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CTMA: Capitulo 11


 

Crónicas de un Tonto Mejor Amigo

 

Capitulo 11: Tus recuerdos en mi cabeza, auspiciados por un vino barato.

 

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—Eso se ve feo…

 

Boa había alzado su mano, con cuidado y presta a no tocar demasiado la zona hinchada en la frente de Yoochun, aún así Park se quejó poco y retrajo en el momento que la fina mano de ella solapo la distancia vital que debía tener en su espacio.

 

—Bueno, al menos Rain no me golpeó en serio.

—No entiendo por que accedí a seguirte en toda esta tontería.

 

—Por que soy tu amigo, y te fascina la idea pervertida de vernos a Yunho y a mi juntos.

 

Inmediatamente las mejillas de Boa se colorearon. —¡Idiota!

 

Yoochun trató de palmear la zona hinchada sobre su cabeza, ajeno a la mirada preocupada de Boa, que sentada frente a él en aquel café solo levantaba una ceja y parecía francamente consternada.

 

—¿Qué sucede?

—El plan era hacerle creer a Yunho que tú y yo salíamos para darle celos, ¿cómo diablos terminamos de esta manera?

 

Yoochun sonrió, olvidando el dolor en su frente casi de inmediato.

 

—Bueno si lo ves desde otro punto de vista, el que tu esposo fuera un entrometido, escuchara nuestra conversación y la malentendiera fue un punto a mi favor, ahora Yunho y yo tenemos que fingir que estamos saliendo y eso solo me da ventaja.

 

Boa entonces se cruzó de brazos. —¿Piensas meterle mano en pro engañar a Rain de la supuesta relación que tú y yo tenemos?

—Bueno, si se deja si.

 

Yoochun siempre había sido medio inconsciente, medio estúpido también. Sin embargo Boa pensaba que estaba empezando a escalar sus propios límites y en momentos como esos, solo podía bufar indignada y rodar los ojos, Yoochun en cambio parecía volver a preocuparse por el chichón en su cabeza.

 

—Ayer en la noche Rain casi te mata, y tú fuiste muy patético Yoochun, no sé como alguien como tú puede ser amigo de alguien como Yunho.

 

—¡Hey!— Yoochun la miró con reproche –Fue tu esposo el que me agarró del tobillo para darme de espaldazos en la frente.

—Más bien tú le diste de cabezazos en la espalda.

 

Boa rió, con su risa suavemente amortiguada por sus manos ante la presencia de tanta gente en la cafetería ese día.

 

—Como sea…— retomó el aliento —¿Cómo esperas avanzar algo con Yunho en medio de tantas mentiras?

—Yo sé como.

 

Kwon Boa no era de esas mujeres crédulas, frunció su ceño y cruzó sus brazos una vez más.

 

—Si supieras cómo, no estarías inventando tanta tontería en vez de decirle de frente a Yunho lo que sientes.

—Es diferente— Aclaró Yoochun –Apenas tenemos un día con el plan ¿y ya te estás echando para atrás?

 

—No es eso…— Boa jugó con el pequeño café entre las manos —…Solo que todo esto me parece complicado. Y tú, Yoochun no puedes con las cosas complicadas.

 

Yoochun entonces solo sacudió su mano, despreocupado y sonriente de repente.

 

—¿Lo notaste Boa?— Los ojos de Yoochun por un momento parecieron brillar y ella solo negó sutilmente –Yunho llegó casi de inmediato cuando lo llamé, como si hubiera venido corriendo en cuanto le dije que Rain quería matarme.— La voz de Yoochun reflejaba entusiasmo, un poco controlado y sin embargo sus ojos lo traicionaban, al igual que su cuerpo que se movía constantemente ante la mención del mayor.

 

Boa entonces rodó los ojos. –Yoochun estás siendo demasiado gay.

 

Fue como un auto reflejo, Yoochun abrió mucho los ojos y tosió discretamente, tapando un poco su boca y desviando la mirada. Acomodado sobre su pequeño asiento y fingiendo que eso no había sucedido. A pesar de que Boa rió divertida y él solo logró sonrojarse como un niño pequeño.

 

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—¡Otra botella de vino!

 

Yoochun levantó el brazo, con su mirada turbada y el peso tambaleante de su cuerpo sobre aquel asiento frente al mesón del bar, y el hombre que atendía lo miró de nuevo con inseguridad, pero Yoochun volvió a reclamar por vino y el otro solo agachó la cabeza y accedió a darle otra de esas botellas.

 

Park sentía en el sabor agridulce de ese licor recorriendo su sentido del gusto, los recuerdos se atiborraban en su cabeza como un trago amargo que lo inducia a sentirse peor cada instante, como si nunca hubiera tenido la oportunidad que tanto había maquinado y que el día de hoy gracias a Rain, el  motor de su inesperada mentira, hubiera caído.

 

Recordaba al vino como el motivo inicial en que aquella noche había sentido la piel de Yunho impregnándose a la suya como un matiz de colores que pretendía convertirse en otro, entre el calor y los quejidos ahogados de esa noche en medio de aquella finca. El vino le recordaba a Yunho, su elegancia, su apasionado sabor y los recuerdos que se levantaban ante su tacto. Como un recuerdo efímero que empezaba a dudar que en verdad hubiera sucedido.

 

—Yoochun deja de ser patético— La voz de Changmin sonó a su alrededor, y sin embargo Yoochun decidió ignorarla mientras se servía otro vaso a costilla del que fuera que terminara pagando su despecho y borrachera –Al menos si quieres emborracharte, hazlo con licor de verdad. Whisky, vodka, tequila… ¡Que se yo!

 

De todas formas, el quejido del menor hizo a Park levantar la mirada, observar a Junsu parado junto al más alto que se quejaba aún del golpe mientras susurraban cosas entre ambos y lo confundían –Changmin no digas esas cosas— Había alcanzado a escuchar de los labios de Junsu –No deberías incitarlo a emborracharse más.

 

—Ustedes no entienden— Susurró con cuidado, torpe y mareado mientras se abrazaba a la botella –El vino es especial para mí.

 

Junsu sintió pena, una amarga y consolidada por la costumbre de siempre haber visto al mayor junto a su jefe. Ambos de un lado para otro, en una relación que todo el mundo sabría se daría con el tiempo y que sin embargo Yoochun había apresurado. Changmin en cambio tenía una mueca en su rostro, una de fastidio y aburrimiento que Junsu nuevamente corrigió un codazo en su estómago.

 

—¡Auch! ¿Por qué me pegas?

—Para que dejes de ser tan insensible.

 

Cruzaron sus miradas, por que de repente parecían ajenos a la realidad de Yoochun que seguía murmurando cosas sin sentido sobre la barra, siendo aún demasiado temprano como para que se emborrachara de esa manera y de todas formas, Changmin notó de repente como los ojos de Junsu se abrieron demasiado, con su mirada puesta en algún punto fijo dentro del bar.

 

—¿Qué miras?

 

Giró sin la más mínima cautela, con un tino impresionante al ubicar de inmediato la razón por la que Junsu se había entretenido un segundo, Minho se encontraba sentado en una de las mesas, con una vaso entre las manos y mirando constantemente la hora en su reloj.

 

Recordó cosas que se revolvieron en su estómago y a pesar de todo suspiró. –Es Minho— Dijo de repente. Capturando la mirada de Junsu y movió su pierna incómodo –Seguramente espera a Taemin— Recordó la cita de hace unos días cuando los cuatro hubieran ido al cine, y Junsu insistiera en que aún sentía cosas por Choi.

 

—Lo sé… Pero no creo que alguien como Taemin pueda entrar a estos bares, ¿cuántos años tenía?

—Y yo que voy a saber, medio lo presento y entramos al cine. Luego nos fuimos— Changmin sonrió ante el recuerdo –Y tampoco me interesa.

—Pues se veía muy joven.

 

Changmin levantó un poco sus hombros, en verdad no le interesaba en lo más mínimo hablar sobre aquello. Pensó entonces, que quizá Junsu tenía un poco de razón y tal vez si, todavía sintiera cosas por él, por mínimas que estás fueran, o a lo mejor era por su antigua relación que no podía jamás sentirse cómodo con las nuevas parejas que Minho tendría.

 

—Pues ese no es Taemin.

 

El comentario de Junsu lo hizo regresar su mirada aquella mesa, el lugar en el que Minho se levantaba con una sonrisa enorme en el rostro y los ojos que parecían haber abierto ante la disposición que sentía por ver al otro ahí. El otro un poco más bajo y con su cabello lacio y algo largo mientras al parecer se disculpaba por llegar tarde.

 

—Puede que sean amigos— Lo dijo casi sin pensarlo y Junsu asintió.

—Si, eso debe ser.

 

Pero un sentimiento amargo, en la boca del estómago al notar las miradas, y la risa abierta del otro que había llegado mientras Minho agitaba un poco sus manos en medio de una conversa con un entusiasmo que él no había visto tenía con Taemin.

 

—¡Oigan!— Yoochun se enganchó del brazo de Changmin, casi apoyado en él, recordándoles que seguía ahí, ebrio y en el peor de sus estados —¿Me están escuchando?

Junsu se acercó de inmediato –Ten cuidado, te puedes caer.

 

Yoochun sintió las manos de Junsu tomándolo con cuidado para que pudiera sentarse adecuadamente, y sonrió, agradecido y enternecido por el rostro preocupado del más bajo.

 

—Muchas gracias Junsu lindo.

—¿Junsu lindo?— Repitió indignado Changmin. A pesar de que fuera ignorado.

 

—Eres igual de amable que Yunho— Y el abrazo de Yoochun llegó de repente, ajustando a Junsu a su cuerpo mientras Changmin empezaba a intentar separarlos, gritando cosas como que no le metiera mano y se alejara de él, Junsu en cambio, incómodo como nunca antes solo susurraba palabras de aliento para no ser brusco y que lo soltaras –Eres un buen amigo, Junsu lindo.

 

—¡Que ya lo dejes, maldición!

 

Changmin lo empujó, Yoochun trastabilló como pudo en cuanto perdiera el equilibrio y tuviera que levantarse del asiento alto, mirando de repente el vino y volviendo a sentirse abatido.

 

—Es el vino, ¡todo es culpa del vino!— Yoochun gritó, señalando con descaro la botella sobre el mesón. Y Changmin miró asustado de un lado a otro, muerto de vergüenza ante el espectáculo que Yoochun estaba protagonizando, con Junsu a su lado tomando a Park de los brazos para que se calmara —¡Es que es injusto! ¡Borracho yo me le entregue en cuerpo y alma!— Las manos de Yoochun se sacudieron –Bueno, más cuerpo que alma, pero ese no es el punto.

 

—Oh, ¡por amor a lo que sea!— Changmin esta vez parecía indignado —¿Alguien tiene cinta aislante  para taparle la boca a esta desgraciado.

—¡Desgraciado! ¡Si, eso soy yo!— Yoochun golpeó su pecho –Lo único que hago es caer en desgracia tras desgracias.

 

Vergüenza ajena, Changmin no podía pensar en otra cosa, y sin embargo Junsu continuaba en su ardua tarea de intentar calmar a Park y por su puesto que este bajara la voz al menos.

 

—Yoochun creo que lo mejor es ir a tu departamento.

—¡No quiero!

 

Las mejillas de Yoochun se hincharon como un niño berrinchudo, volviendo a sentarse en su lugar y ante un agitado Junsu, que ya se encontraba despeinado y miraba con apremio a Changmin. —¿Y ahora que hacemos?

—Llevarlo a la fuerza si es necesario.

 

—¿Para que haga más escándalo?

—Bueno entonces no sé, al lo mejor…— Su mirada había estado viajando constantemente hacía él, hacía Minho a pesar de que Yoochun protagonizara su escándalo y lo pusiera en vergüenza —¿Minho?

 

Así que cuando Choi repentinamente se hubiera movido en su asiento, directo hacia el otro muchacho que lo acompañaba, besándolo como si existiera una costumbre entre ambos, entre sus bocas que parecían adaptarse sin miramientos entre ellas, Changmin solo pudo quedarse callado. Mirar a Junsu y que entre ambos quedara un voto de silencio contrariado antes de que Yoochun insistiera una vez más en levantarse.

 

—Yoochun será mejor ir a casa.

—Pero…

—Vamos ¿si? Luego hablarás de Yunho todo lo que quieras.

 

Junsu trataba de sonar conciliador, con su cabeza alrededor de ese muchacho que acompañaba a Minho y que evidentemente no era Taemin, Changmin estaba distraído, parecía haber volcado su atención en aquella situación que ambos habían observado a la distancia y que solo ponía pieza tras pieza un momento de incomodidad que no parecía subsanar con facilidad.

 

 

 

 

—Entonces ¿desde el principio todo fue una confusión?

 

Boa se encogió sobre su asiento, con las manos juntas y mordiendo su labio inferior –El plan inicial era darle celos a Yunho— miró  su amigo, sentando en el otro sillón contiguo a Jaejoong, mientras las manos de Rain tomaban las suyas con poca fuerza –Y de algún modo todo se transformó en un plan para engañarte— Dijo mirando a Rain –Por que tú habías mal entendido una conversación nuestra sobre la supuesta relación a escondidas que teníamos. Todo se hizo tan grande que… Se nos salió de las manos.

 

Era el momento exacto para decir algo y sin embargo Yunho parecía más concentrado en sus pensamientos que en exteriorizarlos mientras la mirada penetrante de Jaejoong lo abstraía, casi como si no existiera realmente. Yoochun lo había mirado de frente en cuanto los descubriera a todos ahí, había pronunciado su nombre y luego una disculpa torpe antes de huir de ahí con toda la calma que hubiera podido reunir.

 

Pero Yunho había sentido ese cúmulo de revelaciones como una cachetada certera en su mejilla, como si sus preocupaciones y confusiones fueran mínimas de repente, por que en realidad eran innecesarias. Yoochun no había tenido nada con Boa, por tanto ese hijo era inequívoco de Rain y los sentimientos de ambos pululaban desde un inicio alrededor de ambos. Aturdiéndolo y confundiéndolo ante la información que había caído como un yunque en su cabeza.

 

Changmin lo había mirado con reproche, esperando que fuera tras Yoochun y sin embargo se había quedado estático, mirando a Junsu y  a Changmin salir corriendo tras Park en un lugar que seguramente le tocaba ocupar a él, cuando regresó, Boa susurraba disculpas a Rain mientras se encogía todavía más y los brazos y fuertes del mayor la apresaban diciendo que no había por qué disculparse.

 

Y sin embargo las mentiras y el engaño lo mantenían a él como en un letargo que parecía ser fácilmente apreciado por Jaejoong que a su lado no había hecho más que mirarlo, tratando de adivinar sus pensamientos.

 

—Creo que lo mejor es irnos, ustedes tienen cosas que hablar y yo por lo menos, estoy sobrando— Las palabras de Jaejoong habían tenido ese tinte apagado que Yunho hasta ahora no había presenciado y aún así se levantó junto a él del sillón, a pesar de las miradas confusas de Boa y Rain –Con permiso.

 

—Yunho…

 

Boa lo miró, no dijo nada más y entonces Jung suspiró –Hablamos luego Boa, por el momento es mejor que descanses.

 

Trató de ser amables, por que no debía darle más preocupaciones de las necesarias a su amiga, no ahora que se encontraba embarazada y debía mantener la calma. Salió con sus pasos lentos y acompasados, viendo a Jaejoong buscar un taxi que lo sacara de ese lugar.

 

—Si gustas puedo llevarte— Habló bajo –Yo te traje y…

—No, tranquilo— Se apresuró en decir el mayor –Tienes muchas cosas en qué pensar.

 

La sonrisa que Jaejoong le regaló antes de subirse a un taxi fue conciliadora, Yunho pudo apreciar como el auto se alejaba y él apenas jugaba con las llaves de su propio carro, a expensas todavía de encontrar un lugar callado y tranquilo donde nadie pudiera molestarlo ni encontrarlo.

 

 

 

 

—Es un cobarde.— Changmin habló con displicencia, sus ojos posados sobre la espalda de Yoochun que se encontraba a la vista mientras su cuerpo reposaba sobre la cama, casi inerte ante todo el licor que había ingerido esa tarde, y Yunho sin embargo tenía una hora sin dar señales de vida –Al menos debería llamarlo.

 

—¿Tú crees conveniente?— Junsu se había apoyado un poco en la cama, mirando a Yoochun con pena y un suspiro en los labios –Yo de Yunho hyung estaría muy asustado.

—¿Asustado?

 

—Si, bueno han sido amigos. Y Yunho hyung aunque no lo dijera estaba muy afectado con todo esto de tener una relación con su mejor amigo, por más que a nuestros ojos hubiera sido una relación real. Para él era una mentira y sin duda la presencia de Jaejoong solo lograba confundirlo más.

 

Yoochun se movió un poco sobre la cama, abrazando la almohada y murmurando cosas poco entendibles.

 

—Oye, Changmin…— La voz de Junsu llegó como un susurro –Tu amigo Minho ¿no estaba saliendo con ese chico que llevo al cine el día que salimos? ¿El tal Taemin?

Changmin se movió incómodo –Si, bueno… Eso creo.— Entonces respiró hondo –Es tarde, lo mejor será regresar al trabajo.

 

Los ojos de Junsu analizaron a Changmin esa incomodidad que iba más allá del haber visto algo que no parecía conveniente y que asimilaba afectarlo de otra manera más profunda. Lo miró discretamente incluso de camino al trabajo, Changmin observaba su celular y parecía querer escribir o llamar a alguien y sin embargo lo volvía a guardar como si nada pasara.

 

Junsu sabía pocas cosas de Changmin, y las otras las había ido aprendiendo gracias a la convivencia, pero Changmin parecía más que incómodo, dolido, y era en esos instantes cuando Junsu se preguntaba ¿por qué aquello le importaba más allá de lo necesario?

 

 

 

 

Cuando Jaejoong llegó a su pequeña y alquilada habitación, un olor a comida casera lo atrapó y de todas formas creyó que se trataba de otra habitación que había logrado dejar que su aroma se escapara y llegara hasta él, se quitó los zapatos sin mucho cuidado y con el humor por los suelos, cansado y con tantos pensamientos en la cabeza que solo deseaba echarse a la cama y dormir.

 

—Ya está la comida.

 

Cerró los ojos cuando reconoció la voz y ni siquiera le sorprendió que Hyun Joong estuviera ahí, con su estupenda sonrisa en el rostro y un cucharón entre las manos que evidenciaban su arduo trabajo en la estufa.

 

—¿Se puede saber que haces aquí?

—Bueno, imaginé que llagarías agotado del trabajo, no sueles comer a menos que te tenga la comida lista y…

 

—Tú y yo ya no tenemos una relación.

—Y yo te dije que iba a llevarte de regreso a Estados Unidos.

 

Hyun Joong le sonrió, como si fuera un niño pequeño afrontando las verdades sin el más mínimo problema y a pesar de todo Jaejoong no lucía su usual rostro repleto de exasperación, en cambio lucía cansado y abatido.

 

—Jae…

—¿Mmh?

 

Cuando Jaejoong levantó la cabeza, fue demasiado tarde para sus sentidos, reaccionar no estuvo entre sus opciones por que únicamente sintió los labios del otro sobre su boca, en un beso ligero y sin problemas que amenazaba con robarle algo más que el aire, fue entonces cuando Jaejoong recién reparó en lo que sucedía, lo empujó y se levantó.

 

—¡¿Qué crees que haces?!

—Estabas triste— Sacó a relucir sin problemas –Así que te di un beso para que ya no lo estuvieras.

 

Fue un cambio de emociones bruscos que pasó por el sonrojo en Jaejoong para luego un impredecible enojo cuando levantó la mano y golpeó en la cabeza al otro, que solo alcanzó a quejarse sonoramente.

 

—¡Idiota! ¡¿Quién te dio permiso para andarme besando?!

 

Hyun Joong levantó la mirada en el momento en que Jaejoong giró indignado y caminó hasta su habitación, cerrando la puerta con un sonoro portazo y su entrecejo arrugado, con pasos agigantados que sonaban por toda la estancia, robándole una divertida sonrisa a él.

 

—Bueno…— Suspiró –Al menos ya no pareces triste.

 

 

 

 

Yunho había querido escapar de todo y de todos en un lugar donde no lo pudieran encontrar con facilidad, un lugar silencioso donde pudiera pasar horas y dedicarse solo a lo que deseaba hacer. Pensar y dejar ese extraño sentimiento de lado que lo impulsiva a seguir huyendo.

 

Miraba entre los estantes de aquella callada librería, todos los tomos que se posaban ante sus ojos, pretendía coger cualquiera irse a sentar en uno de los sillones mientras fingía leer y en verdad lograba absorberse por aquel nombre que daba vueltas una y otra vez en su cabeza.

 

¿Por qué no podía ser tan malo?

 

No le molestaban las mentiras, ni las trampas. Ni el estúpido plan de Yoochun que había evolucionado tanto que era casi hasta impredecible, lo que lo tomaba por sorpresa eran esos sentimientos inoportunos suyos que Yoochun parecía corresponder desde  mucho antes que él los desarrollara.

 

Y lo azotaba el temor, a pesar de haber fingido por un tiempo que salían, hacerlo ahora en serio, acostumbrarse a verlo y a besarlo, a tomarlo de la mano sin que todo fuera parte de una prueba, Yunho estaba dejando de lado los estúpidos planes de Yoochun que por algún motivo Boa había decidido seguir, y se fijaba ahora, más bien en todo lo que Yoochun representaría si seguía sus impulsos y se decidía a comerle la boca, ahora sin mentiras de por medio.

 

—¡Cuidado!

 

La advertencia llegó tarde, Yunho quitó el libro y varios de ellos cayeron en el piso como un juego de rompecabezas desordenado mientras el silencio era interrumpido por su torpeza y el muchacho, que vestía un chaleco azul con el nombre de la librería se acercaba sonriente y amable a ayudarlo.

 

—Tranquilo, a mí me pasa también algunas veces.

 

Tomó los libros, unos pocos en comparación a los que el muchacho había tomado vigilando que en realidad no les hubiera pasado nada. Yunho suspiró, este definitivamente no era su día.

 

—Al parecer no les pasó nada— Murmuró el muchacho –No se preocupe.

—Lo lamento mucho.

 

El otro sacudió un poco su mano. –Está bien, de todas formas acabo de llegar, se me pasó la hora del almuerzo por salir a comer y me pusieron a arreglar un montón de inventario. Recién salgo y ya mismo es mi salida— Sonrió divertido –Serías el primer cliente que atiendo ¿buscas algún libro en particular?

 

—En realidad no— Dijo, con el libro en sus manos y sentándose en el pequeño sillón rojo tras él –Solo buscaba un espacio tranquilo para pensar.

—Pues este es un buen lugar— Admitió el muchacho, dejando los libros sobre una pequeña estantería y sirviendo un oloroso café recién preparado –Siempre es bueno pensar con un poco de café en el organismo.

 

Yunho aceptó la pequeña taza, con una sonrisa diminuta en los labios. –Gracias, soy Jung Yunho.

—Lee Jinki, pero todos me dicen Onew.

 

El muchacho se sentó junto a él, y Yunho se encontró repentinamente contándole media vida al que se había sentado dispuesto a escucharlo, y mientras hablaba y el otro escuchaba, comentando de vez en cuando, Yunho se percato recién, que aquello era lo que realmente le había hecho falta.

 

Necesitaba hablar con alguien y decir todo lo que pensaba y lo que sentía, exteriorizar todo eso que de la nada parecía tan dispuesto a salir de su boca, habiendo estado tanto tiempo apresado entre su pecho y su garganta, llegando a conclusiones inesperadas sin que el mismo Jinki dijera demasiado, concluyendo, como cuando era pequeño, de la forma más básica posible.

 

—…Quiero decir, me gusta— Aclaró de repente, como si hiciera falta hacerlo –Pero es un idiota.

 

Y Onew entonces rió divertido.

 

 

 

 

Yoochun había despertado con todo el mundo dándole vueltas, con el lico por las venas y un malestar pésimo en el estómago que lo obligaba a sentarse de inmediato apenas fuera medio consciente, pero entonces recordaba a Yunho quedándose quieto como el reverendo imbécil que era y su coraje aumentaba a medida que se percataba que no tenia media idea de cómo había llegado hasta su departamento.

 

Buscó su celular, derrumbando un montón de cosas en el camino y desarreglando su cama más allá de lo adecuado, el número de Yunho siempre estaba entre los últimos discados, y con la mirada entre confusa y perdida, a pesar de eso no fue difícil marcar llamar y esperar por que el otro le contestara.

 

Aunque su voz sonara un poco tensa y él solo pudiera pensar en gritarle.

 

¿Yoochun?

—¡Yunho idiota!— Apremió sin reparo en cuanto escuchara su voz —¡¿Se puede saber por qué tengo que ser yo el que te llame?! ¡Deberías estar preocupado por mí!

 

¿Has estado bebiendo?

 

Yoochun no tenía la menor idea de cómo sonaba la voz de Yunho en esos momentos, si estaba preocupado o desinteresado y aún así, logró sentarse en la cama y apretar con fuerza el celular.

 

—Debiste ir tras de mí.

—¿Como en una película rosa y cursi?

 

—No sé… Tal vez—  Hablaba en susurros y ahora ya podía sentir la voz de Yunho, ese acto suave y desprendido de molestia con el que siempre lo consentía a la hora de perdonarlo —¿Estás molesto?

No, solo confundido.

 

—Yo estoy muy borracho— Se rió –Pruébalo, es efectivo, aunque luego te entra la depresión.

Entonces no es tan efectivo como parece.

 

Yoochun rió, con un suspiro grande al final de sus labios mientras una idea surcaba por su cabeza y arrugaba el entrecejo.

 

—No estás con Jaejoong ¿cierto?

—No, Yoochun. No estoy con él.

 

Hubo un suspiró, Yoochun no estuvo muy seguro si por parte de él o de Yunho.

 

—Apresúrate…— Susurró –Toma una decisión rápido por que si amanece y no me has dicho una respuesta, olvídate de mí.

¿Cómo quieres que te de una respuesta cuando ni siquiera has hecho una pregunta?

 

Yoochun bufó. –¿En verdad quieres que te explique los hechos?— Sonrió un poco, apretando el celular otra vez –Estoy enamorado de ti, como desde la secundaria— Pausó un momento –Y no me atrevía a decírtelo por que odio esa palabra por estar tremendamente desgastada y ser horriblemente cursi, pero…  si, creo que eso es lo que siento por ti. Estos sentimientos que tengo son igual que su receptor, idiotas, retrasados y cursis.

 

¡¿Me estás diciendo retrasado, idiota y cursi?!

 

Yoochun rió —¿Cómo así la cogiste tan rápido?— Finalmente se levantó de la cama, con el estómago revuelto y el cuerpo encogido –Bueno y ahora con toda la dignidad que me queda voy a terminar la llamada por que necesito ir a vomitar. Adiós.

 

Medió cerró la llamada cuando lanzó el celular a la cama y se encerró en el baño, con las nauseas más insistentes que antes y su poca comida evacuando de su organismo.

 

 

 

 

—¿Era él?

 

Yunho todavía miraba el celular en sus manos, con una mueca extraña en el rostro y sacudiendo la cabeza en señal de negativa. –Es un idiota— Murmuró a pesar suyo, guardando el celular en el bolsillo –Mira que insultarme y de paso ponerme un ultimátum. No voy a hacer lo que él quiere toda la vida.

 

Onew sonrió, mirando atentamente al otro que parecía hablar consigo mismo mientras fruncía el ceño.

 

—Puede que sea un idiota, como dices— Analizó Jinki mientras se levantaba de su asiento y terminaba de acomodar los libros que habían quedado en reposo –Pero es un idiota que te gusta.— Yunho lo observó terminar de colocar los libros en su lugar y suspiró.

 

Quizá tenía razón y él solo estaba complicando las cosas más allá de lo debido.

 

—¡Hyung!

 

El brazo de Onew fue tomado por un muchacho más joven y rostro reluciente mientras lo jalaba un poco y parecía entusiasmado con la salida.

 

—Ya, Taemin. Casi termino mi turno ¿no puedes esperar un poco?

—No, prometiste que iríamos de compras. Y soy tu hermano menor deberías consentirme todo el tiempo.

—No es cierto— Reclamó Jinki –Solo eres el niño engreído de mamá y papá.

 

Taemin pareció hacer un puchero mientras tanto y Jinki se dedicó a hacer lo que le faltaba mientras el otro esperaba. Yunho suspiró, tal vez era hora de ir a casa y solucionar sus propios asuntos.

 

—Adiós, Jinki. Espero que te vaya bien.

—Igualmente Yunho— Onew le sonrió amable –Sé directo y soluciona tus cosas con Yoochun, sin tantas vueltas de por medio.

 

Asintió como si pretendiera obedecerlo mientras salía de ahí y caminaba hasta su auto, con la mirada curiosa de Taemin sobre su espalda.

 

—¿Quién era él hyung?

—Un amigo que acabo de conocer.

 

 

 

 

—¿Todo bien profesor?

 

Kibum era de esos tipos populares, de mirada penetrante y una actitud tan efervescente que solo pocos podían controlar y conllevar y  a Rain siempre le había parecido particular la idea de que el muchacho le coqueteara tan descaradamente cuando le tocó dictarles su primera clase, y aunque le hubiera costado asegurarle que era plenamente heterosexual, aún le costaba asimilar que el muchacho tuviera ahora una sana preocupación por él.

 

—Si, solo ha sido un día extraño. Es todo.

—De acuerdo— Admitió Key, con su mirada dilatada y apretando los libros contra su costado —¿La revisión de la tutoría es mañana?

 

—Si, Kibum. Y sin aplazamientos y eso va para ti, Minho y Jonghyun.

 

Kibum ni siquiera se tomó la molestia de ocultar la forma en que había rodado los ojos.

 

—Ya sé… Nos vemos mañana profesor, que descansa.

—Gracias, igualmente.

 

Rain se quedó todavía recogiendo un par de cosas y Kibum optó por salir del salón hacía los pasillos donde Jonghyun andaba en su celular y Minho hablaba con él como si al otro realmente le importara.

 

—Así que hoy salimos de nuevo, nos vimos en un bar. Es increíble, tan inteligente y…

—¿Y de qué demonios habla contigo entonces?

 

Minho lo miró de inmediato como si quisiera golpearlo, y Key rió divertido, logrando que Jonghyun de una vez por todas alejara la mirada del dichoso aparato.

 

—Vamos, Key. No seas tan ingenuo— Sonrió Jonghyun –Estoy seguro que ese sujeto no busca precisamente hablar con Minho.

—¡Hyung no es así!

 

Minho prácticamente saltó ante la insinuación de Jonghyun y se mordió la lengua para no decir algo tan estúpido como ‘Yo le gusto de verdad’ Solo por que no quería caer en ridículo con esos dos. Así que prefirió cruzarse de brazos y desviar la mirada.

 

—Si, si… Como sea ¿vamos por algo de comer? Las clases me tienen agotado.

 

El celular de Jonghyun volvió a sonar y una sonrisa alumbró en sus labios.

 

—Yo  no puedo— Reconoció mientras guardaba el celular –Tengo una cita.

 

Kibum alzó los hombros mientras lo veía marcharse y decidía en ese momento empezar a convencer a Minho por que lo acompañara, a pesar de lo indignado que se encontraba.

 

 

 

 

Ha sido un día pesado en el local, Junsu estuvo repleto de trabajo y Changmin al no tener clases ese día decidió quedarse un rato más mientras los otros trabajadores parecían tan o más atareados de la normal. Fue cerca de las ocho de la noche, cuando finalmente las cosas se relajaron y Junsu pudo pararse junto a él en la entrada de local.

 

—¿Cansado?
—Un poco— Admitió Junsu –Pero supongo que eso es bueno.

 

Changmin ni siquiera se percató del momento en que dejó de mirar a Junsu para recaer en el hecho de los nuevos clientes que estaban a punto de entrar en la tienda y que venían conversando de lo más tranquilos. Changmin incluso sintió su cuerpo entero tensarse y Junsu fue el único entre los dos capaz de reaccionar a tiempo.

 

—Bienvenidos.

—Oh…— El muchacho más joven pareció reparar en su presencia —¿Eres Junsu, no?

 

Los ojos de Taemin parecieron entusiasmados y Junsu sonrió extrañamente.

 

—Si, hola de nuevo.

—Oh, y tú eres Changmin. Hyung mira, te presento a unos amigos de Minho que conocí hace unos días.— Jaló del brazo al otro y su mirada se posó despreocupada en ambos –El es mi hermano mayor, Onew.

 

Entonces la tensión creció, el mayor se agachó en modo de saludo y tanto Junsu como Changmin cruzaron miradas, confundidos y lo suficientemente incómodos como para querer salir huyendo de ahí, por que ahí estaba Taemin, la pareja de Minho y Onew, era el chico con el que habían visto a Minho besarse en el bar esa tarde.

 

—Un momento ¿dijiste que son hermanos?

 

Y los ojos de Changmin se abrieron un poco más cuando Taemin asintió y él sintió, que Minho había cambiando demasiado en el corto tiempo que habían dejado de verse. Todo tan complicado y molesto que Shim solo sentía ganas de salir huyendo, y golpear al estúpido de su amigo.

 

 

 

 

Si se pegaba un tiro, sería muy dramático.

 

Así que seguía sin posibilidades lo suficientemente óptimas mientras secaba su cabello luego de una reparadora ducha y horas de descanso en que su malestar por el licor fue menor. Así que pensándolo concienzudamente, volverse un ermitaño y nunca más salir de ahí, parecía ser la opción más viable.

 

Yoochun sencillamente no veía otra solución.

 

El timbre de su departamento sonó inoportuno, así que camino pesadamente, no tenía ánimos de ver a nadie, no después de su ridícula mentira cayéndose a pedazos y su patética llamada confesándole a Yunho cosas que jamás debieron salir de su boca. Oh, por los cielos, ¿por qué no se abría la tierra y se lo llevaban al inframundo?

 

Respiró hondo y abrió la puerta, notó su cabello y luego su ropa.

Vergüenza y ganas de cerrarle la puerta en la cara fue lo primero que sintió.

 

Pero Yunho lo miró y entonces a Yoochun se le volvió a remover el estómago, Yunho continuaba igual que cómo lo había visto temprano en la tarde, y ahora estaba ahí, mirándolo de una forma en la que Yoochun fácilmente podía empezar a zapatear con tal de que la tierra se abriera de una vez por todas y se lo llevara.

 

Pero eso no sucedió, y sus ojos grandes solo miraron a Yunho y esa expresión de idiota que tenía, mientras Yoochun recordaba que estaba apenas con un pantalón y una toalla en la cabeza.

 

—¿Qué haces aquí?

—Me amenazaste con que no me acercara a ti sino te daba una respuesta hoy mismo ¿no?

 

—Bueno si…— Retrocedió, soltando un poco la puerta –Pero no debiste tomarme muy enserio ¿sabes?

 

Esta vez Yunho fue directo, pasó una mano por su costado, directo a su espalda mientras sus labios volvían a estar en contacto con los suyos y el cabello mojado se le pegaba a la frente, dejándolo como idiota sin intenciones de responder, nada más por el hecho de que ese beso era igual al primero. Volvía a tomarlo por sorpresa, volvía a desestabilizarlo y él volvía a agarrarse de la ropa del otro como si fuera débil y sumiso.

 

—Se siente igual.

—¿Igual?

—Igual que la primera vez que te besé.

 

Yoochun sonrió y esta vez fue él quien tomó al otro por las mejillas antes de juntar sus bocas de nuevo y sentir ese vaivén de emociones que subían y bajaban de su pecho ante la sensación de las manos de Yunho sobre su espalda desnuda. Como el sabor más delicioso de esos recuerdos perdidos por el vino.

 

 

Fin Capitulo Once

 

 

 

N.A.: Hola, bueno ya saben. Todas mis disculpas debidas están publicadas en la página de Face del blog y creo que ya es innecesario repetirlas aquí. Pero espero que me disculpen por mi ausencia descarada y repentina xD Pero la vida a veces exige demasiado.

Espero que hayan disfrutado del fanfic y ya sé que luego de tanto tiempo a lo mejor hasta tienen que leer par de capítulos anteriores, pero con fe que no los dejaré más, mis disculpas de nuevo y gracias a los que todavía me leen y comentan.

Un gran abrazo, Nesly~ 

Publicado en Fanfics

CTMA: capitulo 9


 

Crónicas de un Tonto Mejor Amigo

 

Capitulo 9: No encajas, sencillamente no encajas ahí.

 

 

El sonido del televisor apenas era audible.

 

Lo suficientemente alto como para no encontrarse rodeado de un completo silencio. La maleta se encontraba en el suelo, sin haber sacado sus pertenencias aún. Yoochun estaba un poco pasivo, sin demasiadas imágenes en la cabeza, sin demasiados pensamientos que cruzaran en ese instante.

 

Pero por sobre todo, estaba un poco ido.

 

Perdido entre algunos recuerdos que vagamente se repasaban con astucia absorbiéndolo por todo lo vivido dentro del viaje. Los gritos, los reproches, las palabras hirientes y finalmente ese abrazo y las palabras de disculpas que por un momento sabían tan bien.

 

Soltó un suspiro, pequeño y tranquilizante. Colocando una almohada sobre su cabeza. Tratando de concentrarse en otra cosa, en evitar sentirse tan extraño. Y concentrarse en sus planes, en sus metas, en todo lo que estaba haciendo por estar junto a la persona que amaba.

 

Era cuestión de tiempo, Boa siempre lo decía, y él quería creer en esas palabras.

 

En que un día podría tomar su mano, mirar sus ojos y decir esas dos palabras que tan difícil le resultaban de pronunciar. Quería una oportunidad para decirlas sin mentiras de por medio, sin que supiera a mentira, sin que la sinceridad no abundara sus sentidos. Pero confundiera a esos ojos que nunca terminaban de entender cuan verdaderos eran sus sentimientos.

 

Cansado del camino que habían llevado sus pensamientos, Yoochun decidió ducharse.

 

Necesitaba comer algo, y tratar de parar esas emociones que se infiltraban cruelmente en su ser.

 

 

 

 

 

Boa esperó los tres minutos que le quedaban.

 

Mordió su labio inferior y miró el reflejo en el espejo. Su cabello húmedo por la ducha reciente, analizó sus facciones, su rostro libre de maquillaje. Y lo joven que era aún. Pensó en tantas cosas al mismo tiempo que se asustó. Pero sonrió, a pesar de todo sonrió, por que esa sensación a pesar de extraña era reconfortante.

 

Era un poco difícil de describir, pero aunque estaba asustada, al mismo tiempo las ansias la llenaban, la rodeaban de esperanzas e ideales, sueños y metas. Tantos cosas que podían venir al futuro. Las dudas habían empezado de la nada, y luego poco a poco se habían asentado.

 

Bajó un poco la mirada directo a sus manos, por un momento se quedó impávida.  Pero luego suspiró, con una sonrisa emocionada en el rostro. Tapó su boca y miró la imagen que el espejo le devolvía. Era joven, pero también lo suficientemente adulta como para este momento.

 

—Oh, dios…

 

Justo en ese momento no hubo más dudas, no hubo intrigas, ni sospechas. Solo esas emociones que la albergaban y su mano viajó hasta su vientre. Radiante y llena de ilusiones.

 

 

 

 

—Claro es por ese pasillo, camine directo y ahí encontrara los balones de soccer.

 

La mujer asintió sonriente, y Changmin le devolvió el gesto con una sonrisa igual de amable. Siguió colocando en la percha los implementos deportivos que le quedaban pendientes y tarareó inconscientemente una canción que había escuchado en la radio esa mañana.

 

Era temprano aún, no tenían ni una hora desde que la tienda deportiva había abierta, y ya se encontraba particularmente llena, con varios clientes por los pasillos. Terminó de hacer su pequeña tarea y se irguió con orgullo, asegurándose que no faltara nada y sonrió.

 

—Por supuesto, ¿en qué puedo ayudarlo?

—Lo que pasa es que estoy buscando unos cascos para montar bicicleta.

—Oh, claro… Pues tenemos en diferentes modelos, como este por ejemplo.

 

La voz de Junsu lo hizo girar disimuladamente hacía la derecha, hacia el final del pasillo, donde Junsu, amable y cordial como siempre atendía a un joven. Mostrándole diferentes cascos que podrían quedarle, explicando un montón de cosas sin sentido.

 

Percibir a Junsu tan repleto de emoción y vida a pesar de que apenas ayer habían llegado de viaje lo hizo sonreír. Admirarlo durante un instante y observar detenidamente sus sonrisas, sus miradas, lo mucho que se empeñaba en hacer sentir bien al cliente a su lado.

 

—¿Changmin?

 

La voz masculina, muy cerca de él lo hizo girar.

 

—¿Eh?— Cerca. El rostro sonriente de aquel muchacho hizo que Changmin incluso hiciera la cabeza un poco hacía atrás. Su voz había cambiado mucho, era más masculina que antaño, mucho más grave y penetrante. —¿Minho?

 

 

 

 

—De acuerdo, entonces creo que me quedo con este, muchas gracias.

—No se preocupe, ha sido un placer. Puede pasar a caja para que le facturen el producto.

—Bien, gracias por todo.

 

Junsu asintió tranquilo mientras el muchacho se alejaba con el casco en mano. Inspiró hondamente y levantó un poco la cabeza. Changmin estaba a unos pasos de él. Sonriente, muy sonriente. Mucho más de lo que él lo había visto antes, y frente a Changmin estaba ese muchacho casi de la misma altura que Changmin, sonriendo tan tranquilo, que Junsu sintió algo pesado en su estómago.

 

—No lo puedo creer, ¿tú trabajando?

—Así es, no nos hemos visto hace mucho Minho. He madurado.

 

—Siempre fuiste muy maduro, Changmin. Solo un poco insufrible y cerrado para comprender que se debe comenzar desde abajo.

 

Minho se balanceó un poco en su lugar, con las manos escondidas en los bolsillos de su pantalón y una sonrisita burlona en los labios. De pronto los ojos de Changmin parecían brillar un poco más de lo normal. Aportando una conducta extraña, como si pretendiera contemplar y lograr ser contemplado de la misma forma.

 

Y sin embargo las sonrisas del otro muchacho, llamado Minho, tan solo eran casuales.

 

Junsu encontró interesante esa interacción, los gestos de Changmin y la manera en que discretamente jugaba con sus manos, como si intentara ocultar toda la emoción que lo embargaba de repente. Junsu entonces se percató que nunca había visto a Changmin verdaderamente feliz por algo. Y ahí estaba ese muchacho acaparando sonrisas infinitas, que Changmin difícilmente le había mostrado a él.

 

—Junsu, ¿has visto las rodilleras que compramos…?

 

Yunho arrugó un poco el entrecejo, terminando de bajar las escaleras y posando los ojos en el mismo lugar que Junsu los tenía. Ahí donde Changmin reía de repente, moviendo un poco la cabeza, acompañado por la risa del menor frente a él.

 

—¿Qué hace Minho por aquí?

—¿Minho? Oh, es el muchacho con el que Changmin está… No lo sé, ¿no es amigo tuyo hyung?

 

Yunho recién se percató que Junsu le había prestado atención. Y sonrió.

 

—No, es amigo de Changmin. Yo no lo he tramado mucho, pero es amigo de la familia y todo eso.

—Oh, ya veo.

 

Yunho palmeó discretamente el hombro de Junsu y caminó con pasividad hacía donde su hermano menor se encontraba.

 

—Hola, Minho.

—Oh, Yunho hyung. Buen día.

 

Junsu se encontró de pronto mirando de lejos esa pequeña interacción. La manera en que los tres conversaban y parecían recordar viejos tiempos. Tuvo incluso la oportunidad de analizar con cuidado al tal Minho. Su porte, sus gestos, sus sonrisas y la confianza que mantenía con Changmin.

 

Era obvio, Minho era amigo de la familia Jung, y seguramente venía de la misma categoría de niños ricos. De buena familia, inteligente, carismático y educado.  Una idea repentina azotó su cabeza. Minho era perfecto para Changmin, parecía ser el único capaz de derrumbar barreras en Changmin y eso por si solo era un gran logro.

 

Otra vez ese malestar en el estómago, Junsu sacudió la cabeza y prefirió pensar en otra cosa. Él ni siquiera tenía que estar analizando con quien se veía bien o no Changmin, era su absoluto problema. Sonrió burlón ante las tonterías que estaban pasando por su cabeza, y decidió mejor concentrarse en terminar de ordenar las cosas que le faltaban.

 

 

 

 

Le estaban jalando el cabello con esa dichosa plancha.

 

Yoochun empezaba a molestarle. Luego vino el maquillaje, los labios, y el molesto flash que en este instante solo le provocaba dolor de cabeza. Trató de no reflejar el horroroso humor con el que se había levantado ese día. Y colocó las mejores expresiones que pudo expresar.

 

Su mente volaba en imágenes de Yunho y Jaejoong durante el fin de semana en la casa aquella, luego viajaban a ese encuentro extraño y sensual que Yunho y él había compartido, luego indebidamente se remontaban a ese estúpido beso que Jaejoong le había dado a Yunho y que Yunho imbécilmente había correspondido.

 

Bufó con molestia.

 

—Yoochun, ¿podrías al menos sonreír una vez?

—Quieres fotos sexys, no veo por que tengo que sonreír, eso cambiaría el concepto de las fotos.

 

El fotógrafo entrecerró los ojos. Y su excusa pareció funcionar por que el hombre no volvió a mencionar palabra al respecto. Yoochun pensó, que a veces había personas que no entendían por las buenas. Entonces, él tenía que encargarse de que entendieran.

 

 

 

 

La tarde había caído más pronto de lo esperado.

 

Para cuando Junsu pudo darse cuenta, uno de sus compañeros se encontraba ya cerrando la tienda, cerró el abrigo a su cuerpo y checó que no le faltara nada.

 

—Hola, disculpa ¿has visto a Changmin?

 

Cuando Junsu giró y la imagen sonriente de Minho fue lo primero que encontró, tuvo que admitir que de cerca el muchacho era un poco más imponente, así que solo sacudió un poco sus pensamientos y sonrió forzadamente.

 

—Debe estar por salir, ya estamos cerrando.

—Me alegro, pensé que llegaba tarde.

 

No fue muy difícil suponer que el chico se acercó a preguntarle al ver que llevaba el mismo uniforme que Changmin en la mañana.  Estando un poco más cerca Junsu analizó sus facciones, esa piel adecuadamente suave, y esas manos que de cerca se veían tan bien.

 

Momentáneamente Junsu vio las suyas, y se dio cuenta que las suyas en cambio tenían varias marcas, no lucían igual de bien, incluso tenía un par de cicatrices, y seguramente su tacto a la piel de otra persona no era suave, como seguramente el de Minho si era.

 

—¡Minho!

 

Fue una visión completamente diferente a la que nunca había visto, Changmin se acercaba con una chaqueta puesta, una ropa costosa, igual a la que había llevado antes de entrar a trabajar, cuando recién lo conoció, llevaba el cabello meticulosamente peinado. Changmin brillaba en ese momento.

 

—Llegué a tiempo, así que cero reclamos Changmin.

—Lo sé, casi me dejan encerrado.

 

Changmin sonrió, asintiendo educadamente ante el otro muchacho que ya empezaba a cerrar por completo el local con su salida. Miró a Junsu y sonrió un poco, sin embargo no fue igual que cuando miraba a Minho, Junsu pudo darse cuenta de eso. Curioso, Junsu miró las manos de Changmin.

 

Eran igual a las de Minho, eran unas manos lindas.

 

Masculinas pero sin rastros de dureza, o alguna cicatriz. Junsu imaginó que el tacto de las manos de Changmin seguramente era muy placentero. Suave y agradable. Sus manos sin embargo eran todo lo contrario, probablemente provocarían alguna ligera raspadura.

 

En sus manos estaba la prueba fehaciente de sus múltiples trabajos. Y Junsu suspiró.

 

—Entonces, ¿es amigo tuyo?

—Si, es Kim Junsu. Junsu te presento a Choi Minho, un amigo de años. Casi desde que éramos niños. Junsu y yo nos conocemos desde que empecé a trabajar para Yunho.

 

Junsu sonrió ante el asentimiento de parte de Minho, analizando que en verdad era muy poco tiempo desde que conocía a Changmin. En verdad muy poco tiempo.

 

—Oh, ¿y por que no vienes con nosotros Junsu?

—¿Cómo?

 

Changmin habló claramente, y Junsu se sintió un poco incómodo.

 

—No lo creo, de seguro hace tiempo que no se ven y tendrán muchas cosas que hablar.

—No te preocupes, además yo también invité a alguien.

—¿A quien invitaste?

 

De pronto Changmin ya no lucía tan feliz como antes. Como si ese invitado que Minho había traído no estuviera en sus planes. Junsu pensó en que no ir sería lo mejor, pero del mismo modo, supo que tampoco debería dejar a Changmin solo.

 

—Es alguien quien quiero que conozcas, no seas anticipado. Entonces, ¿qué dices Junsu, nos acompañas?

—Yo, bueno…

—Vamos Junsu.

 

Cuando Changmin le sonrió, hablando con ese tono de resignación, a Junsu no le quedó más que aceptar y mirar disimuladamente a Shim, que ya no parecía brillar como antes.

 

 

 

 

Ajustó el audífono a su oído.

 

Captando casi de inmediato la melodiosa voz de Jaejoong.

 

¿Yunho?

—Jae, ¿estás en el hotel? Estoy cerca y pensaba invitarte a cenar, ¿te parece?

 

Hubo un silencio, extraño y algo incómodo. Yunho solo concentró un rato en conducir y girar adecuadamente para poder continuar con su camino directo a Jaejoong.

 

¿Estás seguro que quieres venir?

—Tenemos que hablar, Jae.

 

Ese instante. En el que la pequeña risa de Jaejoong fue audible, fue verdaderamente reconfortante, y por un momento los pensamientos de Yunho se desviaron hacía Yoochun, hacía esa risa efusiva de su mejor amigo. Teniendo que admitir, que le gustaba un poco más que la de Jaejoong.

 

Tienes razón, tenemos un par de cosas que hablar. ¿Demoras?

—No creo, un par de minutos más solamente.

 

 

 

 

—Por supuesto, decano. Entonces mañana en la reunión planteamos el asunto de los alumnos becados. Creo que lo mejor para ellos sería realizar esta campaña. Hablamos mañana entonces.

 

Rain colgó el teléfono con una sonrisa complaciente en el rostro. Estiró un poco el cuerpo, dentro del estudio en su casa. Y observó a Boa entrar, con una pequeña sonrisa en el rostro y una repentina actitud extraña que tenía desde la noche anterior.

 

—Amor, ¿te parece si hoy salimos a cenar?

 

Boa sonó dulce. Con una expresión apacible, con esa petición a la que obviamente no podía negarse. Tomó las manos de su esposa y sonrió.

 

—Por supuesto si es lo que quieres. No hay problema.

—Gracias…

 

Y ese comportamiento algo pasivo en ella, lo extrañaba.

 

 

 

 

 

Jaejoong no era muy ordenado.

 

Tuvo que moverse con rapidez dentro de la habitación, medio arreglar un par de cosas. Y recoger otras cuantas, guardar un par y suspirar aliviado cuando se dio cuenta que la habitación no estaba tan desordenada.  Se colocó velozmente una camisa adecuada, y aquel pantalón blanco que tanto le gustaba, se miró en el espejo una última vez y suspiró.

 

Estaba listo.

 

El timbre sonó y por instinto. Jaejoong dio un ligero respingo, volvió a respirar profundo y caminó hacía la puerta, con una sonrisa apenas notoria en el rostro, mientras empezaba a abrirla.

 

—¿Yoochun?

—Tú y yo tenemos que hablar.

 

Yoochun se abrió paso dentro de la habitación sin problema alguno,  con esa expresión altanera, quitándose las gafas del rostro. Y mirándolo con cierto deje de superioridad que hizo a Jaejoong arrugar el entrecejo y olvidar por un rato la puerta mientras se cruzaba de brazos y caminaba hacía el muchacho apenas un paso.

 

—¿Qué es lo que quieres?

—Quiero que dejes en paz de Yunho, ¿no te da vergüenza? Yunho y yo tenemos una relación de años, y para ser amigo del lindo de Junsu, tú dejas mucho que desear.

 

Cada palabra fue masticada con desprecio, con prepotencia.  Y era incluso particular la manera en la que Yoochun pronunciaba su nombre como si fuera un insulto. Jaejoong decidió que lo escucharía hasta el final, por que hoy mismo lo encararía y le diría que era un hipócrita por que él estaba al tanto de la aventurilla que mantenía con Boa.

 

—Escucha… Jaejoong. Hay muchas cosas que te pueden gustar de él, pero realmente no es más que un torpe, olvidadizo y muy difícil de convencer a la hora de perdonar. Es mi amigo, lo era antes de ser mi amante. Además, lo conozco a la perfección, él solo quiere jugar contigo. Quiere variar un poco.

 

Jaejoong bufó, rodando los ojos y viendo fijamente a Yoochun.

 

—¿Por qué crees que me voy a tragar toda esa parolata?

 

Yoochun sonrió, acercándose lentamente, con el sonido de cada uno de sus pasos sonando en la estancia. Jaejoong supuso que venía un golpe duro.

 

—¿Sabes por qué? Tal vez por que el día anterior a que lo besaras, justo mientras tú te divertías en la dichosa feria con los demás, Yunho y yo estábamos en una habitación disfrutando de…

—¡Eso todos lo supimos! Pero que lo tengas amarrado a la cama, no evito que correspondiera a mi beso.

 

Jaejoong sonrió, era una guerra y las armas eran esas hirientes palabras. Esas miradas profundas y seguras que atravesaban sus propios cuerpos.

 

—Mira, tú… No vas a alejar a Yunho de mi lado por que Rain cree que…

 

Yoochun de pronto se quedó mudo, impávido ante la verdad que había estado a punto de soltar, y Jaejoong enarcó una ceja. Confundido.

 

—¿Rain cree, qué?

—No te interesa, tú solo aléjate  y ya.

 

—¿Y si no me da la gana?

—Eres realmente molesto,  ¿sabías?

 

Peinó un mechón de su cabello y cuando la puerta se abrió tras Jaejoong, Yoochun únicamente acentuó su expresión molesta.  —¡¿Qué diablos haces aquí, Yunho?!

 

Los ojos de Jung se desorbitaron por un momento.

 

—¡¿Qué demonios haces TU aquí, Yoochun?!

 

Jaejoong de pronto sintió que estaba siendo olímpicamente ignorado.

 

—Yoochun vino a quejarse y decirme que me alejara de ti.

 

Yunho miró inmediatamente a Yoochun, pero él solo levantó los hombros.

 

—Estoy en todo mi derecho.

—Jae, ve por tus cosas y salimos a cenar. Yoochun nos va a acompañar.

 

Jaejoong por un momento perdió la perspectiva, tal vez por que Yunho no lo había mirado un solo segundo mientras le hablaba. O tal vez por que en verdad le sorprendió el hecho de que Yoochun estaba incluido. Sin embargo optó por asentir e ir por sus cosas hacía donde estaba la cama.

 

Yunho caminó hasta Yoochun y su amigo solo rodó los ojos.

 

—No comiences con los reproches Yunho. Somos pareja, y si alguien se quiere meter en medio de nuestro amor, debo enfrentarlo y enseñarle que tu trasero es mío.

—¡Maldición, Yoochun! ¡Cállate!

 

Yoochun rió descaradamente en cuanto Yunho pasó una mano por su rostro.

 

—Creí que todo había quedado claro ayer, Chun.

—Si, y ayer tú dijiste que te alejarías de Jaejoong, pero evidentemente eso no ha pasado.

 

Yunho suspiró. Con un susurro en los labios.

 

—Pienso decirle la verdad a Jae.

—¡¿Qué?!

—Él de verdad… creo que me gusta Yoochun.

 

Todos los reclamos, bromas de mal gusto e improperios hacía Jaejoong murieron. Yoochun se sintió perdido un instante. Mirando el rostro de su mejor amigo y ese rostro algo avergonzado ante lo que había confesado.

 

—¿Vas a apoyarme?

 

Fue algo extraño. Una desazón en la boca de su estómago, un mal sabor de boca también. Pero el estúpido de Yunho estaba ahí, con su expresión de perrito mojado. Y Yoochun suspiró, contra todos sus principios, asintió, colocando una mano sobre el hombro de Yunho.

 

—Tú me has apoyado todo este tiempo con lo de Rain. Haré todo lo posible… también.

 

Esas palabras fueron difíciles de pronunciar, incluso la sonrisa que salió de sus labios no fue muy sincera que digamos. Pero Jaejoong apareció oportunamente por primera vez.

 

—Listo, vámonos.

 

Jaejoong se sentía incómodo, con la presencia de Yoochun ahí. Y Yoochun supuso que Boa no siempre tenía razón. Las cosas no estaban saliendo como ella lo había predicho.

 

 

 

 

Junsu decidió que había tomado una mala decisión al acompañarlos.

 

Se sentía incómodo y en parte un poco apenado por Changmin.

 

Lo miró de reojo, sentado junto a él en la sala de cine, con su codo apoyado en el brazo del asiento, con una expresión parca en el rostro, mientras Minho y Taemin del otro lado compartían palabras pequeñas y risas mientras comían un poco de canguil y bebían soda.

 

Lee Taemin, era al parecer la pareja de Minho. Y eso había tomado por sorpresa a Changmin. Puesto que había tenido previsto seguramente una salida para dos, y al final había terminado en una salida para cuatro. Oh, Junsu solo quería marcharse y pasar el mal rato y si era posible jalarse a Changmin para que no siguiera con esa expresión tan poco afable.

 

—¿Estás aburrido?

 

El pequeño susurro de Changmin lo tomó desprevenido, su mirada de reojo también.

 

—No es una buena película la verdad, y pues…

— Creo que me divertiría más solo contigo que en esta absurda salida de cuatro.

 

Changmin regresó su mirada a la pantalla y Junsu sonrió un poco. Hablando en susurros debido a las demás personas en la sala de cine.

 

—Ustedes me invitaron, así que no me achaques que no sea el alma de la fiesta.

—¿Fiesta? Esa es la peor salida para describir a ‘esto’

 

Junsu llevó una mano a su boca, tratando de aplacar la risa que pugnaba por salir de sus labios. Miró a Taemin y Minho que hablaban también y luego vio a Changmin. Él también los miraba. La mano de Shim se posó sobre la suya, y él casi da un salto de la impresión. Su corazón latió desprevenido.

 

—Vámonos de aquí, antes de que nos vean.

—¿…Qué?

 

No tuvo oportunidad de quejarse, ni siquiera para analizar que había sido esa aceleración ante el tacto de Changmin, por que el muchacho tan solo apretó su mano y aprovechando un momento de descuidado por parte de los otros dos se levanto un poco agachado y jaló de él, fuera de aquella sala de cine.

 

Y si, el tacto de Changmin era cálido, suave y muy reconfortante.

 

 

 

 

 

—De acuerdo, en un rato les traigo su orden.

 

El mesero se alejó con una sonrisa en el rostro, recogiendo nuevamente el menú. Jaejoong asintió amablemente, y en ese momento, Yunho aprovechó para enviarle una rápida mirada a Yoochun, cuando su amigo asintió, con aquella extraña mirada en el rostro. Yunho respiró profundo.

 

—Escucha, Jaejoong. Sé que esto podrá parecerte raro, pero quiero decirte la verdad por que es evidente que algo pasa entre nosotros y Yoochun ha accedido a que lo sepas.

—¿El qué?

 

Por un momento Jaejoong se preocupó, ¿Yunho iba a pedirle que se alejara de él?

 

—Yoochun no es gay. Es más nosotros ni siquiera somos parejas. Por más horrible que esto suene, él está saliendo con Boa, y pues… Rain estuvo a punto de descubrirlos, por eso se inventó todo este asunto de que es gay y que estamos saliendo, pero él en verdad… ama a Boa. Y no sé como termine toda esta historia entre ellos, pero yo no puedo evitar apoyarlo y ayudarlo, es mi amigo, mi mejor amigo.

 

Jaejoong lo notó, Yoochun se removió incómodo. Pero rápidamente retiró su mirada de él y miró a Yunho, notó también ese temblor en la voz de Jung  al decir que Yunho amaba a Boa, pequeños detalles que podían pasar desapercibidos, pero que él en otra situación tomaría mucho en cuenta.

 

Sin embargo, justo ahora solo sonrió ampliamente, mirando a los ojos a Jung.

 

—Quiere decir… ¿que ustedes en verdad no tienen nada más que una amistad?

—Exactamente. Y pensé que sería bueno no sé, salir un poco, conocernos,  ¿qué te parece?

 

Y el asqueroso momento cursi que Yoochun esperaba ocurrió, los ojos de Jaejoong parecieron incluso brillar ante aquello, Yunho sonrió como estúpido. Y las cúspide lo ridículo llegó cuando se tomaron de las manos. Yoochun solo se cruzó de brazos y torció un poco la boca en una mueca.

 

Desearía poder lanzarse un tiro con tal de no estar ahí.

 

 

 

 

—Tu amigo se va a molestar.

—¿Minho? Nah, no te preocupes, ese incluso a veces olvida que existo.

 

Junsu detectó cierto resentimiento en la voz del mayor y suspiró, aún se encontraban dentro del centro comercial. Y Changmin solo miraba aburrido los escaparates. Con un paso ligero, Junsu entonces tuvo idea, tomó del brazo a Changmin sin demasiada reticencia de su parte.

 

—¿Qué haces?

—¿Juegas video juegos?

 

—En mi casa, si. Lejos de las miradas de un montón de mocosos.

—Ah, por favor no seas aburrido.

 

El lugar estaba repleto de personas, especialmente adolescentes y niños, por instinto Changmin se pegó a Junsu y él solo negó un poco, divertido con las expresiones de Shim y su poca particularidad para convivir con niños.

 

—Ven, juguemos a matar zombies.

—Olvídalo.

—Tengo tarjeta, vamos.

 

Junsu sacó una colorida tarjeta de su billetera, una que seguramente era la que se utilizaba dentro de aquel lugar. Esperó un instante, mientras se acercaba a caja y recargaba la dichosa tarjeta. Miró el lugar, todavía infestado de niños a pesar de ser algo de noche y suspiró, convencería a Junsu de marcharse. No estaba de ánimos para jugar.

 

—Listo, vamos.

—No, Junsu espera, en realidad no…

 

Pero el muchacho parecía ajeno a su negativa. Caminó hasta una de las maquinas donde por fin estaba desocupada, tomó uno de los rifles y se lo extendió a Changmin, pasando también, la tarjeta por la hendidura.

 

—Solo piensan en el objetivo y quien quisieras dispararle justo ahora.

 

Changmin miró a Junsu, por un momento eso había sonado a doble sentido. Pero era imposible que Junsu fuera tan perceptivo. Era imposible que Junsu en un par de horas se diera cuenta de algo que él venía guardando estúpidamente desde hace años respecto a Minho.

 

La música que pretendía ser atemorizante comenzó y Junsu realizó los cambios necesarios. Changmin sonrió. Tenía que darle una oportunidad al juego, necesitaba des estresarse después de todo. Necesitaba sacar el sabor amargo de su boca, con respecto a su cita fallida.

 

El amor y él no iban de la mano definitivamente.

 

Pero Junsu, era buena compañía.

 

Y cuando el juego comenzó, tuvo que admitir que rió con ganas e inesperadamente se divirtió, aún más cuando vio a Junsu tan efusivo y dispuesto a ganarle.

 

 

 

 

—Entonces comprendí que siempre había sido Junsu el que me asustaba con esas tonterías.

—¡¿Cómo no pudiste darte cuenta?!

—¡No lo sé!

 

Jaejoong y Yunho rieron, caminando por la plaza cerca del restaurante.

 

Yoochun sabía que hace mucho debió haber emprendido la huida, tal vez llamar a Boa y todo eso. Pero algo le impedía dejar a esos dos solos, caminó un poco alejado, con las manos en los bolsillos y tratando de fingir que no les prestaba tanta atención, pero era difícil cuando esos dos destilaban miel.

 

Volvió a torcer los labios, y bufó.

 

—Dios… que alguien me mate por favor.

 

De pronto Jaejoong se detuvo, Yoochun pensó que lo habían escuchado. Pero al parecer no era debido a su suplica lamentable, sino que al parecer Kim había visto a algún conocido bajar de un taxi, justo a un par de metros de ellos.

 

—¿Hyun Joong?

 

La mueca extraña en el rostro de Jaejoong no solo sorprendió a  Yunho sino también a Yoochun. El siempre sonriente y amable de Jaejoong caminó hasta el muchacho que terminaba de pagarle al taxista y los dejó un poco atrás.

 

—¡Jae! Por fin te encuentro, tengo como dos días buscándote por todo Corea.

—¿Se puede saber que haces aquí?

 

—¿Qué crees? Demorabas en llegar así que…

—Espera, ¡diablos!

 

Yoochun enarcó una ceja cuando vio a Jaejoong pasar una mano por su rostro en seña de exasperación, le pidió a Hyun Joong que esperara, y aquel muchacho con una gran sonrisa asintió.

 

—Yunho lo siento, debo marcharme. Gracias por todo Yoochun. Nos vemos.

 

Fue una despedida corta, demasiado seca también, Hyun Joong y Jaejoong subieron a un taxi casi inmediatamente, en medio de toda esa aura de secretismo que los rodeaba,  y cuando Yunho giró hacia él. Yoochun solo afiló la mirada y giró molesto para poder buscar un taxi también.

 

Yunho se molestó ante aquello.

 

—¿Y ahora a ti que te pasa? ¿Por qué estás molesto?

—¡Por que tu etapa gay con Jaejoong me tiene harto!

 

Yoochun ni siquiera se molestó en disimular sus gritos, últimamente discutían todo el tiempo.

 

—¿De que demonios hablas?

—Oh, por favor. No finjas que no sabes a lo que me refiero si prácticamente se dicen el uno al otro con la mirada: ‘¡Quítame la ropa!’

 

—¡¿Qué?!

—Oh, Dios, esto es tan bizarro… ¿Por qué tengo que ser amigo de un idiota como tú?

—¡¿Quieres detenerte?!

 

Ocurrió de la nada, demasiado pronto para los pensamientos extraños que empezaban a llenar la mente de Yunho. Había agarrado el brazo de Yoochun con fuerza, haciéndolo girar y detenerse, con sus rostros cerca, no demasiado, pero si lo suficiente como para que sus ojos se encontraran y la discusión muriera justo ahí.

 

En esos ojos que de pronto se mantuvieron por mucho tiempo en los del otro, como si con aquello pudieran omitir las palabras que quedaban en el aire. Yunho sintió eso que no lograba sentir con Jaejoong. Ese vacío en el estómago, esos atrapantes ojos negros de su mejor amigo que lo volvían a envolver. Que producían un inconstante letargo.

 

Que convertía los segundos en minutos.

 

¿Qué me pasa?”

 

Y esa pregunta en su mente quedó en el aire cuando Yoochun reaccionó finalmente, sacudiendo un poco su brazo y alejándose un paso, como si demasiadas cosas hubieran ocurrido en esos escasos segundos que parecieron horas, en ese cruce de miradas.

 

De pronto Yoochun ya no parecía molesto y Yunho tampoco.

 

—¿Te… llevo a casa?

—Si, gracias.

 

Escuetamente hablaron, apenas se habían mirado. Y camino al auto solo fue un poco más incómodo. Yunho lo sabía y Yoochun lo sospechaba. Algo había pasado ahí. Y cuando Yoochun miró disimuladamente a Yunho mientras conducía. Respiró profundo. Repitiendo inconscientemente la misma acción que Jung y haciéndose una pregunta que ni el mismo se podía contestar.

 

¿Qué diablos acaba de pasar?

 

 

 

 

Boa no había probado bocado de su cena. Rain se preocupó.

 

—Boa, ¿sucede algo?

 

La mujer alzó un poco el rostro. Rain rara vez la llamaba por su nombre, a menos que fuera algo serio o de vital importancia, entonces descubrió que seguramente estaba preocupado. Pero ella estaba nerviosa, no sabía como decírselo, las palabras se atoraban en la garganta y había una sensación extraña en su pecho.

 

—Si, solo déjame agarrar un poco de valor, por favor.

 

Rain asintió, dejando los cubiertos de lado, y estirando sus manos sobre la mesa, Boa miró esas manos de Rain, esas manos que siempre la sostenían, ese hombre que era su más grande apoyo, el amor de su vida, el hombre a quien había decidido entregarle su vida. Su esposo.

 

Miró su rostro y las lágrimas estuvieron a punto de salir. Apretó las manos de Rain.

 

El corazón le latía apresurado, y ese nudo en la garganta persistía.

 

—Rain… estoy embarazada.

 

Jihoon abrió los ojos, mucho. Apretó las manos de Boa, miró el rostro de ella y sintió un hueco en el estómago. Una alegría, un indescriptible sentimiento de querer abrazarla para no soltarla jamás. Y cuando la sorpresa inicial pasó, sin miramientos Rain se levantó de su lugar y caminó hasta ella, para abrazarla, para agradecerle, para gesticular toda esa felicidad que bullía en su interior.

 

Fin Capitulo Nueve

 

 

Publicado en Fanfics

CTMA: capitulo 8


 

 

Crónicas de un Tonto Mejor Amigo

 

Capitulo 8: Soy un chico malo decente.

 

 

 

Yoochun apenas movió un poco la cabeza.

 

Un ligero movimiento apenas notorio, su mirada fija en la espalda de Yunho, aquella espalda ancha y fuerte que se mostraba apenas a unos metros de distancia de él. Y estaban sus brazos, esos brazos largos y un poco musculosos que apenas la noche anterior lo habían apretado con fuerza contra su pecho.

 

Esos brazos que ahora rodeaban a Jaejoong, las manos de Yunho que se posaba sobre las de Kim, apretando un dardo insulso que era tan solo la burda excusa de ese acercamiento premeditado. Yunho hablaba en susurros, muy cerca del oído de Jaejoong, con suaves movimientos de estiramiento, disque enseñándole como lanzar adecuadamente los dardos hacía la diana a dos metros de distancia.

 

Yoochun acentuó su expresión amenazante, a pesar de que ninguno de los dos dentro de la habitación lo miraba. Aquellos dos por supuesto que sabían que él estaba ahí, solo habían pretendido encerrarse en una burbuja y dejarlo a él de lado. Oh, a Yoochun se le ocurrían tantas cosas que podía decirle a Jaejoong en ese preciso instante.

 

—Ahora… lánzalo. Sin miramientos.

 

Yunho retrocedió, exactos tres pasos, Jaejoong cerró los ojos y respiró hondo, antes de fijar su mirada en la diana y lanzar el dado. Con fuerza y precisión, con la suficiente como para que si bien no quedó en el centro. Muy cerca si estuvo y Yoochun empezaba a preguntarse si toda esa excusa de ‘Me enseñas a lanzar dardos’ no habría sido una simple estrategia.

 

Por que Yoochun sabía de estrategias, y esas eran las mejores.

 

—¡Lo hice!

—Y muy bien, Jaejoong. Felicidades.

 

Jaejoong sonreía ampliamente, y Yunho sin problemas le sonreía de la misma forma.

 

Por eso caminó, anunciando sus pasos seguros hasta Jaejoong, con un ligero movimiento que apartó a Kim del cuerpo de Yunho, con un conocido empujón apenas notable, pero lo suficiente como para que Jaejoong arrugara el entrecejo, pero Yunho ni se percatara.

 

—Entonces, ya que eres tan buen maestro, ¿por qué no me enseñas a mí también?

 

Yunho sonrió divertido, jugando con los otros dos dardos en su mano.

 

—¿A ti? Pero si fuiste tú quien me enseñó esto de los dardos, Yoochun.

—Pero no he jugado en años. Tal vez perdí la práctica.

 

Jaejoong resopló, cruzándose brazos y desviando la mirada. Yunho solo sonrió un poco más.

 

—¿Desde cuando el perfecto Yoochun olvida las pocas cosas para las que es bueno?

—No lo hago intencionalmente. Anda, enséñame.

 

Yoochun, astuto, le quitó uno de los dardos de las manos.  Con una sonrisa triunfante en los labios, concentrado más bien en la expresión contrariada de Jaejoong en cuanto vio que Yunho se pegaba mucho más él, que bromeaba e incluso le daba pequeños golpes en la costilla a modo de juego.

 

Más que nada, Yoochun sabía que todos aquellos gestos eran comunes en los dos. Eran años de amistad. Que fácilmente podían confundirse con algo más. Y saberse por encima de los estándares de Yunho, de recibir un tratamiento especial por parte de Jung, por encima del mismo Jaejoong. Era un regocijo, un regocijo total que cuando falló en darle al centro de la diana, no fue con intención, falló por que sencillamente ganarle a Jaejoong y que él se retorciera de celos era cien veces más divertido.

 

Solo para ubicarlo,  y recordarle, que aunque su relación con Yunho fuera falsa. La preferencia que Jung demostraba hacía él, no lo era. Aunque Jaejoong no supiera que ellos dos en realidad no eran una pareja formal.

 

 

 

 

 

Rain encontró aquel te que la empleada les ofreció, delicioso.

 

Y Boa a su lado, sonrió gustosa cuando el sabor algo dulce de la bebida llegó hasta sus papilas. Resultaba interesante esa pequeña paz que se respiraba mientras ambos sentados en el portón de la finca disfrutaban de la hermosa vista. Ajenos a lo que el resto de sus compañeros pudieron estar haciendo.

 

Ella escuchó unos pequeños y cortos pasos, deslizándose por la esplendida madera que era el piso de aquel lugar, y giró con una expresión calmada en el rostro. Yunho venía, junto a Yoochun, hablando por lo bajo, sin rastros de Jaejoong al parecer.

 

—¿Y Jaejoong?

—Dijo que iría ducharse.

 

Boa inmediatamente reconoció esa sonrisa triunfante en el rostro de Yoochun, esa sonrisa esplendida y ganadora, mientras se cruzaba de brazos y se arrimaba un poco a Yunho. Jung miró curioso de un lado a otro.

 

—¿Y Changmin? ¿Aún no ha llegado?

—Pues no al parecer…

 

Rain levantó la cabeza un poco, dirigiendo su mirada directo al lugar entre los árboles por donde Junsu y Changmin venían caminando, con sus camisas un poco levantadas, puesto que sobre ellas tenían varias manzanas, sostenidas por sus manos y la tela de la camisa, entre sonrisas y esporádicas risas.

 

El cabello mojado de ambos muchachos, la ropa un poco pegada debido a la humedad visible del agua en sus cuerpos. Rain recordó que no había llovido y sin embargo la expresión sorprendida y feliz de Yunho mientras terminaba de bajar los pocos escalones en la entrada le hizo ver que no era el único sorprendido por aquellos dos.

 

—¿Desde cuando Changmin sonríe de esa forma?

 

Yoochun pronto se había colocado junto a Yunho, quien había levantado un poco los hombros. Ansioso por abrazar a su hermano, por ver esa sonrisa que desde hace tantos años no veía. El pecho de Jung latió acelerado, feliz de ver a su hermano con esa vitalidad propia, que hace mucho parecía haber perdido.

 

—Hyung, trajimos manzanas.

 

Una vez lo suficientemente cerca, Changmin levantó un poco las manzanas en su poder. Con esa sonrisa que había dejado una marca en todos. Junsu detuvo sus pasos, con una expresión tranquila. Y Yunho caminó los pocos pasos hasta Changmin, lo atrajo entre sus brazos y sonrió.

 

Las pocas manzanas que cayeron y las otras que hicieron presión en el estómago de ambos, ante el sorpresivo abrazo de Yunho hizo que Changmin arrugara el entrecejo confundido.

 

—¿Hyung?

—Me alegra verte así, desde… bueno desde ese incidente que no te veía así.

 

Las palaras cortas, hicieron que Junsu los mirara confundido. Recordando que no sabía tanto de Changmin como para admitir que entendía lo que sucedía, pero Changmin solo rodó los ojos y ajustó las manzanas en su poder para que no volvieran a caer.

 

—No exageres, Yunho.— Changmin miró a la mujer a unos metros de él y movió un poco su cabeza. –Boa, ¿dónde podríamos dejar todas estas manzanas?

—Oh, vengan con nosotros. Las dejaremos en la cocina.

 

Casi inmediatamente Boa y Rain se levantaron de su lugar. Con Junsu y Changmin siguiéndole los pasos. Un breve instante que Yunho aprovechó para ver a Changmin caminar con tranquilidad, con esa sonrisa vacilante todavía en los labios.

 

—Ha sido bueno verlo sonreír así.

—¿Crees que se trate de Junsu?

 

Yunho giró hacía Yoochun apenas escuchó aquella pregunta y sus rostros cerca pareció tomar por sorpresa a ambos. Antes esa cercanía no premeditada que logró que ninguno se moviera por un lapso de varios segundos. Luego, Yoochun arregló un mechón de su propio cabello y dio un paso hacía atrás. Carraspeando suave y discretamente.

 

—Eh, bueno yo creo que me voy a duchar también. Pronto estará la cena.

—Si, claro.

 

Yoochun caminó de regreso al interior de la finca, y Yunho se quedó un rato más ahí, sin  terminar de comprender que había sido ese contacto visual tan inadecuado que había durado quizá demasiado.

 

 

 

 

La cena había sido deliciosa.

 

Junsu jamás había probado tanta comida buena y en un solo lugar, y lo mejor de todo, sin que tuviera que pagar precios excesivamente caros por ella. En resumen, aquellos dos días en la finca del amigo de Rain, habían sido las mejores vacaciones que había podido tomar, aunque pronto tuvieran que volver a la ciudad.

 

Miró momentáneamente a Changmin, bebiendo un poco de vino y tuvo que reconocer esa elegancia que era notoria en el menor, hasta en el más mínimo movimiento. Y pronto sintió que ellos no combinaban en lo absoluto, aunque más curioso que eso, fue el hecho de siquiera haber pensado en eso.

 

—La cena has estado espectacular.

 

Jaejoong levantó un poco la mirada cuando escuchó a Yunho cerca de su oído, no demasiado pero si lo suficiente como para que una sonrisa saliera de sus labios.

 

—Por supuesto, me encanta este vino.

—Hablando de vino, que te parece si luego de la cena nos sentamos en el patio de la hacienda un rato. Después de todo te debo esa botella con vino, ¿no?

 

Los ojos de Jaejoong por un momento parecieron brillar, masticando la comida en su boca que tenía en ese instante. Y limpiándose casi de inmediato.

 

—Me encantaría.

 

Había muchas cosas que Rain había dejado pasar durante el viaje. Una de ellas esa relación extraña y dudosa entre Jaejoong y Yunho, puede que Yoochun en esta ocasión no lo hubiera notado por que se encontraba enfrascado en una conversación con Boa, pero seguramente cuando se enterara eso no representaría nada bueno.

 

Con un pequeño suspiro, decidió que debía hablar con Jung.

 

 

 

 

Empezaban a retirarse, uno a uno para hacer algo distinto.

 

Rain encontró su oportunidad cuando vio a Yunho caminar solo por el pasillo principal.

 

—Yunho, ¿tienes un  minuto?

—Eh… claro, ¿sucedió algo?

 

Respiró profundo, mirando al muchacho frente a él, con aquella expresión tranquila.

 

—Quería hablarte sobre tu relación con Jaejoong. Bien sabes que yo me enteré de lo tuyo con Yoochun no de la mejor forma, pero… si lo suyo va en serio. Te recomendaría que marcaras cierta distancia con Jaejoong.

—Pero Jaejoong y yo solo somos amigos.

 

—Pues a veces no lo parece.

 

Yunho momentáneamente pareció caer en cuenta a lo que se refería, se quedó estático por unos segundos antes de desviar la mirada y rascar un poco su nuca, aparentemente un poco incómodo.

 

—No quiero que lo tomes a mal Yunho, pero una de las razones por la cual tú y Yoochun se la han pasado peleando ha sido por tu cercanía a Jaejoong. Tú puedes pasar el tiempo que quieras con él, pero a veces cuando se hablan, cuando se miran… es obvio que hay una atracción entre Jaejoong y tú. Y eso crispa los nervios de Yoochun. No digo que tú y Jaejoong tengan algo, pero cuando hay atracción  la hay. Deberías poner en orden tus prioridades.

 

Rain palmeó levemente el hombro de Yunho, con sus pasos sonando un poco mientras se alejaba de ahí. Y Yunho de pronto perdió el gusto por esa botella con vino que le había prometido a Jaejoong y que repentinamente parecía que le quedaría debiendo otra vez.

 

 

 

 

A Jaejoong no le molestaba tanto el hecho de que Yunho le hubiera cancelado la pequeña reunión en su última noche en la finca, por que según él estaba un poco cansado. Le molestaba el hecho de que seguramente lo había hecho por Yoochun, casi estaba seguro de eso.

 

Pero había preferido no alegar demasiado y mejor imitar a Yunho y también irse a descansar. Cuando sus pies recorrieron la pequeña estancia, camino a su propia habitación, los susurros entreverados lo hicieron detenerse. Era la voz de Yoochun, obviamente acompañada por la de Boa.

 

Trato de seguir de largo, pero instintivamente su cabeza se asomó cuidadosamente por la pequeña apertura que había entre la puerta. Los ubicó de inmediato. Boa reposaba en el suelo, con sus piernas flexionadas y la cabeza de Yoochun sobre sus piernas, con sus manos delicadas acariciando el cabello de él.

 

Jaejoong apretó sus puños. Era injusto, Yunho lo dejaba de lado por Yoochun, por evidentemente no dejarse llevar por la atracción que mutuamente sentía. Y ahí estaba Yoochun, entregado a las caricias apretantemente inocentes de Boa. ¿Dónde estaba Rain? Quien menos que cualquiera merecía un engaño de tal magnitud.

 

—Es que no es justo Boa…

—Tranquilo Yoochun, sé como te sientes, pero así son las cosas. Debes tratar de quejarte menos y no ser tan evidente.

 

—¡Pero es difícil! Todo lo que estoy haciendo, y… ¡agh!

—Ya verás como todo se soluciona, siempre he pensado que ese lugar lo debes ocupar solo tú.

 

Yoochun cerró los ojos envuelto por la comodidad de las caricias de Boa, quien sonrió al verlo así.

 

—Eres muy cálida Boa, Rain tiene mucha suerte.

—Tú también la tienes, Chun. Tú también.

 

Jaejoong respiró profundo y decidió alejarse. Con los puños apretados y el entrecejo arrugado, vio la habitación de Yunho, aquella que compartía con Yoochun, lugar donde seguramente Yunho ya se encontraba dormido hace unos minutos.

 

Había optado desde un inicio no acercarse por que Yunho tenía una relación de por medio, pero desde que el viaje comenzó, desde que vio a Yoochun con aquella mujer, y aún más desde ahora, no estaba dispuesto a dejar que Yunho continuara con tipo así.

 

Si Yoochun jugaba sucio, él también podía hacerlo. Iba a quedarse con Yunho.

 

Ya no tenía miramientos que lo detuvieran, por que Yoochun no se merecía a Yunho, de ninguna forma.

 

Iba a meterse entre los dos, en medio de esa relación absurda, y no iba a dudar más.

 

 

 

 

Changmin salió de la ducha con una toalla secando su cabello.

 

Los sacudió con fuerza, con la otra toalla que cubría parte de su anatomía, sabiendo que estaba a solas en medio de su habitación. Sacó una pijama de entre su equipaje y miró curioso que la cámara reposaba sobre su cama. Sonrió divertido, y decidió sentarse un momento en la cama.

 

La prendió, descubriendo que no tenía mucha batería. Pero se concentró en las fotografías, entre las suyas y las de Junsu que se deslizaban de un lado a otro cada que cambiaba de imagen, entre las pocas que tenían los dos juntos, mostrando la altura de uno de los árboles en los que se habían quedado.

 

Junsu había tenido la cámara por un buen rato, y las fotografías enfocaban hermosos paisajes que él incluso no había notado. Se encontró con la fotografía que él le tomó a Kim, aquella en la que Junsu miraba hacía los árboles, con una expresión tranquila y las gotas de agua cayendo por su cabellos y rodando por su rostro.

 

—…Eres verdaderamente apuesto Kim Junsu, ¿por qué a veces parece que no lo supieras?

 

Miró la fotografía por un rato más, contemplando la imagen de Junsu, de ese muchacho que a veces lo sacaba del rictus extraño en el que se había convertido su vida.

 

 

 

 

La salida al día siguiente, había ocurrido algo temprano.

 

Todos tenían cosas por hacer, trabajo al día siguiente, y debían llegar relativamente temprano para dejar todo preparado para el siguiente día. Así que pronto, los siete visitantes se había encontrado una vez más subiendo sus pertenencias a la pequeña furgoneta que Rain había alquilado, complacidos de la pequeña estancia y descanso.

 

Y sin embargo Yoochun lucía algo inquieto, la noche anterior cuando había ido a dormir, Yunho ya se encontraba en la cama, profundamente dormido, los recuerdos lo habían invadido, pero aún así, aunque muy entrada la noche, se había acostado a dormir junto a él.

 

En el desayuno apenas y cruzaron palabras, pero Yunho no parecía molesto con él, más bien parecía entretenido con Jaejoong.  Y justo ahora ni siquiera lo encontraba. Su mirada se deslizaba por todos los lugares que encontraba, y aún así no encontraba pistas ni de Jaejoong ni de Yunho.

 

Junsu y Changmin hablaban, apoyados en la furgoneta, y Rain parecía revisar que todo estuviera bien con el auto, mientras Boa le hacía compañía. Nadie parecía preocupado por la ausencia de aquellos dos, entonces decidió caminar un poco, de un lado a otro hasta que logró internarse un poco en aquellos árboles a los laterales de la finca.

 

Jaejoong estaba ahí, justo frente a Yunho, ambos bajo aquel árbol frondoso que parecía ser el preferido de los dueños, por que sin duda era el más hermoso y lleno de flores que había en el lugar, Jaejoong miraba a Yunho, directamente y Yunho parecía no estar incómodo con aquello.

 

Sus pasos disminuyeron de velocidad, lentos y cuidadosos mientras se acercaba y la voz de Jaejoong era un poco más audible.

 

—Creo… que me estás gustando Yunho.

 

Los ojos de Yunho se habían abierto, un poco más de lo normal y Jaejoong aprovechando ese pequeño descuido, había tomado a Yunho por las mejillas, cerrado sus ojos y juntado sus labios. Internamente, Yoochun sabía que Yunho terminaría por alejarse, por que lo había tomado por sorpresa, solo tenía que alejarlo y Yoochun estaría tranquilo.

 

Pero eso no pasó.

 

Las manos de Yunho, un poco nerviosas se movieron hasta la cintura de Jaejoong, cerrando los ojos y empezando a corresponderle. Transformando esa unión de labios en un beso de verdad, y las expresiones en el rostro de Yoochun desaparecieron.

 

Perdió la consciencia necesaria, sus puños se apretaron, y sus pasos se reanudaron, con más fuerza.

 

—¡¿Es qué tú no entiendes, demonios?!

 

Le importó muy poco su había empujado a Jaejoong con más fuerza de la necesaria, por que el muchacho lo vio con el entrecejo arrugado y una molestia mal disimulada.

 

—¿Qué demonios pasa contigo Yunho? ¿Se te ha olvidado lo que soy yo en tú vida?

 

Yunho de pronto pareció confuso, y la mirada de Yoochun lo paralizó.

 

—Yoochun yo…

—No puedo creer que tú seas la persona en la que más confío…

 

Yoochun lo empujó, con sus manos en el pecho de Jung, lo suficientemente fuerte como para que él retrocediera, y su furia disminuyera un poco. La cabeza de Yoochun dio vueltas un rato, entre su amistad, en que supuestamente Yunho lo estaba ayudando a cubrirse de Rain, en que ahora se besaba con Jaejoong.

 

…En que Jaejoong le gustaba lo suficiente como para dejarlo de lado a él.

 

—¡Eres un imbécil!

 

Y volvió a empujarlo. Pero esta vez Yunho lo agarró por los brazos. Sus miradas se encontraron una vez más, como en la tarde anterior, pero esta vez no había nada más que reproche entre ambos y Jaejoong parecía de pronto relegado en medio de todo eso.

 

—Oigan… ya nos vamos, ¿está todo bien?

 

Rain hizo acto de aparición.  Yunho apretó un poco los brazos de Yoochun, pero él solo se sacudió agresivamente, antes de caminar de regreso por el lugar donde había llegado.

 

—No pasa nada, Rain. Nunca pasa nada.

 

Cuando Yoochun pasó a su lado, molesto y caminando directo a la furgoneta, supo que nada, era lo menos que ocurría, miró severamente a Yunho y giró de regreso a su lugar. Él no podía hacer nada más, había cumplido con advertirle a Yunho que las cosas solo se pondrían peor.

 

 

 

 

Había un tenso silencio.

 

Junsu y Changmin habían vuelto a sentarse e los últimos asientos. Y Jaejoong estaba frente a los dos, Yunho sin embargo había optado por sentarse junto a Yoochun luego de que él y Jaejoong entraran últimos, pero Yoochun solo se había alejado de él, pegándose a la ventana y fingiendo que le importaba el paisaje.

 

Yunho había suspirado, decidiendo no moverse luego de que el pequeño susurro de ‘Tenemos que hablar’ que Yoochun había ignorado marcara ese incómodo silencio que ahora todos vivían. Boa y Rain parecían un poco más ausentes a todo, sentados en los asientos delanteros.

 

Yunho no paraba de mirar a Yoochun, cada tanto, como si con aquello pudiera llamar la atención de Park, y Jaejoong estaba cansado de eso, moría por gritarle a  Yunho que Yoochun no merecía ese repentino remordimiento que lo acosaba, y que Yoochun era un hipócrita al armar toda esa escenita. Pero no era el momento.

 

Así que bajo la gorra en su cabeza y se acomodó en su asiento, dispuesto a dormir un poco cuando las gotas de lluvia comenzaron a mojar los vidrios de la ventana.

 

Cansado de aquello, Yunho se movió un poco hacía Yoochun y él lo miró amenazante.

 

—Aléjate.

—Deja de portarte como un niño, Yoochun.

 

—¿Un niño? Mi mejor amigo me acaba de traicionar, ¿y yo soy el niño?

—Por si no lo has olvidado nuestra relación no es real.

—Pero tú prometiste ayudarme con lo de Boa, ¿me estás dejando a mi suerte por… él?

 

Los susurros en los que se habían convertido sus reclamos, afortunadamente no llegaban a los demás, y que tuvieran que acallar los gritos, solo hacía que se enfurecieran todavía un poco más. Inconscientes del momento en que la furgoneta se detuvo.

 

—¿Todo siempre se tiene que reducir a ti, verdad Yoochun?

—Ah, claro… Ahora yo soy el egoísta.

 

Boa miró confundida hacía atrás, ante la pelea que Yoochun y Yunho mantenían, pero de la cual difícilmente se podía escuchar algo, cuando Rain le confirmó que el auto no quería encender, ella solo alcanzó a bufar, antes que las voces de esos dos fueran un poco mas audibles, pero aún así no se podían entender sus palabras.

 

—¿Qué sucede Yunho? ¿Dos semanas y estás enamorado de Jaejoong? Eres patético…

—Maldición, ¿por qué todo el tiempo tienes que ser así?

 

Fue un leve empujón uno quizá sin demasiada importancia, la mano de Yunho golpeó el brazo de Yoochun, y este se encogió, con una mirada aún más molesta que antes y Yunho comprendió que no podían estar siquiera juntos en ese momento. Levantó la mirada y se percató que se habían detenido.

 

No le importó nada más en ese instante. No quería a Yoochun cerca, no quería decir cosas de las que después se podría arrepentir. No, no quería verlo un segundo más. Abrió la puerta de la furgoneta y el sonido de la lluvia sorprendió a todos, el viento que entró y finalmente Jaejoong despertó. Yoochun solo apretó sus puños y lo siguió.

 

—¡¿Ahora huyes de mí?!

 

Era quizá por la lluvia, a Yoochun no le gustaba mojarse bajo la lluvia. No le gustaba peor aún cuando difícilmente podía mantener los ojos abiertos. Pero a Yunho parecía no importarle por que siguió caminando como si intentara alejarse lo más posible.

 

—¡Yunho!

—¡Déjame en paz Yoochun!

 

Cuando Yunho giró, ambos se encontraban ya demasiado lejos de la furgoneta. Ante los ojos de sus amigos, que no se atrevían a intervenir, mucho menos salir de ahí.

 

—¡No, ahora me vas a escuchar! ¡Estoy harto de esta tontería! Todo el maldito tiempo te la pasas con Jaejoong, al final de esta historia ¿como voy a quedar yo? ¿Como el imbécil al que dejaron por otro sujeto?

—¡¡Todo no se centra en ti Yoochun!! ¿Qué quieres de mí? No voy a esperar a que tú tengas los pantalones para enfrentar ante Rain y el resto lo que tienes con Boa, ¡por que yo tengo una vida si se te olvida!

 

Yoochun entrecerró los ojos, con el ruido molesto de la lluvia perforándole los oídos.

 

—¡No desvíes el tema! ¡¡Jaejoong está arruinando nuestra amistad!!

—¡No es Jaejoong quien está arruinando nuestra amistad! ¡Eres tú!

 

Yunho incluso golpeó con su dedo índice el pecho de Yoochun, remarcando sus palabras y mirándolo intensamente.

 

—¡Tú y esta absurda mentira que se te ocurrió!

—¡Pero me estás dejando de lado por él! ¿Por qué con Jaejoong? Todo este tiempo has estado solo, ¡¿por qué justamente ahora se te mete querer estar con alguien?!

—¡¿Y a ti que demonios te importa con quien salgo?!

 

Hubo un escaso silencio con el pecho de ambos subiendo y bajando debido al poco aire que les estaba llegando, ante ese ruido molesto y su propia rabia que estremecía las miradas que en cualquier momento podían llegar a golpes. Que estaba afectando al resto.

 

Las cejas de Yoochun se juntaron, Yunho supo que había dicho algo muy malo para que ahora Yoochun lo mirara así, y sin embargo estaba llegando al límite. Y Yoochun con su actitud no estaba ayudando. Hasta que claro una pequeña sonrisa extraña salió entre los labios de Yoochun, mientras pasaba una mano por su cabello.

 

—Esto es estúpido, fue un error pedirte que me ayudaras con esto. No debí involucrarte.

 

Y eso dolió, esas palabras secas de la boca de Yoochun, atravesaron el pecho de Yunho de manera cruel y permanente, al punto de que sus pasos se dirigieron hacía Park. Certeros y firmes. Hasta que su rostro estuvo lo suficientemente cerca del de Yoochun y sus frentes se rozaron. Siendo innecesario levantar la voz.

 

—Tienes razón, todo esto fue un desastre desde el inicio. Y nada de esto hubiera pasado si te portaras como un hombre de verdad y afrontaras lo que tienes Boa, la hicieras decidir entre tú y Rain. Y a mi me dejaran a un lado de todo este asunto.

 

Esa cercanía logró que la molestia en el rostro de Yoochun se borrara, que sus ojos se encontraran otra vez, y que sus puños fueran apretados como la muda seguridad de no expresar lo que pensaba. Yunho supo que no le contestaría, lo supo por que conocía a Yoochun como la palma de su mano.

 

Cuando escuchó el sonido del carro finalmente siendo encendido después de varios intentos, Yunho no se molestó en decir algo más. Subió al carro otra vez y se sentó en su lugar, en el mismo que había ocupado desde el inicio, Yoochun ingresó un par de segundos después en un estoico silencio, que los acompaño en la gran parte de tiempo que le restaba al viaje.

 

 

 

 

Boa tuvo que reconocer que el incidente aislado de esos dos, que difícilmente alguien más conocía, la había intrigado, no había tenido la oportunidad de hablar con Yoochun, mucho menos con Yunho, y no habían podido tampoco escuchar casi nada de la pelea.

 

Así que un par de horas después, Rain había optado por detener el viaje y que bajaran a estirar un poco las piernas. Aprovechando estar cerca de un puesto de comida y artesanías a mitad de la carretera, Yoochun y Yunho se habían quedado dormidos en sus lugares, y eso era mejor a tenerlos gritándose.

 

Le intrigaba el hecho de que Yoochun explotara de esa forma y que Yunho se estresara en esos niveles.

 

Ella sabía, que algo verdaderamente grave estaba sucediendo.

 

Y solo esperaba que fuera, lo que ella hace tiempo deseaba que sucediera.

 

 

 

 

Cuando Yoochun abrió los ojos, la luz de sol le daba de lleno en el rostro.

 

Arrugó un poco la nariz, y entre el calor que de repente tuvo, y su ropa un poco mojada, supo que no podría seguir durmiendo. El clima loco de ese día lo sorprendió, justo ahora había un buen sol, la furgoneta a excepción de Yunho y él estaba vacía.

 

Vio a los demás entretenidos en los puestos que había a un lado de la carretera y sonrió. Yunho a su lado se movió, sus ojos se abrieron y Yoochun bajó la cabeza.

 

—…Lo siento.

—Yo también. No debí decirte todo eso Yoochun.

 

Yoochun movió sus manos, justos sobre el asiento, de la misma forma en que lo hacía cuando estaba nervioso. De la misma forma que Yunho conocía tan bien, por eso cuando las manos de Jung se posaron sobre las suyas, solo entonces se pudo calmar un poco más.

 

—No quiero que peleemos así otra vez Yunho.

—Nunca había tenido una amistad así y no quiero perderla por cosas así. Si lo deseas me alejo de Jaejoong por el tiempo que te tome hacerle frente a Boa.

 

Yoochun calló, ese breve instante cuando sus miradas se cruzaron. Antes de que los brazos de Yunho lo rodearan en medio de esos abrazos cálidos que tanto le gustaba recibir.

 

—¿Tanto te gusta Jaejoong?

—No lo sé… Solo sé que tú eres mi prioridad ahora. El número uno en mi lista.

 

Yoochun cerró los puños alrededor de la poca tela de la camisa de Yunho a su disposición, apoyando la quijada en su hombro y cerrando los ojos. Con esa paz que solo Yunho le traía en sus momentos más difíciles. Que resultaban ser muchos en el historial de sus eventos desafortunados.

 

—Gracias por seguir junto a mí Yunho, a pesar de que te haga morir de coraje cada tanto.

 

Yunho emitió una pequeña sonrisa, una casi diminuta antes de cerrar los ojos y aferrarse un poco más a él.

 

No tenía que sentirse tan bien estar junto a él así, no tenía que sentir su corazón así cuando le hablaba. Yunho sabía que no debía, pero ahí estaba su corazón de rebelde, haciendo justo lo que no debía. Pero Yunho estaba seguro de poder controlarlo. Por que Yoochun era su amigo, por que él estaba enamorado de Boa, así que su corazón a las malas, pero debía seguir el trayecto único y exclusivo de la amistad. Le gustara o no.

 

 

 

 

Eran aproximadamente las tres de la tarde.

 

Jaejoong luego de que hubiera visto la reconciliación entre Yoochun y Yunho prácticamente ni había hablado. Se había concentrado en su codo apoyado en el alfeizar de la ventana. En el paisaje que estaba frente a él. Y nada más. A pesar de lo nostálgico que se sentía.

 

A veces, cuando nadie se percataba, los miraba. Yunho miraba a Yoochun mientras dormía. Y cuando Yoochun finalmente se levantó, unos minutos antes de llegar a la ciudad, ambos habían sonreído, habían empezado a conversar. Con Yoochun apoyándose en el cuerpo de Yunho, moviendo sus manos y Yunho observando esas manos que se movían inquietas.

 

Lo sintió tan lejano en esos momentos.

 

—Listo, chicos. Espero que la hayan pasado bien.

 

Jaejoong levantó la cabeza y giró hacía el lugar donde se encontraban. Fijándose apenas que estaban ya en la casa de Junsu.  Giró para ver a su hermano y Junsu movía la cabeza de Changmin con cuidado. Shim ya se había quedado dormido, al parecer, en el hombro de Junsu y por eso él se movía con cuidado.

 

Cuando bajaron del auto, ambos con maleta en mano, Jaejoong agradeció a los demás. Y antes de que el auto se marchara vio a Yunho agitando un poco su mano con una sonrisa, y cuando el auto arrancó, Yunho volvió a concentrarse en Yoochun. Jaejoong suspiró. Justo ahora sentía que algo más que la distancia los separaba.

 

 

 

 

—Changmin se quedará conmigo, no se preocupen.

—Tienes que llamar a papá, que yo llego y caigo rendido en la cama.

 

Changmin bostezó restregando un poco sus ojos, mientras Yunho cogía todas las maletas y sonreía.

 

—Gracias por todo.

 

Hizo una pequeña venia antes que el carro empezara a arrancar una vez más. Yoochun se pegó a la ventana. Con una sonrisa en el rostro y la mano apenas moviéndose en señal de despedida. Yunho ocupado con las maletas como se encontraba solo amplió su sonrisa un poco más.

 

—Hyung, ya vamos…

 

Changmin empezó a jalar de su brazo, encaminándolo hacía el edificio y a él no le quedó de otra más que suspirar. Con ese sentimiento extraño bullendo dentro de su ser. Inexplicable e inequívoco.

 

 

Fin Capitulo ocho

 

 

Bien, en vista de que la segunda chica que mencioné en el post de actualizaciones no me contestó, opté por actualizar CTMA que me venían pidiendo varias chicas desde hace un tiempo. Este capi ha sido base, se vienen un par de cosas que le daran un poco más de seriedad a la historia, ya saben… no todo puede ser humor siempre.. =)

 

Pero tampoco habra exceso de drama así que no se preocupen… xD
Espero que les haya gustado. Nos vemos en la próxima actu. =)

Publicado en Fanfics

CTMA: capitulo 7


 

 

Crónicas de un Tonto Mejor Amigo

 

Capitulo 7: Mi pecho sobre tu espalda, suda.

 

Unas horas antes:

 

 

La película la había escogido Yunho.

 

Y como Yoochun había imaginado, había resultado un asco.

 

¿A quién en su sano juicio le interesa una película sobre búhos?

 

El punto era que Yoochun tenía dos opciones, empezar a dormirse discretamente sobre el sillón o fingir que la película le interesaba y comentar algo que armara una charla decente, y lo segundo no iba a pasar. ¡Dios! Rio, la película de esos pájaros había resultado más divertida que esta.

 

Casualmente, ahora que lo pensaba… Yunho siempre lo invitaba a ver películas de animales.

 

Yunho no tenía ninguno, así que pensó que sería buena idea regalarle uno en su cumpleaños.

 

Bostezó otra vez y reacio a dormir tan temprano, se levantó.

 

—¿Eh? ¿Vas a la cocina?

—Si, más o menos.

 

—¿Me traes agua?

—Voy a traer algo mejor, eso tenlo por seguro.

 

Yunho elevó una ceja. Igual de confundido, pero solo siguió con la mirada  a Yoochun unos segundos, hasta que claro su cuerpo estuvo lo suficientemente lejos como para poder seguirlo.  Así que se distrajo con la película un rato más. Cuando escuchó el sonido hueco de un corcho fuera de una botella giró inevitablemente.

 

—¡Y esto amenizará noche!

 

Yoochun venía con dos copas en una mano y en la otra una botella con vino.

 

—No te aproveches, no es un nuestra casa.

—¿Y eso qué?

 

Cuando Yoochun se hubiera sentado junto a Yunho una vez más, el olor de ese delicioso vino opaco las buenas intenciones del mayor, que agarró rápidamente una de las copas, viendo el vino tinto caer lentamente, y haciéndolo ver más delicioso.

 

—¿No es magnifico? Hace mucho que probaba un vino tan bueno.

 

Yunho asintió degustando el sabor embriagante de aquella bebida, que por suerte, Yoochun sabía escoger a la perfección, pensó entonces, cuando el vino viajaba por su garganta y dejaba un rastro de sabor exquisito por su lengua, que un par de botellas de más no estarían tan mal.

 

 

 

 

—¡¿Y recuerdas cuando Changmin cayó por culpa de mi patineta?!

—¡Eso fue estúpido! ¡¿Por qué pediste una patineta en navidad si odiabas los deportes?!

 

Yoochun elevó los hombros y ambos estallaron en risas a carcajadas, con las copas aún en sus manos y la vista un poco turbia ante tanto alcohol que venían ingiriendo en lo que quedaba de la noche. Yunho intentó levantarse. Pero tropezó con una de las botellas en el piso y cayó nuevamente en el sillón.

 

—¡Shh! Yunho, no hagas ruido…

—Sí, lo sé… La botella se atravesó.

 

Yoochun rió bajito, con una mano en su boca indicándole a Jung que guardara silencio y él asintió. Sin terminar de entender por que debían guardar silencio cuando no había nadie más que los empleados en la casa.

 

—Hace unos días vi un comercial muy sexy… Era de un tipo de cabello azabache, algo largo. Tenía la camisa abierta y movía su cabello así~

 

Cuando Yoochun empezó a mover la cabeza de un lado a otro, Yunho volvió a reír.

 

—¡No esas idiota! Ese eras tú, grabaste ese comercial hace dos semanas.

—¡Por eso te digo que era un tipo sexy!

 

Yoochun mordió su labio inferior, de pronto borrando la sonrisa en sus labios, moviendo el vino dentro de su copa y fijando la mirada en el suelo, con esas mejillas algo sonrosadas todavía.

 

—¿Yoochun?

—Creo… que estoy enamorado, ¿sabes?

 

Fue automático, la sonrisa de Yunho se borró también, sosteniendo con fuerza la copa en sus manos.

 

—¿En serio? ¿Tan fuerte es lo que sientes?

 

Miró la copa vacía que tenía en las manos y tomó la botella con vino sobre la mesa, bebiendo directamente su contenido. Sin molestarse en servir, y Yoochun seguía sin contestar. Como analizando su respuesta pronta.

 

—Creo que sí, y estoy asustado por eso.

—No hay nada de malo en eso, Yoochun. Enamorarse es algo que todos quieren lograr.

 

—Es que estoy haciendo tantas cosas por estar a su lado, por que me mire al menos una vez de la misma forma en que yo lo hago. No sé si es amor, pero ojalá lo sea, en realidad me gustaría estarlo. Por que es la persona más maravillosa que se ha cruzado en mi vida, a pesar de la horrible persona que soy, de mis tonterías, a pesar de todo. Aún así no me ha dejado, a pesar de todos los años que han pasado.

 

Yoochun apretó la copa en sus manos y bebió el poco vino que le quedaba, soltando un suspiro largo ante la repentina confesión, y lo desnudo que se sentía por primera vez frente a su mejor amigo.

 

—No sabia que fuera tan intenso lo que sentías por Boa. Ni que todos estos años, fueran tantos para ti.

 

Los ojos de Park se levantaron inmediatamente hacía el rostro de Yunho y el tono algo apagado de su voz, lo miró por un largo rato. Directo a sus ojos, por que cuando el tiempo fue suficiente, velozmente Yunho volvió a dibujar una sonrisa en sus labios.

 

—No te me vayas a poner melancólico Yoochun, que tú no eres así. Tú eres un borracho feliz, sociable y medio stripper.

 

Yoochun volvió a reír ante las palabras de su amigo, y asintió constantemente. Robándole de las manos a Yunho la botella y bebiendo de ella también.

 

—¡Ahora que lo mencionas! Tú y yo deberíamos fingir que tenemos sexo.

 

Yunho tosió sorprendido. Con una mano tapando su boca y regresando su mirada hacía Yoochun lo más rápido que su impertinencia se lo había permitido.

 

—¡¿Qué?!

—Lo que escuchas, es para que los empleados le chismoseen a los demás que lo hicimos.

—¡Claro que no!

 

Yunho se levantó del sillón. Con su rostro indignado y agitando las manos con fuerza.

 

—¡De ningún modo, Yoochun!

—¡Yunho! ¡Reconciliación sin sexo, NO es reconciliación!

 

—¡Pues será en tu mente ninfómana! Por que yo me he reconciliado contigo después de nuestra absurda pelea y no necesito tenerte gimiendo bajo mi cuerpo para saber que todo esta bien otra vez.

—¡Pues yo si lo necesito!— Yunho abrió los ojos asustado. —¡Me refiero a fingir! ¡¡Para que los demás lo crean!!

 

Yunho negó vehementemente, agitando sus cabellos y mareándose en el proceso por el licor, y el viento horrendo que se colaba por las ventanas de la sala.

 

—¡De ninguna forma! ¡NO!

—¡Maldición, Yunho! ¡Todos esos son nuestros amigos! ¡¿De verdad crees que se van a tragar la pastilla de que TÚ saliendo CONMIGO en una noche sola para nosotros, en plena reconciliación y no tuvimos sexo desenfrenado?!

 

—¡Maldición!

 

Yunho pateó con fuerza el suelo, arrugando el entrecejo y retrocediendo un paso cuando Yoochun se levantó.

 

—¿Ves?

—¡¿Por qué tienes que ser tan malditamente pervertido?!

—¡No lo soy! …Ó bueno al menos, no te consta.

 

Yunho entrecerró los ojos y Yoochun solo pasó una mano por su cabello, dando un paso que hizo que trastabillara un poco y su amigo en vez de agarrarlo solo se alejó un poco más. Por lo que Yoochun tuvo que agarrarse de una de las mesas.

 

—Yoochun… ¿Tengo que escucharte gemir fingidamente dentro de una habitación compartida?

—No tienen que ser fingidos.

 

Yoochun rió ante la expresión de Yunho y agitó un poco su mano.

 

—Bien, baja la voz Yunho… que el objetivo es que los empleados se lo crean.

—Pero…

 

Hábilmente Yoochun agarró a Yunho por la camisa, y sus bocas se encontraron una vez más, en un movimiento acompasado en el que Yoochun pegó un poco más su cuerpo al de Yunho y este gimió dentro de sus bocas, provocando que las manos de Yoochun viajaran a ese cuello.

 

Cuando los labios de Yunho se alejaron, Yoochun arrugó el entrecejo.

 

—Dijiste que sería fingir.

—¿No te gustan mis besos?

—¿Qué? …no… es decir…

 

Justo antes de que Yunho ideara algo concreto que decir, prefirió volver a la boca de Yoochun y ambos retroceder nuevamente hacía el sillón, cuando la impulsividad de Yunho atacó a Yoochun. Él solo se dejó guiar, con su espalda contra el mueble y el cuerpo de Yunho entre sus piernas.

 

Con esos labios que se movían sobre los suyos y apresaban el poco aire que le quedaba. Con sus manos viajando a gusto por la espalda del mayor y con las manos de Yunho en su cintura, aún sin atreverse a tocar piel, por que se mantenían correctamente sobre la camisa.

 

Yoochun entonces empujó el cuerpo de Yunho sobre el suyo y terminó recostado sobre el sillón.

 

Era fingir… Era solo eso…

 

El problema es que se les estaba saliendo de las  manos, por que Yoochun se movió inadecuadamente y Yunho tuvo que romper el beso, con un gemido ahogado entre sus bocas y sus narices rozándose. Yoochun sabía que si lo dejaba pensar, Yunho se alejaría, así que volvió a su boca. Con el poco aire que había acumulado en ese rato.

 

¿Qué estaba haciendo?

 

Se estaba perdiendo en esa sensación exquisita que no había sentido desde aquel beso torpe en el balcón de Rain. Yunho volvía a sacudir sus planes. Y lo atraía irremediablemente una vez más. Se movió ágilmente, hasta dejar que Yunho se recostara contra el mueble, boca arriba, con él sobre su cuerpo.

 

No estaban pensando, eso era ya obvio.

 

—Te aseguro lo que quieras a que demoran un par de horas en llegar, ¿qué dices?

 

La mano de Yoochun jugó sobre la camisa de Yunho, de una manera insinuante, nublando la consciencia del mayor, haciéndolo perderse entre su sonrisa y los rojos que estaban sus labios.  El corazón se agitaba con fuerza, era un ‘no’ lo que debía salir de sus labios.

 

Pero Yoochun se agachó contra su cuerpo, con esos labios rojos e hinchados cerca de su oído.

 

—Yunho… vamos a la habitación. Tú, yo y la ropa NO está invitada.

 

El cuerpo de Yunho sufrió sacudidas internas, las suficientes como para que sus pensamientos quedaran olvidados en algún rincón y tomara con fuerza las mejillas de Park, para tenerlo a su disposición una vez más. Y besar sus labios una vez más.

 

Esos labios rojos e hinchados por sus besos.

 

 

 

 

La puerta se cerró bruscamente, con el cuerpo de Yoochun estrellándose contra la puerta.

 

Yoochun estaba aferrado a ese cuerpo, con sus manos en la espalda de Yunho, por que lo conocía y no quería que de pronto emprendiera la huida, y su boca devoraba  la del otro, con una necesidad absoluta, con su cadera moviéndose impulsivamente cada tanto contra la de Yunho.

 

Por que Yoochun pronto sintió que ese buzo que llevaba puesto le causaba un calor insoportable. Las manos de Yunho se metieron bajo ese buzo, esas manos calientes que tocaron su piel y lo hicieron gemir como si estuviera a punto de terminar. Sus labios apresaron los de Yunho, pero cuando él subió las manos por su espalda.

 

Fue inevitable, Yoochun mordió el labio inferior de Yunho y jaló un poco de él. Alejándose lo suficiente como para sonreír victorioso y quitarse el buzo frente a él, con su torso desnudo Yoochun pudo sentir la vista de Yunho sobre su cuerpo con más intensidad que antes.

 

Así que las manos de Jung lo empujaron contra la puerta una vez más, con algo de fuerza que lo hizo chocarse contra ella y gemir de dolor. Pero Yunho compensó aquello de manera inmediata. Por que se pegó a su cuerpo otra vez y lo fundió contra la puerta con su presencia.

 

Atacando su boca nuevamente, con esas manos calientes alrededor de su cuello, acariciando, acelerando el puso y sus sentidos. Intencional o no, Yunho colocó una pierna entre las de Yoochun y él gimió en medio del beso, removiéndose vilmente cual virgen entre los brazos de algún experto.

 

Yoochun estaba perdiendo la noción de lo que sucedía, como si simplemente las caricias y los besos de Yunho lo idiotizaran y él no pudiera demostrarle a Yunho ni la mitad de cosas que sabía que hacer, por que sencillamente parecía derretirse entre los brazos de Jung.

 

Así que cuando Yunho presionó la rodilla contra su miembro. Yoochun rompió el beso, sofocado con un jadeo necesitado escapando de su boca, agachando la cabeza y el pecho subiendo y bajando apresurado. Se estaba excitando con tanta facilidad que Yoochun quería creer que era culpa del alcohol.

 

Sin embargo Yunho no planeaba darle tregua, por que atacó su cuello. Lo mordió, lamió, y Yoochun solo movió un poco su cabeza, para que Yunho tuviera libre albedrio de hacer con su cuello lo que le placiera, el cuerpo de Yoochun se levantó del suelo incitado por  un par de veces más, cuando Yunho se restregó contra él.

 

Yoochun se cansó de solo tocar la ropa de Yunho, así que aprovechó la camisa de botones de Yunho y sonrió.

 

—Ni se te ocurra, no la dañes.

 

Y aquel comentario, le sonó a Yoochun como si en realidad tuvieran experiencia entre ellos, pero poco le importó, por que sostuvo con sus dos manos la camisa y jaló con fuerza de ella, logrando que los botones cayeran por el piso hasta que finalmente tuvo los abdominales de Jung a su alcance.

 

Sus manos tocaron lentamente, como descubriendo, sintiendo el estómago de Yunho contraerse en cada toque. Como si su solo tacto lo excitara un poco cada más.  Cuando Yunho había empezado a bajar por su hombro, con la boca dejando su camino de besos en él. Yoochun decidió que era su turno.

 

Para que Yunho, se derritiera en sus brazos.

Así que fue más sencillo de lo que esperaba, por que cambió las posiciones y colocó a Yunho contra la puerta.

 

—¿Qué planeas?

—Ya verás.

 

Yoochun sonrió, de esa manera que tan bien quedaban plasmadas en las fotos que hacía, sus manos acariciaron el torso de Yunho y él lo observó curioso hasta que sintió las manos de Yoochun empezando a desatar su cinturón, abriendo casi de inmediato los botones en su pantalón y cierre.

 

Cuando Yoochun empezó a besar sus pectorales, con cortos besos fue como una corriente eléctrica recorriéndolo por completo. Yunho echó la cabeza hacía atrás, golpeando un poco la puerta, y cuando sintió esos labios cerca de su ombligo por instinto su cuerpo se pegó más a la puerta.

 

Por que ya no era una corriente eléctrica, esta vez eran como agujas  que se internaban en lo profundo de su ingle. La boca de Yoochun era caliente y besaba la zona cerca del borde su bóxer. Yunho cerró los ojos, por que pronto sintió que el aire no llegaba correctamente a sus pulmones, o por lo menos no entraba el suficiente aire.

 

—¡No, espera!

 

Las manos de Yunho se posaron sobre la cabeza de Yoochun, con su pecho subiendo y bajando impetuosamente, con la vista algo nublada y los pensamientos entre cruzados. Park levantó la mirada confundido, con las manos en el borde de los bóxer oscuros de Yunho, y extrañamente el mayor continuó callado.

 

—No… no estamos pensando correctamente… es más yo en este momento no quiero detenerte… pero.. ¡Agh!

—¡¿Yunho se puede saber por qué maldita razón estás pensando en este momento?!

—¡No lo sé!

 

Sus peleas por lo general siempre duraban mucho tiempo, así que Yoochun imaginó que todo había caído en desgracia, gracias a la estúpida moral de su mejor amigo. Pero contrario a lo que esperaba Yunho se dejó caer al suelo y agarró su rostro con fuerza, con otro beso, apasionado, húmedo.

 

Los ojos de Park se abrieron en extremo, por que Yunho lo besaba, ni siquiera cómo hace unos minutos sino que prácticamente intentaba robarle el aire de los pulmones, porque solo lo besaba y Yoochun volví a excitarse, luego como si el peso del cuerpo de Yunho fuera demasiado, Yoochun se dejó caer contra el suelo. Con el cuerpo de Yunho sobre él.

 

Con la adrenalina en sus venas, con la excitación en los poros de su piel.

 

Y sus pechos desnudos hicieron contacto, provocando un hielo extenderse, que extrañamente en vez de frío provocaba más calor, así que fueron las manos de Yoochun las que volvieron a bajar y tocaron los glúteos de Yunho, apretándolo con fuerza y logrando que inevitablemente Yunho se moviera en una pequeña embestida sobre él.

 

Ese primer movimiento los hizo separar sus bocas, con jadeos descompasados a dos centímetros de sus labios, con el aire caliente chocando contra sus rostros. Yoochun era consciente de que aún tenía los pantalones puestos, que Yunho aún tenía los bóxer y aún así, ese movimiento logró excitarlo en niveles insospechados.

 

Yunho volvió a su boca, esta vez moviéndose no solo por el agarre de Yoochun sino también por voluntad propia. Restregándose contra el cuerpo de Yoochun. Con un vaivén que un inicio iban separados por varios segundos y que pronto Yoochun se encargó de acelerar.

 

Con el sudor empezando a recorrer la espalda de Yunho, enfocándose en su pecho también, y el cuerpo de Yoochun empezaba reflejar todo ese calor, por que su cuerpo entero empezaba sudar también, y los gemidos de su boca parecían ya no encerrarse en sus besos.

 

Por que cuando sintió las manos de Yunho empezar a abrir su pantalón, perdió noción de lo que sucedía y sus manos perdieron fuerza, cayeron al suelo y apretaron las alfombra bajo su cuerpo, por que Yunho seguía moviéndose sobre él y Yoochun perdía la capacidad de respirar o pensar en esos momentos.

 

Solo podía sentir ese vaivén incitante de sus pechos en contacto continúo, del sudor que lo empezaba a cubrir y de lo mucho que le gustaban esos besos. Así que cuando su celular empezó a sonar, sobre la mesa del cuarto cerró los ojos, fingiendo que no lo escuchaba, pero Yunho levantó la cabeza y Yoochun abrió los ojos otra vez.

 

—No te detengas. No te atrevas.

—Pero…

—¡Maldición, concéntrate!  Me tienes gimiendo debajo de ti.

 

—Puede ser importante…

—¡Demonios hasta a mi se me bajo al ver tu cara de estúpido!

 

Yoochun se sacó a Yunho de encima, tomó su celular e intentó apagarlo, pero le pedía clave, la verdad es que no quería llenarse de otra sensación que no fuera seguir excitado, así que cuando le pidió la clave, y la verdad él difícilmente podía pensar adecuadamente, hizo lo primero que se le ocurrió. Lanzó el celular contra la pared y el ruido terminó.

 

Yunho arrodillado en el suelo elevó una ceja, y Yoochun soltó una pequeña risa.

 

—Listo, ven acá.

 

Y las manos de Yoochun jalaron por el cuello de la camisa a Yunho haciendo que se volviera a levantar. Y buscaran su boca por instinto, Yoochun terminó su trabajo anterior y le quitó la camisa al mayor, dejando que esta cayera por algún lugar de la habitación.

 

Yunho por primera vez adoró el carácter terriblemente impulsivo de Yoochun por que en cuanto sus bocas volvieron a unirse y Yoochun lo estrelló contra una de las paredes, lo que le hacía pensar que ambos tenían un fetiche extraño contra las paredes, él volvió a gemir.

 

Con su espalda pegada a la fría pared y su pecho contra el pecho sudoroso y caliente de Yoochun, envuelto por esos labios y las manos de Park que tocaban una vez más su estómago, espalda, y todo lo que estuviera al alcance de sus manos.

 

Yunho no está seguro de que instinto primario lo llevó a tomar a Yoochun por la cadera y hacerlo girar. Pero ese armario estaba junto a él, imponente y demasiado alto para su gusto. Así que colocó a Yoochun cara a cara contra la madera de aquel enorme armario.

 

Un gemido abandonó los labios del menor, Yunho apenas podía ver el perfil de su rostro girado hacía él y su mano derecha viajó hasta ese estómago plano a su alcance, esa piel desnuda contra su pecho. Con el sudor de su espalda haciendo contacto con él.

 

Tan cercano… Tan caliente… Tan consumiente…

 

Y hundió su mano en aquel vientre. Acercándolo a su cuerpo un poco más y la cara de Yoochun se pegó más a la madera, pero sus glúteos golpearon contra el miembro de Yunho. Y el gemido que abandonó sus labios fue alto, grave y profundo.

 

La mano de Yoochun viajó sola sobre la madera, tratando de sostenerse de ella por que de pronto las piernas perdían su fuerza y las piernas le temblaban y cuando la mano de Yunho se posó sobre la suya, apretándola con intensidad, con esos movimientos de cadera contra su cuerpo incrementándose. Yoochun tuvo que morder su labio con más fuerza.

 

El calor se desarrollaba con más intensidad en su pecho, en el hueco en el estómago y en su cabeza que no pensaba correctamente. En que ya ni siquiera estaba escuchando, y su boca estaba abierta. Yoochun gemía sabía que sí, pero su cuerpo se movía solo, no escuchaba solo estaba enloqueciendo.

 

A un punto desconocido, que el cuerpo de Yunho tras el suyo complementaba inadecuadamente.

 

Y los labios de Yunho bajaron a su cuello, por entre ese cabello, mordiendo con fuerza justo del lado derecho.

 

Y el momento llegó, ese preciado momento cuando cierras los ojos y todo pierde su rumbo. Cuando el mundo deja de girar por un instante. Y te falta el aire, cuando el pecho parece detenerse y tu cuerpo erguirse en un movimiento contradictorio.

 

Con ese gemido gutural abandonando sus labios. Yoochun supo que había llegado al clímax.

 

Y Yunho tras él, gimió. Muy cerca de su oído.

 

Yoochun pudo notarlo, Yunho seguía excitado, así que se movió un poco, lo suficiente como para que Yunho terminara con sus movimientos desenfrenados, y unos segundos después prácticamente se lanzara sobre su cuerpo, logrando que aquel enorme armario de pronto se moviera.

 

Una sonrisa surcó por sus labios.  Con el gemido apagado de Jung aún perforando sus oídos.

 

Las piernas perdieron esa fuerza, y Yoochun no soportó más, por que su cuerpo cayó al suelo y el de Yunho junto a él. con las respiraciones agitadas y sus pechos subiendo y bajando. Boca arriba, Yoochun miró el techo dentro de la casi completa oscuridad de su habitación.

 

Yunho en cambio tenía los ojos cerrados, tratando de recordar como se respiraba.

 

Yoochun no estuvo muy consciente del momento en que aquel suelo no le pareció tan frío, pero en un momento cerró los ojos y olvidó que tenía que hacer muchas cosas antes de dormir. Y al parecer, Yunho también perdió la noción del tiempo y lugar.

 

 

 

 

Boa a las ocho de la mañana, del día siguiente, miró la puerta fijamente.

 

Era la quinta vez que levantaba la mano dispuesta a golpear la puerta que Yoochun y Yunho compartían, y era la quinta vez que se arrepentía.

 

Es decir, ¿cuántas posibilidades había de que ayer hubieran estado fingiendo solo para asegurar que salían de verdad?

 

Bueno, Yoochun es así de loco e impulsivo.

 

¿Pero Yunho?

 

La mujer sacudió sus cabellos, negando vehementemente ante la idea, y volvió a levantar la mano, hasta que claro, escuchó una de las puertas de las habitaciones abrirse, y vio a Changmin salir de la habitación de Junsu.

 

—¿Vas a despertarlos?

—Eso intento, pero no agarró el valor.

 

—Tienes suerte Boa. Tú no los oíste lanzarse contra las paredes toda la noche. Debieron darles una habitación a kilómetros de aquí. Me traumaron de por vida.

 

Junsu salió de la habitación, restregando un poco sus ojos y apoyándose en el resquicio de la puerta.

 

—No fue toda la noche, Changmin. No exageres.

—Pues tal vez no fue toda la noche, pero fue lo suficiente como para traumarme más de lo que ya estaba.

 

Los pasos suaves de alguien por el pasillo hizo a los tres girar. Jaejoong caminaba hacía ellos, restregando sus ojos, con una almohada y una manta bajo el brazo. Logrando que Boa arrugara el entrecejo confundida.

 

—¿Dónde dormiste, Jaejoong?

—En la sala de estar, hubo… mucho ruido.

—¿Vieron?

 

Changmin estiró su brazo hacía la habitación de su hermano y el estúpido con el que salía, pero Junsu lo codeó de inmediato, logrando que Boa rodara los ojos y volviera a ponerse frente a la puerta.

 

—¡Oigan, ustedes dos!—  Golpeó la puerta con fuerza, varias veces. —¡¡Se levantan de una buena vez por todas o no desayunan!!

 

Le dio incluso una patada a la puerta y luego suspiró. Girando hacia donde los otros tres muchachos la miraban asustados.

 

—Eh… El desayuno ya está servido, bajen lo más pronto.

 

Con una leve venia, Boa se marchó. Jaejoong acotó que se daría una ducha primero y Changmin solo bufó antes de ir hacía su habitación para poder cambiarse de ropa. Confundido del por qué, Junsu miró a Changmin marcharse y entrar a su habitación.

 

Sonrió suavemente y agachó la cabeza.

 

Aunque Changmin se la había pasado quejándose.

 

Finalmente no había sido tan molesto. Y Junsu tuvo que sacudir su cabeza con fuerza, en el momento exacto cuando se fijó que se había quedado parado mirando al menor marcharse. Sonrió despreocupadamente y regresó a su habitación. Riendo ante lo estúpido de esa situación.

 

 

 

 

 

Yoochun había escuchado algo de bulla.

 

No estaba muy seguro pero le parecía que si. Además de los gritos de Boa.

 

Restregó sus ojos y se descubrió en el suelo, en el suelo frío de la habitación, pegajoso e incómodo, semi desnudo y con el sol pegándole en la cara.

 

—Pero… ¿qué diab…?

 

Sus ojos se abrieron estratosféricamente y eso molesto dolor de cabeza dio señas de vida, tanto que Park tuvo que llevar una mano a su cabeza, sentado y con una expresión de dolor. ¿Qué tanto pudieron haber bebido la noche anterior? Retrocedió cuidadosamente, hasta que su espalda chocó infructuosamente con una de las esquinas del armario tras de él.

 

Y Yoochun giró horrorizado.

 

Como si al ver a aquel enorme armario de madera sus memorias regresaban, el licor, el sexo, la necesidad, la adrenalina, las mordidas, su pobre celular destrozado en el piso, su cara contra aquella madera, la mano de Yunho sobre la suya y sus cuerpos agitados y sudorosos jugando a tratar de ser uno.

 

¡Había gemido como una puta, demonios!

 

Y bueno, Yunho no se había quedado atrás, pero se suponía que él era mil veces más experto que el propio Yunho, ¿por qué entonces había perdido el control así? Sacudió la cabeza con fuerza, eso no era lo importante.

 

¡Lo importante es que Yunho y él se habían restregado como conejos por toda la habitación!

 

Yoochun miró de un lado a otro en la habitación, descubriendo que en verdad si habían ‘disfrutado’ toda la habitación. Luego pensó que debía moderar su vocabulario, por que pensar de ese modo lo hacía sacudir bestialmente la cabeza.

 

¡Es más! Tenía un plan, arroparía a Yunho y él se iría a bañar, luego diría que se fue a dormir temprano, y que si él tuvo sueños húmedos no era su problema. No era un buen plan. Pero era lo único que podía pensar. No estaba seguro de cómo enfrentar la cara de Yunho esa mañana.

 

Así que se levantó con cuidado sin contar con el espacio físico a su alrededor.

 

Es decir, el pie derecho de Yoochun chocó con la pierna de Yunho, perdió el equilibrio y cayó estrepitosamente sobre el cuerpo de su amigo.  Quien gimió adolorido por el impacto.

 

—¡Agh, maldición!

 

—¡¿Yoochun, que demonios te pasa?!— Yunho medio enfocó el cuerpo de Yoochun y arrugó el entercejo, notando que no estaba limpio, no estaba vestido y Yoochun tampoco. —¡¿Qué demonios haces medio desnudo sobre mi cuerpo?! ¡¿Por qué DIABLOS ESTOY YO DESNUDO?!

 

—¡Shh! Calla Yunho, que todos nos van a escuchar.

—¡Me importa un rábano!

 

Yunho hábilmente quitó a Yoochun de su cuerpo. Empujándolo en el proceso y dejando que cayera sentando en el suelo. Jung miró su pecho desnudo y jaló su camisa del suelo para medio ponérsela. Yoochun solo bufó, moviendo el flequillo que caía por su frente.

 

—Supongo que esa asquerosidad de ‘No eres tú, soy yo’ no sirve en estos instantes, ¿cierto?

—Por supuesto que no idiota. Además no es esa la frase.

 

Yunho llevó una mano a su cabeza, algo agachado por el dolor que lo había azotado, producto de la resaca. Y del mismo modo, los recuerdos llegaron, tan vividos como si apenas hubieran sucedido hace minutos.

 

—Entonces, ¿cuál es?

—‘Fue un error, no volverá a pasar. Olvidémoslo. No dañemos la amistad’ y otras más que ya no recuerdo por que me duele mucho la cabeza.

 

Yoochun sonrió un poco. No estaba seguro si la razón por la que Yunho no despotricaba en su contra era por que estaba con mucha resaca o en verdad no le importaba. Aunque realmente Yoochun declinaba por la primera, pero solo suspiró y Yunho se levantó para poder sentarse sobre la cama.

 

—Mira Yoochun,  tú tienes una relación tórrida con Boa, que yo no comparto por que Rain es una gran persona, solo te lo paso por que eres mi mejor amigo, te debo más fidelidad y apoyo además  por lo que dijiste ayer parece que no es solo un juego para ti, pero yo… solo dejémoslo como que yo hace mucho que no estaba con alguien y tu estabas frustrado por lo del viaje.

 

Al parecer en verdad Yunho estaba muy cansado y con una resaca enorme condenándolo a verse algo agotado y débil, por lo que Yunho se levantó con cuidado, con suaves movimientos avanzó hasta él, como si de pronto estuviera hipnotizado y su cuerpo se moviera solo.

 

—Entonces cerremos este ciclo aquí.

 

Los labios de Yoochun se juntaron a los de Yunho, en un pequeño agarre de sus labios que profundizó el contacto con aquel labio inferior, y el corazón de Yunho palpitó ferozmente, con los ojos muy abiertos, mientras su mejor amigo se alzaba un poco para soltar un jadeo corto entre sus labios.

 

Esos labios de Yoochun que se mostraron gruesos y levemente rojos cuando se alejaron y quedaron a una distancia prudente.

 

—Voy a ducharme.

 

Y como si hubiera sido un apretón de manos Yoochun se dirigió a la ducha, sacudiendo un poco su cabello. Yunho se quedó ahí, con una mano cerca de su pecho. Confundido de por qué de pronto el malestar se le había olvidado y solo se había concentrado en la aceleración de su pulso y corazón.

 

Luego reaccionó, y el dolor de cabeza volvió.

 

—Estoy estúpido…

 

Y con ese último suspiro, casi confesión. Yunho se dejó caer sobre la cama boca arriba, con un brazo tapando sus ojos de ese molesto sol que empeoraba su penosa situación. Necesitaba una ducha y mucho café.

 

 

 

 

El primer desayuno en la finca fue más que incómodo.

 

Todos miraban a Yunho y Yoochun, con una intensidad que hacía que Yunho solo quisiera regresar a la cama. Y Yoochun solo parecía despreocupado con ello, por que el malestar era mayor. Yunho ajustó las gafas a su cara, habiéndose disculpado antes por usarlas durante la comida.

 

Y Yoochun solo bajó un poco más la gorra en su cabeza.

 

—Mira que están hechos un asco.

 

Changmin torció un poco la boca, y Junsu sonrió ante el gesto.

 

—Cállate, mocoso.

—¡Ven, cállame tú, maldito pervertido! Yunho jamás se ha emborrachado de esa forma.

 

—¡Ah, por favor! ¡¿Ahora me vas a decir que yo me aproveché de él?! ¡Entérate que no es la primera vez que tenemos sexo desenfrenado y sofocante y azorado y caliente y…!

 

—¡¡Yoochun!!— El grito de Yunho hizo que incluso Boa diera un pequeño salto en su lugar, Jaejoong tapó su rostro y Rain solo fingió que no había escuchado nada. Así que Yunho volvió a dirigirse a su amigo. –Creo que ya todos entendieron.

 

Yoochun rodó los ojos y trató de comer algo de fruta.

 

—Parece que nuestra llegada temprana no estaba entre sus planes, ¿verdad?

 

Junsu se dedicó a jugar con el jugo en sus manos, con una sonrisita divertida en el rostro. Logrando que su despreocupada pregunta hiciera sonrojar a Jung.

 

—¿Tanto así nos escucharon?

—Si, los oímos en toda la expresión de la palabra.

 

Yunho tosió azorado, el poco pan que había metido a su boca y Yoochun velozmente golpeó un poco su espalda.

 

—No te pongas nervioso Yunho, ellos no tienen doce años para no saber lo que estábamos haciendo.

—Yoochun cállate.

 

—Oh, ¿no es una cosa preciosa? Se sonroja por el hecho de que…

—¡Ya cállate!

 

Yoochun contrario a quedarse tranquilo, abrazó a Yunho y este solo se removió incómodo, provocando risas en la mayoría de los presentes.

 

—Curioso…— Changmin levantó el tenedor en dirección a los dos, y afiló la mirada. –Yunho no quiere que Yoochun lo toque, y sin embargo Yoochun es el que está repleto de morados por todo el cuello.

 

Justo en ese momento, apenas en ese instante Yunho giró al cuello de su amigo, quien por primera vez se había intimidado, se había alejado y trataba de tapar un poco su cuello. Evitando la mirada de Yunho. Evidentemente él abrió los ojos, otra vez avergonzado.

 

 

 

 

Rain había propuesto que fueran a montar a caballo.

 

Changmin se había negado de inmediato, por la sencilla razón de que no le tenía mucha confianza a ese tipo de animales y mucho menos consideraba seguro fiarse de un ser que no pensaba más allá que por instinto. Así que había optado por quedarse a esperar a los demás, y Junsu lo había acompañado.

 

Y no hubiera sido nada fuera de lo normal, sino fuera por que a Junsu le resultaba tedioso quedarse en la finca, así que había tomado una cantimplora, un pequeño bolso, una gorra y le había propuesto que salieran de excursión a conocer los alrededores.

 

Así que ahora se encontraban en un lugar repleto de árboles de manzana, en un ambiente hermoso que le robaba la mirada a cualquiera. Junsu sacaba su cámara, tomando fotos cada tanto, con una hermosa sonrisa en los labios y Changmin disfrutaba de ese entusiasmo que parecía recorrer al mayor con las cosas más sencillas de la vida.

 

Miró varios de los manzanos, leyendo los pequeños carteles que tenían, respiró profundo, admitiendo que esto era mucho mejor que estar aterrorizado por la idea de que un animal lo botara al suelo. Así que tomó una de las manzanas con cuidado, algo agachado para ver lo roja y hermosa que se veía, cuando un flash lo hizo girar y Junsu mordía su labio inferior con la cámara en sus manos.

 

—Es una linda foto, Min.

—¡Hey! ¿Por qué me tomaste una foto?

—Te veías lindo.

 

Esa fue la sencilla excusa de Junsu y Changmin solo rodó los ojos, pronto Junsu empezó a quitar una de las manzanas de su árbol, la limpió un poco con la manga de su buzo y la comió inmediatamente. Changmin abrió mucho los ojos.

 

—Eh… ¿no hay que desinfectarla o algo así?

—¡Claro que no! Son frutas.

 

Junsu rió divertido,  dándole otra mordida a la manzana en sus manos. Arrancando otra y extendiéndosela a Shim.

 

—Pruébala, están deliciosas. Completamente naturales, sin químicos ni nada.

 

Changmin inseguro, tomó la manzana que Junsu le ofrecía, la limpió del mismo modo y le dio la primera mordida, teniendo que admitir que el sabor era diferente. Pero la fruta era más jugosa, más deliciosa e inevitablemente sonrió. Y otro flash llegó, Junsu rió ameno.

 

—Voy a hacerte sonreír más seguido, Min. Te ves muy bien cuando lo haces.

 

Junsu empezó a revisar las fotos que había tomado, caminando distraídamente una vez más. Y Changmin lo observó por un largo rato, no muy acostumbrado a ese tipo de sinceridad que te golpeaba cual cachetada en la cara y te hacía sentir avergonzado.

 

Aunque para Shim Changmin, avergonzarse no era una opción.

 

Por eso sacudió la cabeza y retomó el paso junto a Junsu. Por aquellas grandes sendas que bajo el sol de la mañana recorrían. Hasta que finalmente, pudo él también tomarle un par de fotos a ese rostro despreocupado y cándido de Kim Junsu.

 

 

 

 

Yoochun levantó la mirada en cuanto escuchó el cabalgar sobre el suelo, levantando polvo a su paso. Rain montaba uno y Boa otro, cada uno jalando a otro caballo por la correa, Yoochun se levantó de inmediato. Retrocediendo un paso incluso. Con la imagen de subirse en uno de sus animales, entusiasmándolo menos a cada segundo.

 

—¿Vamos a montarlos de verdad?

—Si, será grandioso, vamos.

 

Jaejoong sonrió divertido con la idea y Yunho se acercó a uno de los caballos acariciando su pelaje. Rain movió una de sus manos pidiéndole a Yoochun que se acercara, pero Yoochun solo parecía reticente con hacerlo, sin acercarse si quiera a acariciar alguno.

 

—¿Cómo subo? Está muy alto.

 

Yunho notó, cuando Jaejoong miraba al caballo de un lado a otro. Curioso por ver como habían logrado subir Boa y Rain. Así que sin intenciones de por medio tomó a Jaejoong de la cintura y él pareció dar un pequeño salto con el contacto repentino.

 

—Solo pon tu pie en la pequeña montadura que cuelga. Elevas la otra pierna sobre el lomo del caballo y yo te ayudo a elevarte un poco. ¿Bien?

—Eh… Si.

 

Tragando saliva para intentar pasar los nervios, Jaejoong respiró hondo e hizo lo que Yunho le indicaba, colocó un pie estable sobre aquello y luego elevó su pierna, notando que las manos de Yunho se ceñían en su cintura y lo levantaban con una facilidad asombrosa para que su pierna terminara de llegar al otro lado.

 

Cuando estuvo sentado, Jaejoong sonrió. Con el corazón palpitando descarado contra su pecho.

 

—¿Viste? Fue sencillo.

—Mmh… gracias.

 

Yunho solo sonrió en respuesta y agarrando el otro cabello se subió sin problemas, haciéndolo ver demasiado fácil a los ojos de Jaejoong. Rain a unos metros de ellos, arrugó un poco el entrecejo, por que había notado esa actitud en Jaejoong y parecía ser que o Yunho estaba jugando sucio con los sentimientos del muchacho, o sencillamente era muy estúpido y despistado.

 

—¡Oh, por Dios! ¿En serio Yoochun?

—¡Me voy a caer!

 

Y los gritos de Boa y Yoochun parecieron llamar la atención de todos. La mujer se bajó del caballo y golpeó el hombro de Park, que se quejó ante el golpe.

 

—¡No seas quejica! Sube al caballo.

—¡Que me va a echar! ¿Me vas a pagar la cirugía si me lastima el rostro? ¿Por qué ustedes no entienden que yo vivo de eso?

 

—Si, si… lo que sea. Solo sube. Cabalgarás conmigo, ya que eres todo un miedoso.

 

Yoochun hizo un mohín con sus labios, uno gracioso que le arrancó una sonrisa a Yunho e hizo que Jaejoong mordiera su labio inferior al notar que Yunho parecía muy atento a las reacciones de Yoochun. Cuando Park empezó a subir, sin la misma habilidad de que Yunho, inevitablemente Jung agarró a su caballo de las correas para acercarse un poco, solo por si acaso.

 

El último salto y Yoochun trepó al lomo del caballo.  A punto de caer, instintivamente Yunho se hizo hacía adelante para agarrarlo si es que en verdad perdía el equilibrio pero Yoochun se sostuvo y asintió con una sonrisa en el rostro, por la preocupación a Yunho, quien solo le devolvió otra sonrisa.

 

Esa comunicación sin palabras de por medio, miradas y preocupación mutua le hizo a entender a Rain que si, Yunho era un estúpido. Por que parecía no darse cuenta de lo que producía en Jaejoong. Por que Yunho en verdad parecía sentir algo por Yoochun, por lo menos él lo veía así.

 

Y estando enamorado, Yunho sería incapaz de engañarlo.

 

Solo debía hablar con él para que sus acciones sin mala intención, no fueran a provocar problemas más adelante.

 

Inmediatamente, Boa subió tras Yoochun, y tomó las correas del caballo. Agitándolas un poco y empezando a hacer andar al caballo que se alejó un poco, haciendo que el caballo de Yunho retrocediera ante el brusco movimiento.

 

Jaejoong desde su lugar arrugó el entrecejo molesto cuando vio a Yunho colocar ese rostro de confusión por la acción algo brusca de su amiga, que estaba de pronto muy junta al cuerpo de Yoochun, así que decidió borrar esa expresión en el rostro de Jung y con mucho cuidado empezó a acercarse a él.

 

—¿Vamos?

—Vaya guiaste el caballo hasta acá, no eres tan malo Jaejoong. Yoochun hubiera puesto a correr a su propio caballo como demente, claro si estuviera cabalgando solo.

 

Yunho rió, agarrando una de las correas del caballo de Jaejoong y logrando de esa forma que sus caballos anduvieran muy juntos durante el paseo.

 

—Así es más seguro, no quiero que pierdas el control de tu caballo y salgas golpeado por ahí. Junsu me mata si te pasa algo.

—No exageres…

 

Jaejoong sonrió, sintiendo su cuerpo elevarse un poco, cada que el caballo andaba a un paso tranquilo por el verde pasto. Rain cabalgaba unos metros más allá. Aprovechando que su deporte favorito era la equitación, brincando un par de vallas y con su cabello agitándose en el proceso.

 

—Wow… quisiera hacer eso.

—Cuando era pequeño mis padres me metieron al equipo de equitación de nuestro Club. ¿De verdad quieres hacerlo?

 

Yunho tenía una sonrisa en su rostro por lo que Jaejoong asumió que no lo decía en broma.

 

—¡No, Boa! ¡¡NO!! ¡¡Me voy a caer, demonios!!

 

Ambos vieron a Yoochun cerrar los ojos con fuerza, mientras la mujer reía divertida, haciendo a su caballo saltar una de las bardas. Yoochun pegó un grito descomunal y desde su lugar Rain rió divertido ante el espectáculo.

 

—¿Entonces?

—Está bien, pero no solo, Yunho.

—Claro que no irás solo. Ven a mi caballo.

 

Jaejoong respiró profundo, se levantó con cuidado y hábilmente pasó de su caballo al de Yunho con pocos movimientos, agarrándose a su cintura y pegándose a su cuerpo con algo de nervios y miedo. Yunho soltó la correa del otro cabello y sonrió.

 

—¡Vamos!

 

Agitó las correas del caballo y este agitó su paso bastante rápido, provocando que Jaejoong se aferrara más al cuerpo de Jung.  La velocidad a la que iban hizo el corazón de Jaejoong agitarse violentamente. Robando las miradas de los otros tres adultos que raudamente dirigieron sus miradas a los dos muchachos que iban sobre ese caballo que galopaba a toda velocidad.

 

El caballo se elevó ante uno de los obstáculos y esa primera vez Jaejoong cerró fuertemente los ojos, con el aire golpeándole en la cara, y la sonrisa de Yunho se amplió. Hace tantos años que no hacía aquello. Que recordó fácilmente lo mucho que le gustaba.

 

Las siguientes veces Jaejoong estuvo con los ojos abiertos, disfrutando de la emoción que sentía con cada salto y la adrenalina y felicidad que le provocaba cada que reía con Yunho, como si de pronto para los dos, el resto hubiera dejado de existir.

 

 

 

 

—¡Mira, Min! Es un río…

 

Con ese grito, Junsu había empezado a correr hacía las rocas y Changmin había decidido caminar a su paso, hasta que claro, Kim decidió que lo mejor era empezar a desnudarse frente a sus ojos.

 

—¿Qué haces?

—¿No es obvio? No voy a meterme al río con ropa.

 

En el momento en que Junsu empezó a quitarse el pantalón, Changmin retrocedió un paso, asustado por el hecho de que sus ojos viajaron directamente a ‘aquella’ parte del mayor, desvió la mirada asiduamente y pasó una mano por su cabello.

 

No le mires el trasero, Changmin. Solo no le mires ese enorme trasero de pato que tiene.

 

Inmiscuido en sus pensamientos no se pudo dar cuenta del momento en que Junsu, apenas con un bóxer negro había girado hacía él, con las manos en la cadera y con el entrecejo arrugado.

 

—¡Oye, Min! ¿Qué no piensas venir o qué?

—¿Ir, dónde?

—A nadar conmigo. Vamos.

 

Y como si su expresión de incredulidad fuera un ‘Si’ para Junsu. Kim se lanzó desde aquella piedra al río, con su cuerpo levantando un poco del agua calmada y hundiéndose profundamente antes de salir con su cabello mojado y cayéndole por el rostro.

 

—¡Vamos, Min! Deja de ser un niño rico al menos por un instante.

 

Junsu agitó su mano pidiéndole que se acercara, así que con un suspiro resignado Changmin obedeció y empezó a despojarse de su ropa también. Lanzándose en el refrescante río que le quitó todo el calor que el sol de esa mañana le producía.

 

Cuando salió del agua, Junsu a unos centímetros de él le sonreía.

 

—¿Ves? El agua esta sumamente refrescante.

 

Changmin levantó los hombros, y en respuesta Junsu solo le echó un poco de agua a la cara y rió divertido. Hundiéndose en el agua para que no lo alcanzara.

 

—¡Agh! Junsu del demonio.

 

Y como si fuera un reto, Changmin empezó a nadar bajo el agua completamente. Agarrando a Junsu por el tobillo de vez en cuando, saliendo a la superficie para tomar aire cada tanto. Con las risas entremezcladas y sin descubrir el momento exacto en que algo tan simple y absurdo le había parecido divertido.

 

Teniendo que admitir que en realidad, hace  muchos años que no reía ni se divertía de esa forma.

 

Y tenía que darle el crédito a aquel muchacho de sonrisa resplandeciente.

 

…Que de pronto empezaba a desestabilizar su estructurada idea  de vida.

 

Haciéndole creer que podía aferrarse a las cosas sencillas de la vida, haciéndole pensar que no había nada de malo en salir un rato del río a sentarse en las piedras y observar los árboles a unos metros, comer una manzana y contemplar el cielo. Que le hacía creer que podía encontrar en esas cosas sencillas, la felicidad.

 

Demostrándole que al final de todo, él no sabía nada de la vida.

 

…Hasta que conoció a Junsu.

 

 

 

 

Luego de esa infructuosa tarde para Yoochun, por fin estuvieron de regreso en la finca.

 

Yoochun sacudía su cabello con fuerza, algo molesto, fastidiado e… incómodo.

 

Yunho y Jaejoong iban caminando delante, entre risas y palabras que pretendían ser una conversación. Por que Yoochun se abstenía de pensar que en realidad era un coqueteo constante, por lo menos por parte de Yunho, aún más cuando Jaejoong descuidadamente colocaba su mano sobre el brazo de él, y se quedaba con su mano ahí o sencillamente la bajaba lentamente.

 

Entonces el ánimo de Yoochun empeoraba.

 

Además, al momento de cabalgar, ¿Jaejoong tenía que pegársele tanto a Yunho?

 

¡Agh! Definitivamente empezaba a sentir que su buen ánimo empeoraba a cada paso, a cada sonrisa de esos dos.

 

¿Qué?

 

¿Tenías que besar a Yunho delante de todos, para que Jaejoong recordara que ellos estaban saliendo?

 

De pronto eso no le pareció tan mala idea.

 

—Van a haber problemas…

 

Rain canturreó bajamente, cerca del oído de su esposa, cuando vio a Yoochun adelantarse un poco más para poder alcanzar a Yunho que se encontraba visiblemente más alejado, Boa por su parte asintió, atenta a lo que estaba por suceder.

 

Yoochun se colocó entre los dos, empujando suavemente a Jaejoong con su brazo y sin preámbulos tomando a Yunho por las mejillas y estrellando sus labios algo torpe y duramente con los de él, y aunque Jung se removió en un principio y por la sorpresa de sus labios siendo invadidos sin previo aviso.

 

Finalmente accedió a seguirle el juego y cerró los ojos, teniendo que admitir que de pronto ese tacto ya no le parecía tan ajeno ni traumante, y como siempre los besos de Yoochun parecieron convincentes, Yunho no contó con la lengua invasora de Yoochun en su boca, ni que se pegaría tanto a su boca, y mucho menos contó con ese repentino pinchazo que sintió en su ingle.

 

Se alejó, sin la intención de parecer muy brusco,  y con una sonrisa nerviosa en los labios.

 

—¿Y eso?

—¿Ahora no puedo besarte?

 

Yoochun sonrió, de esa manera sardónica y seductora que hizo que Yunho solo se sintiera incómodo. Por que últimamente se estaban besando demasiado seguido, aunque claro justo este fin de semana estaban pasando mucho tiempo junto a Boa y Rain.

 

Y de alguna manera, Yunho aún tenía fresca la imagen de aquella patética pelea en el departamento de Yoochun.

 

—Claro. Solo que me tomaste por sorpresa.

—Eh… Yunho.

 

Yoochun lamió su labio inferior girando con una sonrisa en los labios hacía donde Jaejoong estaba, pero contrario a lo que esperaba, Jaejoong solo amplió su sonrisa y ladeó un poco la cabeza, buscando mirar solo a Jung.

 

—¿Me vas a enseñar a lanzar dados como dijiste?

—Claro, Jae. ¿Te parece bien ahora?

—Por supuesto.

 

Y esa sonrisa resplandeció todavía más en el rostro de Kim, y Yoochun miró entre incrédulo y sorprendido como con toda la confianza del mundo y como si su beso no hubiera existido, Jaejoong agarró a Yunho por el brazo y lo empezó a jalar hacía la entrada de la finca.

 

Con una conversa renovada y más sonrisas estúpidas.

 

Yoochun acentuó la molestia en su rostro, arrugó el entrecejo y apretó los puños.

 

—Yoochun…

—Boa, ahora no.

 

La mano que la mujer había colocado sobre el hombro de Park, él la supo apartar delicadamente antes de caminar molesto hacía el interior de la finca, pensando en darse una ducha y tomar alguna pastilla que le quitara ese estrujón que ahora sufría su pobre estómago.

 

—Déjalo, amor… Supongo que es normal que se sienta así, desplazado por Jaejoong.

 

Boa no acotó nada cuando Rain se acercó y colocó un brazo sobre sus hombros, solo se cruzó de brazos y elevó una ceja. Viendo a Yoochun seguirles el paso a los otros dos muchachos que ya incluso habían entrado a la finca.

 

 

Fin capitulo siete.

 

 

 

 

Oh! Como amo este fic. Es de mis mimados favoritos. xD

Siempre me divierto escribiéndolo, me encanta. Y me siento muy complacida con como queda capitulo. Este tiene algo especial. El MinSu me fascinó y aún más el 2Yoo!! Sexy~~

En fin, como referencia, todo el capo lo escuché con el maravilloso Album de Tohoshinki, Tone. Fabuloso, me encanta! ♥

Espero que les haya gustado. =)

 

 

 

Publicado en Fanfics

CTMA: Capitulo 6


 

Crónicas de un Tonto Mejor Amigo.

 

Capitulo 6: El mundo está lleno de primeras veces. El de Yunho, fue con Yoochun.

 

 

Temprano en la mañana, Boa sigue pensado que ese viaje es una pésima idea.

 

Acomoda el sombrero en su cabeza y suspira, con su hermoso vestido blanco, viendo a Rain subir las maletas dentro de la furgoneta que hubiera alquilado para ese día. Ninguno de los muchachos llega aún, y ella solo espera que a final de cuentas a todos se les haya olvidado que tenían algo que hacer y cancelen.

 

Pero conoce su suerte, y eso, no va a pasar.

 

—Boa, ¿qué sucede? Te noto extraña.

 

Rain de repente se ha puesto a su lado, ella supo que una sonrisa era lo que el caso ameritaba y así lo hizo, con un suspiro en los labios, intentando dejar de lado la idea absurda de que realmente algo podía salir mal. Había que ser positiva de vez en cuando, ¿no?

 

—Nada amor, es solo que nos hemos levantado muy temprano y ayer estaba muy cansada.

—Oh, no te preocupes por eso. Ya verás como la pasaremos muy bien.

 

Boa se vio rodeada por los confortantes brazos de su esposo que la abrazaron suavemente y luego los labios de Rain besaron los suyos. Haciéndole recordar a ella por que a veces era tan sencillo perderse en todo lo que él representaba en su vida.

 

—¡Te dije que era por acá! No puedo creer que no sepas la dirección de Boa.

—Yo no puedo creer que tú me hayas dejado guiar al taxista, ¿no sabes que soy pésimo dando indicaciones?

 

Yoochun y Yunho bajaban del taxi, con un par de maletas y al parecer enzarzados en una pelea absurda, mientras Yunho le extendía al taxista un par de billetes. Yoochun puso una mueca y soltó las maletas cruzándose de brazos.

 

—Eres un idiota Yunho.

—¿Tú estas molesto? ¡Ja! Pero si fuiste tú él que le dio la dirección mal al taxista.

—¡¿Y por qué me dejaste?!

 

Rain carraspeó un poco y los dos muchachos levantaron la mirada. Yunho asintió suavemente, con una sonrisa un poco más amable en los labios. Sin embargo Yoochun solo suspiró, con el cabello alborotado debido a que apenas había tenido tiempo de peinarse y Yunho había apurado al taxista, es decir todo el viento lo había despeinado más todavía.

 

El auto que se estacionó frente a ellos, hizo que Yoochun elevará una ceja. El chofer abrió la puerta, sacando la maleta de Changmin en sus manos. Y el menor bajo del auto, con una gafas puestas y su cabello algo largo cayendo cuidadosamente por su rostro.

 

—¿Ves de lo que te pierdes por irte a vivir solo Yunho? Estás hecho una desgracia. ¿Qué les sucedió?

 

Pero antes de que Yunho pudiera abrir la boca, Yoochun se le adelantó.

 

—¡El imbécil este que anda menopáusico y no quería que subiera la ventana por qué tenía calor! ¡¡Y todo mi peinado se fue al caño por culpa del viento!!

—¡¡No iba a morirme de calor solo por que querías que tu peinado se viera bien!! ¡Demonios pareces una chica, Yoochun!

 

Changmin se quitó las gafas, sorprendido por la pelea inusitadamente ridícula que esos dos sostenían, miró a Boa y a Rain. Señalando descaradamente a los muchachos que aún discutían.

 

—¿Esto es lo que llaman tensión sexual mal reprimida?

—…Quizá.

 

Y la respuesta vaga de Rain detuvo la discusión de aquellos dos. Se miraron por un segundo, y fue Yunho el primero en alejarse. Un poco más del lado de Changmin y Yoochun optó por sentase sobre una de sus maletas, cruzado de brazos y con el entrecejo arrugado.

 

La cosa era que Yunho aún no perdonaba a Yoochun por haberlo agarrado y al parecer ahora Yoochun no le perdonaba a Yunho que no lo perdonara. O algo así, era difícil entrar en la complicadamente de Park Yoochun y comprenderlo.

 

—Bien chicos, si desean pueden ir subiendo las cosas a la furgoneta.

 

Poco a poco y a pesar de que Yunho y Yoochun prácticamente se ignoraron, fueron obedeciendo. Changmin despidió a su chofer con un breve mensaje para sus padres y casi unos diez minutos después. Otro taxi se estacionó frente a ellos, y no fue Junsu con su ropa deportiva quien llamó la atención.

 

En realidad fue Jaejoong, con aquel pantalón blanco, camisa azul que indebidamente dejaba a la vista sus pectorales, las gafas, y su cabello espléndidamente peinado, por que caía sobre su rostro adecuadamente y parecía tan suave que Yoochun solo pensó que Jaejoong se había confundido de evento, por que ellos no iban para un desfile veraniego en Hawái.

 

Así que algo molesto, Yoochun entrecerró los ojos y por supuesto el imbécil de su supuesto novio corrió hacía Jaejoong para saludarlo y ofrecerse a ayudar con una maleta. ¡Yunho es un imbécil! No le queda la menor duda, pero sobre todo es un ofrecido, y Jaejoong un regalado. Así que Yoochun ha perdido la perspectiva, y no sabe cual de los dos es peor.

 

—Mira tú, ¿seguro que eres tú el modelo entre nosotros? Por que evidentemente Jaejoong te puede quitar el lugar.

 

Y Changmin se lo ha buscado, con su comentario fuera de lugar, por que le resultó fácil a Yoochun mover su brazo y que su codo se enterrara en el estómago del menor.

 

—¡Agh, imbécil!

—¡Imbécil tu trasero!

 

Y como si la muerte blanca lo persiguiera, Yoochun entró a la furgoneta. Más molesto que antes.

 

 

 

 

Casualmente y como Rain al parecer quería arreglar las cosas y actuar de Cupido o casamentero. Logró que Yunho se sentara junto a él en la furgoneta, con un movimiento de todo menos discreto, por que prácticamente lo lanzó contra él. Y la mirada que compartieron fue extraña.

 

Por que ahora al parecer Yunho estaba enojado con Yoochun por que lo había agarrado. Yoochun estaba molesto con Yunho por que no lo perdonaba. Y ahora además Yunho estaba molesto con Yoochun, por que se había molesto por que no lo perdonaba. Y Yoochun entonces se había molesto por que Yunho había encontrado otra razón para estar molesto con él.

 

¿Confuso, verdad?

 

Bueno, en realidad. De lo único que eran conscientes esos dos. Es que estaban molesto el uno con el otro y eso bastaba para que Yunho repeliera a Yoochun. Y Yoochun se la pasara renegando la mitad del viaje.

 

Boa y Rain iban en la parte delantera, Rain conducía, así que era normal que Boa estuviera junto a él. Changmin y Junsu con su inusitada amistad habían ocupado los últimos asientos.

 

—¡Hey, Hyung! ¿Trajiste el videojuego que te pedí?

 

Yunho apenas levantó la mirada ante el grito de su hermano menor.

 

—Oh, si. ¿Para que me lo pediste?

—Para Junsu, ¿puedes creer que nunca ha jugado uno de estos?

 

Changmin sonrió un poco estirándose hacía Yunho y tomando el aparato entre sus manos, para cedérselo a Junsu casi de inmediato. Pero lo problemático para Yoochun no eran esos dos, sino Jaejoong, que sentado en la fila de en medio en la furgoneta. Con el codo sobre la ventana, mirando el paisaje y con el viento moviendo sus cabellos.

 

¡¿Por qué diablos el viento no obraba igual sobre Jaejoong como lo había hecho con él?!

 

¡Jaejoong prácticamente seguía peinado!

 

Inconsciente, Yoochun bufó, cruzado de brazos y enviándole miradas asesinas al hermano de Junsu.

 

—Hasta parece película barata de Holliwood en el momento exacto en que el tipo luce ideal, como un ángel. Nada más le falta la luz blanca de fondo y que todo se ralentice a su alrededor.

 

Sus palabras aunque bajas llegaron hasta Yunho quien asumió que le hablaba y por supuesto, Jung levantó una ceja, mirando a Yoochun con seriedad.

 

—Yo aún no te hablo, Yoochun.

—¡¿Y que rayos estás haciendo ahora?!

 

Yunho entrecerró los ojos. Repentinamente atacado por la verdad en su rostro y solo para evitar más discusiones, se levantó de su lugar junto a Yoochun y se fue a sentar junto a Jaejoong que de inmediato abandonó sus pensamientos y le sonrió.

 

Yoochun apretó sus puños con fuerza.

 

Claro Yunho… Ve a hacerle compañía a él. Total, a mi no me importa. ¡Que me acompañe mi trasero, entonces!

 

Y el humor de Yoochun empeoraba, cada kilómetro.

 

 

 

 

Cuando llegaron, eran cerca de las dos de la tarde.

 

Rain conducía los últimos tramos, con una mano sobre la de su esposa que veía asombrada la belleza de los campos alrededor. Yoochun se había quedado dormido hace mucho, aprovechando el asiento solo para él, había logrado recostarse. Yunho en cambio se la había pasado conversando con Jaejoong y jugando a algo entre sus manos, golpeándolas sin dejarse atrapar, entre risas y caricias sutiles.

 

Cosa que Rain encontraba inapropiada, estando Yoochun delante, siendo completamente ignorado por Yunho, aunque estuvieran peleados. Rain no creía que fuera correcto que Yunho se portara así con Jaejoong, cuando era obvio lo mucho que eso le molestaba a Yoochun.

 

Junsu sin embargo le había agarrado el vicio a los video juegos, no se había detenido desde que Changmin se lo hubiera entregado, y precisamente aún seguía con una sonrisa en los labios y jugando algo. Mientras que Changmin se había quedado dormido, con la cabeza sobre las piernas de Junsu y una gorra en el rostro.

 

Cuando frenó lentamente, Rain al fin pudo bajarse y estirar un poco el cuerpo.

 

—Ah~ Estas si son vacaciones.

 

Frente a ellos estaba la finca, por demás grande y colorida, con sus campos verdes a los lados, los árboles. Digno para descansar. Pronto el resto de los muchachos fueron bajando, con sonrisas enormes en los rostros. Aunque Yoochun parecía más bien un poco dormitado aún.

 

—Bien, chicos. Pedí que prepararan cinco habitaciones.

—¿Cinco?

 

La voz de Jaejoong fue la primera en dejarse escuchar, y Boa sonrió divertida.

 

—Si. Una para Rain y para mí, la segunda para Junsu, la tercera para ti, la cuarta para Changmin y la quinta para Yunho y Yoochun. Me imagino que no hay problema, ¿cierto?

 

A la insinuación de su nombre, Yoochun pareció terminar de levantarse. Y cuando Yunho lo miró con duda, Yoochun solo rodó los ojos y con las manos tras la cabeza empezó a entrar. Rompiendo la extraña tensión y dejando que Rain se acercara al oído de su esposa, para que solo ella lo escuchara.

 

—Al parecer siguen enojados.

—Eso parece.

—No importa, nadie puede estar enojado en un lugar como este. Es demasiado relajante.

 

Boa miró a Rain con un poco de duda, en especial cuando el resto pareció distraerse en entrar a la finca, y Yunho en vez de seguir a Yoochun siguió junto a Jaejoong.

 

 

 

 

—¡Esto es grandioso hyung!

 

Junsu parecía no caber en la emoción al ver aquella hermosa habitación que le había tocado, y Jaejoong solo sonrió complacido con ver a su hermano tan des estresado en tanto tiempo.

 

—Va a ser un fin de semana grandioso, Jae.

—Eso espero.

 

Junsu empezó a sacar un  poco de su ropa para guardarla en los cajones. Jaejoong se cruzó de brazos, tratando de formular la pregunta adecuada en su cabeza. Todos estaban en sus respectivas habitaciones y él debería estar haciendo lo mismo, pero primero quería lanzar su pregunta.

 

Mucho antes, de decidir si debía hablar con Yunho o no, sobre la situación extraña en la que encontró a Yoochun y Boa el día anterior. Por que se le hacía tan egoísta y malvado que Yoochun le hiciera escenitas de celos, cuando Yunho estaba con él, cuando al parecer se entendía con Boa.

 

—Oye, Su… ¿Qué relación tienen Boa y Rain con Yunho y Yoochun?

 

Su hermano giró, rascando un poco su cabeza, algo despreocupado mientras se sentaba en la cama, con la ropa doblada en las manos.

 

—Pues según tengo entendido Boa y Yunho se conocieron en la Universidad o algo así y desde entonces se volvieron buenos amigos, luego Boa se casó con Rain. Y por supuesto, Yoochun al ser el mejor amigo de Yunho, terminó cerrando el círculo de amistad entre ellos.

 

—¿Es decir que los cuatro son amigos desde hace mucho tiempo?

—Pues si, eso tengo entendido al menos.

 

Jaejoong asintió un poco contrariado con la información recién recibida. Si Yoochun en verdad engañaba a Yunho con Boa, no solo traicionaba a su pareja, sino también su amistad, el círculo de amistad que compartían los cuatro. La confianza. Y Yunho, ni Rain merecían eso.

 

—¿Hyung, pasa algo? Pareces molesto…

—¿Eh? No, Su. Tranquilo, creo que mejor voy a desempacar también.

 

Junsu asintió no muy convencido con la excusa que escuchó. Pero cuando Jaejoong abandonó la habitación decidió mejor preocuparse por arreglar su pequeña habitación por esos días, para ir a pedirle prestado el video juego a Changmin otra vez.

 

 

 

 

—¡Es que me parece tan estúpido! ¿De verdad ahora eres tú el que está molesto conmigo?

 

Jaejoong se detuvo cuando vio a Yunho agarrar a Yoochun por el brazo, lo hizo girar con fuerza, logrando que el cabello de Yoochun se sacudiera con el brusco movimiento y terminara algo alicaído ante su rostro demasiado cerca del de Jung. Como si el tiempo se hubiera detenido para los dos.

 

Viéndolos brevemente, de pronto sintió como si esos dos con verse a los ojos soltaran un aura impresionante de atracción. Jaejoong sintió incluso una punzada en el pecho antes de detenerse, en el lugar apropiado para que no notaran su presencia.

 

—Suéltame.

 

Yoochun se removió incómodo, soltándose del agarre y aparentemente logrando que los dos salieran de ese letargo extraño en el que se habían visto sumidos por un instante.

 

—Yoochun, esto es idiota. En realidad no me creo que YO sea quien esté intentando solucionar las cosas cuando fuiste tú el que me hizo enojar primero.

—Oh, por favor, Yunho… ¿Por qué te hice enojar? ¿Por que te agarré el trasero cuando nos besábamos?

 

—¡Precisamente, idiota!

—¡Pareces una niña virginal, demonios!

—Oh, si Yoochun. Me encanta tu manera de intentar solucionar las cosas.

 

Yunho exhaló con fuerza, arrimándose en la pared y cruzándose de brazos. Jaejoong notó de pronto algo que lo desubicó, ¿por qué si Yoochun tenía algo con Boa, de repente los ojos de Yoochun habían mostrado por unos breves segundos, una adoración casi absoluta por el mayor?

 

—Yunho, dejemos esta discusión de lado. Ni tú puedes estar enojado conmigo, ni yo contigo.— Yunho sin embargo solo cerró los ojos con el entrecejo arrugado y molesto todavía. Yoochun entonces lo agarró por la manga de la camisa, con una mirada suave dirigida hacía el mayor. –Deja actuar así…

 

Y Yunho se doblegó ante Yoochun. Abriendo los ojos y alejando a Yoochun.

 

—Ok, ok…. Pero para ya con la estupidez, que esa carita de perro apaleado me provoca nauseas.

—¡Si, Yunho! ¡Te amo!

 

Casi de inmediato Yoochun se lanzó a los brazos de Yunho con un fuerte abrazo y una sonrisa enorme en los labios. Internamente, Jaejoong pensó que Yoochun tenía un gran poder sobre Yunho y ni Yunho ni Yoochun parecían haberse dado cuenta de eso.

 

—¡Oh, por Dios! Por lo menos métanse mano en la habitación.

 

Changmin salió de la habitación contigua dónde Yunho y Yoochun habían estado hablando, y Jaejoong imagino que aquella puerta en la que estaban debía ser la de su habitación compartida. Decidió caminar hacía ellos, puesto que su habitación estaba frente a la de Changmin, solo para que no notaran que los había estado escuchando.

 

—Jae, ¿Junsu está en su habitación?

—Si, en realidad planeaba buscarte.

—Perfecto, por qué tengo que enseñarle otros juegos que encontré.

 

La sonrisa se balanceó en el rostro de Changmin mientras caminaba con varias cosas en las manos y una pequeña maleta cruzada en su cuerpo, pronto notó como Yoochun se apoyaba en el hombro de Yunho, observando desconcertado a Changmin entrar en la habitación de Junsu.

 

—¿Desde cuando tu hermano, Shim soy un bloque de hielo Changmin busca a otra persona por voluntad propia?

 

Yunho solo rascó un poco su mejilla y levantó los hombros.

 

—En verdad, no lo sé.— La mirada de Yunho de pronto estuvo sobre el cuerpo de Jaejoong y él se sintió terriblemente nervioso. –Jae, ¿ya desempacaste?

—Eh… No, eso iba a hacer precisamente.

 

Vio a Yoochun pegarse un poco más al cuerpo de Yunho y Jaejoong sintió una rabia cubrirlo. Por que Yoochun era posesivo con Yunho, cuando tenía una relación a escondidas con Boa. ¿Se podía ser más egoísta?

 

—Bueno, nos vemos en la comida. Voy a darme una ducha.

 

Asintió tranquilo mientras Yunho entraba a la habitación y Yoochun por supuesto le siguió los pasos, quitándose la camisa mientras entraba a la habitación. Jaejoong vio la espalda desnuda de Yoochun, con un tatuaje grande en la espalda, pero cuando Yoochun habló, volvió a sentir esa punzada en el pecho.

 

—¡Espérame, Yunho! Te voy a hacer compañía en la ducha.

 

La  puerta se cerró prácticamente en su cara, y Jaejoong se perdió entre sus emociones y las ganas de tirarle un zapato en la cara a Park Yoochun.

 

 

 

 

—¿Eres idiota o qué, quieres traumar más a Changmin?

—Si tengo la posibilidad, si.

 

Yunho le lanzó un jabón por la cabeza a Yoochun y su amigo solo rió divertido. Negó levemente y empezó a quitarse él también la camisa.

 

—Oh, ¿te tomaste en serio lo de bañarnos juntos?

—Por supuesto que no, yo me baño primero y luego entras tú.

 

Yoochun miró a Yunho caminar, con pasos despreocupados hacía la puerta del baño, con la camisa en sus manos y aquel pantalón que caía demasiado casi hasta el final de la espalda. E inmediatamente Yoochun se recriminó así mismo por haberse dado cuenta de ello.

 

Sacudió la cabeza y se lanzó contra la cama.

 

No, él no se había quedado como idiota viendo la espalda de Yunho. Claro que no.

 

 

 

 

La estaba provista con deliciosos manjares y las carnes más frescas del lugar.

 

El olor que se esparcía por toda la finca había despertado el apetito de todos. Que ahora sentados en la mesa disfrutaban de la deliciosa comida que los empleados habían preparado. Jaejoong miró gustoso la gran mesa, buscando la salsa que precisamente se encontraba cerca de las manos de Yunho.

 

Sorprendente para él, no tuvo ni que pronunciar palabra por que Yunho lo miró y sonrió. Extendiendo el recipiente con la salsa hacía él.

 

—Ten.

 

Jaejoong sonrió. Un poco contrariado aún por la mezcla extraña de sentimientos que lo rodeaban en ese momento. Así que decidió por el momento asentir y tomar la salsa con cuidado. Yoochun masticó la carne en su boca con algo de molestia, rodando los ojos ante esos dos que destilaban miel por todas partes.

 

—Oye, Yunho. ¿Me pasas la sal?

 

Y contrario a lo que esperaba Yoochun, Yunho arrugo el entrecejo.

 

—¿Por qué? La tienes casi sobre la mano, cógela tú.

—Pero yo quiero que TÚ me la pases.

—¿Qué? ¿Y ahora que te dio?

 

Yoochun bufó molesto, tomando el maldito frasco de sal y echándolo sobre su comida.

 

—Déjalo así Yunho, gracias.

 

Rain observó la pequeña escena un poco confundido. Esa situación había pasado de divertida a preocupante. Boa sin embargo puso una mano sobre la suya y le sonrió, al parecer ajena al pequeño descubrimiento que él había hecho. Y bueno, Changmin y Junsu parecían tranquilos comiendo, y compartiendo palabras de vez en cuando.

 

Yoochun masticó su comida con menos apetito que antes. Cansado de ese ir y venir extraños que tenía con Yunho últimamente, o más específicamente desde que Jaejoong apareció. Así que con un suave movimiento se acercó más a su amigo.

 

—¿Yunho sigues enojado conmigo?

—¿Ya no quedamos en que no?

 

Yoochun miró a Yunho a los ojos, por un largo momento antes de suspirar y regresar cómodamente a su lugar, sin embargo fue Yunho quien se acercó en esta ocasión.

 

—Yoochun estás extraño… ¿Es por Boa?

 

Cuando analizó las palabras de Yunho, Yoochun inevitablemente volvió a mirarlo a los ojos. Fijamente. Analizando lo que pasaba por esa loca cabeza de su mejor amigo. Y finalmente levantó los hombros, no tan animado como solía estarlo.

 

—Lo suponía… Pero, tranquilo, ¿si? Me tienes a mí.

—¿En serio?

 

Yunho le volvió a sonreír, justo como antes, con una gran y cálida sonrisa mientras pasaba uno de sus brazos por encima de sus hombros.

 

—Claro que si.

—Pues a veces pareciera que estás más con Jaejoong que conmigo.

—Oh, bueno… Escucha, te prometo que todo el fin de semana lo  pasaremos juntos, ¿bien?

 

Yoochun asintió, con una sonrisa en los labios. Sin notar que de repente se habían convertido en el centro de atención de la mesa, por que cuando regresaron sus miradas a los demás. Todos ellos los miraban, pronto Yunho quitó el brazo y Yoochun tosió discretamente.

 

Por suerte habían hablado en susurros y nadie más los había escuchado. Pero por suerte fue Rain el encargado de romper ese extraño silencio.

 

—Hay una feria en un pueblo cercano, ¿les parece si nos damos una pequeña vuelta por ahí?

 

Junsu incluso pareció erguirse en su asiento, emocionado con la idea.

 

—Eso suena genial, yo me apuntó.

—Perfecto, ¿tú que dices Changmin?

—Supongo que sería entretenido.

 

Lamentablemente Jaejoong estaba entretenido con su comida, así que no fue hasta el segundo llamado cuando por fin pudo levantar la cabeza y pensar que en verdad era mejor salir y despejarse que quedarse ahí, martirizándose con las ideas que sobrevolaban en su cabeza.

 

—¿Qué dices Jae?

—Si, yo también voy.

 

Yunho observó a Yoochun que miraba a Boa sin disimular lo suficiente y suspiró.

 

—¿Y ustedes dos?

 

Si de algo estaba seguro es que Yoochun iba a aceptar, por que no le quedaba de otra, más no por que en realidad quisiera ir. Así que imaginando lo duro que sería para Yoochun salir de paseo con Boa y Rain, tomó la mano de Yoochun, sobresaltando a su amigo un poco y sonrió.

 

—La verdad es que estamos un poco cansados. Vayan ustedes.

—De acuerdo,  solo no me vayan a asustar a los empleados con sus gritos.

 

Rain parecía no haber medido el doble sentido en sus palabras. Así que cuando todos se lo quedaron viendo con los ojos muy abiertos, fue que comprendió su craso error e incluso se sonrojó, tosiendo disimulado y corrigiendo de inmediato.

 

—Me refiero por las peleas que se montan… no por otra cosa.

 

Yoochun soltó una carcajada inevitablemente, ya más relajado y feliz por la manera en que Boa tapaba su rostro negando con la cabeza, avergonzada también.

 

 

 

 

Ya para las siete de la noche.

 

Los cinco que saldrían para la feria del pequeño pueblo lucían impecables, al parecer Boa conduciría en esta ocasión y Rain llevaba un mapa en las manos solo por si acaso. Junsu conversaba con Jaejoong antes de subir al carro y Changmin apenas salía apresurado, con el cabello mojado y algo agitado por que llegaba tarde.

 

Yoochun se paró junto a Yunho, cruzó sus brazos y sonrió.

 

—Pero miren nada más a Changmin, parece que viniera de tener una buena sesión de sexo en la ducha.

—¡IMBÉCIL!

 

Yunho no se molestó en reaccionar más de lo necesario, moviéndose a un lado cuando Changmin levantó su mano en contra de Yoochun y le pegó con fuerza en la espalda.

 

—¡Hey! ¿Qué me quieres sacar los pulmones?

—Si pudiera, ¡si!

 

Tantas cosas que Yunho pudiera acotar y que simplemente callaba por que eran innecesarias. Así que mientras ese par discutía vio a Boa y Rain preparar todo y empezar a subir al auto. Changmin le dio un último empujón a Yoochun y subió al auto junto con Junsu y Jaejoong.

 

Yoochun notó esa mirada en Jaejoong que buscaba la mirada de Yunho, así que tomó la mano de su amigo con fuerza y vio al auto alejarse. Yunho por supuesto, a penas el auto estuvo a distancia elevó una ceja.

 

—¿Y el agarrón de manos?

—Quise hacerlo, ¿ahora no puedo?

 

Hubo un cruce de miradas extraño en el que Yoochun entrecerró los ojos y Yunho terminó por suspirar.

 

—Lo siento, Yoochun.

—¿Eh?

 

—Olvide lo difícil que debe ser para ti estará aquí con Boa y Rain juntos por todas partes, soy un imbécil, lo siento no he estado siendo un buen amigo, pero créeme Yoochun, eres importante para mi. Solo que soy demasiado despistado a veces.

 

Yoochun dejó escapar una sonrisa, caminando hacía el interior de la casa, hasta que claro Yunho volvió a hablar.

 

—Eh… ¿Por qué seguimos tomados de las manos?

 

Y como si de pronto ese contacto quemara. Yoochun alejó su mano de la de Yunho. Y hubo una sonrisa compartida que ninguno entendió por un largo rato. Hasta que finalmente se decidieron por ver alguna película en la televisión, solo para pasar el rato.

 

 

 

 

 

 

La feria tal y cual la habían imaginado.

 

Lleno de colores, luces, comida deliciosa, y gente cálida por todos lados.

 

Junsu se entretuvo fácilmente con varios lugares donde podía jugar a cualquier cosa que le diera un premio, aunque rara vez ganara en alguno. Changmin encontró un puesto de libros antiguos que no había visto jamás y Jaejoong miró vagamente la sección de animales.

 

Lo que comprendía a Boa y Rain se dedicaron a caminar tomados de la mano, por todo el lugar. Viendo los puestos, las artesanías, y uno que otros juegos que Rain si pudo ganar, dejando a Boa con varios regalos de adquisición. Y la verdad es que si no fuera por que ya tenía dos fundas con libros, Changmin no se hubiera despegado del pequeño puesto de libros.

 

Así que decidió ir por Junsu y verlo como estaba junto a Jaejoong  mirando varios animales, Junsu parecía brillar de un lado a otro, entusiasmado, y con una sonrisa enorme en los labios.

 

—Oh, que lindo gato~ Quiero ese, hyung.

 

Jaejoong solo sonrió, negando con la cabeza y Junsu colocó un puchero en los labios.

 

—¿Te gustan los gatos?

 

Changmin se paró junto a Junsu y él solo suspiró.

 

—Desde que era pequeño, siempre quise uno, pero mis padres nunca quisieron comprarme uno.

—La verdad yo también dudaría a la hora de dejar un ser vivo entre sus manos.

 

Junsu colocó una cara de indignación y Jaejoong sonrió divertido ante aquello, por lo que Changmin solo levantó los hombros despreocupadamente. Caminando por la zona de artesanías con Junsu ahora contradiciéndolo, diciéndole que él si era capaz de cuidar a un animal.

 

Jaejoong los observó alejarse, sintiéndose de pronto muy solo.

 

—Oye, Changmin… ¿Y tú tienes mascotas o no?

—No, nunca me han terminado de gustar. Pero me gustaría tener alguna.

 

Junsu asintió, vio las fundas en las manos del menor y se agachó un poco para poder ayudarlo, tomando una entre sus manos. Cuando Changmin lo observó un poco confuso, Junsu le regaló una sonrisa. Y por la mente de Changmin volvió a cruzar el mismo pensamiento,

 

¿Por qué Junsu tenía que ser así de amable todo el tiempo?

 

Sin embargo en esta ocasión lo dejó pasar.

 

—Por cierto, ¿por qué ayer dijiste que hace mucho no tenías vacaciones? Hasta dónde tengo entendido Yunho da suficientes vacaciones a sus empleados.

 

Cuando hubo un silencio pequeño. Changmin lo miró, caminaba aún junto a él, con la funda delante de su cuerpo, tomándola entre ambas manos y la mirada en la gente que deambulaba de un lado a otro.

 

—Pues si, Yunho hyung siempre da muchas vacaciones, pero la verdad siempre aprovecho esas vacaciones para conseguir otros trabajos temporales. Necesito el dinero, es muy difícil vivir solo.

 

Changmin no está seguro de si fue orgullo o admiración, pero sus pies se detuvieron y observaron a Junsu empezar alejarse, perdiéndose un poco entre la gente. La verdad es que Changmin nunca había tenido problemas de dinero, nunca había tenido que esforzarse más de lo necesario por algo que quisiera.

 

Y ahí estaba ese muchacho frente a él, luchando él solo contra el mundo al parecer. El tono de nostalgia con el que las palabras de Junsu salieron le hizo suponer que a más de Jaejoong. Junsu no tenía en quien más apoyarse. Sintió de repente que a Junsu le había tocado madurar a paso rápido.

 

…Que había muchas cosas en él que desconocía.

 

Que había muchas cosas que podía aprender de él.

 

—¿No vienes?

 

Junsu giró, con una sonrisa en el rostro y aparentemente tranquilo. Changmin respiró profundo y asintió, reanudando el paso junto a él, por entre la gente que caminaba, descubriendo, conociendo, disfrutando de aquel día. Y Changmin se sintió más cómodo que nunca en aquel lugar.

 

 

 

 

Jaejoong no es que no se hubiera divertido.

 

El problema radicaba en que la imagen de Yoochun y Yunho solos en la finca no ayudaba mucho. Por que se atormentaba con imágenes mentales que no venían al caso. Y por supuesto la idea de que cuando Yoochun no tenía a Boa para él, pues estaba con Yunho y viceversa.

 

¡La sangre le hervía de rabia!

 

Más que celos, era rabia, coraje.

 

Tenía que hablar con Yunho, pero tampoco podía dejarse llevar por una conversación a medias que escuchó. Y cuando recordaba eso,  se barajaban entonces las posibilidades de que Yoochun no engañara a Yunho y todo solo fueran suposiciones, y en realidad si fueran una extraña, pero estable pareja.

 

Y su animo decaía cuando pensaba en eso, así que había estado siendo bipolar por la mayor parte de la visita al pueblo y al parecer su tormento había terminado por que cerca de las once de la noche, regresaron, con varias compras en las manos y animados por todo lo que habían visto.

 

Jaejoong notaba que Junsu y Changmin se habían comenzado a llevar muy bien y tal vez debería prestar más atención a aquello, pero justo ahora solo quería llegar a la finca. Solo eso.

 

—¡Oh, señores! Ya llegaron.

 

La muchacha que los recibió en la puerta de la finca sonrió y todos notaron un tono de nerviosismo en su voz y el sonrojo marcado en las mejillas.

 

—Rye, ¿qué sucede?

 

Rain guardó las llaves del auto en su bolsillo y la muchacha soltó una risita nerviosa.

 

—Estaba a punto de recoger el desorden cuando escuché el carro llegar, por eso salí a recibirlos, el resto de empleados está ya durmiendo.

—¿Desorden?

 

Boa se acercó curiosa, y el resto de los muchachos se acercaron también, la muchacha asintió, otra vez con un sonrojo en las mejillas.

 

—Sucede que los señores Yoochun y Yunho me pidieron un poco de vino. Y al parecer se les subieron un poco las copas. Tomaron varias botellas la verdad.

 

Changmin enarcó una ceja.

 

—¿Dónde están?

 

Un violento sonrojo en las mejillas de la mujer, y Junsu tapó su boca con una sonrisa atravesada en los labios.

 

—Bueno, lo último que escuché de ellos antes de que se fueran, fue que el señor Yoochun le dijo al señor Yunho que…

—¡¿Qué dijo?!

 

Todos miraron a Jaejoong, y luego de un silencio Rye volvió hablar.

 

—Es que es vergonzoso.—  La muchacha tapó su rostro, con aquella sonrisa en los labios. Pero finalmente respiró profundo y volvió a levantar la mirada. – El señor Yoochun, dijo: ‘Te aseguro lo que quieras a que demoran un par de horas en llegar, ¿qué dices? Yunho vamos a la habitación. Tú, yo y la ropa NO está invitada’ luego de eso se lo llevo al señor jalándolo por el brazo a la habitación. De eso hace unos diez minutos apenas.

 

Boa abrió sus ojos en extremo, ingresó a la finca con paso rápido. Los demás no demoraron demasiado, le siguieron los pasos a la mujer, que caminó por entre los pasillos hasta finalmente llegar a la puerta blanca que correspondía a la habitación de aquellos dos.

 

Rain puso una mano en el hombro de su esposa y sonrió.

 

—En realidad, no creo que sea buena idea interrumpirlos.

 

Rain no terminaba de hablar cuando escucharon un golpe contra la puerta, un gemido probablemente de Yoochun se escuchó con fuerza y los ojos de Boa se abrieron más todavía. Changmin abrió la boca y luego la cerró tapando su rostro y luego tapando su oídos.

 

—¡Oh, Dios! ¡Oh, Dios! Ese maldito me trauma hasta sin pretenderlo. – Vio a Junsu a su lado y optó por tomarlo por los brazos y mirarlo con desesperación. – Junsu por favor. Déjame quedarme en tu habitación, duermo en el piso si es necesario. Mi habitación está contigua a la de esos dos.  No dejes que mi pobre mente se deteriore aún más.

 

Junsu rió divertido ante la exageración de Changmin y asintió, casi de inmediato Changmin se encerró en la habitación de Junsu. Todo con tal de huir de aquellos gemidos, golpes contra alguna pared, y sonidos raros que sobrepasaban el encierro en aquella habitación.

 

Para ese momento Boa, todavía estupefacta por lo que escuchaba, tan solo se dejó guiar por su esposo, que la jalaba por un brazo diciéndole que no era bueno hacerles de voyeristas, y que lo mejor para las reconciliaciones era aquello, y siempre era lo mejor.

 

Oh, Rain. No dejaba de sorprenderla.

 

De sorprenderla y traumarla.

 

En cuanto a Jaejoong, él solo buscó el refugio de su habitación.

 

Apenas cerró la puerta, lejos de aquellos perturbadores sonidos, Jaejoong pasó una mano por su rostro.

 

Por que eso era traumante, cruel y doloroso en tantos sentidos.

 

Fin capítulo seis.

 

 

 

 

Oh~~

 

Tenía un buen tiempo sin actualizar este fanfic. Creo que casi un mes.. =S

 

¿Cómo que hubo poco MinSu en este capo, verdad? Bueno, no se preocupen. Será recompensado en el próximo capo. =)

 

Digamos que ando con mi vena 2Yoo. ¡Si hasta una continuación le estoy maquinando a mi último drabble 2Yoo que publiqué! xD Aunque todavía no es muy seguro.

 

¿Quieren Spoiler? xD

 

En el próximo capo verán como es que esos dos llegaron a eso. ¡Van a odiarme, lo sé! xD

 

Pero bueno, al fin. Se viene mi querido y anhelado título: ‘Mi pecho sobre tu espalda suda’ xD

 

Soy una perver de lo peor, pero ese titulo, ¡me fascina!

 

Se los quiere. Cuidense~