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A libro abierto: capitulo cinco


A Libro Abierto

 

Capitulo Cinco: Apuesto que él, puede ser mejor que tú.

—Así que señores estudiantes, seguimos esperando sus candidaturas para las elecciones de este año, hasta el momento hay una aprobada y otra en consideración por la junta directiva, con un candidato más será suficiente. Recuerden que debe haber un equilibrio entre disciplina y promedio de estudios.

Onew masticó un poco la galleta entre sus manos y notó la mirada emocionada de Taemin sobre él.

—¿Qué sucede?

—Deberías postularte. Serías un genial candidato.

Jinki se atragantó, y tosió lo menos discretamente que pudo mientras la voz del director seguía con sus anuncios parcos de cada mañana y Taemin palmeaba su espalda durante la hora del receso.

—¿Qué locuras dices Taemin?— Habló después de un rato —Eso es un concurso de popularidad, y cómo te podrás imaginar tu hyung no es muy popular que digamos.

—Pero yo te puedo ayudar y Joon es bastante popular seguramente estaría gustoso de ayudarte, el otro día me comentó que gracias a ti había subido su promedio a siete. Y eso es bastante.

—No Taemin.

Jinki trató de ser tajante, de borrar esa idea loca de la cabeza del menor pero Taemin ya parecía haber cultivado la idea en su cabeza.

—Pero hyung incluso podía pedirle ayuda a Minho hyung y…

—¡No!— Onew agitó sus manos —De ninguna manera, mucho menos a él.

Taemin se cruzó de brazos. Con un puchero en los labios.

—Hyung ¿por qué Minho hyung no te agrada?

—Por que es odioso, me ha tratado mal desde el inicio de este año y no sé… Solo es odioso.

Taemin viró los ojos, volviendo a tomar un poco de su jugo y mirando hacía las canchas, en esta ocasión vacías por adecenamientos, y entonces ese pensamiento intempestivo llegó a su cabeza.

—Hyung— Jinki lo miró —Este fin de semana es mi primer partido y el entrenador prometió ponerme a jugar más que sea quince minutos. Tienes que venir.

Los ojos de Taemin lo miraron con esperanza, sosteniéndolo levemente del brazo y Jinki solo pudo sonreír.

—Claro que iré.

—Kai me tienes que ayudar.

Justo en ese momento Kai se arrepintió de haberle dicho que si, sin antes haber preguntado cual era ese favor que Taemin tanto requería de su parte.

—¿Te golpeaste muy duro la cabeza de chiquito o qué? Por supuesto que no.

—Pero eres el delgado de los alumnos de primero, a ti de seguro no te dicen nada.

—Precisamente, no voy a arriesgar mi conducta por que tú quieres salvar el mundo y hacer a tu hyung un ganador y no sé cuanta tontería más.

Los pasos de Kai empezaban a alejarse de dirección mientras Taemin lo tomaba del brazo y trataba de que este se mantuviera en su lugar, pero Kai, mucho más corpulento que Taemin empezó a moverse, sin importarle que el otro siguiera haciendo su pequeño escándalo en medio pasillo.

—¿Cómo puedes ser menor que yo y más fuerte?— Se quejó Taemin, todavía sosteniendo fuertemente el brazo de Kai, quien finalmente suspiró —Kai… Por favor~

—¿No me vas a meter en problemas, cierto?

—Asumiré toda la culpa.

Taemin llevó una mano a su pecho, con la quijada en alto y la seguridad en sus palabras.

—Bien…— Masculló el menor, regresando sus pasos y abriendo la puerta de secretaría donde la mujer levantó la  mirada, con una amable sonrisa en el rostro —Buenos días señorita Han ¿aún están abiertas las inscripciones para presidente escolar?

—Si, es el último día, así que están a tiempo muchachos.

Taemin golpeó un poco la espalda de Kai, y este respiró hondo. Lo más que pudo.

—Bueno, lo que sucede es que no es para inscribirme sino para inscribir a un amigo, que está muy ocupado, pero me envío su carnet— Taemin le pasó el documento a Kai y este a la secretaria —Usted lo conoce,  pues Taemin es su mejor amigo y toda la cosa, y yo soy el delgado de primero.

La mujer pareció pensarlo un rato, mirando la credencial y suspirando a final.

—Bien, rellenen esta ficha de inscripción y Lee Jinki quedará oficialmente inscrito.

Taemin abrió mucho sus ojos y Kai lo miró con una última amenaza.

Más le valía al mayor que toda esa tontería terminara bien.

—¿Sigues con esa tontería?

Minho terminó de ponerse la camisa, dispuesto a salir a practicar con el resto del equipo que ya estaba listo, mientras Jonghyun parecía interesado en seguir escribiendo.

—Si, ya ves que la cursilería y yo no nos llevamos, pero él no se ha quejado.

—Por que no ha tenido la oportunidad— Choi recogió el balón y caminó hasta la puerta —Ya en serio Jong, deja la estupidez y vamos a entrenar.

—¡Lo siento!— Taemin entró corriendo, como si el tiempo no hubiera sido el suficiente ese día para él —Se me hizo más tarde de lo esperado.

—Ya pensábamos que no vendrías.

—Si, lo siento. Es que estaba con Kai solucionando un par de cosas.

Jonghyun se levantó de su lugar, estirando su cuerpo y guardando sus pertenencias en el casillero, saliendo directo al jardín mientras Minho posaba su mirada en Taemin y el menor lo miraba con una sonrisa en el rostro —¿Qué pasa?— Pero Minho solo sacudió un poco su cabeza y luego suspiró.

—Nada.

Vio la espalda de Minho alejarse, y Taemin entonces optó por levantar un poco los hombros y cambiarse de camisa velozmente, pero el ruido de la puerta abriéndose lo hizo girar otra vez, Minho acababa de aparecer. Caminaba rápido hasta donde él se encontraba, ajustaba las manos a sus mejillas y pegaba los labios a los suyos, haciéndolo abrir los ojos bastante y que las palabras murieran en su garganta.

Pero Minho permanecía con los ojos cerrados, con sus labios ajustados a los suyos sin mayor movimiento, en un roce ligero que finalmente terminó dejando a Taemin estático y vacío, mientras Minho suspiraba y juntaba sus frentes.

—Él es un problema…— Susurró y Taemin se sintió más confundido que antes —Pero no eres tú.

Taemin tragó fuerte y miró a Minho que ya se alejaba, veía su espalda ancha empezar a alejarse, y justo antes de salir se detenía para hablar. —Siento lo del beso— Pronunció de repente —No volverá a suceder.

Cayó sentado en la banca detrás suyo, con los labios entre abiertos, sin saber que hacer o siquiera lo que acababa de suceder.

¿Quién era un problema?

¿Y qué no era él? ¿Por qué demonios lo había besado?

—Onew hyung…

A Jinki le gustaba este clima, suave y fresco mientras caminaban hasta sus casas, como hace mucho tiempo no lo hacían y Taemin parecía pasar callado como pocas veces, pero aún así, Onew giró, con una de esas enormes sonrisas en el rostro.

—Dime.

—Si alguien me besa y yo no siento nada…— Los ojos de Taemin parecieron mostrar preocupación —¿Hay algo malo en mi?

El instinto de protección de Onew se despertó, girando directo hacia el menor y tomándolo por los brazos.

—¿Besos? ¿De qué besos me estás hablando? ¿Alguien te besó a la fuerza?

—¿Qué? ¡No!— Taemin se sacudió de inmediato, su rostro rojo de vergüenza —¡Hyung!

—Tú comenzaste hablando de estas cosas— Se justificó Onew, mirando de soslayo a Taemin que rascaba un poco su mejilla, mirando al suelo y tratando de dejar pasar la vergüenza —Pero no hay nada malo en ti.

—¿En serio?

—Esa persona simplemente no te gusta, el cuerpo funciona de maneras extrañas cuando besas o estas cerca de esa persona que es diferente a los demás para ti, son recursos meramente fisiológicos pero son esos recursos los que te muestran indicios de si es la persona de tus afectos o no, aunque eso no determina si es la adecuada.

Taemin sonrió, abrazándose a Onew como si fuera un niño pequeño.

—Gracias hyung, eres el mejor.

—Si… si, como sea— Onew dejó que Taemin lo abrazara tan fuerte como podía, entonces él sacudió sus cabellos según la costumbre y suspiró —Entonces… ¿tú le gustas a esa persona?

—No lo creo— Admitió el menor, empezando a soltarse —Más bien creo que estaba experimentando.

—¿Y te dejaste besar así como así? ¡Taemin!

—¡No fue así! Me tomó de sorpresa y ya no importa.

Taemin empezó a caminar, otra vez con la vergüenza en su rostro y Onew atrás haciendo preguntas innecesarias que él ya no estaba dispuesto a responder.

Onew había pensado que no sería bueno ir a uno de esos partidos solo, y como Key ya no contaba al parecer, tuvo que morder la vergüenza y pedirle a Joon que lo acompañara, la sonrisa del otro había grande, Jinki se sintió aliviado entonces. La gente hacía mucho escándalo y Taemin se veía pequeño en ese uniforme negro y rojo que portaban los jugadores, todos muy concentrados a los que Choi Minho decía al parecer.

Había escándalo, y Joon tenía esa costumbre de sentarse recto y con sus piernas cruzadas, agitando apenas la banderita con el escudo del colegio entre sus manos. Pero Onew solo podía ver a Taemin su sonrisa enorme y lo ansioso que estaba por que el entrenador cumpliera su palabra y lo dejara entrar.

Mientras tanto, Jonghyun y Minho eran estables, dentro de la cancha parecían saber exactamente que hacer y Onew solo miraba el reloj esperando que el partido terminar o que al menos Taemin jugara para entretenerse un rato. Y sin embargo sus planes de tranquilidad se fueron al tacho cuando lo vio.

Kibum se abría paso entre las personas que lo saludaban y lo felicitaban por su cruzada de hace dos semanas, Key se alzaba como un muchacho popular que hacía falta ver y Onew solo sintió ganas de ser chiquito para que no lo mirara, sin embargo la suerte jamás lo acompañaba lo suficiente y esos ojos afilados lo detectaron como si lo hubiera estado buscando, Onew recordó a quien tenía a su lado y se maldijo internamente.

Pero Kibum solo giró y se sentó entre el montón de gente que lo alababa y comenzó a sonreír, como si realmente se sintiera cómodo.

—¡Hey! ¡FALTA!

La voz de Jonghyun sonó potente entre el campo, todos se levantaron y finalmente un pitido paralizó el partido, había alguien en el suelo y Onew no vio a Taemin por ninguna parte, se preocupó y trató de ubicarlo lo más rápido que pudo, pero jamás lo encontró.

—¿Ves a Taemin?

—No, estaba en la banca hace un momento pero…

—¡Hyung!

Taemin se encontraba abajo, agitando su mano y Onew respiró aliviado. Le hacía señas para que bajara mientras el resto de jugadores se amontonaban en un lado de la cancha sin saber que hacer, aún así Jinki bajo, en medio de toda esa revolución de las porristas que parecían preocupadas y los jugadores que lo miraban sin entender.

—El médico hoy no pudo venir— Le adelantó Taemin mientras se abría paso entre la gente y lo conducía hasta la cancha —Tú sabes de primeros auxilios, ayúdalo hyung— Choi Minho estaba en el piso, tenía una mueca de dolor nunca antes vista por Onew y parecía morderse los labios con tal de no quejarse, Jonghyun a su lado trataba de calmarlo y el arbitro levantaba una tarjeta en rojo.

Jinki ni siquiera sabía como había llegado hasta ahí.

—¿A dónde lo llevamos?

Jonghyun de pronto parecía dispuesto a obedecerlo y Onew tragó fuerte.

—Por ahí.

Señaló uno de los laterales donde se encontraban las porristas y entre Jonghyun y otro muchacho cargaron a Minho con cuidado, subido en la camilla que habían traído de algún lugar y que esperaban no usar.

—Voy a jugar, hyung. Cuida de él.

Taemin palmeó un poco su espalda y Onew solo miró preocupado como lo dejaban solo con Choi, Minho se retorcía todavía con las manos en su pantorrilla lo suficientemente ausente por el dolor como para reconocerlo.

—Ten cuidado— Giró y reconoció a Jessica junto a él, no la había visto desde el incidente en la biblioteca —Ayer se golpeó muy fuerte en el mismo lugar.

—¿Y por qué jugó?

—Por que es el capitán— La aseveración de Jessica parecía muy razonable, menos para Jinki —Debe estar para su equipo, con él y por él. No puede abandonar tan fácilmente, menos alguien como él.— Minho se quejó un poco y por fin empezó a abrir los ojos, Onew reaccionó asustado, temiendo que Choi se negara a su ayuda, así que le lanzó una toalla húmeda en los ojos —Mantenlos cerrados Minho, este muchacho te va a ayudar, sabe de primeros auxilios.

Las manos pequeñas de Jessica se habían posicionado delicadas sobre los ojos de Minho, aparentemente dispuesta a tranquilizarlo, ella le sonrió y Onew se lo agradeció con una sonrisa ante la repentina ayuda de la muchacha. Entonces empezó a revisar el golpe, reconoció con agrado que no era tan grave, el golpe producto del golpe anterior solo intensificaba el dolor más no había fractura o esguince de por medio.

—¡Jessica!

La voz de Yuri hizo a la muchacha girar. Las porristas le hacían señas para que se acercara debido a la mitad de tiempo del partido y Jinki de pronto recordó que no había visto a Taemin jugar.

—¿Me necesitas para algo más?

Onew negó y ella corrió hacía donde estaban las demás, Minho sin embargo permaneció con su brazo sobre la frente, quejándose suavemente cada que las manos de Jinki masajeando el lugar afectado  presionaban demasiado fuerte, el gel frío se esparcía y la gente parecía ya haberse olvidado del incidente.

—No tenías por qué hacerlo— Minho empezó a hablar y Onew se detuvo, ¿sabría que era él? —Eres demasiado tonto, te jodo tanto la vida y aún así accedes a ayudarme— Onew siguió con lo suyo, el cuerpo de Minho se contrajo en un momento pero luego Choi solo suspiró —Tonto Onew…

Lo miró, esperando que Minho hiciera algo más, pero Choi no se volvió a mover ni pronunciar palabra alguna, todavía con los ojos tapados y recostado en aquel lugar.

—¡Hyung!

Taemin llegó, acompañado de varios jugadores, que rodearon a Minho, preguntándole como se sentía y Minho finalmente destapó sus ojos, admitiendo que se sentía mejor, con burlas tontas por parte de Jonghyun mientras las porristas entretenían a los demás. Onew se movió incómodo.

—Creo que es hora de irme.

—Pero hyung…

—No me siento cómodo Taemin.

Se soltó del agarre del menor, deseándole suerte como pudo y caminando directo hacía la salida, como si las palabras de Minho hubieran calado en él de una manera extraña, se disculpó luego con Joon por marcharse sin despedirse, pensó después en Kibum y se lamentó por no haber visto a Taemin.

Y después de bastante rato se hizo la misma pregunta que Choi.

¿Por qué había accedido ayudar?

Tonto, tonto Jinki…

—No hay competencia para alguien como Kibum.

Para el día lunes de lo único que se hablaba era del primer anuncio de esa mañana en la que se harían públicos los nombres de los candidatos para la presidencia escolar, del partido que finalmente el colegio ganó, de lo veloz que era Taemin y de él, siendo de total ayuda para Choi Minho.

Como si los cielos se pusieran en su contra, él que antes y apenas llamaba la atención, ahora se encontraba en su tercer escándalo. El primero cortesía de Jessica, el segundo cortesía de Kibum antes de que se ausentara dos semanas y ahora en parte por él mismo por ayudar de forma tan altruista y en parte también por Minho y dejarse golpear en la pierna.

Dioses… eso sonaba tan estúpido.

Se detuvo en la mitad del pasillo cuando el equipo de futbol venía en camino contrario y todos lo miraron de repente, Jonghyun y Minho que venían atrás conversando miraron con curiosidad el por que se habían detenido, pero finalmente les abrieron paso y miraron a Jinki parado frente a ellos, ahí frente a gran parte del recinto escolar.

Y como Minho no parecía dispuesto a mover un solo músculo, finalmente fue Jonghyun el que se acercó y Onew temió lo peor cuando este acercó una mano hacía él, por instinto Jinki cerró los ojos, pero luego de unos segundos al no haber nada los volvió  abrir y miró la sonrisa burlona de Kim mientras estiraba un mano hacía su cuerpo.

—Minho es medio idiota, así que en nombre de él y de todo el equipo te doy las gracias.

Onew de pronto sonrió, subiendo su mano lentamente y apretándola con cuidado, Jonghyun fue fuerte y aún así Jinki no se quejó.

La mirada de Minho, entre tantas miradas del resto de deportistas parecía atravesarlo como nunca antes, pero Jinki fingió como siempre que aquello no le importaba más allá de lo necesario. Los dejó pasar entre charlas y conversaciones de otro tipo, pero giró, como no lo había hecho antes, para mirar esas espaldas alejarse, fue entonces que Choi también giró y pareció realmente sorprendido de que sus miradas se encontraran. Sus ojos se abrieron en demasía y luego solo regresó su cabeza hacia adelante, con las orejas rojas y el paso mucho más rápido.

Onew se preguntó… ¿Cuántas veces más Minho había hecho eso antes?

¿Cuántas veces cuando él no se percataba?

—Hyung, ven rápido.

Taemin lo arrastraba entre las mesas del comedor, él no acostumbraba a comer ahí y sin embargo se dejó arrastrar ese día por él, hacía una de las mesas en el centro, lugar que rara vez ocupaba, distinguió a Kibum en una de las mesas centro, rodeado por un montón de gente. Miró la mesa de las porristas, de los diferentes deportistas, de la gente en general y rogó por que Taemin no lo llevara a la de los futbolistas.

Sin embargo una sonrisa apareció en su rostro cuando pudo ver la mesa a la que Taemin lo arrastraba, entre Joon y ese muchacho llamado Mir que era su amigo más cercano, vio a Kai, aquel del cual Taemin le hablaba de vez en cuando, y se sintió tranquilizadoramente cómodo.

—¿Por qué tanta ceremonia Taemin? ¿Qué es lo que me quieres decir?

Logró sentarse, antes de que la voz firme de esa muchacha de largo cabello lo desintonizara.

—¿Puedo sentarme?

—¿Tiffany?

—¿Puedo o no?

Onew sonrió —Claro que puedes— Sintió la mirada de Jessica desde aquella mesa de las porristas, una pequeña sonrisa compartida y un asentimiento mudo del que nadie más se pudo percatar.

—Bueno muchachos, ya tenemos la lista completa de los tres candidatos de este año para la presidencia.

La voz del director se dejó escuchar y cuando Taemin tomó su mano sobre la mesa inmediatamente temió lo peor.

—De segundo año, Kwon Yuri.

El escándalo se armó y las porristas se alzaron con aquello, varios miraron a las muchachas que aplaudían ante una rebosante Yuri que solo agradecía y sonreía mientras los demás comentaban y se llenaban de aplausos.

—De tercer año, Kim Kibum.

Las miradas del resto de presentes en la mesa lo hicieron ponerse más nervioso, con el corazón latiendo apresurado, agitado, descontrolado.

—Y de tercer año también, Lee Jinki.

Hubo un momento de silencio, corto y espacioso antes de que fuera Taemin quien empezar a aplaudir y chiflar, acompañado después de un rato por Joon y Mir que fue impulsado por el mismo Joon, entonces de la nada varios se levantaron con el mismo escándalo que no fue equiparable con el de Yuri o Key, pero que de todas formas fue más de lo esperado, mientras Tiffany a su lado aplaudía y Kai se había unido también al escándalo.

Jinki miró de un lado a otro, ese no podía ser su colegio, una buena acción no podía determinarlo todo, a menos de que hubiera sido el mismo Taemin impulsando gente con su osada popularidad. Entonces entre  la revolución Tiffany se acercó lo suficiente como para hablarle cerca del oído.

—Fui yo la de la idea de hacerlo a escondidas, de otra forma te ibas a negar.

Y Jinki ni siquiera quería saber como es que Taemin, Joon y Tiffany se habían aliado y habían jalado a Mir y Kai en todo ello, cuando ni siquiera había cruzado palabras con esos dos. Luego recordó a Key, su mirada posada incrédula sobre él y Minho, Minho mirándolo como si fuera un ser extraño y ajeno a él. Yuri segura de si misma y él envuelto entre los brazos de Taemin.

Oh… Tonto, tonto Jinki. Y los valientes amigos que se venía a conseguir.

Fin Capitulo Cinco

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A libro abierto: capitulo 3


 

A Libro Abierto

 

Capitulo Tres: Amor rosa pálido.

 

 

—¿Cómo que te metiste al equipo de fútbol?

 

Lo primero en lo que Onew pudo pensar esa noche, cuando Taemin fuera a visitarlo para contarle sobre el término de su día, fue en Choi Minho, en letras grandes y resaltadas como una mala influencia incorporada a la ingenuidad de su mejor amigo que sonreía feliz mientras le comentaba que el entrenador ante la insistencia del capitán, dígase Choi, y el goleador de la temporada pasada, dígase Jonghyun, habían logrado que entrara a prueba y como suplente por el momento.

 

—Si, ¿no te mencione que lo estaba pensando?

—Si, pero no pensé que lo harías tan pronto.

—Cuestión de impulsos, hyung. Quise hacerlo y lo hice.

 

Taemin alzó los hombros como si hablara de la cosa más normal del mundo y Onew se lamentó internamente tratando de no posar su frustración sobre las ilusiones de Taemin, y lo odioso que le resultaba Choi y toda su pandilla.

 

—Son todos muy amables— Dijo de pronto el menor y Onew solo pudo pensar que tal vez lo eran, pero solo con sus superiores o iguales, el resto de humanos eran despojos poco considerables –Incluso el capitán me trajo hasta la casa en su carro— Y los ojitos de Taemin parecieron brillar —¿Puedes creer? ¡Tiene un carro! Y creo que apenas tiene dieciséis. Igual que Jonghyun solo que a él su padre no le quiere dar el carro todavía, aunque Jonghyun es un año mayor. Tiene tu edad creo.

 

Onew suspiró, eso iba por mal camino, como si toda la admiración que Taemin sentía por él se estuviera desviando por otros caminos y a él dejándolo a la deriva, con su poco orgullo amontonado en un rincón.

 

—Vaya, tuviste un buen primer día entonces.

—Si, la verdad es que si, aunque no te pude ver demasiado, pero podemos almorzar juntos todos los días hyung.

 

Jinki sonrió, sacudiendo los cabellos del menor que se agarraba de su brazo mientras le sonreía y le hacía promesas que ojalá fueran reales.

 

 

 

 

—¿Cómo te fue?

 

Kibum se había acomodado junto a su casillero, apareciendo de repente mientras Onew todavía bostezaba antes de que sonara la campana de la primera hora y asentía a modo de saludo antes de cerrar la pequeña puerta y suspirar.

 

—¿Con qué?

—Con Joon, ayer.

 

—Oh…— Onew pareció recordar –Pues bien, estudiamos un poco, hablamos sobre las materias en las que tenía más dificultades, comimos algo que nos brindó su mamá y luego hicimos un par de tareas que le habían enviado ese día, nada del otro mundo.

Kibum frunció el ceño –Pero ¿no le preguntaste por mi?

 

—Bueno si… pero…— Onew se dio cuenta que era demasiado tarde para mentir, hubiera dicho un rotundo ‘no’ o un justificativo ‘lo olvidé’ y sin embargo Kibum ya lo miraba ansioso –La verdad es que solo sabe que eres el presidente escolar, por que bueno, es un poco difícil ignorar eso, pero de ahí dijo que en general no te conoce bien, luego solo cambió de tema.

 

Kibum hizo un pequeño puchero, abrazándose un poco más a sus cuadernos.

 

—¿Es torpe o qué?— Murmuro sin cuidado —¿Acaso no sabe que aquí todos me conocen?

—Bueno siempre hay una primera vez para todo ¿no?

 

Kibum bufó, como si esa analogía no le resultara agradable. –Debes hablarle bien de mí.

 

Onew se sintió en un aprieto –Eso no está bien— Se movió incómodo mientras Kibum parecía enojarse con su negativa –Se supone que debo darle clases, no ayudarte a flirtear con él, tú encárgate de eso acá en el colegio. Es más ¿desde cuando has necesitado ayuda para algo como eso?

 

Cada una des sus palabras salió con una impulsividad mal determinada mientras Kibum parecía ofenderse a cada segundo mientras abría más y más los ojos. Pero Onew parecía no expresar adecuadamente que en verdad le preocupaba la situación de Joon y que no lograra concentrarse lo suficiente en las ayudantías y perdiera la capitanía del club de kendo que parecía ser tan importante para el muchacho.

 

—Tienes razón— Masculló Kibum, con esa mirada arrebatadoramente peligrosa que hizo a Onew pegarse a los casilleros –No tengo por qué pedirle ayuda a alguien que difícilmente sabe lo que son las relaciones y cuyo mejor amigo es un mocoso tres años menor a él.— Kibum estaba dispuesto a marcharse refunfuñando cuando el grito de Onew lo alcanzó.

 

—¡Hey! Apenas tengo diecisiete.

—¡Pues en un mes cumplirás dieciocho!

 

Y con el grito de Kibum, llamando la atención de varios estudiantes en el pasillo el presidente se abrió paso, no permitiéndole a ninguno meterse entre él, Jinki y su detestable mal humor de esa mañana.

 

 

 

—Entonces te peleaste con él esta mañana— Reflexionó Taemin mientras bebía un poco de jugo y miraba a las porristas practicar esa mañana durante el receso –Ya te dije que ese tipo no es agradable.

—Ya Taemin, Key quizá no es la persona más amorosa y dulce del mundo, pero no es tan mala gente.

 

Taemin rodó los ojos, todavía con el jugo cerca de su boca y suspirando un poco.

 

—Por cierto— Volvió a hablar Jinki —¿Tú no deberías estar entrenando?

—Todavía no, el entrenamiento de hoy es a la salida.

 

Jinki asintió, mirando como Yuri pegaba sus gritos desde el césped regañando a dos de las porristas por llegar tarde y perderse parte del entrenamiento, alegando además la ausencia de la porrista principal, aquella muchacha en ocasiones le recordaba a Tiffany, solo que Tiffany era un poco más intimidante y elegante, quizá por eso es que recordó en ese momento que debía hablar con ella para decirle que llegaría antes de lo planeado a su casa para el trabajo de ciencias.

 

 

 

 

—Nos vemos luego entonces hyung.

—Si, adiós Tae.

 

Agitó su mano un poco, buscando entre los pasillos la estilizad figura de la muchacha. Pasó incluso por su salón y el comedor principal y aún así no encontró rastros de Hwang por ningún lado, las personas decían que la habían visto salir a la oficina del director, otros a la biblioteca, así que desechando posibilidades optó por la biblioteca.

 

El lugar, a inicio de clases y aún más durante el receso no solía estar copado de gente como en la época de exámenes donde tipos hasta como Kim Jonghyun se aparecían por ahí, así que camino entre las pocas mesas ocupadas y el silencio que había, miró entre los estantes por si la ubicaba ojeando algún libro, pero fue tan inútil como agarrar el valor para pedirle su número de celular sin intenciones de por medio, pero sin que ella mirara como un vil bicho rastrero.

 

Suspiró aburrido. Recordando de repente a Joon y ese trabajo de historia que le había mencionado y del cual no encontraba nada, la gente a veces olvidaba que si no había algo en internet, los libros seguían siendo un recurso útil y en ocasiones más prescindible de lo esperado. Así que se abrió paso a la zona más abandonada de la biblioteca, la zona de historia y decidió buscar un libro del cual  ya le parecía haber extraído alguna información, cuando los susurros y voces apagadas detuvieron su paso.

 

—Yuri me va a matar…— Era Jessica Jung, con sus piernas un poco juntas y apoyada en el cuerpo de la otra persona que peinaba un poco su cabello –Falté al entrenamiento y seguramente sabe que es por estar contigo.

—Yuri es como esa profesora de inglés, grita mucho pero castiga poco.

 

Entonces la segunda voz hizo sus ojos abrirse al igual que su boca mientras presenciaba a Jessica alzarse un poco para besar esos finos labios de Tiffany que sonreía poco, justo como Onew jamás la había visto hacerlo. Se movió incluso para corroborar lo que ya sabía y pudo verla mejor, Tiffany Hwang la perfección en persona contemplando el rostro de Jung con una sonrisa, medio escondidas entre los paralelos de la biblioteca.

 

—¿Jinki?

 

La voz de Tiffany fue agresiva y seguramente Jessica había arrugado el entrecejo por que se alejó de Tiffany y colocó las manos en su cintura en son de reproche.

 

—¿Qué dijiste?

 

Pero Hwang solo levantó un poco la quijada, señalando el lugar exacto donde él se encontraba y Jessica giró, mirándolo, abriendo los ojos como nunca antes y corriendo hacía él cuando Onew ya les había dado la espalda dispuesto a huir.

 

—¡Alto ahí!

 

Así que Jessica terminó sobre su espalda, ambos en el suelo, y el giró como pudo hasta que sintió a la rubia muchacha sentada sobre su estómago y Jinki se sintió más patético que nunca cuando Jung lo agarró por los brazos y lo ajustó al suelo, con su mirada amenazante, sin vergüenza ni pudor de por medio.

 

—¿Te puedes calmar?— La voz de Jessica, siendo la primera vez que le dirigía la palabra, era firme y recta, no era dulce ni mucho menos, como una leyenda urbana que se cruzaba entre los pasillos cuando los estudiantes hablaban de ella –Esto no es lo que parece.

 

Jinki estuvo a punto de reír, pero el rostro de Jessica estaba demasiado cerca y ambos de pronto parecían haber olvidado a Tiffany cuando las piernas delgadas de la bibliotecaria estuvieran a la vista al igual que sus lentes en el puente de la nariz y su mirada severa.

 

—¿Se puede saber que están haciendo ustedes dos?

 

 

 

 

Para la última hora, gracias a la poca gente de la biblioteca, Jinki como pocas veces en su historial académico era el chisme principal del día, se avergonzaba cada que los muchachos lo rodeaban para preguntarle por Jessica, si era cierto o no, que los habían encontrado en el piso de la biblioteca uno sobre el otro. Otros iban más allá planteando las posibilidades de una relación en secreto y Onew solo quería fingirse enfermo e ir hasta su casa a refugiarse como niño pequeño de las habladurías de medio edificio.

 

—¿Jessica Jung?— Había escuchado la voz de Key, seguramente por que Kibum la había alzado a propósito y Jinki solo se encogió más sobre su asiento, sintiendo la mirada de Kibum sobre su espalda —¿Están seguros? No creo que ella ande por ahí mostrándose con alguien como Onew.

 

—Bueno, Onew es el delegado escolar y tiene excelentes notas— Habló una muchacha, todas las voces sonaban lejanas y Onew odiaba más que nunca estar peleado con Kibum, por que seguramente él pararía todo aquello –Pero eso es lo que andan diciendo por todos lados, aunque yo siempre pensé que terminaría saliendo con alguien como Minho o Jonghyun oppa.

 

El timbre sonó, como el único rescate accesible y Jinki ni siquiera esperó a que el profesor ordenara la salida, salió corriendo hacía la salida, habiendo acordado con anticipación que Taemin se iría por su propia cuenta debido a su primer día de entrenamiento. Suficiente tenía con la vergonzosa charla que el director les había dado a Jessica y a él, mientras Tiffany prácticamente había desaparecido de los hechos.

 

—Espera.

 

Tiffany apareció frente a él justo como un fantasma, y Jinki se detuvo, viendo esos grandes ojos y rememorando el beso que había presenciado esa tarde en la biblioteca y que Jessica se esmeraba tanto en negar.

 

—Eh… Tiffany justo quería…

—No me interesa— Ella lo agarró del brazo. Lo empezó a jalar como si él no tuviera la fuerza para negarse y caminaron hasta el estacionamiento, Tiffany abriendo la puerta del carro y él ingresando cual borreguito asustado –Ponte el cinturón.

 

—¿Me vas a dejar hablar?

 

Pero Tiffany arrancó antes que el lugar se atascara de estudiantes ante la salida de clases y Onew se colocó como pudo el dichoso cinturón. Entre las calles de esa tarde, mientras el aire acondicionado le helaba los pulmones.

 

—Lo que viste hoy en la biblioteca….— Empezó Hwang, pero Onew habló inmediatamente, por primera vez sin temor a interrumpirla.

—Yo no vi nada.

 

Tiffany lo miró, un poco confundida y asombrada antes de regresar su mirada a la calle, recordando que todavía conducía.

 

—De todas formas no pensaba darte explicaciones— Aclaró ella, apretando el volante y bajando la velocidad –Solo quería dejar los puntos claros.

—No hay nada de que hablar— Jinki prefirió un acuerdo tácito en el que ambos acordaban ignorancia —¿Por qué mejor no planeamos lo del proyecto de ciencias?

 

Tiffany entonces pareció conforme, con una expresión relajada y una sonrisa pequeña entre los labios mientras parecía concentrarse esta vez solo en conducir y Onew planteaba ideas. Aunque ella por primera vez, solo escuchaba.

 

 

 

 

Llegó a su casa más temprano de lo que esperaba, luego de los momentos de tensión Tiffany fue la misma de siempre, igual de perfeccionista y centrada en su trabajo. Aunque con pequeños toques de armonía, por que de algún modo ahora él sabía algo de ella, ella lo sabía y debía haber un trato al menos no tan distante, así que cerca de las siete de la noche Tiffany se ofreció a llevarlo hasta su casa por que tenía además que ir a otra parte y él accedió.

 

Se sentía extraño, como si ella llevara el control y él solo se dejara.

 

—Bueno nos vemos mañana.

—Tiffany…— Murmuró bajito antes de sacarse el cinturón de seguridad y ella pareció tensarse —¿Tú estás bien con esto?

 

—¿A qué te refieres?— Ella pareció enojarse, y él comprendió que había formulado mal su pregunta.

—A llevarlo todo a escondidas.

 

—Es mejor.— Esa fue la única respuesta de la muchacha y Jinki solo suspiró sin ánimos de indagar más en algo que ya no le convenía y que ella estaba aceptando tan implícitamente que hasta lo confundía –Nos vemos mañana.

 

Cuando el auto de Tiffany arrancó recién entonces se percató del otro auto estacionado frente a la casa de Taemin y arrugó el entrecejo. Choi Minho estaba sentado en el puesto del conductor mirándolo con una ceja levantada y esa odiosa expresión de superioridad que le retorcía el estómago.

 

—¡Hyung!

 

Taemin salió de su casa, agitando un poco su mano hacía él, con Jonghyun a su lado mirándolos sorprendido.

 

—¿Ese es tu hyung?— Taemin asintió de inmediato. Jonghyun sin embargo, bufó un poco y subió al auto de inmediato –Gracias por prestarme tu baño, odio arreglarle el carro Minho y andar todo sucio.— Minho en ese momento no dijo nada, solo chasqueó un poco su lengua y se despidió de Taemin con la mano en alto, una vez los dos se fueron, Onew miró a Taemin y él le sonrió.

 

—¿Y cómo te fue hoy hyung?

 

Pensó y pensó.

¿Cómo decirle al menor que esos dos eran mala influencia?

 

 

 

 

Un viernes cualquiera en la mañana, Taemin bostezaba bastante y parecía cansado, pero Onew permanecía en su pequeño escritorio escogiendo las cartas que Kibum leería en una hora ante todo el alumnado, concentrado en su trabajo mientras el menor se arrimaba cada vez más y más a su hombro.

 

—Tae… Despierta.

 

Pero el menor solo se sacudió un poco y estiró su cuerpo.

 

—Hyung, no entiendo— Murmuró suave mientras el olor del café recién preparado por la secretaria lo despertaba un poco —¿Por qué tienes que seguir ayudando a Kibum si están peleados?

—Por que es mi deber.

 

—No es cierto— Reclamó Taemin, parándose de una vez y viendo la pila de papeles aprobados por Jinki –Esto es el trabajo de él, tú no tienes por qué hacerlo.

—Es lo correcto.

—Él es odioso.

 

Jinki sonrió un poco, sacudiendo los cabellos del menor mientras se empezaba a escuchar la bulla propia de la llegada de estudiantes al colegio y Taemin parecía desperezarse poco a poco. Pero Jinki aún parecía concentrado en seleccionar las cartas adecuadas y Taemin fruncía el ceño.

 

No era justo que Onew hiciera todo el trabajo mientras Kibum solo llegaba a leerlas y según le habían comentado ‘aconsejar’ debía tomarle más esfuerzo que hablar frente al micrófono, mientras su hyung madrugaba los lunes y viernes solo para que Key no perdiera el tiempo. Era injusto.

 

Taemin era un niño pequeño todavía, sufría de instantes de travesuras mientras algo no le cuadraba y salía de los planteamientos de conversarlo y analizarlo, aún más si Jinki se negaba a ver lo absurdo que era que siguiera haciendo todo esto. Así que se movió discretamente hacía el pilo de cartas rechazadas y leyó un par, una más burlona y torpe que la anterior. Escogió la peor, la peor de todas antes de que su hyung se diera cuenta y la dobló con cuidado, dispuesto a colocarla apenas tuviera la oportunidad entre las que Key leería.

 

 

 

 

Kim Kibum no podía con las amanecidas, mucho menos con levantarse temprano y ese día en particular le resultaba pesado y cansado, pero aún así decidió ir a clases temprano, por que tenía su momento tras el micrófono y por que no se había matado haciendo esa investigación como para no llevarla. La mañana de ese viernes comenzaba con un encuentro con Jinki en secretaría para revisar las cartas que habían llegado y sin embargo ahora que estaban ‘peleados’ dudaba que se sentaran a charlar pero al menos esperaba que hubiera hecho su parte del trabajo.

 

Vio la puerta de secretaría abrirse, Onew salía de ahí junto a su mejor amigo, en medio de una charla que él no escuchaba y que prefirió ignorar mientras fingía que buscaba algo en el casillero.

 

—¡Onew!

 

Esa voz, llegó a sus oídos como las vísperas de navidad, tan cálida y fraternal que lo hizo levantar la mirada en cuanto lo vio corriendo directo hacía su ex amigo que lo recibía con aquella tonta sonrisa con la que recibía a todo el mundo.

 

—Hola, Joon. ¿Pudiste con los ejercicios de ayer?

—Bueno los hice como me explicaste la vez pasada ¿quieres revisarlos?

—Claro.

 

Cerró entonces el casillero, con la fuerza suficiente como para que varios lo miraran mientras caminaba hacía secretaría y procuraba no ver a ninguno de esos tres en el pasillo. Le había pedido a Onew que no hiciera nada tonto como sonreír demasiado por ejemplo, por que ahora Joon lo miraba como si brillara, sonreía como estúpido y al parecer lo buscaba, por cualquier estupidez.

 

Tonto Onew… Le había pedido que no hiciera ninguna estupidez, como por ejemplo.

Hacer que Joon se fijara en él.

 

Fin Capitulo Tres

Publicado en Fanfics

Libro abierto: capitulo 2


A Libro Abierto

 

Capitulo Dos:  La banda de un delegado.

 

 

Tiffany Hwang es de esas mujeres, arrebatadoramente hermosas, fastidiosamente inteligentes, es de ese tipo de personas que conoce a los demás con tan solo verlos más de una vez, entonces, de repente no entiende, y Tiffany odia no entender, por que Lee Jinki, su compañero en la clase de ciencias de pronto se muestra tan cauteloso y pensativo, tan adentrado en sus pensamientos cuando usualmente resulta ser bastante participativo y torpe a más no poder. Pero su carisma y sonrisas estúpidas, sazonadas con esa inteligencia inexplicable lo vuelve un buen compañero.

 

Y no cualquier persona puede ser compañero de Tiffany Hwang.

 

Así que se mueve un poco sobre su asiente lo mira de soslayo y vira los ojos, en verdad odia hacer este tipo de cosas, pero sabe que de vez en cuando debe humanizarse, y Onew, como se presentó hace un algún tiempo ante ella, ahora está distraído, y así, a Tiffany no le sirve. Así que recoge un poco su cabello y finge estar interesada en lo que le han pedido hacer para el experimento de ese día.

 

—Jinki…— Habla lento, con su cuerpo estirado y su figura estilizada haciendo mella en todos aquellos que la miran, aunque trata de ser discreta y que la atención del otro se pose en su cara —¿Todo está bien?

—¿Eh?— Los ojos de Onew parecen desorbitados, pero luego sonríe, como si fuera una tonta costumbre –Si… Bueno, algo así.

 

Onew se encoge, mueve un poco sus manos y revisa las anotaciones en su cuaderno, sin embargo Tiffany todavía lo mira, parece escudriñarlo con la mirada y él se mueve incómodo, entonces ella levanta una ceja.

 

—¿Algo así? No creo que algo de sencillo te tenga tan fuera de control.

—No me encuentro fuera de control.

 

Eran compañeros desde el año pasado, nunca habían cruzado más palabras de las necesarias dentro del salón y fuera de él, y sus temas nunca habían ido más allá de los trabajos, Jinki no entendía por qué de repente Tiffany lo miraba y le hablaba como si en verdad le importara.

 

—Estás distraído, no sabes que nos han puesto a hacer, y así no funcionas correctamente.

Onew sonríe –Hablas como si fuera una máquina.

 

Tiffany suspira, sus manos un poco entrelazadas, verificando sus uñas –No lo eres— Reconoce luego de un rato –Pero si no haces las cosas correctamente podemos sacar baja nota y yo no me puedo permitir bajar mi promedio— Ella lo mira como si fuera una amenaza implícita, y Jinki solo abre mucho los ojos —¿Lo entiendes, verdad?

 

Tiene el mundo entreverado, sus pasos apesadumbrados desde que Taemin hubiera cruzado el umbral de ese colegio aquella mañana, apenas estaban en la primera hora de clases y Jinki ya se atormentaba con el menor revoloteando por todos lados, admirando y buscando encontrarlo a él como el centro de atención que en realidad no era.

 

Y ahora Tiffany Wang lo confunde… Lo asusta.

 

—Trataré de prestar más atención— Susurra, tragando fuerte antes de que a muchacha haga crujir sus dedos y sonría.

—Me alegro. Siempre es bueno cruzar palabras contigo, oppa.

 

Y siente un escalofrío patético subir por su espalda. Ambos vuelven a sus trabajos, Onew más amenazado que nunca y Tiffany más animada que antes, sin embargo, igual que desde el día anterior, Taemin es lo único que abarca sus pensamientos ahora.

 

 

 

 

—Soy Kai.

 

Lee Taemin es sociable por naturaleza, inclusive logra sorprenderse así mismo cuando las personas llegan hasta él sin que pueda percatarse, por eso sonríe y aprieta manos, aún más cuando es el muchacho sentado junto a él quien se ha portado amable y le ofrecido su ayuda para cualquier cosa.

 

—Lee Taemin, mucho gusto.

 

Los ojos de Kai son amables, su mirada y sus gestos mientras le explica un par de cosas sobre el lugar y las clases, sobre los profesores y los estudiantes. Pero no menciona a su hyung, entonces espera a que Kai termine de explicar un par de cosas y pregunta curioso.

 

—¿Conoces a Lee Jinki?— Los ojos de Kai se abren con sorpresa, luego parecen dubitativos y sus ojos parecen por un momento irse de largo entre pensamientos y recuerdos –Es el delegado de Tercer año y amigo del presidente escolar.

—¿El de la banda de delegado que siempre anda con Key?— Kai aún parece inseguro y Taemin asiente de inmediato –Oh, con que así se llama.

 

Su voz suena como un problema recién resuelto, Taemin frunce discretamente el ceño.

 

—¿No lo conoces?

—No— Kai parece completamente despreocupado –No estoy muy interesado en ese tipo de cosas la verdad.

 

En el momento en que el otro levanta un poco los hombros, Taemin trata de entender, quizá esas cosas non son tan importantes por acá, o tan solo no de la manera adecuada. Jinki solo un foco de atención dentro de las altas cabezas y al resto de estudiantes, como  es normal según la edad, ese tipo de cosas los tiene sin cuidado.

 

—¿Y cómo así te transferiste?— Kai habló de nuevo, las manos en los bolsillos y caminando todavía por los pasillos –Digo, las clases comenzaron desde hace un mes apenas, pudiste inscribirte aquí desde un inicio.

—Bueno, más bien un fue un cambio de planes repentino— Murmuró, esperando la hora del receso con ansias, necesitaba verlo –Aunque yo quería este cambio desde hace mucho.

 

—Hubieras llegado ayer— Comentó de repente Kai, como si buscara no guardar silencio y mantener sus palabras activas –Los lunes el presidente tiene su momento de fama en el  micrófono y habla para todos. Aunque tengo entendido que los viernes también lo hace. Ya sabes por las fiestas y las despedidas ante el fin de semana.

 

Cada le hablaban de Key, Taemin tenía más ganas de conocerlo, de la manera en que manejaba el colegio y la forma en que la gente parecía admirarlo con un frente tan absoluto que era apreciable en cada lugar por el que pasaban.

 

—¿Qué clase de persona es el presidente?

 

Kai se detuvo un momento, mirando a la nada y pensando muy internamente en lo que estaba a punto de decir.

 

—Es una persona muy controladora y dependiente.

—¿Cómo puede ser muy controlador y dependiente al mismo tiempo?

 

—Depende mucho de su popularidad y de alguien que seguramente lo ayuda con todas las cosas de ser un presidente— Kai volvió a caminar y Taemin lo miró con atención –Por que dudo que él haga algo cuando siempre parece muy ocupado en ser popular y encantador.

 

Kai movió la mano en son de broma y Taemin rió divertido. A cada momento le daban más ganas de conocer al tal Kei, amigo íntimo de su hyung.

 

 

 

 

—Entonces nos vemos mañana después de clases para planear lo del proyecto para la feria de ciencias— Tiffany recogía sus cosas, cada bloc y lápiz que hubiera podido dejar sobre la mesa, mientras Jinki solo ajustaba la maleta a su cuerpo y asentía como si en verdad escuchara a la bella muchacha —¿No tienes que quedarte en algún club o algo, cierto?

 

—En realidad… Si— Jinki pareció recordarlo de repente, y Tiffany detuvo sus pasos antes de llegar a la salida –Pero puedo ir a tu casa después, ¿a eso de las cinco estaría bien?

—Supongo, solo llama antes de ir.

 

Onew asintió, saliendo junto a ella del salón. Tiffany con su andar firme y su mirada relegada únicamente a lo que le importaba. Pudo verla caminar hasta su casillero, el lugar que ya se encontraba amontonado por las el grupo de porristas que charlaba y conversaba como si nada, entre chismes y falditas cortas.

 

—No entiendo esa amistad tan distorsionada— La voz de Key llegó a sus oídos de repente, el otro se había parado a su lado como si nada, abrazando sus cuadernos –Tiffany Wang es tan inteligente, elitista y sofisticada. Toda una reina, y las porristas en cambio son tan huecas y superficiales. En especial Jessica Jung— Key hasta sin pretenderlo había fruncido el ceño –Esa es la líder de esa manada.

 

—Pero Tiffany no es porrista.

—Lo sé— Key agitó un poco su cabello –Es por eso que no entiendo como puede ser tan amiga de Jessica.

 

El pasillo de pronto pareció morir en un silencio ante los pasos que resonaron y la presencia imponente de cabello largo y lacio de la muchacha que caminaba con seguridad ante ellos y se detenía justamente frente a los casilleros, con el uniforme de porrista y la ‘C’ de capitana brillando con piedras que asemejaban brillantes en un costado de su estrecha cintura.

 

Los ojos oscuros de la recién llegada se cruzaron con los de Key, y él únicamente sonrió burlón, esa guerra auto impuesta que la misma capitana de las porristas había creado.

 

—Chicas, hay que ir a entrenar— Habló suave, con su voz climatizada antes de detectar a la otra acompañante del montón de muchachas que vestían el rosa y negro tan pegado a la piel –Hola Tiffany.

—Hola Yuri.

 

Fue como tensión incorporada, las miradas posadas en las contrarias antes de que Jessica sonriera poco e hiciera algún comentario sin importancia, aferrada al brazo de Tiffany todavía pidiéndole que las acompañara al entrenamiento. Yuri sin embargo solo negó antes de virar los ojos y regresar su nefasta mirada hacía Key, pasando junto a él con un vaivén de caderas que resultaba amenazante a la vista de cualquier hombre que pasara junto a ella.

 

—Presidente.

—Capitana.

 

Jinki tragó duro. Siempre había optado por la posibilidad de que esos dos se odiaran a muerte o que simplemente tuvieran una historia detrás que lo justificara todo y sin embargo Key solo detestaba la imponencia de Yuri al pasar, y Yuri parecía odiar la influencia de Key al hablar. Una guerra muda y sin sentido mientras las porristas se unían en un desfile hacía las canchas para ir a entrenar, robando miradas y suspiros. Con Tiffany encaminándose a un lugar completamente diferente.

 

—Este lugar es como una jungla— Comentó de repente, llamando la atención de Kibum quien lo miró confundido –Todos parecen querer saltar sobre todos con tal de conseguir el mando.

—Es un juego de popularidades, deberías estar acostumbrado  a eso.

 

Pero ¿cómo estarlo?

Si nunca había rozado los placeres de ser popular. Jinki en ocasiones no entendía a Kibum, su codicia por la popularidad saturada con aquella aversión a los que son populares. Kibum era extraño, demasiado extraño.

 

—¡Hyung!

 

El caos de sus problemas llegó cuando Taemin apareció por los pasillos con su sonrisa grande y el entusiasmo reflejado en su rostro, colgando velozmente de su cuello, llamando demasiado pronto la atención. –Ya es receso— Lo comunicó como si fuera una noticia realmente esperada y Onew sonrió casi por inercia –Estaba esperando esta hora para que habláramos.

 

—¿Quién es él?

 

Key, quien nunca se puede quedar de lado y mucho menos ignorado, dio un paso hacía ambos y Taemin tuvo que separarse un poco, mirando al otro con curiosidad.

 

—Soy Lee Taemin— Sonrió amable –El mejor amigo de hyung— Apresó sus manos un poco más a los hombros de Jinki y este sonrió un poco más, como si Taemin le brindara esa seguridad que tanto le hacía falta.

—¿Mejor amigo?— Key pareció analizar, de pies a cabeza —¿Y en qué año estás?

 

—Primero.

 

Taemin respondió orgulloso, sin embargo Key rió intentando fingir que trataba de controlarse o al menos disimularlo.

 

—¿En primero?— Y el deje despreciativo de Kibum hizo a Taemin arrugar el entrecejo. Jinki en cambio solo suspiró acostumbrado —¿Tu mejor amigo es un muchachito de primero, cuando tú ya estas en tercero y apunto de graduarte?

—¿Eres Kim Kibum, cierto?— Taemin habló, casi sin esperar a que Key terminara su burla –El presidente escolar.

 

—Así es— Key pareció reincorporarse, altivo y seguro –El mismo.

—Pues no entiendo como alguien tan desagradable pudo reunir los suficientes votos para conseguir la presidencia.

 

Los ojos de Onew se abrieron de par en par y Kibum casi de inmediato detuvo los gestos en su rostro, apretando ferozmente los puños.

 

—¿Qué dijiste?

—No importa si yo tengo quince y hyung diecisiete. Somos amigos, hablamos de cualquier cosa y nos completamos, algo que seguramente tú no tienes con nadie por que…

 

Las palabras de Taemin fueron tapadas inmediatamente por la mano de Jinki que se posó sobre sus labios mientras el chiquillo se removía entre sus brazos dispuesto a seguir replicando y Kibum solo se ponía más rojo ante toda la rabia que el muchacho le estaba provocando con su palabra.

 

—Eh… Bueno, creo que iré a almorzar, nos vemos luego Key.

 

Taemin se seguía sacudiendo a pesar de que Onew tenía la suficiente fuerza como para que se quedara quieto y Kibum, indignado como nunca antes, solamente los vio marcharse de ahí con un Jinki hablando bajo y un Taemin que aún no era libre entre sus brazos.

 

 

 

 

—¿Otro dos?

 

Mir habló suave, el salón ya vacío mientras la gran mayoría había salido a almorzar y Joon todavía se lamentaba sobre su asiento con la lección recién calificada entre sus manos.

 

—Si… Soy un asco, el entrenador me va a gritar de todo hoy— Mir tomó la hoja entre sus manos y Joon aprovechó entonces para rescatarse sobre su asiento y seguir lamentándose por su suerte –Y si sigo así de seguro me sacan del equipo de kendo.

—Lo siento, hyung— Susurro Mir –Debí enseñarte mejor o buscarte a alguien mejor que yo para que te ayudara.

 

—Está bien Mir, al menos tú sacaste cinco.

—La cual no es una buena nota, hyung.

—Pero al menos es más decente que la mía.

 

Joon suspiró, mirando por la ventana como si buscara las soluciones entre el campo abierto que se encontraba frente a él, y Mir entonces sonrió, con la ventana de sus soluciones a la vista y llamando la atención del otro mientras posaba la hoja con fuerza en el asiento.

 

—¿Y si pides una tutoría?— Joon parpadeó confundido –He escuchado que el delegado de tercero es bastante bueno dando clases.

—¿Jinki?

 

Mir alzó una ceja —¿Lo conoces?

 

Entonces Joon tosió discretamente, irguiéndose un poco y fingiendo que sus palabras no habían sido tan impulsivas.

 

—No— Tragó duro –Pero he escuchado hablar de él. Dicen que es muy inteligente y que está en los primeros lugares siempre. Es todo.

—Que bueno que eso es todo— Habló sarcástico el menor antes de suspirar y mirar la nota de Joon –Aún así deberías pedirle ayuda. En el tablón de anuncios están sus datos para que puedas contactarte con él.

 

Joon miró la hoja y su brillante calificación resaltando igual que su padre cuando miraba su tableta de calificaciones, el kendo era lo único que le quedaba y lo alejaba de lo horrible que era sentirse devastado por las calificaciones.

 

—Supongo que estaría bien— Murmuró intranquilo, con un cosquilleo extraño en el estómago y los nervios revoloteando por todos lados –Lo llamaré al salir de clases.

 

 

 

 

—¿No entiendo como puedes ser amigo de alguien así, hyung?

 

Taemin todavía seguía reprochándose muchas cosas al mismo tiempo que caminaba entre las gradas para ocupar uno de los lugares más alto, lo suficientemente lejos de los oídos de los demás.

 

—Ya Taemin, tampoco es que seamos los mejores amigos— Murmuró Onew, sentándose al fin y estirando un poco su cuerpo –Nuestros padres son bastante cercanos, así que por correlación nosotros nos conocimos, es todo. Coincidimos aquí y ya.

—Pues él no me agrada. Ni como te trata, ni como te mira.

 

Si bien todo eso era cierto, Onew no podía simplemente mirar a los ojos a Taemin y lamentarse por ello, aunque la presencia del menor en el Colegio lo hiciera sentirse menos solo que antes.

 

—¿Cómo puedes decir todo eso si apenas cruzaste palabras con él?

—Te miraba como si se creyera mejor que tú y basta con lo que me dijo para saber que no te aprecia como debería.

 

Taemin se sentó finalmente, cruzado de brazos y con un pequeño puchero en sus labios. Y Onew decidió por el bien de todos dejar el enojo de Taemin reposar por un rato. Bajo ellos el equipo de futbol corría y practicaba, mientras la música a todo volumen marcaba los pasos de las porristas que lideradas por Yuri y con Jessica a la cabeza de la torre desconcentraban al resto.

 

—Hyung…— No necesitaba de demasiadas palabras para saber que su pesar había llegado mientras Taemin lo miraba de soslayo —¿Por qué nadie parece conocerte más allá de ser el delegado de tercer año?

—Por que en realidad, ser yo no es la gran cosa— Habló lento, empezando a comer del pequeño almuerzo que había llevado ese día mientras los ojos del menor lo apreciaban en su totalidad –A nadie le importa quien está entre los mejores promedios del país siempre y cuando el equipo de futbol gane y traiga trofeos reales al colegio.

 

—Eso es tonto…— Jinki miró a Taemin con sorpresa –Ellos solo patean un balón, tu usas tu cerebro, tu eres el que le trae reconocimiento y prestigio al colegio. Ellos solo son el aditivo.

 

Era una lástima, una verdadera lástimas que no hubieran más personas como Taemin ahí.

 

—Eres increíble— Murmuró risueño cuando el menor finalmente hubiera empezado a beber su jugo –Serás popular— Agregó de repente mientras Taemin abría sus ojos ante la sorpresa.

—¿Por qué lo dices hyung?

 

—Eres lindo, amable, divertido y considerado. Ojalá no te olvides de tu hyung.

—¡Eso jamás!— Se aventuró a decir Taemin con su puño en alto –Aunque si me interesaría entrar en el equipo de fútbol.

 

Abajo los del equipo ya habían empezado con un partido de práctica mientras la voz del entrenador se escuchaba mejor que si usara un micrófono con alto parlante. Taemin veía gustoso el entrenamiento y Onew lo veía con cariño, con ese aprecio propio que se tiene a los hermanos pequeños, y sobre todo por que Taemin no hacía muchas preguntas y parecía entenderlo todo, mejor de lo que Onew hubiera esperado, matando todo su martirio de golpe.

 

 

 

 

—Señores estudiantes— La voz de la secretaría sonó por los parlantes del lugar, llegando a todos los salones, en el momento en que Onew más concentrado se encontraba –Favor de enviar un representante por cada salón, correspondiente a los estudiantes de primero, segundo y tercer año de preparatoria.

 

La comunicación se cortó y el profesor de matemáticas inmediatamente miró a todos los alumnos que empezaron a fingir que hacían cualquier otra cosa que mirar al salón.

 

—Que vaya el delegado.

 

Se escuchó una voz perdida entre los estudiantes y Onew se encogió en su asiento, lamentándose por haber terminado el ejercicio más difícil y no haberlo dicho a tiempo.

 

—¿Joven Lee terminó con sus ejercicios?

—Si, profesor.

—De acuerdo, vaya entonces a secretaría.

 

Se levantó con pereza, como si no tuviera las ganas totales de hacerlo aquel día y aún así obedeció, el camino hasta secretaría nunca era lo demasiado largo para su suerte y llegó justo antes de lo que esperaba. Iba a abrir la puerta cuando ésta se abrió de repente y los ojos grandes del muchacho frente a él lo enfocaron fijamente antes de que dibujara una sonrisa burlona en su rostro.

 

—Buenas tardes, delegado.

 

Choi Minho, insoportable como siempre le abría un poco más la puerta y Onew, que desconfiaba como se desconfía de los escorpiones, que atacan más por impulsividad que a consciencia, se abstuvo.  Sin embargo Choi le hizo un gesto con la mano mientras los demás ya notaban su estoicismo parado aún en el umbral de la puerta.

 

—Buenas.

 

Lo comentó apenas, antes de que el pie de Minho se interpusiera y él trastabillara torpemente hacía adelante, escuchó gemidos ahogados de un par de muchachas ante la impresión de verlo tropezarse, pero su rostro no llegó a dar al suelo, unos brazos lo sujetaban con fuerza y se presionaban contra sus costados, casi doliendo, pero era mejor el dolor a la humillación, así que Jinki abrió los ojos agradecido, y reconoció el rostro serio y afilado del muchacho que lo sostenía.

 

—¿Estás bien?

—Si— Se reincorporó, sintiendo todavía la presión de esas manos al agarrarlo como una presión ante una fuerza no medida –Gracias.

 

Minho detrás de él solo rodaba los ojos y Onew lo miró frunciendo el ceño. La mayoría de los que se encontraban ahí eran conocidos por ser presidentes de salón, delegados o gente con carácter, Minho ahí sin embargo tenía como único justificativo perder alguna clase. Jinki se movió inconforme y se sentó junto al muchacho que lo había ayudado y una chica de tercer año del salón D.

 

Mientras esperaban que el director saliera los segundos pasaban lentos y Onew podía sentir claramente la mirada penetrante de Minho quien seguramente al encontrarse solo en ese lugar no podía hacer otra cosa que planear algo más con que fastidiarlo, Jinki entonces prefirió ignorarlo, ahí dentro por lo menos no podía hacerle algo, así que miró al muchacho junto a él que parecía tenso mientras miraba sus manos y parecía concentrado en algo.

 

—Disculpa— Trató de ser suave, de no meterse intrusamente en sus pensamientos, pero el otro solo se alejó un poco y lo miró con nerviosismo. El otro era demasiado alto y corpulento como para temerle, así que Jinki decidió sonreír y ser amable —¿Tú fuiste el muchacho que la vez pasada me ayudó con la camisa?

 

—Si— Finalmente el otro pareció relajarse, asentir un poco y a Jinki le resultó interesante, que siendo tan imponente a la vista, el otro muchacho pareciera incluso pequeño a su lado –Estabas en apuros, supuse que era lo correcto.

—Pues muchas gracias— Jinki entonces decidió estirar su manos –Soy Onew.

 

—Joon.

 

Cruzaron sus manos y Jinki sonrió, como le sonríe a las personas que se ganan su aprecio, aunque fuera por un simple gesto como su aparición extraña en el baño, solucionando su día y marchándose como si su presencia no fuera necesaria. Joon le sonaba  a buen chico, y quizá si, la presencia de Taemin auguraba buenos ratos en su vida. La puerta se abrió nuevamente y la delgada figura de Kibum sorprendió a todos por su atraso y aún más por su mirada afilada puesta en las manos que Onew y Joon compartían.

 

—Fui a buscarte a tu salón— Empezó, caminando hacia Onew mientras los veía soltarse y Jinki le sonreía como si en realidad no hubiera hecho algo –Pero me dijeron que ya habías salido.

—Si, me escogieron de inmediato.

 

Key asintió, mirando en esta ocasión a Joon quien parecía entretenido en mirar a Onew y entonces estiró su mano.

 

—Kim Kibum, presidente escolar.

Los ojos de Joon lo miraron un segundo –Soy Joon.

 

Y el saludo escueto, el contacto de apenas un segundo de sus manos hizo a Kibum sonreír torpemente.

 

—Bueno chicos, lamento la demora— El director salió de repente, matando todas las tensiones e intereses, con la secretaria a un lado, llena de un montón de papeles entre las manos –Los llamé para que me ayudaran a comunicarles a cada uno de sus salones que las inscripciones para la candidatura de presidencia estarán abiertas por una semana, los papeles que les van a dar tienen el reglamento y todo lo que puedan necesitar.

 

Pronto cada uno tuvo lo necesario entre sus manos, Jinki miraba curioso el fajo de papeles que le habían entregado y solo pudo pensar con pesar en las fiestas, las promesas vánales y el concurso de popularidad que se venía y que Key seguramente ganaría.

 

—¿Y dime Key?— El director posó cordialmente su mano sobre el hombro de Kibum —¿Piensas ser candidato de nuevo?

—Estoy pensándolo…

 

Kibum sonrió afable y Jinki solo pudo suspirar.

…Otra vez.

 

 

 

 

—Así que pensaba llamarte para que me ayudaras con esto, si bajo de calificaciones aún más me meteré en problemas. Y bueno, todo el mundo dice que eres muy bueno explicando.

 

Jinki se sintió halagado, como muy pocas veces mientras caminaba a su salón y Joon lo acompañaba, mencionando cosas como que era un buen estudiante y él necesitaba ayuda. Sonrió en ese instante, justo antes entrar a su salón y mirando al otro que lo miraba expectante.

 

—Será un placer ayudarte.

—¿En serio?— Jinki asintió –Perfecto, nos vemos a la salida entonces.

 

Onew volvió a asentir y Joon se marchó subiendo las escaleras a su salón, antes de que claro la voz de Kibum lo detuviera, haciendo eco en los pasillos –¡Onew!— Apareció ante sus ojos como si lo hubiera estado siguiendo de repente y con el entrecejo arrugado —¿No que no lo conocías?

 

—¿A quién?— Preguntó ingenuo mientras Kibum empezaba a exasperarse y golpeteaba el piso con su pie —¿A Joon?

—No, al fantasma a tu lado. Por supuesto que a Joon.

 

—No lo conozco— Aseguró de inmediato –Acabamos de toparnos en secretaria y ahí hablamos.

—¿Entonces por que te ayudó ese día con la camisa?

 

—Bueno…— Jinki reflexionó un poco, acentuando una idea lo suficientemente coherente de repente —¡Ya se!— y golpeó con su mano la palma de la otra, festejando con una sonrisas entre sus labios. Ahora todo tenía sentido, un muchacho como Joon, apuesto, popular y capitán de Kendo no podía ayudarlo solo por que sí –Seguramente me ayudó por que sabía quien era yo y necesitaba que lo ayudara con las materias en las que tiene bajo rendimiento.

 

—¿Te pidió ayuda?

—Si, camino acá. Al parecer soy bueno explicando y él está mal en varias materias.

 

Kibum lo miró con duda, movió un poco su cuerpo y luego suspiró largamente.

 

—Como sea… No hagas cosas tontas— Onew lo miró, un poco confundido mientras Kibum se mostraba perturbadoramente tímido.

—¿Key?— Los ojos del otro lo miraron y Jinki sonrió —¿Te gusta Joon?

 

Kibum tosió, como si el sonrojo fuera notorio y pasó una mano discretamente por su nariz, mirando de un lado a otro.

 

—No… Quizá, no lo sé. Sería bueno que aprovecharas estas clases y me dieras un poco de información.

Jinki asintió –Lo haré— Kibum respiró hondo y se irguió nuevamente, dispuesto a marcharse al parecer –Key— Lo llamó de nuevo –No te molestes con Taemin, es un poco impulsivo a veces y…

 

—Solo mantenlo lejos de mí.

 

Y antes de que Onew pudiera decirle algo, el otro ya se estaba marchando, Jinki suspiró.

Las personas como Kibum hablaban mucho, pero dejaban más palabras colgando que las que compartían.

 

 

 

 

—Así que te transferiste hoy.

 

Taemin asintió con una pequeña sonrisa en los labios. Jonghyun a su lado analizándolo como si pudiera él solo tomar la decisión adecuada mientras Minho hablaba con el entrenador y el resto de jugadores lo rodeaban haciéndole preguntas tras preguntas.

 

—Si, la verdad es que fue como un golpe de suerte ya me había hecho a la idea de que no podría entrar este año. Y este era el último año que me quedaba.

—Pero ¿por qué el último, no estás en primero?

 

—Bueno…— Taemin sonrió –Es que mi hyung se gradúa este año, y siempre quise hacer cosas con él en el colegio, competencias, salidas, cosas como esas.

—Oh, ¿y quién es tu hyung? ¿Lo conocemos?

—Está en tercero, su nombre es…

 

—Listo— Minho apareció de repente, con la botella de agua entre sus manos y la ropa de entrenar ya puesta –Hablé con el entrenador y accedió a tomarte una prueba para que puedas entrar al equipo, a pesar de que las pruebas oficiales ya terminaron.

—Es delgado y parece ágil— Comentó Jonghyun, apoyado en los hombros de Choi –Seguramente es rápido en la cancha.

 

Taemin asintió entusiasmado mientras los del equipo le platicaban sobre los beneficios de entrar en el equipo de futbol. Su celular sonando lo hizo distraerse un rato mientras les daba la espalda y contestaba.

 

—¿Hyung?

Taemin ¿dónde estás? Ya es la hora de salida y además quedé con un compañero de ayudarlo con algunas clases.

 

—Oh. Entonces ve hyung yo estoy haciendo unas pruebas para entrar a un club, te cuento mañana ¿si?

De acuerdo, regresa con cuidado entonces.

 

—Si, hyung hasta luego.

 

Taemin regresó hacía donde se encontraban los demás, la cancha abierta y el olor a fresco de la mañana mientras el resto de los jugadores parecían verdaderamente amigables y divertidos. Taemin sonrió, por que esperaba estar tomando la decisión correcta, le apasionaban los deportes, y quería hacer de este último año para Jinki el más especial de todos.

 

 

Fin Capitulo Dos.

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A Libro Abierto


libroabierto

“Onew siempre ha disfrutado de los libros, le apasiona la lectura como a pocas personas.

Y sin embargo, las ideas disparatadas de Kibum lo obligan a hacer de su pasión un problema.

Aunque en medio del camino, Jinki descubra, mientras Kibum va introduciendo gente en su vida

Que Jonghyun es como un arpa, elegante y armonioso. Destacando como nadie su presencia.

Taemin una batería, fuerte e intenso a los sentidos.

Kibum una llave maestra, capaz de abrir todas las puertas a su paso.

Y Minho… Aunque haya aprendido a detestarlo, es como un libro. Apasionante y asombroso a sus ojos.”

….

~ OnHo — JongKey – KaiMin — JoonMir ~

 Tiffany & Jessica

 

 

..:: Capitulos ::..

Capitulo Uno:  Esa extraña contraportada.

Capitulo Dos:  La banda de un delegado.

Capitulo Tres: Amor rosa pálido

Capitulo Cuatro: Tick tock en el reloj

Bueno, esto me pasa por andar leyendo curiosidades de Shinee. Lo leí y no pude evitarlo. Morí de amor >,<

 

Resulta que los datos que se presentan en el resumen, todo aquello de que a Onew le encanta leer incluso cree que es el mejor método para componer e inspirarse, lo dijo en una entrevista, además dijo que para él Jonghyun era un arpa, Kibum una llave maestra, Taemin era como la bateria y Minho era como un libro para él, y yo solo pude pensar en ¡OnHo~!  xD

No me culpen, que es el mes de estos dos y ando emocionada xDD

 Así que espero que disfruten de este ataque repentino de inspiración y lo disfruten tanto como yo al hacerlo. 😉

 

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Libro abierto: capitulo 1


 

A Libro Abierto

 

Capitulo Uno:  Esa extraña contraportada.

 

 

A Onew no le gusta correr, suele caerse y lastimarse alguna parte del cuerpo con facilidad y sin embargo sus últimos días han sido apresurados, anda de un lado hacía otro como si todos lo necesitaran y el tiempo lo acostumbrara a que no puede quedarse quieto, ni siquiera para respirar. Lleva entre los brazos un montón de libros y la campana del inicio de clases ha sonado hace como diez minutos, pero corre con la suerte de ser delegado, de al menos poder justificar su tardanza.

 

—¡No jodas!

 

Escucha la voz animada y repentina de algún muchacho, arrimado en los casilleros con la pierna un poco doblada mientras ríe abiertamente justo frente a otro que solo levanta los hombros con una sonrisa igual de burlona y despreocupada mientras Jinki suspira apesadumbrado. No tiene el carácter, al menos no frente a esos sujetos como para obligarlos a ir a clases.

 

Y piensa de todas las maneras posibles en cómo acercarse y ejercer su autoridad como delegado para que los menores vayan a su salón. Pero los ha visto un par de veces, problemáticos y populares, con esos aires de grandeza que tan risible le parece, cuando hay un mundo afuera tan grande que los va a aplastar en cuanto se gradúen.

 

Pero a Jinki no le importa, él sale este año, y son esos menores los que se quedan, seguramente un año más. Aún así, son más altos, más fuertes y seguramente demasiado tozudos como para comprender razones. De todas formas se arma de valentía y respira hondo, aprieta los libros contra el pecho y trata de parecer serio.

 

—Disculpen— Los dos pares de ojos se enfocan en su rostro de inmediato –El timbre ya ha sonado, lo mejor es que se retiren a sus salones de inmediato— Trata de sonar firme y por un segundo hay un silencio abrumador que lo hace apretar un poco más los libros antes de escuchar las risas despectivas de los otros dos –Hablo en serio. O tendré que levantar un reporte a sus nombres.

 

El más alto de pronto frunce el ceño.

 

—¿Qué dijiste?— Se acerca amenazante —¿Quién diablos te crees?

—Ya déjalo, Minho— Es el más bajo quien intercede de repente, jalando un poco la banda en el brazo de Onew quien se estremece ante lo desprevenido que se encuentra —¿No ves que es el delegado?

 

El tono burlón hace a Onew fruncir un poco el ceño.

Se supone que él es el mayor ahí.

 

—Vayan a su salón— Repite –Los profesores les pondrán faltas.

—Vámonos Jonghyun— El alto lo mira con desprecio, uno que hace a Onew agriar su día ¿por qué tiene que ser tan despectivo? –Este tipo solo es molesto.

 

Lo empuja a su paso, los libros caen provocando un ruido molesto que hace a Jonghyun sonreír encaprichado mientras avanzan por los pasillos y Minho únicamente lo mira de reojo antes de doblar por un pasillo, con la vista de Onew arrodillado en el suelo, recogiendo uno a uno los libros.

 

La puerta de secretaría se abre y Kibum aparece, con su cabello lacio cayendo grácilmente por su frente y su mirada severa.

 

—¿Otra vez te caíste?

 

Onew se muerde la lengua, ya bastante vergonzoso es que dos alumnos menores lo hayan empujado como para tener que contarlo y mucho más a alguien como Kibum.

 

—Si, ya sabes. Ésta torpeza mía…
Hace un amago de sonrisa que parece convencer al otro mientras espera a que termine de recoger los libros para entrar de nuevo –Hubiera sido bueno una mano ayuda— Murmura bajito tras Kibum para ingresar en secretaría donde de nuevo hay un montón de papeles sobre aquel escritorio desocupado que se usa para hablar por el micrófono que da conexión a todo el Colegio y que prácticamente ya le pertenece a Onew. Ni siquiera a Kibum quien es el solicito de todas esas cartas.

 

—Hoy han llegado más cartas— Se lamenta Kim mientras se sienta sobre el escritorio, cruzando una de sus piernas y con un suspiro que se finge cansado —¿Por qué tengo que ser tan bueno en todo lo que me propongo? Ser tan popular es un castigo— Onew vira sus ojos, y comienza a arreglar un poco ese montón de papeles, con los libros puestos a un lado para concentrarse en su trabajo de primera hora antes de ir a clases.

 

—¿Leíste alguna carta? ¿Alguna te pareció interesante?

—Tú deberías leerlas— Rezonga Jinki –Es tu espacio ‘comunicativo’ Odio leer todas esas cosas, se supone que deberían ser cosas personales, ¿por qué las exponen de esa manera?

 

—Por que algunos ni saben que hacer con su vida, y para eso estoy yo— Kibum infla el pecho, orgulloso y altivo –Por algo soy el presidente escolar, y tú eres mi secretario por eso debes encargarte de darme solo las cartas más importantes.

—Soy delegado— Masculla bajito, con los labios hinchados y una expresión de niño pequeño –Tengo otras cosas que hacer.

 

—Pero Jinki— Empieza Kibum, con sus poses analíticas que buscan convencerlo —¿Qué es más importante? ¿Ser delegado de tu salón o Secretario de toda la junta estudiantil?

—Más que secretario, parezco tu sirviente.

 

Kibum agita un poco su mano, le resta importancia al asunto.

 

—Ya deja el drama, y dime ¿encontraste o no algo interesante?

 

Jinki bufa nuevamente, estirando sobre la mano de Kibum un pequeño tumulto de papeles resaltados en las partes más importantes mientras el otro sonríe afable y confiado. Seguro de si mismo, justo como Kim Kibum era.

 

 

 

 

—Buenos días mis apreciados compañeros— La voz de Kibum se escucha característica y suave por todos los lugares del Colegio, Onew únicamente suspira –Estamos aquí en nuestra pequeña sección del día mientras le robo estos diez minutos a los profesores y muchas gracias por su comprensión. El día de hoy comienzan las competencias intercolegiales y nuestras porristas serán las encargadas de animar a todo el cuerpo estudiantil con…

 

Deja de escucharlo, Onew se ha automatizado cuando comienza a dar sus noticias informativas sobre lo que hay para el día o la semana, la única parte importante a la que presta atención es al menú de la cafetería, y aun no ha llegado a ese punto. Jinki aún no entiende como Kibum logró que le dieran esos diez minutos para amenizar al cuerpo estudiantil y no sé cuantas más tonterías psicológicas que se inventó en ese momento con ese don para la manipulación que solo Key poseía.

 

Y es que claro, desde que Kibum ganó la presidencia el año anterior ya no había quien lo parara.

Se sentía como en otro país cuando escuchaba ese tipo de anuncias sosos y sin sentidos que volvían a Key cada vez más popular, mientras él… La gente ni siquiera sabía que había un secretario. Maldita amistad de sus padres que lo obligaba por consideración a ser tan amigo de Kim Kibum.

 

—Y ahora, la sección más interesante del día. Los dos minutos para Key— Se anuncia así mismo y Onew solo se recostó sobre su asiento –‘Querido presidente’ Oh, vaya es un adulador— La risa de Key fue amena, provocando suspiros y exclamaciones diversas –‘Me encuentro en una encrucijada, amo a mi novia, pero su mejor amiga me gusta bastante ¿qué debo hacer? Atentamente: Desesperado’

 

Kibum guarda silencio durante unos segundos, y los estudiantes parecen expectantes.

 

—Pues querido amigo ‘desesperado’ ¿qué esperas que te diga? Se hombrecito y ve dile a tu novia que estás sintiendo cosas por otra persona, por que si te soy sincero, si te gusta otra persona es por que no estás tan enamorado como crees. Háblenlo primero que el mundo no se acaba en la primera relación que tienen en secundaria. Recuerden que hay mucha más gente allá afuera, pero eso si, cuando escojas a una, luego no hay marcha atrás ni arrepentimiento que valga la pena…

 

Key sigue leyendo un par de cartas más antes de que se acabe el tiempo y Jinki desde su salón solo mira el alto parlante, tratando de averiguar por qué, algo como eso puede ser tan popular entre los estudiantes, hasta los profesores parecen entretenidos con ese espacio, se relajan e incluso parecen más divertidos luego de que Kibum esté al micrófono. Tal vez es cuestión de carisma, uno que a Kibum le sobraba.

 

 

 

 

—Así que estaba pensando en hacer una fiesta en mi casa. Ya sabes, como se acercan las elecciones y este año nos graduamos, sería genial quedar de nuevo como presidente. Este lugar a mejorado increíblemente desde que está a mis manos.

 

Las ideas revolucionarias de Kibum, son las que llevó al Colegio a otro nivel, eso si debía reconocérselo.

 

—¿Estás seguro que quieres participar también este año? Ser presidente es mucho trabajo.

 

Aunque en el fondo, lo que Jinki quería es no volver a ser Secretario.

 

—Por supuesto, amo mi trabajo.

—Por que yo hago gran parte de ese trabajo— Murmuro con cuidado aunque Kibum lo miró fijamente y agachó la cabeza.

 

—¿Dijiste algo?

—No, nada. No importa.

 

Sacudió un poco sus manos, con una sonrisa tonta en el rostro por lo que Key solo alzó un poco su ceja y continuó caminando dentro del comedor. Hubo un escándalo repentino en una de las mesas, entre risas y cánticos alborotados por uno de los jugadores del equipo de futbol, con un montón de porristas alrededor.

 

—Tontos— Susurró Kibum, frunciendo el entrecejo –Solo son unos cavernícolas escandalosos.

 

No era un secreto el poco aprecio que Key parecía tenerle a los bruscos deportistas, mientras se abría paso hasta una mesa cerca de la ventana con Jinki siguiéndole los pasos aunque de repente, curioso, su vista se desviara hacía la mesa de los deportistas que seguían en su escándalo.

 

—Jinki cuidado…

 

Onew apenas regresó su mirada hacía Kibum, demasiado tarde cuando su pie ya se había puesto sobre un montón de salsa que había en el piso, resbalando torpemente contra el suelo, con una gran mancha roja sobre la camisa, la mirada curiosa de muchos y la reprobatoria de Kibum.

 

—Eres increíble…

 

Y Jinki sabía que Kibum lo decía, con todo la ironía que podía.

 

 

 

 

—¿Cómo se supone que ande por toda la escuela así?

 

Kibum suspiró –Te prestaría alguna camisa, pero no creo que te quede bien.

 

La vida no pintaba bonito, Jinki trataba como podía limpiar la mancha que apenas había bajo de tonalidad y el espejo únicamente le recordaba esa torpeza suya que no hacía más que incomodarlo a cada rato. –Necesito una camisa. No puedo andar así por todo el Colegio. Es vergonzoso.

 

Key levantó un poco los hombros, sin saber exactamente que hacer en ese momento. Pero cuando la puerta del baño se abrió y aquel muchacho de expresión seria y callada hizo aparición, ambos guardaron silencio. El muchacho camino directo hasta Jinki, con sus ojos fijos en su rostro, alto y agraciado mientras estiraba una camisa hacía él.

 

—Toma.

 

Su voz se escapó casi como una orden y Jinki algo intimidado únicamente la aceptó. –Gracias.

 

Y de la misma forma en la que había ingresado, el otro desapareció. Dejándolos en medio de un silencio repentino, Kibum lo miró asustado y Jinki únicamente miró la camisa —¿Quién era ese tipo?

—¡¿No sabes y aún así le aceptas la camisa?!

 

Key parecía indignado, pero Onew solo empezó a desvestirse. –Bueno, necesitaba una camisa— Admitió tranquilo, cambiándose lo más rápido que podía mientras Kibum solo negaba con la cabeza y una mano sobre la frente –Aunque es un poco extraño ¿no te parece?

 

—Se llama Lee Joon, es de último año y capitán del equipo de Kendo. Un deporte muy respetable por cierto, no como esos trogloditas futbolistas de segundo— Key pareció respirar profundo de repente —¿De verdad no lo conoces?— Onew negó velozmente —¿Entonces por qué vendría a ayudarte?

 

—Tal vez es alguien muy amable.

 

Kibum levantó una ceja, pero aún así no dijo nada.

Lee Joon intimidaba, de una manera muy rara.

 

 

 

 

La camisa le quedaba un poco más grande de lo pensado, probablemente por que Joon poseía una musculatura que Jinki escasamente poseía, y sin embargo fue un buen día lo que restó de las clases, obtuvo un buen puntaje en la prueba de matemáticas y el profesor de Biología lo felicitó por un trabajo. Todo perfecto, en especial por que pudo escapársele a Kibum a la salida y no llevó trabajo extra a casa, como esas notitas de consejos que le tocaba leer para escoger las más interesantes, que Key leería al día siguiente.

 

Caminaba por las calles hasta su casa, pasivo y escuchando música mientras movía un poco la cabeza y pensaba en descansar mucho en ese día, anhelando que su madre hubiera preparado algo delicioso para la cena. Entonces el chirrido y el pito de un auto lo detuvo de inmediato, asustado, pegado contra la pared.

 

Escuchó risas y grititos divertidos de las porristas en el auto y luego miró a Jonghyun, sentado en el asiento de atrás de aquel Jeep que Choi Minho conducía —¡Ten más cuidado idiota!— Vio a Jonghyun pegar el hombro de Minho, pasando un brazo sobre los hombros de Yoona —¿No ves que asustas a las chicas?

 

Jessica, sentada junto a Minho solo arreglaba su cabello y recién entonces notó como Minho lo miraba fijamente, con una sonrisa que desenvainaba todas sus malas intenciones. —¿Qué sucede delegado? ¿Tan malos son tus recursos que tienes que irte a pie hasta tu casa?

 

Escuchó las risas de los otros y arrugó el entrecejo.

Mocosos molestos e insolentes. Prefirió ignorarlos, volver a colocar bien sus audífonos a pesar de la sorpresa inicial.

 

Sin embargo las cosas no fueron como esperaba, el auto de Minho arrancó a toda velocidad logrado salpicarle todo el agua que pudo, Onew retrocedió por instinto a pesar de que ya se había empapado por completo, con el eco de esas risas en la cabeza y mirando con rabia a Choi quien a pesar de conducir agitaba una de sus manos en alto.

 

—¡Adiós, hyung!

 

 

 

 

Miraba su uniforme a ratos, todo sucio y mojado mientras caminaba las pocas cuadras que le quedaban hasta llegar a casa, ya ni siquiera tenía ganas de escuchar música por lo que camino lo más rápido que pudo en cuanto vio su casa. Necesitaba una ducha y descansar mucho ese día.

 

—¡Hyung!

 

El grito lleno de vitalidad de Taemin lo hizo girar sonriente, ese pequeño amigo suyo que era su confidente, por más patético que sonara siendo Taemin dos años menor a él. El muchacho iba a abrazarlo, pero se quedó a unos centímetros de su cuerpo con los brazos estirados y la mirada confusa.

 

—¿Qué te paso, hyung?

—Un carro— Decidió mentir a medias –Que pasó a toda velocidad y no se percató que yo iba por ahí.

 

—Hyung…— Taemin negó sutilmente –Eres un imán de accidentes.

 

Luego le regaló una sonrisa, parecía muy animado mientras le hablaba y sacudía un poco sus manos. Su adorable vecino que lo admiraba por ser tan inteligente, delegado y además secretario de la junta de estudiantes. Oh, si Taemin supiera su triste realidad. Aunque Jinki en ocasiones pensaba que ese deje de admiración que el menor sentía por él, resarcía al menos un poco su orgullo lastimado a diario por tontos incompetentes como Choi.

 

—…Así que a partir de mañana me van a transferir a tu Colegio.

Los ojos de Onew se abrieron de par en par —¿¡Qué dijiste!?

 

—¡Hyung! ¿No me estabas escuchando?— Reprochó el menor –Te estaba contando que a mi papá le aumentaron el sueldo y ha decidido transferirme a tu Colegio. Claro que yo no quería decirte nada hasta que fuera seguro, y además por que quería darte una sorpresa ¿no es genial? ¡Vamos a estudiar juntos!

 

Y en esta ocasión Taemin lo abrazó como si  no le importara que se encontrara completamente empapado por esa agua y aún así Jinki se quedó con esa expresión pasmosa en el rostro.

 

—Pero… Estamos a medio año y…

—Las clases apenas iniciaron hace un mes hyung, puedo ponerme rápidamente al corriente. Y sé que tu también me ayudaras ¿no?

 

—Si, claro pero… ¿no te parece que es muy apresurado? Digo…

—Es tú último año, hyung. Yo al menos quería pasar un año contigo en el mismo Colegio. Por eso le insistí tanto a mis padres.

 

Los ojitos de Taemin brillaban en ilusión y Jinki no pudo evitar suspirar resignado.

 

—Si, supongo que así al menos podremos ir y venir juntos todos los días.

—¡Si! Será genial, hyung. Ya quiero que me presentes al presidente escolar. Es tu amigo ¿no? Quiero que me enseñes el Colegio y verte con tu banda de delegado. ¡Me siento tan orgulloso de ti hyung!

 

Y Taemin lo volvió a abrazar, con ese entusiasmo que él no podía calcar e imitar en ese instante.

Oh, pobre Taemin que pronto se enteraría de que él no era ni la mitad de popular que el otro creía.

Maldita su suerte que nunca se decidía a estar más de un día con él.

 

 

Fin Capitulo Uno.

Tengo una particularidad bastante extraña, resulta que cuando escribo tramas escolares, siempre o son demasiado reflexivas o medio retorcidas, así que en esta ocasión decidí no hacer nada de eso, quiero algo fresco, muy al estilo adolescente, despreocupado y con sus tintes suaves de drama, sin exagerar.

 

Así que espero plantearlo bien, y que lo disfruten de ahora en adelante. Mcuhas gracias por leer y espero que puedan comentar  ;D