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Corazón con Fecha de Expiración: Capitulo 17


Corazón con Fecha de Expiración

Y si tienes suerte, la mayor suerte del mundo, entonces la persona que amas, te amará de regreso también

Capitulo Diecisiete

—Entonces pasaste el fin de semana entero ocupado.

Minho había comentado tranquilo aquello, jugando un poco con su bebida mientras Kyuhyun miraba distraídamente el celular y él, tan solo asentía.

—Es curioso pero no soy de salir tanto y mucho menos de hacer vida sociable, pero le había dicho a Sunny que la ayudaría con algunas cosas de la escuela el domingo en la mañana y quedé de cenar con papá en la noche. Me sentí tan cansado al iniciar este lunes.

—Eso es porque eres un vago, ¿qué hiciste el sábado?

—Estuve con Yoochun.

Se esparció un silencio, breve y tranquilo. Changmin miró a sus amigo y giró los ojos.

—Pregunten.

—¿Nos vas a contestar con sinceridad?

—Ya decidiré yo eso.

Kyuhyun sonrió y se acercó un poco más a Shim.

—¿Qué hicieron el día entero?

—Salimos a desayunar, luego vimos una película en su casa, preparamos el almuerzo, dormimos gran parte de la tarde, pedimos comida para la cena y luego me fue a dejar a casa. Nada fuera de lo normal.

A pesar que su voz había sonado calmada y tranquila, Kyuhyun lo miraba directamente a la cara, con los ojos entrecerrados mientras Minho pasaba su mirada del uno al otro, como esperando que algo más pasara.

—¿Tu vida sexual no aumenta ni porque estás emparejado?

—Uno, no es asunto tuyo y dos ¿emparejado? ¿vives en los ochenta?

Changmin regresó a su bebida, desviando la mirada como si terminara la conversación en ese instante.

Nada más le importaba. Pero Kyuhyun continuaba observándolo, analizándolo con toda y su molesta presencia.

—Yo tengo una duda distinta a la de Kyuhyun – Changmin entonces levantó su mirada hasta Minho y este se apoyó un poco más en la mesa, sentado frente a él todavía – He tenido citas y pues… ¿no sé? Hyung, esas cosas son de adultos ¿no te aburren?

Changmin sonrió, Yoochun le había hecho la misma pregunta durante la tarde.

—Soy un adolescente aburrido Minho. Sabes perfectamente que no me siento cómodo en todas esas actividades que a ti tanto te gustan. Quizá por eso Yoochun y yo logramos entendernos bien.

—Porque eres un viejo en cuerpo de adolescente.

Changmin codeó con dureza a Kyuhyun, quien de inmediato se quejó exageradamente.

—La cuestión es que me siento más cómodo viendo una película junto a él. Saliendo de vez en cuando al cine. Paseando en las noches sin destino fijo o simplemente leyendo un libro o platicando de él. Es cuestión de gustos afines, supongo. Me siento bien con él, porque puedo ser yo. Puedo ser todo aburrido que quiera, porque a él le gustan las mismas cosas que a mí, porque puedo pasar horas escuchándolo hablar y él a mí.

—Y eso mi querido, Minho: Es amor.

Changmin a estas alturas no está seguro si Kyuhyun lo dijo en tono de burla o no, pero para ese momento él solo negó sutilmente y continuó bebiendo mientras Minho sonreía y lo miraba como si esperara que continuara hablando un poco más.

—¿Entonces no tuvieron sexo en todo el día?

—Si, Kyuhyun. Si. Tres veces ¿contento?

Minho tosió impulsivamente y Kyuhyun sonrió complacido.

—En todo caso, eso no es lo más relevante de mi fin de semana – Ambos amigos lo miraron con curiosidad y Changmin suspiró – Por cierto, Kyuhyun… Sunny te sigue odiando. Por si te lo estabas preguntando. — El mencionado solo suspiró y Changmin decidió continuar – Mi papá aprovechó la cena para presentarme a su pareja.

—¿Y?

Changmin mordió un poco su labio inferior.

—Es un hombre

—¡¿Qué?!

Minho volvió a toser y Kyuhyun abrió sus ojos como nunca antes.

—En resumen. Mis padres salían, ella quedó embarazada sin que aquello estuviera planeado. Cuando se enteraron que ella estaba esperando un hijo fue un escándalo. Sus padres no la dejaron abortar y evidentemente la hicieron casarse con papá. La noche antes de la boda papá bebió hasta más no poder y terminó yendo a confesarle a mamá que era gay y no se podría casar con ella.

—¡Espera, espera! — Minho esta vez colocó sus manos en alto — ¿Y se acostaba con ella?

—Era su tapadera supongo. No lo sé, eran otros tiempos. La cuestión es que mamá lo mandó al carajo, no la iba a hacer pasar tremenda vergüenza cancelando la boda, dejándola embarazada y además siendo gay. Se casaron, se soportaron y todo explotó en algún momento. Mamá nunca superó el hecho de que él no la volviera a tocar, por eso no se pueden ni ver, por eso se quedó con mi custodia.

—Y por eso enloqueció cuando se enteró que eras gay.

Changmin alzó los hombros y bebió lo que le quedaba de su bebida.

—Fue extraño ¿saben? Aún creo que no termino de procesar toda la información, pero papá se veía aliviado de al fin poder contármelo todo. Supongo que si no supiera que estoy saliendo con un chico, seguramente me lo confesaba todo en unos diez años más.

Bromeó suave, pero sintió la mirada de ambos.

—¿Qué?

—¿Todo bien entre tu papá y tú?

—Si, supongo… Es que no quiero juzgarlo ¿saben? — Suspiró, sentándose un poco más relajado en su lugar – Eran otros tiempos. Y la verdad estoy bastante cansado de pelear con las inseguridades de Yoochun, con las mías, estoy agotado de las peleas con mamá, que tener algún resentimiento con papá ya sería demasiado para mí. Estoy en un buen momento de mi vida justo ahora. Y quiero seguir así, estar en paz.

—Me asusta tu nivel de madurez.

Changmin sonrió. Y por un momento recordó la breve charla con Yoochun durante el receso de ese día. Lo había mirado largamente mientras le contaba mucho más extensamente todo acerca de la cena. Como curiosamente el novio de su padre le pareció alguien agradable, como durante las partes más duras de confesar Taegu había sostenido la mano de su padre en apoyo.

Resultaba curioso como había hablado casi veinte minutos sin parar y Yoochun solamente lo había mirado atentamente, luego inconscientemente hizo lo mismo, sostuvo sus manos y le habló suave. Preguntándole en primera instancia como se sentía él con todo y luego dándole su punto de vista, y mientras arreglaba su cabello le susurraba lo orgulloso que se sentía de él por ser tan comprensible y maduro con su padre.

Fue un breve instante, pero Changmin se preguntó hondamente si en verdad se podría llegar a volver a sentir así otra vez. Mirar a Yoochun y sentir que sus palabras y sus gestos lo eran todo, sentir como su pecho se agitaba y todo desaparecía.

¿Podría volver a sentirse así con otra persona alguna vez?

No es como si Changmin pensara en enamorarse de alguien más, pero la gente a su alrededor siempre hablaba sobre que los amores de adolescencia no duraban, que siempre acabábamos con alguien más. Que los primeros amores eran bonitas ilusiones que no jamás se volvían a sentir igual, porque todo ese cúmulo de emociones y sensaciones nos tomaban desprevenidos al estar en constante descubrimiento y lleno de primeras veces.

Pero él no quería sentirse así con nadie más.

Yoochun era el inicio de todo y quería que fuera su final.

—¡Changmin! — Giró sorprendido por haberse perdido quien sabe cuantos minutos en sus recuerdos y trató de mirar a sus amigos con atención – Que te perdimos por un instante.

—Solo recordé algo, ¿qué pasó?

—Estábamos hablando de que haremos en tu cumpleaños. ¿Quieres que salgamos o la pasaras con Yoochun?

—Aún no se lo he dicho… — Jugó un poco con sus dedos sobre la mesa y luego levantó su mirada mucho más confiado que antes – Pero quiero pedirles un gran favor.

Kyuhyun y Minho solo pudieron mirarse confundidos.

A Changmin le gustaba besarse con Yoochun en el sofá, sentía su cuerpo acomodarse de manera fácil cuando lograba que finalmente Yoochun de distrajera de su trabajo instante y finalmente se rindiera ante él y accediera a besarlo por largos minutos en los que enredaba sus manos en el cabello del contrario y sentía su cuerpo cerca y sus manos acariciando lentamente su espalda. No solían besarse con intención de avanzar demasiado, a veces solo querían besarse hasta que sus labios se sintieran cansados y eso era curiosamente satisfactorio.

—¿Quieres beber algo?

—No, estoy bien.

Yoochun le dio un corto beso en los labios y le acomodó la camisa con tranquilidad. En cuanto lo observó volver a la laptop mientras se sentaba en el suelo para poder estar a la altura de la pequeña mesa de centro, Changmin optó por sentarse tras de él y apoyar su quijada en los hombros del mayor.

—¿Tienes algo que hacer este sábado?

—No en realidad.

—Salgamos.

—Claro ¿qué quieres hacer? — Yoochun tecleaba, aparentemente concentrado a pesar de poder llevarle la conversación con facilidad .

—Quiero ir a una disco.

Yoochun entonces si se enderezó, sacudió un poco su cabeza hasta que giró lo suficiente como para poder mirarlo a la cara. — Tú ¿qué?

—Quiero intentarlo. Nunca he ido a una y tú dijiste alguna vez que solías ir mucho en la universidad.

—Exacto, en la universidad. Cuando ya es legal entrar y beber.

—Oh, por favor ¿me vas a decir que jamás entraste antes de tener los veinte?

Yoochun se acomodó mejor, aún con los brazos de Changmin rodeándolo un poco.

—Dime la verdad, ¿a qué viene todo esto?

Changmin suspiró, dejándose caer en el suelo junto a él, mirándolo por primera vez con una cara un tanto dulce, un tanto avergonzada. ¡Lo estaba manipulando! Changmin por primera vez estaba usando un poco de su encanto para convencerlo de algo. Honestamente Yoochun no sabía si sentirse halagado, feliz o desconcertado.

Así que mejor lo abrazó con fuerza.

—Dios, te amo tanto – Se apoyó en su hombro y casi podía sentir a Changmin sonreír en medio de su abrazo – Ahora dime ¿qué fuerza extraña del universo te ha motivado a querer hacer cosas tan mundanas?

—El viernes será mi cumpleaños. Y he pensado que no me guste, no quiere decir que no pueda intentarlo al menos una vez y decidir si en verdad no me gusta, o puedo empezar a descubrirlo.

—¿Y qué tal si lo descubres cuando tengas veinte? Edad legal para beber y entrar a bares.

—Te recuerdo que para la fiesta de bienvenida de mi primo estuve en una.

—Fue alquilada para esa reunión, así que con invitación entraba cualquiera. Además no debiste beber ese día.

—Ajá, me lo dice el que se caía de ebrio.

En esta ocasión Yoochun se alejó un poco y lo miró entrecerrando los ojos, sin intentar mostrarse demasiado serio, como para que notara la ligereza en sus palabras.

—Eran tiempos difíciles.

—Bueno, el caso es que quiero bailar contigo, quiero besarte y emborracharme.

—¿Entonces quieres que sea tu niñera?

Changmin arrugó el entrecejo y torció un poco los labios.

—Asco, Yoochun.

—Sigo sin entender este repentino interés tuyo.

—Cumpliré dieciocho. Quiero hacer todas las cosas que no he hecho hasta ahora. Y quiero hacerlas contigo.

—¿Así que quieres jugar a ser un adolescente común y corriente?

—Por un día, creo que sería interesante. Nunca me había sentido tan seguro con alguien como contigo. No hay nada de mí que no aceptes, y me agrada todo de ti. Creo que sería interesante vivir cosas que no he vivido, a lado de la persona con la que más seguro me siento.

Yoochun colocó uno de los mechones de Changmin tras su oreja, le sonrió ampliamente y asintió.

—Pero en mi cumpleaños iremos de viaje a la montaña. Quiero acampar y dormir en el suelo.

—¿Ese es tu lado aventurero?

—Nunca lo hice ¿sabes? No es lo mío — Changmin pudo apreciar una pequeña sonrisa emocionada en el mayor, casi imperceptible – Pero oírte hablar de compartir experiencias, de entregarte mis buenos y malos momentos, he decidido que quiero hacerlo contigo.

—Quiero que nos regalemos todas las primeras veces. De eso se trata en realidad. — Changmin se acercó un poco más a él, con sus piernas casi sobre las del otro y hablando muy cerca del otro – No hablo del plano sexual, sino de descubrir cosas buenas o malas, de toda la emoción que involucra descubrir algo por primera vez. Las cosas no las vuelves a sentir otra vez igual. Y esas experiencias nuevas y primerizas las quiero descubrir contigo.

—Todo menos emborracharte hasta la inconsciencia, al menos no este sábado. Eso sería demasiado hasta para mí.

Changmin rodó los ojos.

—Está bien, me emborracharé en casa de Kyuhyun.

Yoochun entonces rió divertido.

Listo, ya le dije a mamá que se quedarían a dormir el sábado por tu cumpleaños. No le gustó mucho la idea porque le toca turno en la madrugada así que estaremos en casa solos. Pero como los conoce les dio su voto de confianza. Mamá regresa a las ocho de la mañana, así que si pregunta le diré que te fuiste muy temprano en la mañana.

Minho, del otro lado del teléfono le explicaba todo y por supuesto se quejaba sobre la idea de que mientras él estaría sabrá dios en que discoteca, él y Kyuhyun se tendría que pasar la noche entera jugando videojuegos para cubrirle la espalda. Changmin solo podía sonreía ante las quejas constantes de su mejor amigo.

Le he dicho a Kyuhyun que ni se atreva a dejarme solo esa noche también y mucho menos traer a Sungmin. Por amor a lo que sea Changmin amenazalo para que cumpla con su palabra. O el castigo de todos los dioses caerá sobre ti.

Para la segunda hora de clase, hora que habían tenido libre ante la ausencia de la profesora de matemática Changmin había podido mensajear a Minho y este había ido a hablar al baño. Lo cual le hacía preguntarse si en realidad no se metería en problemas por el rato que llevaba ausente de la clase.

—Escuché por ahí que tu cumpleaños será este viernes.

Sunny habló repentinamente junto a él, y Changmin la miró de inmediato.

Ella se encontraba sonriendo abiertamente y él solo pudo hacer un pequeño gesto pidiéndole que esperara un rato.

—Hablaré con Kyuhyun y relájate, que si planeas demasiadas cosas tu madre empezará a sospechar.

Soy un niño bien, estúpido. Jamás le he mentido a mi madre.

Changmin rodó los ojos. — Si, claro. Solo cálmate un poco ¿si?

De acuerdo, y ya te dejo porque en cualquier momento me vienen a buscar creyendo que me he desmayado o algo así.

—Bien, nos vemos.

Apenas colgó, Sunny lo miraba con sus ojos brillantes y expectantes.

—¿Entonces?

—Es cierto.

Sunny aplaudió discretamente, emocionada ante la confirmación.

—Bien, tienes que darme al menos un momento del día. Ya sabes, no necesito pasar tiempo de calidad con tu amigo. — Sunny solamente sacudió un poco una de sus manos y Changmin asintió.

—Lo sé, de hecho la tarde la pasaré con los chicos, y en la noche papá me pidió que saliéramos a cenar.

—¿Y tu novio?

Changmin aún se sentía extraño con toda la confianza que le había brindado a la chica.

—Bueno… saldremos el sábado. Ya hablamos sobre eso.

—Entonces pido al menos una hora después de clases. Te invitaré el postre más costoso de la cafetería del centro.

Shim asintió, era curiosa la manera en que a Sunny le entusiasmaba más que a él poder celebrar su cumpleaños. Repentinamente la menor miró de un lado a otro y su voz se deslizó como un pequeño susurro.

—¿Has hablado con tu mamá?

Se removió un poco en su lugar – Dudo que recuerde mi cumpleaños. No espero nada de ella la verdad. Además, desde ese día no ha intentando contactar conmigo para nada. — Notó la preocupación en el rostro de Sunny y suspiró – Está todo bien, Sunny. Sé como es ella, sé también que la he liberado de una carga y en serio estoy bien.

Ella asintió, sin saber que más agregar. Changmin agradeció internamente que finalmente fuera el cambio de hora, pero agradeció aún más que Yoochun apareciera por la puerta y poder verlo un rato hablar de literatura.

Para el día viernes las cosas se habían puesto un poco interesantes, Changmin no solía celebrar demasiado su cumpleaños. Usualmente su madre le daba algún regalo medianamente interesante que en los últimos tres años se traducía a un tarjeta de regalo para que él realmente comprara lo que deseara. Sin embargo este año había sido diferente. Su padre lo había levantado un poco antes de lo usual, le había preparado el desayuno y le había regalado un celular nuevo, Taegu lo había felicitado a través de una video llamada breve y así había empezado su día.

Minho y Kyuhyun ya habían dejado mensajes quien sabe desde que hora en la madrugada y Sunny había dejado uno cerca de las siete de la mañana. Yoochun por supuesto había dejado un escueto “Feliz cumpleaños”, Changmin sabía que si fuera al revés, él incluso le habría mandado un simple “Felicidades”, así que el que Yoochun jugara de esa manera lo había hecho sonreír.

Yunho lo había recogido aquella mañana con la excusa de felicitarlo y darle un pequeño obsequio, realmente la relación tensa con su primo a raíz que estuviera enterado de lo suyo con Yoochun, se había estado suavizando poco a poco, este año se perfilaba un poco más ameno de lo normal y en el fondo incluso aunque no le gustara admitirlo, Changmin lo agradecía.

—Felicidades cumpleañero.

Changmin agradecía enormemente que Sunny no haya hecho todo un evento de su cumpleaños, aquella mañana sencillamente se había acercado a él y le había ofrecido un pequeño chocolate, felicitándolo sin demasiado escándalo, lo suficiente para que él escuchara y nadie más se enterara.

—Gracias.

Le sonrió brevemente y pensó que necesitaba saber el cumpleaños de Sunny para retribuir de alguna manera lo bien que se había estado portando con él todo este tiempo. Alcanzó a ver a lo lejos a Yoochun, conversaba con uno de los profesores cerca del pasillo general. En momentos como ese, ansiaba poder terminar sus estudios cuanto antes y obligar a Yoochun a que se tomara el día libre al menos ese día y lo pasaran sin hacer nada en especial más que estar echados en cama todo el día, viendo películas, comiendo algo delicioso.

Si, aquello sonaba como un buen plan.

—Es sorprendente como al final de todo, el que Shim Changmin estuviera en nuestra institución no ayudó en nada.

—El niño vino a estudiar, no a arreglarte el prestigio como profesor.

—Pero el que hubiera participado al menos en una actividad académica nacional hubiera ayudado.

—Quizá por eso lo cambiaron de ese colegio tan exageradamente elitista y privilegiado.

—No es como que Shim sea alguien problemático.

—No lo es, pero bastantes problemas intra familiares tiene, ¿no recuerdan todo el escándalo con la madre de hace unos días? Muy seguramente el que se haya fugado de casa no es algo nuevo.

—¿Tendría problemas en su anterior colegio?

—Probablemente…

—La verdad nunca supimos porque se había cambiado a mitad de año.

Yoochun entonces se puso de pie, suspiró largamente y lucho contra todos sus impulsos que le pedían mandar a la mierda a todos los profesores durante la junta de profesores que el director había organizado intempestivamente para resolver un asunto disciplinario. El hombre aún no ingresaba a la sala de juntas y por tanto el tiempo lo ocupaban conversando de cualquier cosa que fuera medio relevante, el día de hoy el tema era Changmin.

Todo había comenzado con un comentario sutil de la profesora de matemáticas, quien había dicho que Changmin se había negado por completo a participar en la decatlón interescolar en nombre del colegio y como en su mayoría parecía odiar participar en las actividades extra curriculares, a pesar de ser reconocido casi como un genio a nivel nacional por sus participaciones escolares en años anteriores y los montones de premios que había acumulado.

Seguramente es la edad, etapa de rebeldía y esas cosas” había comentado el profesor de historia, y a partir de ahí todos parecían tener algo que comentar, criticar o incluso inventar sobre la vida de Changmin y lo decepcionados que estaban porque el chico no hubiera hecho algo por la institución. Como si fuera una obligación férrea que el menor tuviera devolver, como si les debiera algo.

—¿Park?

Se había quedado en silencio, apenas se alcanzó a poner de pie y calmó todos sus demonios para no terminar gritando sabrá dios que cosas que lo pusieran en evidencia.

—Creo que no deberían expresarse de esa manera de un estudiante, menor de edad, quien evidentemente no está pasando por su mejor momento familiar.

El lugar se mantuvo en silencio un rato, e incluso la profesora de física, quien había soltado algunos comentarios fuera de lugar se movió incómoda sobre su asiento. Yoochun trató de justificar su acción yendo por un poco de café mientras la sensación de incomodidad se esparcía en el lugar.

Al final, Yuri, la secretaría general tuvo que aclarar un poco su garganta e intentar que la animosidad volviera poco a poco a la sala – El director Sungki ya está despidiendo a los padres del joven Lee de primero, en unos minutos estará aquí.

—Bueno, tampoco se comporten como si hubieran recibido el peor de los regaños – El profesor de biología tomó la palabra – ¿Que se lo tenían merecido? Por supuesto. Pero también recuerden que Shim es el protegido del profesor Park, finalmente solo ha trabajado con él para el festival de Participación estudiantil ¿No es así? — Desde su lugar Yoochun solo atinó a apoyarse en la pequeña mesa, mientras bebía su café y miraba al resto de sus compañeros. — Además seguramente es el único que se sabe completo el chisme de la familia Shim, a parte del director por supuesto.

Todos los profesores lo miraron con curiosidad, pero Yoochun solo alzó un poco los hombros, restándole importancia y evitando afirmar o negar algo.

Cuando el director finalmente ingresó, los profesores se encontraban en pequeños grupos platicando sobre cualquier otra cosa, cuando se sentó el profesor de química se acercó un poco a él y le susurró un ligero —Gracias, la verdad es que me tenían harto con sus suposiciones absurdas y molestas. Ese pobre niño no molesta a nadie y su vida privada no nos incumbe a ninguno de nosotros.

Yoochun se sintió complacido de saber que no habían sido solo sus impulsos los que habían visto todo mal en ese cruce de chismes en el que Shim se había visto envuelto.

—¡Profesor Park!

Apenas había terminado la junta, cada profesor había caminado hacía su salón respectivo, Yoochun intentaba por todos los medios encontrar un pequeño momento en el que poder hablar con Changmin, puesto que su plan de verlo durante el receso se había arruinado por culpa de la reunión imprevista. Sin embargo Sooin, la consejera estudiantil, había dicho su nombre mientras se acercaba con pequeños pasos hasta él.

—Dígame.

—¿Tiene un momento? Me gustaría platicar con usted de algo.

Apenas había asentido, sabiendo que esta era su hora libre y podría darle un poco de tiempo a la mujer quien le sonrió agradablemente y lo condujo hasta su oficina. La verdad no había tenido la oportunidad de estar ahí antes, el lugar era agradable y los tonos pasteles lo hacían ver como un lugar muy diferente al de toda la institución, no era infantil, era más bien pacífico y agradable.

A veces le sorprendía lo poco que conocía de espacios en los que habitaba normalmente.

—He estado todo este tiempo intentando saber como llegar hasta alguien como Shim – empezó a hablar la mujer – Pero la verdad es un joven un poco difícil. ¿Sabía que durante la pequeña prueba de carrera que le hago a los estudiantes de último año donde busco que reflejen su opinión personal más que todo, para saber como guiarlos de acuerdo a sus calificaciones, gustos y potencialidades sobre las carreras y universidades a las que pueden acceder, el señor Shim únicamente dejó la prueba en blanco?

La mujer había estado rebuscando algo entre unos cajones altos y finalmente le extendió una carpeta blanca, con el nombre de Changmin y varias hojas con el reporte de sus excelentes calificaciones y la prueba de aptitudes de la que la mujer le había estado hablando.

—No es una prueba de nivelación de conocimientos o aptitudes. Esa la hicimos hace mucho tiempo, mucho antes que Shim entrara al Colegio incluso. Esta era una más bien de preferencias personales, lo que le gustaría estudiar, con que materia se siente más cómodo, que le gustaría hacer en el futuro. Cosas simples como esas, que me ayudarían a guiarlo de acuerdo a otros parámetros más para recomendarle carreras y universidades. Sin embargo él solo la dejó en blanco.

—Filosofía…

—¿Hmm?

Reaccionó repentinamente, se había concentrado en mirar los papeles de Changmin que aquello había salido inintencional de sus labios. Junto con un recuerdo breve de aquellos días en el mar y sus largas pláticas soleadas.

—En algún momento… él dijo que le gustaría estudiar filosofía.

Sooin esta vez sonrió levemente, aparentemente complacida.

—¿Lo ve? Usted es la persona adecuada para ayudarme. — La mujer se acomodó mejor en su asiento – Cuando lo llamé a mi oficina me dijo muy parcamente que le complacía que intentara hacer mi trabajo con tanto ahínco, pero que con él no me esforzara. Que no le interesaba nada y que estaba bien así. Luego no quiso hablar más sobre el asunto.

—¿Eso hace cuanto?

—Hace un par de semanas.

Yoochun miró por un momento todos los panfletos de distintas universidades que la mujer tenía sobre el escritorio. No había hablado con Changmin sobre eso de manera profunda realmente.

—Entonces ¿en qué desea que la ayude?

—Quizá podría ayudarme con algunas características importantes en los que se desempeñe con verdadero gusto Shim, o mejor aún convencerlo de que me visite para que podamos hablar de sus oportunidades. Con el promedio que tiene y todas las actividades extra curriculares que ha acumulado además de su reputación y reconocimiento prácticamente puede hacer lo que quiera, ir donde quiera. Y deseo que él también pueda ver eso. Tiene todo un mundo de posibilidades.

Yoochun se sintió súbitamente desorientado.

Como si las cosas de un momento a otro estuvieran ocurriendo a una velocidad muy diferente y todas sus inseguridades se avivaran de manera agresiva. Yoochun quería lo mejor para Changmin, quería que viviera, que viajara, que conociera todo lo que pudiera antes de decidir que realmente quería quedarse solo entre sus brazos. Era algo que venía pensando desde hace mucho.

Su etapa en la universidad había sido la mejor de todas, Yoochun quería que Changmin la tuviera también.

E incluso a pesar de salir perjudicado, él aún no creía demasiado en aquello del primer y único amor.

—¿Entonces?

—Haré lo posible.

Habló casi sin pensarlo, quizá era su lado racional a flote que solo quería que Changmin tuviera siempre las mejores oportunidades. Pero esos panfletos de universidades en el extranjero continuaban taladrando sus buenas intenciones.

Changmin jugó con el permiso en sus manos mientras se dirigía sin problemas al salón de profesores, en su otra mano llevaba el juego de copias que su profesora de física le había pedido que sacara y en realidad se sorprendió al ver a Yoochun ahí, con un libro en las manos y aparentemente almorzando tan solo un paquete de galletas.

Sabía que no se habían podido ver culpa de la reunión de profesores e incluso estaba resignado a no verlo hasta la salida como habían quedado a través de mensajes, pero encontrárselo ahí había logrado que una sonrisa tonta saliera de sus labios. Yoochun lo miró con un poco de sorpresa también y Changmin optó por actuar tranquilo y distante a pesar que estuvieran completamente solos en la sala.

—Pensé que estarías dando clases.

—Tengo dos horas libres seguidas.

—Ya veo…

Empezó a digitar el número de copias que necesitaba y volvió a sonreír, casi imperceptiblemente cuando lo escuchó levantarse y colocarse detrás de él. Los brazos de Yoochun rodearon su cintura y sintió aquel abrazo tan cálido y satisfactorio.

—Feliz cumpleaños.

Lo susurró muy cerca de su oído, luego solo dejó un corto beso en su cuello antes de alejarse de nuevo, y aunque fue bastante breve, Changmin aún siente corrientes eléctricas por su toque y el sonido susurrante de su voz. Cuando giró Yoochun buscaba algo en su pequeño maletín y lo extendía ante él.

—Ten.

La pequeña caja azul era más oscuro de lo normal, lo suficiente como para confundirlo de negro si se lo veía rápidamente. Dentro había un reloj plateado, pesado y justamente del tipo que solía usar él.

—Tiene tu nombre – Comentó Yoochun, notando lo sumergido que estaba Changmin en sus pensamientos mientras miraba el objeto entre sus manos. —Cuando estés lejos de mí, mirarás ese reloj y pensarás “Oh, no ¿porqué dejé escapar a un espécimen como Park Yoochun?”

—¿Quien dijo que alguna vez te iba a dejar, eh? — Changmin lo abrazó, con el suficiente impulso para que Yoochun retrocediera y se apoyara en la mesa de juntas tras de él. — Y si me llegas a terminar de lanzaré el reloj a la cabeza.

—Tan maduro…

Changmin esta vez solo lo miró a los ojos y dejó un corto beso en sus labios antes de alejarse.

Ambos sabían que no era el lugar y que en cualquier momento eso podría pasar de romántico a un infierno.

Cuando se alejó, Yoochun le quitó la caja de las manos y empezó a colocar el reloj en la muñeca. Changmin intercaló su mirada de la acción del mayor a su rostro. Los ojos de Yoochun lo miraban con un aire extraño, muy parecido a la nostalgia.

—Te amo, mocoso engreído. — En el momento en que cerró el reloj, Yoochun lo miró fijamente, sujetado sus manos, reforzando sus palabras.

—Hmm, creo que to también.

Yoochun alzó una ceja, con una sonrisa divertida en el rostro.

—¿Ah? ¿Cómo que creo?

—No lo sé… es que a veces no me siento muy convencido.

Changmin jugueteó un poco con el tema, podía notar por las expresiones de Yoochun que él también sabía que era un juego y se sintió a gusto con que el mayor ya aceptara sus sentimientos y no los desestimara por ser demasiado joven.

—¿Irás mañana al departamento?

—Iré temprano. Cerca de las nueve de la mañana.

—¿Pasarás el día entero?

—Si, hasta el domingo en la noche.

Yoochun apretó un poco más sus manos y sonrió.

—Bien, ahora ve a clases que hace rato terminaron de salir esas copias.

Changmin asintió, sintiendo el espacio de vacío que Yoochun dejó en cuanto empezó a soltarlo.

Yoochun había vuelto a sentarse, concentrado en el libro que se encontraba leyendo cuando el llegó. Prefirió tomar las copias entre sus manos y se agachó un poco, hasta quedar al nivel de su rostro aunque se encontrara tras él.

—Gracias por todo, Yoochun.

El mayor giró sorprendido y Changmin aprovechó para chocar un poco sus labios y luego le sonrió ampliamente, como pocas veces solía hacerlo y luego solo salió con paso tranquilo de ahí. Yoochun dejó escapar una pequeña sonrisa y suspiró. Tratando de evitar el tema de las becas, al menos por este fin de semana.

—Envidia… Siento mucha envidia.

Kyuhyun lo miró con los ojos entrecerrados y luego los tres rieron divertidos.

El nuevo reloj de Changmin había sido el tema de la conversación cuando salió con Sunny y ahora lo era con sus amigos. Con Sunny había sido un poco difícil distraer la atención de cómo lo había obtenido repentinamente. Pero un par de mentiras aquí y allá lo habían solucionado.

Mientras tanto Minho y Kyuhyun habían invitado el cine y la comida como parte de su festejo y ahora comían un par de hamburguesas en el centro comercial. La verdad es que no había hecho nada por mencionar el regalo de Yoochun, sin embargo le había sorprendido que ambos notaran que era un reloj nuevo.

Changmin, no muy acostumbrado a hablar de lo suyo con Yoochun había optado por hablar poco de tema y pronto sus amigos y él se habían enfrascado en una conversación diferente. Kyuhyun había mencionado que su padre les había conseguido unas entradas para ver el partido de baseball este domingo al medio día y Changmin se encontró haciendo un cambio de planes con Yoochun. Se iría mucho más temprano y pasaría el resto de la tarde con ellos.

Cuando llegó a casa, su padre le pidió que descansara un rato y luego se duchara para salir. Pensó que Taegu estaría en la cena, pero su padre había dicho que sería una noche solo para los dos. Cenaron, se divirtieron y su padre incluso le permitió conducir el carro un poco antes de llegar al restaurante. Se percató entonces que realmente no conocía a su padre y apenas empezaba a hacerlo.

Taegu aún no dejaba una gran impresión en él por el poco, casi escaso tiempo que llevaba conociéndolo, pero le agradaba que padre no intentara imponerle su presencia como le había pasado tantas veces con su madre. Cuando llegó a casa eran casi las once y media de la noche, se lanzó en su cama con un suspiro en la cama y por un momento observando el techo de su habitación se percató que su madre durante todo el día jamás había dado señales de vida.

Ni siquiera un simple mensaje.

Observó su celular y no se molestó siquiera en revisar su buzón de mensajes o llamadas, porque sabía que sencillamente no había nada para él ahí, por lo menos no por parte de su madre. No sabía si estaba bien sentirse así de vacío con respecto a ella, pero se había acostumbrado tanto a simplemente fingir que no le importaba, que no sabía si estaba fingiendo o realmente ya había dejado de doler.

El celular empezó a sonar, las letras de PYC se iluminaron y Changmin contestó con tranquilidad.

¿Puedes hablar o aún estás ocupado?

—Ya estoy en casa – Continuó mirando el techo de la habitación, esta vez con una sensación completamente agradable en el pecho — ¿Cómo sabes cuando llamar en el momento exacto?

¿Hmm? ¿Pasó algo?

—No, solo que a veces es bueno escuchar tu voz.

¿Has bebido? — Yoochun le habló con un poco de diversión y Changmin solo cerró los ojos, con un suspiró en sus labios — ¿Changmin? ¿Está todo bien?

—Que sí… Solo te extrañé hoy. Me hubiera gustado pasar el día contigo.

Lo harás mañana.

—Yoochun…

¿Hmm?

—Durante la cena le dije a papá que jamás había bebido y me dejó tomar varias copas de vino. Se reía mucho de mí. — Pudo escuchar la pequeña risa de Yoochun al otro lado y él solo continuó mirando el techo, esta vez incluso había estirado un poco su brazo y dejaba que la palma de su mano tapara la luz de su habitación — Quizá si estoy un poco bebido… Pero si no lo digo ahora de seguro no lo diré sobrio.

—Ok, empezaré a grabar esta llamada.

Idiota…

Changmin lo escuchó reír de nuevo y sonrió.

—Me gusta oír tu risa.

¿En serio? ¿Qué más te gusta de mi?

—¡Hey! Te estás aprovechando de mí.

Un poco. Pero es agradable escucharte decirme cosas dulces.

—¿Quieres que te diga cosas dulces?

Solo si realmente quieres hacerlo. Me gustas tal y como eres Changmin. Con toda y tu amargura.

Hubo un silencio, que ninguno de los dos luchó por romper pero que al mismo tiempo tampoco fue incómodo. Changmin se acomodó mejor en la cama, esta vez recostándose de lado mientras veía a Bomul dormir tranquilamente en su pequeña cama cerca del ventanal de su habitación.

—Bomul te extraña.

Podrías traerlo mañana. Yo también lo extraño.

—Ok, eso haré.

La verdad es que le gustaba hablar de nada y de todo a la vez, le gustaba que podían pasar al teléfono incluso sin hablar por largos segundos y aún así iniciar de la nada una conversación sin sentido. No habían momentos extraños en los que el otro quisiera colgar y no sabía como. Era simplemente como pasar tiempo juntos aunque hubieran millas de distancia ahora.

—Me gusta escuchar tu voz. ¿Podrías hablarme hasta quedarme dormido?

¿Y que quieres que diga?

—Cualquier cosa, podrías ponerte a contar ovejas y me daría por bien servido.

Changmin casi pudo imaginar la sonrisa en el rostro de Yoochun apenas lo escuchara decir aquello, y fue gratificante escucharlo hablar sobre la reciente película que acababa de ver. Su voz… quizá era la casa más absorbente que tenía Yoochun. Se acurrucó mejor en su cama y abrazó ligeramente una de las almohadas, en el intermedio de estar despierto y dormido casi sintió como si el mayor estuviera ahí. Hablándole de cualquier cosa aleatoria mientras él se quedaba profundamente dormido por el cansancio entre sus brazos.

Faltan 44 días.

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Prisma de inocencia: cuarta parte


Prisma de Inocencia

Tantos juguetes en el mundo, y la gente elige los sentimientos para jugar.

Cuarta Parte

Luego de que Yunho vomitara, muchas cosas no quedaban entre ellos, al menos no lo suficientemente decentes como para que Yunho las recordara. Donghae había empezado a reír e incluso había caído sentado por la borrachera que llevaba encima. Al siguiente día, por supuesto y cómo era de esperarse Donghae se quejaba a morir por el dolor de cabeza y no recordaba absolutamente nada. Recuerda que Changmin le dijo algo antes de que llegaran sus amigos y lo llevaran a la casa de Hyukjae a pocas casas de ahí.

Era impresionante como a pesar de haber pasado un día por medio, aún sentía un poco de estragos en el cuerpo y había justificado aquello con que le había sentado mal alguna comida. A estas alturas, ciertamente le importaba muy poco muchas cosas, y sin embargo seguía pensando en que contra todo pronostico Changmin realmente se había presentado ahí. La mesa ese día, durante la hora del almuerzo era inusualmente callada, la mayoría parecía haberse pasado demasiado con el licor, probablemente porque había sido una de las últimas fiestas antes del final del ciclo escolar.

Yoochun junto a él en cambio lucía como si nada, tranquilamente mascando una manzana verde mientras miraba distraídamente el celular. Por su cabeza pasaron muchas cosas, entre ellas el porque Park parecía la gran parte del tiempo tan lleno de misterios.

—Suéltalo.

—¿Hmm?

Yoochun no lo miraba, pero efectivamente le hablaba a él.

—Lo que me quieres preguntar. Suéltalo.

—¿Cómo es que no tienes resaca?

Esta vez, Park giró, lo miró con una ceja levantada y luego de unos segundos le sonrió, negando sutilmente con la cabeza. Ignorándolo por completo volvió a su celular y Yunho aún pensaba en si seria demasiado invasivo preguntar si era cierto lo de que había salido con una profesora en su antiguo instituto. Pero llegó a la resolución que si, además no era tanta su curiosidad, ahora simplemente quería ver a Changmin.

Cerca de la hora de salida finalmente lo pudo encontrar. Shim guardaba un par de libros en el casillero y mientras caminaba hacía él, contempló brevemente sus pequeñas orejas y la cola moviéndose parsimoniosamente. Fuera de ello Changmin era realmente atractivo, era algo fácil de notar y faltando tan poco para terminar el ciclo escolar, Yunho sintió que moriría sino podía besarlo de nuevo, hasta quedarse sin aire, hasta el último día que le quedara en ese lugar.

Cerró la puerta del casillero del menor y este lo miró con sorpresa. Yunho se acercó, lo suficiente como para que Changmin lo alejara, pero no lo hizo y él no sabía muchas veces como funcionaba aquello, que tan sano era. Si realmente había algo, muchas veces dudaba incluso de lo que él mismo sentía ¿cómo podía entonces pedirle explicaciones por lo que el menor sentía por él?

—No hagas eso.

Changmin alejó un poco la cabeza, pero no la cercanía de sus cuerpos.

—La fiesta fue un desastre.

—No tenía ni quince minutos ahí cuando empezaste a vomitar.

El menor sonrió burlón y él se sintió terriblemente avergonzado. Tanto que cerró los ojos, con una mueca entre divertida y azorada, pegando su frente a la de él. ¿Por qué actuaban así?

Esto que crecía dentro de él, era culpa tanto de Changmin como de él.

—¿Puedes venir a mi casa? ¿A las seis?

—¿Por qué? ¿Necesitas clases de matemáticas? — Changmin bromeó un poco, pero luego recordó y sonrió —Ah, no. Cierto que al final no tienes un maní ahí dentro. — Tocó su cabello un poco y lo miró – Señor beca de primer nivel.

Yunho se sintió regocijado. Changmin reconocía algo que para él parecía ser digno de nombrar, era la segunda vez que lo hacía y sentirse orgulloso frente a sus ojos, lo hizo sonreír.

—¿Vendrás?

—¿Estarán tus padres?

—No.

Changmin dudó un poco, lo miró fijamente y entonces la campana de finalización de clases dio anuncio a que en pocos segundos los estudiantes empezarían a salir de sus aulas. Yunho se alejó y Changmin mordió su labio inferior, como si luchara por responder veloz. Pero cuando las puertas empezaron a abrirse, Shim asintió. Yunho sonrió y en algún momento se perdió entre los estudiantes que anhelaban salir cuanto antes de ahí.

Yoochun fue hasta su casa esa tarde, tenían una tarea de química pendiente y Park decidió que sería buena idea terminarla ese mismo día, por alguna razón Yunho no se pudo negar, quizá principalmente porque le había dicho que se tendría que ir cerca de las cinco y media. Sin embargo la tarea la habían terminado cerca de la cinco de la tarde y Yoochun tenía que quemar tiempo hasta las cinco y media por lo que ahora se encontraban por alguna razón, recostados en la alfombra de la habitación de Yunho mirando el techo sin mirarlo en realidad.

Yunho tenía la cabeza en otro lugar y Yoochun no hablaba demasiado, parecía pensar en sus cosas también. Le resultaba curioso la facilidad con la que podían estar en silencio sin una pizca de incomodidad, algo que en el inicio de su ¿amistad? Fue algo difícil de sobrellevar. El olor del cigarrillo se esparcía entre las paredes, Yoochun fumaba cada tanto y seguía mirando el techo, como si estuviera realmente relajado y la música lo relajara un poco más.

De fondo sonaba Strange, muy bajo, pero la música le hizo pensar a Yunho que era relajante estar así, incluso aunque la compañía fuera inesperada. La imagen de Changmin llegaba frecuentemente a su cabeza, lo que el menor quería, lo que el menor pensaba de él. Le daba tantas vueltas en la cabeza su nombre que se sintió terriblemente atacado por aquello.

—¿Alguna vez te has enamorado?

—No creí que fueras del tipo romántico.

Yunho casi pudo adivinar la sonrisa en el rostro de Yoochun.

—No lo soy, pero es curioso como uno pierde la cabeza de la noche a la mañana y de pronto pierde el norte por completo. Sentirse así de desubicado, perdido, es horrible y aún así la gente siempre habla maravillas del amor.

Colocó las manos en su estómago, nuevamente había sentido la presión de la imagen de Changmin en sus recuerdos.

—Quizá ellos lo viven de manera distinta.

—Yo una vez lo estuve. — Yunho en realidad no esperaba aquella confesión – Se llamaba Junsu.

—Creí que no salías con chicos.

—No lo hago, él ha sido mi única excepción. Teníamos quince, él era terriblemente hermoso y dulce. Su sonrisa era todo lo que estaba bien en el mundo y por alguna razón coincidimos en esta vida. Tenía muchos sueños y esperanzas, quería hacer tantas cosas y era bueno en todo lo que te puedas imaginar, en los deportes, cantando, en los estudios. Literalmente podía hacer lo que le diera la jodida gana.

El tono de voz de Yoochun era amargo, no sonaba dulce o emocionado. Ni siquiera ligeramente nostálgico.

Yunho supuso que las cosas no salieron bien, y lo dejó seguir.

—Comenzamos a salir a escondidas, sus padres jamás le hubieran permitido estar con alguien como yo, muchos menos siendo hombre. Pero él era maravilloso. Dios, me gustaba tanto. — Esta vez lo miró de reojo sonreír amargamente mientras ponía una mano sobre su frente – Un día estábamos en su habitación, nos besábamos con tranquilidad cuando su padre entró en la habitación. Se suponía que no estarían ahí esa tarde. El hombre enloqueció y Junsu… Él me echó la culpa de todo, dijo que yo lo había besado a traición y no había tenido tiempo a reaccionar.

—Pero que… — Yunho se sentó, mirando a Yoochun quien continuaba con la mirada en el techo de su habitación, con continuas pero lentas caladas entre su historia — ¿qué hiciste?

—Estaba tan sorprendido que no pude decir nada, su padre me dio un golpe y me sacó a empujones de ahí. Junsu me bloqueó de todos lados y cuando por fin pudimos hablar al día siguiente en la escuela simplemente me pidió que lo dejara en paz, todo se había acabado, él jamás arriesgaría su futuro por alguien como yo y solo fui su experimento de salir con el chico malo. Nadie se debía enterar jamás.

El cigarrillo se había terminado, por lo que Yoochun se levantó, para poder terminar de pagarlo y echarlo al tacho de basura. Yunho lo seguía con la mirada, esperando que terminara de hablar.

—Así de dulce e inteligente fue capaz de darme la puñalada por la espalda. Iba a dejarlo así, no quería lucir realmente herido o imbécil, lo iba a dejar pasar. Pero el muy cabrón comenzó a escribirse con otros tipos, su papá lo descubrió en conversaciones impertinentes y con fotografiás indecentes que otros le mandaban y dijo que era yo, que yo lo acosaba. Su padre armó todo un escándalo en la secundaria y yo pues era el “chico malo” y él, probablemente el mejor estudiante de nuestra generación, ni siquiera se tomaron la molestia de ver si el de las fotos era realmente yo, aunque claro no se les veía la cara a los de las fotos, pero ni siquiera las miraron ¿entiendes? — Yoochun masajeó un poco su sien – Como si se les fueran a caer los ojos por ver a otro hombre desnudo.

—Entonces te expulsaron.

Yoochun asintió, para ese momento Yunho se había sentado sobre su cama y Yoochun decidió sentarse en la silla junto al escritorio, había empezado a alterarse ante el recuerdo y ahora buscaba la calma de nuevo, volvió a respirar hondo y lo miró.

—Pegué con algunos amigos cientos de fotos de él junto a mi, todas aquellas que nos habíamos tomado en citas, en la parte trasera del colegio y en su habitación. Fuimos una pareja después de todo, él al menos nos “permitía” tener fotos, si no podíamos hacerlo publico, al menos me dejaba tener eso – Dijo con ironía – Me contaron que su padre casi estalla del coraje y finalmente lo mandó a un colegio militar. Le conté todo a mamá, fui honesto con ella respecto a lo mío con Junsu y su traición, nunca le dije lo de las fotos pero se enteró, se que sabe que fui yo el que pegó las fotos, pero esa noche solo llegó con pizza y helado, vimos una película y me abrazó. Creo, que por esta vez lo dejó pasar.

—¿Vives solo con ella?

Yoochun asintió. — Jamás conocía a mi padre. Ella ha sabido criarnos sin problema a Yoohwan y a mí.

—¿Y no peleó porque no te expulsaran? Digo, fue injusto.

—El director en esos momentos estaba cerrado a que era yo y punto. Mi madre lo mandó literalmente a la mierda – En esta ocasión Park sonrió divertido – Y le dijo que le pondría una demanda. En medio de todo el caos le ofrecieron a mamá un traslado a esta ciudad en su trabajo y con un mejor sueldo, por lo que simplemente hicimos el traslado.

Yoochun lucía más calmado, Yunho lo miró directamente a los ojos.

—¿Por qué me has contado todo eso?

—Por que quiero que sepas, que el primer amor no es el último. Ten cuidado con las personas que piensan demasiado, suelen tener el control desde el inicio, incluso sin que te des cuenta. A la gente por naturaleza, le gusta herir. Además se notaba que morías por saber si era verdad lo de la profesora.

Park había empezado a recoger sus pertenencias, Yunho lo siguió, bajando las escaleras. Ni siquiera se había podido percatar que eran más de las cinco y media.

—Nos vemos mañana.

Yoochun le sonrió y Yunho asintió, un poco más tranquilo y sintiendo que de algún modo empezaban a crear algún tipo de lazo. Yoochun bajó los cortos escalones al salir de su casa y Yunho alzó un poco la voz.

—¿Entonces no es cierto lo de la profesora?

Esta vez Yoochun rió fuerte, continuando con su camino y alzando la mano a la distancia.

—No, idiota.

A Yunho realmente empezaba a agradarle Yoochun.

Changmin había llegado ligeramente tarde, Yunho no sabía si había sido apropósito o era habitualmente impuntual, pero cuando llegó, desde el minuto uno Changmin lucía tenso. Ingresó con pasos lentos, sin mirar demasiado alrededor y Yunho sintió una abismal distancia a cómo se había sentido minutos atrás. Changmin logró transmitirle un poco de su inseguridad y desconfianza.

—¿Quieres beber algo?

Shim negó, sentado en el sillón de su casa, con la mirada en la pequeña mesita de centro, pensando en algo que parecía tratar de acomodar con las palabras adecuadas.

—¿Para qué querías que viniera?

—Me atraes – Fue directo, sentándose junto a él y por primera vez en un rato, los ojos de Changmin se posaron en él – Y sé que al menos un poco, yo te gusto también.

—¿Y que quieres que hagamos con eso?

—No lo sé, dímelo tú. Yo más o menos se lo que quiero, tú, eres un completo misterio para mí.

Changmin lo miró fijamente, como si pudiera atravesar su mente y leerla por completo.

—¿Y qués es lo que quieres?

—Sé que quiero besarte cada vez que te tengo enfrente.— La brutal sinceridad de Yunho, provocó que el menor se pegara al brazo del mueble, aturdido y con una expresión que Yunho no podía descifrar del todo — ¿Qué es lo que tú quieres de mi?

Esta vez, Changmin no se alejó, se acercó despacio. Su mano sobre el rostro de Yunho y un leve titubeo entre los labios, con su mirada pasando de sus ojos a su boca en pestañeos breves.

—Quiero que me beses, quiero estar contigo. Y quiero quedarme la noche entera si me dejas.

Yunho miró sus ojos, sabía que había algo en medio de sus palabras que no lo hacían sentirse seguro, aún así lo besó. Porque no mintió cuando le dijo que ansiaba fuertemente besarlo, que sus sentimientos se alborotaban cuando estaba cerca de él no se lo dijo, pero sintió que ya tendrían tiempo para eso. Acercó el cuerpo de Changmin y lo besó. Quería besar sus labios hasta sentirse saciado de él, quería sus manos tocando el cuerpo entero del menor.

Y quería, más que todo que al menos por un momento Changmin dejara de mirarlo con esos ojos fríos y devastadores.

Quería un poco de la calidez que Yoochun le transmitió tan solo en minutos, con tan sola una conversa.

Porque Changmin seguía sin derrumbar del todo sus paredes ante él, incluso si lo besaba y le arrancaba el alma entera.

Fin de la Cuarta Parte.

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Corazón con Fecha de Expiración: Capitulo 16


Corazón con Fecha de Expiración

Tal vez el mar se enamoró de la luna

Capitulo Dieciséis

Dos días después Changmin estaba en la clase de matemática, singularmente sombrío y más callado de lo habitual, Sunny trataba de no hacerlo tan notable, pero ni el miércoles, ni el jueves Shim se había presentado en el Colegio, la mayoría no había mostrado gran interés en aquello, suponía que la huida de casa se había mantenido a raya. Movía un poco el lápiz en su mano y cada tanto lo miraba, como si pudiera encontrar las respuesta en su perfil inamovible; A simple vista Changmin parecía concentrado en la clase, pero no era así, él miraba constantemente el reloj en su muñeca, en realidad no era constante, era sutil, ella que lo miraba cada tanto podía notar el movimiento.

No habían hablado, Changmin había llegado inusualmente tarde, había pedido permiso y luego se había sentado a su lado como de costumbre, cuando él había llegado la maestra de matemática ya tenía unos quince minutos explicando la clase y Sunny no pudo realmente conversar con él, menos escuchar su voz más que en aquel saludo escueto desde la puerta del salón.

—Deja de mirarme.

No había sonado molesto o apático, pero había logrado que ella se enderezara tensa al verse descubierta y quizá por ser tan evidente, bajó un poco la mirada a sus inentendibles notas y murmuró — ¿Está todo bien?

—Ahora lo está.

Changmin no volvió a hablar, y tampoco le dirigió la mirada en algún momento de su corta frase pero Sunny por algún motivo se sintió un poco más aliviada. Notó que su rostro no se veía tenso ni exasperado, más bien parecía relajado y levemente descansado.

—Sunny.

Dejo de mirarlo pero sonrió levemente cuando notó la pequeña comisura en los labios del otro y la manera en la que negaba casualmente y tomaba notas, cosas que por cierto ella no estaba haciendo, cuando finalmente se decidió hacerlo y tomó el bolígrafo entre sus manos la maestra habló.

—Bien clase, me alegra que les haya quedado claro.

Sunny abrió los ojos pasmada: ¿qué?

Suspiró derrotada, tendría que copiarle los apuntes a Changmin en el receso y rezar a todos los dioses porque pudiera explicarle y contarle todo lo sucedido en estos dos caóticos días. Bueno él podía, ella esperaba poder entender la clase de hoy sin distraerse con las anécdotas de su mejor amigo.

—Entonces enloqueció por completo.

—Enloquecer es poco.

Changmin tomó un poco del jugo en sus manos y Sunny continuó copiando velozmente de sus apuntes, tratando de al menos llevar el cuaderno completo y ya luego ver como se reunían para poder equiparar lo que no escuchó de la clase, que honestamente no era nada nuevo en ella.

—Pero ¿iba en serio lo de mandarte a uno de esos “centros de rehabilitación”?

—Obviamente si. Escucha, la noche anterior me dijo de todo. Bueno, más bien nos dijimos de todo. Pero cuando Yunho me llevo al departamento de mi madre, los dos estaban ahí y ella se puso histérica, gritaba y me amenazaba con encerrarme si era necesario.

Sunny parpadeó un par de veces, dudando si decirle que honestamente su madre le dio bastante miedo desde el interrogatorio en dirección, pero prefirió que no. Rara vez Changmin era así de comunicativo, así que decidió dejarlo ser y escuchar atentamente.

—¿Y tu papá?

—Pues él… se portó bastante bien —repentinamente Changmin había bajado un poco su tono mirando la botella que sostenía entre sus manos— Me sorprendió honestamente.

—¿Te apoya?

—Si, hablamos mucho ayer y me dijo que no le hiciera caso a las locuras que estaba soltando mi madre. Que seguramente era por el calor del momento, pero honestamente el calor del momento no es la expresión exacta para lo que tiene.

—¿Hmm?

¿Entonces lo apoyas? ¿Te has vuelto loco Hyunsik?

Deja la histeria de una buena vez, es tu hijo. Por dios, ¿por qué te tiene que importar si es hombre o mujer? Deja la hipocresía.

Changmin solamente bajó la cabeza un poco, los había escuchado discutir de pequeño y esto solo revolvía recuerdos que no tenía la intención de mover de su lugar. Las manos de Yunho se posaron sobre sus hombros, y él sentado como se encontraba elevó un poco la mirada, solo para encontrarlo mirando preocupado a sus padres. Era diferente verlos discutir y sentirse al menos un poco menos solo.

Claro mete a dios para defender su porquería.

La voz repleta de desprecio de Yonhee le revolvió el estómago.

Se acabo, yo no tengo porque seguir discutiendo contigo. Es la razón principal por la que me divorcié de ti. Y mientras no cambies de opinión, Changmin se irá conmigo.

Esta bajo mi custodia.

La voz de ambos se había vuelto fría, a través de miradas desafiantes.

¿Iba a ser así? ¿Siempre iba a ser así?

Tiene más de dieciséis años. Puede decidir con quien irse.

Frente a un juez, mientras tanto, él se queda conmigo.

Changmin se preguntó si así habían sido las discusiones de sus padres, aquellas que él no había alcanzado a escuchar. Indagó en sus pensamientos por si recordaba algo así, se cuestionó seriamente por si así había sido de peleada la custodia. ¿Cuál era la razón de su madre por mantenerlo junto a él? ¿Porqué si lo despreciaba tanto y lo había ignorado por más tiempo incluso, se empeñaba en retenerlo a su lado?

Debía admitir, desde la parte más profundo de su interior, que lo lastimaba.

Sus palabras, su ausencia, su falta de cariño. Todo en ella lo hería, todo de ella lo hacía sentirse vacío. Inútil, mal querido, abandonado. No importa cuan fuerte fuera la coraza que había creado con los años, ella ya lo había herido bastante. Lo suficientemente hondo como para sentir que no había vuelta atrás. Y no importa lo mucho que se repitiera así mismo que no necesitaba su cariño, eran incontables las noches que había pasado abrazado a su almohada llorando.

Tenía catorce años cuando dejó de llorar. Aún puede recordarlo con claridad. Decidió no permitirle dejar que lo siguiera hiriendo, pero muchas veces solo se hundía y fingía que nada pasaba. ¿Sabía ella lo mucho que lo había lastimado? ¿Le preocupaba acaso?

Miró a su padre gritaba todavía, sus expresiones lucían desgatadas, como si realmente empezara a desesperarse, mientras que su madre estoica, cruzada de brazos respondía con toda la frialdad del mundo, y a ratos volvía perder la presencia y sus gritos eran aún más fuertes.

Respiró hondo, y se levantó. Harto de todo esto, harto de ella.

Me iré con papá.

¡No te..!

Evitalo y ventilaré toda tu vida privada en el juicio, todos tus amantes, todas las veces que me dejaste a solas con completos desconocidos que ni tu conocías bien ¿sabes siquiera lo peligroso que es eso para un niño pequeño?

Jamás te paso algo.

¿Y tenía que pasarme para que tomaras medidas de prevención? —Changmin esta vez volvió a agarrar la maleta sobre su hombro y la miró con más frialdad de la que estaba acostumbrado —Grita, patalea has lo que quieras. Pero me encargaré personalmente de que quedes como lo peor en el juicio y que cada persona en esta ciudad te conozca tal y como eres.

Era de esperarse —Yonhee lo miró una vez más con repudio, arrugando mucho la cara— Tenías que heredarlo, ¿no es así? Ni porque evité su presencia en tu vida, pude evitar que heredaras lo peor de él —Changmin estaba francamente confundido, no podía terminar de entender lo que sucedía, pero antes que pudiera hacer algo, Yonhee emprendió camino a su habitación — ¡Está bien! ¡Si quieres marcharte, vete! Yo personalmente te ayudaré a empacar, cariño.

Los tres hombres en la sala se miraron confundidos, la mujer hablaba llena de ironía, y Bomul había aparecido corriendo directo a sus piernas asustado, fueron hasta la habitación del menor y la mujer había abierto el ventanal del pequeño balcón.

¡Así es como me pagas que haya intentado hacerte alguien decente! ¡Pues lárgate! ¡Pero no te llevas nada de aquí!

Era impresionante la manera en que llena de ira, Yonhee simplemente lanzaba por el balcón las pertenencias de su único hijo, la guitarra, su ropa, su computadora. Hyunsik quiso acercarse a detenerla, pero Changmin a punto de echarse a llorar, solo tragó duro y respiró hondo.

Déjala.

Changmin fue el primero en salir de la habitación, agarró a Bomul fuertemente y se concentró en salir de ahí sin mirar atrás. El perro hacía pequeños sonidos entre sus brazos, aparentemente asustado por tanto escándalo, pero Changmin solo lo abrazó fuerte y empezó a picarle con fuerza al botón del ascensor, necesitaba salir de ahí, o sentía que se ahogaría en cualquier momento.

Había cosas que Changmin prefería guardarse, esta era una de ellas. Observó a Sunny copiar de sus apuntes, no había notado que por un momento se había perdido en sus pensamientos y fue mejor así. Necesitaba pasar página a ese episodio cuántos antes para sentir que al menos ya no lo hería cada que lo repasaba en su memoria. Y que el abandono de su madre iba a ser cómo lo había sido siempre, solo que ahora ella tenía la oportunidad y justificación para no verlo más.

Entre las muchas cosas que pensó durante la primera noche en casa de su padre, fue que probablemente la razón por la que luchó por quedarse con él, fue para lastimar a Hyunsik. Sin embargo y aunque su padre no había querido hablar mucho del tema, parecía haber estado equivocado acerca que ninguno de los dos quiso su custodia, más bien fue una batalla bastante intensa en la que Yonhee salió victoriosa. Y luego los viajes constantes de negocios de su padre no lo beneficiaron demasiado.

Otra cosa que le quedo dando vueltas constantemente en la cabeza había sido aquello que su madre había mencionado como lo heredado, no podía hacerse una idea concreta de a lo que se refería, pero tampoco había querido darle demasiadas vueltas al asunto.

Miró su celular apenas sonó en el bolsillo de su pantalón y notó que Sunny, mordiendo la parte superior de su lápiz, tratando de comprender las fórmulas, ni siquiera lo había notado.

¿Almorzamos?”

Sonrió, porque había pasado los dos días, últimamente solo en conversas a través del celular con Yoochun y hoy no había tenido clases con él. Así que escribió un breve “Si” y volvió a guardar el celular. Yoochun debería saber que sería en la terraza, al menos no veía conveniente que se vieran en algún salón o en la sala de profesores, siendo que Junsu parecía ignorar su presencia por completo y aún no se sentía muy a gusto con él por ahí.

—Tengo que ir a hablar con los profesores sobre mis días de ausencia, y tareas para complementar las notas que me faltan.

—¿Eh? Creí que pasaríamos el receso juntos.

Sunny levantó un poco el rostro y lo miró un tanto desanimada.

—Puedes ir a mi nueva casa y te explicaré lo que haga falta.

Ella sonrió emocionada, sabiendo lo mucho que le encantaba sentirse parte de su vida.

—Está bien, pero más te vale cumplir.

Changmin solo agitó su mano en señal de despedida, apresurando un poco el paso a pesar que no era necesario. Sunny sonrió divertida. Era bueno verlo más tranquilo, aunque estaba segura que no le había contado todo, una parte de ella se sentía mucho más aliviada al verlo un poco más suelto con ella, incluso mucho más desde la primera vez que habló con él o le tuvo algún tipo de confianza. Y esperaba que siguiera siendo así.

Los dos últimos días los había aprovechado para hablar con su padre, mucho en realidad. La relación con Hyunsik siempre había sido algo distante y luego de haberlo dejado a solas durante un buen rato, Hyunsik había decidido entrar en su habitación el jueves en la mañana y lo había invitado a desayunar fuera. El miércoles entero había sido un caos y su padre parecía haberse tomado el día libre, rara vez lo hacía, es más Changmin no tenía muchos recuerdos de aquello, por lo que recostado en su cama, había suspirado y accedido a los intentos de su padre por crear algún tipo de relación que no tenían.

Pero Changmin se sentía agradecido por dos situaciones: la primera haberlo sacado de ese infierno, el cual había empeorado en cuestión de horas tan solo y segundo por al menos intentarlo. Intentaba algo que no había hecho antes y quería hablar con él, resumir cosas de su vida que no existían, pero Changmin se lo iba a permitir, Yoochun había dicho que la virtud de las personas está en el resarcir sus errores. Si en el fondo sentía que lo merecía, Changmin podría al menos darle la oportunidad, después de todo, su padre se la había ganado.

Las siguientes horas, su padre había evadido el tema gentilmente, no quiso hablar demasiado de Yonhee pero también era cierto que en algún momento lo había abrazado por los hombros y le había pedido perdón, no lo había mirado a los ojos, parecía realmente incómodo diciendo aquello, como si no estuviera acostumbrado a hacerlo. Y Changmin sonrió, porque finalmente su padre y él se parecían demasiado.

No esperó demasiado y tampoco exigió de más, porque sabía por experiencia propia lo difícil que era, pero Hyunsik parecía dispuesto a intentarlo y Changmin se descubrió queriendo aprender cosas de él. Hyunsik es un hombre inteligente y exitoso. Había cosas buenas que él podía aprender su padre y dejó que le hablara de su trabajo, de sus viajes, que le preguntara por sus clases y que por primera vez en mucho tiempo hablaran de verdad sobre un tema que no se quedaba a medias solo porque su madre estaba por llegar y prefería evitarla.

Changmin nunca criticó esa actitud de su padre, pero hoy más que nunca la entendía.

Cuando abrió la puerta, Yoochun estaba cerca de la reja con un pequeño paquete de galletas saladas, esas que tanto le gustaban a Kyuhyun. Se acercó tranquilo, con una pequeña sensación tonta en el pecho, así que al llegar tomó una de las galletas y Yoochun giró en su dirección.

—Hola.

Changmin sonrió, mirándolo de regreso. —Hola.

Ambos volvieron a mirar hacía el patio donde varios estudiantes caminaban de un lado a otro, fueron largos segundos de silencio y en alguno de ellos Yoochun regresó a mirarlo, su perfil tranquilo y relajado, la manera en la que no parecía inquieto por mantener algún tipo de conversación o contacto. Yoochun descubrió que esa madurez de Changmin era quizá lo que más admiraba en él. Saber que no era el lugar y que aún así podía disfrutar junto a él simplemente con su compañía.

Yoochun se lo reprochó así mismo por un instante, el sentirse tan terriblemente expuesto al notar que tan solo su presencia podía provocar escalofríos en su cuerpo entero y que definitivamente era muy tarde para dar un paso atrás.

—Cuando Dolores Veintimilla escribió Quejas, con un dolor tan intenso, muchas personas dijeron que hablaba desde el dolor que la traición de Galindo le provocó. Yo siempre he creído que más bien era el dolor de un amor herido, de haber amado tan profundamente y sentir que a pesar de todo, a pesar del coraje por la traición, de la rabia y el amor profundo que profesa, ella estaba herida, el amor que ella había sentido de pronto era nada.

Cuando Changmin giró hacía él, el mayor miraba una vez más entre las rejas y Shim entonces susurró.

—No lo he leído.

—Deberías, es uno de los poemas de amor que más se me han quedado en la memoria. Describe de la mejor manera lo que es empezar a estar enamorado, estarlo y luego ser simplemente abandonado.

—Ella es la poetiza que se suicidó ¿verdad?

—Si.

—¿Fue…?

—Fueron muchas otras cosas también.

Yoochun giró, le sonrió y Changmin sintió que asentir era lo adecuado, no estaba seguro de lo que debía hacer en ese instante. Yoochun había querido simplemente pasar un rato con él, y Changmin sentía que a pesar de ser solo dos días, lo había extrañado. Que aunque había hablado con él estos dos días, lo había extrañado. Que incluso si se marcharan ahora, dentro de un par de horas, lo extrañaría.

Esta sensación amarga y difusa que se le acrecentaba en el pecho cuando no estaba ¿era amor?

Sunny había dicho siempre cosas hermosas del amor, la poesía hablaba de amores dolorosos o intensos. La forma de amar que tenían en la literatura era siempre profunda y sistemática. Su madre no le había enseñado nada al respecto y a su padre sentía que apenas lo estaba conociendo.

—¿Qué es el amor para ti Yoochun?

Changmin no dejó de mirar su mano, quería tomarla al menos unos segundos. Aunque internamente se quisiera ahorcar por tener esos pensamientos tan desgastantes y esas emociones tan cursis.

—¿El amor?— Yoochun sonó dudoso, miró a Changmin y sonrió al notar su mirada, así que aprovechó para estirar su manos hasta él y apretar su mano entre la suya, el menor lo miró a los ojos entonces y continuó esperando su respuesta— Lee Quejas, y podremos discutir lo que es el amor.

—No me gustan los poemas de amor —Yoochun entonces lo miró curioso— Siempre he creído que sobre dimensionan el amor.

Esta vez Yoochun rió divertido, apretó un poco más su mano e incluso se acercó un poco más.

—Léelo, y mañana si gustas podremos pasar el día entero juntos ¿te parece?

Changmin no quiso emocionarse, mucho menos demostrarlo y de hecho no pasó. Simplemente asintió y con un susurro tranquilo le contestó que “Si” , por lo que Yoochun volvió a sonreírle y comiendo la ultima galleta del paquete empezó a caminar hasta la puerta de la terraza.

—Volvamos, pronto sonará la campana y tengo que preparar la siguiente clase.

—¿Ya? —Changmin se sorprendió así mismo cruzándose de brazos y frunciendo el ceño— Pensé que estaríamos un rato más.

—Has sido tú el que se distrajo, sabes que el receso no dura demasiado.

Yoochun no lo hizo sonar como un reproche, es más lucía divertido. Abrió la puerta esperando que Changmin saliera y el otro solo rodó los ojos, empezando a caminar, sin embargo cuando estuvo cerca de la puerta Yoochun la cerró de nuevo y jaló de su corbata hasta dejarlo muy cerca de él.

—Perdió mi pobre corazón su calma, desde el fatal instante en que te hallé.

Changmin abrió los ojos y pronto la boca de Yoochun estuvo sobre la suya, reaccionó dos segundos después, con las palabras de Yoochun todavía dándole vueltas en la cabeza. Su corazón se agitaba mal intencionado, dándole la espalda a la razón, que buscaba controlarse y no alborotar sus sentidos tan solo con palabras bonitas y besos lentos que sabían a despedida. Quería aferrarse a él para siempre y por eso deslizó sus brazos por encima de los hombros y se apegó un poco más a él.

Yoochun fue el primero que se separó. —Vamos— Y actuó como si el beso no le hubiera quitado un poco del alma mientras Changmin solo rodó los ojos y empezó a bajar los escalones, decidió que sería una costumbre que tan solo verlo caminar le revolvía el alma, que su cabello moviéndose en el viento no lo hacían sentirse como en una película de amor antigua y que sus instintos no gritaban de vez en cuando por que viviera aferrado a sus brazos.

Cerca de las dos de la tarde, Yoochun se topó con Junsu. Su ropa no era la habitual que llevaba para dar clases y llevaba incluso una pequeña maleta en la espalda, muchas veces pensó que cuando aquello pasaba en las series que solía ver por la tarde era algo un poco ilógico, dos personas no se podían paralizar por segundos enteros sin decir palabra alguna y mirándose el uno al otro sin parar, hasta que le pasó.

Junsu fue el primero en respirar profundo y continuar caminando, desviando por completo la mirada.

—Junsu…

—Déjalo ser Yoochun.

Por un instante Yoochun pensó que Junsu diría algo, pero Kim parecía molesto incluso consigo mismo, probablemente por no haber podido decir nada en contra suyo, quiso decir algo más, pero no estuvo muy seguro de hacerlo. Sin embargo luego de un par de pasos, Junsu giró, y lo volvió a mirar, de una forma más determinada.

—¿Sabes cuál es el problema? Que a pesar que sé que todo lo que haces está mal, que debería denunciarte sin miramiento alguno, que estoy renunciando a ser el remplazo de Minhee porque no tolero la idea de estar en el mismo sitio porque evidentemente no es correcto, aún así lo estoy ocultando. Prefiero irme, que delatarte.

Quiso tener las palabras correctas en ese momento, ¿un gracias serviría de algo? ¿sería lo correcto? Junsu no lo entendía, quizá no lo iba a entender jamás, pero aún así lo cubría. Entonces, ¿qué esperaba escuchar de él? Trató de analizar un poco lo que le pasaba. Lo que los ojos y la actitud aprehensiva de Junsu le exigían, pero no pudo y Junsu solo sonrió, aún levemente estirado hacía él y hablando en susurros.

—Lo suponía. — ¿Suponía? ¿Suponer qué? Yoochun no pudo terminar de aclararse, porque Junsu volvió a respirar hondo y pasó una mano por su cabello — Ese niño está enamorado y es evidente que tú de él. La diferencia es que tu eres ¿el primero? Podrá cambiarte cuando le de la gana como dice Jaejoong, pero yo lo veo más bien, debido a que Changmin no es como lo demás, que tu tuviste la oportunidad de aprender y amar a muchos más, él está comprometido con algo que no termina de comprender. Y pasará, porque en algún momento querrá vivir, me pasó a mí, te pasó a ti, nos pasa a todos. Y eso del primer y único amor, no existe. Porque la gente se encuentra y se reencuentra una y otra vez.

Lo escuchó, por primera vez lo escuchó como si sus palabras fueran algo dulce, como si unicamente buscaran su bien. No dijo nada porque no había nada más que decir, porque en el fondo, era algo que él también había pensado.

—Al final es tu decisión. Pero a veces no morimos por esperar un poco más y que las cosas fluyan como debe ser, finalmente cuando algo tiene que ser escondido, le resta todo lo bueno que le puede ser ofrecido. — Yoochun por primera vez bajó la miada y Junsu sonrió amargamente – Mírame a mi, soy todo un idiota. Dándote consejos, por favor… — Junsu exhaló una última vez y mordió su labio inferior un poco, intentando tomar valor – Al final… creo que si me habías empezado a gustar.

Regresó a sus ojos, sorprendido ante sus palabras, pero el menor ya le daba la espalda y había empezado a caminar.

—Adiós Yoochun.

Aquella sería la última vez que vería a Kim Junsu.

Y algo en su interior le dijo, que podría haber hecho las cosas mejor.

Circles sonaba dentro del departamento, y Changmin dejó que Kyuhyun le subiera el volumen a los parlantes mientras terminaba de poner los snacks uno sobre otro para llevarlos a la sala, Kyuhyun tenía un cierto tipo de obsesión con la canción y Changmin había aprendido que era mejor dejarlo ser hasta que se le pasara que presionarlo para que lo superar porque sino se pondría más intenso.

Minho empujaba a Kyuhuyn mientras sostenía el mando de la consola y el otro lo empujaba de regreso, Changmin fue luego por las bebidas y las dejó sobre la mesita de centro. Cuando por fin se pudo sentar en el sillón diagonal a ellos revisó su celular, dudaba entre escribirle o no a Yoochun puesto que ya habían quedado de pasar el sábado en el departamento de él viendo películas y cocinando. Extrañamente aquel plan tan pasivo, era del total agrado de Changmin y seguramente se quedaría a dormir con él.

Sunny le había escrito en la tarde para ir cerca de las seis, pero al tener a sus amigos sin intenciones de abandonar el lugar decidió que mejor se vieran el domingo. Por obvias razones era mejor que por el momento Kyuhyun y ella no se toparan. Volvió a entrar a la mensajería de su celular y bebió de la botella en su mano, quería escribirle, pero no quería ser intenso como muchas de las novias que había tenido Kyuhyun, pero quería escribirle. Y se sintió estúpido una vez más. Dignamente, guardaría el celular en su bolsillo y continuaría con su tarde.

—Bueno ya, ¿al final que pasó con tu mamá Minho?

—¿Eh? — Choi lo miró de reojo, negándose a dejar que Kyuhyun ganará la partida – Bueno, pues… hablamos, fue bastante comprensiva la verdad. Me hablaba con tanta delicadeza como si fuera a salir corriendo de ahí en cualquier momento. De hecho quería hacerlo, digo, moría de vergüenza – Los tres rieron ante sus palabras y Minho miraba de vez en cuando de reojo a Changmin para que no notara que realmente estaba más concentrado en vencer al mayor – Y pues luego me preguntó si estaba o había tenido con alguno de ustedes.

—¡Les dije que estar siempre juntos hacía a la gente sospechar de nuestra joteria!

Changmin rió divertido, Kyuhyun ni siquiera había despegado sus ojos de la pantalla.

—¡Gané! —Minho levantó uno de sus brazos y Kyuhyun solo bufó, empezando a comer un poco de papas que Changmin había traído – Y bueno, luego vino lo más traumatizante de todo. Ya saben que mamá es enfermera. Así que empezó a hablarme de enfermedades sexuales, protección y presión social.

Los tres habían dirigido su mirada hacía él y Minho había abierto uno de los refrescos.

—Me dijo que iba a ser duro, porque había mucha gente idiota en el mundo. Pero que siempre podía contar con ella y que el resto de estúpidos se jodiera.

—¿Literal?

—¡SI! — Minho incluso lucía entusiasmado – Jamás la había escuchado decir groserías. La amé.

Changmin sonrió, Minho tenía mucha suerte.

—Bueno, deberías sentirte afortunado Minho – Kyuhyun había pasado un brazo por los brazos del menor – La madre Changmin enloqueció y mi padre seguramente me mata a golpes, pero al menos uno de nosotros nos brindará refugio si nos llegan a botar. Bueno, de hecho sería solo yo. A Changmin más que sea su padre lo apoya. ¡Que viva el divorcio!

Changmin negó divertido ante las palabras de su amigo y agradeció que al menos hoy no estuvieran tan interesados en saber de su relación con Yoochun, porque le resultaba extraño estar contando todo lo que pasaba a su alrededor. Suponía que una gran parte de eso se debía a que ya lo conocían, y eso aplacaba un poco su curiosidad.

No había notado que Kyuhyun había bajado un poco el volumen a la música. Y cuando Kyuhyun lo retó a una partida, Changmin empezó a olvidar por completo el caos que era su vida desde hace unos días atrás. Su padre le había permitido sin problema que estuvieran en la sala mientras él trabajaba en el estudio. Se sentía en libertad, pero a la vez sutilmente vigilado. Y era extraño, no estaba acostumbrado a ello, pero se sentía de alguna manera agradecido.

La gente valoraba cosas cotidianas, cuando jamás había tenido acceso a ellas.

Yoochun caminó hasta su puerta en cuanto escuchó el timbre, extrañado porque usualmente solía llamar por el intercomunicador cuando llegaba alguien al edificio, y no habían demasiadas personas que pudiera pasar así de fácil por orden de él. Así que cuando la abrió no se sorprendió demasiado de ver a Jaejoong ahí.

—¿Podemos hablar?

Jaejoong no había necesitado decir algo más, Yoochun le había abierto la puerta de su departamento y ambos se habían sentado en los sillones de su sala de estar. Jaejoong lucía un poco incómodo, sin embargo era obvio que entre ambos no solía ser así, por lo que se sacó la chaqueta que llevaba y suspiró.

—Tenías razón. He estado pensando mucho en ello, y es cierto, aun tengo la espina de Yunho clavada en el interior, nunca ha dejado de ser – Yoochun quiso disculparse por lo de aquella vez, pero Jaejoong solo levantó su mano derecha y él calló – Escúchame primero. A pesar de lo que acabo de decir, sigo creyendo por múltiples razones que ya ni siquiera vale la pena discutir, porque tú ya las tienes que haber analizado, que todo lo que estás haciendo es un gran error. Sigo firme en que no deberías hacerlo. No me pidas que te escuche o que te de consejos, porque eso no va a pasar. Pero puedes contar conmigo, siempre has podido, aunque a veces me haya comportado como un idiota, lo hecho por tu bien. Sin embargo entiendo que tampoco puedo obligarte a hacer lo que yo creo correcto.

La voz de Jaejoong se vio un poco amortiguada en sus últimas palabras ante el abrazo repentino y fuerte de Yoochun, se relajó entre sus brazos y suspiró hondamente antes de devolver el gesto como tal. Su cabeza y sus ideas aún daban demasiadas vueltas, pero sabía y comprendía que a pesar de todo, no podía estar lejos de él.

—Gracias. Sabía que volverías a mí.

—Eres un estúpido.

Jaejoong sonrió ante el tonito burlón de Yoochun, pero se sintió aliviado por igual.

Tenía muchos miedos alrededor de toda esta situación, pero al mismo tiempo temía por lo que podría ocurrir, si él no se encontraba cerca, para poder acudir hasta él. Y aún así, tenían una larga charla pendiente.

Alrededor de las nueve de la noche, luego de que padre comprara pizza para todos y sus amigos finalmente se marcharan , Changmin aprovechó para tomar una ducha rápida y poder investigar el dichoso poema del que tanto le había hablado Yoochun. Tomó la tablet y se sentó en el pequeño mueble bajo la ventana de su habitación. Bomul no tardó en sentarse sobre sus piernas y afortunadamente se quedó quieto.

Estaba por empezar, cuando su padre golpeó bajamente la puerta y se asomó.

—¿Ya vas a dormir?

—En realidad pensaba leer un poco.

—Me alegra. — Hyunsik se sentó cerca de sus pies en el sillón y le sonrió – Y me alegra aún más que tus amigos vengan a divertirse, alguno de ellos…

Changmin sonrió, divertido al recordar las palabras de Minho y Kyuhuyn.

—No, papá. Ninguno de ellos. Algún día si es algo más serio te lo contaré.

Hyunsik no quiso insistir, quizá para darle un poco de intimidad. Changmin prefirió que fuera así, no quería mentirle, no a él. No ahora que se estaba comportando tan bien con él, que intentaba una buena relación entre ambos. Y eso en el fondo, le dejó un sabor amargo en la boca. No podía querer a Yoochun como quería, pero aún así lo quería. Y tenía miedo que en algún punto aquello los llegara a cansar.

—Bien, ¿tienes planes para mañana?

—De hecho… bueno, pensaba pasar el sábado con él.

Changmin se sintió un poco tímido, extrañamente tímido porque era la primera vez que hablaba de Yoochun con alguien más a parte de sus amigos e incluso el estómago entero parecía revolverse.

—Ya veo. Entonces ¿agenda ocupada?

—Creo, ¿por qué?

—Pensaba que saliéramos a cenar, quiero presentarte a alguien.

Por un momento creyó que estaría bien. Su padre quería involucrarlo en su vida, quería ir despacio y por eso se lo avisaba con antelación e incluso no se lo había mencionado de inmediato.

—El domingo estaría bien, quedé con Sunny en la mañana, pero podemos salir a cenar en la noche.

—¡Perfecto! —Su padre le mostró una amplia sonrisa —Entonces haré la reservación. No te desveles mucho. Aunque mañana es sábado, así que se libre de amanecerte si te da la gana – Hyunsik tomó su rostro y besó rápidamente su frente, fue un gesto pequeño y aún así Changmin lo sintió tan cálido – Todo va a estar bien, hijo. Lo prometo.

Changmin asintió, mirando como su padre abandonaba la habitación y Bomul apenas y se había movido un poco cuando su padre en señal de despedida lo acarició suave. Regresó su mirada a la pantalla y encontró el poema con facilidad. Recuerda que en algún momento de la noche empezó a llover, quizá fue cuando su padre entró en la habitación, quizá antes, tal vez después.

Pero en algún punto mientras leía, sintió que el pecho se llenaba de una sensación cálida, el estómago volvió a revolverse y se sintió terriblemente atacado. Como si quisiera apretar fuertemente sus manos o tapar su rostro con ellas y ocultarse por completo. Abrazó a su pecho la tablet y se encogió levemente.

Yoochun idiota…

Abrumado y avergonzado por igual.

Mil veces sorprendiste, madre amada,

en mi boca un suspiro abrasador;

y era él quien lo arrancaba de mi pecho;

él, la fascinación de mis sentidos;

él, ideal de mis sueños más queridos;

él, mi primero, mi ferviente amor.

Faltan 51 días.

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Prisma de Inocencia: Tercera Parte


Prisma de Inocencia

En la vida he aprendido que el demonio se viste de cosas bellas.

Tercera Parte

Alguna vez cuando era muy joven, a los nueve años, aunque muy prematuramente, Yunho comprendió que cuando sus padres hablaban sobre una cena formar con sus socios, donde él debía ser educado y amable, realmente debía serlo era importante y únicamente debía comportarse, era como estar y no estar al mismo tiempo. Su presencia pasaba casi inadvertida porque muchas veces los adultos se enfrascaban en sus conversas y apenas lo miraban para decir lo bonito que era, luego de eso, Yunho era un mueble más en la estancia.

Cuando cumplió los quince, comprendió que ciertos negocios de sus padres se manejaban a través de las apariencias, el negociante o el negocio dependían de que su madre luciera amorosa y dulce, cuando pocas veces incluso lo abrazaba, y que su padre fuera cálido y orgulloso de él, cuando ciertamente rara vez lo veía en casa. Así que Yunho era cordial y afable, bueno en la escuela, bueno en los deportes, atractivo, cuando en realidad en ocasiones odiara serlo. Pero era lo que sus padres querían de él y se había acostumbrado a recibir buenas recompensas por su actuar de acuerdo a la ocasión.


A veces, solo a veces parecían sentirse orgulloso de él.

Por eso es que la conversación de hace unas horas lo hizo sentir casualmente incómodo, pero cuando su madre mencionó la cena, lo entendió todo.

Así que cuando Changmin atravesó la puerta de su casa, con una expresión estoica y algo molesta; luego de una mirada de su madre, suspiró y lo saludo cordialmente, no como si fueran amigos, Yunho sabía que jamás lo serían pero Changmin parecía adecuado a obedecer incluso aunque se viera un poco más reticente, su madre había aparecido unos segundos después y todos se habían saludado con afabilidad, como si el negocio estuviera casi cerrado y esto fuera meramente cortesía.

Ahora podía escuchar la conversa lejana de los adultos mientras cortaba la carne y Changmin frente a él parecía completamente ajeno a todo lo que sucedía en la mesa, las palabras de su madre por un momento estuvieron a punto de enloquecerlo “Cada uno recibe al amor a su ritmo” pero no había posibilidad alguna que algo así le pasara con alguien como él. Aunque algo en él le atrajera, sabía que jamás pasaría algo más que sexo entre ellos.

—¿Qué?

La voz desganada de Shim por un momento logró sorprenderlo, honestamente no sabía cuanto tiempo llevaba mirándolo que incluso el menor parecía hastiado.

—¿Disculpa?

Changmin viró los ojos, molesto, cansado y a punto de explotar.

—Llevas mirándome como si fuera un mono de circo, y de paso actuás como un lindo monito educado.

—Entonces, quizá siendo de la misma especie ¿deberíamos conocernos mejor?

Atacó sabiendo lo mucho que le molestaba al otro que coqueteara con él. Y de hecho, resultó como esperaba. Resopló molesto y volvió a su comida, dejándolo solo con sus pensamientos de nuevo. Empezaba a temerle un poco, porque quizá su madre tenía un poco de razón.

Cerca de las nueve de la noche sus padres se metieron en una conversación que parecía seria, ese era el momento silencioso en que los menores debían ir por ahí. Así que se acercó a Changmin en frente de sus padres y le ofreció ir al conversar al jardín. Entonces al menor no le quedó de otra que aceptar.

— Te puedes ir.

Changmin apenas había atravesado la puerta corrediza sacó un pequeño cigarrillo y lo encendió a una velocidad impresionan, el humo salió de sus labios y Yunho sintió un doloroso retortijón en el estómago. Maldición así era más que imposible ignorarlo.

No estuvo seguro de cómo ni porqué Changmin lo permitió pero se acercó a él, quitándole el cigarrillo de las manos hasta ponerlo de espalda a la pared, lo suficientemente cerca como para que no pudiera escapar con facilidad. Miró sus labios porque siempre le habían parecido demasiado agradables de mirar y notó como el menor miraba aún el cigarrillo en sus manos y de repente lo miraba de nuevo a él.

Changmin era apenas de su porte, incluso aunque él llevara un año de ventaja.

—¿Por qué no me alejas?

—¿Por qué no lo haces tú?

Fue un breve momento, él miró sus labios también y luego regresó a sus ojos, como si con esa pequeña acción lograra frenarlo. Yunho nunca entendió ese tire y afloja que ambos tenían. Changmin parecía despreciarlo por algunas de las múltiples razones que merecía, era válida su actitud. Su reputación ampliamente reconocida lo validaba. Aún así Changmin jamás lo distanciaba por completo.

Jamás soltaba esa pequeña cuerda de la que jalaba de él.

Y cuando él lograba distraerse con alguien más, los ojos de Shim lo seguían, Yunho lo sabía bien, lo sentía el tiempo entero. Un paso más, el cigarrillo se consumaba en sus manos y su cuerpo ya rozaba el otro.

—No lo hagas.

—Vete entonces.

Podía sentir su aliento cerca y si se inclinaba un poco más rozaría su boca. Sin embargo las manos de Changmin fueron más veloces, lo tomaron de la quijada y con un inspiración profunda hizo que su cuerpo se sintiera sin fuerzas. Sus labios apenas se posaron sobre los suyos, tiró el cigarrillo y lo jaló del pantalón hasta él, abrió la boca para poder sentirlo intensamente, Changmin no se negó, no lo evitó e incluso sus manos rozaron su cuello.

Había un sentimiento embriagante en medio del beso, Yunho en el fondo sabía que algo así pasaría y sin embargo por dentro sentía que debía detenerse. Pero su cuerpo rozaba el de Changmin y las voces en su cabeza desaparecieron, Changmin lo atrajo a su cuerpo con fuerza, y su boca buscó el cuello del menor como si pudiera devorarlo entero , Changmin gimió bajito porque sus entrepiernas se rozaron y cuando su pierna logró colarse entre las de Changmin sintió como el otro suspiró apoyando la quijada en su hombro.

—Vamos a mi habitación.

Changmin no respondió, pero volvió a halarlo con fuerza. Esta vez lo besó diferente, fue muy diferente. Fue con hambre, con premura y como si planeara dejarlo sin aire. Yunho no fue diferente y en algún momento con las manos en la espalda de él, sus cuerpos no pudieron estar más cerca.

—¿Yunho?

Ambos se alejaron, Yunho lamió sus labios un poco, lo miró arreglarse un poco la puerta y su madre apareció entre ambos, confundida y un poco confusa.

—¿Todo bien?

—Si, madre. ¿Me buscabas?

—Por supuesto, los señores Shim ya se van.

Se miraron brevemente y Changmin solo tragó despacio.

—Bueno, entonces es hora de que me vaya. Ha sido un gusto conocerla señora Jung.

—Por supuesto, para mi también.

Changmin asintió, se despidió brevemente. Su madre lo miró y alzó una ceja, pero Yunho prefirió sonreírle tranquilamente. Y regresar a la sala común donde aún se encontraba su padre, conversando con el padre de Changmin, él no volvió a mirarlo a los ojos hasta que se fueron de ahí, y mientras caminaban hasta su auto le dirigió una breve mirada como si le sorprendiera que él aún lo siguiera con la mirada.

Yunho se despidió con una sonrisa, y Changmin solo se irguió un poco más y lo ignoró.

Los días siguientes a eso, fueron bastante extraños. El primer día lo evitó por completo, Yunho suponía que algo así estaba a punto de pasar. Changmin a veces, muy pocas, podía ser predecible, por lo que se entretuvo con sus amistades y los planes de fin de semana que incluían la fiesta en casa de Soohae. Yoochun de alguna manera se había integrado en su grupo era algo que suponía pasaría, por alguna razón le agradaba a Park y evidentemente la gente la popularidad de Yoochun tan solo crecía.

No estaba muy seguro el tipo de persona que era Yoochun, era bastante misterioso, hablaba poco de su vida pasada. Y tampoco conversaba mucho de si, no parecía realmente cercano a nadie y él tampoco hacía esfuerzos por averiguar sobre él. Quizá esa era una de las razones por las que Yoochun se sentía cómodo a su lado. Aunque incluso los rumores que viajaban por todos lados, decían que Park había sido transferido por meterse con una profesora, casada y todo lo demás. Él no le preguntaba y Yoochun jamás lo mencionaba. Pero todo el mundo hablaba de él.

El día después a ese, descubrió a Changmin mirando a Park disimuladamente, se encontraba guardando unas cosas en el casillero, pero de vez en cuando, en especial cuando Park reía, Changmin giraba apenas su rostro y lo observaba. Yoochun estaba unos pasos más allá, conversando con Donghae y Hyukjae. Él apenas iba llegando ese día, entretenido como estaba por haber sorprendido a Shim en eso, que el llamado de Donghae lo tomó de sorpresa.

—¡Hey, Yunho! —Sonrió hacía ellos y Yoochun tenía por primera vez una sonrisa en el rostro, producto seguramente de su risa anterior, parecía de buen ánimo ese día— Hyukjae tiene que contarte lo que le pasó con Yuri el día de ayer. Es la mejor historia del año.

Donghae pasó su brazo por encima de sus hombros en tanto Hyukjae empezaba a relatar su impresionante historia que incluía a la policía y los padres de Yuri. Los cuatros se dirigieron al salón, y pudo sentir la mirada de Changmin esta vez sobre él. Eso, no quitó el sabor amargo en su boca.

No estaba muy seguro cómo era ahora su relación, pero luego de aquello se lo topó en uno de los pasillos y lo ignoró, cuando lo enviaron a pedirle a la secretaria que fuera por un informe y que le sacara copia para cada uno de sus compañeros quiso hacer lo mismo. En la sala de profesores había una fotocopiadora, de libre uso para ellos. Solían enviar a estudiantes de confianza a sacar copias ahí, así que no le sorprendió encontrar a Changmin contando las copias que muy probablemente acababa de sacar.

No había nadie más.

Pero Yunho no le habló, no estaba muy seguro de cómo se sentía todavía, pero había decidido dejar de enfrentarlo y evitarlo, en unos meses se iría de ahí, viajaría al extranjero gracias a su beca, presionó la cantidad de copias que necesitaba y la máquina empezó a hacer su trabajo. Changmin ordenó las copias en su mano, terminando de contar aparentemente y el silencio de pronto fue demasiado incluso para él.

—Vi el tablón de anuncios.

Yunho unicamente giró un poco el rostro, Changmin estaba de espaldas a él, con las copias en los brazos.

—No sabía que tenías cerebro, una beca en el extranjero es bastante impresionante.

De repente, Yunho en verdad temió cuando lo vio sonreír sardónicamente y su cuerpo se movió solo, porque le quitó los papeles de la mano y Changmin abrió bastante los ojos, pero lo dejó hacer, siguiendo con sus ojos cada uno de sus movimientos, incluso cuando se acercó a él, solo retrocedió hasta quedar sentado sobre la mesa a su espalda. Yunho ni siquiera pronunció palabra alguna y con una mano que acarició su cuello empezó a besarlo profundamente.

Él se puso entre sus piernas y con su otra mano lo atrajo a su cuerpo, nuevamente demasiado cerca el uno del otro y él completamente expuesto de nuevo. Dejándose hacer.

Yunho percibió que algo muy malo pasaba entre ambos cuando sus reacciones eran completamente físicas el tiempo entero, haló de su labio inferior cuando el beso estuvo por terminar y Changmin únicamente inclinó la cabeza hacía atrás.

¿Qué se suponía estaba haciendo?

Lo contempló un rato y miró su cola moverse cadenciosamente, un poco mas alto que su cabeza.

—Nos vemos en la fiesta de Soohae.

—No iré.

Yunho giró, para tomar las copias que se encontraban listas. Y decidió salir de ahí cuanto antes. Así que antes de salir de ahí lo miró, todavía un poco agitado , mirándolo de pie del lado contrario de la mesa.

—Irás.

Y luego no quiso volver a mirar hacía atrás.

—¿Es cierto?

Yoochun lo miró de reojo mientras comía la manzana entre sus manos y dejaba el libro por un instante.

—¿El qué?

—Que no andas con chicos vírgenes.

—No ando con chicos en general.

Fue algo que salió tan natural de su boca, que Yunho se sintió un poco abrumado. Durante la hora del almuerzo usualmente se encontraban rodeados de gente, pero Hyukjae había perdido una apuesta con él y le tocaba comprarle el almuerzo mientras que Yoochun rara vez solía comer en el almuerzo, así que esos primeros minutos mientras el resto hacía fila en la cafetería había sido el momento adecuado que había encontrado para preguntar.

Yoochun había regresado su mirada al libro en sus manos. Y Yunho trató de buscar con la mirada a Changmin, sin embargo no lo encontró por ninguna parte. La vida era bastante curiosa, aún más cuando el no movía pieza alguna para que las cosas estuvieran en su favor.

Cerca de las ocho de la noche llegó a la casa de Soohae, ella se encontraba verdaderamente hermosa y con una sonrisa grande lo recibió con los brazos abiertos. Conversó con ella un rato, el suficiente para que su presencia no resultara incómoda, en especial porque ni el mismo sabía porqué estaba ahí, se quería ir. De alguna forma sabía que estaba a punto de cometer un grave error.

Cuando dieron las once, el lugar había enloquecido un poco.

Tal vez un poco, no eran las palabras adecuadas, había enloquecido demasiado. Yunho bailaba con una muchacha, de un internado o algo así le había dicho ella, la música estaba a todo lo que daba y él estaba en la etapa de recuperar su vida anterior y exterminar sus deseos fuera de lugar. Changmin jamás apareció y se descubrió así mismo deseando que apareciera. Era una absoluta desgracia su cabeza para ese instante, así que decidió matar las voces en su cabeza con mucho licor.

Probablemente de la misma forma que lo había hecho Yoochun, él no estaba muy seguro porque Park había accedido a ir, finalmente unos días atrás le había dicho que las fiestas ya no eran lo suyo. Yoochun lucía un poco abrumado hasta que se cargó el solo media botella de vodka y entonces todo fueron sonrisas y bailar, había cambiado de chica siquiera cuatro veces, como si ninguna le convenciera porque pasaba de ellas luego de bailar.

A Yunho le consternaba que se parecieran tanto y él estuviera tan al pendiente de ello.

—Hey… — la chica con la que bailaba posó su suave mano en su mejilla y lo regreso a la realidad, ni siquiera se había percatado que había estado mirando durante un largo rato a Yoochun, riendo en uno de los sillones en medio de dos chicas más – que tal si… — ella acarició su estomago lentamente y le sonrió – ¿Vamos arriba?

Debía estar loco. Mucho.

Porque volvió a perderse cuando lo vio entrar por la puerta principal, algunos de los amigos del menor celebraron el que realmente hubiera llegado y fue como si realmente supiera donde se encontraba. Changmin lo miró directamente, y Yunho dejó de escuchar la música a su alrededor.

—¡Oye!

La chica esta vez ¿Junhee? ¿Kahee? Gritó molesta, y su cuerpo un poco mareado llego al punto en que se odio por haberse emborrachado a pesar de la des inhibición que sentía ahora.

—Si no te interesa, solo dilo. — Esta vez ella se cruzó de brazos, con un pequeño puchero en la boca – Es humillante que simplemente te pierdas completo de vez en cuando ¿estás drogado o algo así?

—Laehee…

—¡Sohee!

—Perdón, Sohee, creo que deberías ir a bailar con alguien más.

Ella abrió mucho los ojos, pero Yunho solo le sonrió y trató de ubicar al menor quien parecía haber desaparecido de repente, en apenas unos segundos. Decidió ir a la cocina, por algo que le bajara un poco el licor. Cuando entró Changmin estaba con un vaso en las manos y volvió a mirarlo directamente a los ojos, haciendo que le doliera el estómago de nuevo.

—Haces que me queme el estómago… — habló con honestidad, pero Changmin solo sonrió – En la vida he aprendido que el demonio se viste de las cosas más bellas.

—¿Por eso estabas con ella? Porque tan bonita no me pareció…

Le quitó el vaso y lo dejó el mesón, volvió a besarlo, como si lo necesitara luego de horas enteras deseándolo. Beso con su lengua recorriendo la boca entera de Changmin, quien le permitió todo el acceso que quiso y luego finalmente capturó su último aliento antes de separarse.

—Sabes perfectamente que hablo de ti.

Changmin de pronto alzó la mirada. Los ojos de Donghae, abiertos de par en par los observaba desde la entrada de la cocina. Y Yunho de repente sintió ganas de vomitar.

Fin de la Tercera Parte.

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Corazón con Fecha de Expiración: Capitulo 15


Corazón con Fecha de Expiración

Explosión de Corazón

Capitulo Quince

Changmin tenía un sonrisa impregnada en los labios, la más hermosa de las sonrisas.

Porque sonreía de esa manera juguetona y afable que lo hacía sentir fuertes escalofríos en el cuerpo entero. Lo besaba entre ratos mientras se encontraba sobre él, con el cuerpo balanseándose sobre el suyo y su piel desnuda. Yoochun acarició su espalda, levemente sudorosa y masculina. Tenía un sentimiento atrapado entre el pecho y la garganta, unas palabras que no terminaban de salir y lo hacían ocultarse de la realidad a través de sus ojos.

—Deja de pensar.

Changmin acarició su sien, sutilmente tratando de despejara su mente.

—No pienso, te siento.

Shim volvió a sonreír, sus labios atrapando su boca y su alma con tan solo otro gesto. Es como si Changmin viviera a través de sus palabras. Como si no supiera lo peligrosas que son las personas que leen, como si no supiera lo bien que saben usar sus palabras. Y extrañamente Yoochun sentía que a pesar de todo, las usaría todas con tal de verlo sonreír otra vez.

Sostuvo con fuerza su cadera y lo giró con firmeza, logrando que quedara boca arriba, sobre la cama. El pequeño gemido que Changmin ahogó con esfuerzo se esparció dentro de su habitación. Y volvió a entrar lentamente en él, lentamente buscando que no pudiera callar más. Changmin arqueó su espalda y echó la cabeza hacia atrás. Dolía, ardía, escocía. Pero quemaba más dentro de su pecho, sostuvo sus manos sobre los hombros de Yoochun, sin detenerlo, solo para poder respirar entre embestidas, escuchando los graves jadeos del mayor.

Cuando la lengua de Yoochun pasó por la extensión de su cuello, Changmin abrió los ojos. Fue electrizante y prácticamente tembló.

—¡Espera!

Su voz sonó casi como un grito, pero no tuvo cabeza para la vergüenza en ese momento.

Su cuerpo se movía por si solo, y tragaba con dificultad.

—Necesito que entres más… Yo…

—Voltea.

Changmin apenas pudo levantarse poco, la mano de Yoochun atrapó su quijada y besó su boca con hambre una vez más. Nunca lo había besado así, ni siquiera él sabía que podía besar así. Pero quería besarlo así la vida entera. Respiro hondamente y giró, la cara contra la cama y Yoochun tocando sus piernas, abriéndolas despacio. Exasperandolo una vez más.

—¿Me sientes?

Volvió a sentirlo dentro, despacio, sus piernas podían sentirlo, y cuando sintió el leve cojín siendo colocado bajo su ombligo las manos de Yoochun rozando su piel lo hicieron estremecerse. Lo sintió como nunca antes y apretó las sábanas con sus manos. Quería gritarle que se moviera más rápido, más hondo, pero esa pequeña parte racional no se lo permitía, estaba tan expuesto, tan entregado a él. Que aún quería algo para él.

—¡Maldita sea! ¡Claro que si, muévete carajo!

Escuchó la pequeña risa de Yoochun y la forma que mordía su oreja. Las manos del mayor se posaron en su cadera y pudo sentir el vaivén de su cuerpo masculino rozando una y otra vez el suyo. Sintió las malditas mariposas en el cuerpo entero, quería dejar de gemir tan fuerte, quería no verse tan virgen en su primera vez, y aun así todo se fue al demonio cuando su cabeza se levantó con fuerza y sintió la efervescente sensación del orgasmo, degollando su parte racional y haciéndolo estremecerse por completo.

Cree haber gritado, no gemido. Pero ya no lo recuerda bien. Solo quedó débil, un poco suelto y con los gemidos de Yoochun trayéndolo a la realidad poco a poco. Sentía su cuerpo como si fuera gelatina, sin una minúscula prueba de que hubieran huesos dentro de él, pero cuando Yoochun gimió con fuerza, él solo sonrió una vez más. Los recuerdos luego de aquello son esporádicos y un poco discontinuos porque recuerda haberlo tenido sobre él unos segundos y luego a su lado, poniendo un poco de cabello tras su oreja, diciéndole algo que no escuchó y él solo contestó con una sonrisa. Maldito cuerpo virgen que no aguantó más de una ronda.

—Señorita Lee, necesitamos que entienda la gravedad del asunto.

Sunny miró de un lado a otro, frente a ella el director la miraba fijamente, como si pudiera leer su mente o algo parecido. La madre de Changmin se veía absolutamente imponente ante sus ojos, y tenía el ceño fruncido, cruzada de brazos, intimidándola más si fuera posible. Había llegado esa mañana con la preocupación de que aquello pasara. Changmin no aparecía desde la madrugada, y jamás le contestó a ella o a sus amigos.

Entonces, cerca de culminar la primera hora había sido llamada a dirección. Interrogada sobre la ubicación de Shim o sus amistades y ella había dicho lo que sabía, Minho y Kyuhyun eran sus amigos más cercanos, los únicos a parte de ella, puesto que en el Instituto no se llevaba bien con nadie más. Y evidentemente y por lo que había medio escuchado la mujer ya había estado en la casa de los dos muy temprano en la mañana para verificar que no estuviera ahí.

—Lo entiendo, director. Pero no puedo decirle más, porque no sé donde se encuentra.

—De acuerdo —el hombre sonó parsimonioso— Entonces podría decirnos de algún otro compañero que pudiera ayudarnos.

—Changmin no le habla a nadie más que a mi o al profesor Park.

—¿El profesor que le da las tutorías?

—Si, el profesor Park.

La mujer la miró adustamente, y luego reclinó su mirada sobre el hombre —¿Podríamos hablar con él? Quizá haya notado algo fuera de lo común en Changmin.

—El profesor Park está ausente desde el día de ayer por enfermedad, y hoy tampoco se ha presentado.

La mujer bajó los hombros, como si se le agotaran las oportunidades y Sunny se preguntó si ya habría hablado con Yunho, el primo de Changmin. Sin embargo no quiso darle más información de la necesaria puesto que Minho le había dicho que seguramente estaba con su pareja. Le pidió ser cuidadosa con la información que daba, y que sino se comunicaban con él hasta el medio día ellos mismos hablarían con la madre.

—Corazón… —Sunny sintió aquella palabra tan llena de hipocresía, no logró explicar porqué, pero la sintió tan falsa en cuanto salió de su boca— Yo sé que ustedes a esta edad creen en el amor y todas esas cursilerias, pero tienes que entender que Changmin es menor de edad todavía. Y no puede fugarse de casa simplemente porque no acepto que este con… esa persona. Es algo que tenemos que hablarlo.

—Yo… —La mujer la miró con astucia— Ni siquiera sabía que estaba saliendo con alguien.

La mujer afiló su mirada y sus facciones cambiaron de afabilidad a molestia casi de inmediato.

—No mientas, tu y sus otros dos amigos deben saber de quien se trata.

—No. No lo sé, señora. Y francamente me está incomodando. ¿Puedo ya irme a clase, director?

Miró expectante al hombre quien miraba a la mujer como si no entendiera su cambio de actitud y luego suspiro.

—Por supuesto estudiante Lee. Y disculpe si la señora Kim la hizo sentirse incómoda.

—No se preocupe, yo la entiendo. —Sunny se levantó tranquila, alizando un poco su falda y luego mirando a la mujer— Pero ahora también entiendo a Changmin.

En cuanto la menor abandonó la oficina Yonhee miró exasperada al hombre.

—¡Esta mintiendo!

—Le ruego que se calme señora Kim —El hombre volvió a sentarse tras su escritorio y suspiró— Mi recomendación es que vaya a poner una denuncia a la fiscalía. La policía sabrá a quien y cómo interrogar apropiadamente. No puedo hacer más, o el día de mañana tendré a los padres de la señorita con una demanda por acoso, que usted no va a enfrentar evidentemente.

Yonhee tomó su bolso con fiereza y miró instintivamente al hombre —Gracias por su gran ayuda— Su voz repleta de sarcasmo fue lo último que el director escuchó antes de que masajeara su sien. Y llamara a su secretaria, la mujer entró veloz a la oficina, sospechando gradualmente que las cosas no se habían solucionado, fueran lo que fueran, luego que la representante de uno de los estudiantes más privilegiados de la Institución abandonara la oficina azotando la puerta.

—Yuri, por favor comunicate con el profesor Park, a cómo de lugar y me pasas la llamada.

—Enseguida director.

La mujer abandonó la oficina y Sungki pensó que no le pagaban lo suficiente por afrontar estos problemas.

Yunho decidió esconderse un momento al ver a la mamá de Changmin, en el parqueadero, la mujer sostenía su pequeña cartera bajo el brazo mientras fumaba hondamente del pequeño cigarrillo en sus manos. Pensó por un momento en lo poco adecuado que era aquello estando dentro de una unidad educativa, pero aquello se esfumó de sus pensamientos en cuanto pudo escuchar su voz profunda y molesta. Como si le molestara masticar cada palabra.

¿Hyunsik? ¿Estás en el país?… Tenemos que hablar, pero antes que eso seré breve, ¿Changmin está contigo?… Si, si mira deja tus golpes de pecho y acusaciones, que no es el momento. El niño se ha fugado de casa ayer en la madrugada. Ya agoté mis recursos por eso me vi en la necesidad de llamarte… —Yonhee repentinamente arrojó el cigarrillo al cemento y lo pisó— Mira anda llamar loca al engendro que tienes por amante, Changmin no tiene porque distraerse con estúpidas relaciones, solo debe centrarse en estudiar y mucho estando con quien está… Si, si lo que sea. Nos vemos en treinta minutos en tu oficina. Es serio… ¡Si, si! Carajo, es más serio que el que este desaparecido. Jamás le voy a permitir que arruine su vida de esa manera.

Yunho tragó pesado, sintió un hueco en el estómago y se cuestionó seriamente si Yonhee sabía toda la verdady por eso se encontraba en el instituto en este momento, casi de inmediato mientras aún se encontraba interiorizado en sus cavilaciones, la llamada de Hyunsik apareció en su pantalla de celular y dejando pasar la primera llamada trató de encontrar las soluciones debidas para todo aquello.

Pensó de repente que en la actitud que se encontraba no era lo mejor para Yonhee saber donde posiblemente se encontraba, aunque siendo honesto consigo mismo si en realidad supiera que tenía algo con Yoochun, Yonhee estaría saliendo de aquí con policías directo al departamento de Park. Y aparentemente desconocía su paradero, quizá solamente había venido por información al colegio.

Cuando la segunda llamada de Hyunsik entró, Yunho apagó el teléfono.

No sabía porque estaba haciendo esto, pero no le quería mentir a Hyunsik y no le debía nada a Yonhee.

Trataría de hablar civilizadamente con Yoochun y Changmin y luego vería como afrontar todo aquello.

Jaejoong condujo con prisa y molesto.

Sabía por consciencia propia que no era el estado ideal para afrontar las cosas, pero tuvo que dejar el trabajo abandonado bajo una excusa barata al recibir la llamada de Yunho, con toda la historia de por medio. Yoochun definitivamente estaba perdiendo la cabeza. No sabia si estaba pensando sin dar una pizca de confianza en Changmin pero ese niño solo le traería problemas a su amigo. No podía verlo de otra manera. Y no valía la pena.

Cuando llegó al edificio, Yunho ya estaba ahí esperándolo frente al carro y con el rostro más que preocupado.

—¿Esperaste demasiado?

—Tres, a los sumo 5 minutos.

— De acuerdo, vamos. Tengo una llave de emergencia. Tampoco me contesta el celular.

Mientras utilizaba la llave de emergencia, pensó en lo incorrecto que era inmiscuirse en su vida de aquella manera. Sin embargo también pensó en que un menor estaba desaparecido y Yoochun podría joderse la vida en tan solo un minuto y salir esposado de aquel lugar.

Cuando entraron, sus miradas se dirigieron de inmediato a la pequeña mesita cerca de la cocina. Había un poco de frutas y unas cuantas tostadas sobre la mesa. Yoochun estaba leyendo un diario y Changmin en pantaloneta y una camisa sin mangas que obviamente no le pertenecían, frunció el ceño y el silencio se esparció por largos segundos que más bien parecieron minutos.

—Esa llave es para emergencias Jaejoong.

—Créeme, esto es una emergencia.

Changmin dejó los cubiertos sobre la mesa, respirando hondo y rascando un poco la base de su nariz. Yoochun parecía apunto de iniciar una discusión ante la actitud agria con la que Jaejoong se había acercado, pero decidió poner un brazo en medio de los dos y Jaejoong detuvo su camino. Yoochun y Changmin ni siquiera se habían movido.

—Primero permitanme calmar a los padres de Changmin y luego los cuatro necesitamos hablar. Por favor.

En el pequeño balcón Jaejoong agitaba brevemente sus brazos y Yoochun, con los brazos cruzados, negaba vagamente, parecía más bien cansado, y desde su perspectiva, Jaejoong parecía ser el único que hablaba. Changmin no podía entender el actuar de Kim, era sumamente invasivo con la vida de Yoochun y aquello le dejaba un sabor amargo en la boca, porque a pesar de todo Yoochun no lo alejaba y Jaejoong tampoco se iba.

No había un punto final, porque ninguno de los dos quería.

Al otro lado de la habitación, cerca del mesón de la cocina Yunho continuaba hablando por teléfono. A Changmin le hubiera gustado pasar más tiempo junto a Yoochun, continuar viviendo en esa estúpida nube lejos de la realidad donde luego de haber dormido a su lado, él lo levantaba a desayunar y platicaban de cualquier cosa que el mayor viera en el diario y él orgullosamente pudiera argumentar a su lado. Sin sentirse un niño estúpido, repentinamente tenía la necesidad de mostrarle que podía ser igual de interesante y culto como Yoochun lo era.

—Lo sé tío, debí llamarte. Pero todo pasó tan rápido… Tu exmujer tiene que haberte contado la situación. Fue una pelea horrible y Changmin no aguantó más… En realidad no creo que sea cómodo que lo vean ahora, ¿te parece en la tarde o noche? Creo que tanto ella como Changmin necesitan calmarse… Si, se está quedando conmigo, no te preocupes. Ok, adiós.

Yunho pasó una mano por su rostro y suspiró. Changmin seguía sentado en la mesa, pero ya no estaba desayunando. Miraba brevemente la pequeña discusión que Yoochun y Jaejoong mantenía y mientras ellos estuvieran en eso, pensó que sería el momento ideal para hablar con él.

—Acabo de mentir inconmensurablemente y sin saber del todo lo que ha pasado, ¿me podrías explicar que…?

En cuanto se sentó frente a él, notó que su pequeño primo no era más el niño pequeño que corría tras de él pidiéndole que le enseñara a jugar al futbol o volar cometas. Changmin había crecido, estaba a un paso de empezar la vida adulta y terminar el colegio. No era un hombre hecho y derecho, pero si un adolescente bastante maduro, siempre lo había sido. Y sin embargo, aún tenía esos dejes de inseguridad propia de la edad, y lo notaba en su pequeño rostro contraído y preocupado al ver a Jaejoong como una presencia perenne en la vida de Park.

—Changmin… —Puso sus manos sobre la mesa, para tratar de transmitirle un poco de paz— No voy a juzgarte, ¿de acuerdo? Quiero que hablemos, quiero escucharte ¿si? Dime por favor ¿qué es lo que está pasando aquí? Cuéntame tu historia, porque voy a enloquecer después de toda esta travesía.

Se soltó el nudo de la corbata y por fin sintió la completa atención del menor sobre él.

—Es que no lo puedo entender, Yoochun. No puedo. ¿Sabes lo que va a pasar en cinco años, cuando él tenga qué? ¿veintitrés, veinticuatro? Y Tú veintinueve. Que se va a conseguir un compañero de la universidad o uno del trabajo, que de repente se le haga más atractivo, más interesante y entonces tú dejaras de ser todo y pasaras a ser nada. Y todo el sacrificio, tu carrera se irá por el caño, y él no le va a importar ¿sabes por qué? ¡Porque tendrá veinticuatro años y a esa edad todo te viene a importar una reverenda mierda!

Yoochun bufó exasperado, Jaejoong bajó los brazos molesto y creyó al fin tener la oportunidad de hablar.

—Jaejoong —habló mirándolo directo a los ojos— Eso pasa en todas las parejas, no importa la edad que tengas. Hombres y mujeres de cuarenta años abandonan a sus parejas de años y les importa una mierda todo. Así que no me vengas con esas estupideces. ¿Crees que no sé que esto está mal? Que debería agarrar el primer vuelo a China y ver si por lo menos con kilómetros de distancia me lo quitó de la cabeza. Pero ¿sabes por qué no lo hago? ¡Porque sé que eso no va a pasar!

—¿Y qué? Ahora me vas a decir que estás enamorado de él, por favor.

Jaejoong dejó escapar una pequeña risa burlona mientras sacudía su propio cabello.

—Bueno sino fuera así ¿crees que estaría arriesgando mi vida entera solo por sexo?

Jaejoong esta vez lo miró fijamente.

—No vale la pena, Yoochun. Es solo un chico más. Se te va a pasar, siempre pasa.

Yoochun sintió un ardor en el estómago. Él se sentía mal, sabía que estaba mal; Pero Jaejoong ni siquiera hacía el esfuerzo por al menos comprenderlo. Se sentía solo, abandonado sin su apoyo. Quería al menos un poco de estabilidad y no sentirse desesperanzado la mayor parte del día, incluso sino se lo merecía. Y quizá la acumulación de todos esos sentimientos negativos fue lo que hizo que hablara.

—¿Sabes que es lo que pasa Jaejoong? Que el que tu no te hayas arriesgado no quiere decir que vivas sin pena. — Jaejoong en ese momento levanto impulsivamente la mirada directo hasta sus ojos— Lo único que haces es vivir pensando en los hubiera que pudiste haber tenido con Yunho si al menos te hubieras arriesgado. Entonces ¿por qué me pides que viva bajo los mismos estándares que tú?

Jaejoong se quedó impávido, Yoochun instantáneamente evitó sus ojos y se sintió horrible luego de haber dado en el punto débil de su mejor amigo.

—Todo mal con esta conversación, Yoochun. Todo mal.

Jaejoong abrió la puerta de cristal del balcón y salió velozmente de ahí, directo al lugar donde Yunho y Changmin hablaban.

Sunny miró por veinteava vez su celular, incapaz de encontrar un solo segundo de calma luego de saber por Minho que Changmin le había escrito un escueto mensaje diciendo que todo estaba bien y luego hablarian, se preguntó porque no había recibido un mensaje también pero supuso que Kyuhyun tampoco lo había recibido y ese más bien era un mensaje único que Minho había distribuido entre los tres.

Pensó en Kyuhyun y de inmediato se le revolvieron las entrañas.

Guardó el celular y colocó una mueca de disgusto en su boca.

Unos pocos metros más allá, observó su figura. Apoyado en una pequeña pared, en su uniforme que lo hacía ver aún mas atractivo, allí se encontraba Sungmin, haciendo latir su corazón dolorosamente. En cuanto la miró, ella todavía paralizada se culpó así misma por su propia estupidez y reaccionó, pensaba pasar de largo y evitarlo por completo, pero él sonrió y ella sin un gramo de dignidad se detuvo.

—Sunny, ayer no pudimos hablar. Pero me gustaría que me dejaras al menos tener una última charla.

“Dile que no” “Que se vayan al carajo, él y sus excusas estúpidas”

Le hubiera encantado decirle eso, pero al parecer su cerebro no tiene conexión con su boca.

—Que sea rápido, de camino a casa. Luego no te quiero ver mas.

—Muchas gracias, Sunny. En serio.

Realmente empezaba a odiarse.

—Nunca creí que alguno de nosotros haría algo como eso. Y si alguien lo hacía, juro que jamás pensé que sería Changmin.

Miró la pantalla de su celular, Kyuhyun a través de ella únicamente hacía un gesto de afirmación mientras terminaba lo que parecía ser una maqueta.

De hecho… ¿qué te ha dicho tu madre luego que la loca de Yonhee se apareciera casi que en la madrugada por ahí?

Minho entonces rió.

—De todo, trato de hablarme de buena manera, de mala manera, me castigo sin estar castigado. Ya sabes, no puedes salir porque presiento que vas a ir dejarle comida a tu amigo escondido debajo del puente. Pero aun así no estas castigado, solo quiero que digas la verdad.

Kyuhyun rió, finalmente mirándolo a través de la videollamada y sentándose un rato.

—Yo dije la verdad tipo “madre no sé que está pasando, me vine a enterar por su madre que se ha fugado y finalmente hace un rato le comenté que dio señales de vida y que ya se lo comenté a su madre” pero hasta ahí.

—¿Le dijiste a Yonhee lo del mensaje?

—Obvio que no, pero si se comunico con nosotros es porque algo debe estar solucionando con ellos. Además no ha vuelto a acosarme con sus llamadas histéricas, así que seguramente también sabe que está con vida.

Minho masajeó nerviosamente sus manos y finalmente suspiró.

—Ella… estaba más enloquecida porque Changmin aceptó ser gay, que por el hecho de que estaba desaparecido —de repente hubo un largo silencio entre ambos y Minho seguía sin mirarlo, concentrado en sus propias manos— ¿Tú… crees que mi madre reaccionaría igual? Yo no quiero que ella me desprecie ¿sabes? Ella y ustedes son las únicas personas que realmente me importan.

—Y Jinki hyung.

—¿Eh?

Minho esta vez lo miró, alzando su rostro sonrojado y nervioso.

—Jinki hyung te gusta no te hagas el estúpido. Así que entra en la lista de personas importantes supongo.— Kyuhyun rió divertido ante el repentino estado avergonzado de su amigo y suspiró con la mirada un poco perdida— Ah, eres afortunado, si me lo preguntas no creo que tu mamá enloquecería. Mi padre en cambio es otra historia, me mataría a golpes te lo aseguro.

Kyuhyun lo dijo bromeando, pero a Minho no le gustó que lo dijera tan despreocupadamente.

—Minho…

Repentinamente el mundo entero de Minho se paralizó, levantó la cabeza, mirando un punto fijo en la pared, temeroso de girar a su derecha y observar a su madre en la puerta. Sin embargo luego de unos segundos giró despacio, con mil dudas en la cabeza ¿habría escuchado? ¿qué tanto había escuchado?

Todas sus dudas se fueron aclarando poco a poco cuando notó el rostro afligido de la mujer, sosteniendo todavía el pomo de la puerta. Definitivamente lo había escuchado todo.

—Cuelga la llamada por favor, tenemos que hablar. —La miró hablar despacio, con toda esa femineidad y calma que siempre la habían caracterizado, aunque luciera más bien un poco desorientada sin saber que hacer en esos momentos.— Te espero en mi habitación.

Regresó su mirada a Kyuhyun quien lucía preocupado y algo angustiado, trató de regalarle una pequeña sonrisa y luego susurro “no te preocupes, luego te hablo” y finalmente cortó la llamada.

Jaejoong tenía minutos sin objetar palabra, sencillamente se había sentado en una de las sillas a escuchar el largo discurso de Yunho acerca de que lo mejor era que por el momento Changmin se regresará con él a casa de su madre, no podía aún entender esa relación turbia que ambos tenían, no podía incluso a pesar de los veinticuatro años de Yoochun y la personalidad madura de Changmin. Sin embargo él planteó una posibilidad que hasta ahora no había sido puesta sobre la mesa con claridad.

Changmin en unas pocas semanas cumpliría los dieciocho. Terminaría el colegio y empezaría la universidad, no quería darles alas pero existía la posibilidad de hacer las cosas medianamente bien. Aún no estaba del lado de nadie, más que del bienestar de Changmin y conociéndolo como lo conocía, impedirle estar con Yoochun solo acarrearía más problemas. Yunho siempre bromeó con que Changmin era un anciano el cuerpo de un adolescente por sus pensamientos profundos, conocimientos vastos y personalidad reservada y tranquila. Pero nunca lo creyó capaz de involucrarse en una relación tan profundamente arraigada. Porque básicamente jamás lo había visto realmente interesado por otro ser humano.

Y eso, honestamente le sumaba puntos a Yoochun. Muy bajamente, pero lo hacía.

Y del mismo modo, algo en su interior lo hacía derrumbarse ante ellos cuando notaba ciertos gestos y miradas en Yoochun que no eran de un simple romance. Había una conexión entre ellos, una que particularmente le asustaba porque no podía medir hasta donde eran capaces de llegar, aún más que él jamás la había sentido.

Curiosamente Jaejoong parecía metido en sus pensamientos, no había levantado la mirada de algún punto en concreto sobre la mesa. Y no interrumpió o contradijo alguna palabra de Yoochun o Changmin, aun más cuando Changmin se negó rotundamente a volver donde su madre. Aún había muchas cosas que hablar y sinceramente él ya se sentía exhausto, pero tenía que llevar a Changmin con sus padres.

Yoochun luego de un rato propuso convencer a Changmin y ayudarlo a recoger sus cosas. Lo cual en realidad era obviamente una excusa para poder conversarlo en privado, ambos se perdieron por el pasillo aún con las quejas de Changmin en su oído, y cuando estuvieron solos, Yunho tocó levemente la mano de Jaejoong quien prácticamente pareció despertar de su letargo y lo miró.

—¿Todo bien?

—Si, disculpa. Yo solo… discutí con Yoochun. —Jaejoong esta vez suspiró, poniéndose de pie de repente— Creo que me iré primero. Dile a Yoochun que… No, mejor no le digas nada.

—Hey… —Sostuvo su brazo— ¿Seguro que estás bien?

—Si, no te preocupes.

Le dio una sonrisa breve, y luego simplemente se marchó.

—Changmin escucha…

—No, escuchame tú. Si vuelvo a ese lugar será únicamente por Bomul. Luego saldré para no volver jamás.

Yoochun lo tomó por los hombros, mirándolo directamente a los ojos a pesar de la reacción estoica en el menor.

—¿Confías en mí?

—No vayas por ese lado, Yoochun.

Changmin desvió la mirada, con una expresión rendida.

—Hagamos las cosas bien ¿de acuerdo?

—¿Qué es hacer las cosas bien para ti?

Yoochun pudo identificar claramente la ironía en su tono de voz.

—Quiero que me demuestres un poco de esa madurez de la que tanto haces gala y confíes en mí. Dejame pensar bien las cosas y te prometo. Te aseguro que tendremos más mañanas como las de hoy.

Changmin se sintió repentinamente nervioso, ¿tan transparente había sido esa mañana?

Él quería más mañanas así, quería muchas más, las quería todas. Junto a él y su café amargo. Comentando las noticias del día y planeando una salida a alguna exposición de arte.

Changmin se había hecho tantas ideas en la cabeza, que era hasta vergonzoso.

…Pero, aún así las querías todas. Cumplidas a su lado.

—¿Vas a confiar en mí?

—Siempre lo termino haciendo —Comentó con desgano.

Yoochun rió, besando sus labios lentamente y a gusto con que Changmin empezará a devolverle el beso con entusiasmo.

—Recuerdalo, mañana, hoy, ayer; esto iba a pasar.

—Y seguirá pasando.

Changmin esta vez lo abrazó. Suspirando despacio.

—Empiezan a disgustarme estos abrazos.

—¿Por qué? —Preguntó Yoochun, afianzado a su cuerpo todavía.

—Porque siempre me saben a despedida.

Yoochun no dijo algo más, únicamente lo miró recoger su mochila y finalmente caminar hasta la puerta de la habitación, abriéndola de nuevo. Changmin de repente giró brevemente hacía él y lo miró divertido —Oye…

—¿Hmm?

—Creo que me estoy enamorando mucho de ti.

Y eso fue todo, Changmin le regaló la más bella de las sonrisas y luego simplemente salió.

—¿Listo?

En la sala, Yunho lo esperaba ya de pie. No registró presencia alguna de Jaejoong pero para ese momento poco le importó. Justo en ese instante el corazón le latía apresurado. ¿Cómo se había atrevido a decir tamaña tontería? Por dios, que horror, eso jamás se lo contaría a sus amigos, o tendrían para burlarse de él la vida entera.

—Vamos, pero te advierto que si esa mujer insiste con lo del tratamiento, no habrá poder humano que evite que me fugue diez mil veces si es necesario.

—No va a pasar ¿me oyes? Estas enamorado de un chico, no de una vaca. Quien es el chico esa es otra historia, pero Yonhee no va a satanizarte por estar enamorado.

—¿Sabes? —Sonrió Changmin— A veces me caes bien, primo.

—Niño idiota.

Yunho sacudió sus cabellos y al ver a Yoochun salir tras de ellos únicamente inclinó su cabeza en señal de despido. Yoochun hizo lo mismo y luego vio la mirada que ambos compartieron. Yoochun agitó un poco su mano y Changmin solo volvió a sonreir.

En el pasillo camino al ascensor, el celular de Changmin recibió dos mensaje.

Oye” leyó el menor con una sonrisa en el rostro sin notar la mirada de Yunho quien intrigado lo veía de reojo ante lo feliz y avergonzado que lucía de repente. “Creo que yo también” no quiso preguntar, pero Jung ya suponía de quien se trataba, y odiaba aceptarlo, pero nunca antes lo había visto sonreír así. Y esperaba realmente no estarse equivocando, al darle tantas alas y que llegara a volar demasiado cerca del sol.

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