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Amores perfectos: segunda parte


Amores Perfectos

Trozos de melancolía

Segunda Parte

—¿Y si le presentamos a un amigo mío a Key?

 

Minho de pronto sonrió, con esa sonrisa que parecía valer un millón de dólares, abrazando todavía con fuerza a Jinki, con sus piernas alrededor de la cintura del mayor mientras este se afirmaba un poco más contra él, con su espalda pegada al pecho de Choi.

 

—No lo sé… Key suele ser muy complicado.

—Pero Jonghyun es en cambio demasiado des complicado. Yo creo que congeniarían a la perfección.

 

Onew tenía todavía sus dudas, jugaba con la yema de sus dedos palpando la piel de Minho, un poco suave y a la vez gastada por el trabajo y el diario vivir.

 

—Jonghyun no es ningún idiota ¿verdad?— Preguntó de repente, sintiendo la barbilla de Minho posarse con cuidado sobre sus cabellos –No quiero que le rompan el corazón otra vez.

—Se portará decente, lo prometo.

 

Pero Jinki suspiró, sutilmente antes de asentir y sonreír, provocando que Minho ampliara su sonrisa tanto que fuera inevitable un beso de esa boca que se encontraba tan cerca de él, de esa pequeña proporción de cariño entre sus brazos, sobre aquel sillón cualquiera que Onew hubiera comprado hace tantos años atrás.

 

 

—¡Jinki!

El cuerpo de Onew se repuso al instante, su cabello un poco alborotado y su espalda de pronto dolía, disimular la mueca de dolor que aquello le provocó fue un poco más que imposible. Pero aun así sonrió y fingió que el grito de su jefe no lo había desubicado de repente.

—¿Estabas dormido?

—No, solo…— Mordió su labio de repente, sintiendo la mirada de soslayo de Key mientras pretendía hablar por teléfono –Ha sido un día difícil— Musitó de repente –Lo lamento mucho.

Maldita su poca capacidad para mentir. Apretó los puños y bajó la cabeza, pero Joon continuó ahí mirándolo con el entrecejo arrugado y las manos firmemente colocadas a un lado de su cuerpo.

—Deberías saber desde hace mucho que tu vida personal no puede interferir con la laboral.

—Lo sé, yo de verdad…

—Al término del día te quiero en mi oficina.

Los pasos del hombre se escucharon de pronto. El aire volvió a sus pulmones aunque el pesimismo pesaba de pronto sobre sus hombros, aquellas palabras de su jefe no podían ser el indicio de algo bueno. Entonces una bola de papel pegó en su cabeza y la mirada afilada de Kibum lo regañó directamente.

—Ya te he dicho que aprendas a mentir.

Luego de eso, Jinki solo alzó los hombros y sonrió.

—Entonces volverás a ser un soltero codiciado…

Minho sonrió, el pequeño comentario del Gerente seccional mientras bebía un poco de agua y dejaba pasar el tiempo un rato al menos, descuidó un poco sus expresiones, como si lo suyo fuera una noticia vieja que extrañamente a nadie sorprendía.

—Bueno, he estado tanto tiempo con Onew que difícilmente recuerdo lo que es ser un soltero codiciado.

—Vamos, hombre. Eres joven y apuesto. Seguro no estarás solo por mucho tiempo.

Eso iba en contra de su plan oficial. Minho en realidad se estaba divorciando por que el agotamiento exhaustivo había llegado a su matrimonio y de pronto Onew parecía estar igual de cansado como para luchar por la causa. Volver a salir con otra persona no era lo recomendable, por lo menos no en un par de años.

—Minho— El hombre volvió a llamarlo, sus pocas canas denotaban la experiencia y su sonrisa divertida mientras lo sacudía por el hombro lo hizo despertar —¿Andas en las nubes? ¿Qué sucede?— De pronto la voz del hombre pareció compadecerse un poco –No me digas que en realidad es Onew el que quiere divorciarse. ¿Tiene a alguien más?

—¿Qué? ¡No!— De pronto sonó indignado.

¿Por qué la gente no solo entendía que era un amor desgastado?

No había nadie más para él…

—Tranquilo— Volvió a hablar el hombre –Últimamente pareces fuera de este mundo, esto del divorcio no te está sentando bien. Deberías tomarte unas vacaciones.

—A nadie le siente bien un divorcio.

—Bueno, deberías hacerte a la idea que un mal día podrás encontrarlo de nuevo y quizá esté con otra persona.

El consejo que supo amargo en sus oídos se deslizó tan fácilmente que Minho casi tambalea en su camino de regreso a la oficina, el Gerente únicamente había continuado su camino hasta su propia oficina atareado entre papeles e inversionistas. Pero Minho fue otra historia, medio ausente, medio alicaído.

—Minho ¿estás bien?— Si pasó una hora o más, Minho no lo sabe bien, solo sabe que Jonghyun abrió la puerta e ingresó de repente, con su ropa igual de elegante que siempre y su mirada sobre todos esos documentos que Choi había empezado a acumular —¿Qué es todo esto? ¿No has estado haciendo tu trabajo?

—Deja ahí— Bloqueó de inmediato los intentos de Kim por ojear los papeles y que se percatara de las fechas que iban desde una semana atrás más o menos –Solo estoy un poco más atareado de lo normal.

—Esto no es un poco más atareado de lo normal— Jonghyun torció un poco sus gestos —¿Por qué no le pides a tu secretaria que te ayude con un par de sub contratos? Porque a este paso te llega fin de año y no terminas.

—Sí, eso estaba a punto de hacer— Minho ni siquiera lo meditó demasiado —¿Necesitas algo?

—Hablé con el Gerente— Minho respiró hondo –Dijo que te había visto un poco… afectado.

—Estoy bien— Sonrió un poco, intentando convencerse incluso así mismo —¿Por qué la gente ha cogido esa maldita costumbre de sentir pena de mí?

—¿Quizá porque te ves realmente lamentable?— Jonghyun suspiró un poco, sentándose en el asiento justo frente al escritorio de Minho que ya masajeaba su sien como cuando se le venía haciendo mala costumbre –No puedes esperar que el mundo sencillamente no se dé cuenta de que esto te está afectando, antes eras todo sonrisas y cursilerías— Minho sonrió, como si el bálsamo de ese humor negro de Jonghyun le aligerara un poco el peso sobre la espalda –Escucha, sabes que no soy partidario de estas cosas del matrimonio o pedir disculpas, o retractarse, o agachar la cabeza, o…

Minho de repente alzó su mano derecha —Ya entendí el punto, ¿a dónde nos llevan todas tus maravillosas cualidades?

—A que si quieres estar con él, entonces habla con él.

Minho sintió ese frío de nuevo, ese que se esparcía sobre todo su cuerpo y lo hacía sentir aún más culpable.

—No quiero eso.

—¿No quieres porque Onew ya no quiere intentarlo o realmente eres un maldito bipolar?

Minho mordió su labio, lanzándole el primer bolígrafo que encontró y Jonghyun rió un poco.

—Es que si me dijeras que Onew no quiere nada contigo y tú no quieres rogarle hasta te entendería, pero tus argumentos son que de repente fuiste perdiendo el amor y  Onew era más un hermano, que tu pareja— Jonghyun se acercó un poco –Créeme yo jamás vería a Key como mi hermano, eso desde el primer momento en que lo vi.

—Lo tuyo con Kibum es más pasional que cualquier otra cosa.

—¿Y lo tuyo con Onew?

—Yo lo amé desde el primer momento.

Jonghyun volvió a torcer sus gestos, con una exhalación de su boca que fue más como una mueca mientras Minho sonreía, aun sorprendido por la impulsividad de sus palabras.

—Si despierto a su lado y continúo así, entonces empezaremos a tener problemas. No quiero tener recuerdos horribles de él. Peleas, malos entendidos, quiero cortar por lo sano antes de que todo se derrumbe.

—Eso es ser exageradamente precavidos— Jonghyun entonces cruzó su pierna, mirando de soslayo la expresión de Choi —¿Si sabes que mañana o en un mes, o en quien sabe cuánto tiempo, Jinki podría pasar enfrente tuyo con otra persona de la mano?

—Si…— Susurró bajito –Woongu me lo mencionó, pero… No sé.

—¿Qué no sabes?

—Solo… No sé— Minho de pronto se encontró sobando delicadamente su propio brazo izquierdo –Sería extraño. Ni siquiera lo había pensado.

—Por favor, Minho. En el fondo sabías que eso tendría que pasar y lo tendrás que asumir. Es como si tú  pretendieras pasártelo soltero por más de dos años.

—Yo pensaba hacer eso…

El susurro bajito, casi dicho entre dientes por suerte no llegó a los oídos de Jonghyun mientras Minho todavía acariciaba su brazo y Jonghyun jugueteaba un poco su celular. A ratos sonreía, y no fue difícil para Minho saber que hablaba con Kibum.

Para las cinco de la tarde con veintidós minutos, Onew salía de las oficinas y suspiraba cada tanto como si no pudiera ni con su vida y solo tuviera malos momentos entre la conciencia.

—¿Cómo te fue?— Kibum saltó sobre él casi de inmediato, con su pequeño bolso a un lado de su cuerpo y su mirada preocupada sobre él —¿Te dijo algo malo?

—Tengo una advertencia— Musito cuidadosamente –Con dos más y me pueden despedir.

Key chasqueó la lengua, rezongando bajamente mientras levantaba el puño en dirección a la oficina del jefe.

—Solo es un amargado— Trató de animarlo –No le hagas caso, solo procura no dormirte otra vez Jinki.

—Si… No sé qué me pasó hoy. Estaba muy cansado supongo.

Kibum reanudó el paso —¿Cuándo tienes cita con el consejero matrimonial?

—Mañana.

Por un instante los ojos de Kibum se deslizaron por ese rostro de Jinki, un poco cansado y devastado.

—¿Sabes qué?— Preguntó sonriente –Hoy no vas a llegar temprano, ¡vamos a beber un poco!

—Key no tengo ánimos para emborracharme…

—¡No me interesa! ¡Tú vienes conmigo!

Y de pronto Onew se encontró siendo arrastrado por el menor, hacía algún lugar lejano que el otro al parecer conocía y que aparentemente, según Kibum quien era el que le vendía la idea, olvidaría todas sus penas.

—¡Flashback~!

Minho se levantó en un impulso, los pies sobre la alfombra y sus ojos se encontraron de frete con la luz de la sala de estar cuando escuchó la voz de Jinki y recordó que se había quedado dormido en el sillón preocupado al no saber nada de él hasta las once de la noche y que por encima de todo jamás le contestara el celular.

Se levantó molesto, tratando de aguantar sus ganas por iniciar una pelea.

Evitado reproches, porque después de todo, era la primera vez que Jinki le hacía algo como eso.

—Ah… Me muero de sed…

Onew se movía un poco tambaleante dentro de la cocina, regaba agua en el suelo dentro del infructuoso intento por beber decentemente un poco de esa agua, tenía el uniforme desarreglado y el cabello alborotado. ¿Qué clase de vida iba a llevar Jinki cuando él se fuera?

—Jinki…

—¡Oh, Minho!— Saltó el mayor de repente —¡Me asustaste! No te había visto…

Hace mucho que no ves, hyung…

—¿Dónde estuviste?— Trató de ser sutil, tapando la botella de agua que Jinki había dejado sobre la mesa –Me tenías preocupado, nunca sales sin avisar que llegaras tarde ni desvías mis llamadas.

—Pero ya estoy aquí ¿no?— Onew estiró sus brazos, con una sonrisa bobalicona en los labios –Sano y salvo. Sin un solo rasguño que lamentar.

La voz de Onew era extraña, sus ojos sus pasos torpes y su aliento a licor. Minho ni siquiera tenía intenciones de lidiar con eso. Antes, cuando bebían juntos era divertido, ahora sentirse aislado por él, solo lo volvía incómodo ¿cuántas posibilidades había que solo en esta noche Onew hubiera conocido a alguien?

—Vamos a la cama, es mejor que descanses, mañana tienes que trabajar.

—Tú también…

Onew señaló su mejilla y rió. Minho hace tanto no lo escuchaba reía, que incluso en ese estado fue refrescante, lo tomó por la cintura, como si encaminarlo fuera lo más fácil. Jinki sencillamente se desplomó en la cama, tarareando todavía esa canción que traía en la boca.

—¿Sabes Minho?— Habló el mayor mientras Choi ya empezaba a quitarle los zapatos –Siempre tuviste un talento especial para desnudarme.

Minho entonces dejó escapar una risa —¿Ah, sí?

—Si…— Aseguró Onew, sentándose torpemente, únicamente para poder tomarlo por el rostro y contemplarlo fijamente –Siempre fuiste tan apuesto.

La sonrisa desapareció de sus labios al instante. Las palabras de Onew golpearon en su cabeza, casi al mismo tiempo en el que el mayor volvió a lanzarse contra la cama y seguir con sus balbuceos y movimientos poco delicados. Minho suspiró, porque de pronto no le placía dormir junto a él.

Cogió un par de sábanas y una almohada, lo suficiente como para que Onew pudiera dormir cómodo si así lo quisiera, si al menos lo dispusiera. Pero a Minho, la justificación de Jinki todavía le daba vueltas en la cabeza…

Siempre fuiste tan apuesto.

¿Para Onew, él solo se reducía a eso?

 

..:: Fin de la Segunda Parte ::..

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AMORES PERFECTOS


onho-7

“Así que mientras Minho conduce, Onew piensa.

Se han acostumbrado al silencio.

Y mientras el kilometraje del auto aumenta, se les agota el amor.

{ OnHo }

JongKey — ChangTae


CAPITULOS

Primera parte: Solía creer en lo eterno

Segunda parte: Trozos de melancolía


Disfrutenlo, tanto como yo lo hago escribiendo, ♥

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Amores perfectos: primera parte


Amores Perfectos

Solía creer en lo eterno

Primera Parte

—No se trata de otra persona.

La voz de Minho como siempre comandó la situación. Su voz firme y masculina en medio de las blancas paredes, decoradas por los diplomas, nombramientos y reconocimientos. Solía vestir ese chaleco que tanto le gustaba, con la firme idea de que viéndose bien, al menos no podía notarse lo abatido que en verdad se sentía. Y a veces, eso funcionaba.

—Nunca se ha tratado de otra persona— Acomodó Onew la frase, cruzando su pierna, con el rostro cansado y las manos sobre el pequeño sillón en el que se trataban –Es solo agotamiento.

—Si aún son fieles mutuamente ¿por qué no intentarlo?

Changmin rara vez había visto una expresión como esa en ambas contra partes. Acostumbrado estaba a los gritos, los reproches, las lagrimas, que ver la expresión cansada de esos dos muchachos lo hacía sentirse frustrado, desgastado. Y por primera vez, como cuando empezó a trabajar de consejero, con ganas de salvar ese matrimonio.

—Por que ya no se puede.

Fue un unísono tan bajo y opaco que los ojos de Changmin por un rato se estancaron en la imagen de ellos dos. De Onew con su sonrisa cansada y Minho con su mirada en cualquier otra parte, sobrevivían de recuerdos y lamentaban el amor perdido. Changmin quería hacer algo… Pero no sabía cómo. Se le acababan las oportunidades.

—Bien— Suspiró —Se ha acabado el tiempo— Y lo lamento como cuando era un niño pequeño y la hora de dormir se acercaba, los miró esperando verlos ahí de nuevo y sonrió mínimamente —Espero verlos pasado mañana.

—¿Te dejo en el trabajo?

—No— Onew apenas sacó las gafas de su bolsillo, el sol pugnaba sobre la piel como un molesto aliciente para recordarles la estación en la que se encontraban –Iré a cenar con Key, me voy en taxi.

Minho asintió casi sin percatarse –De acuerdo, nos vemos en la noche.

Y no es que importaran muchas cosas mientras Jinki había tomado ya la costumbre de callar más de lo que pensaba, con su silencio abrumador dentro del taxi que recorría las calles de Seúl con una ruta acostumbrada mientras los suspiros salían de sus labios y él inevitable se miraba en el espejo.

—No me veo tan mal— Susurró, pasando una mano por su mejilla y con el ánimo apenas recuperado. La experiencia de sus pocos años le había enseñado que sufrir y estar feliz era cuestión de momentos, el resto del tiempo solo se estaba vacío –Al menos Key no me regañara por verme lamentable.

Sonrió como si ya se supiera el discurso de su amigo de memoria.

Podrás estarte divorciando” Decía, con su voz firme y sus ojos en alto “Pero jamás te debes ver acabado”

Key era como esas partes que hacen falta cuando has olvidado como divertirte o disfrutar de la vida. Esa contraparte que te recuerda que aún estás vivo y que en algún momento fuiste igual. Es que Key aún vive su historia de amor almidonado.

—Llegamos.

—Muchas gracias.

La voz del taxista es amable mientras baja y cancela por el viaje, sus pasos hacia el restaurante son calmados, inhala profundo ante el aroma agradable de la comida y ve a su amigo sentado en una de las mesas junto a los ventanales. Parece sonreír todo el tiempo, escribir en el celular y sus ojos gritan Jonghyun por todas partes.

—Lamento la demora.

—Al fin llegas— Y Kibum afortunadamente escribe rápido antes de dejar el celular de lado –Me tenías preocupado.

—Estaba con el consejero— Colocó la servilleta sobre sus piernas, con el mesero cerca de él extendiéndole la carta para ordenar –Ya sabes, uno de los últimos trámites antes del divorcio.

—¿Y cómo va eso?— Por el tono, Kibum parece interesado. Como si en verdad deseara que él reconstruyera su vida.

—Normal.

Entonces Kibum frunce el ceño.

—¿Cómo puede ir todo normal?— Key tiene esa costumbre de poner las manos sobre la mesa y asesinar con la mirada como si se tratara de dagas —¿Se han gritado? ¿Reclamado algo? Dios…— Finalmente Kibum suspira, él siempre parece más afectado por todo esto que él –Te estas divorciando, Onew… Al menos deberías mostrar algo de enojo o pena.

—No me gusta dar lástima.

Releyó los platos bajo consciencia, buscando alguno nuevo en aquel restaurante que había sido como su costumbre. Pero Key lo miraba, profundamente y tratando de ver algo que ni él mismo podía mientras trataba de pensar en otra cosa.

—¿En verdad vas a divorciarte?

Esta vez la voz de Kibum parece suave, y a Jinki le resulta inevitable levantar la mirada, observar a su amigo que parece recordar de repente toda su historia con Minho, fiel testigo de los tragos amargos y los momentos más dulces que él le contaba. Key aún no parece creer que de verdad Minho y él hayan agotado todos sus recursos.

Pero Onew recuerda, como lo hace últimamente. Que él es el mayor, que no quiere preocupar a su amigo y que no hay rencores por los cuales pueda ponerse a dar quejas de Minho. Pequeños defectos insignificantes que él ya conocía. Defectos propios que Minho aceptaba. Pero Onew se sabe maduro, dueño de sus decisiones y solo sonríe poco. Hace mucho que sonríe poco.

—Eso parece.

Y  vuelve a leer la carta, observa un postre nuevo en la lista.

A lo lejos puede escuchar el suspiro apenado de su amigo mientras murmura palabras parecidas a la incredulidad. A esa calma y monotonía con la que ambos han decidido manejar la situación.

Key siempre ha pensado que si Jonghyun y él estuvieran casados y  tuvieran que divorciarse, él hace mucho que le hubiera gritado y mandado mano. Pero Onew a veces se sienta analizar y resulta que Kibum es tan pasional, que probablemente si, esa sería su reacción inmediata. Él cambio es muy distinto a Key. Quizá por eso Minho y él han reaccionado tan diferente ante todo.

—Te lo dije desde un principio— Jonghyun estiró la pequeña lata de cerveza sobre la cabeza de Minho mientras miraba a los jugadores entrenar sobre la cancha de césped –Deja todo eso del matrimonio para las parejas heterosexuales. Ellos pueden casarse y divorciarse mil veces si les da la gana, nuestras relaciones siempre son un poco más complicadas.

Minho sonrió, moviendo la lata entre sus manos mientras el sol lo acompañaba y Jonghyun solo se sentaba.

—Si Key te escuchara…

Jonghyun sonrió –Es diferente— Bajó la lata, apoyado en las gradas a su espalda –Nosotros no necesitamos la aprobación de nadie.

—Pensé que sería distinto. Dar un paso más para demostrarnos que éramos más seguros y estables que las otras parejas.

Minho tenía esa costumbre, reciente, de pasar horas mirando el licor en sus manos sin la intención de ingerirla por que no tenía sentido y los logros que se le atribuían solo lo dejaban más cansado.

—¿Por qué necesitaban demostrar algo?— Jonghyun parecía entretenido en mover su pie un poco y hablar calmado –De todas formas no es cómo si haber firmado un papel los hubiera desestabilizado.

—Lo sé— Susurró –Jinki aún es eso que le hacía falta a mi vida y cuando me vaya, algo se quedara con él.

—Claro, tu dinero, varias pertenencias… Partes iguales, y todas esas porquerías legales.

—No seas idiota— Minho rió divertido, empujando a su amigo y respirando hondamente luego de unos segundos –Es solo que… Estoy tan cansado.

—Minho sé sincero— Jonghyun lo miró fijamente, dejando la cerveza a un lado —¿Hubo alguien más? ¿De tu parte o de él? ¿Peleaban seguido o algo por el estilo?

—No, nada de eso.

—¿Entonces por qué van a divorciarse?

—Por que…— Minho suspiró –Un día descubrí que Onew y yo pensábamos lo mismo. Ya estábamos viviendo sin ganas de seguir juntos.

—¿Puro cansancio?

—Aún lo quiero— Rectificó –Pero no sé si de la misma manera.

..:: Fin de la Primera Parte ::..

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A libro abierto: capitulo cinco


A Libro Abierto

 

Capitulo Cinco: Apuesto que él, puede ser mejor que tú.

—Así que señores estudiantes, seguimos esperando sus candidaturas para las elecciones de este año, hasta el momento hay una aprobada y otra en consideración por la junta directiva, con un candidato más será suficiente. Recuerden que debe haber un equilibrio entre disciplina y promedio de estudios.

Onew masticó un poco la galleta entre sus manos y notó la mirada emocionada de Taemin sobre él.

—¿Qué sucede?

—Deberías postularte. Serías un genial candidato.

Jinki se atragantó, y tosió lo menos discretamente que pudo mientras la voz del director seguía con sus anuncios parcos de cada mañana y Taemin palmeaba su espalda durante la hora del receso.

—¿Qué locuras dices Taemin?— Habló después de un rato —Eso es un concurso de popularidad, y cómo te podrás imaginar tu hyung no es muy popular que digamos.

—Pero yo te puedo ayudar y Joon es bastante popular seguramente estaría gustoso de ayudarte, el otro día me comentó que gracias a ti había subido su promedio a siete. Y eso es bastante.

—No Taemin.

Jinki trató de ser tajante, de borrar esa idea loca de la cabeza del menor pero Taemin ya parecía haber cultivado la idea en su cabeza.

—Pero hyung incluso podía pedirle ayuda a Minho hyung y…

—¡No!— Onew agitó sus manos —De ninguna manera, mucho menos a él.

Taemin se cruzó de brazos. Con un puchero en los labios.

—Hyung ¿por qué Minho hyung no te agrada?

—Por que es odioso, me ha tratado mal desde el inicio de este año y no sé… Solo es odioso.

Taemin viró los ojos, volviendo a tomar un poco de su jugo y mirando hacía las canchas, en esta ocasión vacías por adecenamientos, y entonces ese pensamiento intempestivo llegó a su cabeza.

—Hyung— Jinki lo miró —Este fin de semana es mi primer partido y el entrenador prometió ponerme a jugar más que sea quince minutos. Tienes que venir.

Los ojos de Taemin lo miraron con esperanza, sosteniéndolo levemente del brazo y Jinki solo pudo sonreír.

—Claro que iré.

—Kai me tienes que ayudar.

Justo en ese momento Kai se arrepintió de haberle dicho que si, sin antes haber preguntado cual era ese favor que Taemin tanto requería de su parte.

—¿Te golpeaste muy duro la cabeza de chiquito o qué? Por supuesto que no.

—Pero eres el delgado de los alumnos de primero, a ti de seguro no te dicen nada.

—Precisamente, no voy a arriesgar mi conducta por que tú quieres salvar el mundo y hacer a tu hyung un ganador y no sé cuanta tontería más.

Los pasos de Kai empezaban a alejarse de dirección mientras Taemin lo tomaba del brazo y trataba de que este se mantuviera en su lugar, pero Kai, mucho más corpulento que Taemin empezó a moverse, sin importarle que el otro siguiera haciendo su pequeño escándalo en medio pasillo.

—¿Cómo puedes ser menor que yo y más fuerte?— Se quejó Taemin, todavía sosteniendo fuertemente el brazo de Kai, quien finalmente suspiró —Kai… Por favor~

—¿No me vas a meter en problemas, cierto?

—Asumiré toda la culpa.

Taemin llevó una mano a su pecho, con la quijada en alto y la seguridad en sus palabras.

—Bien…— Masculló el menor, regresando sus pasos y abriendo la puerta de secretaría donde la mujer levantó la  mirada, con una amable sonrisa en el rostro —Buenos días señorita Han ¿aún están abiertas las inscripciones para presidente escolar?

—Si, es el último día, así que están a tiempo muchachos.

Taemin golpeó un poco la espalda de Kai, y este respiró hondo. Lo más que pudo.

—Bueno, lo que sucede es que no es para inscribirme sino para inscribir a un amigo, que está muy ocupado, pero me envío su carnet— Taemin le pasó el documento a Kai y este a la secretaria —Usted lo conoce,  pues Taemin es su mejor amigo y toda la cosa, y yo soy el delgado de primero.

La mujer pareció pensarlo un rato, mirando la credencial y suspirando a final.

—Bien, rellenen esta ficha de inscripción y Lee Jinki quedará oficialmente inscrito.

Taemin abrió mucho sus ojos y Kai lo miró con una última amenaza.

Más le valía al mayor que toda esa tontería terminara bien.

—¿Sigues con esa tontería?

Minho terminó de ponerse la camisa, dispuesto a salir a practicar con el resto del equipo que ya estaba listo, mientras Jonghyun parecía interesado en seguir escribiendo.

—Si, ya ves que la cursilería y yo no nos llevamos, pero él no se ha quejado.

—Por que no ha tenido la oportunidad— Choi recogió el balón y caminó hasta la puerta —Ya en serio Jong, deja la estupidez y vamos a entrenar.

—¡Lo siento!— Taemin entró corriendo, como si el tiempo no hubiera sido el suficiente ese día para él —Se me hizo más tarde de lo esperado.

—Ya pensábamos que no vendrías.

—Si, lo siento. Es que estaba con Kai solucionando un par de cosas.

Jonghyun se levantó de su lugar, estirando su cuerpo y guardando sus pertenencias en el casillero, saliendo directo al jardín mientras Minho posaba su mirada en Taemin y el menor lo miraba con una sonrisa en el rostro —¿Qué pasa?— Pero Minho solo sacudió un poco su cabeza y luego suspiró.

—Nada.

Vio la espalda de Minho alejarse, y Taemin entonces optó por levantar un poco los hombros y cambiarse de camisa velozmente, pero el ruido de la puerta abriéndose lo hizo girar otra vez, Minho acababa de aparecer. Caminaba rápido hasta donde él se encontraba, ajustaba las manos a sus mejillas y pegaba los labios a los suyos, haciéndolo abrir los ojos bastante y que las palabras murieran en su garganta.

Pero Minho permanecía con los ojos cerrados, con sus labios ajustados a los suyos sin mayor movimiento, en un roce ligero que finalmente terminó dejando a Taemin estático y vacío, mientras Minho suspiraba y juntaba sus frentes.

—Él es un problema…— Susurró y Taemin se sintió más confundido que antes —Pero no eres tú.

Taemin tragó fuerte y miró a Minho que ya se alejaba, veía su espalda ancha empezar a alejarse, y justo antes de salir se detenía para hablar. —Siento lo del beso— Pronunció de repente —No volverá a suceder.

Cayó sentado en la banca detrás suyo, con los labios entre abiertos, sin saber que hacer o siquiera lo que acababa de suceder.

¿Quién era un problema?

¿Y qué no era él? ¿Por qué demonios lo había besado?

—Onew hyung…

A Jinki le gustaba este clima, suave y fresco mientras caminaban hasta sus casas, como hace mucho tiempo no lo hacían y Taemin parecía pasar callado como pocas veces, pero aún así, Onew giró, con una de esas enormes sonrisas en el rostro.

—Dime.

—Si alguien me besa y yo no siento nada…— Los ojos de Taemin parecieron mostrar preocupación —¿Hay algo malo en mi?

El instinto de protección de Onew se despertó, girando directo hacia el menor y tomándolo por los brazos.

—¿Besos? ¿De qué besos me estás hablando? ¿Alguien te besó a la fuerza?

—¿Qué? ¡No!— Taemin se sacudió de inmediato, su rostro rojo de vergüenza —¡Hyung!

—Tú comenzaste hablando de estas cosas— Se justificó Onew, mirando de soslayo a Taemin que rascaba un poco su mejilla, mirando al suelo y tratando de dejar pasar la vergüenza —Pero no hay nada malo en ti.

—¿En serio?

—Esa persona simplemente no te gusta, el cuerpo funciona de maneras extrañas cuando besas o estas cerca de esa persona que es diferente a los demás para ti, son recursos meramente fisiológicos pero son esos recursos los que te muestran indicios de si es la persona de tus afectos o no, aunque eso no determina si es la adecuada.

Taemin sonrió, abrazándose a Onew como si fuera un niño pequeño.

—Gracias hyung, eres el mejor.

—Si… si, como sea— Onew dejó que Taemin lo abrazara tan fuerte como podía, entonces él sacudió sus cabellos según la costumbre y suspiró —Entonces… ¿tú le gustas a esa persona?

—No lo creo— Admitió el menor, empezando a soltarse —Más bien creo que estaba experimentando.

—¿Y te dejaste besar así como así? ¡Taemin!

—¡No fue así! Me tomó de sorpresa y ya no importa.

Taemin empezó a caminar, otra vez con la vergüenza en su rostro y Onew atrás haciendo preguntas innecesarias que él ya no estaba dispuesto a responder.

Onew había pensado que no sería bueno ir a uno de esos partidos solo, y como Key ya no contaba al parecer, tuvo que morder la vergüenza y pedirle a Joon que lo acompañara, la sonrisa del otro había grande, Jinki se sintió aliviado entonces. La gente hacía mucho escándalo y Taemin se veía pequeño en ese uniforme negro y rojo que portaban los jugadores, todos muy concentrados a los que Choi Minho decía al parecer.

Había escándalo, y Joon tenía esa costumbre de sentarse recto y con sus piernas cruzadas, agitando apenas la banderita con el escudo del colegio entre sus manos. Pero Onew solo podía ver a Taemin su sonrisa enorme y lo ansioso que estaba por que el entrenador cumpliera su palabra y lo dejara entrar.

Mientras tanto, Jonghyun y Minho eran estables, dentro de la cancha parecían saber exactamente que hacer y Onew solo miraba el reloj esperando que el partido terminar o que al menos Taemin jugara para entretenerse un rato. Y sin embargo sus planes de tranquilidad se fueron al tacho cuando lo vio.

Kibum se abría paso entre las personas que lo saludaban y lo felicitaban por su cruzada de hace dos semanas, Key se alzaba como un muchacho popular que hacía falta ver y Onew solo sintió ganas de ser chiquito para que no lo mirara, sin embargo la suerte jamás lo acompañaba lo suficiente y esos ojos afilados lo detectaron como si lo hubiera estado buscando, Onew recordó a quien tenía a su lado y se maldijo internamente.

Pero Kibum solo giró y se sentó entre el montón de gente que lo alababa y comenzó a sonreír, como si realmente se sintiera cómodo.

—¡Hey! ¡FALTA!

La voz de Jonghyun sonó potente entre el campo, todos se levantaron y finalmente un pitido paralizó el partido, había alguien en el suelo y Onew no vio a Taemin por ninguna parte, se preocupó y trató de ubicarlo lo más rápido que pudo, pero jamás lo encontró.

—¿Ves a Taemin?

—No, estaba en la banca hace un momento pero…

—¡Hyung!

Taemin se encontraba abajo, agitando su mano y Onew respiró aliviado. Le hacía señas para que bajara mientras el resto de jugadores se amontonaban en un lado de la cancha sin saber que hacer, aún así Jinki bajo, en medio de toda esa revolución de las porristas que parecían preocupadas y los jugadores que lo miraban sin entender.

—El médico hoy no pudo venir— Le adelantó Taemin mientras se abría paso entre la gente y lo conducía hasta la cancha —Tú sabes de primeros auxilios, ayúdalo hyung— Choi Minho estaba en el piso, tenía una mueca de dolor nunca antes vista por Onew y parecía morderse los labios con tal de no quejarse, Jonghyun a su lado trataba de calmarlo y el arbitro levantaba una tarjeta en rojo.

Jinki ni siquiera sabía como había llegado hasta ahí.

—¿A dónde lo llevamos?

Jonghyun de pronto parecía dispuesto a obedecerlo y Onew tragó fuerte.

—Por ahí.

Señaló uno de los laterales donde se encontraban las porristas y entre Jonghyun y otro muchacho cargaron a Minho con cuidado, subido en la camilla que habían traído de algún lugar y que esperaban no usar.

—Voy a jugar, hyung. Cuida de él.

Taemin palmeó un poco su espalda y Onew solo miró preocupado como lo dejaban solo con Choi, Minho se retorcía todavía con las manos en su pantorrilla lo suficientemente ausente por el dolor como para reconocerlo.

—Ten cuidado— Giró y reconoció a Jessica junto a él, no la había visto desde el incidente en la biblioteca —Ayer se golpeó muy fuerte en el mismo lugar.

—¿Y por qué jugó?

—Por que es el capitán— La aseveración de Jessica parecía muy razonable, menos para Jinki —Debe estar para su equipo, con él y por él. No puede abandonar tan fácilmente, menos alguien como él.— Minho se quejó un poco y por fin empezó a abrir los ojos, Onew reaccionó asustado, temiendo que Choi se negara a su ayuda, así que le lanzó una toalla húmeda en los ojos —Mantenlos cerrados Minho, este muchacho te va a ayudar, sabe de primeros auxilios.

Las manos pequeñas de Jessica se habían posicionado delicadas sobre los ojos de Minho, aparentemente dispuesta a tranquilizarlo, ella le sonrió y Onew se lo agradeció con una sonrisa ante la repentina ayuda de la muchacha. Entonces empezó a revisar el golpe, reconoció con agrado que no era tan grave, el golpe producto del golpe anterior solo intensificaba el dolor más no había fractura o esguince de por medio.

—¡Jessica!

La voz de Yuri hizo a la muchacha girar. Las porristas le hacían señas para que se acercara debido a la mitad de tiempo del partido y Jinki de pronto recordó que no había visto a Taemin jugar.

—¿Me necesitas para algo más?

Onew negó y ella corrió hacía donde estaban las demás, Minho sin embargo permaneció con su brazo sobre la frente, quejándose suavemente cada que las manos de Jinki masajeando el lugar afectado  presionaban demasiado fuerte, el gel frío se esparcía y la gente parecía ya haberse olvidado del incidente.

—No tenías por qué hacerlo— Minho empezó a hablar y Onew se detuvo, ¿sabría que era él? —Eres demasiado tonto, te jodo tanto la vida y aún así accedes a ayudarme— Onew siguió con lo suyo, el cuerpo de Minho se contrajo en un momento pero luego Choi solo suspiró —Tonto Onew…

Lo miró, esperando que Minho hiciera algo más, pero Choi no se volvió a mover ni pronunciar palabra alguna, todavía con los ojos tapados y recostado en aquel lugar.

—¡Hyung!

Taemin llegó, acompañado de varios jugadores, que rodearon a Minho, preguntándole como se sentía y Minho finalmente destapó sus ojos, admitiendo que se sentía mejor, con burlas tontas por parte de Jonghyun mientras las porristas entretenían a los demás. Onew se movió incómodo.

—Creo que es hora de irme.

—Pero hyung…

—No me siento cómodo Taemin.

Se soltó del agarre del menor, deseándole suerte como pudo y caminando directo hacía la salida, como si las palabras de Minho hubieran calado en él de una manera extraña, se disculpó luego con Joon por marcharse sin despedirse, pensó después en Kibum y se lamentó por no haber visto a Taemin.

Y después de bastante rato se hizo la misma pregunta que Choi.

¿Por qué había accedido ayudar?

Tonto, tonto Jinki…

—No hay competencia para alguien como Kibum.

Para el día lunes de lo único que se hablaba era del primer anuncio de esa mañana en la que se harían públicos los nombres de los candidatos para la presidencia escolar, del partido que finalmente el colegio ganó, de lo veloz que era Taemin y de él, siendo de total ayuda para Choi Minho.

Como si los cielos se pusieran en su contra, él que antes y apenas llamaba la atención, ahora se encontraba en su tercer escándalo. El primero cortesía de Jessica, el segundo cortesía de Kibum antes de que se ausentara dos semanas y ahora en parte por él mismo por ayudar de forma tan altruista y en parte también por Minho y dejarse golpear en la pierna.

Dioses… eso sonaba tan estúpido.

Se detuvo en la mitad del pasillo cuando el equipo de futbol venía en camino contrario y todos lo miraron de repente, Jonghyun y Minho que venían atrás conversando miraron con curiosidad el por que se habían detenido, pero finalmente les abrieron paso y miraron a Jinki parado frente a ellos, ahí frente a gran parte del recinto escolar.

Y como Minho no parecía dispuesto a mover un solo músculo, finalmente fue Jonghyun el que se acercó y Onew temió lo peor cuando este acercó una mano hacía él, por instinto Jinki cerró los ojos, pero luego de unos segundos al no haber nada los volvió  abrir y miró la sonrisa burlona de Kim mientras estiraba un mano hacía su cuerpo.

—Minho es medio idiota, así que en nombre de él y de todo el equipo te doy las gracias.

Onew de pronto sonrió, subiendo su mano lentamente y apretándola con cuidado, Jonghyun fue fuerte y aún así Jinki no se quejó.

La mirada de Minho, entre tantas miradas del resto de deportistas parecía atravesarlo como nunca antes, pero Jinki fingió como siempre que aquello no le importaba más allá de lo necesario. Los dejó pasar entre charlas y conversaciones de otro tipo, pero giró, como no lo había hecho antes, para mirar esas espaldas alejarse, fue entonces que Choi también giró y pareció realmente sorprendido de que sus miradas se encontraran. Sus ojos se abrieron en demasía y luego solo regresó su cabeza hacia adelante, con las orejas rojas y el paso mucho más rápido.

Onew se preguntó… ¿Cuántas veces más Minho había hecho eso antes?

¿Cuántas veces cuando él no se percataba?

—Hyung, ven rápido.

Taemin lo arrastraba entre las mesas del comedor, él no acostumbraba a comer ahí y sin embargo se dejó arrastrar ese día por él, hacía una de las mesas en el centro, lugar que rara vez ocupaba, distinguió a Kibum en una de las mesas centro, rodeado por un montón de gente. Miró la mesa de las porristas, de los diferentes deportistas, de la gente en general y rogó por que Taemin no lo llevara a la de los futbolistas.

Sin embargo una sonrisa apareció en su rostro cuando pudo ver la mesa a la que Taemin lo arrastraba, entre Joon y ese muchacho llamado Mir que era su amigo más cercano, vio a Kai, aquel del cual Taemin le hablaba de vez en cuando, y se sintió tranquilizadoramente cómodo.

—¿Por qué tanta ceremonia Taemin? ¿Qué es lo que me quieres decir?

Logró sentarse, antes de que la voz firme de esa muchacha de largo cabello lo desintonizara.

—¿Puedo sentarme?

—¿Tiffany?

—¿Puedo o no?

Onew sonrió —Claro que puedes— Sintió la mirada de Jessica desde aquella mesa de las porristas, una pequeña sonrisa compartida y un asentimiento mudo del que nadie más se pudo percatar.

—Bueno muchachos, ya tenemos la lista completa de los tres candidatos de este año para la presidencia.

La voz del director se dejó escuchar y cuando Taemin tomó su mano sobre la mesa inmediatamente temió lo peor.

—De segundo año, Kwon Yuri.

El escándalo se armó y las porristas se alzaron con aquello, varios miraron a las muchachas que aplaudían ante una rebosante Yuri que solo agradecía y sonreía mientras los demás comentaban y se llenaban de aplausos.

—De tercer año, Kim Kibum.

Las miradas del resto de presentes en la mesa lo hicieron ponerse más nervioso, con el corazón latiendo apresurado, agitado, descontrolado.

—Y de tercer año también, Lee Jinki.

Hubo un momento de silencio, corto y espacioso antes de que fuera Taemin quien empezar a aplaudir y chiflar, acompañado después de un rato por Joon y Mir que fue impulsado por el mismo Joon, entonces de la nada varios se levantaron con el mismo escándalo que no fue equiparable con el de Yuri o Key, pero que de todas formas fue más de lo esperado, mientras Tiffany a su lado aplaudía y Kai se había unido también al escándalo.

Jinki miró de un lado a otro, ese no podía ser su colegio, una buena acción no podía determinarlo todo, a menos de que hubiera sido el mismo Taemin impulsando gente con su osada popularidad. Entonces entre  la revolución Tiffany se acercó lo suficiente como para hablarle cerca del oído.

—Fui yo la de la idea de hacerlo a escondidas, de otra forma te ibas a negar.

Y Jinki ni siquiera quería saber como es que Taemin, Joon y Tiffany se habían aliado y habían jalado a Mir y Kai en todo ello, cuando ni siquiera había cruzado palabras con esos dos. Luego recordó a Key, su mirada posada incrédula sobre él y Minho, Minho mirándolo como si fuera un ser extraño y ajeno a él. Yuri segura de si misma y él envuelto entre los brazos de Taemin.

Oh… Tonto, tonto Jinki. Y los valientes amigos que se venía a conseguir.

Fin Capitulo Cinco

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La sonrisa de Apolo: capitulo 6


 

La sonrisa de Apolo

Amores Incompetentes

(Creo que ninguno sabe como querer)

 

 

Key era conocido por su estado natural de grandeza.

 

De todo lo que podía lograr con sus manos y lo que lo haría tan distante a los mortales que lo rodeaban mientras él solo se regodeaba de ser, podía tener posibilidades entre los dedos que lo separaran del resto mientras los demás solo dignaban a respirar y él se compadecía de ellos.

 

Pero la suerte era una puta que no ha querido acostarse en su cama.

 

Lo ve desde lejos aunque se le remuerde un poco la consciencia, y del mismo modo le provoca nauseas, esa sonrisa estúpida de Minho mientras juega con las manos de Onew, mientras le habla en susurros y se cree la persona más feliz por que tiene lo que quiere. Key odia no tener lo que quiere, así que entiende la felicidad idiota de Choi, pero la desprecia, cuando la felicidad no quiere jugar de su lado, simplemente la desprecia.

 

—No has dormido bien.

 

Jonghyun tiene esa costumbre, esa mala costumbre de interrumpir sus reflexiones cuando más atiborrado de sentimientos confusos se encuentra, mientras reposa a su lado, viendo desde lejos lo mismo que han capturado sus ojos desde hace un momento.

 

—Es molesto— Añade –Parece no saberlo, pero al mismo tiempo parece restregárnoslo en la cara.

—Idiotas somos nosotros— Susurra Kibum, bajo para que ni Minho ni Jinki lo escuche –Mira que Jinki no es la gran cosa y aún así estamos aquí, como si…

 

—¿Quién dijo que no era la gran cosa?— Jonghyun de pronto lo mira como si se mordiera la lengua por decir algo más —¿Por qué siempre hablas de Jinki como si lo despreciaras? Solo eres como un niño pequeño, que no tiene a la niña que le gusta y por eso jala su cabello.

 

Jonghyun parece inmune a su mirada filosa y amenazante, por que únicamente bufa antes de levantarse de su asiento y caminar hacía algún lado del departamento dónde se encuentre lo suficientemente lejos de él. No es así. Las cosas no son así para él, él no es tan inmaduro ni idiota como para caer tan bajo. Jonghyun se equivoca.

 

Y por ley natural, él no. Kim Kibum jamás se equivoca.

 

 

 

—¡Auch!

 

Onew se quejó, con una mano en alto, y con la intención clara de detener la mano de Key mientras jalaba de sus hebras y lo hacia gemir de dolor. –Si no te quedas quieto no te puedo ayudar— Musitó Kibum demasiado bajo mientras seguía jalando de su cabello y pasaba un pequeño peine por entre las puntas.

 

—Estás jalando demasiado fuerte.

—Quien te manda a ser tan tonto— Le reprocha Kibum, aún sentado tras él, durante la hora en que Jonghyun y Minho han decidido salir a comprar comida —¿Cómo te pegaste esta goma de mascar en el cabello?

 

—Estaba masticándola mientras leía, en algún momento me quedé dormido y ya…

 

Kibum automáticamente recordó que Onew tenía esa mala costumbre de dormir con la boca abierta de vez en cuando.

 

—Asqueroso…— Murmuro bajito, aún así Onew rió divertido —¿Por qué te ríes?

—Por que te parece asqueroso, y aún así estás ayudándome.

 

Kibum miró sus manos, sobre el cabello castaño de Jinki mientras intentaba deshacerse de la goma de mascar y prefirió omitir palabras. Seguir con lo que estaba haciendo y evitar que sus oídos latieran como si se encontrara demasiado acelerado y congestionado.

 

—Es imposible— Se rindió, alejando sus manos del cabello lacio del mayor –Habrá que cortarlo.

—¿Qué?— Onew llevó las manos a su cabeza, los ojos abiertos de par en par como si la idea no pudiera ser considerada una opción –El manager nos mata si cortas mi cabello y no le avisamos de algún cambio de imagen.

 

Kibum lo miró, Jinki trataba de mirar la imagen en el espejo con un suspiro en los labios y su rostro entre preocupado y resignado. Lo observó, como intentando entender el por que de su escaza nitidez mental cuando pensaba en el mayor y su mente solo lograba entremezclar cosas que a veces carecían de sentido.

 

—¿Key?— Onew lo miró directo a los ojos, Kibum sin embargo permaneció cruzado de brazos —¿Estás bien?

—Si, ¿por qué no lo estaría?

—Estás muy serio.

 

Trató de sonreír, al menos un poco para ver por que razón Jinki lo hacía, a veces sin ganas reales de hacerlo y sin embargo aquello solo le provocó un sin sabor extraño que desemboco en una mueca, mientras Jinki lo miraba y luego volvía a quejarse de su cabello.

 

 

 

 

—¿Qué me estás queriendo decir?— Taemin rara vez accedía a ir a entrevistas completamente solo, sin que siquiera sus amigos lo acompañaran aunque no aparecieran frente a las cámaras, sin embargo el manager lo había solicitado para aquel programa, y Taemin no había tenido de otra que aceptar –Explícate mejor Kibum.

 

La voz del manager había sonado severa, mientras masticaba el nombre del otro muchacho al otro lado de la línea. Y Kibum se encontraba ya seguramente molesto por ese tono cansino en tanto Taemin optaba por dejar el juego de lado y miraba el rostro maduro del mayor que parecía fruncir el ceño ante cada palabra que Key le decía.

 

—Acabamos de estacionarnos frente al edificio, dile que baje— El hombre suspiró, resignado como se le venía haciendo costumbre desde hace bastante tiempo cuando se trataba de los requerimientos de Kibum, las desapariciones de Jonghyun, y las torpezas de Jinki. En ocasiones, Taemin y Minho resultaban ser los más llevaderos –Y que baje rápido.

 

—Hyung— Pronunció en cuanto el mayor guardara el celular y se apoyara contra el auto —¿Sucedió algo?

—Si, se que ha sido un día cansado por lo del programa pero por favor acompaña a Jinki a la peluquería, yo necesito ir urgente a la empresa un rato. Luego los paso recogiendo ¿si?

 

Taemin sintió sus hombros tensarse ante la sola idea de pasar tiempo a solas con el mayor y mordió su labio inferior augurando un silencio que pesaría más que aquellas pesas que Jonghyun  y Minho parecían levantar con tanta facilidad sobre sus manos. Estuvo a punto de objetar de pedirle que mejor lo acompañara Minho o Jonghyun o cualquier otro, ya que todos querían tan desesperadamente pasar tiempo con el líder, y sin embargo solo bajó la cabeza y asintió.

 

—Si.

 

Marcó su sentencia.

¿Quién se condenaba así mismo por voluntad propia.

Solo él.

 

—Buenas noches, manager.

 

Jinki abrió la puerta de repente, ingresando de inmediato con un gorro negro en la cabeza, sentado justo enfrente de los dos. Con esa sonrisa amplia que se le antojaba tan bien entre los labios. El manager sin embargo solo optó por estirar la mano y despojarlo de su gorro, dejando a la vista su lacio cabello.

 

—Ay, dios…— Masculló el hombre –Ni siquiera quiero saber como pasó eso.

 

Y en respuesta, Jinki solamente mordió su labio inferior y asomó una sonrisa, con la mirada baja y su rostro apenado.

 

 

 

 

—¡Trajimos la comida!

 

Jonghyun levantó entre sus manos las fundas con comida, el aroma apenas dejaba al descubierto lo que habían traído y Kibum se levantó del sillón, con la mirada aburrida y el control entre las manos.

 

—¿Y? ¿Ustedes fueron a matar primero a la vaca?

—Ya, no exageres Key— Sonrió Jonghyun –Solo había mucha gente.

 

Kibum rodó los ojos, notando la mirada impertinente y nada disimulada de Minho mientras buscaba al mayor de todos ellos con la mirada  —¿Y hyung?

—Salió, el manager y Taemin lo acompañaron a la peluquería. Yo tuve que quedarme para no hacer demasiado bulto y avisarles.

 

Key cogió un pedazo de carne y lo llevó a su boca, saboreando el exquisito plato que tenía a disposición en ese momento. Notando recién la mirada confundida de Jonghyun y Minho, quienes por cierto no se habían enterado de nada.

 

 

 

 

Tenían casi una hora ahí, Onew ya empezaba a cerrar los ojos mientras las mujeres hacían maravillas en su cabello y lo cortaban, y lo alisaban y le hacían un montón de cosas, lo suficientemente vistosas como para que el líder se sintiera a gusto con su imprevisto cambio de imagen.

 

Pero Onew no parecía reparar en eso, por que Taemin, sentando a una prudente distancia mientras fingía leer una revista podía sentir claramente la mirada del mayor. Consternado, Taemin en un agarre de valor lo enfrentó. Clavó sus ojos en los rasgados del otro y no sonrió. Solo lo miró directamente y Jinki entonces suspiró.

 

Con palabras mudas entre ellos y gestos que sobraban. Luego de unos quince minutos más, Jinki por fin fue puesto en libertad y el manager aún no volvía. Descansaron entonces, sentados en el mismo sillón, con suficiente distancia entre ellos mientras los minutos pasaban y Taemin solo lograba sentirse incómodo.

 

¿Está haciendo lo correcto?

Siguiendo los consejos de Key, y todo por Minho.

 

Minho que únicamente miraba a Onew y Onew solo lo miraba como perrito apaleado, sintiéndose culpable por algo que no debía. Por que Taemin sabía, muy en el fondo, ahí dónde nadie más podía tener acceso, que Onew no era culpable de absolutamente nada cuando de Minho se trataba.

 

—Taemin…— Y ocurrió, el mayor soltó su nombre lentamente, con un susurro esperado mientras ojeaba una revista y fingía que no se encontraba igual de incómodo que él —¿Tú estás molesto conmigo por algo?

—No debería.

 

—Esa no es una respuesta.

—No puedo darte otra.

 

Empezó a mover su pie. Necesitaba que el manager llegara.

 

—No creo haber hecho algo que te disgustara.

—Excepto tal vez…— No debía decirlo, por nada del mundo. Debía como pudiera resguardar algo de dignidad –…Que no me agrade verte salir con Minho.

 

Y sin embargo su boca no parecía cuadrar ideas con su cerebro. Los ojos de Jinki lo analizaron firmemente, largos segundos en los que Taemin tampoco aparto la vista de esos ojos, abriendo una brecha tan grande como un acantilado.

 

—Estás molesto conmigo— Reflexionó el mayor —¿Debo suponer que te gusta Minho?

 

—¿A ti te gusta Minho?— Preguntó de repente, si ya había hablado, nada le costaba irse de largo mientras tenía la oportunidad. Una que no volvería a repetirse. Sacarse esa estaca que venía molestándolo desde hace días –Por que Minho te quiere. Y eso definitivamente es muy diferente a lo que yo creo que tú sientes por él.

 

—¿Y que crees tu Taemin?

—Que estás con él, por una razón muy distinta a lo que el mismo Minho cree.

 

Su boca disparaba un veneno que aún no sabía controlar mientras Onew actuaba como el maduro en medio de esa callada discusión. Lo observaba a ratos, ratos esporádicos mientras analizaba sus acciones y sus palabras. Pero ningún gesto, por mínimo que este fuera le permitía a Taemin saber si sus suposiciones eran ciertas o no.

 

—Si supieras…— Murmuró Onew —…Quizás me odiarías un poco más.

 

Llegó, más oportuno que nunca, abriendo la puerta de la peluquería y dejando entrar un frío viento de invierno mientras Onew se levantaba y sonreía como si nada hubiera sucedido hace unos segundos, mientras él se quedaba callado como idiota y las palabras de  Jinki lo confundían. Mientras aseveraba algo que Taemin ya sabía y solo lo miraba, notando recién lo diferente que se veía.

 

 

 

 

Onew no es alguien a quien puedas odiar— Había reflexionado Kibum un día cualquiera cuando estaban todos reunidos en algún programa que pronto saldría al aire –Puede no simpatizarte. Pero odiarlo implica un sentimiento que debería ser justificado, igual que el amor. Y Jinki no tiene facultades para ser odiado.

 

Pero si alguien amado ¿no?— Taemin en toda su ingenuidad había hablado sin tapujos, logrando que aquel día el líder se sonrojara y riera tontamente –Hyung siempre es alguien considerado por las mujeres.

 

Y así debió quedarse, como el tipo ideal para las mujeres.

En aquel lugar tan inalcanzable para Minho, y sin embargo las cosas no fueron así.

 

—Vaya, vaya…— Comentó Jonghyun ante la llegada de Onew, que al oírlo pareció tensarse –Fue una desgracia con suerte.

—Te ves muy bien.

 

Minho lo susurró, tan cerca del oído de Onew que Taemin se preocupó al notar que lo había escuchado incluso estando relativamente lejos.  Los ojos de Key se posaban en Onew y su reciente llegada, el líder sonreía como siempre mientras se aseguraba un lugar más férreo en el corazón de Choi quien parecía un niño pequeño ilusionado.

 

Taemin renegaba, los ojos de Minho parecían los de un completo enamorado y su sangre propia hervía de coraje, con sus sentimientos inmaduros e incomprendidos mientras se sentaba a comer molesto y fruncía el ceño. Minho era un imbécil, uno que no notaba que se había esforzado por sonreír para él, para que notara su sonrisa, y sin embargo esos ojos grandes y oscuros solo parecían deslizarse sobre eso únicos y finos labios que él no poseía.

 

 

 

 

Minho era un tipo de costumbres.

 

Le gustaba hacer ejercicio, charlar con sus amigos, salir con Kyuhyun y Changmin. Pasar tiempo con Onew, cantar con la banda, pero sobre todo le encantaba la paciencia de la que se había visto capaz desde que empezó a descubrir a ese ser que era Lee Jinki, desde sus costumbres hasta sus imprevistos.

 

Podía pasar largos ratos mirándolo leer algún libro, le gustaba escucharlo cantar en la ducha o que le susurrara palabras cerca del oído estando en la cama, con alguna película y Onew solía sentarse en medio de sus piernas, en un abrazante calor que para Minho empezaba a ser una necesidad. Una astucia por tocarlo, por conocerlo un poco más, por descubrir todo aquello que aún le hacía falta.

 

Decidió aventurarse cuando su mano, sobre el brazo de Jinki empezó a subir y bajar, acariciando esa piel blanca y suave a su disposición mientras el mayor parecía no percatarse y reía un poco ante los pequeños besos que posó sobre su cuello. El corazón le latía, acelerado y aventurero contra su pecho, aún a riesgo de que Jinki lo notara.

 

Y la fragancia de Onew lo envolvía mientras cerraba los ojos y dejaba que sus labios reposaran por más rato en ese cuello. Acelerando el pulso en cuanto coló una mano bajó la camisa del mayor y este pareció recostarse más contra su pecho ante la impresión.

 

—¿Minho?

—¿Si?

 

Su mano acariciaba el abdomen plano, sentía los espasmos del mayor ante su caricia y sin embargo no recibía una negativa. Así que buscó sus labios, esos que se le antojaban de repente con una necesidad que iba en aumento cada que Onew lo dejaba avanzar mientras tomaba su rostro y envolvía sus labios.

 

Cuando pudo darse cuenta estaba sobre él, con las piernas alrededor de su cintura, las manos sobre la quijada y sus labios devorando los de él, que ya estaban rojos por tanto contacto, las manos de Jinki no tocaban demasiado y las suyas no se habían alejado de ese rostro.

 

—Te quiero…— Susurró abrumado por las sensaciones que empezaban a aglutinarse en su cabeza y cuerpo, y sin embargo se escuchó como un eco lejano que no le pertenecía –Onew te quiero— Y lo repitió, como si no hubiera bastado con la primera, abriendo los ojos y notando esa mirada de repente sorprendida y esos labios que ahora estaban sellados.

 

Minho era un tipo de costumbres, de las cosas a su tiempo y aunque sabía que moría por decírselo, por expresar el grado en que le gustaba Jinki, siempre había pensado que debía darle su tiempo, dejar las cosas reposar y luego soltarlo en el momento indicado, no dos semanas después de haber iniciado algo que aún carecía de etiqueta y que parecía haber tomado por sorpresa a Jinki.

 

Sintió una corriente fría por sus venas, avergonzado y apenado. Con las palabras de uno de sus hyung rondando por la cabeza igual que un mantra antiguo: El que se enamora primero pierde.

 

Sin embargo Jinki apretaba la tela de su camisa y lo miraba sin decir palabra todavía.

 

“Por favor, hyung…” Pensó asustado “Solo no te quedes callado.”

 

—Minho…— Y como si le hubiera leído el pensamiento, Jinki estiro sus brazos hacía él y lo abrazó lentamente, con su boca muy cerca de su oído, en medio de un delicioso calor que sabía a gloria —…Yo también.

 

“Que con  verdades a medias me conformo por ahora”

 

 

 

 

Jonghyun es su amigo.

 

De esos con los que se puede hablar de cualquier cosa sin importar el tema. Sin tabúes y tapujos que se tienen con otras amistades. Tan íntimamente relacionados que era fácil sentarse a hablar de nada y de todo al mismo tiempo. Por eso Minho sonreía como niño en noche buena sin preocuparse por lo que su amigo diría.

 

Movía el chocolate entre sus manos y quería apretarlo contra su pecho para sonreír aún más y luego suspirar enamorado. Pero sería tocar fondo y pasarse de ridículo, así que prefería dejarlo en su mente y tararear una insistente canción que sonaba en su cabeza cada que estaba feliz.

 

Como si el sol brillara más y el día fuera único.

 

—¿Se puede saber que demonios te pasa?

Jonghyun fue agresivo y Minho solo rió –Nada.

 

Kim entonces levantó una ceja —¿Me crees idiota?

—Un poco, pero creo que ese no es el punto— Jonghyun le lanzó un pedazo del pan que tenía sobre la mesa y Minho alcanzó a esquivarlo hábilmente –Solo estoy feliz, ¿acaso no puedo estarlo?

 

Jonghyun en ese momento optó por no hablar más y mirarlo. Haciendo que Minho lo mirara un par de veces para luego fingir que no le molestaba y finalmente bufar divertido.

 

—De acuerdo, pero no se lo vayas a decir a nadie ¡¿escuchas?!— Levantó el puño en amenaza y Jonghyun únicamente sacudió un poco su mano —…Ayer le dije a Onew que lo quería.

 

Jonghyun borró las emociones de su rostro, moviendo un poco el café en su taza y posando su mirada en el interior de la misma —¿No te parece que vas muy rápido?— Habló, antes de volver a mirarlo a los ojos y sonreír un poco, suavemente como un gesto que podría apreciarse como amable –Digo, apenas tienen saliendo unas dos semanas y esas palabras son muy…— ¿fuertes? ¿importantes? –Especificas.

 

Minho rió, siendo ahora él quien sacudiera su mano despreocupadamente.

 

—Está bien, yo tenía el mismo temor— Sonrió victorioso –Pero hyung dijo que sentía lo mismo por mi.

 

Kim entonces tragó fuerte.

 

—Que curioso…— Él era un mal amigo —…Y yo que siempre pensé que Jinki estaba enamorado de Key.

 

Luego de eso, tapó su boca, como si hubiera soltado una gran indiscreción.

 

Jonghyun era un muy mal amigo.

 

Fin de la Sexta Parte