con esto, ¿qué quieres evitar exactamente?
Jaejoong envío otra de sus fulminantes miradas a Yoochun y jaló a Jung hacía la salida de aquel lugar. Con un portazo como último sonido Changmin pudo sentir su estómago pesado otra vez y logró sentarse nuevamente en el sillón antes de que la imagen de Yoochun pasando las manos por su rostro le golpeara duramente.
—¿Estás preocupado?
—Esto no debió pasar así.
—Pues tu amigo no ayudó demasiado…
Yoochun asintió, levantando una de sus manos para que parara de hablar, Changmin entendió que Jaejoong era más importante de lo que él pensaba. Yoochun no estaba preocupado. Yoochun estaba herido. Y probablemente solo. Tan solo como él.
Y extrañamente ese escalofrió que lo recorrió, fue satisfactorio.
No importaba, porque él estaría siempre ahí para Yoochun y quería hacérselo entender.
Se acercó, despacio y con cuidado. Hasta que pudo cerrar su abrazo y cubrirlo por completo. Tal y como quería que sus sentimientos lo rodearan. Yoochun en algún momento bajó la guardia y pronto estuvo estirando sus brazos hacía él. Changmin siempre había estado solo, tan solo que a pesar de todo realmente se encontraba fuera de lugar. Pero con Yoochun todo tomaba forma. Changmin sentía que tenía un lugar junto a él.
…Y quería que Yoochun se sintiera igual que él.
—Lo lamento todo.
—No fue tu culpa.
—Pero seguramente tus padres se enteraran y eso será tan…
Yoochun se alejó un poco y pasó una mano por su rostro otra vez.
—¿Estás más preocupado por mí que por tu trabajo?
—Yo puedo intentar buscar otro lugar, tú tendrás a tu familia siempre y dudo que esto les haga mucha gracia.
Changmin buscó su mirada otra vez, agachando un poco la cabeza para que esos ojos alicaídos se fijaran en él y entonces le sonrió.
—No me importa. —Tomó el rostro del mayor y se acercó a sus labios, se aferró a él. Todo lo que quiso, todo lo que pudo. Tan cerca que sus labios se rozaban y de alguna manera quedó encima de él.— Nunca me ha importado menos, con tal que no te vuelvas a ir —Le dio paso a su beso, a sus labios húmedos y a la suave resistencia de Yoochun que seguramente tenía demasiadas palabras dándole vueltas en la cabeza. Pero Changmin fue paciente y esperó. Besó sus labios despacio y dejó que fuera Yoochun quien decidiera el momento oportuno.
Llegó luego de unos segundos cuando las manos del mayor se pusieron en su espalda y lo acercaron un poco más a él. Changmin le permitió entrar en su boca, en su vida, en su alma. No era un simple beso más. Era la última oportunidad que Changmin tomaría junto a él. Su orgullo lastimado se la estaba dejando pasar y su estúpido corazón saltaba lleno de felicidad en su interior. Cuando Yoochun se alejó, acariciando su rostro con la misma parsimonia de siempre Changmin solamente se apoyó un poco en aquella mano que se paseaba por su mejilla.
—Sonará horrible, pero en serio siento que no hay rostro más perfecto que el tuyo. Y no lo habrá.
—Tienes razón, sonó horrible —Changmin rió suavemente y suspiró— Esas cosas mejor déjaselas a las chicas. Ellas necesitan por alguna razón que les digan todo el tiempo lo hermosas que son.
Yoochun sonrió, besando sus labios esta vez por un periodo corto de tiempo.
Despacio y tranquilo.
Yoochun paró, y Changmin decidió ponerse de pie jalando por una mano al mayor. Resulta que no había palabras entre los dos, no fueron necesarias porque sus miradas se conectaron y eso de repente pareció ser suficiente. Changmin se encaminó como si de repente conociera a la perfección el lugar.
La habitación del mayor los recibió entre las luces naturales de la ciudad que empezaban a apagarse y Changmin se detuvo a unos centímetros de la cama, tomando la camisa de Yoochun por los bordes y levantándola por su cabeza. Los cabellos de Yoochun se alborotaron un poco apenas y antes de que pudiera decirle algo. Yoochun volvió a su boca como si un imán los estuviera llamando. Luego sintió los dedos de Yoochun traveseando con los botones de su camisa. Y en el momento en el que mayor lo fue venciendo con su peso contra la cama para cuando estuvo encima de ella, fue cuando sintió la camisa completamente abierta.
—No recordaba este tatuaje.
Changmin pasó su mano por el pecho de Yoochun. Y miró las letras, acariciando sus formas con lentitud.
—Ese era yo en mis años de universidad.
Yoochun estaba sobre su cuerpo, sin tocarlo demasiado, con las rodillas y manos sobre el colchón, con su rostro cerca.
Con Yoochun invadiendo su espacio, Changmin sonrió.
—Creí que los maestros odiaban los piercings, tatuajes y demás en sus estudiantes.
—Bueno, somos una nueva generación supongo.
El mayor le dejó un beso nuevo en los labios y subió un poco más. Changmin sintió ese retorcijó en el estómago otra vez. Incluso se estremeció un poco cuando los labios de Yoochun llegaron a su cuello. Quiso pronunciar un “Espera” pero prefirió morder sus labios, en especial cuando las manos de Yoochun habían pasado a su cintura y subían despacio, acariciaban su piel con su tacto tibio y él apoyaba la cabeza hacía atrás, porque ahora la boca de Yoochun se paseaba libremente cerca de su manzana de adán.
Y ya no era el estómago, ahora era su pecho, vibraba al parecer.
Pero cuando la boca de Yoochun descendió velozmente por su pecho y se quedó cerca de su ombligo, su cuerpo entero lo traicionó. Su cadera se adjudicó ese movimiento molesto, elevándose ante la presión de su nerviosismo acicalado por la excitación.
—¿Nervioso?
—Tal vez…
Changmin decidió ser sincero, y Yoochun sonrió por ello. Volviendo a su rostro, volviendo a su boca.
—Entonces déjame complacerte solo a ti por primera vez.
Shim frunció el ceño confundido, pero antes de que pudiera notarlo, Yoochun había vuelto a su boca, lo besa diferente, lo besaba con más pasión. Ya no había movimientos suaves y lentos. Eran decididos y penetrantes. Lo dejaban más fácilmente sin respiración y mientras aquello sucedía, las manos de Yoochun había logrado soltar los botones de su pantalón, descender la cremallera y Changmin sintió esa presión en el pecho otra vez.
Su cuerpo dejándose llevar por la excitación, respondió.
Y sintió entonces el tacto tibio de nuevo, ahora sobre el inicio de sus muslos, los pantalones habían desaparecido de sus piernas. Yoochun a diferencia de su beso tocaba despacio, y su piel sentía el frío desaparecer en cada lugar que el otro tocaba. Y cuando Yoochun hizo el primer movimiento, intentando levantar una de sus piernas, Changmin tuvo por su cabeza todas las cosas que ocurrirían a partir de ahí.
—Lo siento es que nunca he estado con un hombre y es extraño, no sé… ser quien… yo solo…
Changmin habló rápido, pero logró trabarse y Yoochun sonrió otra vez. Aunque Changmin hubiera bajado su pierna de inmediato y ahora se viera incluso descontento, con esos pocos índice de valentía que había empezado a mostrar.
—Lo sé, es diferente. Está bien.
—Maldita sea parezco una estúpida chica virgen.
Esta vez Yoochun rió abiertamente.
—No importa. Dije que te iba a complacer ¿no?
Changmin asintió, viendo como Yoochun volvía a bajar por su pecho y llegaba a su estómago velozmente. Entonces sintió ese retorcijón nuevamente y aún más cuando la boca del mayor llegó a su glande, sin espera, sin darle la oportunidad de reaccionar. Apenas su miembro se encontró dentro de la boca de él, un gemido salió abiertamente por su boca, y sus manos en inercia agarraron el cabello de Yoochun.
Ese cabello sedoso y ligeramente largo dejó de serlo. Porque no sintió nada en las palmas de sus manos.
Todo se concentró en la parte baja de su cuerpo. Y su cabeza parecía estremecida por el placer. Abultada de sensaciones que no lo dejaban conectar adecuadamente sus pensamientos. Apenas y mirar cuando podía levantar la cabeza y lo único que distinguía era el cabello de Yoochun, en ese movimiento desquiciante que obnubilaba nuevamente su cabeza y la respiración. Esa maldita respiración que no parecía hacer un completo viaje hasta sus pulmones.
—Es..espera…
Pero Yoochun hizo oídos sordos, apretó sus muslos repentinamente. Y a partir de ahí los ojos de Changmin se abrieron por completo y miraron el techo en toda su extensión, su cuerpo perdió las fuerzas y agradeció tanto estar sobre aquella cama, incluso por un par de segundos todo sonido desapareció, incluso el de la voz de Yoochun. Llegó a ese delicioso orgasmo que lo acarició durante varios segundos.
—¿Bien?
En cuanto lo escuchó, se apoyó sobre los codos, con la respiración agitada y una sonrisa en los labios.
—Idiota… —murmuró bajo— sabes que sí.
Yoochun volvió a acariciar su rostro y ahí fue cuando el celular de Changmin empezó a sonar.
—Ah… no pienso contestar.
Changmin volvió a acostarse sobre la cama, un poco agotado y relajado a la vez, pero el celular volvió a sonar y esta vez Yoochun suspiró. —Iré a darme una ducha, tú contesta. Parece importante.
Cuando Yoochun se levantó, Changmin suspiró. Buscó el pantalón por el suelo y anduvo entre los bolsillos buscando el celular. Finalmente pudo ver el nombre de Minho, juntos con cuatro llamadas perdidas más. ¿Cuánto llevaba llamándolo que no habían escuchado las anteriores?
—¡Minho! No es un buen momento ¿qué…?
—¡Changmin, por dios! Finalmente contestas ¿dónde diablos estás?
—¿Qué pasó?
—Larga historia, primero ábrenos la puerta que tenemos media hora golpeándote y no das señales de vida. Kyuhyun necesita ayuda.
—No estoy en mi casa, ¿qué pasó?
—¿Cómo que no estás? Hyung necesito un lugar donde llevar a Kyuhyun y sus padres no lo pueden ver así y mis padres a esta hora ya están en la casa.
Changmin en esta ocasión frunció el ceño, sentándose en la cama y tratando de pensar velozmente. Minho se escuchaba alterado y o escuchaba la voz de Kyuhyun por ningún lado. Lo cual quería decir que seguramente no estaba demasiado bien.
—No es buena idea que estén en mi casa, mejor salgan de allí antes que mi madre los vea y los llene de un gran momento incómodo. ¿Es realmente importante? ¿Necesitan una casa? Puedo llamar a Sunny y…
—¡No, ella no! Dios… ¿dónde estás metido? Esto es serio, necesitamos un lugar privado.
En ese instante pensó en Yunho, realmente descartado para ese instante.
Y se dio cuenta lo que era estar realmente solo.
—Minho ¿Kyuhyun está herido? ¿O algo por el estilo?
—Un poco, sí.
—Cerca de mi casa hay un dispensario, los veo ahí en media hora. No te pudo decir donde estoy. Ya luego buscaremos un lugar donde ir.
—De acuerdo, trata de no demorar.
Cuando la llamada llegó a su final, Changmin no está muy seguro de cuánto tiempo pasó mirando la pantalla de su celular, hubiera sido fácil darle la dirección de Yoochun y pedirles que vinieran. Pero aún no se sentía en confianza y eso lo hacía desestabilizarse incluso un poco más de lo normal.
—¿Pasó algo? ¿Eran tus padres?
—No, un amigo.
—Pues tienes una cara… —Yoochun salió envuelto en una toalla y se sentó junto a él— ¿qué pasó?
—Tengo que salir, ocurrió algo con uno de mis amigos y…
—Ve a bañarte. Te prepararé algo de ropa y te llevo hasta donde están ¿vale?
Para ese instante Changmin agarró a Yoochun por el brazo y bajó la mirada.
—En serio… Minho nunca se había escuchado así y…
—Está bien. Lo entiendo. Pero ese no es el problema ¿verdad?
—Después de lo de hoy, no quiero que… Ellos quieren conocerte y sé que si te ven ahí tú no…
Yoochun suspiró, acariciando la mano de Yoochun que sostenía templadamente su brazo.
—Tú ya soportaste lo peor de mis amigos esta tarde. No creo que pueda ser peor, además por lo que me dices no parece que tengan cabeza para otra cosa que el problema en el que están metidos.
—Si… —Changmin se levantó velozmente— Iré a ducharme, salgo enseguida.
Por un instante Yoochun pensó que todo sucedía muy rápido.
Que se estaban introduciendo en una vorágine donde todos les indicaban que a pesar de todo, iban cayendo más y más. Por varios instantes. Yoochun se preguntó cuánto más podía bajar.
…
…
Faltan 54 días