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La sonrisa de Apolo: capitulo 7


La Sonrisa de Apolo

Si dejo a mi corazón hablar

(¿Estás dispuesto a escuchar?)

Si Minho lo miraba, estaba ahogándose.

Su presencia le recreaba instantes de inseguridad.

Y si Key se le acercaba, su sonrisa, su toque, todo lo que pudiera hacer alrededor de Jinki lo enloquecía y entonces Minho cerraba los ojos y sacudía la cabeza vehementemente, no podía ser tan descuidado, tan tonto. Tan impredecible de creer que las cosas  saldrían siempre a su voluntad.

—Hyung— La mano de Taemin se había posado sobre su hombro —¿Estás bien?

No, no lo estaba.

—Si— Y sonrió, como intentando convencer al menor que todavía parecía repleto de dudas. —Solo estoy cansado.

Podía sentir la mirada de Jonghyun a lo lejos, esa mirada extraña y culpable que su amigo le enviaba, Kim había intentado justificarse, decirle que había sido un impulso y tal vez estaba equivocado, pero ¿y si no lo estaba? Sus acciones imperiosas lo llevaban a Jinki, a su estado de complacencia mientras lo miraba junto a Kibum y ambos hablaban con tranquilidad.

Si la mirada de Key lo atrapaba. Lo miraba a los ojos por un par de segundos y luego volvía  a posar su atención en Onew. Entonces Minho volvía a sentir que faltaba el aire y todo estaba mal. Sus sentimientos apedreados y su confianza derrumbada. Su instinto gritaba, suplicaba por que no permitiera a la humillación tocarlo.

Y Minho, como buen escucha, prometía que eso no iba a pasar.

—Minho— Jinki se quejó, tratando de evitar que el menor siguiera jalando de su brazo por los pasillos, que al menos soltara una explicación —¿Qué diablos te sucede?— Y su paciencia murió cuando se soltó agresivamente y Minho por fin pareció detenerse.

—Necesito que hablemos a solas.

—¿Y por eso tienes que jalarme de esa forma?

—Hyung— Lo mira, como si deseara taladrar la respuesta en sus labios, pero Jinki solo soba su brazo y arruga el entrecejo —Dime la verdad— Traga duro, esperando que esos ojos lo miren, para que no pueda mentirle, para que no se atreva a hacerle daño —Antes de que empezáramos a salir ¿estabas enamorado de alguien más?

Jinki lo mira, largamente y luego suspira, desvía la mirada y continua con la mano sobre su brazo, no parece dispuesto a contestar y la sangre de Minho borbota llena de rabia.

—Onew— Decide ponerle punto final, se acerca un paso, otro. Y Jinki prefiere ahora no mirarlo —Jinki— Toma su barbilla, por que el mayor no parece dispuesto a devolverle la mirada, y cuando finalmente se encuentra con esos ojos Jinki tiene los ojos abiertos de par en par y la boca cerrada —Dime la verdad.

—¿Por qué te importa eso ahora? Estamos juntos… Yo…

—¿Tu qué?— Ríe Minho —¿Me quieres igual?— Suelta el desprecio a cuentagotas —¿Puedes dejar de verme la cara de idiota?

Está siendo agresivo, el cabello de Onew tapa sus ojos, ha logrado bajar la cabeza y Minho siente en el interior de su cuerpo que el sistema interno quema, arde como nunca antes, y sin embargo su mente obnubilada solo reclama por su orgullo muerto, sus instintos apasionados que han sido traicionados por él.

—¿De dónde sacaste todo eso?— Onew ni siquiera parece preocupado, no lo mira, le pesa la conciencia y sus ojos atraviesan la pared, espera que Minho deje de verlo con esa intensidad y lucha por que su corazón detenga los latidos acelerados —No entiendo por qué…

—¡Ya basta!— Minho pierde la poca paciencia, inconsciente de los tres muchachos que se han quedado a unos pasos de distancia, que observan todo desde aquel lugar —Dime por qué accediste a salir conmigo— Vuelve a acercarse, y esta vez la mirada de Onew sube sola hasta sus ojos —No me mientas.

—Porque soy egoísta.

La duda se posa en los ojos de Minho, arruga el entrecejo sin entender.

Y se aleja… Lo mira como si hubiera sido atacado por él, como si la herida en su estómago no le permitiera respirar. Lo mira y siente que su imagen se ha opacado.

Los ojos de Jinki se desvían sobre el hombro de Minho y él por instinto gira. Jonghyun, Key y Taemin están detrás de él, los miran fuera de lugar, como espectadores de un circuito sin fin en el que la vergüenza pesa sobre los hombros de Choi y regresa su mirada a él, el causante de todo. Vuelve a acercarse y susurra, lo más leve que puede, tan cerca de sus labios como un veneno que desea ser traspasado.

—Terminamos.

Luego se va y Jinki baja la mirada, con el peso de esas miradas sobre él. Con los pasos de Minho a un ras de su presencia, cierra los ojos y aspira el sabor amargo de sus acciones. De esa parte retorcida suya, fundida entre el egoísmo y la desesperación, que ninguno ha podido detectar todavía.

—Onew ya basta.

La voz de Joon suena cerca de su oído, le quita el vaso entre las manos y lo mira seriamente.

—Ni siquiera eres bueno bebiendo.

Jinki sonríe, por que mantiene la cabeza baja todavía, y sobre la barra de aquel bar es imposible que alguien la detecte, por que Joon ha llegado apenas lo ha llamado, vestido todavía con ropa elegante, en medio de un maquillaje recién puesto y no le cuesta notar que ha ido tras él apenas ha terminado de grabar algún programa.

—Eres un buen amigo, Joon— Susurra, con su mano sobre la palma del otro que de pronto aligera sus expresiones y parece decidido a escucharlo —En serio, gracias.

—¿Qué ha pasado? ¿Por qué has bebido tanto?

Pero Onew no parece dispuesto a hablar, todo a su alrededor da vueltas, y tiene el estómago revuelto mientras la música que suena solo logra sonar lejana a sus oídos. Puede sentir la voz de Minho como si todavía resonara con fuerza en su cabeza, como si se repitiera a hiciera eco.

—Onew…

—Tengo frío.

Sus propios brazos suben, se abraza en medio del pequeño momento que ha tenido, encogido en su asiento, sintiendo como Joon empieza a moverse hasta que siente sobre sus hombros el peso suave de ese abrigo negro que el otro le ha entregado.

—Es hora de ir a casa.

Sale un suspiro, Joon no parece esperar una respuesta, lo hace levantarse mientras ajusta lo mejor que puede el abrigo a su cuerpo y le sonríe, dispuesto a encaminarlo a la salida.

—Joon…— Pronuncia su nombre como en los viejos tiempos —Eres un buen amigo, de verdad.

—Lo sé, lo sé…

Así que se deja guiar, mientras Joon pasa un brazo sobre sus hombros y lo guía a la salida, Onew tiembla un poco, el abrigo no ha llegado a tiempo tal vez pero aun así el aroma masculino del otro lo envuelve y él cierra los ojos una vez se ha subido al auto, porque siente la garganta áspera y una tremenda sensación de abandono que ni siquiera Joon puede notar.

—Ten cuidado.

Joon siempre ha sido de esos amigos que cuidan cada parte de él, aunque el tiempo jamás este de su lado, y apenas se puedan ver. Joon tiene esa costumbre de llamarlo, de acostúmbralo a él, de hacerlo sentir bien. Vive entregado a esas pequeñas nociones de amistad verdadera que sin saberlo el otro le entrega.

La puerta del departamento ha sido abierta gracias a sus llaves y Joon parece descansar un poco cuando lo deja sentado en el sillón y corre a cerrar la puerta, luego regresar por él, a Onew le arde la cara, el cuerpo entero de pronto arde, como si le hubiera llegado una fiebre repentina y se sintiera incluso agotado.

—¿Te sientes mejor?

Onew sacude un poco su cabeza y Joon lo mira preocupado.

—Es tarde…— Murmura, y los ojos de Joon corroboran la hora —Es mejor que te vayas a casa, mañana seguramente tienes algo importante que hacer.

—No puedo dejarte así…

Onew sonríe, por que le parece que únicamente quiere huir, salir de ese departamento e irse con Joon hasta que su alma y pesar se hubieran recuperado un poco al menos, parece envuelto por el abrigo de Joon, escondido entre los pliegues de la gruesa tela que lo abriga y Joon solo toca su rostro.

—Tienes fiebre— Levanta un poco su rostro y puede ver en los ojos de Joon que está un poco más preocupado todavía —No debiste tomar tanto.

—Voy a estar bien.

Con debilidad estira su mano, intenta alejarlo porque no quiere que perciba el ambiente de ese lugar, la tensión que se respira en cada uno de sus pasillos, porque se avergüenza de haber llegado hasta ese punto en aquel lugar, que alguna vez debió ser su segundo hogar.

—Onew…

Pero Jinki sacude su cabeza, logra levantarse con cuidado y lo vuelve a empujar.

—Vete ya. Se van a preocupar por ti.

Joon todavía parece inseguro, mira su rostro y camina despacio, pero Onew parece seguro, con sus pasos serios y firmes mientras lo conduce a la salida y le regala una última sonrisa.

—Te llamo mañana a primera hora.

Onew asiente, lo ve traspasar el umbral de la puerta una vez ésta hubiera sido abierta, mira su espalda alejarse aunque de vez en cuando Lee gire preocupado para mirarlo, pero Jinki sonríe y agita un poco su mano y cuando finalmente Joon desaparece con las puertas del ascensor cerrándose Onew suspira en paz.

Cierra la puerta del departamento y se deja caer, arrastrado por las pocas fuerzas que tiene y cierra los ojos, sentado en el suelo frío y con un abrigo sobre los hombros que no le pertenece.

—¿Onew?

Escucha la voz de Jonghyun y prefiere no abrir los ojos, sus manos tocan su frente.

—Tienes fiebre.

Siente que lo levanta, que intenta que se mantenga en pie y sin embargo por primera vez, prefiere dejarse guiar.

—Parece que la fiebre le bajo un poco durante la noche.

Kibum toca su frente otra vez y permanece sentado junto a él sobre la cama, vigila su respiración pesada y la forma en que el cabello parece pegársele todavía sobre la frente, el sudor que emana, ligero, mientras Jinki murmura cosas sin sentido y se remueve apenas sobre la cama, con los labios un poco resecos y suspiros que se le hacen constantes.

—No podrá ir al programa de hoy— Murmura Jonghyun mirándolo todavía, cruzado de brazos mientras espera que Kibum se levante y salgan de ahí —Al  menos Taemin hoy no tiene que salir y puede cuidar de él.

—Si, supongo que si.

Key mira a Onew sobre la cama, su respiración todavía pausada mientras su pecho sube y baja de una manera poco constante, muerde su labio inferior y aún así decide dejarlo solo, cerrar la puerta de la habitación tras de si mientras Minho permanece sentado en el sillón con las manos entrelazadas y un mudo Taemin junto a él.

Minho levanta la mirada, Kibum sabe que no se atreve a pronunciar palabra alguna, así que él no tiene por que dar explicaciones y continúa caminando hasta donde se encuentran sus pertenencias y Jonghyun se queda en la sala, mira a Minho que baja la cabeza y muerde su lengua todavía.

—Le ha bajado la fiebre. Aunque aún parece delirar— Comunica de repente, lo suelta como si no fuera tan importante mientras revisa los mensajes en su celular —Esperemos que para el medio día la fiebre le haya bajado por completo.

Taemin mira a Minho removerse un poco sobre su asiento, aunque por último suspira y deja sus manos descansar, luego los pasos de Kibum se escuchan y finalmente los tres abandonan el departamento, Taemin suelta un suspiro ahogado mientras se ve solo en aquel lugar y vigila a Onew cada tanto.

Tal vez eran las dos de la tarde cuando ingresó otra vez para vigilar que todo estuviera bien con Jinki, había entrado y salido tantas veces, se había recostado a dormir en la cama junto a la de Onew inclusive, veía su rostro cansado y esa mueca de dolor que se posaba a veces en su rostro y Taemin no hacía más que suspirar y darle su respectiva medicina de acuerdo a la hora.

Pero fue en su séptima visita luego de eso, que notó que la fiebre del mayor había subido, se apresuró en buscar la pequeña tina que Kibum le había dejado y corrió a llenarla hasta la mitad de agua, remojó una de las toallas y la exprimió lo suficiente como para que esta pudiera posarse con cuidado sobre la frente de Jinki.

El quejido que salió de los labios del mayor lo hizo asustarse por un momento, abrió los ojos de par en par cuando otro quejido salió de sus labios y su voz rasposa se dejó escuchar.

—Está frío…

Taemin apretó sus manos.

—Hyung… ¿Quieres algo? ¿Te sientes tan mal?

El menor ya calibraba entre sus opciones el poder llamar a un doctor que lo sacara de su apuro mientras Onew se removía y quitaba la toalla de su frente para luego tirarla al suelo sin miramiento, todavía sin abrir los ojos, Taemin empezaba a rendirse sin saber que hacer, pero Onew solo suspiró en tanto su pecho subía y bajaba cada tanto.

Los segundos pasaron sin que alguno se atreviera a pronunciar palabra, Taemin pasa una mano por su rostro y suspira, mirando su rostro, su perfil y sus labios gruesos que parecían resecos todavía, aquellos que apenas y se veían húmedos cuando bebía agua para tomar su medicina.

Y se pierde, entre sus propias emociones y vicisitudes.

—¿Qué tienes?— Pregunta bajito, mirándolo y buscando esa sonrisa por la cual Minho ni siquiera había podido dormir en toda la noche —¿Qué es eso que él ve en ti?— Murmura sin apremio, con un nudo en el estómago. Sus sentimientos tan amortiguados por una resignación que todavía no tocaba a su puerta —¿Por qué tú?

Onew finalmente tose, su pecho se sacude fuertemente y Taemin corre a ayudarlo, a que se siente sobre la cama.

—Bebe agua, hyung.

Susurra despacio, luego de que Jinki se hubiera calmado y él recibe el agua como un regalo, bebe bastante,  y luego respira abiertamente, por primera vez abre los ojos, lo mira, lo reconoce.

—Taemin…— Su voz aún suena extraña, pero esos ojos lo miran con pena y de repente baja la mirada ante él —¿Qué haces aquí?— Parece estar todavía con bastante fiebre, seguramente delira piensa Taemin mientras lo acoge entre sus brazos para volverlo a acostar sobre la cama.

—Descansa mejor.

Y sin embargo esta vez la mano de Jinki apresa su brazo delgado y lo detiene justo sobre el rostro del otro, ante su mirada perdida y su respiración cansada, el aliento cálido que emana del otro lo hace quedarse quieto.

—Taemin….—  La puerta se abre tras él, pero Onew parece no notarlo —Tú eres el culpable de todo— Entonces la atención del menor se posa en Onew, olvida la puerta recién abierta, olvida incluso que se encuentra prácticamente sobre Jinki y sus labios están cerca —Tú y mi estúpido egoísmo tienen la culpa de todo.

Y esa mano que lo tomaba por el brazo lo hace caer, resbala por su cuello y lo apresa como si nada más le importara, el aliento del otro choca contra el suyo y sus manos se sostienen en el pecho de Onew, su boca se ha encontrado con esos labios, impertinentes que soslayan sus reacciones y lo hacen abrir los ojos. Asustado, confundido y mareado.

—…¿Qué están haciendo?

El susurro de Minho a sus espaldas lo hace alejarse, retrocede asustado y su cuerpo trastabilla contra la pequeña mesita a unos pasos de la cama, sus ojos están abiertos de par en par y Onew pasa una mano por su frente, recostado todavía, aunque Minho parece mirarlo a él, frunce el ceño y camina hasta la cama, tiene las facciones rígidas, sus ojos centrados en el cuerpo pesado de Jinki sobre la cama.

—No era Key— Susurra Choi, tomando a Onew por el cuello de la camisa, obligándolo a sentarse, y esos ojos turbados tardan en enfocar a Minho, que busca sus ojos, busca que se logre estabilizar —Nunca fue Key ¿verdad?

—¿Cuándo se trató de Key?

La voz de Onew es pesada y su respiración se vuelve agitada.

Minho solo cierra los puños sobre la ropa de Onew que aprieta entre sus dedos.

Porque soy egoísta

Las palabras de Onew pesan sobre sus recuerdos, lo mira, lo observa como nunca antes, su rostro rojo por la fiebre y los pasos de Jonghyun y Kibum se escuchan suaves entre los pasillos. Minho no tiene un mundo aparte de Onew, todo se ha reducido a él y su propia conclusión.

—Es Taemin.

Pero Onew se suelta del agarre, tose agrisetadamente y lleva una mano a su cuello, la garganta arde y la fiebre todavía no baja, el mundo parece no sufrir de gravedad y las palabras salen solas de su boca.

—Soy una mala persona Minho— Masculla imperceptiblemente —Aléjate de mí.

—Saliste conmigo para que Taemin no pudiera estar conmigo, si tú no lo podías tener, él tampoco iba a estar con alguien más, ¿verdad?

Minho lo agarró del brazo, pero Onew volvió a toser y esta vez las pisadas de Jonghyun y Kibum estuvieron dentro de la habitación.  —¿Qué está pasando?

Taemin permanecía incrédulo alejado de la cama, Minho buscaba esos ojos de Onew que se negaban a él.

—¡Mírame, maldición!— Esta vez lo sostuvo con más fuerza y Jinki gimió de dolor —¡Solucionemos esto de una vez!

—¡¿Qué es lo que quieres escuchar de mí?!

Sus ojos se encontraron. Esos ojos de Onew que ya no brillaban como antes.

Y Minho solo frunció el ceño, apretando más el agarre.

—Minho basta, no es el momento— Las manos de Jonghyun se posaron sobre los hombros de Choi —Deja que se sienta mejor para que puedan hablar.

—¿Qué clase de persona eres?

—Fuera todos— Por primera vez, la voz de Kibum se dejó escuchar. Jonghyun entonces tomó por los brazos a Minho y lo sacó de ahí, sin embargo Taemin solo vio a Jinki caer recostado en la cama, agitado y con la respiración constipada, sus brazos fueron tomados por Kibum, su voz suave y afilada —Te lo prometí ¿no?— Esos ojos de Kibum lo enfocaron —Es tu turno para entrar en Minho. Prometí que te daría a Minho en bandeja de plata.

—Hyung…

—Ahora solo deja las cosas reposar y no olvides tu lugar— Kibum acentúa el agarre —Tú no tienes la culpa de nada.

Taemin apenas da pasos torpes fuera de la habitación y cuando Key se encuentra solo en la habitación, cierra la puerta colmado de calma, con su respiración profunda y los pensamientos dando vueltas rápidamente en su cabeza. Se acerca lo más lento que puede a Jinki y vuelve a exprimir la toalla que reposa a un lado de la almohada y renovada la coloca sobre la frente del mayor.

Jinki se queja, pero Kibum solo sonríe levemente.

—Así que era Taemin, ¿no?

Y su susurro se pierde, escucha la voz de Minho discutir con Jonghyun, pero el ruido ajeno le es inerte y sus manos tranquilas únicamente buscan esa piel suave que necesita bajar el calor. Esa sensación de victoria que poco a poco se abriendo paso hasta él.

Fin de la Séptima Parte

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La sonrisa de Apolo: capitulo 6


 

La sonrisa de Apolo

Amores Incompetentes

(Creo que ninguno sabe como querer)

 

 

Key era conocido por su estado natural de grandeza.

 

De todo lo que podía lograr con sus manos y lo que lo haría tan distante a los mortales que lo rodeaban mientras él solo se regodeaba de ser, podía tener posibilidades entre los dedos que lo separaran del resto mientras los demás solo dignaban a respirar y él se compadecía de ellos.

 

Pero la suerte era una puta que no ha querido acostarse en su cama.

 

Lo ve desde lejos aunque se le remuerde un poco la consciencia, y del mismo modo le provoca nauseas, esa sonrisa estúpida de Minho mientras juega con las manos de Onew, mientras le habla en susurros y se cree la persona más feliz por que tiene lo que quiere. Key odia no tener lo que quiere, así que entiende la felicidad idiota de Choi, pero la desprecia, cuando la felicidad no quiere jugar de su lado, simplemente la desprecia.

 

—No has dormido bien.

 

Jonghyun tiene esa costumbre, esa mala costumbre de interrumpir sus reflexiones cuando más atiborrado de sentimientos confusos se encuentra, mientras reposa a su lado, viendo desde lejos lo mismo que han capturado sus ojos desde hace un momento.

 

—Es molesto— Añade –Parece no saberlo, pero al mismo tiempo parece restregárnoslo en la cara.

—Idiotas somos nosotros— Susurra Kibum, bajo para que ni Minho ni Jinki lo escuche –Mira que Jinki no es la gran cosa y aún así estamos aquí, como si…

 

—¿Quién dijo que no era la gran cosa?— Jonghyun de pronto lo mira como si se mordiera la lengua por decir algo más —¿Por qué siempre hablas de Jinki como si lo despreciaras? Solo eres como un niño pequeño, que no tiene a la niña que le gusta y por eso jala su cabello.

 

Jonghyun parece inmune a su mirada filosa y amenazante, por que únicamente bufa antes de levantarse de su asiento y caminar hacía algún lado del departamento dónde se encuentre lo suficientemente lejos de él. No es así. Las cosas no son así para él, él no es tan inmaduro ni idiota como para caer tan bajo. Jonghyun se equivoca.

 

Y por ley natural, él no. Kim Kibum jamás se equivoca.

 

 

 

—¡Auch!

 

Onew se quejó, con una mano en alto, y con la intención clara de detener la mano de Key mientras jalaba de sus hebras y lo hacia gemir de dolor. –Si no te quedas quieto no te puedo ayudar— Musitó Kibum demasiado bajo mientras seguía jalando de su cabello y pasaba un pequeño peine por entre las puntas.

 

—Estás jalando demasiado fuerte.

—Quien te manda a ser tan tonto— Le reprocha Kibum, aún sentado tras él, durante la hora en que Jonghyun y Minho han decidido salir a comprar comida —¿Cómo te pegaste esta goma de mascar en el cabello?

 

—Estaba masticándola mientras leía, en algún momento me quedé dormido y ya…

 

Kibum automáticamente recordó que Onew tenía esa mala costumbre de dormir con la boca abierta de vez en cuando.

 

—Asqueroso…— Murmuro bajito, aún así Onew rió divertido —¿Por qué te ríes?

—Por que te parece asqueroso, y aún así estás ayudándome.

 

Kibum miró sus manos, sobre el cabello castaño de Jinki mientras intentaba deshacerse de la goma de mascar y prefirió omitir palabras. Seguir con lo que estaba haciendo y evitar que sus oídos latieran como si se encontrara demasiado acelerado y congestionado.

 

—Es imposible— Se rindió, alejando sus manos del cabello lacio del mayor –Habrá que cortarlo.

—¿Qué?— Onew llevó las manos a su cabeza, los ojos abiertos de par en par como si la idea no pudiera ser considerada una opción –El manager nos mata si cortas mi cabello y no le avisamos de algún cambio de imagen.

 

Kibum lo miró, Jinki trataba de mirar la imagen en el espejo con un suspiro en los labios y su rostro entre preocupado y resignado. Lo observó, como intentando entender el por que de su escaza nitidez mental cuando pensaba en el mayor y su mente solo lograba entremezclar cosas que a veces carecían de sentido.

 

—¿Key?— Onew lo miró directo a los ojos, Kibum sin embargo permaneció cruzado de brazos —¿Estás bien?

—Si, ¿por qué no lo estaría?

—Estás muy serio.

 

Trató de sonreír, al menos un poco para ver por que razón Jinki lo hacía, a veces sin ganas reales de hacerlo y sin embargo aquello solo le provocó un sin sabor extraño que desemboco en una mueca, mientras Jinki lo miraba y luego volvía a quejarse de su cabello.

 

 

 

 

—¿Qué me estás queriendo decir?— Taemin rara vez accedía a ir a entrevistas completamente solo, sin que siquiera sus amigos lo acompañaran aunque no aparecieran frente a las cámaras, sin embargo el manager lo había solicitado para aquel programa, y Taemin no había tenido de otra que aceptar –Explícate mejor Kibum.

 

La voz del manager había sonado severa, mientras masticaba el nombre del otro muchacho al otro lado de la línea. Y Kibum se encontraba ya seguramente molesto por ese tono cansino en tanto Taemin optaba por dejar el juego de lado y miraba el rostro maduro del mayor que parecía fruncir el ceño ante cada palabra que Key le decía.

 

—Acabamos de estacionarnos frente al edificio, dile que baje— El hombre suspiró, resignado como se le venía haciendo costumbre desde hace bastante tiempo cuando se trataba de los requerimientos de Kibum, las desapariciones de Jonghyun, y las torpezas de Jinki. En ocasiones, Taemin y Minho resultaban ser los más llevaderos –Y que baje rápido.

 

—Hyung— Pronunció en cuanto el mayor guardara el celular y se apoyara contra el auto —¿Sucedió algo?

—Si, se que ha sido un día cansado por lo del programa pero por favor acompaña a Jinki a la peluquería, yo necesito ir urgente a la empresa un rato. Luego los paso recogiendo ¿si?

 

Taemin sintió sus hombros tensarse ante la sola idea de pasar tiempo a solas con el mayor y mordió su labio inferior augurando un silencio que pesaría más que aquellas pesas que Jonghyun  y Minho parecían levantar con tanta facilidad sobre sus manos. Estuvo a punto de objetar de pedirle que mejor lo acompañara Minho o Jonghyun o cualquier otro, ya que todos querían tan desesperadamente pasar tiempo con el líder, y sin embargo solo bajó la cabeza y asintió.

 

—Si.

 

Marcó su sentencia.

¿Quién se condenaba así mismo por voluntad propia.

Solo él.

 

—Buenas noches, manager.

 

Jinki abrió la puerta de repente, ingresando de inmediato con un gorro negro en la cabeza, sentado justo enfrente de los dos. Con esa sonrisa amplia que se le antojaba tan bien entre los labios. El manager sin embargo solo optó por estirar la mano y despojarlo de su gorro, dejando a la vista su lacio cabello.

 

—Ay, dios…— Masculló el hombre –Ni siquiera quiero saber como pasó eso.

 

Y en respuesta, Jinki solamente mordió su labio inferior y asomó una sonrisa, con la mirada baja y su rostro apenado.

 

 

 

 

—¡Trajimos la comida!

 

Jonghyun levantó entre sus manos las fundas con comida, el aroma apenas dejaba al descubierto lo que habían traído y Kibum se levantó del sillón, con la mirada aburrida y el control entre las manos.

 

—¿Y? ¿Ustedes fueron a matar primero a la vaca?

—Ya, no exageres Key— Sonrió Jonghyun –Solo había mucha gente.

 

Kibum rodó los ojos, notando la mirada impertinente y nada disimulada de Minho mientras buscaba al mayor de todos ellos con la mirada  —¿Y hyung?

—Salió, el manager y Taemin lo acompañaron a la peluquería. Yo tuve que quedarme para no hacer demasiado bulto y avisarles.

 

Key cogió un pedazo de carne y lo llevó a su boca, saboreando el exquisito plato que tenía a disposición en ese momento. Notando recién la mirada confundida de Jonghyun y Minho, quienes por cierto no se habían enterado de nada.

 

 

 

 

Tenían casi una hora ahí, Onew ya empezaba a cerrar los ojos mientras las mujeres hacían maravillas en su cabello y lo cortaban, y lo alisaban y le hacían un montón de cosas, lo suficientemente vistosas como para que el líder se sintiera a gusto con su imprevisto cambio de imagen.

 

Pero Onew no parecía reparar en eso, por que Taemin, sentando a una prudente distancia mientras fingía leer una revista podía sentir claramente la mirada del mayor. Consternado, Taemin en un agarre de valor lo enfrentó. Clavó sus ojos en los rasgados del otro y no sonrió. Solo lo miró directamente y Jinki entonces suspiró.

 

Con palabras mudas entre ellos y gestos que sobraban. Luego de unos quince minutos más, Jinki por fin fue puesto en libertad y el manager aún no volvía. Descansaron entonces, sentados en el mismo sillón, con suficiente distancia entre ellos mientras los minutos pasaban y Taemin solo lograba sentirse incómodo.

 

¿Está haciendo lo correcto?

Siguiendo los consejos de Key, y todo por Minho.

 

Minho que únicamente miraba a Onew y Onew solo lo miraba como perrito apaleado, sintiéndose culpable por algo que no debía. Por que Taemin sabía, muy en el fondo, ahí dónde nadie más podía tener acceso, que Onew no era culpable de absolutamente nada cuando de Minho se trataba.

 

—Taemin…— Y ocurrió, el mayor soltó su nombre lentamente, con un susurro esperado mientras ojeaba una revista y fingía que no se encontraba igual de incómodo que él —¿Tú estás molesto conmigo por algo?

—No debería.

 

—Esa no es una respuesta.

—No puedo darte otra.

 

Empezó a mover su pie. Necesitaba que el manager llegara.

 

—No creo haber hecho algo que te disgustara.

—Excepto tal vez…— No debía decirlo, por nada del mundo. Debía como pudiera resguardar algo de dignidad –…Que no me agrade verte salir con Minho.

 

Y sin embargo su boca no parecía cuadrar ideas con su cerebro. Los ojos de Jinki lo analizaron firmemente, largos segundos en los que Taemin tampoco aparto la vista de esos ojos, abriendo una brecha tan grande como un acantilado.

 

—Estás molesto conmigo— Reflexionó el mayor —¿Debo suponer que te gusta Minho?

 

—¿A ti te gusta Minho?— Preguntó de repente, si ya había hablado, nada le costaba irse de largo mientras tenía la oportunidad. Una que no volvería a repetirse. Sacarse esa estaca que venía molestándolo desde hace días –Por que Minho te quiere. Y eso definitivamente es muy diferente a lo que yo creo que tú sientes por él.

 

—¿Y que crees tu Taemin?

—Que estás con él, por una razón muy distinta a lo que el mismo Minho cree.

 

Su boca disparaba un veneno que aún no sabía controlar mientras Onew actuaba como el maduro en medio de esa callada discusión. Lo observaba a ratos, ratos esporádicos mientras analizaba sus acciones y sus palabras. Pero ningún gesto, por mínimo que este fuera le permitía a Taemin saber si sus suposiciones eran ciertas o no.

 

—Si supieras…— Murmuró Onew —…Quizás me odiarías un poco más.

 

Llegó, más oportuno que nunca, abriendo la puerta de la peluquería y dejando entrar un frío viento de invierno mientras Onew se levantaba y sonreía como si nada hubiera sucedido hace unos segundos, mientras él se quedaba callado como idiota y las palabras de  Jinki lo confundían. Mientras aseveraba algo que Taemin ya sabía y solo lo miraba, notando recién lo diferente que se veía.

 

 

 

 

Onew no es alguien a quien puedas odiar— Había reflexionado Kibum un día cualquiera cuando estaban todos reunidos en algún programa que pronto saldría al aire –Puede no simpatizarte. Pero odiarlo implica un sentimiento que debería ser justificado, igual que el amor. Y Jinki no tiene facultades para ser odiado.

 

Pero si alguien amado ¿no?— Taemin en toda su ingenuidad había hablado sin tapujos, logrando que aquel día el líder se sonrojara y riera tontamente –Hyung siempre es alguien considerado por las mujeres.

 

Y así debió quedarse, como el tipo ideal para las mujeres.

En aquel lugar tan inalcanzable para Minho, y sin embargo las cosas no fueron así.

 

—Vaya, vaya…— Comentó Jonghyun ante la llegada de Onew, que al oírlo pareció tensarse –Fue una desgracia con suerte.

—Te ves muy bien.

 

Minho lo susurró, tan cerca del oído de Onew que Taemin se preocupó al notar que lo había escuchado incluso estando relativamente lejos.  Los ojos de Key se posaban en Onew y su reciente llegada, el líder sonreía como siempre mientras se aseguraba un lugar más férreo en el corazón de Choi quien parecía un niño pequeño ilusionado.

 

Taemin renegaba, los ojos de Minho parecían los de un completo enamorado y su sangre propia hervía de coraje, con sus sentimientos inmaduros e incomprendidos mientras se sentaba a comer molesto y fruncía el ceño. Minho era un imbécil, uno que no notaba que se había esforzado por sonreír para él, para que notara su sonrisa, y sin embargo esos ojos grandes y oscuros solo parecían deslizarse sobre eso únicos y finos labios que él no poseía.

 

 

 

 

Minho era un tipo de costumbres.

 

Le gustaba hacer ejercicio, charlar con sus amigos, salir con Kyuhyun y Changmin. Pasar tiempo con Onew, cantar con la banda, pero sobre todo le encantaba la paciencia de la que se había visto capaz desde que empezó a descubrir a ese ser que era Lee Jinki, desde sus costumbres hasta sus imprevistos.

 

Podía pasar largos ratos mirándolo leer algún libro, le gustaba escucharlo cantar en la ducha o que le susurrara palabras cerca del oído estando en la cama, con alguna película y Onew solía sentarse en medio de sus piernas, en un abrazante calor que para Minho empezaba a ser una necesidad. Una astucia por tocarlo, por conocerlo un poco más, por descubrir todo aquello que aún le hacía falta.

 

Decidió aventurarse cuando su mano, sobre el brazo de Jinki empezó a subir y bajar, acariciando esa piel blanca y suave a su disposición mientras el mayor parecía no percatarse y reía un poco ante los pequeños besos que posó sobre su cuello. El corazón le latía, acelerado y aventurero contra su pecho, aún a riesgo de que Jinki lo notara.

 

Y la fragancia de Onew lo envolvía mientras cerraba los ojos y dejaba que sus labios reposaran por más rato en ese cuello. Acelerando el pulso en cuanto coló una mano bajó la camisa del mayor y este pareció recostarse más contra su pecho ante la impresión.

 

—¿Minho?

—¿Si?

 

Su mano acariciaba el abdomen plano, sentía los espasmos del mayor ante su caricia y sin embargo no recibía una negativa. Así que buscó sus labios, esos que se le antojaban de repente con una necesidad que iba en aumento cada que Onew lo dejaba avanzar mientras tomaba su rostro y envolvía sus labios.

 

Cuando pudo darse cuenta estaba sobre él, con las piernas alrededor de su cintura, las manos sobre la quijada y sus labios devorando los de él, que ya estaban rojos por tanto contacto, las manos de Jinki no tocaban demasiado y las suyas no se habían alejado de ese rostro.

 

—Te quiero…— Susurró abrumado por las sensaciones que empezaban a aglutinarse en su cabeza y cuerpo, y sin embargo se escuchó como un eco lejano que no le pertenecía –Onew te quiero— Y lo repitió, como si no hubiera bastado con la primera, abriendo los ojos y notando esa mirada de repente sorprendida y esos labios que ahora estaban sellados.

 

Minho era un tipo de costumbres, de las cosas a su tiempo y aunque sabía que moría por decírselo, por expresar el grado en que le gustaba Jinki, siempre había pensado que debía darle su tiempo, dejar las cosas reposar y luego soltarlo en el momento indicado, no dos semanas después de haber iniciado algo que aún carecía de etiqueta y que parecía haber tomado por sorpresa a Jinki.

 

Sintió una corriente fría por sus venas, avergonzado y apenado. Con las palabras de uno de sus hyung rondando por la cabeza igual que un mantra antiguo: El que se enamora primero pierde.

 

Sin embargo Jinki apretaba la tela de su camisa y lo miraba sin decir palabra todavía.

 

“Por favor, hyung…” Pensó asustado “Solo no te quedes callado.”

 

—Minho…— Y como si le hubiera leído el pensamiento, Jinki estiro sus brazos hacía él y lo abrazó lentamente, con su boca muy cerca de su oído, en medio de un delicioso calor que sabía a gloria —…Yo también.

 

“Que con  verdades a medias me conformo por ahora”

 

 

 

 

Jonghyun es su amigo.

 

De esos con los que se puede hablar de cualquier cosa sin importar el tema. Sin tabúes y tapujos que se tienen con otras amistades. Tan íntimamente relacionados que era fácil sentarse a hablar de nada y de todo al mismo tiempo. Por eso Minho sonreía como niño en noche buena sin preocuparse por lo que su amigo diría.

 

Movía el chocolate entre sus manos y quería apretarlo contra su pecho para sonreír aún más y luego suspirar enamorado. Pero sería tocar fondo y pasarse de ridículo, así que prefería dejarlo en su mente y tararear una insistente canción que sonaba en su cabeza cada que estaba feliz.

 

Como si el sol brillara más y el día fuera único.

 

—¿Se puede saber que demonios te pasa?

Jonghyun fue agresivo y Minho solo rió –Nada.

 

Kim entonces levantó una ceja —¿Me crees idiota?

—Un poco, pero creo que ese no es el punto— Jonghyun le lanzó un pedazo del pan que tenía sobre la mesa y Minho alcanzó a esquivarlo hábilmente –Solo estoy feliz, ¿acaso no puedo estarlo?

 

Jonghyun en ese momento optó por no hablar más y mirarlo. Haciendo que Minho lo mirara un par de veces para luego fingir que no le molestaba y finalmente bufar divertido.

 

—De acuerdo, pero no se lo vayas a decir a nadie ¡¿escuchas?!— Levantó el puño en amenaza y Jonghyun únicamente sacudió un poco su mano —…Ayer le dije a Onew que lo quería.

 

Jonghyun borró las emociones de su rostro, moviendo un poco el café en su taza y posando su mirada en el interior de la misma —¿No te parece que vas muy rápido?— Habló, antes de volver a mirarlo a los ojos y sonreír un poco, suavemente como un gesto que podría apreciarse como amable –Digo, apenas tienen saliendo unas dos semanas y esas palabras son muy…— ¿fuertes? ¿importantes? –Especificas.

 

Minho rió, siendo ahora él quien sacudiera su mano despreocupadamente.

 

—Está bien, yo tenía el mismo temor— Sonrió victorioso –Pero hyung dijo que sentía lo mismo por mi.

 

Kim entonces tragó fuerte.

 

—Que curioso…— Él era un mal amigo —…Y yo que siempre pensé que Jinki estaba enamorado de Key.

 

Luego de eso, tapó su boca, como si hubiera soltado una gran indiscreción.

 

Jonghyun era un muy mal amigo.

 

Fin de la Sexta Parte

Publicado en Fanfics

La sonrisa de Apolo: capitulo 5


 

La sonrisa de Apolo

Virtudes de un Amor Correspondido

(Si alcanzo la felicidad con su sonrisa, toco el cielo con sus besos)

 

 

 

No era propiamente inseguridad.

 

Era más bien un juego sucio y bien controlado de no querer soltar aquello que es tan importante, no importaba la forma en que tuviera que retener ese valioso tesoro, que como el oro, demasiados anhelaban. Y se sentía extraño, como nunca antes ansioso y desconfiado. Había algo extraño en las miradas de Joonghyun en las acciones de Kibum. Y en el mismo Taemin que por obvias razones no era el mismo a su lado.

 

—¿Minho que sucede?

 

Pero Onew a veces no parecía captar el hecho de que todo ello era parte de una conspiración grande que lo mantenía confundido y retraído.

 

—Últimamente has estado extraño, nunca quisiste decirme lo que paso esa noche y por qué te encerraste en la habitación.

—No es nada importante— Reconoció el mayor casi sin problemas –Lo lamento, solo tuve un mal día.

 

Sonaba a mentira, tan palpable para él que Minho solo suspiró un poco.

Onew nunca le mentía, ¿por qué empezaría justo ahora? Solo le quedaba mirarlo y asentir, por que Jinki era incapaz de mentir y engañar.

 

Acarició su rostro, pero Onew de inmediato tomó su mano bajándola en el camino.

 

—Pueden vernos— Susurró –Te debo el beso.

 

Y le sonrió, borrando todo rastro de  molestia que aquella acción pudiera preocuparle mientras caminaban de regreso al auto y Jinki discretamente tomaba su mano. Minho podía fácilmente rodar los ojos y caminar a su lado, se sabía manipulado por Onew cuando le concedía acciones, aunque el mismo Jinki no supiera que lo hiciera.

 

—Les encanta darles de qué hablar a las fans, ¿no?

 

Key se interpuso entre ambos rompiendo el contacto de sus manos, mientras lo veían alejarse ocupado en el celular. Minho miró la espalda del muchacho alejarse y suspiró, sacudiendo un poco su cabeza antes de sonreírle a Onew y confiar en que en realidad no pasaba nada.

 

—Me debes ese beso.

 

Y Onew le regaló otra sonrisa, lo suficientemente complaciente a sus sentidos.

 

 

 

—Volviste a equivocarte, hyung.

 

Está vez la voz de Taemin había sonado con tintes de reproche, practicando la coreografía y mirando a través del espejo la imagen reflejada del mayor de todos ellos. Un silencio extraño los había recorrido luego de eso, haciendo que Onew mordiera sus labios y Minho frunciera el ceño.

 

—Lo lamento.

 

Minho calló, por que de repente no quería ahondar en discordias cuando Taemin bufó sin reparo y Onew solo suspiró apesadumbrado un poco, desde lejos pudo ver la mirada de Jonghyun y lo desconcertado que se sentía, pero Minho sabía que ese sabor amargo que de pronto el menor de ellos mostraba no podía tener otras condiciones que las que él bien conocía.

 

—Creo que lo mejor será descansar un poco.

 

Taemin ya no parecía tener ganas de ensayar ni mucho menos de hablar, por que simplemente había agarrado el botellón de agua entre sus manos dispuesto a beber, jalando una toalla pequeña en el camino. Abandonando el salón de ensayos mientras veía a Key acercarse a Jinki sin reparo.

 

—No te mortifiques, Jinki— Key había alzado un poco sus hombros –Debe estar de mal humor por otra cosa.

—Lo sé… Aún así Taemin últimamente…

 

La voz de Onew se perdió entre la distancia, camino lo más rápido que pudo para alcanzarlo,  Taemin se encontraba en uno de los cruces de los pasillos bebiendo el agua y con la toalla alrededor del cuello, sudando todavía por el ejercicio y rojo por el esfuerzo.

 

—¿Se puede saber qué te pasó allá adentro?

—No sé de que hablas— Admitió tranquilo –Solo me molesta que siempre se ande equivocando.

 

—No tenías que reaccionar de esa manera— Ya se había acercado lo suficiente como para que Taemin lo mirara directamente a los ojos –Es tu hyung por si lo olvidas.

—Es mi hyung y mi líder, y a pesar de los años, aún así parece ser que cualquier de los tres mayores tiene más pinta de líder que él.

 

Minho volvió a sentir esa vorágine de coraje en su interior.

 

—Estás excediéndote Taemin— Aseguró –Y estás portándote demasiado infantil de paso.

—¿Infantil?— Rió el menor –No se de qué hablas.

 

—No tienes por qué agarrártela con él.

—¿Piensas que todo esto es por ti?— Se burló descaradamente, con esa sonrisa extraña que últimamente se había vuelto parte de su rostro y esos ojos vacios que lo asechaban –No es mi culpa que tu Jinki solo arrastre problemas.

 

—Ya basta— Minho lo agarró del brazo, de ese brazo delgado que su mano cerró sin problemas ante la mirada desafiante que el menor le envió de repente.

—¿Minho?

 

La voz de Changmin a su espalda, entre preocupada y confundida lo hizo soltar a Taemin, su ataque de impulsividad latente mientras el menor solo escondía un poco el brazo y el rostro de Changmin los observaba ahora un poco más serio.

 

—Dime hyung.

—¿Todo está bien?

 

—Con permiso— Taemin fue el primero en huir, con su voz baja y sus pasos apresurados hacía algún lugar que no fuera el mayor de los tres ni la sala de ensayos, pero Minho giró con una expresión cansada en el rostro a pesar de que Changmin no parecía conforme con no escuchar respuesta.

 

—Minho.

—Todo está bien hyung— Mintió sin reparo, no muy seguro de haber convencido a su amigo –Solo estamos un poco estresados, es todo.

 

 

 

 

A Minho le gustaban las caricias, la calidez de las mismas mientras sentía el afecto de Jinki tocando su piel en sus momentos de descanso o a solas en la habitación. Le gustaba tocar su cabello y su rostro y le placía hacerlo por minutos que fácilmente podrían convertirse en horas, por que Onew era paz y su ser entero clamaba por él.

 

—Hablé con Changmin hyung— Comentó de repente, con su voz gruesa muy cerca del oído del mayor, mientras este recostado entre sus piernas, descansaba y ya había empezado a cerrar los ojos ante aquel programa aburrido de televisión que miraban en la habitación de Choi –Le dije sobre lo nuestro.

 

Onew se removió de inmediato –Dijimos que manejaríamos esto con calma.

—No esperaras que no se lo diga a Changmin y Kyuhyun hyung. Son mis amigos más cercanos.

 

—Lo sé— Tuvo que admitir, seguramente pensando en que él también sentía esa necesidad por hablar con Joon –Solamente no quiero apresurar las cosas.

—¿No confías en que podríamos sobrevivir juntos?

 

Onew sonrió ante las palabras de Minho, frescas y divertidas.

 

—Confío…— Suspiró –Pero uno nunca sabe.

 

A veces Jinki lo desarmaba con palabras extrañas, con confesiones trabadas que lo hacían desentenderse de lo que en verdad pasaba entre ambos mientras convivían o al menos intentaban. Sus ambigüedades confusas que lo hacía reparar en todas esas cosas que alguien como Onew guardaba.

 

Acarició su cabello un poco más, por que le encantaba ver el rastro de paz que dejaba en el cuerpo de Onew cuando lo hacía y su cuerpo caía débil entre sus brazos.

 

—¿Iremos a cenar fuera?

—No lo sé— Respondió Jinki –Me siento un poco cansado.

 

—Y mañana es la entrega de premios— Tuvo que admitir Minho mientras suspiraba un poco y sonreía por que Onew de pronto se removió entre sus piernas como un niño pequeño, buscando acomodarse mejor –Mejor descansemos un poco.

—Gracias~

 

Sonó tan apaciguado que Minho no pudo evitar sonreír, por que le encantaba ver la pequeña sonrisa que se dibujaba en el rostro del mayor mientras apoyaba el rostro en el dorso de su mano para dormir un poco. Por que de pronto se sintió también cansado y pensó que sería una buena idea quedarse a descansar a menos ese día.

 

 

 

 

—De acuerdo… No te muevas mucho, oppa.

 

La voz de la estilista era centrada, con sus ojos fijos en el rostro de Onew mientras este solo se miraba en el espejo, en aquel lugar un poco alborotado mientras los terminaban de arreglar, el cabello correctamente planchado de Onew y sus ojos resaltando un poco más de lo normal. Por algún lado andaba Jonghyun jugueteando con su celular mientras Taemin desde hace más de una hora cerraba sus ojos ante el cansancio y la cantidad de gente que andaba en su cabello.

 

Minho terminó de vestirse cuando por fin soltaron a Kibum, y él sonreía a gusto con la imagen que el espejo le devolvía. Lo miró por un largo rato mientras los mechones coloridos de Key lo hacían brillar un poco más de lo normal, con esa extraña sensación que sentía últimamente que sentía cuando lo veía. Pero su mirada se cruzó con la de Key y le sonrió, así que Minho solo le respondió escuetamente.

 

—Bien, es tu turno Minho oppa.

 

Asintió sin cuidado, caminando hasta su lugar mientras agarraban los cortos mechones de su cabello; ni siquiera fue consciente de los minutos que pasó sentado en aquel lugar. Sus ojos se abrieron de repente mientras veía a Taemin y Jonghyun platicar tranquilos en aquel sillón.

 

¿Dónde estaban Onew y Key?

 

Su estómago volvió a sentir esos espasmos de inseguridad y de pronto sintió la mirada de Taemin tan profundo que tuvo que regresar su mirada hasta él antes de que este desviara la mirada de inmediato.

 

—Listo. Ya puedes irte.

—Gracias.

 

Se levantó casi sin pensarlo dos veces. Esta vez pudo notar la mirada de Jonghyun y Taemin a su espalda mientras abría la puerta del camerino y los encontraba a pocos pasos de ahí, Onew reía suavemente, con esa expresión afable mientras Kibum solo negaba débilmente.

 

—Eres un tonto Jinki.

—Es solo que de verdad temía por mi integridad si me odiabas.

 

—No eres de esas personas a las que se pueda odiar, Jinki.

—Oh, ¿en serio?

 

La platica, ajena para él pareció cambiar de rumbo de repente mientras Key notaba el cuello de Jinki y se acercaba.

 

—Eres todo un adulto ¿Cuándo aprenderás a hacerte el nudo de la corbata?— Las manos de Kibum eran diferentes, todo en él parecía cambiar cuando estaba cerca de Onew, su sonrisa débilmente notoria y sus ojos afilados en la boca del mayor, distraído de lo que hacía mientras procuraba hacer el nudo y Onew, despistado, ni se percataba –A este paso siempre vas a depender de mi.

 

—Creo que eso no será por demasiado tiempo— Minho caminó tranquilo, con las manos en su bolsillo y una sonrisa grande que hizo a Onew levantar la mirada y devolverle la misma sonrisa. Mirarlo como no miraba a nadie más, calmando sus dudas, lo suficiente como para que el mismo Key lo notara y por un rato levantara una ceja antes de sonreír más y soltar a Onew —¿No sabes que en vez de entregar peces del mar, es mejor enseñar a pescar?

 

Minho se abrió paso a Onew con facilidad, hablando poco y mostrándole a Jinki como debía hacer los movimientos para capturar el nudo en su cuello –Oh, parece fácil— Aceptó Onew mirando maravillado como podía el nudo en su corbata —¿Por qué nunca me enseñaste así?

 

Por que quizá no quería

 

Sus ojos se cruzaron con los de Kibum, Onew parecía de pronto muy entretenido con su corbata para notarlo.

 

—Bueno, los dejo. Iré a hablar con Taemin, ha estado actuando muy raro últimamente.

 

Esta vez la sonrisa de Kibum se borró, mirándolo directamente antes de abandonar el pasillo y entrar al camerino una vez más.

 

—Haber, déjame intentarlo.

 

La voz de Jinki sonó cerca de su rostro y él sonrió, viendo el cabello muy cerca de su rostro mientras mordía su labio e intentaba hacerle el nudo a su corbata, Minho casi por instinto, colocó sus manos en la cintura de Onew, haciendo que el mayor levantara la mirada y lo viera directo a los ojos.

 

—No dejes que se te acerque así.

—¿Eh? ¿De qué hablas?

—De Key…— Murmuró bajito –Él últimamente se te acerca demasiado.

 

Onew solo sonrió, volviendo a lo suyo, intentando armar el nudo –Él siempre ha sido así— Dio una vuelta necesaria con la tela floja de la corbata y luego la apretó con cuidado –Además hace poco tuvimos un impase, no me pidas eso cuando apenas estoy intentando que no me odie.

 

—Él no te odia.

 

Su voz sonó seca y Onew pareció notarlo —¿Por qué lo dices así?

—¿Así como?

—Como si admitir que no me odia te produjera fastidio.

 

—No es eso— Onew lo miró poco convencido, antes de volver a lo suyo con la corbata, escuchando perfectamente la voz de él muy cerca de su oído –Es que Key siempre me pareció de esas personas que consiguen lo que quieren a toda costa. Key siempre gana, y él lo sabe— Apretó sus manos sobre Onew pero él no pareció notarlo –Y ahora parece querer algo mío.

 

—¿Y qué es? ¿Un video juego? ¿Alguna prenda?

 

Despistado, siempre inconsciente.

 

—No, pero es algo que quiero muchísimo.

—Dáselo, Key se aburrirá y cuando te des cuenta, te lo estará dando de vuelta.

 

—No— Esta vez Minho lo abrazó –No se lo cedería jamás, así tuviera que dejar nuestra amistad de lado.

—Minho no digas tonterías— Habló divertido Onew mientras le daba palmadas en la espalda para que lo soltara –Todos somos amigos para empezar, y ya suéltame que así no puedo ver si hice bien mi trabajo.

 

Minho rió un poco, besando fugazmente la frente del más bajo.

 

—¡Perfecto!

 

Onew sonrió, palmeando el pecho del menor y viendo orgulloso su estupendo trabajo.

 

 

 

 

—¿Qué es esa cosa?— Una vez fuera de cámaras y con el premio en las manos, Jonghyun miró divertido el nudo en la corbata de Minho quien solo sonrió un poco –Parece que hubieras heredado el talento innato de nuestro líder por hacer nudos.

 

—Deja— Minho bloqueó de inmediato el intento de Jonghyun por rehacer el nudo, sorprendiéndolo y haciendo que lo mirara extrañado —En realidad lo hizo Onew y por eso mismo es perfecto— Fue un instante, uno pequeño en el que la expresión de Jonghyun se volvió fría antes de reír despreocupado y rodar los ojos. Así que Minho prefirió fingir que nada raro había pasado.

 

—Hay que ver que se han vuelto más unidos de lo normal.

—Si, un poco.

 

—Por cierto, adivina que tengo en mi poder— Tarareó Jonghyun mostrándole unas entradas en las manos –Son para el último partido de baseball en esta fecha ¿qué dices?

—¿Es en serio?— A Minho parecieron brillarle los ojito –Intenté conseguirlas pero me dijeron que ya no habían.

 

—Pues ya ves, una amiga me las consiguió. Aunque solo quedaban dos— Jonghyun levantó un poco los hombros –Así que da igual, ni que los otros tres disfrutaran de esto como nosotros. Además hace un buen tiempo que no salimos solo los dos ¿entonces?

 

—¿Y todavía lo preguntas?

 

Minho le quitó una de  las entradas, con una sonrisa en el rostro y una expresión más calmada. Pudo notar la mirada de Jonghyun en su cuello y sonrió divertido.

 

—¿Qué?

—Ese nudo de verdad es horrible.

 

Minho rió, y Jonghyun solo siguió su camino.

 

 

 

 

—Entonces comprare mucha comida chatarra.

—Pero Key no se puede enterar.

 

Minho rió ante la advertencia de Jonghyun, con una gorra en el cabeza y verdaderamente entusiasmado por salir, mientras Jonghyun buscaba las llaves del auto, pudo escuchar los pasos apresurados de Taemin chocando contra él de repente.

 

—Lo siento— Se disculpó, notando de repente que era él y cerrando la boca como si hubiera cometido un gran error al hablarle –Me voy.

—Cuídate.

 

Taemin iba a salir apresurado, pero sus pasos se detuvieron, apretando un poco sus puños y el abrigo en la otra mano, dándole aún la espalda a Minho, mientras Jonghyun parecía todavía entretenido en la habitación. El pasillo de pronto le pareció angosto. Y temió por que en algún momento Taemin le diera por gritar más cosas de las necesarias.

 

—¿Por qué haces esto?— Minho lo miró confundido, sintiendo como empezaba a caminar hacía él, con una determinación distinta en la mirada —¿No soy yo el bonito del grupo? ¿No soy tu mejor amigo y una de las personas con quien más cercano te sientes? ¿Por qué él? Él que es torpe y olvidadizo, despistado y que vive sin darse cuenta de las personas que lo quieren, de él que no descubrió que estaba enamorado de ti hasta que tu le dijiste que lo querías— Minho de pronto se sintió bastante tenso —¿O es que no sabías que a Onew hyung le gustaba mucho otra persona antes que tu?

 

De pronto esa sonrisa ingenua de Taemin desapareció, dándole paso a una maquinadora que le provocó escalofríos.

Eso no era verdad. Por que él lo habría notado, por que Jinki no lo hubiera aceptado si no sentía nada por él.

 

—¿Ya se van?

 

Onew abrió la puerta de su habitación y Taemin lo miró de inmediato, su sonrisa casual hizo a Minho respirar profundo y a Taemin fruncir el ceño.

 

—¡Y mi sonrisa es más bonita!

 

Y antes de que pudiera decir algo más, Taemin salió de ahí, con sus pasos firmes y sonoros del departamento, dejando atrás a un sorprendido Onew y un contrariado Jonghyun que finalmente salía de la habitación.

 

—¿Qué fue eso?

 

Minho solo agitó un poco su mano –Nada, ya ves que anda muy extraño últimamente.

—Parece que a Taemin le dio la época de la adolescencia muy tarde— Bromeó Jonghyun, sus ojos de pronto en Jinki quien solo respiró hondo —¿Te quedas en la casa?

 

—Si, creo que leeré algo.

 

Minho los miró por un instante, Onew parecía muy serio y Jonghyun demasiado lejano de repente.

 

—Bueno— Tomó del brazo a Jonghyun, empezando a caminar –Nosotros nos vamos o se hace tarde— Aprovechó que Jonghyun iba primero para girar un poco y guiñarle un ojo a Jinki quien solo rió divertido ante el gesto del menor.

 

 

 

 

—Fue un buen partido.

—Si, hace mucho que no me reía tanto.

 

Minho estiró su cuerpo un poco, cerca de las nueve de la noche en el garaje de su edificio. Muy cerca del ascensor, cuando Jonghyun empezó a rebuscar en los bolsillos de su pantalón.

 

—¿Se te olvidó algo?

—Si, el celular— Jonghyun parecía preocupado –Creo que lo dejé en el auto. Ve subiendo.

 

Minho asintió tranquilo, viendo a su amigo caminar hasta donde había dejado el auto y él bostezaba cansado mientras subía directo a su departamento. Las horas de dormir se le acortaban, podía predecir con facilidad que esos días como vacaciones, aunque no lo fueran en su totalidad lo arrinconaban a dormir más horas de las necesarias.

 

Tomó las llaves, sin precaución y abriendo la puerta con cuidado, notando el silencio que había y viendo el abrigo de Kibum colgado. Respiró profundo, por que no podía vivir temiendo ante la presencia de alguien con quien llevaba años conviviendo. Por que era estúpido, y era dejarlo ganar. Aunque no fuera una batalla establecida.

 

—Oh, llegaron.

Minho asintió vagamente –Jonghyun se quedó buscando su celular en el carro.

 

Kibum movió su cabeza afirmativamente. Suspirando suavemente, con una expresión tranquila y vaga que hizo a Minho descubrir a ese amigo perdido que era cuando no planeaba algo que solo le convenía a él.

 

—Siéntate Minho, hablemos un poco.

—¿De qué podríamos hablar?

—No sé— Incitó Kibum –Como que de pronto parece que no te soy de total agrado.

 

—No es así.

Kibum rió –Entonces por que siempre me andas mirando de esa forma y reclamándome por cosas tontas.

 

Esas cosas siempre involucran a Onew

 

—Es que…

—Oh, Minho. Llegaste— Kibum sonrió divertido, los ojos de Minho de pronto se posaron totalmente en el líder —¿Qué tal el juego?

 

—Increíble, ¿tú que hiciste?

—Leí un poco y ayudé a Key a escoger unas prendas para una cita que tiene mañana con Jjong.

 

Minho entonces regresó su mirada a Kim, quien bebía tranquilo un poco de te.

 

—¿Desde cuando si tú siempre dices que tu buen gusto no necesita aprobación de nadie?— Esta vez la atención de Minho estaba sobre Kibum en su totalidad, el muchacho únicamente sonrió y alzó los hombros.

—No tiene nada de malo, Onew estaba aburrido y no había nadie más en la casa.

 

Kibum de pronto se levantó, caminando cerca de Onew. Como si lo mirara atentamente y ni siquiera se tomara la molestia de ocultarlo.

 

—Además Onew y yo siempre la pasamos bien ¿verdad?

—Si, y a Key todo lo queda bien.

 

Onew parecía restarle importancia al asunto, pero Key solo sonrió y abrazó por la espalda al mayor que de repente se mostró sorprendido ante el gesto del otro.

 

—Lo ves, para empezar Onew tiene buen gusto.

—Si— Sonrió Minho, agarrando por el brazo Jinki –Lo tiene— Y termino jalándolo a su lado, con una mirada seria que hizo a Kibum sonreír un poco más.

 

—Llegué— Anunció Jonghyun de pronto como si su buen animo pudiera exprimir los restos de tensión que había mientras Onew se sentaba en una de las sillas, nuevamente incómodo —¿Qué tanto hablan?

—Nada importante.

 

Jonghyun apresó por la cintura a Key, hablándole de cualquier cosa al oído mientras lo conducía a la habitación. La razón por la que Jonghyun y Key se habían unido en un principio, es por que sencillamente no podían ser distantes, mucho menos enemigos. Dos fuerzas como las suyas no podía enfrentarse o terminarían muy agotados.

 

Jonghyun era fuerza y palabra.

Kibum astucia y manipulación.

 

Tan de la mano que definitivamente debían estar juntos, o terminarían matándose en el intento. Minho siempre los había visto como dos fuerzas opuestas que habían encontrado el camino correcto ante el declive, ya escuchaba la risa de Key antes de que la puerta de su habitación se alejara y el apretara los puños por que todo Key era enigma.

 

Mientras tocaba a Onew, le sonreía a él y le seguía el juego a Jonghyun.

 

—¿Quieres comer algo?

 

Onew ya había sacado un pequeño bote de yogurt, cuando Minho pudo reaccionar y mirarlo por un instante antes de que se acercara a su lado y suspirara muy cerca de su cuello, colocando a Jinki contra el mesón de la cocina y su cuerpo, con sus manos muy cerca de su cuerpo.

 

—Me gusta tu cuello— Y deposito un corto beso en su cuello, ligero y pequeño como para lograr que Onew se moviera inquieto entre sus brazos.

—Me haces cosquillas.

 

—Lo sé— Susurró, tomando la mano de Onew, dirigiéndola a su pecho –Tu haces cosquillas en mi corazón.

Onew rió abiertamente –En verdad voy a pensar que soy mala influencia, para ti— Sorteó sus manos por la espalda del menor con esa sonrisa ligera en los labios –Te vuelvo demasiado cursi.

 

—Hyung…— Onew amplió su sonrisa, con una expresión divertida al saber de antemano que el menor estaba por pedirle algo –Contémosle a los demás lo nuestro.

—¿Por qué? Apenas tenemos unos cuantos días y no creo que…

 

—Quiero que sepan que ya no somos libres.

 

Necesito que Key lo sepa… y se aleje.

 

—¿Y eso que tiene que ver?

—No lo sé. Solo quiero compartirlo con ellos.

 

Onew permaneció callado un buen rato. Parecía analizar cosas que se salían de sus manos mientras Minho acariciaba sus brazos, ajeno a lo que pudiera pasar por su cabeza.

 

—…Supongo que tienes razón.

 

Entonces besó sus labios, con las manos en sus mejillas tersas y sus ojos cerrados que lo habían recibido, escuchó la puerta, vio entonces los ojos abiertos de par en par del menor de la casa.

 

Maldición… Se había olvidado de Taemin.

 

 

 

 

—No es como si me importara.

 

Había murmurado Taemin, con las manos sobre la mesa, con su mirada perdida en cualquier garabato que había allí escrito y Minho maldecía a su egoísmo, esos celos que Key había desbordado por rondar a Onew, aquello que lo había hecho pedirle a Jinki que dijeron lo suyo a los demás.

 

Por que desde su lugar en la mesa, Taemin sonreía pobremente, jugaba con sus manos como si pretendiera hacerlo para no salir huyendo, y se sintió terriblemente estúpido. Aunque Jonghyun solo hubiera sonreído y Kibum hubiera levantado una ceja.

 

—Eso no es amable, Taemin.

 

Había replicado Onew ante las palabras del menor, pero Taemin únicamente levanto la mirada directo hacía él.

 

—¿Y qué crees sería amable de mi parte, hyung?

 

Tan falso como las espinas en la rosa más bella, el sonido de su voz, su sonrisa. Taemin solo miró a Onew por un largo rato antes de que el mayor suspirara ya cansado con todo aquello.

 

—¿Qué te sucede conmigo?

—Es que no logro entender— Susurró inconsciente –Eso que te hace tan especial para los demás.

 

Key inmediatamente apretó el brazo del menor –Taemin.

—Me voy a mi habitación.

 

La silla raspó con fuerza en el suelo, Onew jugó un poco con la lengua en su boca, en una expresión que variaba entre ser molesta e indignada. Ya no estaba triste, ni acongojado. Parecía indignado por esa actitud repentina e infantil del menor hacía él, sin al menos decirle de frente lo que le pasaba.

 

—¿Olvidas que soy tu hyung?

—¿Y qué?— Rió Taemin –Los años no te dan el respecto que desesperadamente necesitas.

 

Los ojos de Onew se abrieron abruptamente. Otra vez el silencio tras las palabras afiladas del menor antes de que se marchara de ahí, dejando rastros cansados de su veneno, con Onew apretando los puños y Minho frunciendo severamente el ceño, rato después Jinki se levantó, con Minho siguiéndole los pasos sin importar que Key y Jonghyun no pronunciaran palabra alguna.

 

—¿Por qué lo hiciste?— Se aventuró a preguntar Jonghyun, una vez se encontraron solos en aquel espacio de la pequeña cocina compartida —¿Por qué le pediste a Taemin que atacara a Onew con todo el veneno que pudiera?

—Por que así, querido— Siseó Kibum –Los sentimientos de Minho están focalizados en otro lugar que no es Jinki.

 

—Pues yo solo veo a Minho cada vez más molesto con Taemin.

—Tú solo deja que ese resentimiento de Taemin y el coraje de Minho exploten y verás como tengo la razón.

 

Jonghyun sonrió tardíamente, observando a Kibum empezar a recoger los pocos vasos que habían ocupado. Luego de que Minho y Onew decidieran comunicarles que estaban saliendo desde hace unos días. Visualizó el cuerpo de Kibum moverse tranquilo de un lado a otro y otra duda jugó a rompecabezas en su ser.

 

—No entiendo otra cosa.

—Tú no entiendes muchas cosas, Jonghyun.

 

Pero el mayor solo ignoró esas palabras.

 

—¿Por qué querías que los orilláramos a hacerlo publico entre nosotros?

 

Kibum se detuvo, un instante con los vasos ahora limpios entre sus manos delgadas y blancas —Para que cuando Minho terminé con él— Sonrió sutilmente —…A Onew le duela más y se le haga más difícil perdonarlo— Jonghyun de pronto parecía confundido —Tú sabes, efectos colaterales.

 

Kibum continúo con lo suyo, entre sus movimientos adustos y la mirada de Jonghyun se perdió, un instante sobre aquella puerta blanca y marcada donde Minho y Jinki permanecían encerrados, desde donde apenas se podía escuchar alguna voz, desde el lugar oculto para los demás. Donde Jinki mostraba esa faceta que los demás apenas podía ver, que Minho apreciaba casi sin esfuerzo.

 

Donde se ocultaban los sentimientos de Jinki.

En lo más profundo de sus besos y caricias perdidas.

 

Fin de la Quinta Parte