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Retazos de amor: segunda parte


 

Retazos de Amor

El reflejo de unos ojos apasionados

Segunda Parte

 

 

Fue amor a primera vista.

Así de sencillo, así de aplastante y sofocante.

 

 

 

 

 

Yunho sabía lo que su madre le diría cuando a casa llegara.

 

Mojarse era su entera culpa, ella le había advertido que llevara una sombrilla. Y sin embargo el había pasado por el alto el hecho de las nubes oscuras, camino a su casa, a las tres y más de la tarde sus pasos viajaron lo más rápido que podía.

 

La lluvia se resbalaba por su cuerpo, y él con las manos sobre la cabeza trataba como podía taparse de la lluvia. Incluso podía ver el agua levantarse con sus pasos apresurados. Lastimosamente sus amigos habían quedado calles atrás y él solo corría ahora con el propósito de llegar a un lugar donde refugiarse.

 

Cuando vio un pequeño techo, de una de las tiendas del lugar. Corrió un poco más y se escondió. El agua que caía del pequeño techo apenas tocaba sus pies, apenas lo cubría de la lluvia. Intentó quitar como pudo las pocas gotas de lluvia que habían caído sobre él y en el proceso de ello su vista se levantó.

 

Esos ojos oscuros lo atravesaron, profundos y fijos. Ella lo miraba y él quedó brevemente inmóvil. El cabello castaño de la muchacha junto a él lucía mojado, al igual que su rostro. Sus ojos se conectaron y Yunho incluso sintió, un pequeño escalofrío en el cuerpo.

 

—Lo siento, no vi que hubiera alguien más.

 

Ella sonrió, arreglando un mechón de su cabello. –Está bien, yo también estoy cubriéndome de la lluvia.

 

Yunho sonrió. Era hermosa. Y su encuentro parecía de mentira.

 

Recordó prontamente la pequeña toalla que había comprado para la clase de gimnasia y que al final no había utilizado, abrió su maleta rápidamente, encontrándola en uno de los bolsillos delanteros. La apretó con fuerza, llenándose de valor y mordiendo discretamente su labio inferior.

 

—…Ten.

 

La estiró hacía ella, sin mirarla a la cara, más bien mirando la toalla en sus manos, esperando por que la tomara y su vergüenza inicial ante aquella desconocida muriera. El leve roce de esa delicada mano lo sorprendió.

 

—Gracias.

 

Entonces Yunho levantó la mirada, ella tomaba la toalla y le regalaba otra de esas hermosas sonrisas.

 

Yunho era joven, ella también.

 

Era la época precisa para los primeros amores de adolescencia.

 

 

 

 

—Vaya… eso es muy romántico.

 

Jaejoong balanceó un poco el bolígrafo en su mano, semi apoyado en su pierna y mirando a Yunho. El hombre asentía orgulloso, enamorado, con esos ojos repletos de buenos sentimientos. Momentáneamente Jaejoong lo analizó y luego suspiró.

 

—Desde la primera vez que nos vimos, Boa y yo estamos destinados. Lo supe desde el primer momento en que vi sus ojos.

—¿Te gustan mucho sus ojos?

 

—Me gustan muchas cosas de ella en realidad.

—La amas mucho.

 

Ni siquiera aquello pudo ser contado como una pregunta, fue una directa afirmación a la que Yunho respondió tranquilamente con un asentimiento de cabeza.

—Estas “vacaciones” son extrañas.

 

Jaejoong levantó repentinamente la mirada. Observando a Yunho, quien se había levantado para mirar por la ventana. El verde césped que había en el jardín. Observando a un hombre que tranquilo conversaba con una muchacha ligeramente mayor a él.

 

—¿Por qué lo dices?

—Supuestamente es un centro de reposo, para que venga a relajarme. Por que he estado muy estresado últimamente. O al menos esa fue la excusa de Changmin y Yoochun.

 

—¿Y te parece que no lo es?

—Me parece más bien que estoy encerrado.

 

Por un instante, Jaejoong decidió dejar sus apuntes. Se levantó con parsimonia y caminó hasta Yunho, silenciosamente, colocándose a su lado un momento.

 

—No estás encerrado. ¿Quieres que salgamos un momento?

 

Yunho giró casi de inmediato, tan rápido que Jaejoong no pudo prevenir ese movimientos y sus rostros no estuvieron demasiado cerca, habían varios centímetros de distancia, aún así Jaejoong se hizo un poco más hacía atrás.

 

—¿No puedo salir solo?

—Puedes, pero temo que te escapes. Recuerda que estás para relajarte, estas sesiones son para que puedas encontrar tu punto de estrés y el contacto con tu vida habitual pueden dañar tu tratamiento.

 

Yunho arrugó el entrecejo.

 

—Algo está mal en medio de todo esto… lo sé.

—Yunho, ¿desconfías de mí?

 

Jaejoong abrió un poco más sus ojos, clavándolos en los café de Yunho. Y esa mirada se sostuvo por varios segundos, como si Yunho lo evaluara minuciosamente.

 

—En realidad no te conozco. No podría decir si confío o no.

—Demos un paseo, ¿te parece?

 

Apenas un poco, Jaejoong movió su cabeza, como una pequeña señal para que Yunho avanzara primero. Y luego de un rato, Yunho finalmente avanzó, y sus pasos siguieron a Jung. Salir un poco le haría bien al menor. Necesitaba un poco de contacto con el mundo externo.

 

 

 

 

Yunho llevaba apenas tres días en aquel centro especializado.

 

No había personas peligrosas, solo personas bajo un tratamiento especial que no rayaban en el comportamiento peligroso. Por eso, era un poco más fácil convencer a Yunho de que se trataba de un centro de reposo para relajarse.

 

No había enfermeras, o por lo menos no vestían como tal. Vestían como empleados del centro para darles comodidad a los pacientes. Jaejoong condujo levemente por las calles un poco húmedas debido a la lluvia. Yunho parecía un niño pequeño.

 

Apoyado en el resquicio de la ventana del auto, con su quijada sobre uno de sus brazos. Mirando desinteresadamente el camino. Lastimosamente sin cruzar palabra alguna con él. Incluso le había pedido una llamada, seguramente para hablar con Boa, él se había negado. Y probablemente Yunho por eso se portaba distante con él.

 

Suspiró delicadamente.

 

Regresó la mirada a las calles, las gotas de lluvia empezaban a mojar su auto.

 

Estaba lloviendo.

 

Se detuvo en un semáforo. Y casi automáticamente Yunho se enderezó en su asiento. Por instinto Jaejoong giró hacía él, pero las manos de Yunho eran veloces, se había quitado el cinturón de seguridad y abierto la puerta.

 

—¡Yunho!

 

Pero el hombre no reaccionó ante su llamado solo corrió.

 

—¡Agh, maldición!

 

Intentó estacionarse, lo mejor que podía, pasando la luz sin importarle nada. Medio logró estacionarse cuando encontró a Yunho un poco agitado, mirando de un lado a otro. Jaejoong bajó del auto. Apenas con las llaves en las manos, corriendo hacía él.

 

—¡Yunho, detente!

 

Sin embargo Yunho volvió a correr, y él fue tras Jung. Pero Yunho no corría como para huir de él, ni para esconderse, más bien parecía buscar algo. Sus pasos fueron aminorando. Y finalmente se detuvo frente a una casa. Jaejoong se preocupó.

 

¿Sería la casa donde vivía Boa?

 

Se acercó lentamente, notando como la lluvia mojaba su ropa y se incrementaba con rapidez. Yunho solo permanecía ahí, a unos pasos del pequeño techo. Sin colocarse debajo de él para cubrirse de la lluvia. Solo estaba ahí, mirando el espacio vacío.

 

Jaejoong miró de un lado a otro. Las calles estaban vacías, seguramente por el clima de los últimos días.

 

Colocó una mano sobre el hombro de Yunho y él pareció reaccionar. Despertar de su pequeño letargo y girar para mirarlo. La lluvia mojaba su rostro, pero una sonrisa asomaba en sus labios.

 

—Es aquí, aquí fue la primera vez que vi a Boa.

 

Kim Jaejoong estaba acostumbrado, a ese tipo de situaciones, pero no tan vividas como las de Yunho, no tan profundas como esas emociones que Yunho poseía en esos ojos. Y asintió. No atreviéndose a ocultarse de la lluvia, sin que Yunho se moviera primero.

 

—¿Por qué estamos bajo la lluvia?

 

Yunho habló y soltó una pequeña risa, agarrando el brazo de Jaejoong y jalándolo bajo el pequeño techo que los cubría apenas de la lluvia, Jaejoong tuvo que incluso pegarse a la pared para no mojarse. Supuso que unos años atrás Yunho era un poco más bajo y delgado.

 

—¿Cómo lo recordaste?

—Estábamos cerca de mi antiguo colegio. Simplemente corrí, no recordaba muy bien el lugar exacto. Pero aquí está, igual que años atrás. Tienes una estrella Jaejoong, hoy me has hecho muy feliz.

 

Las palabras de Yunho salían tan lentamente, de forma pausada y relajada. Lo suficiente como para que Jaejoong lo observara y suspirara hondamente. Los ojos de Yunho se posaban en ese cielo oscuro y Jaejoong decidió hacer lo mismo.

 

En realidad, el tiempo que transcurrió es un poco difícil de calcular, era como un embelesamiento repentino. Como si ver la lluvia caer fuera hipnótico y el sonido suave de las gotas muriendo en el suelo fuera sobrecogedor.  Yunho estaba reviviendo recuerdos, y eso en parte era mejor que imaginar que tenía a Boa a su lado.

 

Cuando deslizó su mirada hacía Yunho, de repente Jung había llevado una mano hasta su pecho. Y su mirada cambiaba radicalmente. Lucía afligido. Como si ver la lluvia de pronto lo mortificara.

 

¿Estaría reaccionando finalmente ante su realidad?

 

—Jaejoong… ¿qué me pasa?

 

Debilitado, Yunho bajó la mirada. Con sus labios entre abiertos, temblando un poco por el frío. Un poco preocupado, Jaejoong pasó sus brazos por los hombros de Yunho.

 

—¿Qué sucede? ¿Te duele el pecho?

—No… es decir, si. Pero no como si fuera un dolor físico… es que de repente me siento muy mal, triste…

 

Yunho se encogió un poco más y esos ojos se llenaron de lágrimas rápidamente. Jaejoong sintió la lluvia empaparlo un poco, el pequeño lugar no los cubría lo suficiente.

 

—…¿Qué me pasa?

 

De pronto Jaejoong tuvo a Yunho con rostro escondido en su pecho. Llorando suavemente, con unos quejidos amargos que no podía evitar. Yunho no estaba reaccionando. Solo estaba esforzando demasiado a esa parte de su cerebro que lo bloqueaba de su realidad.

 

Jaejoong decidió abrazarlo un poco más.

 

Esto era incluso, parte del tratamiento.

 

 

 

 

Jaejoong contempló el rostro adormilado de Yunho.

 

Lo miró una última vez y cerró la puerta.

 

Pasó una mano por su rostro, y masajeó un poco su sien. Pensando en lo difícil de ese día. En la mirada perdida de Yunho por algunos instantes. Como si en realidad lo único que deseara es poder marcharse a los brazos de Boa, y ella sin problemas pudiera llegar hasta él.

 

Caminó por los pasillos de las habitaciones y el perfil de Junsu lo tomó por sorpresa. Haciéndolo detenerse.

 

—Parece que no tuviste mucha suerte con tu nuevo paciente.

—Yunho es un poco difícil. Pero quiero ayudarlo, es una excelente persona de esas que le hacen falta al mundo.

 

Junsu levantó una ceja, dejando de apoyarse en la pared, y sosteniendo un poco mejor la carpeta en sus manos.

 

—¿Hyung?

 

—No me malinterpretes, Junsu. Es solo que es una lástima que aquella mujer muriera tan joven. Comprendo a Yunho hasta cierto punto. Su mundo era poco más que perfecto. Y que se lo quitaran todo en abrir y cerar de ojos. Creo que yo también preferiría un mundo de mentiras.

 

Junsu suspiró, sonriendo suavemente y pasando un brazo por los hombros del mayor.

 

—Hace frío, ¿quieres un poco de café hyung?

—Si, por favor. Creo que incluso me duele un poco la cabeza.

 

Pronto, Junsu empezó a comentarle despreocupadamente sobre alguna noticia reciente de los noticieros. Pero en su mente seguían viajando las normativas con las que la mente de Yunho jugaba. Ese mundo aparte que se había creado.

 

Jaejoong no pudo concentrarse muy bien ese día.

 

 

 

 

—Yunho…

 

Sus ojos se abrieron de inmediato.

 

Su voz la había identificado sin problemas. Y ahí estaba ella, cerrando la puerta de su habitación con mucho cuidado, sin ser descubierta.

 

—¿Boa? ¿Qué haces aquí?

—Entré a escondidas. Te extrañaba. Espero no arruinar tus días de relajación antes de la boda.

 

El aroma de Boa lo abrazó por completo. Su cuerpo delgado se acostó junto al suyo sobre la cama, y cuando sus brazos lo rodearon, Yunho pudo cerrar los ojos y sentirse un poco más cómodo. Al fin podía estar con ella una vez más.

 

—¿Cómo me encontraste?

—Changmin habló, ya ves que no es bueno guardando secretos.

 

—¿Con qué lo extorsionaste?

—Con un par de entradas al teatro.

 

Yunho sonrió y abrazó un poco más a boa. ÉL también la había extrañado.

 

—Tú vienes a relajarte aquí. Yo me relajaré con algo un poco más caro. Un buen día en el spa.

 

Boa rió bajito ante sus propias palabras. Y suspiró, Yunho tan solo acarició sus cabellos.

 

¿Qué importaban si los descubrían?

 

No es como si estuviera enclaustrado en aquel lugar. Él quería estar con la persona que amaba, aferrarse a ella y no soltarla jamás.

 

 

 

 

La luz algo templada de la oficina era lo único que iluminaba el lugar.

 

Jaejoong permanecía con los lentes en su rostro, pasando hoja tras hoja de aquel enorme libro en su poder. Buscando todo aquello que pudiera ponerlo en una mejor situación respecto al caso de Yunho, sentía incluso que necesitaba mucha más documentación.

 

Concentrado como se encontraba, no vio el pasar de los minutos, que pronto se convirtieron en horas. Que luego de la noche, llegó la madrugada. Y Kim siguió acumulando libro tras libros sobre el escritorio y su pequeño cuaderno pronto se llenó de más y más anotaciones.

 

Parando a ratos, para sacarse los lentes y masajear un poco la zona alta en su nariz. Bebiendo un poco de café, antes de continuar. Y fijar su atención total, en todos los tipos de tratamientos que podían existir para un caso tan complicado como el de Jung.

 

 

 

 

—Hyung…

 

Junsu golpeó la puerta de la oficina de Jaejoong. El director del centro le había pedido que lo buscara cuando no contestó en su habitación y al parecer tampoco andaba por los alrededores. Junsu suspiró agotado de esperar por una respuesta que no llegaba y abrió la puerta.

 

Jaejoong estaba ahí, con la misma ropa de ayer, con un montón de libros sobre el escritorio, y él dormido incómodamente sobre ellos. Arrugó un poco el entrecejo, confundido por ese repentino interés del mayor en la investigación de casos ligeramente complejos de psiquiatría.

 

Colocó una mano sobre el hombro de Kim, y lo sacudió.

 

—Hyung, levanta. Ya amaneció.

—Mmh… ¿qué?

 

Con dificultada, Jaejoong se levantó, quejándose por el dolor en su cuello, y con el rostro marcado por algunas hojas del libro debajo de él y con unas ojeras no demasiado marcadas.

 

—¿Por qué no te has ido a descansar a tu habitación, Jae?

—¿Ya amaneció?

 

Se levantó por impulso de su asiento, sintiendo otro molesto dolor en la espalda y contemplando la hora en su reloj. Eran casi las nueve de la mañana.

 

—Tengo que ducharme, gracias por levantarme, Su.

—Pero…

 

A Junsu no le quedó de otra que ver a Jaejoong marcharse, algo apurado. Seguramente camino hacía su habitación para poder arreglarse para su nuevo día de trabajo. Así que levantó un poco los hombros, y salió unos segundos después de Jaejoong. Él también tenía trabajo pendiente que hacer.

 

 

 

 

 

Le costó un poco levantarse por completo.

 

Era tarde, y Jaejoong apenas tuvo tiempo para ducharse, arreglarse y medio desayunar algo en la cafetería. Miró entre las personas mientras desayunaba, buscando por algún lado a Yunho. Y al no verlo por ninguna parte tuvo un pequeño mal presentimiento.

 

Se apuró en terminar de alimentarse y caminó hacía la habitación de Jung, cuando encontró el lugar vacío sus ojos se abrieron un poco más de lo normal y sostuvo el pomo de la puerta con fuerza. ¿Dónde estaba?

 

Caminó un poco más rápido de lo habitual, entre los pasillos que llevaban a diferentes partes del centro. Pero no vio a Yunho por ninguna parte. Un poco más preocupado caminó hacía la sala principal y cuando escuchó una risa, sus pasos se detuvieron. Girando hacía el salón principal.

 

Yunho estaba ahí, era su risa.

 

Y estaba acompañado por Changmin y Yoochun.

 

Jaejoong sintió que pudo respirar tranquilo una vez más. Esa preocupación repentina, que lo había asaltado lo sorprendió un poco. Los miró. Changmin estaba sentado frente a Yunho, moviendo un poco sus manos y riendo animadamente.

 

Yoochun que permanecía junto a Jung, solo que parecía reprocharle cosas al menor del grupo y Yunho se divertía con ello. Ambos habían acordado visitar a Yunho en esos días. ¿Cómo lo había olvidado? Llevó una mano a su pechó y suspiró más tranquilo.

 

Lo mejor era ir hasta su oficina, beber un poco de te. Y esperar por que la visita terminara.

 

Después de todo, le tocaba sesión con Yunho.

 

 

Fin de la Segunda Parte

 

 

 

 

 

 

Bueno espero que lo hayan disfrutado. =D

 

Como ya saben estos no son capítulos demasiado extensos. Aunque considero que tan poco son cortos, la canción es 03:30 de UKISS. Y denle tiempo al fic, veremos como se va desarrollando esta historia poco a poco. Aunque puede ser en ocasiones un poco confusa. =)

 

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Retazos de amor: primera parte


 

Retazos de Amor

Un corazón enamorado

Primera Parte

 

 

Más que el presente, ésta es mi historia

Nada especial, tan solo… me rompieron el corazón.

 

 

 

 

El sonido de la lluvia, lo despertó.

 

Sutil y armonioso, en esa mañana pacífica de noviembre.

 

Desde su cama, con la fina sábana por su cuerpo. Yunho miró la lluvia caer, su rostro se compenetró con aquella irreal imagen, que de pronto le resultaba casi mágica. Sentado de repente notó que hace mucho no llovía y esa imagen le resultaba incluso nostálgica, con un débil sabor a recuerdos.

 

Sonrió complacido.

 

Sería un buen día. De esos pacíficos, que nada pueden interrumpir el buen ánimo. De esos, en los que solo cosas buenas suceden.

 

 

 

 

 

—Buen día.

 

Changmin levantó la mirada, con una pequeña sonrisa en el rostro y un jarro con café entre las manos. Levantando su vista del periódico en sus manos.

 

—Buen día, hyung. Llamó tú mamá, dijo que apenas pudieras le devolvieras la llamada.

—De acuerdo.

 

Yunho se sentó, junto a su primo, aquel con quien desde hace meses compartía departamento. Y comió aquella tostada sobre su plato, con pequeños sorbos de su café. Tranquilo, como aquella mañana le indicaba.

 

—¿Qué vas a hacer hoy Yunho?

—Pues saldré un momento con Boa, ya sabes tener novia te absorbe casi todo el tiempo.

 

Sonrió divertido, sin embargo volvió a notar aquel gesto en Changmin, la manera en que arrugaba el entrecejo y suspiraba, al parecer un poco molesto o triste, Yunho aún no podía terminar de identificar aquello que Shim expresaba cuando le hablaba de Boa.

 

Él estaba enamorado, la amaba de esa forma intensa que corta la respiración.

 

Y a veces pensaba, que Changmin probablemente se hubiera enamorado de ella también.

 

Pero muchas veces descartaba la idea, cuando Changmin sencillamente se comportaba igual que antes. Sonreía, desde hace varios meses de una manera diferente, como si de pronto las lagrimas estuvieran a punto de escapársele de los ojos, ¿qué clases de felicidad era esa?

 

—Recuerda volver para la hora del almuerzo.

—Yoochun dijo que vendría a visitarnos. Procura no llegar tarde.

 

Las palabras de Changmin habían bajado de tono, con un leve deje de tristeza. Yunho asintió. Un poco contrariado pero tratando de evitar el tema que a Changmin parecía ponerlo de esa forma. Hablar de Boa frente a él, se había vuelto tan difícil.

 

 

 

 

—¡Amor!

 

Y el rostro de ella apareció, entre los pequeños toques de la puerta. Su sonrisa que iluminaba cualquier lugar y sus pequeños pasos apenas sonando sobre la madera de su habitación, él apenas había empezado a tipiar un par de cosas, cuando Boa llamó a su puerta. Y él sonrió inefable.

 

—Boa, pensé que nos veríamos más tarde.

—Te extrañaba, necesitaba verte.

 

Ella se acercó con un dulce beso depositado en los labios, Yunho apenas sintió como lo rodeaba con los brazos. Y un suspiro muy cerca de su oído.

 

—¿Qué haces?

—Mamá llamó temprano, me pidió que la llamara, pero he decidió mandarle un mail. Ya ves que últimamente suele preguntarme a cada rato si estoy bien, y pues…

 

—Si ya sé…

 

Boa mostró un poco de tristeza, alejándose unos pasos y apoyándose un poco en el escritorio, donde reposaba la laptop de Yunho, él por supuesto notó aquello.

 

—Tu madre parece ya no quererme como antes.

—No es eso Boa, es solo que… no lo sé en verdad. Últimamente cuando le hablo de ti, se pone muy sensible. Tal vez por que sabe que pronto nos casaremos y su hijo se irá de sus manos.

 

Yunho sonrió amable, tratando de disipar un poco esa tensión que de pronto los había rodeado. Ella suspiró, tratando de sonreír para no preocuparlo. Así que un poco más tranquilo, terminó de enviar el mail, cerró la laptop y caminó junto a ella, tomando su mano con cuidado, entrelazando sus dedos y caminando a su lado, por entre los pasillos de aquel departamento.

 

—¿Qué quieres hacer hoy?

—Nada en especial, ¿por qué no tocamos un poco el piano?

 

Los ojos de Boa volvieron a brillar con vida, apretando el enganche de sus manos y Yunho pudo sentir el peso sobre su espalda un poco menos fuerte, cuando ella le volvió a sonreír.

 

—Es impresionante lo rápido que aprendiste a tocar el piano.

—Tuve una buena muestra.

 

Boa balanceó un poco sus manos unidas, caminando por el pasillo. Yunho solo suspiró, observarla era volver a enamorarse, de esas facciones y sonrisas. Aún llovía afuera, y tal como lo había supuesto era un buen día. El amor es ese delicado instante cuando tu alma no puede más y se aferra a otra. Y unidas son un ente más fuerte.

 

—¿Crees que algún día seré una pianista famosa?

 

Yunho se sentó junto a ella, y asintió, apoyando la quijada en su mano, mirándola mientras contemplaba el piano, sentada junto a él.

 

—Por supuesto, mi futura esposa, es la mujer más prodigiosa que he tenido el placer de conocer.

—¡No digas cosas tan vergonzosas, Yunho!

 

Ella río, golpeándolo delicadamente en el brazo y rápidamente tapando un poco su propia boca, apenada por su sinceridad tan repentina. A la cual Boa, parecía no acostumbrarse nunca.

 

—¿Nuestra canción?

 

Yunho empezó por abrir la pequeña cobertura del piano y Boa asintió, agitando un poco sus cabellos y viendo expectante las teclas del piano. A Yunho le resultaba interesante haber aprendido a tocar el piano con tanta rapidez, aunque le había puesto un especial empeño desde que Boa accedió a enseñarle.

 

Y tocar junto a Boa, se había vuelto magia a su alrededor.

 

 

 

 

 

—¡No bromees con eso Yoochun!

 

Changmin rió, divertido, con un poco de papas en la boca aún, despreocupado por sus modales mientras sentados frente al televisor, los tres veían el partido de Corea contra Inglaterra. Y a Yunho resultó incluso regocijante ver a su primo reír de esa forma.

 

Yoochun por supuesto bebió un poco de su cerveza, asintiendo firmemente.

 

—Lo juro, ella vino y dijo ‘firma esto hyung’ ¡como si fuera lo más normal del mundo! Y cuando leí los papeles, se trataba de un acta de matrimonio.

—¡Eso es amor de verdad!

 

Changmin rió al escucharlo. Y Yoochun solo bufó con fingida molestia. Yunho incluso había extrañado estar de esa forma con sus amigos. Cuando el conductor de televisión gritó efusivamente el gol de su país, los tres regresaron sus miradas al televisor.

 

—¿Gol? ¡¡Gol!!

 

Changmin fue el primero en reaccionar, abrazándolo con fuerza y agitándolo en el proceso. Yoochun se levantó, soltando un gritito de alegría, y pronto el lugar se llenó de risas y anécdotas que a veces él mismo ni recordaba.

 

Por que eran amigos desde la infancia.

 

Y a veces recordar hechos de diez o quince años atrás era un poco difícil.

 

 

 

 

 

Cerca de las seis de la tarde, Yunho se levantó un momento del sillón y caminó hasta el teléfono en la cocina. Necesitaba un instante solo para hablar con Boa, explicarle que esa noche no se verían por que se quedaría hasta tarde conversando con sus amigos, marcó aquel número que se sabía de memoria y espero.

 

—Yoochun, no…

—¡Ya basta Changmin! Me harté de esto…

 

Regresó su mirada al salón, ahí donde Changmin sostenía con fuerza a Yoochun del brazo, pero él solo se sacudía para poder soltarse, el sonido de espera en el teléfono fue más fuerte en cuanto vio a su amigo caminar hacía él, con su paso seguro y visiblemente dolido.

 

Le quitó el teléfono de las manos, cortando la llamada y suspirando pesadamente.

 

—Por favor, Yunho… detente.

 

Yunho no comprendió, esa mirada angustiada en el rostro de Park, sus expresiones cansadas y suplicantes al mismo tiempo.  Observó a Changmin y él solo permanecía a unos pasos de él, mirándolo de la misma exacta forma. Entonces arrugó el entrecejo.

 

—¿Qué pretenden? Intentaba hablar con Boa.

—¿Acaso te contestó?

—No… tú me quitaste el teléfono antes de que eso pasara.

 

Yoochun suspiró, mordiendo sus labios y desviando la mirada. Yunho incluso pudo divisar un par de lágrimas en esos ojos, que empezaban a cristalizarle la mirada, finalmente Changmin se marchó, directo a su habitación.

 

…Yunho lo escuchó sollozar largamente durante varios minutos, incluso después de que Yoochun se marchara también.

 

 

 

 

El nombre de Kim Jaejoong se mostraba en aquella placa.

 

Sobre el elegante escritorio, marcado con letras doradas, posterior a la pequeña abreviatura de Doctor, al oficina sobria, con una estupenda ventana que le daba una vista hermosa de Seúl. Y sus ojos se clavaron en aquella imagen, en que hoy no llovía igual que ayer.

 

—Dime Yunho, ¿viste el partido de ayer?

—Claro, Inglaterra ganó, pero al menos Corea dio lo mejor e incluso logró meter un gol.

 

—¡Fue estupendo! ¿Cierto? Yo incluso grité como desaforado.

—¡Yo también! Bueno mis amigos y yo. Fue emocionante.

 

Jaejoong rió, y Yunho encontró aquella sonrisa muy confiable, y agradable. Jaejoong tenía una de sus piernas cruzadas, lo miraba con naturalidad, sin ninguna expresión seria en el rostro, con aquellos lentes en la cara que solo lo hacían ver un poco más sofisticado.

 

—Yoochun me contó, que te gusta tocar el piano.

—Así es, Boa, mi prometida me enseñó. Ella es espectacular con el piano.

 

Vio la manera en la que Jaejoong sonrió, esta vez un poco más casual mientras asentía a sus palabras.

 

—Eh… Doctor Kim…

—Puedes llamarme Jaejoong, no tengo problemas con eso.

 

—Perfecto, Jaejoong entonces. ¿Podrías decirme por qué Yoochun me dijo que tenía que venir a esta prueba psicológica?

—Bueno es un proceso rutinario que se le hace a todos los empleados. ¿No piensas renovar contrato acaso?

 

—Bueno, en realidad hace mucho que no voy a trabajar.

—¿En serio? ¿Y se puede saber la razón?

 

Jaejoong pareció un poco contrariado, buscando entre un par de carpetas seguramente aquellas faltas, y Yunho suspiró.

 

—He estado ocupado.

—¿Ocupado? ¿Con qué?

—Pronto voy a casarme.

 

Kim dejó lo que hacía, levantando la mirada y posándola fijamente en él.

 

—Háblame de tu novia.

—Jaejoong, veo esto muy innecesario, no pienso regresar a esta empresa. Quiero dedicarme solo a mis estudios por el momento.

 

—Si, pero bueno la empresa ya pagó. Por qué no me dejas pasar el tiempo conversando un poco.

 

Jaejoong le sonrió, de una forma que le resultó imposible decir que no.  Y suspiró.

 

—Pues su nombre es Kwon Boa, nos conocimos cuando estábamos en la secundaria, un día de lluvia. Creo que desde entonces me encanta la lluvia, hemos sido novios desde entonces. Y pues estamos seguros de que es hora de dar el gran paso y casarnos.

 

 

 

 

Changmin apoyó la sien en una mano, apoyado en aquel escritorio.

 

Yoochun sin embargo permanecía cruzado de brazos, sentado junto a él. Cuando la puerta de la oficina se abrió, y Jaejoong entró calmadamente, ambos sintieron un poco de tensión en el ambiente.

 

—Yunho parece completamente normal, es un tipo agradable, sociable. Un buen sujeto.

 

El leve análisis de Jaejoong, hizo que ambos contuvieran un poco la respiración. Mientras Jaejoong abría un pequeño cuaderno sobre el escritorio.

 

—¿Yunho y Boa estaban comprometidos?

—Él le pidió matrimonio a mediados de febrero, para el día de San Valentín.

 

Las pequeñas anotaciones de Jaejoong, intrigaron un poco a Yoochun, pero solo se mantuvo quieto, observando a Kim asentir un poco mientras continuaba escribiendo, con Changmin soltando cortas exhalaciones de aire que más bien parecían suspiros.

 

—Él la amaba mucho, ¿cierto?

—Se amaban demasiado, tanto que a veces tanta dulzura me hastiaba hasta el cansancio.

 

Changmin soltó una pequeña sonrisa, algo lleno de nostalgia, y Yoochun por fin vio necesario intervenir, levantando un poco su voz para que Jaejoong lo escuchara.

 

—Ella era una mujer espectacular. La pareja ideal para Yunho, tantos años juntos pudo haber acabado esa relación por la rutina. Pero con el paso de los años, ellos solo parecían más enamorados. Verlos, reanudaba mis ganas por creer que de verdad allá afuera había alguien destinado para mí, que tendría un poco de ese amor algún día.

 

Jaejoong miró a los dos muchachos frente a él  y suspiró, suavemente, antes de quitarse los lentes y masajear un poco la zona alta en su nariz. Retomando su escritura en el pequeño cuaderno a su disposición.

 

—Boa… ¿hace cuánto murió?

—Dos meses.

 

—¿Desde entonces Yunho presenta este caso de invención, en el que ella continúa viva?

 

—No, fue unos días después de su muerte. Él colapsó un día, durmió mucho y cuando despertó, parecía que nada había pasado, sonreía y estaba lleno de vida. Creíamos que todo estaba bien, hasta que dijo que iría a llamar a  Boa.

 

Jaejoong miró largamente a Yunho, sentado en la sala de espera, ojeando una revista en sus manos. Y le pareció tan increíble que un muchacho como ese. Estuviera envuelto en ese mundo de fantasías.

 

—Yunho no es peligroso, solo ha bloqueado su dolor. Cree vivir en un mundo donde Boa todavía está a su lado. De esa forma su perdida no duele tanto, de esa forma él continúa siendo feliz. Y la herida en su corazón no existe.

 

Changmin bajó un poco la cabeza, oyendo perfectamente las palabras de Jaejoong, seguras y llenas de un poco de aprensión también, pero Yoochun suspiró.

 

—¿Qué podemos hacer por él? No quiero que siga así… queremos que vuelva a ser el mismo. Que sufra y llore por la pérdida de Boa, que acepte lo que pasó y pueda seguir con su vida. Por que mientras él siga encerrado en ese círculo vicioso… esto nos está ahogando.

 

Jaejoong asintió, con un poco de comprensión ante los dos muchachos. Y lo difícil que debió ser tener que ver a Yunho hablar por teléfono como si en verdad alguien al otro lado de la línea le contestara. Lo duro que debió ser verlo tocar el piano a solas, con aquella melodía que alguna vez compartió junto a Boa.

 

—Su caso es un poco complicado, pero necesita tratamiento. Antes de que su situación empeoré, y su mundo entero se reduzca solo a ella, entonces será casi imposible sacarlo de ahí. Su mente lo protegerá de los demás, para no volver a sufrir otra perdida. Inconscientemente, en el fondo Yunho sabe que Boa no está más, solo debe aceptarlo.

 

Yunho pareció mirar la hora en su reloj, un poco cansado de esperar. Y Jaejoong quedó prendado de esa imagen por un segundo.

 

—¿Entonces?

—Debe quedarse aquí, yo me ocuparé personalmente de su tratamiento.

 

Había un segundo en el que Yoochun y Changmin cruzaron sus miradas, preocupados y angustiados al mismo tiempo.

 

—¿Podremos visitarlo, cierto?

—Por supuesto, todos los días si así lo desean. Pero en el horario de visitas solamente.

 

Jaejoong sonrió levemente, tratando de proyectarles confianza. Había visto estas situaciones, ya varias veces, en el tiempo que tenía como doctor. La gente se preocupa al inicio, visitaba todos los días, luego los sietes días a la semana se convertían en tres, luego en dos, de repente ya no iban tan seguido, una vez en mes, otra veces no aparecían en meses.

 

Solo esperaba que en esta ocasión no fuera así.

 

—Él estará bien, ¿no? No va a estar con sujetos peligrosos ni nada por el estilo, ¿verdad?

—Por supuesto que no, hay secciones, y obviamente Yunho no es peligroso. Estará bien.

—¿Cómo le diremos que se va a quedar?

 

Kim regresó su mirada una vez más hacía la sala de espera, miró a Jung por un largo rato antes de suspirar y volverse a colocar los lentes con pasividad.

 

—Yo hablaré con él, trataré de ser lo más sutil que pueda, como unas vacaciones o algo así. Si contamos con suerte su mente le proporcionara creer en esa mentira mientras Boa esté con él.

 

Changmin jugó con sus manos, un poco nervioso, pero cuando sintió las de Yoochun sobre sus manos,  sintió un poco más de calma. Giró su cabeza para ver a Yunho y suspiró. Mordiendo su labio inferior, tratando de que al respirar el pecho no le doliera demasiado.

 

Era lo correcto, era lo que debían hacer.

 

 

Fin de la Primera Parte

 

 

 

 

 

 

Bien, he aquí mi nueva idea, créanme que las cosas irán a un paso estructurado. Ya ven que el mundo en el que girara esta historia de amor será un poco complicado. Espero que la idea les haya gustado o al menos llamado su atención. ^.^

 

Los capítulos serán relativamente cortos en comparación con mis otras actualización, aunque quien sabe como avance el nivel de la historia. Prepárense a no ver un amor tan convencional y tan repleto de melosería como las tengo acostumbradas. xD

 

Los extractos de canciones que saldrán en los capítulos pertenecen a “03:30” de UKISS.

 

¿Lágrimas? Si; Probablemente, más adelante.. x’D

 

 

 

 

 

Publicado en Fanfics

Retazos de Amor


Retazos de Amor

 

 

El amor es un poco más.

A veces amar es un deseo tan fuerte e intenso que deseas quedarte a vivir envuelto en él.

Pero el amor es peligroso, como el más vil de los sentimientos, es tan poderoso que puede volverse en tu contra.

¿Has llorado por amor alguna vez?

Ese amor que se escapa de las manos.

Con espacios de paciencias, y los retazos de un alma enamorada.

A ti que no has sentido el amor, encontrarlo a él, fue lo más sublime que te pudo haber pasado.

Por que él, si conocía el significado del verdadero amor.

…Y eso solo dolía un poco más…

{{ ~ YunJae ~}}

~ Capitulos ~

Primera Parte: Un corazón enamorado.

Segunda ParteEl reflejo de unos ojos apasionados.

Sé que incluso deben estar esperando alguna de mis actualizaciones, pero necesitaba escribir esto. Una pequeña liberación y algo que venía rondando en mi cabeza desde hace un par de días. No tengo más explicaciones, sencillamente necesitaba escribirlo… 🙂

 

Les advierto, antes de que empecen a leer, que no se tratara de una historia de amor muy normal que digamos, incluso podía clasificarlo dentro de Angst; espero que disfruten de esta nueva lectura.

 

La primera parte la subo en una media hora más o menos…~