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Amor Pirata: Segunda


 

 

Es cien veces más fácil robar oro, que a un muchacho hermoso

 

 

 

—¿Cómo me veo?

 

Sinceramente…

Junsu estaba harto de esa pregunta, cada mañana, de cada día, de cada año.

 

—Muy bien, como siempre Jaejoong.— Respondía, con una sonrisa en el rostro. Casi del mismo porte que la del muchacho frente al espejo cuando se contemplaba temprano en las mañanas al despertar. –No deberías siquiera dudarlo.

 

Y no es como si alguien como Kim Jaejoong lo durara, sencillamente, era que su propio regocijo y orgullo lo hacían preguntar cada día aquello. Como una rutina que tenía harto a Junsu, pero que por respeto y amistad prefería callar.

 

Los movimientos de Jaejoong fueron cuidadosamente pensados mientras terminaba de arreglar la camisa, mientras verificaba su cabello nuevamente. Junsu rodaba los ojos, y Jaejoong se colocaba un poco más de colonia solo por si acaso.

 

Desde muy pequeño, cuando Junsu fue recogido en las calles de Gwandul y Boa lo dejó ir a la escuela permitiéndole que pagara sus estudios con trabajo, es decir, ayudando dentro de la casa de citas con la limpieza y luego convirtiéndose en el casi guarda espaldas, mejor amigo y protector de Jaejoong. Pues las cosas estuvieron bien.

 

No era la vida que hubiera deseado, pero al menos mientras terminaba sus estudios, no tenía quejas, tenía una buena vida. Comida las tres veces al día, una buena cama, buena ropa. Y regalos que de vez en cuando la gente le daba, por que era ‘lindo’ y bueno, después de todo casi todos en Gwandul eran lindos, así que no era que le admirara.

 

—Creo que hoy iré a caminar un poco por la plaza.

 

Junsu asintió, tomando el abrigo que se encontraba guindado y que Jaejoong no usaría seguramente pero que más adelante probablemente necesitaría.

 

—Recuerda que dijiste que hoy comprarías el regalo para el cumpleaños de Boa.

 

Jaejoong hizo un mohín con sus labios, terminando de colocarse los guantes y como si el compromiso no establecido por aquel regalo le resultara demasiado fastidioso.

 

—En serio, ¿por qué Boa desea celebrar su cumpleaños? ¿Es que le encanta recordar que esta envejeciendo?

—Eso es cruel Jae.— negó Junsu mientras le seguía los pasos al fino muchacho que avanzaba por los pasillos. –Le debes mucho a Boa.

 

—Boa me debe mucho a mi.— Recalcó Jaejoong con la barbilla en alto. –Es mi belleza la que trae a clientes de todas partes.

 

Junsu pensó que eso era relativamente cierto, Jaejoong era sin duda el más hermoso quizá de todo Gwandul. Pero no es como si el negocio de Boa fuera a irse a pique sin él, después de todo, había muchos hombres hermosos por todas partes en aquel pueblo.

 

—Junsu.— Llamó con voz firme mientras lo miraba de soslayo. –Apresúrate. Necesito que escojas el regalo de Boa, mientras yo iré a dar una vuelta.

 

Junsu solo asintió mirando de reojo al hombre que terminaba de ajustar los caros guantes a sus manos, con delicadeza, como si fuera lo más costoso entre sus pertenencias. Junsu sabía, que Jaejoong no solo iba a dar una vuelta.

 

 

 

 

—¡¿Otra vez?!

 

Justo en ese momento Joonghyun solo podía pensar en lo innecesario que eran los gritos cuando la dichosa doncella ya se había escapado. Odiaba su trabajo, cuidar a esa ‘muchachita’ era más que imposible.

 

¡Si quiera se fugaba tres veces en la semana!

Ser su guardián iba a acabar con su juventud.

 

—¡¿Y que haces todavía aquí Joonghyun?! ¡Ve por ella!

—¡Si, señor!

 

Las firmes piernas de Joonghyun sometieron un pequeño golpe en el piso antes de salir con una velocidad moderada de aquel estudio, dejando al hombre atrás, refunfuñando por segunda ocasión en esa semana.

 

Sus pasos se dirigieron a la cocina donde las empleadas ya se encontraban con el chisme el día. Nuevamente Minhee se había escapado. Con su vestido más caro, ni siquiera había tenido la molestia de usar un camuflaje como en ocasiones anteriores.

 

No… Sencillamente había saltado por la venta. Y listo.

La adorable doncella estaba fuera de la gran casona.

 

—¿Te regaño demasiado.— Tenia una suerte privilegiada de algún modo, Kibum uno de los sirvientes más remilgosos de aquel lugar y por cierto el más apuesto, cuando lo veía contrariado, solía acercarse probablemente por pena. —¿Te golpeó?

 

—No, creo que el señor ya está acostumbrado.— Tomó sus pertenencias velozmente. Dispuesto a buscar a esa muchachita estuviera donde estuviera. –No entiendo a esa mocosa mal agradecida, lo tiene todo acá y prefiere salir a ‘explorar el mundo’— Joonghyun torció la boca. —Lo que yo creo es que no quiere llegar virgen al matrimonio.

 

—¡Joonghyun!— Kibum había levantado las manos y sus mejillas se habían coloreado un poco. —Si el señor te escucha te mandará con los esclavos.

 

Para ese momento Joonghyun solo bufó y cerró los ojos. No le importaría ir donde los esclavos por una semana si con eso pudiera gritarle a la adolescente descarriada esa que se comportara como lo que es: Una doncella. Sino fuera por que extrañaría a Kibum.

 

—Como sea… Iré a buscarla otra vez. Que no me dejen sin comida Key.

 

Kibum asintió sin problemas, había agachado un poco la cabeza y Joonghyun tomó eso como una invitación, jalando de su cuello y besando su frente. Solo por Kibum no le gritaba a la descarada Minhee todo lo que se merecía por dar tanto problema.

 

 

 

 

—Veamos…— La voz de Junsu se escuchó apenas, mientras se colocaba en cuclillas frente a un hombre humilde que ofertaba piedras preciosas que había encontrado en el mar. —¿Qué sería bueno comprar para Boa?

 

Había algo extraño en el ambiente, lo había notado casi desde el momento en que se separó de Jaejoong hace unos diez minutos. Pero justo ahora estaba más deslumbrado por esas magnificas joyas ante sus ojos que parecían reales.

 

—¿Es oro?

 

El hombre que se encontraba sentado en el suelo bebiendo seguramente licor, y con un gran sombrero en la cabeza y el cabello tapando un poco sus ojos, por fin se dedico a mirarlo. Junsu pudo notar que estaba fingiendo estar ebrio.

 

Pero… ¿por qué?

 

—Claro jovencito, del mejor que se encuentra en el fondo del mar.

 

¿El fondo del mar?

Junsu tuvo sus dudas.

 

Primero, si se encontrara en el fondo del amar no tuviera esa apariencia que parecía ser pulida, y aquellos otros no estarían con ese rayón propio del uso cotidiano. Aquí había algo raro.

 

—¡Compren sus vestidos de segunda mano!— La voz enérgica de aquel muchacho lo hizo girar un poco, era demasiado alto y musculoso como para estar vendiendo solo vestidos o que al menos se dedicara solo a la venta. De lo que fuera. —¡Es ahora o nunca! Son de primera calidad.

 

Y sabía que las mujeres que se le amontonaban eran en un cincuenta por los vestidos y cincuenta por su atractivo. Pero no le parecía haberlo visto antes por el pueblo. Se levanto cauteloso. Observando de un lugar a otro.

 

Había personas que conocía, y demasiadas que no.

Puede que Jaejoong, siendo tan elitista como es no conociera a nadie en el mercado. Pero él si. Él que iba a comprar la comida a diario, o que compraba su ropa de vez en cuando cerca del muelle.

 

Había algo raro. Demasiados hombres desconocidos y un barco demasiado grande demasiado cerca del muelle.

 

Sus instintos, que casi nunca se equivocaban gritaron: Que buscara a Jaejoong cuanto antes.

 

 

 

—Te ves realmente hermoso.

 

Jaejoong cruzó un poco la pierna, sonrisa pretenciosa en los labios y un suspiro que fingía ser cansado.

 

—Lo sé, pero se te agradece el cumplido mi señor.

Hantae sonrió complacido. —Es como una costumbre, no me canso de reiterar algo que ya está a la vista de todos.

 

El codo de Jaejoong se había apoyado sobre su rodilla, mirando al hombre a su lado, que con varios de su guardia privada respaldaban el lugar. Jaejoong se sentía cómodo, tanto poder y dinero a sus pies. Era inspirador.

 

—Y dígame Hantae, ¿para que deseaba verme hoy?

 

—Para algo muy breve pero significativo al mismo tiempo.— El hombre pareció sacar algo del bolsillo de su leva y los ojos de Jaejoong brillaron. —Espero que sea de su agrado.

 

La caja que para gusto de Jaejoong no cabía en la palma de la mano del robusto hombre, hizo que Jaejoong mordiera su labio inferior con anticipación, y cuando la caja fue abierta el hermoso collar con un dije nacarado y un colgante de plata provocó que Jaejoong y por poco se lanzara a sus brazos.

 

Pero únicamente amplió su sonrisa e infló el pecho.

Esas, eran las cosas que alguien como él merecía.

 

—¿En serio es para mi? Me parece señor Hantae que es algo excesivamente costoso.— Sus ojos miraron al hombre con seriedad. —Y temo que luego ose pedir algo a cambio.

 

Hantae solo sonrió, sacando el collar de su estuche para que los ojos de Kim pudieran apreciarlo mejor. —De eso no lo dude, Jaejoong. Pero lo único que quiero a cambio es una sonrisa suya y su eterna gratitud.

 

Jaejoong no era un ingenuo, sabía a lo que se arriesgaba desde que aceptó encontrarse, desde hace un par de meses, con el hombre fuera de la casa de citas. Alimentaba sus esperanzas, y Jaejoong alimentaba sus riquezas.

 

—Es usted muy considerado conmigo, señor.

—No es nada, que usted no merezca Jaejoong.

 

Las manos de Jaejoong entonces tocaron el precioso collar, sus ojos reflejaban la hermosura de este, y prácticamente no tardó en colocárselo. En demostrar que era más bello colgando de su cuello. —¿Y bien? ¿Cómo me queda?

 

—Perfecto.— Recalcó Hantae. —Justo como imaginé que sería.

 

 

 

—Siwon, ¿quieres dejar de moverte?

 

La voz en susurros de Donghae hizo al otro gruñir bajo y luego chasquear la lengua.

 

—¿Están seguros que ese Jaejoong le conviene al capitán?—  Siwon levantó un poco la cabeza señalando a los dos que permanecían sentados en la banca del parque. Kim haciendo gala de su nueva pertenencia. —A mi parece que solo es un interesado.

 

Donghae tuvo que morderse un poco la lengua. —Es quien le gusta.

 

—Pero…

 

—¡Shh!— Donghae pisó sin cuidado el pie de Siwon mirando atentamente hacía el hombre que fingía leer el diario. —Parece que Soohyun ya nos va a dar la señal.

 

Siwon solo frunció el ceño como si de un niño pequeño se tratara. Y luego arrugó el entrecejo.

 

—Por cierto… ¿y dónde está Changmin?

 

 

 

A Changmin le gustaba la buena ropa.

Pero también le gustaba la vida de pirata.

 

Por eso cada que bajaban en algún pueblo, compraba las mejores galas que encontraba y se las colocaba en un lugar donde hubieran hermosas doncellas, como en Gwandul por ejemplo.

 

Quería a Yunho, mucho. Era como su hermano mayor.

 

Pero no compartía la idea del resto de la tripulación de darle su regalo de cumpleaños a través de aquel sujeto. El pirata no estaba hecho para el amor… Eso recitaba una de sus canciones y Changmin creía ciegamente en ello.

 

Las mujeres eran hermosas, voluptuosas y deseables a sus ojos. Le gustaban.

Pero no lo enamoraban.

 

No se oponía a que raptaran a tal Jaejoong para Yunho, pero sencillamente no participaría. Por que era algo en lo que no creía. Hasta el ocioso de Yoochun, que rara vez servía para algo estaba inmiscuido en el plan de rapto. Era increíble.

 

Hasta que no viera a esa masa humana corriendo con Jaejoong sobre el hombre, él seguiría paseando por Gwandul, en busca de una hermosa mujer que le robara el aliento y en la cual pudiera enfrascarse entre sus dulces aromas.

 

—Auch.— Sonó como un quejido pero Changmin tuvo que levantar la mirada para ver de frente a la alta muchacha que había chocado contra él dentro de aquel hermoso vestido rosa. –Ten más cuidado.

 

—Lo lamento señorita.

 

Se inclino educado. Era una niña bien.

Era un poco más difícil, pero no imposible.

 

—Si me permite podría invitarla a…

—No estoy interesada, gracias.

 

Seca. Esa respuesta fue absolutamente seca.

Los ojos de Changmin se abrieron de par en par sorprendidos. Y la bella muchacha parecía únicamente ver de un lado a otro.

 

—¡Minhee!— Entonces una voz masculina acaparó su atención y la de la muchacha que giró asustada antes de alzar un poco el vestido que llegaba hasta sus pies y empezar a correr. —¡No huyas!

 

La muchacha lo empujó deliberadamente, corriendo a toda prisa sabrá donde mientras el muchacho un poco más bajo pasaba frente a él corriendo a toda velocidad. Una sonrisa afloró en sus labios y respiró el poco aroma dulce que quedaba de la muchacha. Como un susurro anhelante de sus labios.

 

—Así que te llamas Minhee…

 

 

 

 

Eunhyuk había sabido casi desde siempre que era un muchacho inquieto.

 

Le gustaba saltar, bailar. Disfrutar la vida.

 

Pero más que todo le gustaba actuar.

 

—Señor… ¿No desea comprar un lindo ramo de rosas?— Su voz había sonado apagada y un poco cómplice mientras se acercaba fingiendo una cojera que no tenía, al hombre que acompañaba a Jaejoong. —Dicen que son de buena suerte.

 

Hantae sin embargo lo había mirado con un poco de asco. —No muchas gracias.— Y Eunhyuk sabía que si no fuera por que debía mantenerse en su papel por el bien del plan ya hubiera golpeado al elegante hombre en la nariz.

 

—Pero unas bellas rosas pueden acompañar cualquier momento.

 

Jaejoong por suerte, lucía distraído, mirando su nueva adquisición, mientras los hombres de Hantae parecían ponerse alerta y eso no les convenía.

 

—Le he dicho que no, muchas gracias.

—Pero si… ¡Oh!

 

Las manos de Eunhyuk fueron torpes, dejaron caer las rosas sobre las piernas del hombres y casualmente estas rosas tenían un poco de agua. Hantae se levantó de inmediato con el rostro molesto y una mirada enojada. Queriendo asesinar al florista.

 

—¡Mira lo que has hecho!

 

Ante el grito, Jaejoong recién pareció prestar atención.

Lamentablemente muy tarde.

 

Eunhyuk sonrió extrañamente, lo suficiente como para que Jaejoong retrocediera un poco y de repente unas manos lo agarraran por la cintura. Los hombres de Hantae que ya se estaban acercando, apresuraron el paso.

 

—¡Ahora Hoon!

 

El grito hizo que de un solo movimiento Hoon levantara en peso a Jaejoong quien únicamente pegó un gritito de sorpresa mientras Eunhyuk asestaba una certera patada en el estómago del banquero pretendiente de Kim que cayó de bruces al suelo inmediatamente.

 

Donghae, Siwon y Soohyun aparecieron prácticamente de la nada sacando del camino a los guardaespaldas del pretendiente número mil de Jaejoong mientras el banquero gritaba eufórico: —¡Deténganlos!

 

 

 

 

El lugar se convirtió en un caos demasiado pronto.

 

Yoochun recogió el poco oro que pudo y Eli, mcuho más práctico simplemente arrojó los vestidos al ver a la multitud que corría detrás de Hoon y Eunhyuk mientras el muchacho sobre los hombros de Hoon pataleaba y gritaba todo lo que podía.

 

—¡¡Que me suelten maldita sea!!

 

Un poco más atrás, Donghae, Siwon y Soohyun venían tirando lo que encontraban en el camino para entorpecer el camino de unos guardaespaldas y gente que parecía también querer detenerlos.

 

La trampa fue puesta en alta por Yoochun y Eli que velozmente levantaron de la tira cuando sus amigos pasaron y los animales que estaban a la venta salieron por todas partes gracias al dinero que les habían dado a unos cuantos niños, frutas objetos hubo de todo en el piso y varios cayeron al suelo.

 

—¡Son piratas!

 

El grito enardecido de una mujer se dejó escuchar, y Hoon recién se percató que entre tanto jaleo, Jaejoong había dejado visible su brazo derecho donde se posaba aquel tatuaje que lo identificaba como parte de la tripulación de Jung.

 

Jaejoong pareció tensarse ante la revelación y comenzó a gritar con más desesperación. Y Hoon se arrepintió por haberse ofrecido a ser quien llevara al muchacho sobre los hombros.

 

 

 

—¡Ahí vienen!

 

Onew los vio correr a lo lejos, apresurando su mano y su grito para que el barco ya empezara a alejarse con toda la velocidad que se podía y dentro, Mir y Rain terminaban por acelerar todo.

 

—¿Se puede saber donde carajos está Changmin?

 

El grito de Rain que seguramente a estas alturas ya había despertado al capitán hizo que Onew cayera en cuenta que no había visto al muchacho desde hace ya un buen rato.

 

 

—¡No se atrevan a subir con él!

 

Junsu apareció frente a esa cantidad numerosa de piratas, con un pedazo de madera en la mano, el ceño fruncido y tratando de verse lo más amenazante que podía. Tragando duro y sintiendo que había sido una mala idea cuando uno de ellos rió a carcajada limpia.

 

—Oh, por favor… ¡Quiten a ese enano del camino!— Junsu solo apretó el palo en sus manos y Yoochun continuó divertido. —El peligro real viene atrás.

 

Eli fue el encargado de hacer a un lado a Junsu casi sin problemas, desarmándolo por completo y empujándolo, pero a pesar de que cayó al suelo Junsu se levantó de inmediato, golpeando en la espalda al primero que se le pasó por delante, en este caso, Soohyun.

 

—¡Dejen a Jaejoong! ¡Déjenlo!

—Eres un debilucho.

 

Siwon giró el brazo de Junsu tanto que este se quejó de sobremanera casi de rodillas en el piso. Pero la gente enardecida se acercaba. Y la gente del muelle parecía percatarse de que nada bueno sucedía.

 

—Adiós, enano.

 

Siwon lo soltó, para gloria de Junsu que vio su dolor desaparecer. Y pudo respirar al menos un poco. Hoon con Jaejoong sobre su espalda había pasado hace rato ya y al único que vio en ese momento fue a Eunhyuk por lo que se lanzó sobre su espalda y se apretó con fuerza.

 

—¡No te voy a soltar hasta que liberen a Jaejoong!

—¿Eres estúpido? ¿Por qué crees que nos vamos a detener por ti?

—¡No lo sé! Y no me importa. ¡Solo quiero que lo liberen!

 

Los gritos de Jaejoong se escuchaban desde lejos y Eunhyuk solo pudo sentirse exasperado, la voz de Donghae sobre todo presionándolo. —¡Eun apresúrate!

 

—¿No te vas a soltar?

—¡NO!— Junsu se aferró más a la espalda del muchacho. —¡Tienen que liberar a Jaejoong!

—Perfecto, será como quieras.

 

Y Junsu descubrió el horror cuando el muchacho lo afianzó más a su cuerpo y comenzó a correr a toda velocidad hacía el barco con él sobre su espalda. Entonces supo, que aquello había sido una mala idea.

 

—¡¡NO!! ¡Ya cambie de idea! ¡SUELTAME!

 

 

 

 

—Maldición… Maldición…

 

Había, por algún motivo un escándalo tortuoso por todo el muelle, gente que gritaba y corría, pero no terminaba de entender por qué. Solo se concentraba en huir de Joonghyun como fuera.

 

Prefirió esconderse, no sabía ni donde estaba. Solo sabía que Joonghyun había mejorado bastante a la hora de portarse como todo un buscador. Se escondió un poco más, el vestido estorbando como siempre. Y bufó provocando que el polvo entre las cajas se alzara.

 

Ahora que podía respirar mejor, se dedicó a observar el lugar que estaba un poco oscuro. Solo recordaba haber corrido sin importar donde, subido, luego bajado, abierto y cerrado una puerta y ahí se encontraba.

 

Cuando todo se empezó a mover y los gritos se escucharon más cerca sus ojos se abrieron asustados.

 

Minhee… en que cosas te metes”  se recriminó mientras empezaba a asomar un poco la cabeza y luego se decidía por sacar el cuerpo. Los tacones irrumpían el silencio que pretendía llevar.

 

Más escándalo, más movimiento. Le dolía el estómago.

¡Y disparos!

 

Se agachó por instinto cuando escuchó esos sonidos funestos y tapó sus oídos, para cuando abrió los ojos unas botas se encontraban a unos pasos de distancia que pronto fueron cubiertos.

 

Una espada apuntaba su entrecejo y el muchacho con quien había chocado hace una media hora o más se encontraba empuñando la espada, con una sonrisa arrogante y pretenciosa, dentro de aquella ropa elegante que ostentaba.

 

—Pero miren lo que tenemos aquí.— Las palabras del muchacho parecían seseantes mientras las degustaba en cada silaba. —Una hermosa polizonte.

 

Creo que ahora si quiero que Joonghyun me encuentre” pensó, aunque desgraciadamente o no. Ya era muy tarde. El barco había zarpado.

 

 

 

 

 

Perdón por la demora, como sabrán ando sin laptop. Pero estoy intentando hacer lo posible para poder actualizar a tiempo. Espero que les haya gustado. Ya veremos como les va a nuestros piratas con sus nuevos integrantes.

Por cierto, cualquier duda déjenme un comentario que yo les responderé por ahí mismo. 😉 Es una nueva modalidad que quiero aplicar en el blog, cuídense mucho y procuraré actualizar un poco más rápido, al menos mientras soluciono lo de mi laptop. 😉

Autor:

Graphic design and illustration student born and based in Lima, Peru. I love to draw characters and worlds that wander in my dreams.

41 comentarios sobre “Amor Pirata: Segunda

  1. Nesly el enorme consuelo que me queda al leer tus fics no concluidoa es que en el momento menos esperado los vas a actualizar pero te juro que me quedo siemprw con la curiocidad dando vueltas y vueltas a mi cabeza jjajaja No, la verdas me encantan tus fic y aproveche mis vacaciones para leer leer y leer. Oyeee😡 como esta eso de «Hasta el ocioso de Yoochun que rara vez servia para algo estaba inmiscuido en el plan de rapto???? jajaj me dio mucha risa esa parte y el cambio de opocion de Junsu. Actualiza por favooor que esto de entrada esta muy entretenido.

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  2. Este fic desde que lo leí me enamoró todo sobre la tematica de pirata me encsntan y el desenlace de la historia mucho.. y tengo la curiosidad sobre la chica misteriosa de changmin y el trato que le va a dar jae a yunho y como se com por ara este con la arrogancia de jae…. pero como ha pasado tiempo mis esperanzas se marchitan

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  3. Que emocionante se ha puesto, jajaja haber si pueden callar al vanidoso de Jae, y a Junsu, que es una fierecilla, además a Minhae, un regalo para Min. La sorpresa que llevará Yunho con semejante regalo de su tripulación.

    Espero que llegues a actualizarlo, me encanta!

    Gracias!!!

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