Publicado en Fanfics

Corazón con Fecha de Expiración: Capitulo 17


Corazón con Fecha de Expiración

Y si tienes suerte, la mayor suerte del mundo, entonces la persona que amas, te amará de regreso también

Capitulo Diecisiete

—Entonces pasaste el fin de semana entero ocupado.

Minho había comentado tranquilo aquello, jugando un poco con su bebida mientras Kyuhyun miraba distraídamente el celular y él, tan solo asentía.

—Es curioso pero no soy de salir tanto y mucho menos de hacer vida sociable, pero le había dicho a Sunny que la ayudaría con algunas cosas de la escuela el domingo en la mañana y quedé de cenar con papá en la noche. Me sentí tan cansado al iniciar este lunes.

—Eso es porque eres un vago, ¿qué hiciste el sábado?

—Estuve con Yoochun.

Se esparció un silencio, breve y tranquilo. Changmin miró a sus amigo y giró los ojos.

—Pregunten.

—¿Nos vas a contestar con sinceridad?

—Ya decidiré yo eso.

Kyuhyun sonrió y se acercó un poco más a Shim.

—¿Qué hicieron el día entero?

—Salimos a desayunar, luego vimos una película en su casa, preparamos el almuerzo, dormimos gran parte de la tarde, pedimos comida para la cena y luego me fue a dejar a casa. Nada fuera de lo normal.

A pesar que su voz había sonado calmada y tranquila, Kyuhyun lo miraba directamente a la cara, con los ojos entrecerrados mientras Minho pasaba su mirada del uno al otro, como esperando que algo más pasara.

—¿Tu vida sexual no aumenta ni porque estás emparejado?

—Uno, no es asunto tuyo y dos ¿emparejado? ¿vives en los ochenta?

Changmin regresó a su bebida, desviando la mirada como si terminara la conversación en ese instante.

Nada más le importaba. Pero Kyuhyun continuaba observándolo, analizándolo con toda y su molesta presencia.

—Yo tengo una duda distinta a la de Kyuhyun – Changmin entonces levantó su mirada hasta Minho y este se apoyó un poco más en la mesa, sentado frente a él todavía – He tenido citas y pues… ¿no sé? Hyung, esas cosas son de adultos ¿no te aburren?

Changmin sonrió, Yoochun le había hecho la misma pregunta durante la tarde.

—Soy un adolescente aburrido Minho. Sabes perfectamente que no me siento cómodo en todas esas actividades que a ti tanto te gustan. Quizá por eso Yoochun y yo logramos entendernos bien.

—Porque eres un viejo en cuerpo de adolescente.

Changmin codeó con dureza a Kyuhyun, quien de inmediato se quejó exageradamente.

—La cuestión es que me siento más cómodo viendo una película junto a él. Saliendo de vez en cuando al cine. Paseando en las noches sin destino fijo o simplemente leyendo un libro o platicando de él. Es cuestión de gustos afines, supongo. Me siento bien con él, porque puedo ser yo. Puedo ser todo aburrido que quiera, porque a él le gustan las mismas cosas que a mí, porque puedo pasar horas escuchándolo hablar y él a mí.

—Y eso mi querido, Minho: Es amor.

Changmin a estas alturas no está seguro si Kyuhyun lo dijo en tono de burla o no, pero para ese momento él solo negó sutilmente y continuó bebiendo mientras Minho sonreía y lo miraba como si esperara que continuara hablando un poco más.

—¿Entonces no tuvieron sexo en todo el día?

—Si, Kyuhyun. Si. Tres veces ¿contento?

Minho tosió impulsivamente y Kyuhyun sonrió complacido.

—En todo caso, eso no es lo más relevante de mi fin de semana – Ambos amigos lo miraron con curiosidad y Changmin suspiró – Por cierto, Kyuhyun… Sunny te sigue odiando. Por si te lo estabas preguntando. — El mencionado solo suspiró y Changmin decidió continuar – Mi papá aprovechó la cena para presentarme a su pareja.

—¿Y?

Changmin mordió un poco su labio inferior.

—Es un hombre

—¡¿Qué?!

Minho volvió a toser y Kyuhyun abrió sus ojos como nunca antes.

—En resumen. Mis padres salían, ella quedó embarazada sin que aquello estuviera planeado. Cuando se enteraron que ella estaba esperando un hijo fue un escándalo. Sus padres no la dejaron abortar y evidentemente la hicieron casarse con papá. La noche antes de la boda papá bebió hasta más no poder y terminó yendo a confesarle a mamá que era gay y no se podría casar con ella.

—¡Espera, espera! — Minho esta vez colocó sus manos en alto — ¿Y se acostaba con ella?

—Era su tapadera supongo. No lo sé, eran otros tiempos. La cuestión es que mamá lo mandó al carajo, no la iba a hacer pasar tremenda vergüenza cancelando la boda, dejándola embarazada y además siendo gay. Se casaron, se soportaron y todo explotó en algún momento. Mamá nunca superó el hecho de que él no la volviera a tocar, por eso no se pueden ni ver, por eso se quedó con mi custodia.

—Y por eso enloqueció cuando se enteró que eras gay.

Changmin alzó los hombros y bebió lo que le quedaba de su bebida.

—Fue extraño ¿saben? Aún creo que no termino de procesar toda la información, pero papá se veía aliviado de al fin poder contármelo todo. Supongo que si no supiera que estoy saliendo con un chico, seguramente me lo confesaba todo en unos diez años más.

Bromeó suave, pero sintió la mirada de ambos.

—¿Qué?

—¿Todo bien entre tu papá y tú?

—Si, supongo… Es que no quiero juzgarlo ¿saben? — Suspiró, sentándose un poco más relajado en su lugar – Eran otros tiempos. Y la verdad estoy bastante cansado de pelear con las inseguridades de Yoochun, con las mías, estoy agotado de las peleas con mamá, que tener algún resentimiento con papá ya sería demasiado para mí. Estoy en un buen momento de mi vida justo ahora. Y quiero seguir así, estar en paz.

—Me asusta tu nivel de madurez.

Changmin sonrió. Y por un momento recordó la breve charla con Yoochun durante el receso de ese día. Lo había mirado largamente mientras le contaba mucho más extensamente todo acerca de la cena. Como curiosamente el novio de su padre le pareció alguien agradable, como durante las partes más duras de confesar Taegu había sostenido la mano de su padre en apoyo.

Resultaba curioso como había hablado casi veinte minutos sin parar y Yoochun solamente lo había mirado atentamente, luego inconscientemente hizo lo mismo, sostuvo sus manos y le habló suave. Preguntándole en primera instancia como se sentía él con todo y luego dándole su punto de vista, y mientras arreglaba su cabello le susurraba lo orgulloso que se sentía de él por ser tan comprensible y maduro con su padre.

Fue un breve instante, pero Changmin se preguntó hondamente si en verdad se podría llegar a volver a sentir así otra vez. Mirar a Yoochun y sentir que sus palabras y sus gestos lo eran todo, sentir como su pecho se agitaba y todo desaparecía.

¿Podría volver a sentirse así con otra persona alguna vez?

No es como si Changmin pensara en enamorarse de alguien más, pero la gente a su alrededor siempre hablaba sobre que los amores de adolescencia no duraban, que siempre acabábamos con alguien más. Que los primeros amores eran bonitas ilusiones que no jamás se volvían a sentir igual, porque todo ese cúmulo de emociones y sensaciones nos tomaban desprevenidos al estar en constante descubrimiento y lleno de primeras veces.

Pero él no quería sentirse así con nadie más.

Yoochun era el inicio de todo y quería que fuera su final.

—¡Changmin! — Giró sorprendido por haberse perdido quien sabe cuantos minutos en sus recuerdos y trató de mirar a sus amigos con atención – Que te perdimos por un instante.

—Solo recordé algo, ¿qué pasó?

—Estábamos hablando de que haremos en tu cumpleaños. ¿Quieres que salgamos o la pasaras con Yoochun?

—Aún no se lo he dicho… — Jugó un poco con sus dedos sobre la mesa y luego levantó su mirada mucho más confiado que antes – Pero quiero pedirles un gran favor.

Kyuhyun y Minho solo pudieron mirarse confundidos.

A Changmin le gustaba besarse con Yoochun en el sofá, sentía su cuerpo acomodarse de manera fácil cuando lograba que finalmente Yoochun de distrajera de su trabajo instante y finalmente se rindiera ante él y accediera a besarlo por largos minutos en los que enredaba sus manos en el cabello del contrario y sentía su cuerpo cerca y sus manos acariciando lentamente su espalda. No solían besarse con intención de avanzar demasiado, a veces solo querían besarse hasta que sus labios se sintieran cansados y eso era curiosamente satisfactorio.

—¿Quieres beber algo?

—No, estoy bien.

Yoochun le dio un corto beso en los labios y le acomodó la camisa con tranquilidad. En cuanto lo observó volver a la laptop mientras se sentaba en el suelo para poder estar a la altura de la pequeña mesa de centro, Changmin optó por sentarse tras de él y apoyar su quijada en los hombros del mayor.

—¿Tienes algo que hacer este sábado?

—No en realidad.

—Salgamos.

—Claro ¿qué quieres hacer? — Yoochun tecleaba, aparentemente concentrado a pesar de poder llevarle la conversación con facilidad .

—Quiero ir a una disco.

Yoochun entonces si se enderezó, sacudió un poco su cabeza hasta que giró lo suficiente como para poder mirarlo a la cara. — Tú ¿qué?

—Quiero intentarlo. Nunca he ido a una y tú dijiste alguna vez que solías ir mucho en la universidad.

—Exacto, en la universidad. Cuando ya es legal entrar y beber.

—Oh, por favor ¿me vas a decir que jamás entraste antes de tener los veinte?

Yoochun se acomodó mejor, aún con los brazos de Changmin rodeándolo un poco.

—Dime la verdad, ¿a qué viene todo esto?

Changmin suspiró, dejándose caer en el suelo junto a él, mirándolo por primera vez con una cara un tanto dulce, un tanto avergonzada. ¡Lo estaba manipulando! Changmin por primera vez estaba usando un poco de su encanto para convencerlo de algo. Honestamente Yoochun no sabía si sentirse halagado, feliz o desconcertado.

Así que mejor lo abrazó con fuerza.

—Dios, te amo tanto – Se apoyó en su hombro y casi podía sentir a Changmin sonreír en medio de su abrazo – Ahora dime ¿qué fuerza extraña del universo te ha motivado a querer hacer cosas tan mundanas?

—El viernes será mi cumpleaños. Y he pensado que no me guste, no quiere decir que no pueda intentarlo al menos una vez y decidir si en verdad no me gusta, o puedo empezar a descubrirlo.

—¿Y qué tal si lo descubres cuando tengas veinte? Edad legal para beber y entrar a bares.

—Te recuerdo que para la fiesta de bienvenida de mi primo estuve en una.

—Fue alquilada para esa reunión, así que con invitación entraba cualquiera. Además no debiste beber ese día.

—Ajá, me lo dice el que se caía de ebrio.

En esta ocasión Yoochun se alejó un poco y lo miró entrecerrando los ojos, sin intentar mostrarse demasiado serio, como para que notara la ligereza en sus palabras.

—Eran tiempos difíciles.

—Bueno, el caso es que quiero bailar contigo, quiero besarte y emborracharme.

—¿Entonces quieres que sea tu niñera?

Changmin arrugó el entrecejo y torció un poco los labios.

—Asco, Yoochun.

—Sigo sin entender este repentino interés tuyo.

—Cumpliré dieciocho. Quiero hacer todas las cosas que no he hecho hasta ahora. Y quiero hacerlas contigo.

—¿Así que quieres jugar a ser un adolescente común y corriente?

—Por un día, creo que sería interesante. Nunca me había sentido tan seguro con alguien como contigo. No hay nada de mí que no aceptes, y me agrada todo de ti. Creo que sería interesante vivir cosas que no he vivido, a lado de la persona con la que más seguro me siento.

Yoochun colocó uno de los mechones de Changmin tras su oreja, le sonrió ampliamente y asintió.

—Pero en mi cumpleaños iremos de viaje a la montaña. Quiero acampar y dormir en el suelo.

—¿Ese es tu lado aventurero?

—Nunca lo hice ¿sabes? No es lo mío — Changmin pudo apreciar una pequeña sonrisa emocionada en el mayor, casi imperceptible – Pero oírte hablar de compartir experiencias, de entregarte mis buenos y malos momentos, he decidido que quiero hacerlo contigo.

—Quiero que nos regalemos todas las primeras veces. De eso se trata en realidad. — Changmin se acercó un poco más a él, con sus piernas casi sobre las del otro y hablando muy cerca del otro – No hablo del plano sexual, sino de descubrir cosas buenas o malas, de toda la emoción que involucra descubrir algo por primera vez. Las cosas no las vuelves a sentir otra vez igual. Y esas experiencias nuevas y primerizas las quiero descubrir contigo.

—Todo menos emborracharte hasta la inconsciencia, al menos no este sábado. Eso sería demasiado hasta para mí.

Changmin rodó los ojos.

—Está bien, me emborracharé en casa de Kyuhyun.

Yoochun entonces rió divertido.

Listo, ya le dije a mamá que se quedarían a dormir el sábado por tu cumpleaños. No le gustó mucho la idea porque le toca turno en la madrugada así que estaremos en casa solos. Pero como los conoce les dio su voto de confianza. Mamá regresa a las ocho de la mañana, así que si pregunta le diré que te fuiste muy temprano en la mañana.

Minho, del otro lado del teléfono le explicaba todo y por supuesto se quejaba sobre la idea de que mientras él estaría sabrá dios en que discoteca, él y Kyuhyun se tendría que pasar la noche entera jugando videojuegos para cubrirle la espalda. Changmin solo podía sonreía ante las quejas constantes de su mejor amigo.

Le he dicho a Kyuhyun que ni se atreva a dejarme solo esa noche también y mucho menos traer a Sungmin. Por amor a lo que sea Changmin amenazalo para que cumpla con su palabra. O el castigo de todos los dioses caerá sobre ti.

Para la segunda hora de clase, hora que habían tenido libre ante la ausencia de la profesora de matemática Changmin había podido mensajear a Minho y este había ido a hablar al baño. Lo cual le hacía preguntarse si en realidad no se metería en problemas por el rato que llevaba ausente de la clase.

—Escuché por ahí que tu cumpleaños será este viernes.

Sunny habló repentinamente junto a él, y Changmin la miró de inmediato.

Ella se encontraba sonriendo abiertamente y él solo pudo hacer un pequeño gesto pidiéndole que esperara un rato.

—Hablaré con Kyuhyun y relájate, que si planeas demasiadas cosas tu madre empezará a sospechar.

Soy un niño bien, estúpido. Jamás le he mentido a mi madre.

Changmin rodó los ojos. — Si, claro. Solo cálmate un poco ¿si?

De acuerdo, y ya te dejo porque en cualquier momento me vienen a buscar creyendo que me he desmayado o algo así.

—Bien, nos vemos.

Apenas colgó, Sunny lo miraba con sus ojos brillantes y expectantes.

—¿Entonces?

—Es cierto.

Sunny aplaudió discretamente, emocionada ante la confirmación.

—Bien, tienes que darme al menos un momento del día. Ya sabes, no necesito pasar tiempo de calidad con tu amigo. — Sunny solamente sacudió un poco una de sus manos y Changmin asintió.

—Lo sé, de hecho la tarde la pasaré con los chicos, y en la noche papá me pidió que saliéramos a cenar.

—¿Y tu novio?

Changmin aún se sentía extraño con toda la confianza que le había brindado a la chica.

—Bueno… saldremos el sábado. Ya hablamos sobre eso.

—Entonces pido al menos una hora después de clases. Te invitaré el postre más costoso de la cafetería del centro.

Shim asintió, era curiosa la manera en que a Sunny le entusiasmaba más que a él poder celebrar su cumpleaños. Repentinamente la menor miró de un lado a otro y su voz se deslizó como un pequeño susurro.

—¿Has hablado con tu mamá?

Se removió un poco en su lugar – Dudo que recuerde mi cumpleaños. No espero nada de ella la verdad. Además, desde ese día no ha intentando contactar conmigo para nada. — Notó la preocupación en el rostro de Sunny y suspiró – Está todo bien, Sunny. Sé como es ella, sé también que la he liberado de una carga y en serio estoy bien.

Ella asintió, sin saber que más agregar. Changmin agradeció internamente que finalmente fuera el cambio de hora, pero agradeció aún más que Yoochun apareciera por la puerta y poder verlo un rato hablar de literatura.

Para el día viernes las cosas se habían puesto un poco interesantes, Changmin no solía celebrar demasiado su cumpleaños. Usualmente su madre le daba algún regalo medianamente interesante que en los últimos tres años se traducía a un tarjeta de regalo para que él realmente comprara lo que deseara. Sin embargo este año había sido diferente. Su padre lo había levantado un poco antes de lo usual, le había preparado el desayuno y le había regalado un celular nuevo, Taegu lo había felicitado a través de una video llamada breve y así había empezado su día.

Minho y Kyuhyun ya habían dejado mensajes quien sabe desde que hora en la madrugada y Sunny había dejado uno cerca de las siete de la mañana. Yoochun por supuesto había dejado un escueto “Feliz cumpleaños”, Changmin sabía que si fuera al revés, él incluso le habría mandado un simple “Felicidades”, así que el que Yoochun jugara de esa manera lo había hecho sonreír.

Yunho lo había recogido aquella mañana con la excusa de felicitarlo y darle un pequeño obsequio, realmente la relación tensa con su primo a raíz que estuviera enterado de lo suyo con Yoochun, se había estado suavizando poco a poco, este año se perfilaba un poco más ameno de lo normal y en el fondo incluso aunque no le gustara admitirlo, Changmin lo agradecía.

—Felicidades cumpleañero.

Changmin agradecía enormemente que Sunny no haya hecho todo un evento de su cumpleaños, aquella mañana sencillamente se había acercado a él y le había ofrecido un pequeño chocolate, felicitándolo sin demasiado escándalo, lo suficiente para que él escuchara y nadie más se enterara.

—Gracias.

Le sonrió brevemente y pensó que necesitaba saber el cumpleaños de Sunny para retribuir de alguna manera lo bien que se había estado portando con él todo este tiempo. Alcanzó a ver a lo lejos a Yoochun, conversaba con uno de los profesores cerca del pasillo general. En momentos como ese, ansiaba poder terminar sus estudios cuanto antes y obligar a Yoochun a que se tomara el día libre al menos ese día y lo pasaran sin hacer nada en especial más que estar echados en cama todo el día, viendo películas, comiendo algo delicioso.

Si, aquello sonaba como un buen plan.

—Es sorprendente como al final de todo, el que Shim Changmin estuviera en nuestra institución no ayudó en nada.

—El niño vino a estudiar, no a arreglarte el prestigio como profesor.

—Pero el que hubiera participado al menos en una actividad académica nacional hubiera ayudado.

—Quizá por eso lo cambiaron de ese colegio tan exageradamente elitista y privilegiado.

—No es como que Shim sea alguien problemático.

—No lo es, pero bastantes problemas intra familiares tiene, ¿no recuerdan todo el escándalo con la madre de hace unos días? Muy seguramente el que se haya fugado de casa no es algo nuevo.

—¿Tendría problemas en su anterior colegio?

—Probablemente…

—La verdad nunca supimos porque se había cambiado a mitad de año.

Yoochun entonces se puso de pie, suspiró largamente y lucho contra todos sus impulsos que le pedían mandar a la mierda a todos los profesores durante la junta de profesores que el director había organizado intempestivamente para resolver un asunto disciplinario. El hombre aún no ingresaba a la sala de juntas y por tanto el tiempo lo ocupaban conversando de cualquier cosa que fuera medio relevante, el día de hoy el tema era Changmin.

Todo había comenzado con un comentario sutil de la profesora de matemáticas, quien había dicho que Changmin se había negado por completo a participar en la decatlón interescolar en nombre del colegio y como en su mayoría parecía odiar participar en las actividades extra curriculares, a pesar de ser reconocido casi como un genio a nivel nacional por sus participaciones escolares en años anteriores y los montones de premios que había acumulado.

Seguramente es la edad, etapa de rebeldía y esas cosas” había comentado el profesor de historia, y a partir de ahí todos parecían tener algo que comentar, criticar o incluso inventar sobre la vida de Changmin y lo decepcionados que estaban porque el chico no hubiera hecho algo por la institución. Como si fuera una obligación férrea que el menor tuviera devolver, como si les debiera algo.

—¿Park?

Se había quedado en silencio, apenas se alcanzó a poner de pie y calmó todos sus demonios para no terminar gritando sabrá dios que cosas que lo pusieran en evidencia.

—Creo que no deberían expresarse de esa manera de un estudiante, menor de edad, quien evidentemente no está pasando por su mejor momento familiar.

El lugar se mantuvo en silencio un rato, e incluso la profesora de física, quien había soltado algunos comentarios fuera de lugar se movió incómoda sobre su asiento. Yoochun trató de justificar su acción yendo por un poco de café mientras la sensación de incomodidad se esparcía en el lugar.

Al final, Yuri, la secretaría general tuvo que aclarar un poco su garganta e intentar que la animosidad volviera poco a poco a la sala – El director Sungki ya está despidiendo a los padres del joven Lee de primero, en unos minutos estará aquí.

—Bueno, tampoco se comporten como si hubieran recibido el peor de los regaños – El profesor de biología tomó la palabra – ¿Que se lo tenían merecido? Por supuesto. Pero también recuerden que Shim es el protegido del profesor Park, finalmente solo ha trabajado con él para el festival de Participación estudiantil ¿No es así? — Desde su lugar Yoochun solo atinó a apoyarse en la pequeña mesa, mientras bebía su café y miraba al resto de sus compañeros. — Además seguramente es el único que se sabe completo el chisme de la familia Shim, a parte del director por supuesto.

Todos los profesores lo miraron con curiosidad, pero Yoochun solo alzó un poco los hombros, restándole importancia y evitando afirmar o negar algo.

Cuando el director finalmente ingresó, los profesores se encontraban en pequeños grupos platicando sobre cualquier otra cosa, cuando se sentó el profesor de química se acercó un poco a él y le susurró un ligero —Gracias, la verdad es que me tenían harto con sus suposiciones absurdas y molestas. Ese pobre niño no molesta a nadie y su vida privada no nos incumbe a ninguno de nosotros.

Yoochun se sintió complacido de saber que no habían sido solo sus impulsos los que habían visto todo mal en ese cruce de chismes en el que Shim se había visto envuelto.

—¡Profesor Park!

Apenas había terminado la junta, cada profesor había caminado hacía su salón respectivo, Yoochun intentaba por todos los medios encontrar un pequeño momento en el que poder hablar con Changmin, puesto que su plan de verlo durante el receso se había arruinado por culpa de la reunión imprevista. Sin embargo Sooin, la consejera estudiantil, había dicho su nombre mientras se acercaba con pequeños pasos hasta él.

—Dígame.

—¿Tiene un momento? Me gustaría platicar con usted de algo.

Apenas había asentido, sabiendo que esta era su hora libre y podría darle un poco de tiempo a la mujer quien le sonrió agradablemente y lo condujo hasta su oficina. La verdad no había tenido la oportunidad de estar ahí antes, el lugar era agradable y los tonos pasteles lo hacían ver como un lugar muy diferente al de toda la institución, no era infantil, era más bien pacífico y agradable.

A veces le sorprendía lo poco que conocía de espacios en los que habitaba normalmente.

—He estado todo este tiempo intentando saber como llegar hasta alguien como Shim – empezó a hablar la mujer – Pero la verdad es un joven un poco difícil. ¿Sabía que durante la pequeña prueba de carrera que le hago a los estudiantes de último año donde busco que reflejen su opinión personal más que todo, para saber como guiarlos de acuerdo a sus calificaciones, gustos y potencialidades sobre las carreras y universidades a las que pueden acceder, el señor Shim únicamente dejó la prueba en blanco?

La mujer había estado rebuscando algo entre unos cajones altos y finalmente le extendió una carpeta blanca, con el nombre de Changmin y varias hojas con el reporte de sus excelentes calificaciones y la prueba de aptitudes de la que la mujer le había estado hablando.

—No es una prueba de nivelación de conocimientos o aptitudes. Esa la hicimos hace mucho tiempo, mucho antes que Shim entrara al Colegio incluso. Esta era una más bien de preferencias personales, lo que le gustaría estudiar, con que materia se siente más cómodo, que le gustaría hacer en el futuro. Cosas simples como esas, que me ayudarían a guiarlo de acuerdo a otros parámetros más para recomendarle carreras y universidades. Sin embargo él solo la dejó en blanco.

—Filosofía…

—¿Hmm?

Reaccionó repentinamente, se había concentrado en mirar los papeles de Changmin que aquello había salido inintencional de sus labios. Junto con un recuerdo breve de aquellos días en el mar y sus largas pláticas soleadas.

—En algún momento… él dijo que le gustaría estudiar filosofía.

Sooin esta vez sonrió levemente, aparentemente complacida.

—¿Lo ve? Usted es la persona adecuada para ayudarme. — La mujer se acomodó mejor en su asiento – Cuando lo llamé a mi oficina me dijo muy parcamente que le complacía que intentara hacer mi trabajo con tanto ahínco, pero que con él no me esforzara. Que no le interesaba nada y que estaba bien así. Luego no quiso hablar más sobre el asunto.

—¿Eso hace cuanto?

—Hace un par de semanas.

Yoochun miró por un momento todos los panfletos de distintas universidades que la mujer tenía sobre el escritorio. No había hablado con Changmin sobre eso de manera profunda realmente.

—Entonces ¿en qué desea que la ayude?

—Quizá podría ayudarme con algunas características importantes en los que se desempeñe con verdadero gusto Shim, o mejor aún convencerlo de que me visite para que podamos hablar de sus oportunidades. Con el promedio que tiene y todas las actividades extra curriculares que ha acumulado además de su reputación y reconocimiento prácticamente puede hacer lo que quiera, ir donde quiera. Y deseo que él también pueda ver eso. Tiene todo un mundo de posibilidades.

Yoochun se sintió súbitamente desorientado.

Como si las cosas de un momento a otro estuvieran ocurriendo a una velocidad muy diferente y todas sus inseguridades se avivaran de manera agresiva. Yoochun quería lo mejor para Changmin, quería que viviera, que viajara, que conociera todo lo que pudiera antes de decidir que realmente quería quedarse solo entre sus brazos. Era algo que venía pensando desde hace mucho.

Su etapa en la universidad había sido la mejor de todas, Yoochun quería que Changmin la tuviera también.

E incluso a pesar de salir perjudicado, él aún no creía demasiado en aquello del primer y único amor.

—¿Entonces?

—Haré lo posible.

Habló casi sin pensarlo, quizá era su lado racional a flote que solo quería que Changmin tuviera siempre las mejores oportunidades. Pero esos panfletos de universidades en el extranjero continuaban taladrando sus buenas intenciones.

Changmin jugó con el permiso en sus manos mientras se dirigía sin problemas al salón de profesores, en su otra mano llevaba el juego de copias que su profesora de física le había pedido que sacara y en realidad se sorprendió al ver a Yoochun ahí, con un libro en las manos y aparentemente almorzando tan solo un paquete de galletas.

Sabía que no se habían podido ver culpa de la reunión de profesores e incluso estaba resignado a no verlo hasta la salida como habían quedado a través de mensajes, pero encontrárselo ahí había logrado que una sonrisa tonta saliera de sus labios. Yoochun lo miró con un poco de sorpresa también y Changmin optó por actuar tranquilo y distante a pesar que estuvieran completamente solos en la sala.

—Pensé que estarías dando clases.

—Tengo dos horas libres seguidas.

—Ya veo…

Empezó a digitar el número de copias que necesitaba y volvió a sonreír, casi imperceptiblemente cuando lo escuchó levantarse y colocarse detrás de él. Los brazos de Yoochun rodearon su cintura y sintió aquel abrazo tan cálido y satisfactorio.

—Feliz cumpleaños.

Lo susurró muy cerca de su oído, luego solo dejó un corto beso en su cuello antes de alejarse de nuevo, y aunque fue bastante breve, Changmin aún siente corrientes eléctricas por su toque y el sonido susurrante de su voz. Cuando giró Yoochun buscaba algo en su pequeño maletín y lo extendía ante él.

—Ten.

La pequeña caja azul era más oscuro de lo normal, lo suficiente como para confundirlo de negro si se lo veía rápidamente. Dentro había un reloj plateado, pesado y justamente del tipo que solía usar él.

—Tiene tu nombre – Comentó Yoochun, notando lo sumergido que estaba Changmin en sus pensamientos mientras miraba el objeto entre sus manos. —Cuando estés lejos de mí, mirarás ese reloj y pensarás “Oh, no ¿porqué dejé escapar a un espécimen como Park Yoochun?”

—¿Quien dijo que alguna vez te iba a dejar, eh? — Changmin lo abrazó, con el suficiente impulso para que Yoochun retrocediera y se apoyara en la mesa de juntas tras de él. — Y si me llegas a terminar de lanzaré el reloj a la cabeza.

—Tan maduro…

Changmin esta vez solo lo miró a los ojos y dejó un corto beso en sus labios antes de alejarse.

Ambos sabían que no era el lugar y que en cualquier momento eso podría pasar de romántico a un infierno.

Cuando se alejó, Yoochun le quitó la caja de las manos y empezó a colocar el reloj en la muñeca. Changmin intercaló su mirada de la acción del mayor a su rostro. Los ojos de Yoochun lo miraban con un aire extraño, muy parecido a la nostalgia.

—Te amo, mocoso engreído. — En el momento en que cerró el reloj, Yoochun lo miró fijamente, sujetado sus manos, reforzando sus palabras.

—Hmm, creo que to también.

Yoochun alzó una ceja, con una sonrisa divertida en el rostro.

—¿Ah? ¿Cómo que creo?

—No lo sé… es que a veces no me siento muy convencido.

Changmin jugueteó un poco con el tema, podía notar por las expresiones de Yoochun que él también sabía que era un juego y se sintió a gusto con que el mayor ya aceptara sus sentimientos y no los desestimara por ser demasiado joven.

—¿Irás mañana al departamento?

—Iré temprano. Cerca de las nueve de la mañana.

—¿Pasarás el día entero?

—Si, hasta el domingo en la noche.

Yoochun apretó un poco más sus manos y sonrió.

—Bien, ahora ve a clases que hace rato terminaron de salir esas copias.

Changmin asintió, sintiendo el espacio de vacío que Yoochun dejó en cuanto empezó a soltarlo.

Yoochun había vuelto a sentarse, concentrado en el libro que se encontraba leyendo cuando el llegó. Prefirió tomar las copias entre sus manos y se agachó un poco, hasta quedar al nivel de su rostro aunque se encontrara tras él.

—Gracias por todo, Yoochun.

El mayor giró sorprendido y Changmin aprovechó para chocar un poco sus labios y luego le sonrió ampliamente, como pocas veces solía hacerlo y luego solo salió con paso tranquilo de ahí. Yoochun dejó escapar una pequeña sonrisa y suspiró. Tratando de evitar el tema de las becas, al menos por este fin de semana.

—Envidia… Siento mucha envidia.

Kyuhyun lo miró con los ojos entrecerrados y luego los tres rieron divertidos.

El nuevo reloj de Changmin había sido el tema de la conversación cuando salió con Sunny y ahora lo era con sus amigos. Con Sunny había sido un poco difícil distraer la atención de cómo lo había obtenido repentinamente. Pero un par de mentiras aquí y allá lo habían solucionado.

Mientras tanto Minho y Kyuhyun habían invitado el cine y la comida como parte de su festejo y ahora comían un par de hamburguesas en el centro comercial. La verdad es que no había hecho nada por mencionar el regalo de Yoochun, sin embargo le había sorprendido que ambos notaran que era un reloj nuevo.

Changmin, no muy acostumbrado a hablar de lo suyo con Yoochun había optado por hablar poco de tema y pronto sus amigos y él se habían enfrascado en una conversación diferente. Kyuhyun había mencionado que su padre les había conseguido unas entradas para ver el partido de baseball este domingo al medio día y Changmin se encontró haciendo un cambio de planes con Yoochun. Se iría mucho más temprano y pasaría el resto de la tarde con ellos.

Cuando llegó a casa, su padre le pidió que descansara un rato y luego se duchara para salir. Pensó que Taegu estaría en la cena, pero su padre había dicho que sería una noche solo para los dos. Cenaron, se divirtieron y su padre incluso le permitió conducir el carro un poco antes de llegar al restaurante. Se percató entonces que realmente no conocía a su padre y apenas empezaba a hacerlo.

Taegu aún no dejaba una gran impresión en él por el poco, casi escaso tiempo que llevaba conociéndolo, pero le agradaba que padre no intentara imponerle su presencia como le había pasado tantas veces con su madre. Cuando llegó a casa eran casi las once y media de la noche, se lanzó en su cama con un suspiro en la cama y por un momento observando el techo de su habitación se percató que su madre durante todo el día jamás había dado señales de vida.

Ni siquiera un simple mensaje.

Observó su celular y no se molestó siquiera en revisar su buzón de mensajes o llamadas, porque sabía que sencillamente no había nada para él ahí, por lo menos no por parte de su madre. No sabía si estaba bien sentirse así de vacío con respecto a ella, pero se había acostumbrado tanto a simplemente fingir que no le importaba, que no sabía si estaba fingiendo o realmente ya había dejado de doler.

El celular empezó a sonar, las letras de PYC se iluminaron y Changmin contestó con tranquilidad.

¿Puedes hablar o aún estás ocupado?

—Ya estoy en casa – Continuó mirando el techo de la habitación, esta vez con una sensación completamente agradable en el pecho — ¿Cómo sabes cuando llamar en el momento exacto?

¿Hmm? ¿Pasó algo?

—No, solo que a veces es bueno escuchar tu voz.

¿Has bebido? — Yoochun le habló con un poco de diversión y Changmin solo cerró los ojos, con un suspiró en sus labios — ¿Changmin? ¿Está todo bien?

—Que sí… Solo te extrañé hoy. Me hubiera gustado pasar el día contigo.

Lo harás mañana.

—Yoochun…

¿Hmm?

—Durante la cena le dije a papá que jamás había bebido y me dejó tomar varias copas de vino. Se reía mucho de mí. — Pudo escuchar la pequeña risa de Yoochun al otro lado y él solo continuó mirando el techo, esta vez incluso había estirado un poco su brazo y dejaba que la palma de su mano tapara la luz de su habitación — Quizá si estoy un poco bebido… Pero si no lo digo ahora de seguro no lo diré sobrio.

—Ok, empezaré a grabar esta llamada.

Idiota…

Changmin lo escuchó reír de nuevo y sonrió.

—Me gusta oír tu risa.

¿En serio? ¿Qué más te gusta de mi?

—¡Hey! Te estás aprovechando de mí.

Un poco. Pero es agradable escucharte decirme cosas dulces.

—¿Quieres que te diga cosas dulces?

Solo si realmente quieres hacerlo. Me gustas tal y como eres Changmin. Con toda y tu amargura.

Hubo un silencio, que ninguno de los dos luchó por romper pero que al mismo tiempo tampoco fue incómodo. Changmin se acomodó mejor en la cama, esta vez recostándose de lado mientras veía a Bomul dormir tranquilamente en su pequeña cama cerca del ventanal de su habitación.

—Bomul te extraña.

Podrías traerlo mañana. Yo también lo extraño.

—Ok, eso haré.

La verdad es que le gustaba hablar de nada y de todo a la vez, le gustaba que podían pasar al teléfono incluso sin hablar por largos segundos y aún así iniciar de la nada una conversación sin sentido. No habían momentos extraños en los que el otro quisiera colgar y no sabía como. Era simplemente como pasar tiempo juntos aunque hubieran millas de distancia ahora.

—Me gusta escuchar tu voz. ¿Podrías hablarme hasta quedarme dormido?

¿Y que quieres que diga?

—Cualquier cosa, podrías ponerte a contar ovejas y me daría por bien servido.

Changmin casi pudo imaginar la sonrisa en el rostro de Yoochun apenas lo escuchara decir aquello, y fue gratificante escucharlo hablar sobre la reciente película que acababa de ver. Su voz… quizá era la casa más absorbente que tenía Yoochun. Se acurrucó mejor en su cama y abrazó ligeramente una de las almohadas, en el intermedio de estar despierto y dormido casi sintió como si el mayor estuviera ahí. Hablándole de cualquier cosa aleatoria mientras él se quedaba profundamente dormido por el cansancio entre sus brazos.

Faltan 44 días.

Publicado en Fanfics

Corazón con Fecha de Expiración: Capitulo 16


Corazón con Fecha de Expiración

Tal vez el mar se enamoró de la luna

Capitulo Dieciséis

Dos días después Changmin estaba en la clase de matemática, singularmente sombrío y más callado de lo habitual, Sunny trataba de no hacerlo tan notable, pero ni el miércoles, ni el jueves Shim se había presentado en el Colegio, la mayoría no había mostrado gran interés en aquello, suponía que la huida de casa se había mantenido a raya. Movía un poco el lápiz en su mano y cada tanto lo miraba, como si pudiera encontrar las respuesta en su perfil inamovible; A simple vista Changmin parecía concentrado en la clase, pero no era así, él miraba constantemente el reloj en su muñeca, en realidad no era constante, era sutil, ella que lo miraba cada tanto podía notar el movimiento.

No habían hablado, Changmin había llegado inusualmente tarde, había pedido permiso y luego se había sentado a su lado como de costumbre, cuando él había llegado la maestra de matemática ya tenía unos quince minutos explicando la clase y Sunny no pudo realmente conversar con él, menos escuchar su voz más que en aquel saludo escueto desde la puerta del salón.

—Deja de mirarme.

No había sonado molesto o apático, pero había logrado que ella se enderezara tensa al verse descubierta y quizá por ser tan evidente, bajó un poco la mirada a sus inentendibles notas y murmuró — ¿Está todo bien?

—Ahora lo está.

Changmin no volvió a hablar, y tampoco le dirigió la mirada en algún momento de su corta frase pero Sunny por algún motivo se sintió un poco más aliviada. Notó que su rostro no se veía tenso ni exasperado, más bien parecía relajado y levemente descansado.

—Sunny.

Dejo de mirarlo pero sonrió levemente cuando notó la pequeña comisura en los labios del otro y la manera en la que negaba casualmente y tomaba notas, cosas que por cierto ella no estaba haciendo, cuando finalmente se decidió hacerlo y tomó el bolígrafo entre sus manos la maestra habló.

—Bien clase, me alegra que les haya quedado claro.

Sunny abrió los ojos pasmada: ¿qué?

Suspiró derrotada, tendría que copiarle los apuntes a Changmin en el receso y rezar a todos los dioses porque pudiera explicarle y contarle todo lo sucedido en estos dos caóticos días. Bueno él podía, ella esperaba poder entender la clase de hoy sin distraerse con las anécdotas de su mejor amigo.

—Entonces enloqueció por completo.

—Enloquecer es poco.

Changmin tomó un poco del jugo en sus manos y Sunny continuó copiando velozmente de sus apuntes, tratando de al menos llevar el cuaderno completo y ya luego ver como se reunían para poder equiparar lo que no escuchó de la clase, que honestamente no era nada nuevo en ella.

—Pero ¿iba en serio lo de mandarte a uno de esos “centros de rehabilitación”?

—Obviamente si. Escucha, la noche anterior me dijo de todo. Bueno, más bien nos dijimos de todo. Pero cuando Yunho me llevo al departamento de mi madre, los dos estaban ahí y ella se puso histérica, gritaba y me amenazaba con encerrarme si era necesario.

Sunny parpadeó un par de veces, dudando si decirle que honestamente su madre le dio bastante miedo desde el interrogatorio en dirección, pero prefirió que no. Rara vez Changmin era así de comunicativo, así que decidió dejarlo ser y escuchar atentamente.

—¿Y tu papá?

—Pues él… se portó bastante bien —repentinamente Changmin había bajado un poco su tono mirando la botella que sostenía entre sus manos— Me sorprendió honestamente.

—¿Te apoya?

—Si, hablamos mucho ayer y me dijo que no le hiciera caso a las locuras que estaba soltando mi madre. Que seguramente era por el calor del momento, pero honestamente el calor del momento no es la expresión exacta para lo que tiene.

—¿Hmm?

¿Entonces lo apoyas? ¿Te has vuelto loco Hyunsik?

Deja la histeria de una buena vez, es tu hijo. Por dios, ¿por qué te tiene que importar si es hombre o mujer? Deja la hipocresía.

Changmin solamente bajó la cabeza un poco, los había escuchado discutir de pequeño y esto solo revolvía recuerdos que no tenía la intención de mover de su lugar. Las manos de Yunho se posaron sobre sus hombros, y él sentado como se encontraba elevó un poco la mirada, solo para encontrarlo mirando preocupado a sus padres. Era diferente verlos discutir y sentirse al menos un poco menos solo.

Claro mete a dios para defender su porquería.

La voz repleta de desprecio de Yonhee le revolvió el estómago.

Se acabo, yo no tengo porque seguir discutiendo contigo. Es la razón principal por la que me divorcié de ti. Y mientras no cambies de opinión, Changmin se irá conmigo.

Esta bajo mi custodia.

La voz de ambos se había vuelto fría, a través de miradas desafiantes.

¿Iba a ser así? ¿Siempre iba a ser así?

Tiene más de dieciséis años. Puede decidir con quien irse.

Frente a un juez, mientras tanto, él se queda conmigo.

Changmin se preguntó si así habían sido las discusiones de sus padres, aquellas que él no había alcanzado a escuchar. Indagó en sus pensamientos por si recordaba algo así, se cuestionó seriamente por si así había sido de peleada la custodia. ¿Cuál era la razón de su madre por mantenerlo junto a él? ¿Porqué si lo despreciaba tanto y lo había ignorado por más tiempo incluso, se empeñaba en retenerlo a su lado?

Debía admitir, desde la parte más profundo de su interior, que lo lastimaba.

Sus palabras, su ausencia, su falta de cariño. Todo en ella lo hería, todo de ella lo hacía sentirse vacío. Inútil, mal querido, abandonado. No importa cuan fuerte fuera la coraza que había creado con los años, ella ya lo había herido bastante. Lo suficientemente hondo como para sentir que no había vuelta atrás. Y no importa lo mucho que se repitiera así mismo que no necesitaba su cariño, eran incontables las noches que había pasado abrazado a su almohada llorando.

Tenía catorce años cuando dejó de llorar. Aún puede recordarlo con claridad. Decidió no permitirle dejar que lo siguiera hiriendo, pero muchas veces solo se hundía y fingía que nada pasaba. ¿Sabía ella lo mucho que lo había lastimado? ¿Le preocupaba acaso?

Miró a su padre gritaba todavía, sus expresiones lucían desgatadas, como si realmente empezara a desesperarse, mientras que su madre estoica, cruzada de brazos respondía con toda la frialdad del mundo, y a ratos volvía perder la presencia y sus gritos eran aún más fuertes.

Respiró hondo, y se levantó. Harto de todo esto, harto de ella.

Me iré con papá.

¡No te..!

Evitalo y ventilaré toda tu vida privada en el juicio, todos tus amantes, todas las veces que me dejaste a solas con completos desconocidos que ni tu conocías bien ¿sabes siquiera lo peligroso que es eso para un niño pequeño?

Jamás te paso algo.

¿Y tenía que pasarme para que tomaras medidas de prevención? —Changmin esta vez volvió a agarrar la maleta sobre su hombro y la miró con más frialdad de la que estaba acostumbrado —Grita, patalea has lo que quieras. Pero me encargaré personalmente de que quedes como lo peor en el juicio y que cada persona en esta ciudad te conozca tal y como eres.

Era de esperarse —Yonhee lo miró una vez más con repudio, arrugando mucho la cara— Tenías que heredarlo, ¿no es así? Ni porque evité su presencia en tu vida, pude evitar que heredaras lo peor de él —Changmin estaba francamente confundido, no podía terminar de entender lo que sucedía, pero antes que pudiera hacer algo, Yonhee emprendió camino a su habitación — ¡Está bien! ¡Si quieres marcharte, vete! Yo personalmente te ayudaré a empacar, cariño.

Los tres hombres en la sala se miraron confundidos, la mujer hablaba llena de ironía, y Bomul había aparecido corriendo directo a sus piernas asustado, fueron hasta la habitación del menor y la mujer había abierto el ventanal del pequeño balcón.

¡Así es como me pagas que haya intentado hacerte alguien decente! ¡Pues lárgate! ¡Pero no te llevas nada de aquí!

Era impresionante la manera en que llena de ira, Yonhee simplemente lanzaba por el balcón las pertenencias de su único hijo, la guitarra, su ropa, su computadora. Hyunsik quiso acercarse a detenerla, pero Changmin a punto de echarse a llorar, solo tragó duro y respiró hondo.

Déjala.

Changmin fue el primero en salir de la habitación, agarró a Bomul fuertemente y se concentró en salir de ahí sin mirar atrás. El perro hacía pequeños sonidos entre sus brazos, aparentemente asustado por tanto escándalo, pero Changmin solo lo abrazó fuerte y empezó a picarle con fuerza al botón del ascensor, necesitaba salir de ahí, o sentía que se ahogaría en cualquier momento.

Había cosas que Changmin prefería guardarse, esta era una de ellas. Observó a Sunny copiar de sus apuntes, no había notado que por un momento se había perdido en sus pensamientos y fue mejor así. Necesitaba pasar página a ese episodio cuántos antes para sentir que al menos ya no lo hería cada que lo repasaba en su memoria. Y que el abandono de su madre iba a ser cómo lo había sido siempre, solo que ahora ella tenía la oportunidad y justificación para no verlo más.

Entre las muchas cosas que pensó durante la primera noche en casa de su padre, fue que probablemente la razón por la que luchó por quedarse con él, fue para lastimar a Hyunsik. Sin embargo y aunque su padre no había querido hablar mucho del tema, parecía haber estado equivocado acerca que ninguno de los dos quiso su custodia, más bien fue una batalla bastante intensa en la que Yonhee salió victoriosa. Y luego los viajes constantes de negocios de su padre no lo beneficiaron demasiado.

Otra cosa que le quedo dando vueltas constantemente en la cabeza había sido aquello que su madre había mencionado como lo heredado, no podía hacerse una idea concreta de a lo que se refería, pero tampoco había querido darle demasiadas vueltas al asunto.

Miró su celular apenas sonó en el bolsillo de su pantalón y notó que Sunny, mordiendo la parte superior de su lápiz, tratando de comprender las fórmulas, ni siquiera lo había notado.

¿Almorzamos?”

Sonrió, porque había pasado los dos días, últimamente solo en conversas a través del celular con Yoochun y hoy no había tenido clases con él. Así que escribió un breve “Si” y volvió a guardar el celular. Yoochun debería saber que sería en la terraza, al menos no veía conveniente que se vieran en algún salón o en la sala de profesores, siendo que Junsu parecía ignorar su presencia por completo y aún no se sentía muy a gusto con él por ahí.

—Tengo que ir a hablar con los profesores sobre mis días de ausencia, y tareas para complementar las notas que me faltan.

—¿Eh? Creí que pasaríamos el receso juntos.

Sunny levantó un poco el rostro y lo miró un tanto desanimada.

—Puedes ir a mi nueva casa y te explicaré lo que haga falta.

Ella sonrió emocionada, sabiendo lo mucho que le encantaba sentirse parte de su vida.

—Está bien, pero más te vale cumplir.

Changmin solo agitó su mano en señal de despedida, apresurando un poco el paso a pesar que no era necesario. Sunny sonrió divertida. Era bueno verlo más tranquilo, aunque estaba segura que no le había contado todo, una parte de ella se sentía mucho más aliviada al verlo un poco más suelto con ella, incluso mucho más desde la primera vez que habló con él o le tuvo algún tipo de confianza. Y esperaba que siguiera siendo así.

Los dos últimos días los había aprovechado para hablar con su padre, mucho en realidad. La relación con Hyunsik siempre había sido algo distante y luego de haberlo dejado a solas durante un buen rato, Hyunsik había decidido entrar en su habitación el jueves en la mañana y lo había invitado a desayunar fuera. El miércoles entero había sido un caos y su padre parecía haberse tomado el día libre, rara vez lo hacía, es más Changmin no tenía muchos recuerdos de aquello, por lo que recostado en su cama, había suspirado y accedido a los intentos de su padre por crear algún tipo de relación que no tenían.

Pero Changmin se sentía agradecido por dos situaciones: la primera haberlo sacado de ese infierno, el cual había empeorado en cuestión de horas tan solo y segundo por al menos intentarlo. Intentaba algo que no había hecho antes y quería hablar con él, resumir cosas de su vida que no existían, pero Changmin se lo iba a permitir, Yoochun había dicho que la virtud de las personas está en el resarcir sus errores. Si en el fondo sentía que lo merecía, Changmin podría al menos darle la oportunidad, después de todo, su padre se la había ganado.

Las siguientes horas, su padre había evadido el tema gentilmente, no quiso hablar demasiado de Yonhee pero también era cierto que en algún momento lo había abrazado por los hombros y le había pedido perdón, no lo había mirado a los ojos, parecía realmente incómodo diciendo aquello, como si no estuviera acostumbrado a hacerlo. Y Changmin sonrió, porque finalmente su padre y él se parecían demasiado.

No esperó demasiado y tampoco exigió de más, porque sabía por experiencia propia lo difícil que era, pero Hyunsik parecía dispuesto a intentarlo y Changmin se descubrió queriendo aprender cosas de él. Hyunsik es un hombre inteligente y exitoso. Había cosas buenas que él podía aprender su padre y dejó que le hablara de su trabajo, de sus viajes, que le preguntara por sus clases y que por primera vez en mucho tiempo hablaran de verdad sobre un tema que no se quedaba a medias solo porque su madre estaba por llegar y prefería evitarla.

Changmin nunca criticó esa actitud de su padre, pero hoy más que nunca la entendía.

Cuando abrió la puerta, Yoochun estaba cerca de la reja con un pequeño paquete de galletas saladas, esas que tanto le gustaban a Kyuhyun. Se acercó tranquilo, con una pequeña sensación tonta en el pecho, así que al llegar tomó una de las galletas y Yoochun giró en su dirección.

—Hola.

Changmin sonrió, mirándolo de regreso. —Hola.

Ambos volvieron a mirar hacía el patio donde varios estudiantes caminaban de un lado a otro, fueron largos segundos de silencio y en alguno de ellos Yoochun regresó a mirarlo, su perfil tranquilo y relajado, la manera en la que no parecía inquieto por mantener algún tipo de conversación o contacto. Yoochun descubrió que esa madurez de Changmin era quizá lo que más admiraba en él. Saber que no era el lugar y que aún así podía disfrutar junto a él simplemente con su compañía.

Yoochun se lo reprochó así mismo por un instante, el sentirse tan terriblemente expuesto al notar que tan solo su presencia podía provocar escalofríos en su cuerpo entero y que definitivamente era muy tarde para dar un paso atrás.

—Cuando Dolores Veintimilla escribió Quejas, con un dolor tan intenso, muchas personas dijeron que hablaba desde el dolor que la traición de Galindo le provocó. Yo siempre he creído que más bien era el dolor de un amor herido, de haber amado tan profundamente y sentir que a pesar de todo, a pesar del coraje por la traición, de la rabia y el amor profundo que profesa, ella estaba herida, el amor que ella había sentido de pronto era nada.

Cuando Changmin giró hacía él, el mayor miraba una vez más entre las rejas y Shim entonces susurró.

—No lo he leído.

—Deberías, es uno de los poemas de amor que más se me han quedado en la memoria. Describe de la mejor manera lo que es empezar a estar enamorado, estarlo y luego ser simplemente abandonado.

—Ella es la poetiza que se suicidó ¿verdad?

—Si.

—¿Fue…?

—Fueron muchas otras cosas también.

Yoochun giró, le sonrió y Changmin sintió que asentir era lo adecuado, no estaba seguro de lo que debía hacer en ese instante. Yoochun había querido simplemente pasar un rato con él, y Changmin sentía que a pesar de ser solo dos días, lo había extrañado. Que aunque había hablado con él estos dos días, lo había extrañado. Que incluso si se marcharan ahora, dentro de un par de horas, lo extrañaría.

Esta sensación amarga y difusa que se le acrecentaba en el pecho cuando no estaba ¿era amor?

Sunny había dicho siempre cosas hermosas del amor, la poesía hablaba de amores dolorosos o intensos. La forma de amar que tenían en la literatura era siempre profunda y sistemática. Su madre no le había enseñado nada al respecto y a su padre sentía que apenas lo estaba conociendo.

—¿Qué es el amor para ti Yoochun?

Changmin no dejó de mirar su mano, quería tomarla al menos unos segundos. Aunque internamente se quisiera ahorcar por tener esos pensamientos tan desgastantes y esas emociones tan cursis.

—¿El amor?— Yoochun sonó dudoso, miró a Changmin y sonrió al notar su mirada, así que aprovechó para estirar su manos hasta él y apretar su mano entre la suya, el menor lo miró a los ojos entonces y continuó esperando su respuesta— Lee Quejas, y podremos discutir lo que es el amor.

—No me gustan los poemas de amor —Yoochun entonces lo miró curioso— Siempre he creído que sobre dimensionan el amor.

Esta vez Yoochun rió divertido, apretó un poco más su mano e incluso se acercó un poco más.

—Léelo, y mañana si gustas podremos pasar el día entero juntos ¿te parece?

Changmin no quiso emocionarse, mucho menos demostrarlo y de hecho no pasó. Simplemente asintió y con un susurro tranquilo le contestó que “Si” , por lo que Yoochun volvió a sonreírle y comiendo la ultima galleta del paquete empezó a caminar hasta la puerta de la terraza.

—Volvamos, pronto sonará la campana y tengo que preparar la siguiente clase.

—¿Ya? —Changmin se sorprendió así mismo cruzándose de brazos y frunciendo el ceño— Pensé que estaríamos un rato más.

—Has sido tú el que se distrajo, sabes que el receso no dura demasiado.

Yoochun no lo hizo sonar como un reproche, es más lucía divertido. Abrió la puerta esperando que Changmin saliera y el otro solo rodó los ojos, empezando a caminar, sin embargo cuando estuvo cerca de la puerta Yoochun la cerró de nuevo y jaló de su corbata hasta dejarlo muy cerca de él.

—Perdió mi pobre corazón su calma, desde el fatal instante en que te hallé.

Changmin abrió los ojos y pronto la boca de Yoochun estuvo sobre la suya, reaccionó dos segundos después, con las palabras de Yoochun todavía dándole vueltas en la cabeza. Su corazón se agitaba mal intencionado, dándole la espalda a la razón, que buscaba controlarse y no alborotar sus sentidos tan solo con palabras bonitas y besos lentos que sabían a despedida. Quería aferrarse a él para siempre y por eso deslizó sus brazos por encima de los hombros y se apegó un poco más a él.

Yoochun fue el primero que se separó. —Vamos— Y actuó como si el beso no le hubiera quitado un poco del alma mientras Changmin solo rodó los ojos y empezó a bajar los escalones, decidió que sería una costumbre que tan solo verlo caminar le revolvía el alma, que su cabello moviéndose en el viento no lo hacían sentirse como en una película de amor antigua y que sus instintos no gritaban de vez en cuando por que viviera aferrado a sus brazos.

Cerca de las dos de la tarde, Yoochun se topó con Junsu. Su ropa no era la habitual que llevaba para dar clases y llevaba incluso una pequeña maleta en la espalda, muchas veces pensó que cuando aquello pasaba en las series que solía ver por la tarde era algo un poco ilógico, dos personas no se podían paralizar por segundos enteros sin decir palabra alguna y mirándose el uno al otro sin parar, hasta que le pasó.

Junsu fue el primero en respirar profundo y continuar caminando, desviando por completo la mirada.

—Junsu…

—Déjalo ser Yoochun.

Por un instante Yoochun pensó que Junsu diría algo, pero Kim parecía molesto incluso consigo mismo, probablemente por no haber podido decir nada en contra suyo, quiso decir algo más, pero no estuvo muy seguro de hacerlo. Sin embargo luego de un par de pasos, Junsu giró, y lo volvió a mirar, de una forma más determinada.

—¿Sabes cuál es el problema? Que a pesar que sé que todo lo que haces está mal, que debería denunciarte sin miramiento alguno, que estoy renunciando a ser el remplazo de Minhee porque no tolero la idea de estar en el mismo sitio porque evidentemente no es correcto, aún así lo estoy ocultando. Prefiero irme, que delatarte.

Quiso tener las palabras correctas en ese momento, ¿un gracias serviría de algo? ¿sería lo correcto? Junsu no lo entendía, quizá no lo iba a entender jamás, pero aún así lo cubría. Entonces, ¿qué esperaba escuchar de él? Trató de analizar un poco lo que le pasaba. Lo que los ojos y la actitud aprehensiva de Junsu le exigían, pero no pudo y Junsu solo sonrió, aún levemente estirado hacía él y hablando en susurros.

—Lo suponía. — ¿Suponía? ¿Suponer qué? Yoochun no pudo terminar de aclararse, porque Junsu volvió a respirar hondo y pasó una mano por su cabello — Ese niño está enamorado y es evidente que tú de él. La diferencia es que tu eres ¿el primero? Podrá cambiarte cuando le de la gana como dice Jaejoong, pero yo lo veo más bien, debido a que Changmin no es como lo demás, que tu tuviste la oportunidad de aprender y amar a muchos más, él está comprometido con algo que no termina de comprender. Y pasará, porque en algún momento querrá vivir, me pasó a mí, te pasó a ti, nos pasa a todos. Y eso del primer y único amor, no existe. Porque la gente se encuentra y se reencuentra una y otra vez.

Lo escuchó, por primera vez lo escuchó como si sus palabras fueran algo dulce, como si unicamente buscaran su bien. No dijo nada porque no había nada más que decir, porque en el fondo, era algo que él también había pensado.

—Al final es tu decisión. Pero a veces no morimos por esperar un poco más y que las cosas fluyan como debe ser, finalmente cuando algo tiene que ser escondido, le resta todo lo bueno que le puede ser ofrecido. — Yoochun por primera vez bajó la miada y Junsu sonrió amargamente – Mírame a mi, soy todo un idiota. Dándote consejos, por favor… — Junsu exhaló una última vez y mordió su labio inferior un poco, intentando tomar valor – Al final… creo que si me habías empezado a gustar.

Regresó a sus ojos, sorprendido ante sus palabras, pero el menor ya le daba la espalda y había empezado a caminar.

—Adiós Yoochun.

Aquella sería la última vez que vería a Kim Junsu.

Y algo en su interior le dijo, que podría haber hecho las cosas mejor.

Circles sonaba dentro del departamento, y Changmin dejó que Kyuhyun le subiera el volumen a los parlantes mientras terminaba de poner los snacks uno sobre otro para llevarlos a la sala, Kyuhyun tenía un cierto tipo de obsesión con la canción y Changmin había aprendido que era mejor dejarlo ser hasta que se le pasara que presionarlo para que lo superar porque sino se pondría más intenso.

Minho empujaba a Kyuhuyn mientras sostenía el mando de la consola y el otro lo empujaba de regreso, Changmin fue luego por las bebidas y las dejó sobre la mesita de centro. Cuando por fin se pudo sentar en el sillón diagonal a ellos revisó su celular, dudaba entre escribirle o no a Yoochun puesto que ya habían quedado de pasar el sábado en el departamento de él viendo películas y cocinando. Extrañamente aquel plan tan pasivo, era del total agrado de Changmin y seguramente se quedaría a dormir con él.

Sunny le había escrito en la tarde para ir cerca de las seis, pero al tener a sus amigos sin intenciones de abandonar el lugar decidió que mejor se vieran el domingo. Por obvias razones era mejor que por el momento Kyuhyun y ella no se toparan. Volvió a entrar a la mensajería de su celular y bebió de la botella en su mano, quería escribirle, pero no quería ser intenso como muchas de las novias que había tenido Kyuhyun, pero quería escribirle. Y se sintió estúpido una vez más. Dignamente, guardaría el celular en su bolsillo y continuaría con su tarde.

—Bueno ya, ¿al final que pasó con tu mamá Minho?

—¿Eh? — Choi lo miró de reojo, negándose a dejar que Kyuhyun ganará la partida – Bueno, pues… hablamos, fue bastante comprensiva la verdad. Me hablaba con tanta delicadeza como si fuera a salir corriendo de ahí en cualquier momento. De hecho quería hacerlo, digo, moría de vergüenza – Los tres rieron ante sus palabras y Minho miraba de vez en cuando de reojo a Changmin para que no notara que realmente estaba más concentrado en vencer al mayor – Y pues luego me preguntó si estaba o había tenido con alguno de ustedes.

—¡Les dije que estar siempre juntos hacía a la gente sospechar de nuestra joteria!

Changmin rió divertido, Kyuhyun ni siquiera había despegado sus ojos de la pantalla.

—¡Gané! —Minho levantó uno de sus brazos y Kyuhyun solo bufó, empezando a comer un poco de papas que Changmin había traído – Y bueno, luego vino lo más traumatizante de todo. Ya saben que mamá es enfermera. Así que empezó a hablarme de enfermedades sexuales, protección y presión social.

Los tres habían dirigido su mirada hacía él y Minho había abierto uno de los refrescos.

—Me dijo que iba a ser duro, porque había mucha gente idiota en el mundo. Pero que siempre podía contar con ella y que el resto de estúpidos se jodiera.

—¿Literal?

—¡SI! — Minho incluso lucía entusiasmado – Jamás la había escuchado decir groserías. La amé.

Changmin sonrió, Minho tenía mucha suerte.

—Bueno, deberías sentirte afortunado Minho – Kyuhyun había pasado un brazo por los brazos del menor – La madre Changmin enloqueció y mi padre seguramente me mata a golpes, pero al menos uno de nosotros nos brindará refugio si nos llegan a botar. Bueno, de hecho sería solo yo. A Changmin más que sea su padre lo apoya. ¡Que viva el divorcio!

Changmin negó divertido ante las palabras de su amigo y agradeció que al menos hoy no estuvieran tan interesados en saber de su relación con Yoochun, porque le resultaba extraño estar contando todo lo que pasaba a su alrededor. Suponía que una gran parte de eso se debía a que ya lo conocían, y eso aplacaba un poco su curiosidad.

No había notado que Kyuhyun había bajado un poco el volumen a la música. Y cuando Kyuhyun lo retó a una partida, Changmin empezó a olvidar por completo el caos que era su vida desde hace unos días atrás. Su padre le había permitido sin problema que estuvieran en la sala mientras él trabajaba en el estudio. Se sentía en libertad, pero a la vez sutilmente vigilado. Y era extraño, no estaba acostumbrado a ello, pero se sentía de alguna manera agradecido.

La gente valoraba cosas cotidianas, cuando jamás había tenido acceso a ellas.

Yoochun caminó hasta su puerta en cuanto escuchó el timbre, extrañado porque usualmente solía llamar por el intercomunicador cuando llegaba alguien al edificio, y no habían demasiadas personas que pudiera pasar así de fácil por orden de él. Así que cuando la abrió no se sorprendió demasiado de ver a Jaejoong ahí.

—¿Podemos hablar?

Jaejoong no había necesitado decir algo más, Yoochun le había abierto la puerta de su departamento y ambos se habían sentado en los sillones de su sala de estar. Jaejoong lucía un poco incómodo, sin embargo era obvio que entre ambos no solía ser así, por lo que se sacó la chaqueta que llevaba y suspiró.

—Tenías razón. He estado pensando mucho en ello, y es cierto, aun tengo la espina de Yunho clavada en el interior, nunca ha dejado de ser – Yoochun quiso disculparse por lo de aquella vez, pero Jaejoong solo levantó su mano derecha y él calló – Escúchame primero. A pesar de lo que acabo de decir, sigo creyendo por múltiples razones que ya ni siquiera vale la pena discutir, porque tú ya las tienes que haber analizado, que todo lo que estás haciendo es un gran error. Sigo firme en que no deberías hacerlo. No me pidas que te escuche o que te de consejos, porque eso no va a pasar. Pero puedes contar conmigo, siempre has podido, aunque a veces me haya comportado como un idiota, lo hecho por tu bien. Sin embargo entiendo que tampoco puedo obligarte a hacer lo que yo creo correcto.

La voz de Jaejoong se vio un poco amortiguada en sus últimas palabras ante el abrazo repentino y fuerte de Yoochun, se relajó entre sus brazos y suspiró hondamente antes de devolver el gesto como tal. Su cabeza y sus ideas aún daban demasiadas vueltas, pero sabía y comprendía que a pesar de todo, no podía estar lejos de él.

—Gracias. Sabía que volverías a mí.

—Eres un estúpido.

Jaejoong sonrió ante el tonito burlón de Yoochun, pero se sintió aliviado por igual.

Tenía muchos miedos alrededor de toda esta situación, pero al mismo tiempo temía por lo que podría ocurrir, si él no se encontraba cerca, para poder acudir hasta él. Y aún así, tenían una larga charla pendiente.

Alrededor de las nueve de la noche, luego de que padre comprara pizza para todos y sus amigos finalmente se marcharan , Changmin aprovechó para tomar una ducha rápida y poder investigar el dichoso poema del que tanto le había hablado Yoochun. Tomó la tablet y se sentó en el pequeño mueble bajo la ventana de su habitación. Bomul no tardó en sentarse sobre sus piernas y afortunadamente se quedó quieto.

Estaba por empezar, cuando su padre golpeó bajamente la puerta y se asomó.

—¿Ya vas a dormir?

—En realidad pensaba leer un poco.

—Me alegra. — Hyunsik se sentó cerca de sus pies en el sillón y le sonrió – Y me alegra aún más que tus amigos vengan a divertirse, alguno de ellos…

Changmin sonrió, divertido al recordar las palabras de Minho y Kyuhuyn.

—No, papá. Ninguno de ellos. Algún día si es algo más serio te lo contaré.

Hyunsik no quiso insistir, quizá para darle un poco de intimidad. Changmin prefirió que fuera así, no quería mentirle, no a él. No ahora que se estaba comportando tan bien con él, que intentaba una buena relación entre ambos. Y eso en el fondo, le dejó un sabor amargo en la boca. No podía querer a Yoochun como quería, pero aún así lo quería. Y tenía miedo que en algún punto aquello los llegara a cansar.

—Bien, ¿tienes planes para mañana?

—De hecho… bueno, pensaba pasar el sábado con él.

Changmin se sintió un poco tímido, extrañamente tímido porque era la primera vez que hablaba de Yoochun con alguien más a parte de sus amigos e incluso el estómago entero parecía revolverse.

—Ya veo. Entonces ¿agenda ocupada?

—Creo, ¿por qué?

—Pensaba que saliéramos a cenar, quiero presentarte a alguien.

Por un momento creyó que estaría bien. Su padre quería involucrarlo en su vida, quería ir despacio y por eso se lo avisaba con antelación e incluso no se lo había mencionado de inmediato.

—El domingo estaría bien, quedé con Sunny en la mañana, pero podemos salir a cenar en la noche.

—¡Perfecto! —Su padre le mostró una amplia sonrisa —Entonces haré la reservación. No te desveles mucho. Aunque mañana es sábado, así que se libre de amanecerte si te da la gana – Hyunsik tomó su rostro y besó rápidamente su frente, fue un gesto pequeño y aún así Changmin lo sintió tan cálido – Todo va a estar bien, hijo. Lo prometo.

Changmin asintió, mirando como su padre abandonaba la habitación y Bomul apenas y se había movido un poco cuando su padre en señal de despedida lo acarició suave. Regresó su mirada a la pantalla y encontró el poema con facilidad. Recuerda que en algún momento de la noche empezó a llover, quizá fue cuando su padre entró en la habitación, quizá antes, tal vez después.

Pero en algún punto mientras leía, sintió que el pecho se llenaba de una sensación cálida, el estómago volvió a revolverse y se sintió terriblemente atacado. Como si quisiera apretar fuertemente sus manos o tapar su rostro con ellas y ocultarse por completo. Abrazó a su pecho la tablet y se encogió levemente.

Yoochun idiota…

Abrumado y avergonzado por igual.

Mil veces sorprendiste, madre amada,

en mi boca un suspiro abrasador;

y era él quien lo arrancaba de mi pecho;

él, la fascinación de mis sentidos;

él, ideal de mis sueños más queridos;

él, mi primero, mi ferviente amor.

Faltan 51 días.

Publicado en Fanfics

Corazón con Fecha de Expiración: Capitulo 15


Corazón con Fecha de Expiración

Explosión de Corazón

Capitulo Quince

Changmin tenía un sonrisa impregnada en los labios, la más hermosa de las sonrisas.

Porque sonreía de esa manera juguetona y afable que lo hacía sentir fuertes escalofríos en el cuerpo entero. Lo besaba entre ratos mientras se encontraba sobre él, con el cuerpo balanseándose sobre el suyo y su piel desnuda. Yoochun acarició su espalda, levemente sudorosa y masculina. Tenía un sentimiento atrapado entre el pecho y la garganta, unas palabras que no terminaban de salir y lo hacían ocultarse de la realidad a través de sus ojos.

—Deja de pensar.

Changmin acarició su sien, sutilmente tratando de despejara su mente.

—No pienso, te siento.

Shim volvió a sonreír, sus labios atrapando su boca y su alma con tan solo otro gesto. Es como si Changmin viviera a través de sus palabras. Como si no supiera lo peligrosas que son las personas que leen, como si no supiera lo bien que saben usar sus palabras. Y extrañamente Yoochun sentía que a pesar de todo, las usaría todas con tal de verlo sonreír otra vez.

Sostuvo con fuerza su cadera y lo giró con firmeza, logrando que quedara boca arriba, sobre la cama. El pequeño gemido que Changmin ahogó con esfuerzo se esparció dentro de su habitación. Y volvió a entrar lentamente en él, lentamente buscando que no pudiera callar más. Changmin arqueó su espalda y echó la cabeza hacia atrás. Dolía, ardía, escocía. Pero quemaba más dentro de su pecho, sostuvo sus manos sobre los hombros de Yoochun, sin detenerlo, solo para poder respirar entre embestidas, escuchando los graves jadeos del mayor.

Cuando la lengua de Yoochun pasó por la extensión de su cuello, Changmin abrió los ojos. Fue electrizante y prácticamente tembló.

—¡Espera!

Su voz sonó casi como un grito, pero no tuvo cabeza para la vergüenza en ese momento.

Su cuerpo se movía por si solo, y tragaba con dificultad.

—Necesito que entres más… Yo…

—Voltea.

Changmin apenas pudo levantarse poco, la mano de Yoochun atrapó su quijada y besó su boca con hambre una vez más. Nunca lo había besado así, ni siquiera él sabía que podía besar así. Pero quería besarlo así la vida entera. Respiro hondamente y giró, la cara contra la cama y Yoochun tocando sus piernas, abriéndolas despacio. Exasperandolo una vez más.

—¿Me sientes?

Volvió a sentirlo dentro, despacio, sus piernas podían sentirlo, y cuando sintió el leve cojín siendo colocado bajo su ombligo las manos de Yoochun rozando su piel lo hicieron estremecerse. Lo sintió como nunca antes y apretó las sábanas con sus manos. Quería gritarle que se moviera más rápido, más hondo, pero esa pequeña parte racional no se lo permitía, estaba tan expuesto, tan entregado a él. Que aún quería algo para él.

—¡Maldita sea! ¡Claro que si, muévete carajo!

Escuchó la pequeña risa de Yoochun y la forma que mordía su oreja. Las manos del mayor se posaron en su cadera y pudo sentir el vaivén de su cuerpo masculino rozando una y otra vez el suyo. Sintió las malditas mariposas en el cuerpo entero, quería dejar de gemir tan fuerte, quería no verse tan virgen en su primera vez, y aun así todo se fue al demonio cuando su cabeza se levantó con fuerza y sintió la efervescente sensación del orgasmo, degollando su parte racional y haciéndolo estremecerse por completo.

Cree haber gritado, no gemido. Pero ya no lo recuerda bien. Solo quedó débil, un poco suelto y con los gemidos de Yoochun trayéndolo a la realidad poco a poco. Sentía su cuerpo como si fuera gelatina, sin una minúscula prueba de que hubieran huesos dentro de él, pero cuando Yoochun gimió con fuerza, él solo sonrió una vez más. Los recuerdos luego de aquello son esporádicos y un poco discontinuos porque recuerda haberlo tenido sobre él unos segundos y luego a su lado, poniendo un poco de cabello tras su oreja, diciéndole algo que no escuchó y él solo contestó con una sonrisa. Maldito cuerpo virgen que no aguantó más de una ronda.

—Señorita Lee, necesitamos que entienda la gravedad del asunto.

Sunny miró de un lado a otro, frente a ella el director la miraba fijamente, como si pudiera leer su mente o algo parecido. La madre de Changmin se veía absolutamente imponente ante sus ojos, y tenía el ceño fruncido, cruzada de brazos, intimidándola más si fuera posible. Había llegado esa mañana con la preocupación de que aquello pasara. Changmin no aparecía desde la madrugada, y jamás le contestó a ella o a sus amigos.

Entonces, cerca de culminar la primera hora había sido llamada a dirección. Interrogada sobre la ubicación de Shim o sus amistades y ella había dicho lo que sabía, Minho y Kyuhyun eran sus amigos más cercanos, los únicos a parte de ella, puesto que en el Instituto no se llevaba bien con nadie más. Y evidentemente y por lo que había medio escuchado la mujer ya había estado en la casa de los dos muy temprano en la mañana para verificar que no estuviera ahí.

—Lo entiendo, director. Pero no puedo decirle más, porque no sé donde se encuentra.

—De acuerdo —el hombre sonó parsimonioso— Entonces podría decirnos de algún otro compañero que pudiera ayudarnos.

—Changmin no le habla a nadie más que a mi o al profesor Park.

—¿El profesor que le da las tutorías?

—Si, el profesor Park.

La mujer la miró adustamente, y luego reclinó su mirada sobre el hombre —¿Podríamos hablar con él? Quizá haya notado algo fuera de lo común en Changmin.

—El profesor Park está ausente desde el día de ayer por enfermedad, y hoy tampoco se ha presentado.

La mujer bajó los hombros, como si se le agotaran las oportunidades y Sunny se preguntó si ya habría hablado con Yunho, el primo de Changmin. Sin embargo no quiso darle más información de la necesaria puesto que Minho le había dicho que seguramente estaba con su pareja. Le pidió ser cuidadosa con la información que daba, y que sino se comunicaban con él hasta el medio día ellos mismos hablarían con la madre.

—Corazón… —Sunny sintió aquella palabra tan llena de hipocresía, no logró explicar porqué, pero la sintió tan falsa en cuanto salió de su boca— Yo sé que ustedes a esta edad creen en el amor y todas esas cursilerias, pero tienes que entender que Changmin es menor de edad todavía. Y no puede fugarse de casa simplemente porque no acepto que este con… esa persona. Es algo que tenemos que hablarlo.

—Yo… —La mujer la miró con astucia— Ni siquiera sabía que estaba saliendo con alguien.

La mujer afiló su mirada y sus facciones cambiaron de afabilidad a molestia casi de inmediato.

—No mientas, tu y sus otros dos amigos deben saber de quien se trata.

—No. No lo sé, señora. Y francamente me está incomodando. ¿Puedo ya irme a clase, director?

Miró expectante al hombre quien miraba a la mujer como si no entendiera su cambio de actitud y luego suspiro.

—Por supuesto estudiante Lee. Y disculpe si la señora Kim la hizo sentirse incómoda.

—No se preocupe, yo la entiendo. —Sunny se levantó tranquila, alizando un poco su falda y luego mirando a la mujer— Pero ahora también entiendo a Changmin.

En cuanto la menor abandonó la oficina Yonhee miró exasperada al hombre.

—¡Esta mintiendo!

—Le ruego que se calme señora Kim —El hombre volvió a sentarse tras su escritorio y suspiró— Mi recomendación es que vaya a poner una denuncia a la fiscalía. La policía sabrá a quien y cómo interrogar apropiadamente. No puedo hacer más, o el día de mañana tendré a los padres de la señorita con una demanda por acoso, que usted no va a enfrentar evidentemente.

Yonhee tomó su bolso con fiereza y miró instintivamente al hombre —Gracias por su gran ayuda— Su voz repleta de sarcasmo fue lo último que el director escuchó antes de que masajeara su sien. Y llamara a su secretaria, la mujer entró veloz a la oficina, sospechando gradualmente que las cosas no se habían solucionado, fueran lo que fueran, luego que la representante de uno de los estudiantes más privilegiados de la Institución abandonara la oficina azotando la puerta.

—Yuri, por favor comunicate con el profesor Park, a cómo de lugar y me pasas la llamada.

—Enseguida director.

La mujer abandonó la oficina y Sungki pensó que no le pagaban lo suficiente por afrontar estos problemas.

Yunho decidió esconderse un momento al ver a la mamá de Changmin, en el parqueadero, la mujer sostenía su pequeña cartera bajo el brazo mientras fumaba hondamente del pequeño cigarrillo en sus manos. Pensó por un momento en lo poco adecuado que era aquello estando dentro de una unidad educativa, pero aquello se esfumó de sus pensamientos en cuanto pudo escuchar su voz profunda y molesta. Como si le molestara masticar cada palabra.

¿Hyunsik? ¿Estás en el país?… Tenemos que hablar, pero antes que eso seré breve, ¿Changmin está contigo?… Si, si mira deja tus golpes de pecho y acusaciones, que no es el momento. El niño se ha fugado de casa ayer en la madrugada. Ya agoté mis recursos por eso me vi en la necesidad de llamarte… —Yonhee repentinamente arrojó el cigarrillo al cemento y lo pisó— Mira anda llamar loca al engendro que tienes por amante, Changmin no tiene porque distraerse con estúpidas relaciones, solo debe centrarse en estudiar y mucho estando con quien está… Si, si lo que sea. Nos vemos en treinta minutos en tu oficina. Es serio… ¡Si, si! Carajo, es más serio que el que este desaparecido. Jamás le voy a permitir que arruine su vida de esa manera.

Yunho tragó pesado, sintió un hueco en el estómago y se cuestionó seriamente si Yonhee sabía toda la verdady por eso se encontraba en el instituto en este momento, casi de inmediato mientras aún se encontraba interiorizado en sus cavilaciones, la llamada de Hyunsik apareció en su pantalla de celular y dejando pasar la primera llamada trató de encontrar las soluciones debidas para todo aquello.

Pensó de repente que en la actitud que se encontraba no era lo mejor para Yonhee saber donde posiblemente se encontraba, aunque siendo honesto consigo mismo si en realidad supiera que tenía algo con Yoochun, Yonhee estaría saliendo de aquí con policías directo al departamento de Park. Y aparentemente desconocía su paradero, quizá solamente había venido por información al colegio.

Cuando la segunda llamada de Hyunsik entró, Yunho apagó el teléfono.

No sabía porque estaba haciendo esto, pero no le quería mentir a Hyunsik y no le debía nada a Yonhee.

Trataría de hablar civilizadamente con Yoochun y Changmin y luego vería como afrontar todo aquello.

Jaejoong condujo con prisa y molesto.

Sabía por consciencia propia que no era el estado ideal para afrontar las cosas, pero tuvo que dejar el trabajo abandonado bajo una excusa barata al recibir la llamada de Yunho, con toda la historia de por medio. Yoochun definitivamente estaba perdiendo la cabeza. No sabia si estaba pensando sin dar una pizca de confianza en Changmin pero ese niño solo le traería problemas a su amigo. No podía verlo de otra manera. Y no valía la pena.

Cuando llegó al edificio, Yunho ya estaba ahí esperándolo frente al carro y con el rostro más que preocupado.

—¿Esperaste demasiado?

—Tres, a los sumo 5 minutos.

— De acuerdo, vamos. Tengo una llave de emergencia. Tampoco me contesta el celular.

Mientras utilizaba la llave de emergencia, pensó en lo incorrecto que era inmiscuirse en su vida de aquella manera. Sin embargo también pensó en que un menor estaba desaparecido y Yoochun podría joderse la vida en tan solo un minuto y salir esposado de aquel lugar.

Cuando entraron, sus miradas se dirigieron de inmediato a la pequeña mesita cerca de la cocina. Había un poco de frutas y unas cuantas tostadas sobre la mesa. Yoochun estaba leyendo un diario y Changmin en pantaloneta y una camisa sin mangas que obviamente no le pertenecían, frunció el ceño y el silencio se esparció por largos segundos que más bien parecieron minutos.

—Esa llave es para emergencias Jaejoong.

—Créeme, esto es una emergencia.

Changmin dejó los cubiertos sobre la mesa, respirando hondo y rascando un poco la base de su nariz. Yoochun parecía apunto de iniciar una discusión ante la actitud agria con la que Jaejoong se había acercado, pero decidió poner un brazo en medio de los dos y Jaejoong detuvo su camino. Yoochun y Changmin ni siquiera se habían movido.

—Primero permitanme calmar a los padres de Changmin y luego los cuatro necesitamos hablar. Por favor.

En el pequeño balcón Jaejoong agitaba brevemente sus brazos y Yoochun, con los brazos cruzados, negaba vagamente, parecía más bien cansado, y desde su perspectiva, Jaejoong parecía ser el único que hablaba. Changmin no podía entender el actuar de Kim, era sumamente invasivo con la vida de Yoochun y aquello le dejaba un sabor amargo en la boca, porque a pesar de todo Yoochun no lo alejaba y Jaejoong tampoco se iba.

No había un punto final, porque ninguno de los dos quería.

Al otro lado de la habitación, cerca del mesón de la cocina Yunho continuaba hablando por teléfono. A Changmin le hubiera gustado pasar más tiempo junto a Yoochun, continuar viviendo en esa estúpida nube lejos de la realidad donde luego de haber dormido a su lado, él lo levantaba a desayunar y platicaban de cualquier cosa que el mayor viera en el diario y él orgullosamente pudiera argumentar a su lado. Sin sentirse un niño estúpido, repentinamente tenía la necesidad de mostrarle que podía ser igual de interesante y culto como Yoochun lo era.

—Lo sé tío, debí llamarte. Pero todo pasó tan rápido… Tu exmujer tiene que haberte contado la situación. Fue una pelea horrible y Changmin no aguantó más… En realidad no creo que sea cómodo que lo vean ahora, ¿te parece en la tarde o noche? Creo que tanto ella como Changmin necesitan calmarse… Si, se está quedando conmigo, no te preocupes. Ok, adiós.

Yunho pasó una mano por su rostro y suspiró. Changmin seguía sentado en la mesa, pero ya no estaba desayunando. Miraba brevemente la pequeña discusión que Yoochun y Jaejoong mantenía y mientras ellos estuvieran en eso, pensó que sería el momento ideal para hablar con él.

—Acabo de mentir inconmensurablemente y sin saber del todo lo que ha pasado, ¿me podrías explicar que…?

En cuanto se sentó frente a él, notó que su pequeño primo no era más el niño pequeño que corría tras de él pidiéndole que le enseñara a jugar al futbol o volar cometas. Changmin había crecido, estaba a un paso de empezar la vida adulta y terminar el colegio. No era un hombre hecho y derecho, pero si un adolescente bastante maduro, siempre lo había sido. Y sin embargo, aún tenía esos dejes de inseguridad propia de la edad, y lo notaba en su pequeño rostro contraído y preocupado al ver a Jaejoong como una presencia perenne en la vida de Park.

—Changmin… —Puso sus manos sobre la mesa, para tratar de transmitirle un poco de paz— No voy a juzgarte, ¿de acuerdo? Quiero que hablemos, quiero escucharte ¿si? Dime por favor ¿qué es lo que está pasando aquí? Cuéntame tu historia, porque voy a enloquecer después de toda esta travesía.

Se soltó el nudo de la corbata y por fin sintió la completa atención del menor sobre él.

—Es que no lo puedo entender, Yoochun. No puedo. ¿Sabes lo que va a pasar en cinco años, cuando él tenga qué? ¿veintitrés, veinticuatro? Y Tú veintinueve. Que se va a conseguir un compañero de la universidad o uno del trabajo, que de repente se le haga más atractivo, más interesante y entonces tú dejaras de ser todo y pasaras a ser nada. Y todo el sacrificio, tu carrera se irá por el caño, y él no le va a importar ¿sabes por qué? ¡Porque tendrá veinticuatro años y a esa edad todo te viene a importar una reverenda mierda!

Yoochun bufó exasperado, Jaejoong bajó los brazos molesto y creyó al fin tener la oportunidad de hablar.

—Jaejoong —habló mirándolo directo a los ojos— Eso pasa en todas las parejas, no importa la edad que tengas. Hombres y mujeres de cuarenta años abandonan a sus parejas de años y les importa una mierda todo. Así que no me vengas con esas estupideces. ¿Crees que no sé que esto está mal? Que debería agarrar el primer vuelo a China y ver si por lo menos con kilómetros de distancia me lo quitó de la cabeza. Pero ¿sabes por qué no lo hago? ¡Porque sé que eso no va a pasar!

—¿Y qué? Ahora me vas a decir que estás enamorado de él, por favor.

Jaejoong dejó escapar una pequeña risa burlona mientras sacudía su propio cabello.

—Bueno sino fuera así ¿crees que estaría arriesgando mi vida entera solo por sexo?

Jaejoong esta vez lo miró fijamente.

—No vale la pena, Yoochun. Es solo un chico más. Se te va a pasar, siempre pasa.

Yoochun sintió un ardor en el estómago. Él se sentía mal, sabía que estaba mal; Pero Jaejoong ni siquiera hacía el esfuerzo por al menos comprenderlo. Se sentía solo, abandonado sin su apoyo. Quería al menos un poco de estabilidad y no sentirse desesperanzado la mayor parte del día, incluso sino se lo merecía. Y quizá la acumulación de todos esos sentimientos negativos fue lo que hizo que hablara.

—¿Sabes que es lo que pasa Jaejoong? Que el que tu no te hayas arriesgado no quiere decir que vivas sin pena. — Jaejoong en ese momento levanto impulsivamente la mirada directo hasta sus ojos— Lo único que haces es vivir pensando en los hubiera que pudiste haber tenido con Yunho si al menos te hubieras arriesgado. Entonces ¿por qué me pides que viva bajo los mismos estándares que tú?

Jaejoong se quedó impávido, Yoochun instantáneamente evitó sus ojos y se sintió horrible luego de haber dado en el punto débil de su mejor amigo.

—Todo mal con esta conversación, Yoochun. Todo mal.

Jaejoong abrió la puerta de cristal del balcón y salió velozmente de ahí, directo al lugar donde Yunho y Changmin hablaban.

Sunny miró por veinteava vez su celular, incapaz de encontrar un solo segundo de calma luego de saber por Minho que Changmin le había escrito un escueto mensaje diciendo que todo estaba bien y luego hablarian, se preguntó porque no había recibido un mensaje también pero supuso que Kyuhyun tampoco lo había recibido y ese más bien era un mensaje único que Minho había distribuido entre los tres.

Pensó en Kyuhyun y de inmediato se le revolvieron las entrañas.

Guardó el celular y colocó una mueca de disgusto en su boca.

Unos pocos metros más allá, observó su figura. Apoyado en una pequeña pared, en su uniforme que lo hacía ver aún mas atractivo, allí se encontraba Sungmin, haciendo latir su corazón dolorosamente. En cuanto la miró, ella todavía paralizada se culpó así misma por su propia estupidez y reaccionó, pensaba pasar de largo y evitarlo por completo, pero él sonrió y ella sin un gramo de dignidad se detuvo.

—Sunny, ayer no pudimos hablar. Pero me gustaría que me dejaras al menos tener una última charla.

“Dile que no” “Que se vayan al carajo, él y sus excusas estúpidas”

Le hubiera encantado decirle eso, pero al parecer su cerebro no tiene conexión con su boca.

—Que sea rápido, de camino a casa. Luego no te quiero ver mas.

—Muchas gracias, Sunny. En serio.

Realmente empezaba a odiarse.

—Nunca creí que alguno de nosotros haría algo como eso. Y si alguien lo hacía, juro que jamás pensé que sería Changmin.

Miró la pantalla de su celular, Kyuhyun a través de ella únicamente hacía un gesto de afirmación mientras terminaba lo que parecía ser una maqueta.

De hecho… ¿qué te ha dicho tu madre luego que la loca de Yonhee se apareciera casi que en la madrugada por ahí?

Minho entonces rió.

—De todo, trato de hablarme de buena manera, de mala manera, me castigo sin estar castigado. Ya sabes, no puedes salir porque presiento que vas a ir dejarle comida a tu amigo escondido debajo del puente. Pero aun así no estas castigado, solo quiero que digas la verdad.

Kyuhyun rió, finalmente mirándolo a través de la videollamada y sentándose un rato.

—Yo dije la verdad tipo “madre no sé que está pasando, me vine a enterar por su madre que se ha fugado y finalmente hace un rato le comenté que dio señales de vida y que ya se lo comenté a su madre” pero hasta ahí.

—¿Le dijiste a Yonhee lo del mensaje?

—Obvio que no, pero si se comunico con nosotros es porque algo debe estar solucionando con ellos. Además no ha vuelto a acosarme con sus llamadas histéricas, así que seguramente también sabe que está con vida.

Minho masajeó nerviosamente sus manos y finalmente suspiró.

—Ella… estaba más enloquecida porque Changmin aceptó ser gay, que por el hecho de que estaba desaparecido —de repente hubo un largo silencio entre ambos y Minho seguía sin mirarlo, concentrado en sus propias manos— ¿Tú… crees que mi madre reaccionaría igual? Yo no quiero que ella me desprecie ¿sabes? Ella y ustedes son las únicas personas que realmente me importan.

—Y Jinki hyung.

—¿Eh?

Minho esta vez lo miró, alzando su rostro sonrojado y nervioso.

—Jinki hyung te gusta no te hagas el estúpido. Así que entra en la lista de personas importantes supongo.— Kyuhyun rió divertido ante el repentino estado avergonzado de su amigo y suspiró con la mirada un poco perdida— Ah, eres afortunado, si me lo preguntas no creo que tu mamá enloquecería. Mi padre en cambio es otra historia, me mataría a golpes te lo aseguro.

Kyuhyun lo dijo bromeando, pero a Minho no le gustó que lo dijera tan despreocupadamente.

—Minho…

Repentinamente el mundo entero de Minho se paralizó, levantó la cabeza, mirando un punto fijo en la pared, temeroso de girar a su derecha y observar a su madre en la puerta. Sin embargo luego de unos segundos giró despacio, con mil dudas en la cabeza ¿habría escuchado? ¿qué tanto había escuchado?

Todas sus dudas se fueron aclarando poco a poco cuando notó el rostro afligido de la mujer, sosteniendo todavía el pomo de la puerta. Definitivamente lo había escuchado todo.

—Cuelga la llamada por favor, tenemos que hablar. —La miró hablar despacio, con toda esa femineidad y calma que siempre la habían caracterizado, aunque luciera más bien un poco desorientada sin saber que hacer en esos momentos.— Te espero en mi habitación.

Regresó su mirada a Kyuhyun quien lucía preocupado y algo angustiado, trató de regalarle una pequeña sonrisa y luego susurro “no te preocupes, luego te hablo” y finalmente cortó la llamada.

Jaejoong tenía minutos sin objetar palabra, sencillamente se había sentado en una de las sillas a escuchar el largo discurso de Yunho acerca de que lo mejor era que por el momento Changmin se regresará con él a casa de su madre, no podía aún entender esa relación turbia que ambos tenían, no podía incluso a pesar de los veinticuatro años de Yoochun y la personalidad madura de Changmin. Sin embargo él planteó una posibilidad que hasta ahora no había sido puesta sobre la mesa con claridad.

Changmin en unas pocas semanas cumpliría los dieciocho. Terminaría el colegio y empezaría la universidad, no quería darles alas pero existía la posibilidad de hacer las cosas medianamente bien. Aún no estaba del lado de nadie, más que del bienestar de Changmin y conociéndolo como lo conocía, impedirle estar con Yoochun solo acarrearía más problemas. Yunho siempre bromeó con que Changmin era un anciano el cuerpo de un adolescente por sus pensamientos profundos, conocimientos vastos y personalidad reservada y tranquila. Pero nunca lo creyó capaz de involucrarse en una relación tan profundamente arraigada. Porque básicamente jamás lo había visto realmente interesado por otro ser humano.

Y eso, honestamente le sumaba puntos a Yoochun. Muy bajamente, pero lo hacía.

Y del mismo modo, algo en su interior lo hacía derrumbarse ante ellos cuando notaba ciertos gestos y miradas en Yoochun que no eran de un simple romance. Había una conexión entre ellos, una que particularmente le asustaba porque no podía medir hasta donde eran capaces de llegar, aún más que él jamás la había sentido.

Curiosamente Jaejoong parecía metido en sus pensamientos, no había levantado la mirada de algún punto en concreto sobre la mesa. Y no interrumpió o contradijo alguna palabra de Yoochun o Changmin, aun más cuando Changmin se negó rotundamente a volver donde su madre. Aún había muchas cosas que hablar y sinceramente él ya se sentía exhausto, pero tenía que llevar a Changmin con sus padres.

Yoochun luego de un rato propuso convencer a Changmin y ayudarlo a recoger sus cosas. Lo cual en realidad era obviamente una excusa para poder conversarlo en privado, ambos se perdieron por el pasillo aún con las quejas de Changmin en su oído, y cuando estuvieron solos, Yunho tocó levemente la mano de Jaejoong quien prácticamente pareció despertar de su letargo y lo miró.

—¿Todo bien?

—Si, disculpa. Yo solo… discutí con Yoochun. —Jaejoong esta vez suspiró, poniéndose de pie de repente— Creo que me iré primero. Dile a Yoochun que… No, mejor no le digas nada.

—Hey… —Sostuvo su brazo— ¿Seguro que estás bien?

—Si, no te preocupes.

Le dio una sonrisa breve, y luego simplemente se marchó.

—Changmin escucha…

—No, escuchame tú. Si vuelvo a ese lugar será únicamente por Bomul. Luego saldré para no volver jamás.

Yoochun lo tomó por los hombros, mirándolo directamente a los ojos a pesar de la reacción estoica en el menor.

—¿Confías en mí?

—No vayas por ese lado, Yoochun.

Changmin desvió la mirada, con una expresión rendida.

—Hagamos las cosas bien ¿de acuerdo?

—¿Qué es hacer las cosas bien para ti?

Yoochun pudo identificar claramente la ironía en su tono de voz.

—Quiero que me demuestres un poco de esa madurez de la que tanto haces gala y confíes en mí. Dejame pensar bien las cosas y te prometo. Te aseguro que tendremos más mañanas como las de hoy.

Changmin se sintió repentinamente nervioso, ¿tan transparente había sido esa mañana?

Él quería más mañanas así, quería muchas más, las quería todas. Junto a él y su café amargo. Comentando las noticias del día y planeando una salida a alguna exposición de arte.

Changmin se había hecho tantas ideas en la cabeza, que era hasta vergonzoso.

…Pero, aún así las querías todas. Cumplidas a su lado.

—¿Vas a confiar en mí?

—Siempre lo termino haciendo —Comentó con desgano.

Yoochun rió, besando sus labios lentamente y a gusto con que Changmin empezará a devolverle el beso con entusiasmo.

—Recuerdalo, mañana, hoy, ayer; esto iba a pasar.

—Y seguirá pasando.

Changmin esta vez lo abrazó. Suspirando despacio.

—Empiezan a disgustarme estos abrazos.

—¿Por qué? —Preguntó Yoochun, afianzado a su cuerpo todavía.

—Porque siempre me saben a despedida.

Yoochun no dijo algo más, únicamente lo miró recoger su mochila y finalmente caminar hasta la puerta de la habitación, abriéndola de nuevo. Changmin de repente giró brevemente hacía él y lo miró divertido —Oye…

—¿Hmm?

—Creo que me estoy enamorando mucho de ti.

Y eso fue todo, Changmin le regaló la más bella de las sonrisas y luego simplemente salió.

—¿Listo?

En la sala, Yunho lo esperaba ya de pie. No registró presencia alguna de Jaejoong pero para ese momento poco le importó. Justo en ese instante el corazón le latía apresurado. ¿Cómo se había atrevido a decir tamaña tontería? Por dios, que horror, eso jamás se lo contaría a sus amigos, o tendrían para burlarse de él la vida entera.

—Vamos, pero te advierto que si esa mujer insiste con lo del tratamiento, no habrá poder humano que evite que me fugue diez mil veces si es necesario.

—No va a pasar ¿me oyes? Estas enamorado de un chico, no de una vaca. Quien es el chico esa es otra historia, pero Yonhee no va a satanizarte por estar enamorado.

—¿Sabes? —Sonrió Changmin— A veces me caes bien, primo.

—Niño idiota.

Yunho sacudió sus cabellos y al ver a Yoochun salir tras de ellos únicamente inclinó su cabeza en señal de despido. Yoochun hizo lo mismo y luego vio la mirada que ambos compartieron. Yoochun agitó un poco su mano y Changmin solo volvió a sonreir.

En el pasillo camino al ascensor, el celular de Changmin recibió dos mensaje.

Oye” leyó el menor con una sonrisa en el rostro sin notar la mirada de Yunho quien intrigado lo veía de reojo ante lo feliz y avergonzado que lucía de repente. “Creo que yo también” no quiso preguntar, pero Jung ya suponía de quien se trataba, y odiaba aceptarlo, pero nunca antes lo había visto sonreír así. Y esperaba realmente no estarse equivocando, al darle tantas alas y que llegara a volar demasiado cerca del sol.

Faltan 53 días.

Publicado en Fanfics

Corazón con fecha de expiración: capitulo 14


 

Corazón con fecha de expiración

Sermones de sentimientos vacíos

Capitulo Catorce

 

 

 

 

Fue la primera vez que lo vio centrar su atención con preocupación en alguien externo a los dos, la manera en la que el ceño de Changmin estaba fruncido, podía hacer fácilmente creer a cualquiera que en realidad estaba enojado, pero Yoochun que conocía cada línea en el rostro del menor identificó esas escasas muestras de preocupación, la manera en que apretaba de vez en cuando su abrigo y la manera en que miraba hacía la calle y como cada luz roja parecía lograr aumentar su exasperación. Yoochun lo observó en silencio, porque aquello es lo que sabe hacer mejor.

 

Tanta veneración para él, que a veces lo asustaba.

 

Cuando llegaron el pequeño dispensario que estaba en la esquina a unas pocas calles del departamento de Changmin se encontraba relativamente vacío, no había más ruido que la lejana televisión en el que la voz de alguna presentadora de farándula contaba las últimas noticias que podían interesarle a alguien más, Changmin entró con sus pasos un poco acelerados, llamando la atención de la primera enfermera que encontró y antes de que ella pudiera siquiera responder el nombre de Changmin se alzó a través de una voz gruesa que los hizo a ambos girar en su dirección.

 

—¡Changmin!

 

La mano de Minho se alzó en alto y Yoochun decidió, mientras vio su espalada alejarse por el pequeño pasillo, que lo mejor para ese instante era mantenerse un poco al margen.

 

 

 

 

Kyuhyun estaba sobre una de las camillas, tocando un poco su mejilla izquierda, como si hiciera una revisión momentánea del estado en el que ésta se encontraba y tenía además una pequeña venda en los labios, como si hubiera estado en una pelea que en definitiva la familia Cho no entendería porque eso estaba fuera de todos los límites posibles. Sin embargo Changmin redujo poco a poco el paso y sus ojos se cruzaron con los de Kyuhyun y el otro solo suspiró y rodó los ojos.

 

—¿Qué te ha pasado? —Changmin había arrastrado uno de los pequeños bancos frente a la imagen de Kyuhyun quien además ahora que lo notaba tenía un ojo morado— ¿Te has puesto a pelear con alguien?

—No cuenta como pelea, cuando he decidido no responder a los golpes.

 

Changmin entonces miró a Minho confundido, y el menor solo se cruzó de brazos, dejando a Kyuhyun como dueño total de aquel relato. Pero Shim únicamente tomó el rostro de Kyuhyun moviéndolo  de un lado a otro como para intentar evaluar los daños.

 

—Si tus padres te ven así, te desheredan.

—Lo sé, Changmin. Por eso esto no debe salir de aquí.

—Entonces, ¿qué ha pasado?

 

Kyuhyun volvió a suspirar.

 

—Ha sido Sunny.

—¿Qué?

 

En esta ocasión Changmin abrió sus ojos, parpadeó confundido y volvió a mirar a Minho quien suspiró resignado.

 

—Me encontré con Sunny cuando iba de camino a comprar algo, así que le dije que sería buena idea que tomáramos algo y entramos a una cafetería— Minho había tomado la palabra en vista de que Kyuhyun no parecía muy cooperativo— Pero cuando entramos Kyuhyun estaba ahí con Sungmin. Demasiado afectivo, diría yo.

 

—¿Sungmin? ¿Ese no es el nombre del novio de Sunny?

—Exnovio de Sunny ahora.

 

La mirada de Changmin regresó a Kyuhyun y este únicamente rodó los ojos.

 

—¿Qué diablos Kyuhyun?

 

Pero contrario a lo que esperaba, el menor solo resopló y desvió la mirada, tenía ese moretón molesto en el rostro, Changmin no podía evitar mirarlo y sentir que cada vez se hacía más notorio. Así que suspiró y se sentó junto a él, justo frente a la imagen de Minho de brazos cruzados mientras esperaba porque terminara de contar todo de una vez. Changmin los miró un rato más y luego suspiró de nuevo. Tan cansado.

 

—Yo había estado saliendo a discotecas ¿saben? —Kyuhyun empezó repentinamente a jugar con la pequeña sábana que cubría sus piernas— Discotecas gay —aclaró— Y un día simplemente lo conocí, y seamos sinceros Sungmin es demasiado atractivo como para ser ignorado, había un montón de tipos rodeándolo. Y no es que yo tuviera mucha experiencia en esto de los bares o discotecas, pero él se veía asustado, parecía la primera vez que pisaba un lugar así, por lo que supuse que en realidad estaba apenas descubriendo esto de que te atraigan otros chicos, así que opte por ayudarlo.

 

—Oh, sí. Claro. Tú tan samaritano.

 

Minho habló con toda la ironía que pudo acumular en su voz y Changmin incluso sonrió divertido, enviándole una mirada corta para que le permitiera a Cho continuar.

 

—Bien, también me acerqué con mi segunda intención, dios era la cosa más atractiva y sexy que habían visto mis ojos. Y siendo sincero, Sungmin me gusta más que lo que me ha gustado cualquier chica.

—¿Incluyendo a Victoria?

 

No era un secreto, al menos no entre ellos. El recuerdo de Victoria pesaba como un veneno instalado en el cuerpo de Kyuhyun, uno que no pensaba abandonar su cuerpo en ningún momento y que siendo sinceros los había mantenido preocupados durante un buen tiempo luego de que la relación simplemente acabara.

 

Kyuhyun levantó la mirada y respiró hondo.

 

—Probablemente sí.

—¿Tanto así te gusta?

 

—Es raro… Siempre he pensado que esto con los chicos es una etapa. Que de todas maneras terminaré casado algún día y que todo será aburrido pero pleno. Sin embargo cuando lo veo, y tienen prohibido reírse —Kyuhyun los amenazó, tomándose el tiempo de mirarlo a cada uno a la cara y señalándolo directamente— Cuando lo veo es como si en mi mente sonara una estúpida canción de amor, pero no de las tristes o melancólicas, sino de esas que tienen un ritmo alegre que incluso te dan ganas de llorar.

 

—Porque sientes que en el fondo lo vas a amar tanto, que en algún momento va a acabar.

—Y solo te quedará un recuerdo molesto y vacío. Que nunca nadie podrá llenar.

 

Kyuhyun los miró, tanto Changmin como Minho luego de haber hablado habían fijado su mirada en el suelo y entonces Cho había fruncido el ceño.

 

—Damos asco. —Bufó Kyuhyun y volvió a acostarse en la cama— No, más bien somos patéticos.

—Te entiendo. —Afirmó Changmin— El otro día mí hermana estaba escuchando a Kelly Clarkson y pensé en el imbécil de Yoochun.

 

Tanto Minho como Kyuhyun estallaron en carcajadas y Changmin solo llevó una mano a su cara y negó constantemente. Tan patético y avergonzado a la vez, pero con esa estúpida sonrisa en la cara que lo hacía sentir más imbécil todavía.

 

—Un momento —Minho se aclaró la garganta, en medio de la risa que el comentario de Changmin le había provocado y sonrió— ¿qué canción era?

—No me jodas —Changmin ni siquiera dudó en quitarle una de las almohadas a Kyuhyun y lanzársela por la cabeza a Minho. Kyuhyun quien solamente se quejó ante la acción, volvió a sentarse, con la mirada divertida y sobando un poco la parte trasera de su cabeza.

 

—Minho estás mal enfocado. Lo importante aquí es que el susodicho ¡al fin tiene nombre!

 

Minho señaló en afirmación a Kyuhyun y amplió su sonrisa. Para ese momento Changmin solo había rodado los ojos.

 

—Así que Yoochun…

 

Finalmente Minho se acomodó en la cama también, cerca de las piernas de Kyuhyun mientras Changmin se encontraba sentado junto a Cho. Hubo un rato de silencio mientras la información parecía estar siendo digerida con lentitud y cada uno parecía ubicarse más bien en un espacio y tiempo apropiado en el que Changmin sintió un peso menos sobre la espalda. La información había llegado a sus amigos y a diferencia del encuentro anterior, ellos parecían tomárselo bien. Y de una forma que se reprochaba así mismo, aquella aprobación lo hacía sentir sutilmente liberado.

 

—Seré sincero —habló primero Changmin— pero antes necesito que termines de explicarme porqué estúpida razón le quitaste el novio a una de mis pocas amigas.

—No fui yo aquí el de los errores —Suspiró Kyuhyun— El caso es comenzamos a salir, ya saben, cine, partidos de baseball, sexo en mi casa o en la suya, incluso le gustan los libros ¡los libros! Era mi pareja perfecta. No es solo una cara bonita, Sungmin me puede mantener conversaciones inteligentes.

 

—Sí, creo que esa era la principal razón por la que le gustaba tanto Victoria en el pasado.

—Sí, yo también lo creo.

 

En cuanto Kyuhyun notó que Minho solo se dirigía a Changmin y él le respondía, golpeó en la cabeza al menor  y éste solo se quejó por lo bajo.

 

—Estoy hablando. Bien, en lo que iba, sinceramente me estaba enamorando de él. Jamás se lo diría. Pero sabía que estaba pasando y en un ataque de pánico cuando él me comentó que su padre estaba empezando a sospechar y que si se enteraba de la verdad lo mataba, pues no pude afrontar lo que estaba sintiendo y simplemente le dije que lo nuestro era solo sexo.  Y había que admitirlo, si mi padre se llegaba enterar de esto, matarme sería lo más condescendiente que me haría.

 

—Entonces se jodió todo.

 

Concluyó Changmin y Kyuhyun solo suspiró, asistiendo.

 

—Bueno, si seguimos viéndonos, pero no como antes que literalmente pasábamos todas las tardes y parte de la noche juntos. Ahora nos veíamos dos o tres veces a la semana. El sexo seguía siendo increíble pero ya no era igual. Yo lo sabía.

—Sí, Kyuhyun ya entendimos que lo mejor de tu relación con él era el sexo, lo mencionas a cada rato.

 

Kyuhyun solo sonrió y Minho rodó los ojos.

 

—Como sea, para ahorrar la historia cuando las cosas parecían no dar para más de repente se armó esta reunión en la que Minho armó tremendo escándalo por besar a su hyung a dos metros de donde se encontraba su dichoso novio, y pues, sinceramente no esperaba encontrarme a Sungmin ahí, y menos siendo el novio de Sunny. —Repentinamente Kyuhyun calló y tapó su cara— Dios esto es peor que la jaula de las locas, tenemos puros homosexuales por todos lados.

 

Changmin solo rodó los ojos y golpeó en la cabeza a Cho.

 

—Bien, ahora al menos sé que a quien tengo que romperle la nariz es a Sungmin. No puedo creer que le haya hecho eso a alguien como Sunny, ella es como tan linda y ya saben, adorable. —Changmin suspiró y notó la mirada de Kyuhyun. Entre incómoda y molesta— Ni lo pienses, digas lo que digas ese tipo se metió con los dos e hirió a Sunny. Tú no importas, lo suyo era solo sexo.

 

—¡Te acabo de contar que no era solo sexo para mí!

—No me interesa, tú no necesitas que te defiendan.

 

—Como sea… —Intervino Minho— ¿Qué pasó después de eso?

—Pues al siguiente día le reclamé serenamente por lo que había estado haciendo. Ya saben, de una forma muy madura, tranquila y responsable.

 

 

—¡¿Cómo carajos  te atreves a salir con una mujer a mi espalda?!

—¡¿De qué diablos me estás hablando?!

—¡Tú y yo estamos saliendo, Sungmin! No me vengas con estas mierdas.

 

—¿Saliendo? —Sungmin repentinamente soltó una carcajada— ¡Dijiste que lo nuestro era solo sexo!

—¡Pero eso no quiere decir que te puedas andar revolcando con todo lo que se mueva, diablos!

 

 

—Si bueno, no te creo ese ‘serenamente’, pero digamos que te creo.

—El caso es que nos dijimos el abecedario completo de insultos conocidos y por conocer.

—Y dejame adivinar, terminaron teniendo sexo.

 

—Pues si —Kyuhyun alzó los hombros y Minho rodó los ojos— En fin, seguimos teniendo lo nuestro mientras él salía con Sunny, pero hoy pues estábamos en la cafetería, le estaba confesando mis verdaderos sentimientos y pidiéndole que tengamos algo exclusivo, cuando ustedes llegaron. Sunny se acercó nos pidió explicaciones de porque estábamos tan cerca y tomados de las manos. Sungmin empezó a disculparse Sunny lo cacheteó y comenzó a llorar. Se armó el escándalo, nos sacaron de la cafetería y…

 

—Sunny lo golpeó. ¿Quién iba a pensar que un cuerpo tan pequeñito pudiera guardar tan fuerza? Fue increíble, en serio. Y no lo cacheteó ni nada de eso, literal lo golpeó, que casi le parte la nariz, hombre. En fin, Kyuhyun iba a detenerla pero como ella comenzó a llorar mientras lo golpeaba pues Kyuhyun simplemente la dejó. Y como evidentemente no podíamos ir a la casa de Kyuhyun así golpeado ni a la mía, terminamos acá, nos inventamos que le habían robado, lo curaron y nos dieron esta cama para que descansara.

 

Luego de la larga anécdota, a Changmin no le quedó más que suspirar. Miró a Kyuhyun quien parecía incluso más calmado. Lo conocía, lo conocía prácticamente desde que era un niño y sabía que en el fondo todo este asunto lo alegraba, tener a Sungmin exclusivamente para él finalmente era su objetivo, que las cosas ocurrieran apresuradamente eran otro asunto. A Kyuhyun parecía gustarle tanto Sungmin, que olvidaba con facilidad lo letal que podía ser su padre.

 

—¿Y Sungmin? ¿Sunny? ¿Qué pasó con ellos?

—Pues Sunny estaba algo alterada. Así que Sungmin trato de calmarla y se ofreció a llevarla a casa, supongo que deben haber hablado ya.

 

Kyuhyun instintivamente miró a la pequeña mesita junto a la cama donde reposaba su celular, seguramente esperando noticias de Sungmin y el hecho de que aún esperara sin respuesta alguna le provocó una sensación amarga a Shim.

 

—No te preocupes —agregó repentinamente Minho, mientras palmeaba la espalda de Cho— mientras se iba con ella te miró con su mejor carita de perrito arrepentido, como si realmente lamentara dejarte. Seguro en un rato te llama.

 

Kyuhyun carraspeó, avergonzado por que hubieran prácticamente leído sus emociones absurdas y vergonzosas de ese instante.

Changmin incluso sonrió ante ello. Él era incluso irreconocible cuando se trataba de sus asuntos con Yoochun.

 

—¿Y qué piensas hacer? Digo, tu familia no puede verte con ese moretón en el rostro y tu nariz hinchada y medio torcida.

—¡¿Qué?!

 

Kyuhyun inmediatamente intentó mirar su rostro en algún espejo pero Changmin solamente rió, y Kyuhyun por instinto lo golpeó con una almohada mientras Minho reía abiertamente y el otro solo bufaba molesto.

 

—La verdad es que…

 

Justo en aquel instante las expresiones de Kyuhyun cambiaron por completo. Era como si hubiera estado sediento por días y aquella llamada fuera su primer vaso de agua en mucho tiempo, agarró el celular y prácticamente sin mirar el emisor contesto y se fue alejando varios pasos de ellos.

 

—¿Aló?… Si, estoy con mis amigos, ¿cómo estás tú?… ¿Hablaste con ella?

 

Luego Kyuhyun se había alejado lo suficientemente estratégico como para que apenas escucharan, Changmin lo miró más por instinto que por curiosidad ante aquella conversación. Y en aquel instante Minho hizo una seña con su cabeza para que salieran un rato y pudieran darle toda la privacidad que el otro necesitaba.

 

—Todo tan extraño…

 

El comentario de Minho quedó flotando en el aire, Changmin únicamente suspiró y guardó las manos en los bolsillos de su pantalón mientras identificaba a Yoochun a varios metros de distancia sirviéndose un poco de café de la maquina dispensadora. Se había quedado observándolo, simplemente porque mirar a Yoochun a veces era incluso relajante. Identificarlo y sentirlo cerca eran como sus cosas favoritas a lo largo de un día cansado y abrumador.

 

¿Así se sentiría el amor?

 

—No deberías mirar de esa manera a quién no es tu pareja, hyung—. Minho bromeó divertido mientras se acercaba un poco más a él y dirigía su mirada directamente a Yoochun quien ahora estaba de perfil bebiendo un poco de café y leyendo algunos anuncios en las paredes—  Aunque he de admitir que el tipo es MUY atractivo. Por cierto, ¿dónde anda tu Yoochun?

 

Changmin solo rodó los ojos, soltando un suspiro antes de alzar un poco la cabeza y mirar directamente al mayor.

 

—Park Yoochun.

 

Entonces esos ojos negros se clavaron directamente sobre él, era como una maldita conjugación perfecta. Sus ojos, su boca. Tan atractivo que Changmin extrañamente apenas empezaba a darse cuenta de ello. Es como si hubiera estado eclipsado por otras cosas antes que su rostro.

 

—No me jodas…

 

Minho lo susurró sumamente bajito, mientras Yoochun se acercaba a ellos, sus pasos lentos y seguramente desconfiados al tener que enfrentar a uno de sus amigos tan directamente.

 

—Él es Minho.

—Mucho gusto.

 

Ambos asintieron casi al tiempo, estrechando brevemente sus manos y notó que Minho se sentía incluso hasta un poco intimidado, lo suficiente como para no poder ni siquiera mirar a los ojos a Yoochun y que Changmin incluso encontrara aquello divertido.

 

—¿Cómo está tu amigo?

—Vivo. Lo golpeó una chica, con un buen puño al parecer.

 

Yoochun sonrió y Minho abrió tanto los ojos ante lo bien que se veía el mayor que entonces aquello dejó de ser divertido para Changmin y por instinto golpeó en la cabeza al menor quien inmediatamente carraspeó y desvió la mirada de nuevo. Casi al instante de aquello, Kyuhyun salía apresurado de la habitación.

 

—Sungmin viene en camino, necesito que se… larguen—. Entonces se detuvo,  vio al hombre de cabellera negra, con un pequeño vaso de café en sus manos mientras se encontraba ligeramente sonriendo. Los pasos de Kyuhyun se detuvieron, sus ojos se abrieron de par en par y se irguió ante la presencia del desconocido, ligeramente sorprendido.— Wow… ¿es él?

 

La mirada de Kyuhyun fue directamente a Changmin, pero este ya se había cruzado de brazos y rodado los ojos otra vez, empezaba a cansarse de aquello. Yoochun, es atractivo, pero no era para tanto, no para que sus amigos se quedaran casi estupefactos. ¿Acaso todo el mundo miraba de esa manera a Yoochun? ¿Quizá por eso sentía amenazas constantes rondando al mayor todo el tiempo? Dasom, Junsu y casi media población femenina rodeándolo todo el tiempo en el Colegio.

 

Ante su nula respuesta, Kyuhyun miró a Minho quien asentía fervientemente.

Changmin torció la boca.

 

—Y él es Kyuhyun. Kyuhyun él es Yoochun.

—Hola.

 

Volvió a ocurrir lo mismo, un leve cruce de manos y entonces a diferencia de Minho que se encontraba un poco cohibido, Kyuhyun encontró verdadera diversión mientras los miraba uno junto al otro. Y Changmin tuvo deseos de golpearlo de verdad.

 

—Eso va a ser difícil de ocultar— comentó Yoochun bajito mientras analizaba el rostro de Kyuhyun— tengo un amigo que es bueno ocultando esas cosas, ya sabes cuando estábamos en nuestra época de rebeldes él siempre se metía en peleas y cosas así. Pero no creo que pueda ayudarte en estos momentos…

 

Fue como si repentinamente mientras hablaba, Yoochun recordara que no se encontraba en buenos términos con Jaejoong.

 

—Pero…— habló de nuevo— tengo una amiga que es maquillista, puedo darte su número, dile que es de mi parte y te ayudara sin problemas a ocultarlo y te dará un par de tips para evitar que se te note hasta que baje la hinchazón.

 

Kyuhyun abrió los ojos de par en par, sorprendido y agradecido a la vez.

 

—Listo, con esto tienes mi aprobación —Changmin soltó un bufido, empezaba a cansarse de rodar los ojos una y otra vez— Pero ¿en serio crees que no se note?

—No se notará, pero al mismo tiempo debes ser cuidadoso y tratar de desviar la atención de tu rostro.

—De acuerdo.

 

Había algo curioso mientras observó a Yoochun soltándole pequeños secretos a Kyuhyun para poder pasar desapercibido con esos golpes; y es que el mayor realmente parecía acostumbrado aquello, tan torpemente amable que quizá era la principal razón por la que no se había rendido con él a pesar de que lo hubiera alejado un montón de veces. Minho escuchaba atento la conversación con sus ojos puestos en el mayor mientras Kyuhyun asentía una y otra vez, reteniendo la información como siempre, de manera eficiente y veloz. Changmin por un instante volvió a sentirse complacido y sonrió.

 

Repentinamente el celular en su bolsillo empezó a vibrar y Changmin apenas bajo un poco la mirada para poder observar la pantalla y su ceño se frunció ligeramente al identificar el nombre de su mamá, sintió su estómago revolverse un instante. Su madre seguramente estaba en el departamento, se había percatado de su ausencia y por tanto se encontraba a unas cuantas cuadras de distancia. ¿Desde cuando la mujer llegaba temprano a casa? Hoy no era el mejor día para eso.

 

Entonces la imagen de Yunho se cruzó por su cabeza, no se pudo haber atrevido a hablar con sus padres… ¿cierto?

 

—¿Sucede algo?

 

La voz de Yoochun lo hizo levantar la mirada y tomarse nuevamente con el lugar que se encontraba y la mirada curiosa de sus dos amigos quienes parecían igual de desorientados que el mayor.

 

—Nada importante, pero ya debemos irnos —miro a Yoochun, él no lucía del todo convencido y sin embargo asintió— Kyuhyun por favor recuerda que estás en un hospital, no hagas cosas indecentes.

—Claro, claro…

 

Cho únicamente se cruzó de brazos, rodando los ojos. La verdad es que Changmin hasta hace un momento solo tenía en mente el poder golpear al tal Sungmin por lo que había logrado entre Sunny y Kyuhyun sin embargo ahora solo quería poder marcharse de ahí y que madre ni por error se les cruzara por el camino, no necesitaba otro encuentro molesto en lo que iba del día.

 

—Yo también me voy. Hablamos en la noche.

 

Minho había tomado un camino diferente al esperado, simplemente había optado por irse por su propia cuenta y Changmin había encontrado la privacidad necesaria para poder decirle al mayor que prefería irse caminando, que luego del largo día de batalla necesitaba descansar; no necesitaba a un Yoochun afrontando cosas que no le correspondían y aunque Park se notó un poco renuente, luego de que Changmin se acercara brevemente a su rostro y lo besara velozmente antes de que miradas curiosas llegaran hasta ellos, aquello pareció convencer al mayor quien luego de regalarle varias miradas optó por marcharse y alejarse entre las calles.

 

Sinceramente, Changmin aún no podía comprender ese estómago revuelto, lo suponía, pero no quería asumirlo.

Y enfrentarla no era la mejor de las ideas en ese instante.

 

 

 

 

Cuando finalmente llegó, luego de que sus pasos fueran lentos y parsimoniosos, lo único que se pudo escuchar luego de romper el silencio, fue le golpe de sus llaves al caer sobre la pequeña mesita en la entrada de su hogar, y el olor del cigarrillo curiosamente llegó hasta sus fosas nasales. Changmin hace mucho había perdido ese miedo imperativo de pequeño, sus padres hace mucho habían dejado de representar una amenaza que lo hicieran temblar. Pero el verla parada en el balcón con una copa de vino en las manos y un cigarrillo entre sus dedos logró que sus pasos se fueran haciendo incluso más lentos de lo normal.

 

Yonhee había sido siempre una de esas mujeres bellas y exitosas que la gente mira cuando pasa por la calle y que admira en la seguridad de sus pasos, esa aura que su madre posee es envidiable y su padre la posee igual, Changmin siempre había pensado, ya mucho más grande que era mejor que estuvieran separados, no soportaría sus choques de personalidades constantes solo por mantener las apariencias.

 

Cuando finalmente estuvo en el umbral de la entrada del balcón, prefirió no decir nada, la miró darle una larga calada a su cigarrillo y continuar mirando la calle, pero Yonhee sonrió repentinamente dejando la copa sobre el balcón y cruzando sus brazos sin atreverse a regalarle una sola mirada todavía. Y Changmin tenía que admitirlo, en el fondo se sentía paralizado.

 

—Así que un hombre, ¿uh?

 

Shim abrió los ojos, de par en par. Con el corazón acelerado y sus puños cerrados fuertemente en ese momento.

Sentía su cuerpo erizarse en cada espacio de piel que tenía y ella aún no lo miraba, su voz tan ligera y pasiva que solo había logrado hacerlo sentir más pequeño.

 

—Cuando me casé con tu padre, fue porque en mi estúpida cabeza juvenil pensé que era el sujeto indicado, que hacíamos la dupla perfecta. —Los segundos se empezaban a hacer eternos, Changmin ni siquiera estaba digiriendo correctamente las palabras de su madre—. Pero tenías razón, yo nunca tuve entre mis planes quedar embarazada, no estaba preparada. —Por primera vez la mujer se atrevió a mirarlo y Changmin se sintió como un  niño pequeño, vacío y sin entender lo que estaba a punto de pasar— Sin embargo no había nada que pudiera hacer…

 

—Pudiste haber abortado.

 

Curiosamente su madre no mostraba una sola expresión en aquel rostro fino y alargado.

Sus palabras saliendo solas ante la desconexión con su cerebro y su voz fría marcando el paso de la conversación tampoco ayudaban, Changmin se escuchaba así mismo como si tan solo fuera un espectador.

 

—¿Acaso no crees haber vivido ya lo suficiente como para saber cómo funcionan las cosas en esta sociedad?

 

Yonhee para ese momento había vuelto a tomar la copa y entrado al departamento por un poco más de vino mientras apagaba el cigarrillo en el cenicero. Changmin ahora, en medio del silencio solo escuchaba el sonido del licor cayendo en la cristalería, lenta y mordazmente.

 

—Nunca quise tenerte, pensé incluso en huir después de haber abortado, pero tu padre me amenazó con decirle todo a mis padres… Y uno siempre termina regresando al lugar del que vino. La sociedad es una cárcel sin barrotes. Y cuando uno quiere huir, ya no tiene alas para salir volando.

 

Las palabras de su madre sonaban demasiado cerca de su oído.

Aunque de todas maneras la distancia no fuera demasiada.

 

—No podía soportar ser la decepción de mis padres, que me rechazaran o…

—Cuándo te divorciaste nada de eso pareció importarte.

—Ay, por favor Changmin, sabes mejor que yo que en una sociedad como esta es mejor ser una divorciada que una solterona; tener al menos un hijo que estar seca por dentro—Esta vez los ojos de su madre lo atravesaron directamente.

 

Changmin no quiso darle ninguna ventaja, no bajó la mirada, al contrario, la desafió a que se atreviera hacer alguna de las cosas que seguramente pasaban por su cabeza en ese instante, pero la mujer únicamente caminó hasta el sillón y tomó un largo trago de vino.

 

—Pero te equivocaste en algo, la batalla legal por tu custodia no fue porque ninguno quisiera estar contigo; tu padre en realidad quería tenerte. Lastimosamente para él, yo tenía un excelente trabajo, buena disponibilidad económica y contaba con los mismos recursos que él para mantenerse adecuadamente.

 

—¿Por qué? Si todo el tiempo dices no haber estado lista para esto ¡¿por qué diablos hiciste todo ese drama?!

—Porque una madre siempre debe cuidar de sus hijos.

—Pues no has sabido hacer un buen trabajo.

—De eso me doy cuenta perfectamente.

 

Ahí ocurrió.

Esa mirada despreciativa no importó, ella no era demasiado importante para él.

No lo era… Y aun así dolió.

 

—¿Cómo te has atrevido? Pensé que todo esto era por una estúpida chica que andaba calentándote los pantalones, pero no, Shim Changmin siempre tiene que hacer todo a su modo, siempre tiene que estar un paso adelante. No, no quiero continuar, no quiero hacerlo —Yonhee se había acercado a él, con los ojos fieros puestos en su cara— Esto…—escupió con desdén— es una asquerosa fase ¿verdad?

 

—¿Fase? —Changmin rió divertido— ¿Acaso no me conoces lo suficiente madre?

 

Yonhee pareció exasperarse de inmediato, le dio la espalda con una mano por su cabello y alejándose de él unos cuantos pasos; Usualmente eso solía ser divertido, hoy era una corroída costumbre.

 

—Qué vergüenza… Ni siquiera te imaginas todo lo que sentí cuando una de mis compañeras se acercó a platicarme de sus adorables vacaciones y luego cuando todos se hubieran ido se acercó a mí para hablar en privado, para decirme en susurros que le parecía haber visto a mi hijo con un sujeto mayor a él en una de las playas, demasiado afectivos al parecer…

—¿Entonces todo esto es por el qué dirán? ¿Por un estúpido chisme que una de tus compañeras te susurró al oído?

 

—No lo entiendes ¿verdad? —Su madre había caminado velozmente hasta él, agarrándolo con fuerza del brazo —Todo aquello que se tiene que decir en susurros está roto; porque el pecado no está en el acto, sino en el escándalo cuando todo el mundo lo habla en alto.

 

—Asco, me das tú, madre —Changmin para ese momento ya se había soltado con fuerza, el pecho subiendo y bajando con fuerza—. Ni siquiera te has atrevido a preguntarme si es verdad, si…

—¡Te conozco! Todo este drama de las últimas semanas, tu conducta, tú… Dios, no quiero ni pensarlo, ¿cómo se te ha podido pasar por la cabeza siquiera?

 

—Entonces estar con un hombre es asqueroso, pero cambiar de novio cada dos semanas mientras tu hijo vive bajo el mismo techo es lo más moral porque se trata de una pareja heterosexual ¿lo estoy entendiendo bien?

—¡No intentes voltear las cosas!

 

—¿Entonces como son? —Changmin se permitió sonreír y caminar descuidadamente por la sala, mientras ella lo seguía con la mirada—  Tranquila madre que no me estás hiriendo ni nada por el estilo. Estoy acostumbrado a ser herido por ti, tanto que hace mucho que ya no duele. Tan solo que en ocasiones como estás te superas a ti mismo sinceramente.

 

—No lo puedo entender… ¿cómo…? ¿en qué momento…?

 

Yonhee se sentó de golpe en uno de los sillones, con una mano por su frente y la otra sosteniendo la copa vacía.

Con esas lágrimas a punto de salir de sus ojos.

 

—¿Qué es lo que quieres oír de mí? ¿Qué es mentira? Que soy totalmente heterosexual, pero que terminaré mi carrera, seré exitoso en los negocios como ustedes y más adelante lograré casarme y tendré hijos. —Changmin comenzó a reír de repente, como si hubiera escuchado la mejor de las bromas— Eres tan contradictoria, madre. Vienes a hablarme del pecado y no se cuánta idiotez más cuando tú en un inicio ni siquiera querías tener hijos y cumplir con tu deber como mujer en este mundo —En ese instante la mujer levantó la mirada ofendida— ¿Duele? Pues dejame decirte que esa es la misma lógica bajo la cual tú me estás juzgando por estar con un hombre.

 

—Se acabó, aquí no hay nada que discutir. ¿Quién es ese tipo?

—Estás loca si crees que te lo voy a decir.

 

Yonhee había apretado la copa en sus manos. Pero luego simplemente sonrió y la dejó sobre la mesa de centro, parándose una vez más para verlo a los ojos.

 

—Bien; da igual, porque mañana mismo se acabó esta tontería. He escuchado de hombres que han pasado por esta etapa pero hoy ya están casados y con una familia. Son normales.

 

Changmin entonces viró los ojos y se cruzó de brazos.

 

—Te apuesto lo que quieras a que si me les paso por enfrente a cualquiera de ellos y les coqueteo a medias son más que capaces de irse a la cama conmigo en menos de cinco minutos.

 

En cuanto sintió la mano de su madre golpeando violentamente su mejilla, Changmin volvió a sonreír.

 

—¿Qué se siente madre? Tú hijo puede calentar a más hombres de los que tú has podido o podrás. Es más, si me lo preguntas, unos cuantos de los que has traído me han sonreído demasiado ¿me pregunto si serías sus tapadera? —Internamente Changmin deseaba callarse, se estaba excediendo, lo sabía y aun así lo disfrutaba. Caminaba por la pequeña sala mientras los ojos de la mujer lo seguían— ¡Madre! Estas rodeada de homosexuales, ¡ve a bañarte en agua bendita!

 

—Esto no es broma, Changmin.

—De acuerdo, hablemos en serio. —Changmin se detuvo, cruzándose de brazos y mirándola a los ojos— He hablado con unos contactos y me han hablado de un centro…

 

—Estás loca.

 

Changmin la cortó de inmediato, no necesitaba escuchar más sandeces.

 

—¡Vuelve acá, Changmin!

 

Caminaba directo a su habitación, su madre persiguiéndolo con velocidad, logrando agarrar la puerta antes de que pudiera cerrarla.

 

—¿Qué quieres? No voy a arruinarte más la vida; me voy con mi padre.

—¿Y crees que él te va a recibir con los brazos abiertos? —Se burló, con una sonrisa en los labios— No seas tonto, él intentará quitarte lo… que crees que eres a golpes; al menos yo intento corregirte civilizadamente.

 

—¿Civilizadamente? Deja de hacerte la buena.

 

Changmin intentó una vez más cerrar la puerta pero Yonhee terminó por abrirla e ingresar en la habitación.

 

—Changmin, no me obligues a hablar con tu padre.

—¿Ah? ¿Es que aún no se lo has dicho? Con lo mucho que te gustan los chismes al parecer.

 

—Entre menos gente se entere de esto mejor, ¿no lo entiendes? —Yonhee volvió a pasar las manos por su frente y suspiró largamente— Escucha, estás confundido, eres muy joven. Ni siquiera sabes lo que estás haciendo. Dale una oportunidad al centro, ellos sabrán como guiarte. Si luego de eso sigues sintiendo que…

 

—Madre, esos centros son una estupidez! ¡Principalmente porque no tienen nada que curar! Entiéndelo, NO ESTOY ENFERMO.

—¡No me grites, Changmin!

 

Changmin respiró hondo, sintió nuevamente ese escalofrío recorriendo su cuerpo, tratando de ser todo lo fuerte que en estos momentos no parecía.

 

—No hay nada que discutir. Madre por favor sal de mi habitación.

—Changmin esto no…

 

Fue incluso más rápido, apenas se dio cuenta de lo que estaba haciendo cuando ya había agarrado a la mujer del brazo y aunque ella intentara sacudirse con violencia, él la guio sin problemas hasta la puerta y logró cerrarla a pesar de que Yohee se dedicará a golpear la puerta consecutivamente y le gritara durante varios minutos. Changmin sintió sus manos temblar, su labio inferior imitaba el movimiento de sus manos y sus ojos veían la puerta siendo golpeada por un buen tiempo.

 

Era como si el tiempo le estuviera golpeando en la cara.

Y él solo lograra sentirse más pequeño con el pasar de los segundos.

 

Porque no dolía, no dolían las palabras secas de aquella mujer que se hacía llamar su madre.

Y si no dolían… ¿por qué lloraba?

 

 

 

En algún momento de la madrugada cuando su madre finalmente se quedó dormida, probablemente por las dos botellas de vino que se encargó de vaciar luego de que él se negara a darle señales de vida, y luego de pensárselo mucho e ignorar los mensajes de sus amigos quienes parecían estar muy entretenidos mientras ocupaban como tema principal a Yoochun. Changmin finalmente decidió llamar a un taxi; movía los dedos de sus manos y miraba constantemente por la ventana del auto con su pierna moviéndose sin detenerse una sola vez.

 

—¿Va de visita con la novia?

 

La voz del conductor lo puso en alerta un instante, pero luego solo negó sutilmente.

 

—Lo decía por el estado de nerviosismo. —el hombre rió divertido— aún recuerdo mi época de joven, uno se escapaba  horas tan solo para poder verla unos minutos; esos son los mejores momentos en la vida de uno.

—¿Valía la pena?

 

—¿Disculpa?

 

Incluso el hombre en aquel momento parecía sorprendido de haber escuchado su voz.

 

—Hacer tanto, meterse en problemas ¿por unos minutos?

—El tiempo es relativo. Las horas que me tomaba llegar hasta ella y regresar a casa eran nada. Pero al estar con ella,  era una vida entera en cada minuto. Y es curioso, porque generalmente las personas odian que el tiempo pase lento, pero cuando estás enamorado es todo lo contrario, secretamente te encuentras rezando por que el reloj vaya incluso más lento.

 

Changmin de repente dejó de mover sus manos y levantó la mirada.

 

—Eso es porque el amor es anacrónico.

—¿Anacrónico?

 

El hombre parecía confundido y Changmin únicamente sonrió, negando levemente.

 

—Nada, no me haga caso.

—Entonces… —Retomó el mayor— ¿Va en camino de un amor adolescente?

—Algo así…

 

El hombre sonrió y de pronto el camino se le hizo más corto de lo que parecía. El edificio de Yoochun estaba a la vista. Recordó que eran pasadas las dos de la madrugada, que no tenía idea de lo que estaba a punto de hacer y que otra vez se sentía asfixiado, con ganas de huir de regreso a casa y fingir que nada había sucedido en realidad. Pero el hombre que estaba curiosamente en silencio de pronto lo observaba sin comprender el porqué de su nula respuesta al haber llegado.

 

—¿Quiere que lo lleve de regreso dónde lo recogí?

 

Changmin permaneció en silencio, entonces el hombre volvió a mover la palanca de cambio y el carro se empezó a mover.

 

—¡No, espere!

 

Se encontró agarrando el asiente en frente de él, con los ojos abiertos y el taxista tan solo sonrió, soltando el volante y girando hacía él con ese tipo de expresiones que su abuelo le solía regalar cuando le enseñaba cosas del mundo que a simple vista parecían difuminadas.

 

—Eso, es amor.

—¿Qué?

 

—Es como la persona que lanza una moneda al aire cuando no se puede decidir entre dos cosas a la vez. La respuesta no está en la moneda, sino en el pensamiento que tuvo mientras la moneda estaba en el aire. Su instinto golpeó bravamente en cuanto pensó que se iría de aquí sin poder verla.

 

Changmin miró de regreso al edificio. Y dejó escapar una sonrisa cansada.

 

—Eso ya lo sabía, aunque muchas veces lo dudo… En el fondo lo sé.

 

Suspiró con tranquilidad, sacando de su billetera la cantidad que había marcado el taxímetro. El hombre se marchó con una sonrisa en la cara, deseándole suerte, augurándole un buen amanecer y Changmin respiró hondo otra vez.

 

—Me estoy volviendo loco…

 

 

 

 

Los dos minutos esperando el ascensor se le habían hecho eternos, y en cuanto las puertas de este se abrieron velozmente marcó el botón de la planta baja. El guardia lo había llamado en mitad de la noche, con su voz firme y preocupada a la vez mientras seguramente miraba de soslayo al menor. Yoochun ni siquiera necesitaba de más información para saber que se trataba de él, así que cuando llegó y lo vio sentado en el pequeño sillón de recepción, su primera reacción fue correr hasta él y aprisionarlo entre sus brazos. Luego tomó su rostro, miró sus ojos, su cara. Su expresión nerviosa y el tintinear en su mirada.

 

—¿Qué ha pasado? ¿Por qué estás aquí?

—¿Me puedes abrazar otra vez?

 

Su voz no era así, Changmin no hablaba bajito ni le temblaban la voz cuando le hablaba. Así que tan solo cedió. Lo abrazó otra vez, con más fuerza mientras sentía las manos del menor en su espalda y un suspiro hundiéndose en su cuello. Justo en ese instante el reloj marcaba las dos y media de la madrugada y el frío lo recorría por completo. Changmin estaba en pijama, y el guardia quien parecía ahora entretenido en ver las cámaras de seguridad parecía haber cedido en darles un poco de privacidad.

 

—¿Quieres subir?

 

Changmin solo asintió, a Yoochun le hubiera gustado poder tomar su mano, su instinto le gritaba que lo hiciera y aun así se privó de hacerlo. Sin embargo cuando las puertas del ascensor se cerraron, pasó una mano por sus hombros, le transmitió un poco de calor a esa piel tan fría y Changmin sonrió.

 

—Mamá lo sabe.

 

Yoochun sintió un poco más de frío a partir de ahí.

 

—¿Fue Yunho?

—No, una amiga suya nos vio en la playa aquella vez.

 

Dejó que el pequeño silencio los consumiera, brevemente antes de que las puertas se volvieran a abrir. Y cuando ingresaron al departamento se dio cuenta de lo adaptado que se encontraba Changmin a él. Porque sencillamente entró y fue como si se encontrara perfectamente en su hogar, en un lugar a salvo en el que estar.

 

—Ella me quiere hacer “tratar”

 

Yoochun frunció el ceño, sentándose junto a él.

Los ojos de Changmin no parecían ser los mismos fríos de siempre, y por más ajeno que sonara, ver esos ojos que nadie más había podido ver lo llenaron de regocijo internamente.

 

—¿Cómo que hacerte tratar?

—Porque esto no es normal.

 

Changmin recogió sus piernas, abrazándose a ellas mientras Yoochun acariciaba suavemente su cabello.

 

— Ella es la que está loca, no yo. —De pronto había comenzado a hablar en susurros y Yoochun solamente permaneció a su lado atentamente— No quiero regresar a ese lugar.

—Estás haciendo un berrinche.

 

—No tienes idea de todo lo que me dijo.

—Changmin es tu madre, esta es apenas su primera reacción, tienes que esperar y tratar de…

—¡Basta! No quiero hablar de esa mujer, solo… solo te quiero abrazar.

 

Repentinamente Changmin se había lanzado a sus brazos, él perdió un poco el equilibrio, tal vez apropósito, tal vez no, pero Yoochun se sintió complacido cuando ambos se quedaron semi recostados sobre el sillón. Cuando hubo un silencio exquisitamente privado que no lograba incomodar a ninguno de los dos mientras Changmin permanecía con su respiración pausada a su lado.

 

—Parece que te estuvieras despidiendo.

—Se siente como si me estuviera despidiendo —masculló Changmin, suspirando suavemente antes de girarse un poco y clavar la mirada en el techo— Pero eso no va a pasar ¿verdad?

 

—El día que te quieras ir de mi lado, eres libre de hacerlo Changmin, pero no te dejaré irte si te están obligando a ello.

—Hoy ha sido un día horrible, es como si todo el mundo me hubiera dado la espalda.

—Y se pondrá peor.

 

Changmin lo miró y Yoochun rió divertido.

 

—Eso ya deberías saberlo, las cosas de este lado no son bonitas la gran mayoría del tiempo. Pero cuando creces todo empieza a valerte una mierda. Y entonces empiezas a ser feliz.

—Yo solo quiero que no salgas huyendo otra vez.

 

Yoochun lo apretó un poco más contra él.

 

—No lo haré.

 

 

—¿A qué te refieres con que no sabes dónde está? ¡Eres su mejor amigo! No puede haber salido en medio de la madrugada y tú decirme que simplemente no sabes dónde o quien anda. ¡Kyuhyun, por dios, Changmin puede estar en peligro! ¿Realmente todo este silencio vale la pena si mañana mi hijo aparece herido o peor?

 

Kyuhyun no dejó de moverse dentro de su propia habitación, las palabras de Yonhee todavía taladrándole en el oído. La sentía cerca de él como si estuviera atravesándolo con su afilada mirada mientras él se movía nerviosamente de un lado a otro. Y Minho seguía del otro lado mensajeándole que había intentado hablar con Sunny pero ella no sabía de él desde el día anterior.

 

Mierda, porque diablos Changmin tenía que montarse toda esta estupidez sin haberles al menos avisado algo.

Ahora incluso ellos estaban preocupados.

 

—Contesta, maldita sea…

 

Y el celular de su amigo seguía sin recibir los mensajes o si los recibía ni siquiera los leía, porque en su cabeza no podía caber la idea de que lo estuviera ignorando a sabiendas de que su madre estaba a nada de ir a la estación de policías. ¿Qué pudo haber ocurrido para que Changmin no les dijera nada y simplemente desapareciera?

 

—Tendré que llamar a su padre y a la familia entera si no tengo noticias de él en media hora  Kyuhyun. Solo quiero saber dónde está e iré por él. Eso es todo. Porque si amanece y él no ha llegado, entonces no solo seremos sus padres los que irán por él, sino también la policía.

 

Maldita mujer loca, ¿cómo se atrevía a presionarlo de esa manera? Ni que el fuera adivino.

 

—¡Maldita sea! Contesta más que sea algo… —Kyuhyun exhaló con fuerza y sentó en la cama otra vez, en cualquier momento Ahra, lo escuchaba inquieto a esas horas de la madrugada y se iba a percatar que estaba en más de un problema a la vez— Changmin maldito hijo de puta, ¿cómo te atreves a irte de tu casa y no decirme nada?

 

Agarró el teléfono como si este pudiera darle todas las respuestas y luego lo lanzó contra el colchón.

Exasperado una vez más.

 

 

 

 

No recordaba le momento exacto en que habían empezado a besarse, quizá eran las promesas acompañadas por la cercanía y suavemente decoradas por las respiraciones acompasadas de ambos, pero Yoochun sentía los labios de Changmin ejerciendo una fuerza poco habitual sobre su boca mientras sus manos poco a poco iban a recorriendo espacios de su ligera camisa que apenas y era igual de ligera que la de Changmin.

 

Llevaban tanto tiempo besándose que ni siquiera recordaba el instante en que había empezado a suavizar su respiración para no tener que romper el beso y cuando la pierna de Changmin se movió abriéndose paso entre las suyas supo que la intención del menor iba cambiando en tanto su lengua empezaba a marcar el vaivén de sus respiraciones, como si sus cuerpo buscaran al mismo tiempo el mismo exacto movimiento. Changmin subía un poco sobre su cuerpo en cada respiración y bajaba al igual que su pecho.

 

—Espera…

 

Yoochun respiró hondo, agachándose un poco cuando Changmin por instinto deseó continuar besándolo.

 

—Temprano dijiste que…

—Quiero hacerlo, en verdad quiero hacerlo contigo. Si mañana desapareces, quiero que mañana esto sea eterno.

—¿Qué cosas dices?

 

Yoochun sonrió divertido, mirando el rostro del menor. Condenadamente apuesto, su rostro era un imán para sus defensas bajas. Y cuando se pudo acomodar mejor, logrando estar sentado otra vez, con Changmin en frente, mirándolo con esos grandes ojos que parecían solo verlo a él; Que le hacían creer que realmente cumpliría con cada una de las cosas que le decía Yoochun comprendió algo mucho más profundo de lo que le gustaría admitir.

 

Changmin le gustaba en muchas cosas por igual, en las cosas que pensaba, en las que decía o las que le hacía sentir. Todo eso hacía ebullición dentro de él incluso sin que el otro se pudiera percatar; pero todo aquello era lo que él meno provocaba en él. Hoy, mientras veía su rostro y percibía sus besos, Yoochun se descubrió derribando la primera barrera por voluntad propia. En el fondo las palabras de Junsu y Jaejoong sonaban como eco. Changmin mañana se podía arrepentir o desenamorar; era un joven volátil descubriendo el mundo en su corta edad.

 

Pero a consciencia de poder salir lastimado, Yoochun dejó la primera pared caer y su recompensa fueron aquellos ojos que lo veían de esa manera profunda e hiriente, que lo hacían asimilar un pozo sin fondo.

 

—Eterno, por siempre… ¿si quieras sabes el valor de esas palabra? ¿lo pesadas que son?

—¿Lo sabes tú?

 

—Contigo he descubierto que hermosas no son, duelen. Porque si te pierdo y no te vuelvo a ver ese por siempre pesará sobre mi como las quintales de años perdidos y noches sin dormir.

—El tiempo es relativo. —Changmin lentamente se había ido subiendo a sus piernas, hasta poder pasar los brazos extendidamente por encima de sus hombros y acercarse a su rostro una vez más— El amor es anacrónico para mí.

 

—¿Cómo si las cosas del pasado siguieran ocurriendo una y otra vez?

—Quererte es anacrónico, no tengo un tiempo exacto. Mañana, hoy, ayer; esto iba a pasar y seguirá pasando…

—…Porque quizá ya pasó alguna vez.

 

Changmin le sonrió.

Changmin no sonreía de esa manera a nadie más. Sus entrañas se lo decían.

 

Su boca lo buscó de nuevo y su beso se profundizó en medio de la noche. Le regaló la mejor de las noches. En ese templado espacio de calma que había buscado darle y que sus caricias planeaban proporcionarle.

 

—Vamos a mi habitación…

 

Habló contra sus labios, suavemente, con esa sonrisa pequeña que hizo a Changmin besarlo cortamente una vez más. Y en esta ocasión sus instintos se dispararon gritándole una vez más que apretara su mano con fuerza, que entrelazara sus dedos y se permitiera caminar junto a él. Y esta vez lo hizo así. Tomó su mano con fuerza y camino junto a él por el estrecho pasillo hasta su habitación, en medio de aquella madrugada a punto de llegar a invierno en que el mundo entero le empezó a importar una mierda.

 

Si Changmin estaba ese día ahí, el mundo entonces no parecía tan mierda como usualmente lo era.

 

Era la única paz matando con su silencio los gritos escandalosos de los demás.

 

 

 

Faltan 53  días

Listo, lo acepto. Están en todo su derecho: insultenme,  xD

Publicado en Fanfics

Corazón con fecha de expiración: capitulo 13


Corazón con fecha de expiración

Esos recuerdos de amarnos con locura pronto empezarán a fluir

Capitulo Trece

Yoochun no esperó demasiado antes de que sintiera la cabeza de Changmin apoyada en su hombro, con esa suave respiración que le indicaba que el menor había quedado dormido casi de inmediato al instante de subir al taxi. Pensó y trato de recordar: ¿cuántas horas había pasado el menor sin dormir? ¿Cuánto había incomodado al otro al punto de sentirlo tan cansado? Y lo miró como si lo reconociera por vez primera.

Yo debería ser quien cuide de ti…

Pero mientras el carro avanzaba y el kilometraje aumentaba Yoochun se percató que el camino a casa era un poco largo, que no sabía nada de la vida en general que desde haberse levantado apenas y había podido encontrar un mensaje en su celular proveniente de Dasom, y aquello le recordó la llamada de Junsu. Y su inevitable visita junto a Jaejoong. Y aquello fue como sentir las palabras del mayor detrás de su cabeza de nuevo.

Miró su reloj, aún era lo suficientemente temprano como para poder huir lejos de ahí, porque no importaba que llamara a Junsu, sabría que Jaejoong de todas formas iría. Suspiró cansado mirando a Bomul jadear contento mientras asomaba su pequeña cabeza por la ventana. Acarició la cabeza del can y este agitó aún más su cola, ladrando cada tanto y regresando a dar un par de vueltas sobre sus piernas antes de volver a la ventana.

¿Qué es lo que estoy haciendo realmente mal?

—Llegamos.

El hombre se estacionó, Yoochun sacó un par de billetes y movió a Changmin apenas un poco. Los ojos del menor se abrieron lentamente apenas mirando el lugar y saliendo en pasos torpe del auto. Estirando su cuerpo un poco, acomodando la maleta a su espalda. Y con Bomul atado a la correa revoloteando de un lado a otro. Cuando el auto arrancó, Yoochun respiró hondo, habían llegado y él aún no se había decidido por hacer algo.

—Vamos.

Changmin reaccionó ante sus palabras, siguiendo sus pasos y un poco intimidado. Dentro el lugar parecía un poco frío y sobrio. Mucho más de lo normal. El guardia de la entrada saludo pero Changmin apenas pudo asentir, sintió ese hueco en el estómago, ese horrible y molesto dolor que lo descolocaba un instante mientras el silencio de Yoochun taladraba esos pensamientos revoltosos que él cargaba en la cabeza.

Entonces recordó no dejarlo pensar demasiado a Yoochun; no dejarlo temer.

Así que mientras subían en el ascensor tomó su mano y cuando este lo miró. Changmin únicamente sonrió.  Mirando hacia adelante y sintiendo la mirada de Park durante un par de segundos justo antes de que la puerta del ascensor se abriera.

—Tengo un poco de hambre. Sería bueno que me cocinaras un poco.

—¿Ah, sí? —Yoochun sonrió divertido— ¿Y que se le apetece al joven?

—No sé… cualquier cosa está bien.

—¿En serio? Pues yo no tengo apetito, así que será ramen.

Changmin sonrió débilmente, Yoochun casi nunca tenía apetito últimamente. Si bien haber estado alejados lo mantenía al margen de la situación, eso no cambiaba el hecho de que el mayor a diferencia de meses atrás cuando comía sin falta en cada receso junto a él, ahora simplemente no lo hacía. Y él lo había notado. Changmin no había dejado de mirarlo, de notarlo, de percatarse lo veloz que el mayor estaba bajando de peso.

—Pero comerás un poco al menos.

—¿Ah? —Yoochun parecía repentinamente sorprendido— No me apetece la verdad.

Buscó las llaves en el bolsillo de su pantalón. Pero parecían repentinamente haber desaparecido, noto incluso mientras miraba de reojo al menor que Changmin arrugaba un poco el entrecejo y bufaba ligeramente desviando la mirada. Cuando finalmente las encontró. Una sonrisa emanó de sus labios al igual que sus palabras suaves y relajadas.

—De acuerdo comeré algo.

Cedió tranquilo y pareció que Changmin esperaba lograr algo con el pequeño gesto sutil que había soltado y que ahora hacía sonreír a Yoochun quien inevitablemente pasó una mano por encima de los hombros del menor en tanto abría la puerta del departamento.

—A veces pareces un niño ¿sabías?

—No me despeines —se quejó Changmin mientras se removía dentro del pequeño abrazo— ¡Yoochun!

La voz de Changmin que sonaba animada se cortó de inmediato en cuanto miró en la misma dirección que el mayor, el cuerpo de Yoochun se había tensado mientras miraba al hombre de cabellos castaños, quien parado junto al gran ventanal de su departamento parecía haberlos estado esperando.

—No creí que demorarías. Aunque en un primer instante pensé que te encontraría aquí realmente.

La voz de Jaejoong áspera pero controlada hizo a Yoochun sentir demasiadas cosas a la vez sin que pudiera razonar concienzudamente sobre como sentirse al respecto realmente. Sentía que Jaejoong estaba traspasando los límites, sentía que Jaejoong tenía un poder sobre él indescriptible y sin embargo su indignación se disparó en el momento que escuchó el susurro de Changmin a su lado y el menor terminó con cualquier tipo de contacto entre ambos.

—Hyung…

Yunho estaba ahí, sentado en uno de los sillones, con su mirada seria y adusta atravesándole la garganta.

Junsu recogió sus pertenencias esa tarde con un poco de velocidad, las clases terminaron con total tranquilidad e incluso los salones vacíos ante la ausencia de Yoochun no habían provocado problema alguno. Sin embargo en el trascurso de la mañana el mensaje de Jaejoong lo había tomado de sorpresa, le había pedido que se encontraran mejor en el departamento de Yoochun que él tendría que hacer algo antes. Junsu parecía haberse llevado bien con Jaejoong desde un primer instante pero en ocasiones el mayor le resultaba un reto por sus actitudes espontaneas y en ocasiones extrañas.

Pero sin problema alguno Junsu había accedido, y ahora se encontraba conduciendo con cuidado hacía el departamento de Park un tanto lejos del Instituto. Sunny se había acercado a él en la mañana muy preocupada por la ausencia de Changmin ese día a clases y luego al no poder acercarse al único profesor que mantenía contacto con Changmin, dígase Yoochun, la muchacha no había tenido otra salida que recurrir a él.

Que Yoochun supiera el porqué de la ausencia de Shim era casi improbable, Park se encontraba delicado de salud. Y seguramente sus prioridades en ese instante eran otras, pero la muchacha simplemente había asentido con cuidado y se había alejado un poco cabizbaja y preocupada, con sus amigas abrazándola y pidiéndole que no se preocupara de más, y que sonriera puesto que hoy era el cumpleaños de su novio y debía verse realmente hermosa.

Junsu aún recordaba esa época en la que la vida parecía tan sencilla y el mundo era tan pequeño.

Todo era tan tranquilo entonces.

Giró en alguna esquina y pronto recordó que Yoochun tenía algunos días sin comer como es debido y quizá esta pequeña recaída le serviría al mayor para poder concienciar sobre comer más adecuadamente. Así que en cuanto encontró una pequeña tienda se detuvo. Y decidió que llevaría unas cuantas frutas al departamento de Yoochun.

—¡Hyung, espera!

Changmin alcanzó a sostener los brazos de Yunho unos centímetros antes de que alcanzaran a Yoochun quien un poco aturdido aún miraba a Jaejoong con algo que empezaba a transformarse en enojo. Pero Kim únicamente mostraba su rostro imparcial y sin emoción alguna, con los brazos cruzados y mirando todo a la distancia.

—¡¿Te has vuelto loco Park Yoochun?! —la voz de Yunho se alzó con fuerza y toda la agresividad que parecía haber estado albergando en su espera— Le llevas ocho años ¡demonios! ¡Es tu maldito estudiante! ¿Tienes mierda en la cabeza?

Jung se sacudía con fuerza, y Yoochun aún hundido por el sentimiento de traición y los estragos de la resaca, apenas sacudió un poco su cabeza y luego llevó una mano a su cabeza antes de respirar profundo. Y fue entonces cuando Changmin perdió la fuerza que sostenía al mayor y Yunho sin reparo alguno se había lanzado sobre Park. Asestando un doloroso puño en la mejilla de Yoochun quien solo soltó un quejido lastimero ante el mareo instantáneo que había sufrido.

—¡Yunho basta!

Pero su voz por más que intentaba sonar molesta no logró su cometido. Yunho ya se encontraba sobre Yoochun agarrándolo por el cuello de la camisa, exigiendo respuestas que no llegaban y golpeándolo por cada instante que más tardaba en responder. Sin saber que hacer giró hasta Jaejoong quien se había mantenido inmune hasta entonces y lo miró con desesperación.

—¿Esto es lo que querías? ¡¿Qué clase de amigo eres?! —Gritó sin el menor sentimiento de respeto y apretó sus puños con fuerza— ¡Detenlo! Sé que Yunho hyung te va a escuchar… —suplicó—  ¡Haz algo maldición!

Pero Jaejoong únicamente suspiró y se giró, con sus ojos puestos en las calles de la ciudad, dándole la espalda a aquella penosa situación. Los ladridos de Bomul taladrando los oídos de cada uno de ellos ahí. Changmin sin embargo lo agarró por el hombro y lo hizo girarse, atravesándolo con aquella cortante mirada.

—¡¿No me estás escuchando?!

—Si han decidido estar juntos, esta es la primera prueba que deben afrontar ¿no? —Jaejoong aún no parecía dispuesto a mostrar emoción alguna, y Changmin únicamente abrió sus ojos sorprendido y asustado por igual— Aunque sinceramente no sé qué clase de poder de decisión podría tener un niño como tú. ¿O cómo piensas que será cuando tus padres se enteren?

Y aquello había sido como una estaca invisible atravesando su pecho. Estático, Changmin solo había escuchado a Junsu gritar alterado que se detuvieran. Aunque el único activo en esa pelea fuera Yunho, finalmente había logrado separarlos y Yunho quien continuaba alterado solo atinó a mirar molesto la manera en que Changmin se colocaba de rodillas en el suelo dispuesto a ayudar a Yoochun, mientras Jaejoong parecía entretenido en preparar algo de café. Junsu, quien sin entender se había sentado entre ambos para evitar una disputa nuevamente, miraba extrañado a todos los presentes; empezando por Changmin.

Bomul ladraba a ratos, mirando de manera agresiva a Yunho y gruñendo por lo bajo cuando el mayor hacía algún tipo de movimiento. Pronto el aroma del café había inundado el departamento. Y Jaejoong quien caminaba por el piso como si nada estuviera ocurriendo en realidad, fue el encargado de cerrar la puerta y repartir una taza de café para Yunho, Junsu, Yoochun y otra para él.

—Supongo que los niños no beben café. Así que te traje una soda.

La lata fue depositada con poco cuidado ante Changmin, en la pequeña mesita frente al sillón, donde él y Yoochun se encontraban sentados.

—Jaejoong… —la voz de Yoochun no había sonado precisamente suave en ese instante, pero a Jaejoong pareció importarle poco, bebió de su taza, y Changmin únicamente continuó limpiando la sangre en el rostro del mayor. Tragándose el orgullo y evitando mirar al mayor de todos. Analizando la situación, lo mejor en esos instantes era hablar poco, conocía sus propios impulsos y justo ahora no era el mejor momento para sus deslices irrespetuosos.

—¿Alguien me puede explicar lo que está sucediendo aquí?

Junsu había alzado un poco la voz, sentía que Yunho a su lado era un volcán a punto de hacer erupción, y que si dejaba de mirarlo un instante volvería a atacar a Yoochun.

—Pues que Yoochun sea el primero en hablar. Creo que aquí todos lo queremos escuchar atentamente.

Jaejoong miraba a Yoochun desde su lugar, atenta y directamente a sus ojos.

Changmin únicamente sentía ese terrible hueco en el estómago. Ni siquiera le habían permitido aclarar algo junto al mayor.

Entonces… ¿qué eran realmente?

—Creo que lo que has hecho es la cosa más imprudente y repugnante que has podido hacer Jaejoong.

—Pues estamos iguales Yoochun.

Jaejoong levantó en alto la taza en sus manos, con ese aire desafiante que estaba haciendo perder la paciencia a Yoochun.

—Jaejoong basta —Junsu en esta ocasión, más serio de lo normal levantó una mano hacía el mayor— Yoochun habla de una vez.

—¿Minho oppa?

Sunny había sonreído en cuanto el más alto había girado a su llamada, Choi se acercó con esa expresión tranquila y alzó su mano en señal de saludo mientras la muchacha le devolvía la sonrisa de igual forma y asentía  a modo de saludo.

—¿Qué haces por aquí Sunny?

—Pues iba camino a casa, pero me distraje porque pensé en tomar un poco de té y te encontré.

—Oh, qué buena coincidencia.

Minho volvió a sonreír, repleto de ese deje tan suyo por complacer a la gente y hacerla sentir conforme, pero Sunny de pronto bajo un poco la mirada y parecía que los segundos se movían lentamente.

—Minho… ¿tú sabes que ocurre últimamente con Changmin?

—¿Changmin? ¿Por qué?

Las alertas de Choi se habían disparado de inmediato.

—Por ejemplo hoy no fue a clases… y no sé qué pasa con él sinceramente. Es como si algo suyo se estuviera perdiendo en el camino.

Las palabras de Minho se quedaron atoradas en su garganta.

Sí… él lo sabía muy bien, conocía ese sentimiento y odiaba tener que callar ante la evidente preocupación de la muchacha que arrugaba el entrecejo y lo miraba como si se tratara de la última esperanza. Minho entonces solo acarició su cabello y sonrió.

—Él solo está pasando por unos problemas un poco complicados, pero tú tranquila. Él los resolverá. Es Changmin de todas formas ¿no?

Aunque las palabras de Minho sonaban lindas, Sunny no pareció tomar aquello con calma.

—Bueno ¿qué te parece si vamos a tomar algo? —ofreció Minho, con esa sonrisa amable y ese tono de voz que hizo a Sunny suspirar resignada mientras asentía y se dejaba guiar por el más alto— Conozco una cafetería cerca de aquí, es muy buena. Tienen unos dulces deliciosos aunque a Kyuhyun y a Changmin no les gusta tanto lo dulce, ya sabes, con lo amargados que son…

Minho rió y Sunny encontró irresistible esa risa por la que también se sintió contagiada.

—Por cierto, Sunny… —Un poco ya más relajado, Minho había apretado un poco sus propias manos y parecía repentinamente avergonzado— Yo quería pedirte disculpas por lo de la noche pasada. Tú querías presentarnos a tu novio y sus amigos, y Changmin nos estaba presentando ante ti y esa noche debió ser amena y divertida, pero la arruiné. Así que me disculpo por eso.

Lo cierto es que a pesar del inconveniente de esa noche, Sunny la había pasado bien.

Quería conocer a los amigos de Changmin, esos a los que no podía evitar mencionar de vez en cuando y quienes les había parecido bastante agradables incluso a pesar de la pelea que se había armado entre Minho y dos de los amigos de Sungmin esa noche. Bueno, eso aunque Kyuhyun no hubiera hablado demasiado.

—No te preocupes. Tus motivos debiste tener y no quiero involucrarme en algo seguramente es un asunto entre Jinki, Jonghyun y tú.

Minho se preguntó por un instante si Changmin le habría contado a la muchacha acerca de la situación de Jinki y él.

Pero lo descartó casi de inmediato.

—Bien, aquí es —anunció Minho, un poco más relajado ahora que se había disculpado mientras la muchacha sonreía abiertamente y parecía entretenida en mirar el menú frente a ellos sobre la cabeza de los que se encontraban en caja— Yo invito ¿qué quieres pedir?

—Un té helado estaría bien.

—¿No quieres algún postre?

—No sé… es que… —Sunny parecía ligeramente tímida de repente— Es extraño, no nos conocemos y…

—Tranquila —Minho palmeó la espalda de la rubia— Eres amiga de mi mejor amigo, considerame un amigo también. No tengas vergüenza. ¿Un dulce de tres leches estaría bien?

Sunny asintió de inmediato, con una sonrisa amplia y parecía que incluso le brillaban los ojos.

Minho sonrió y se acercó a la caja con la billetera ahora en sus manos.

—Buenas dos té helado, un dulce de tres leches y una tartaleta de espinacas.

—De acuerdo, ¿algo más?

—No, eso es todo.

—Bien, entonces por favor esperen en una mesa. Enseguida le llevarán su orden.

La mujer de ojos pequeños le hablaba con una sonrisa en el rostro, mientras se escuchaba el sonido de la pequeña maquina soltando la factura de su pedido, Sunny parecía entretenida mirando los pasteles e incluso parecía brillar con aquello.

—Te gustan los dulce ¿cierto?

—Sí, quisiera estudiar algo de pastelería después de graduarme.

—Y serías una pastelera muy bella.

Sunny rió divertida, encaminándose junto a él hacía una de las mesas. No se sentía como un coqueteo, más bien como sutiles bromas entre ellos que la hacía sentir un poquito más en confianza. No se sentía como un coqueteo porque además de todo ella sabía que Minho sentía cosas por Jinki, después de todo lo había besado en plena reunión y había arrancado el gran y bullicioso problema de esa noche. Y por sobre todo: estaba Sungmin. Ella… casi estaba enamorada de él.

—¿Y a Sungmin le gustan los pasteles?

—¡Por supuesto! —Ella ni siquiera pudo ocultar la emoción al revelar aquello— Le fascinan al igual que mí, quizá por eso somos tan compatibles —sonrió abiertamente y suspiró— Hemos hablado y sería lindo montar una pastelería entre los dos ¿no crees?

—Supongo que… —Los ojos de Minho se habían ido abriendo lentamente ante la imagen que habían encontrado en una de las mesas al fondo del sitio, justo a unas pocas mesas de la única vacía que habían logrado encontrar esa tarde— ¿Kyuhyun?

Apenas lo había identificado, a él y su acompañante, Minho había girado hacía Sunny quien parecía ligeramente estupefacta.

En realidad no habría importado…

Pero es que ellos no eran realmente amigos, no se conocían de antes. Se habían visto por primera vez en aquella reunión desastrosa en la que Minho terminó siendo golpeado por Jonghyun y entonces apenas se habían podido medio presentar y apenas charlar un rato. De eso tan solo habían pasado semanas.

No habría importado…

Si no fuera porque Kyuhyun tomaba la mano de Sungmin y este se alejaba renuente, aunque al mirarlo a la cara pareciera ceder y no se podían escuchar sus voces. No se podía saber de lo que hablaban.

Minho sabía que había algo.

Y ese algo para Kyuhyun no parecía tan inalcanzable.

—Va…vamos a saludarlos.

Quiso dar un paso hacia adelante, con su sonrisa nerviosa, poner en alerta a Kyuhyun. Pero Sunny lo había agarrado de la camisa con esa expresión indescifrable en el rostro y su voz en esta ocasión apagada.

—No… quiero verlos. Déjame verlos.

Supo entonces que eso terminaría peor que lo suyo aquella noche.

Estúpido Kyuhyun. Nunca dijo algo. Jamás los puso en alerta.

—¿…Qué?

Una vez la frase circuló por sus oídos, Junsu no pudo más que sentir escalofríos, sintió que no sabía quién era el hombre que tenía en frente porque sencillamente Park Yoochun no podía estar diciéndole que “tenía una relación con Changmin” era inconcebible. Sin embargo Jaejoong permaneció tomando su café de manera impasible y Yunho fruncía aún más el ceño, parecía más enojado incluso, pero no descontrolado como al inicio. Lo cual lo hizo suponer lo obvio, ellos ya sabían aquello.

—¿Es una broma? ¿Qué es todo esto?

Escandalizado se puso de pie y miró al hombre directamente a los ojos. Yoochun apenas tardó unos segundos antes de suspirar lentamente y bajar la cabeza.

—No me mires de esa manera Junsu…

—¡¿Y de qué otra manera quieres que te mire?!

Casi por inercia su mirada se deslizó hacía Shim quien parecía ahora más impasible que antes, sentado junto a Yoochun en aquel sillón ante la impasible mirada de todos los adultos en esa sala. Excepto Yoochun. Yoochun no lo había vuelto a mirar a la cara una sola vez.

—Es una locura… no puedo concebir que realmente sientas cosas lo suficientemente fuertes por un niño como este como para arriesgar tu carrera y por ende tu vida entera así como así. —Junsu profundizó aún más su mirada en Changmin— Y sinceramente si sientes algo, no creo que pase más allá de un ataque alocado de pasión, sexo o algo por el estilo.

—Junsu…

La voz de Yunho sonó con un ligero tinte de advertencia, pero Junsu sencillamente levantó un poco su mano, pidiéndole continuar, a pesar de la mirada cruda que ahora le devolvía Changmin ante sus palabras.

—Disculpame Yunho pero si tu primo se metió a jugar con cosas de adultos, es mejor que escuche las cosas como son… ¿Entonces?

Changmin solo necesitó deslizar su mirada hacía Yoochun para sentir que las cosas no iban realmente bien. El mayor parecía darle muchas vueltas a diferentes cosas en su cabeza. Ellos apenas habían empezado a solucionar las cosas. Y ahora estaban los tres presionándolo y agobiándolo. Era como verlo venir. Yoochun dándole la espalda nuevamente. Yoochun alejándose otra vez. Y por primera vez decidió tragarse el orgullo e impedir que eso ocurriera. Hacer algo diferente a esperar que las decisiones de Yoochun dirigieran el camino entero entre ellos.

—Se acabó. —Logró ponerse de pie mientras apretaba los puños y esta vez la mirada adusta de los tres adultos se tensaban sobre su cuerpo— Ustedes no están realmente dispuestos a escuchar, únicamente quieren que Yoochun se aleje. En el momento en que estén dispuestos a abrir la mente más allá de lo que consideran correcto entonces podremos hablar.

Entonces se produjo ese mortal silencio que hizo el corazón de Changmin saltar acelerado.

Finalmente era como un bicho pequeño entre los cuatro, un intruso al fin y al cabo.

—¿Qué has dicho? —Jaejoong fue el primero en reaccionar, poniéndose de pie junto a Junsu. Y en esta ocasión finalmente mostrando una expresión. Una ruda y molesta mientras fruncía el ceño y lo miraba como si fuera muy capaz de aplastarlo contra el suelo por aquella falta de respeto con la que se había dirigido ante todos— ¿Cómo te atreves a exigir algo en un lugar que no te pertenece?

—Especialmente tú, fuera de aquí —Nuevamente el silencio se hizo entre ellos pero ninguno se movió— ¿no me oyeron? ¡Fuera de aquí, no quiero verlos más!

En ese momento las cosas empezaron a ponerse a otro nivel.

Changmin empezaba a enojarse realmente y Yoochun levantó la mirada hacía los presentes. Jaejoong lo miraba exigiéndole que pusiera algo de orden en SU departamento, pero para el caso, Yoochun  pensó que si Jaejoong lo había traicionado tan vilmente entonces él también podía hacerlo. Colocó la espalda contra el sillón y miró fijamente el mayor de todos en ese lugar.

—Ya lo oíste. No te quiere aquí.

Esta vez fue diferente. Los ojos de Jaejoong se ampliaron y su expresión entera cambió a una de incredulidad.

—¿Cómo te atreves? —Jaejoong dirigió su mirada al menor quien afrontaba su mirada sin problemas —¡¿Te has vuelto loco?!

Antes de que Yoochun pudiera responder, a pesar de que careciera de entusiasmo para darle explicaciones, Yunho se puso de pie, aún con esa expresión agria en su rostro y agarrando a Changmin del brazo.

—Perfecto, no vamos. Este es tu departamento al fin y al cabo, pero Changmin se va conmigo. —En el momento en que el menor intentó forcejear su agarre. Yunho siseó despacio y con su mirada fija en él— Recuerda que eres menor de edad.

—Obligame y juro que cortaré todo lazo contigo. —Yunho pareció sorprendido por aquello, por el dulce niño que toda la vida había tratado como su hermano menor— Así que no hagas las cosas más difíciles para ambos.

Changmin se zafó y Junsu dejó escapar una corta risa mientras veía a Yoochun fijamente.

—¿Te das cuenta? Es como un niño al que le quieren quitar la paleta. —Junsu tomó velozmente su bolso y miró por última vez a Park— Date cuenta que lo de él es solo un berrinche.

Ante la salida molesta y veloz de Junsu, por un instante Yunho se quedó desubicado. Aún miraba a Changmin cerca de él sin saber que hacer realmente y Jaejoong entonces había tomado su brazo. —Vámonos de aquí.

—No puedo dejarlo aquí.

—Yunho ellos no tienen tres días con esto, ¿qué quieres evitar exactamente?

Jaejoong envío otra de sus fulminantes miradas a Yoochun y jaló a Jung hacía la salida de aquel lugar. Con un portazo como último sonido Changmin pudo sentir su estómago pesado otra vez y logró sentarse nuevamente en el sillón antes de que la imagen de Yoochun pasando las manos por su rostro le golpeara duramente.

—¿Estás preocupado?

—Esto no debió pasar así.

—Pues tu amigo no ayudó demasiado…

Yoochun asintió, levantando una de sus manos para que parara de hablar, Changmin entendió que Jaejoong era más importante de lo que él pensaba. Yoochun no estaba preocupado. Yoochun estaba herido. Y probablemente solo. Tan solo como él.

Y extrañamente ese escalofrió que lo recorrió, fue satisfactorio.

No importaba, porque él estaría siempre ahí para Yoochun y quería hacérselo entender.

Se acercó, despacio y con cuidado. Hasta que pudo cerrar su abrazo y cubrirlo por completo. Tal y como quería que sus sentimientos lo rodearan. Yoochun en algún momento bajó la guardia y pronto estuvo estirando sus brazos hacía él. Changmin siempre había estado solo, tan solo que a pesar de todo realmente se encontraba fuera de lugar. Pero con Yoochun todo tomaba forma. Changmin sentía que tenía un lugar junto a él.

…Y quería que Yoochun se sintiera igual que él.

—Lo lamento todo.

—No fue tu culpa.

—Pero seguramente tus padres se enteraran y eso será tan…

Yoochun se alejó un poco y pasó una mano por su rostro otra vez.

—¿Estás más preocupado por mí que por tu trabajo?

—Yo puedo intentar buscar otro lugar, tú tendrás a tu familia siempre y dudo que esto les haga mucha gracia.

Changmin buscó su mirada otra vez, agachando un poco la cabeza para que esos ojos alicaídos se fijaran en él y entonces le sonrió.

—No me importa. —Tomó el rostro del mayor y se acercó a sus labios, se aferró a él. Todo lo que quiso, todo lo que pudo. Tan cerca que sus labios se rozaban y de alguna manera quedó encima de él.— Nunca me ha importado menos, con tal que no te vuelvas a ir —Le dio paso a su beso, a sus labios húmedos y a la suave resistencia de Yoochun que seguramente tenía demasiadas palabras dándole vueltas en la cabeza. Pero Changmin fue paciente y esperó. Besó sus labios despacio y dejó que fuera Yoochun quien decidiera el momento oportuno.

Llegó luego de unos segundos cuando las manos del mayor se pusieron en su espalda y lo acercaron un poco más a él. Changmin le permitió entrar en su boca, en su vida, en su alma. No era un simple beso más. Era la última oportunidad que Changmin tomaría junto a él. Su orgullo lastimado se la estaba dejando pasar y su estúpido corazón saltaba lleno de felicidad en su interior. Cuando Yoochun se alejó, acariciando su rostro con la misma parsimonia de siempre Changmin solamente se apoyó un poco en aquella mano que se paseaba por su mejilla.

—Sonará horrible, pero en serio siento que no hay rostro más perfecto que el tuyo. Y no lo habrá.

—Tienes razón, sonó horrible —Changmin rió suavemente y suspiró— Esas cosas mejor déjaselas a las chicas. Ellas necesitan por alguna razón que les digan todo el tiempo lo hermosas que son.

Yoochun sonrió, besando sus labios esta vez por un periodo corto de tiempo.

Despacio y tranquilo.

Yoochun paró, y Changmin decidió ponerse de pie jalando por una mano al mayor. Resulta que no había palabras entre los dos, no fueron necesarias porque sus miradas se conectaron y eso de repente pareció ser suficiente. Changmin se encaminó como si de repente conociera a la perfección el lugar.

La habitación del mayor los recibió entre las luces naturales de la ciudad que empezaban a apagarse y Changmin se detuvo a unos centímetros de la cama, tomando la camisa de Yoochun por los bordes y levantándola por su cabeza. Los cabellos de Yoochun se alborotaron un poco apenas y antes de que pudiera decirle algo. Yoochun volvió a su boca como si un imán los estuviera llamando. Luego sintió los dedos de Yoochun traveseando con los botones de su camisa. Y en el momento en el que mayor lo fue venciendo con su peso contra la cama para cuando estuvo encima de ella, fue cuando sintió la camisa completamente abierta.

—No recordaba este tatuaje.

Changmin pasó su mano por el pecho de Yoochun. Y miró las letras, acariciando sus formas con lentitud.

—Ese era yo en mis años de universidad.

Yoochun estaba sobre su cuerpo, sin tocarlo demasiado, con las rodillas y manos sobre el colchón, con su rostro cerca.

Con Yoochun invadiendo su espacio, Changmin sonrió.

—Creí que los maestros odiaban los piercings, tatuajes y demás en sus estudiantes.

—Bueno, somos una nueva generación supongo.

El mayor le dejó un beso nuevo en los labios y subió un poco más. Changmin sintió ese retorcijó en el estómago otra vez. Incluso se estremeció un poco cuando los labios de Yoochun llegaron a su cuello. Quiso pronunciar un “Espera” pero prefirió morder sus labios, en especial cuando las manos de Yoochun habían pasado a su cintura y subían despacio, acariciaban su piel con su tacto tibio y él apoyaba la cabeza hacía atrás, porque ahora la boca de Yoochun se paseaba libremente cerca de su manzana de adán.

Y ya no era el estómago, ahora era su pecho, vibraba al parecer.

Pero cuando la boca de Yoochun descendió velozmente por su pecho y se quedó cerca de su ombligo, su cuerpo entero lo traicionó. Su cadera se adjudicó ese movimiento molesto, elevándose ante la presión de su nerviosismo acicalado por la excitación.

—¿Nervioso?

—Tal vez…

Changmin decidió ser sincero, y Yoochun sonrió por ello. Volviendo a su rostro, volviendo a su boca.

—Entonces déjame complacerte solo a ti por primera vez.

Shim frunció el ceño confundido, pero antes de que pudiera notarlo, Yoochun había vuelto a su boca, lo besa diferente, lo besaba con más pasión. Ya no había movimientos suaves y lentos. Eran decididos y penetrantes. Lo dejaban más fácilmente sin respiración y mientras aquello sucedía, las manos de Yoochun había logrado soltar los botones de su pantalón, descender la cremallera y Changmin sintió esa presión en el pecho otra vez.

Su cuerpo dejándose llevar por la excitación, respondió.

Y sintió entonces el tacto tibio de nuevo, ahora sobre el inicio de sus muslos, los pantalones habían desaparecido de sus piernas. Yoochun a diferencia de su beso tocaba despacio, y su piel sentía el frío desaparecer en cada lugar que el otro tocaba. Y cuando Yoochun hizo el primer movimiento, intentando levantar una de sus piernas, Changmin tuvo por su cabeza todas las cosas que ocurrirían a partir de ahí.

—Lo siento es que nunca he estado con un hombre y es extraño, no sé… ser quien… yo solo…

Changmin habló rápido, pero logró trabarse y Yoochun sonrió otra vez. Aunque Changmin hubiera bajado su pierna de inmediato y ahora se viera incluso descontento, con esos pocos índice de valentía que había empezado a mostrar.

—Lo sé, es diferente. Está bien.

—Maldita sea parezco una estúpida chica virgen.

Esta vez Yoochun rió abiertamente.

—No importa. Dije que te iba a complacer ¿no?

Changmin asintió, viendo como Yoochun volvía a bajar por su pecho y llegaba a su estómago velozmente. Entonces sintió ese retorcijón nuevamente y aún más cuando la boca del mayor llegó a su glande, sin espera, sin darle la oportunidad de reaccionar. Apenas su miembro se encontró dentro de la boca de él, un gemido salió abiertamente por su boca, y sus manos en inercia agarraron el cabello de Yoochun.

Ese cabello sedoso y ligeramente largo dejó de serlo. Porque no sintió nada en las palmas de sus manos.

Todo se concentró en la parte baja de su cuerpo. Y su cabeza parecía estremecida por el placer. Abultada de sensaciones que no lo dejaban conectar adecuadamente sus pensamientos. Apenas y mirar cuando podía levantar la cabeza y lo único que distinguía era el cabello de Yoochun, en ese movimiento desquiciante que obnubilaba nuevamente su cabeza y la respiración. Esa maldita respiración que no parecía hacer un completo viaje hasta sus pulmones.

—Es..espera…

Pero Yoochun hizo oídos sordos, apretó sus muslos repentinamente. Y a partir de ahí los ojos de Changmin se abrieron por completo y miraron el techo en toda su extensión, su cuerpo perdió las fuerzas y agradeció tanto estar sobre aquella cama, incluso por un par de segundos todo sonido desapareció, incluso el de la voz de Yoochun. Llegó a ese delicioso orgasmo que lo acarició durante varios segundos.

—¿Bien?

En cuanto lo escuchó, se apoyó sobre los codos, con la respiración agitada y una sonrisa en los labios.

—Idiota… —murmuró bajo— sabes que sí.

Yoochun volvió a acariciar su rostro y ahí fue cuando el celular de Changmin empezó a sonar.

—Ah… no pienso contestar.

Changmin volvió a acostarse sobre la cama, un poco agotado y relajado a la vez, pero el celular volvió a sonar y esta vez Yoochun suspiró. —Iré a darme una ducha, tú contesta. Parece importante.

Cuando Yoochun se levantó, Changmin suspiró. Buscó el pantalón por el suelo y anduvo entre los bolsillos buscando el celular. Finalmente pudo ver el nombre de Minho, juntos con cuatro llamadas perdidas más. ¿Cuánto llevaba llamándolo que no habían escuchado las anteriores?

—¡Minho! No es un buen momento ¿qué…?

¡Changmin, por dios! Finalmente contestas ¿dónde diablos estás?

 

—¿Qué pasó?

Larga historia, primero ábrenos la puerta que tenemos media hora golpeándote y no das señales de vida. Kyuhyun necesita ayuda.

 

—No estoy en mi casa, ¿qué pasó?

¿Cómo que no estás? Hyung necesito un lugar donde llevar a Kyuhyun y sus padres no lo pueden ver así y mis padres a esta hora ya están en la casa.

Changmin en esta ocasión frunció el ceño, sentándose en la cama y tratando de pensar velozmente. Minho se escuchaba alterado y o escuchaba la voz de Kyuhyun por ningún lado. Lo cual quería decir que seguramente no estaba demasiado bien.

—No es buena idea que estén en mi casa, mejor salgan de allí antes que mi madre los vea y los llene de un gran momento incómodo. ¿Es realmente importante? ¿Necesitan una casa? Puedo llamar a Sunny y…

¡No, ella no! Dios… ¿dónde estás metido? Esto es serio, necesitamos un lugar privado.

En ese instante pensó en Yunho, realmente descartado para ese instante.

Y se dio cuenta lo que era estar realmente solo.

—Minho ¿Kyuhyun está herido? ¿O algo por el estilo?

Un poco, sí.

—Cerca de mi casa hay un dispensario, los veo ahí en media hora. No te pudo decir donde estoy. Ya luego buscaremos un lugar donde ir.

De acuerdo, trata de no demorar.

Cuando la llamada llegó a su final, Changmin no está muy seguro de cuánto tiempo pasó mirando la pantalla de su celular, hubiera sido fácil darle la dirección de Yoochun y pedirles que vinieran. Pero aún no se sentía en confianza y eso lo hacía desestabilizarse incluso un poco más de lo normal.

—¿Pasó algo? ¿Eran tus padres?

—No, un amigo.

—Pues tienes una cara… —Yoochun salió envuelto en una toalla y se sentó junto a él— ¿qué pasó?

—Tengo que salir, ocurrió algo con uno de mis amigos y…

—Ve a bañarte. Te prepararé algo de ropa y te llevo hasta donde están ¿vale?

Para ese instante Changmin agarró a Yoochun por el brazo y bajó la mirada.

—En serio… Minho nunca se había escuchado así y…

—Está bien. Lo entiendo. Pero ese no es el problema ¿verdad?

—Después de lo de hoy, no quiero que… Ellos quieren conocerte y sé que si te ven ahí tú no…

Yoochun suspiró, acariciando la mano de Yoochun que sostenía templadamente su brazo.

—Tú ya soportaste lo peor de mis amigos esta tarde. No creo que pueda ser peor, además por lo que me dices no parece que tengan cabeza para otra cosa que el problema en el que están metidos.

—Si… —Changmin se levantó velozmente— Iré a ducharme, salgo enseguida.

Por un instante Yoochun pensó que todo sucedía muy rápido.

Que se estaban introduciendo en una vorágine donde todos les indicaban que a pesar de todo, iban cayendo más y más. Por varios instantes. Yoochun se preguntó cuánto más podía bajar.

Faltan 54  días